Por Luisa García y Miguel Loayza*

Liliana Salvador paseaba por el Centro Comercial Jockey Plaza cuando alguien le ofreció una tarjeta de crédito con múltiples beneficios. La Tarjeta CMR, le explicaron, le permitiría obtener descuentos en todos los servicios que el Grupo Falabella ofrece a través de tiendas como Tottus, Sodimac o Saga Falabella. A Liliana la oferta le pareció tentadora. Sin pensarlo mucho, aceptó.

Desde entonces, hace ocho años, ella y su familia se han convertido en clientes habituales de Supermercados Tottus. “Al inicio, veía descuentos del 6% en comida o ropa y no me llamaba mucho la atención, pero un familiar que es más acucioso me dijo que valía la pena. Ahora vamos todos los martes, y también los sábados, por el 20% [de descuento] en carnes”, señala en conