Un punto importante a la hora de decidir nuestro voto debe ser atender cuál de los candidatos promete desplegar un shock capitalista que no solo nos permita salir rápidamente de la recesión producida por las cuarentenas y la pandemia, sino que lleve al país a reconectarse con una espiral de crecimiento interrumpida por la medianía centroizquierdista de Ollanta Humala y luego paralizada por la crisis política desplegada por la mediocridad de Kuczynski y la beligerancia del fujimorismo.

Necesitamos a gritos un shock de inversiones. Y es un tema que está entre las prioridades. Es una lástima que muchos de los que lo proponen, como López Aliaga, arrastre consigo una mochila de ultraconservadurismo y autoritarismo que lo hace indigerible, pero hay más opciones. Está Hernando de Soto y está la propia Keiko Fujimori (desprendida ya de los halcones), además de Alberto Beingolea, que debería haber merecido mejor suerte en esta campaña.

Eventualmente, esa derecha, gane o no las elecciones, deberá unirse con ese objetivo común, de desplegar el capitalismo competitivo con toda su potencia energética y capacidad de cambiar el país para bien, disminuyendo la pobreza y reduciendo la desigualdad. Si con esquemas mercantilistas hemos visto inmensos resultados macroeconómicos, imaginémonos lo que sería construir de verdad una agenda liberal competitiva.

Y si sale derrotada, le corresponderá ponerle freno desde el Congreso a los despropósitos macroeconómicos que proponen candidatos como Yonhy Lescano y Verónika Mendoza. Y desde el Parlamento se puede hacer mucho para construir esa agenda.

Hay mucho por hacer: destrabar proyectos mineros, alentar megaproyectos de inversión privada, privatizar Petroperú y Sedapal, flexibilizar el mercado laboral, construir organismos reguladores eficaces y potentes, reformar el Estado, etc.

La transición post Fujimori optó por una medianía macroeconómica llevada a su extremo durante el humalismo. Las tres grandes tareas de fortalecer la democracia, reformar el Estado (salud y educación) y profundizar la economía de mercado, fueron dejadas de lado. Y hoy sufrimos las consecuencias de esa indolencia política, de ese centrismo mediocre que hoy la población castiga electoralmente (véase los resultados del símbolo de ese centrismo, Julio Guzmán).

Hay que romper paradigmas y transformar el país. La agenda del cambio radical también debe estar en la derecha.

Instagram tiene más de 1.000 millones de usuarios activos al día. Potencia tus contenidos para que cautiven a la mayor cantidad de personas en la red.

Cada día, la cantidad de usuarios en las redes sociales aumenta. Facebook tiene 2.449 millones de usuarios activos al día, Instagram tiene más de 1.000 millones, y Twitter cuenta con más de 292.3 millones de usuarios activos. En un universo tan grande, es importante que tu contenido destaque y no sea más de lo mismo. ¿Cómo lograrlo?

 

Las fotografías y videos son el tipo de contenido con mayor interacción por los usuarios. Por ello, te recomendamos algunas aplicaciones móviles gratuitas que te permitirán potenciar la línea gráfica e identidad visual de tu marca:

 

Snapseed

 

Esta es una de las aplicaciones más conocidas y populares. Es una app con herramientas de edición muy potentes y con muchas opciones de ajustes. Te permite hacer ediciones rápidas mediante la función Autocorrección, realzar objetos o áreas específicas en tus fotos, añadir bordes de imágenes con un toque personal, e incluso completar las fotos que estén cortadas. Snapseed es capaz de abrir archivos en JPG y RAW.

 

Adobe Photoshop Express

 

Esta app es como tener una versión comprimida del programa de edición en el teléfono. Ofrece ajuste de exposición, contraste, curva tonal, color, además de algunas herramientas interesantes como los ajustes por zonas, que te ayudará a cambiar la exposición, contraste y color de solo una zona de la foto. Esta app también permite corregir y retocar puntos o áreas. Photoshop Express incluye varios filtros que pueden ayudarte a conseguir un estilo determinado.

 

VSCO Cam

 

Una de las apps más populares debido a sus filtros. Muchas de las fotos que nos resultan estéticas y atractivas con efectos mate y colores apagados, suelen estar editadas con VSCO Cam. Si bien ofrece herramientas básicas de edición de fotos, como el control de la exposición, contraste, brillo, saturación, grano y otros, su verdadera fortaleza reside en sus filtros clásicos y sencillos de regular.

 

Afterlight

 

Ofrece herramientas de edición tradicionales y algunas especializadas como el control de curvas. Afterlight pone a tu disposición decenas de filtros que le darán un toque personalizado a tus fotografías. Esta app permite también hacer imágenes más creativas mediante sus herramientas de doble exposición o añadido de texturas como rayones o polvo. Para los generadores de contenido, se trata de una de las aplicaciones más versátiles a tener en el teléfono.

Actualmente existen 7.8 millones de tarjetas de crédito en el Perú. Aprende a cuidar de este producto y de tu salud financiera.

Hacia finales de marzo, múltiples entidades bancarias suspendieron más de 919 mil tarjetas de crédito por morosidad, dejando en existencia 7.8 millones de tarjetas en el mercado peruano.

 

La morosidad de este tipo de producto financiero aparece cuando sobregiramos la tarjeta de crédito o incluso excedemos nuestra propia capacidad de pago. Una tarjeta de crédito sobregirada es aquella a la que hemos excedido el límite de línea. Y eso no debería ocurrir.

 

El economista y asesor financiero Juan Carlos Delgado explica que el sobregiro no es el punto negativo, sino la incapacidad financiera de pagar la deuda generada. Para no generar un largo daño a nuestro historial crediticio, el experto recomienda recurrir a la entidad bancaria que nos provee este producto para solicitar una reprogramación de la deuda.

 

“Si tienes un sobregiro vencido, lo mejor será ir a la entidad bancaria y solicitar reprogramación en cuotas que puedan ser pagables en un mediano plazo, como por ejemplo 12 meses. Es importante sincerarse sobre la capacidad de pago. Eso permite frenar el deterioro de tu calificación crediticia. Si incumples con la reprogramación, tu calificación puede deteriorarse gravemente”, indica Delgado.

 

Recomendaciones una vez saldes tu deuda

 

Juan Carlos Delgado hace algunas recomendaciones puntuales a tomar en cuenta una vez que logremos saldar nuestra deuda con el banco. Puedes considerarlas desde ya para mantener un historial saludable.

 

– Llevar una deuda prudente: Tras saldar nuestra deuda, aprende de estos errores y sé consciente de tu capacidad de pago mes a mes. Arma un presupuesto y ten presente cuál es tu propia capacidad de endeudamiento para evitar caer nuevamente en el sobregiro.

 

-Gastos puntuales: Una tarjeta de crédito es un producto costoso, pues si bien nos permite hacer compras en cuotas, los intereses son elevados. Por eso es mejor usarla para gastos que pueden ser pagados en una sola cuota. Algunos ejemplos son: las compras de la semana o un almuerzo.

 

Delgado recuerda que lo más saludable para nuestra calificación crediticia es pagar a tiempo. “Cuando vemos estas situaciones nos preguntamos ‘¿entonces por qué no es mejor pagar en efectivo?’ y la respuesta es que las tarjetas de crédito nos ofrecen beneficios adicionales como acumulación de millas, o puntos que nos permiten acceder a otro tipo de productos y servicios”, finaliza.

Como todas aquellas de lógica liberal ortodoxa que hemos vivido, la reactivación en curso, diseñada por el MEF y el BCR, es claramente subdesarrollante: reproduce y agudiza las condiciones de nuestro rezago económico, y nos aleja cada vez más de la posibilidad de una mejora significativa.

 

En lo concreto, y más allá de sus orígenes históricos, nuestro subdesarrollo responde a una economía donde el 85% de habitantes viven en la precariedad laboral y con ingresos de subsistencia (menores a los necesarios para asegurar la salud y las capacidades laborales), debido a sus muy bajos niveles de productividad y formación. Esto último les impide emprender o ser contratados con posibilidad de recibir una remuneración que les provea un mínimo de calidad de vida. Adicionalmente, hay un 15% superior en la economía peruana, compuesto por dos grupos: el primero está conformado por poco más de una decena conglomerados empresariales millonarios (nacionales y extranjeros) que operan en sectores donde aseguran grandísimos retornos con muy poco riesgo, entre los que destacan la minería de exportación, la agroindustria, la industria alimentaria, la banca, las telecomunicaciones, la construcción y otras actividades como medios de comunicación o servicios. Y el segundo grupo está integrado por empresarios grandes pero menores, además de asalariados y consultores cuya educación y capacidad productiva les permite acceder a las exigencias productivas de los conglomerados, lo que les significa ingresos-promedio muy superiores a los de la mayoría y, por tanto, mucha mayor de capacidad de ahorro y progreso. Las grandes diferencias productivas y de relevancia económica entre el 15% más competitivo y el resto, se evidencian en estas cifras: alrededor del 95% de nuestras unidades productivas son micro-empresas, y se calcula que no generan más del 7 u 8 % del PBI peruano. El 5% de firmas restantes, con los grandes grupos empresariales a la cabeza, explican todo el resto del crecimiento peruano.

 

Como puede verse, los grandes favorecidos de este esquema son los  conglomerados empresariales, quienes sólo invierten en sectores cuyas utilidades son exorbitantes y seguras, pero cuya capacidad de dar empleo masivo de calidad es insuficiente para nuestro desarrollo. Además, con un 85% de peruanos precarios y desesperados por trabajo, el 15% restante no tiene posibilidad alguna de exigirles el pago y trato que corresponde, pues sobran reemplazos baratos en la calle. Qué van a querer cambiar el destino sectorial de sus inversiones para favorecer la industrialización estratégica y el empleo digno en el país: más bien operan políticamente y corrompen para que todo siga igual, en complicidad con los países que reciben los beneficios económicos y geopolíticos de tener grandes capitales en nuestro territorio.

 

Frente al contexto descrito, una política de reactivación es un esfuerzo proactivo del Estado, en el que por medio de una combinación de posibles políticas fiscales (figuras de reducción de impuestos o de aumento del gasto público) y monetarias (manejos diversos en la cantidad de dinero circulante) se busca sacar de la depresión a una economía y llevarla hacia el crecimiento estable en el mediano plazo. Como puede deducirse, hay muchas combinaciones posibles para armar el paquete de políticas reactivadoras, por lo que cada responsable macro-económico definirá su estrategia dependiendo de la filosofía económica del gobierno al que pertenece. Aunque se suele soslayar, es posible una reactivación exitosa que aproveche el momento político y busque romper con el modelo vigente.

 

Pero como era previsible, el MEF de Waldo Mendoza y el BCR de Julio Velarde han querido reactivar a tono con su ortodoxia neoclásica. En lo esencial, la política de reactivación en curso está compuesta por el programa de crédito barato  llamado Reactiva – canalizado por la banca privada en magistral jugada de rescate -, y por una elevada ejecución de inversión pública para este año (dicen que 35% superior a la del 2020). A esto se suman algunos fondos de apoyo para sectores específicos, la ampliación de algunos programas estatales de empleo temporal, mayor gasto en políticas sociales y una transferencia masiva de 600 soles. Pese a que está recomendado por el FMI y se cuenta con el dinero para solventarlo, el plan no incluye un conjunto de bonos significativos y universales en favor de la población. Como se sabe, Reactiva prácticamente no ha llegado a las micro y pequeñas empresas, por lo que ha sacado de la quiebra sólo al sector no precario, y reimpulsado a los millonarios de nuestra economía. El resto de la estructura empresarial, donde hay miles de quiebras y millones de desempleados, nunca saldrá de la depresión de esta crisis pandémica, y se hará más precario.

 

De lo anterior, la reactivación en curso es claramente subdesarrollante, porque degrada – aún más – a la gran mayoría del país, dejándola sin ningún apoyo para recuperación alguna, y más bien elevando sus negativas brechas productivas y de ingresos frente al 15% privilegiado. Esto es muy conveniente para los conglomerados empresariales, que requieren un contexto de precariedad que le abarate insumos y mano de obra, para así poder maximizar la ganancias del próximo gran ciclo de crecimiento ya augurado públicamente por las expeditivas cabezas del MEF y el BCR, de sutil y permanente trabajo ideológico en los medios. Una vez más seremos líderes de la región, dicen. Obviamente, las millonarias empresas en mención no sólo se van a recuperar rápidamente, sino que van a crecer a niveles suficientes como para no sentir la crisis pandémica en sus evaluaciones de largo plazo. Y en esta precariedad cada vez más insostenible, seremos presas fáciles del velo consumista y la manipulación política, lo que nos llevará a loar y entender como indispensables las inversiones de los conglomerados, que explican crecimientos del PBI que nada tienen de desarrollantes ni de progresistas.

 

Desde luego, por su boca muere el pez, y es ilustrativo verlo. Sobre Reactiva, Julio Velarde ha defendido el programa informando que ha llegado a empresas que cubren hasta dos tercios del empleo formal; es decir, al 20% de nuestra estructura empresarial. Juez y parte al cabo, él no va a confesar que no tiene interés en el restante 80% porque su rezago es parte del modelo de subdesarrollo que conviene a los grandes capitales nacionales y extranjeros. Dirá que las capacidades productivas y la poca relevancia de esta mayoría dentro del PBI – expresada en su habitual informalidad – les impide provocar un periodo de crecimiento (lo que es cierto, pero a razón de 200 años de capitalismo depredador), y que lo único que puede traer prosperidad y empleo tras la crisis es la gran inversión, lo que es falso. Tiene de dónde engañarse el prestigioso y tecnocrático Velarde, pues esto de pretender que el gran capital es el artífice exclusivo del progreso, y por lo tanto se debe teorizar desde sus perspectivas y recomendar modos de gobierno en su favor (incluidas las reactivaciones), es un espíritu que el liberalismo económico trae desde Adam Smith, salvo que éste hablaba de empresas intensivas en empleo como son las industriales, y además esperaba – aunque admitiendo  la desigualdad favorable a la clase capitalista – que toda la economía se beneficie del crecimiento, con bienestar y progreso material.

 

En relación a la apuesta por la inversión pública, se ha dado el innecesario argumento de que el BCR ha comprobado su mayor efecto multiplicador (capacidad de dinamización económica) frente el resto de alternativas, cuando es una decisión que nadie ha cuestionado. Ciertamente, todos sabemos que buena parte de estos millones del presupuesto van a ser ejecutados por los grandes grupos empresariales que se reparten obras públicas vía coimas, y que estaban en cola, detrás de los hoy delatados. No hay otras rutas en el Perú, menos con un pedido de apuro regional del mismo Waldo Mendoza, lo que por fuerza lleva a relajar controles y facilitar los actos de mega-corrupción de siempre.

 

Y con respecto a la negativa a entregar una cantidad razonable de apoyo en bonos universales – para ayudar a evitar la pobreza y a levantarse mínimamente a millones – se han dado argumentos débiles desde el principio, aunque populares ante el sentido común liberal. Uno muy reiterado, es aquel que alude a cuidar el gasto para enfrentar mejor lo que viene de la emergencia y, sobre todo, para controlar el déficit fiscal – hoy inevitablemente alto – a la brevedad posible. Este indicador en cifra negativa no es otra cosa que una deuda a honrar a plazos, pero es una fijación estratégica del modelo capitalista global, pues es una forma de evitar la intervención distorsionante del libre mercado en “equilibrio óptimo” (para los grandes empresarios, no para todos) y la inflación, que casi siempre son correlativos al exceso de gasto público que genera endeudamientos; aunque en realidad, puede darse el caso de que haya superávit e inflación, o déficit con estabilidad de precios, como nos pasa ahora mismo. Al final siempre mandan ellos, así que condicionan la inversión extranjera y la entrega de créditos a la desaparición del déficit presupuestal, lo que en la práctica dificulta la indispensable intervención del Estado para construir nuestro desarrollo.

 

Con diferentes argumentos y poca explicación seria, todas las reactivaciones de nuestra vida republicana han sido subdesarrollantes, sobre todo aquellas cuyas crisis que incluían lo inflacionario, como la de fines de los 80, que Fujimori solucionó con un ajuste de extrema e innecesaria radicalidad. En todas las recesiones había otras salidas, pero escapando del capitalismo liberal que subdesarrolla con variados métodos, entre ellos las reactivaciones.

Para mantenerse vigentes después de la crisis, las iniciativas de alto impacto social necesitan hacer cambios en sus modelos de negocio. Los casos de Sustainable Fishery Trade y Pietà, demuestran que sí es posible aplicar nuevas fórmulas y adaptarse a la incertidumbre.

A diferencia de los negocios tradicionales, un emprendimiento social se caracteriza por tener al impacto social como su principal objetivo. En el Perú, uno de sus principales desafíos siempre fue la sostenibilidad de sus operaciones que, con la pandemia, puede verse más amenazada.

De acuerdo a un reporte de inversión de impacto en Perú, realizado por NESsT, Aporta, Kunan, Helvetas Perú y COFIDE, el escaso relacionamiento entre emprendedores e inversionistas es uno de los desafíos más grandes del sector, pero la poca tolerancia al riesgo por parte de los inversionistas también puede representar un problema.

Por ello, Isabel Castillo, Country Director de NESsT, organización mundial que impulsa emprendimientos sociales, considera que, en este contexto, los inversionistas deben esperar a que los emprendimientos se reactiven y los emprendedores deben planificar a largo plazo.

“El kit del asunto es cómo me reinvento a largo plazo. Es muy importante para todas las empresas irse cultivando con nuevas herramientas y distintos aliados, que ahora son más visibles y pueden apoyar con recursos monetarios y no monetarios a distintos emprendimientos”, expresó en un taller virtual organizado por Kunan.

En la misma línea, Javier García Blásquez, Coordinador de Protagonistas del Cambio de la UPC, precisa que durante esta crisis lo que no se puede perder de vista es el propósito de la organización. “No te puedes enamorar de la solución, tienes que enamorarte del problema, que antes, durante y después de la pandemia seguirá estando allí. De repente, las soluciones que planteaste ahora ya no sirven, hay que crear nuevas soluciones”, aseguró.

Marcas que se adaptaron

Uno de los negocios que se vio obligado a cambiar su modelo de operaciones es Sustainable Fishery Trade (SFT), empresa social dedicada al comercio justo en la pesca artesanal. Antes de la pandemia, se dedicaban a conectar a los pescadores directamente con los restaurantes, reduciendo la intermediación. Con las cuarentenas, tuvieron que reinventarse.

“Hemos tenido que virar el modelo de negocio de un ‘business to business’ (B2B) a ‘business to consumer’ (B2C), que conlleva a muchas cosas principalmente por el lado del comportamiento del consumidor, porque ya no estamos tratando con la parte logística o con los chefs, ahora tratamos con perfiles únicos. Hemos diseñado una marca, el FishBox®, con el mismo concepto”, explicó durante un webinar de Kunan y NESsT sobre impactos sociales.

Similar experiencia tuvo Pietà, la marca de ropa confeccionada por internos del Penal de Lurigancho. Antes de la pandemia, tenían cinco tiendas en Lima y un canal virtual, pero con las cuarentenas, el comercio electrónico se convirtió en el principal punto de ventas y los locales se fueron abriendo conforme se reactivó el comercio.

Desde mayo del año pasado se lanzaron a hacer mascarillas y después confeccionaron ropa cómoda para las personas que están trabajando desde casa, con estas prendas han podido mejorar sus ventas.

Por su parte, las áreas con mayor desarrollo son: telecomunicaciones, banca y seguros, y consumo masivo.

La transformación digital implica cuestionar qué procesos o actividades son necesarias para las empresas y eliminar las tareas rutinarias que solían tener valor al ser manuales, pero que carecen de valor en una organización digital. La transformación digital plantea un cambio en la forma de pensar.

 

El ranking IPAE Mide Digital, desarrollado en colaboración con E&Y reveló que Perú se encuentra en el puesto 8 de 9 países en el ranking de digitalización de la región (Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, México, Perú, USA y Venezuela).

 

Pedro Cortez, presidente de CADE Digital 2020 comentó que es vital la utilización de la red dorsal y se necesita compartir infraestructura no solo entre las empresas de telecomunicaciones sino con distintos sectores como transportes.

 

“Existen 3.5 millones de hogares conectados a fibra y existen aproximadamente 4 millones 400 mil peruanos que viven en zonas rurales, a los que tenemos que brindar internet 4G, esos deberían ser nuestros indicadores para cerrar las brechas que hay en el país”, precisó Cortez.

 

Madurez digital

 

Un aspecto importante a tomar en cuenta cuando hablamos de transformación digital es la madurez de las empresas en este aspecto. El último estudio al respecto de EY Perú reveló que el promedio del índice de madurez digital (DMI) del Perú en 2020 es de 59.44, lo cual reafirma que el país se encuentra en un proceso de madurez digital encaminada.

 

 

A la fecha, los sectores con mayor nivel de madurez digital son telecomunicaciones, banca y seguros, y consumo masivo y retail. Esta situación está en sintonía con la tendencia mundial, pues los dos primeros sectores fueron los que iniciaron un proceso de transformación utilizando herramientas digitales, debido a que sus clientes se mueven en un entorno digital, y la forma de llegar a ellos es utilizando este tipo de plataformas.

 

Por otro lado, los sectores con menor nivel de madurez digital son educación, energía e hidrocarburos y minería y metales. Estos tienen una gran área de oportunidad dado que aquellos actores que inicien su proceso de transformación digital estarán en ventaja frente a sus competidores. En algunos casos ya se está trabajando en iniciativas aisladas, principalmente enfocadas a la médula de su negocio, sin embargo su aprovechamiento se verá limitado al encontrarse con una organización en desbalance.

 

 

Dato:

Según EY, el 55% de empresas peruanas ha implementado cambios en su estructura organizacional con el fin de contar con equipos de trabajo con mayores capacidades digitales, caracterizado principalmente por el trabajo remoto.

 

Podcast

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En el nonagésimo octavo episodio: Una nueva edición especial. Comentamos el último debate del JNE: ¿cuáles fueron los mejores momentos? También el pronóstico para el debate de hoy.

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El Partido Morado obtuvo el 7.4% en las elecciones congresales extraordinarias del 2020. Y en las elecciones del 2016, antes de que el JNE lo retire injustamente de la contienda Guzmán llegó a bordear el 20% y asomarse como casi seguro partícipe en la segunda vuelta electoral.

¿Qué puede explicar el desastre? Como siempre, hay varios factores. Creo que el más incidente ha sido el escándalo del incendio, que fue una prueba de carácter para el candidato y allí claramente demostró que salió huyendo para evitar la vergüenza conyugal y pública sin quedarse a asumir las consecuencias de sus actos. Por culpa de ese incidente, previo a la votación congresal última, apenas colocó nueve parlamentarios.

Pero no basta ello para explicar el castigo popular a alguien que mal que bien es uno de los más articulados y que, además, ha tenido buenos congresistas vigentes y ha logrado armar una lista potable para esta elección.

Creo que Guzmán está concentrando en sí, el hartazgo de un sector mayoritario de la población con un segmento ideológico que si bien no ha ganado nunca una elección presidencial (salvo en el caso municipal de la Villarán) se ha encargado de infiltrarse en varios gobiernos. Este centroizquierdismo progresista, también llamado “caviar”, tuvo alta participación con Toledo, con Humala, con la Villarán, y también con PPK, Vizcarra y Sagasti, regímenes que precisamente no gozan del aprecio popular estos momentos. Se han ganando la antipatía ciudadana.

De otro lado, no parece tan sólida la tesis de que la gobernanza de Sagasti lo afecte. Al contrario, lo debería haber ayudado si el propio Guzmán, tontamente, no se hubiera encargado de tratar de marcar distancia. Sagasti, a pesar de todo, tiene 24% de aprobación, según Ipsos. Que un tercio de ese sector poblacional se endosase a Guzmán, habría bastado para colocarlo en el pelotón que hoy se disputa el pase a la segunda vuelta.

Encima Guzmán, no ha hecho una campaña prodigando su plancha presidencial o a su lista congresal, que claramente tiene mayor aceptación que él mismo. Su narcicismo le ha jugado una mala pasada y hoy sufre las consecuencias de malas decisiones, sumadas a las razones mencionadas.

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Francisco Sagasti, Julio Guzmán, Partido morado

Desde quienes se dedican a comentar sobre la vida privada, hasta los que caen en manipulación, es importante aprender a manejar la relación con los compañeros de trabajo.

Las relaciones y dinámicas en el trabajo pueden impactar de forma positiva o negativa en nuestro desempeño, productividad y crecimiento laboral. Por ello es muy importante que sepamos cómo mantener la armonía en este aspecto de nuestras vidas. Lo cierto es que esto no es siempre sencillo. Muchas veces podemos encontrarnos con compañeros conflictivos o tóxicos, con comportamientos que no necesariamente tienen que ver con nosotros pero pueden afectarnos.

 

El psicólogo Arturo Torres explica cinco típicos tipos de compañeros tóxicos y cómo lidiar con ellos en el ambiente laboral:

 

Mala actitud

 

De forma involuntaria, algunos compañeros de trabajo pueden crear un sistema de manipulación basado en el mal humor. Estas personas aprovechan sus momentos de mal genio para crear pequeños ‘chantajes’ que ponen en riesgo la armonía y el funcionamiento del equipo. Lo que hacen es intentar que el resto de compañeros hagan sacrificios para apaciguarlos, cargando con parte de su trabajo como en una estrategia en la que se elige el mal menor.

 

Si detectamos esta actitud tóxica, lo ideal es comentarlo a Recursos Humanos para que puedan contactar directamente con la persona y ver de qué modo se puede resolver sin que afecte negativamente al conjunto de la organización. Enfrentarse a esta persona con la misma intensidad emocional que emplea en quejarse no es recomendable, pues puede generar un efecto rebote y aumentar las emociones negativas.

 

Expansores de conflicto

 

Los conflictos son parte natural de las dinámicas humanas. El detalle está en saber de qué manera resolverlos, pues esto puede impactar el funcionamiento del área o empresa. Existen personas que en lugar de encontrar una solución, tienden a involucrar a más personas del equipo en el problema, cuando nadie tendría por qué estar a favor o en contra de alguien. Conversa directamente con esta persona para entender la naturaleza del conflicto y, de forma asertiva, dejar en claro que ciertos temas se pueden resolver en privado.

 

Falso manager

 

Un método común para ganarse a ciertas personas es ofrecer regalos o halagos que pueden llegar a ser paternalistas con los compañeros de trabajo. Los comentarios condescendientes ante nosotros, o incluso los intentos de que oigamos cómo estos falsos managers hablan bien de nosotros ante otros compañeros, son clásicos de mal gusto que no tenemos por qué tolerar si sospechamos que se trata de una estrategia para ganarse nuestro favor. En estos casos, lo recomendable es mantener un trato cortés pero no dar muestras de agradecimiento ante estos regalos no solicitados. 

 

Sobreinformados

 

Para muchas personas, los momentos del ámbito laboral son una fuente de entretenimiento mediante los chismes o rumores. Estos pueden trascender el plano laboral hacia el personal de los compañeros de trabajo. Ante este tipo de comportamientos, el psicólogo recomienda comunicar la falta de justificación válida para asumir un derecho a saberlo todo acerca de lo que hacen los compañeros de trabajo tanto dentro como fuera de las oficinas. Dentro de las empresas, la necesidad de privacidad sigue siendo de total importancia.

 

Excesos de críticas

 

Otro tipo de compañeros son los que pueden ser insistentes con sus críticas no necesariamente constructivas, y no significa un ataque personal. Torres explica que hay personas a las que simplemente les gusta criticar. Si nos encontramos con este tipo de personas en el trabajo, lo mejor es hacerle ver de manera educada que no todo el equipo tiene esa perspectiva. Además puede ser útil animarle a formalizar sus quejas, pues esto le obligará a adoptar una postura en la que defender su posición demandará cierto esfuerzo, lo cual le haga plantearse hasta qué punto tiene razón.

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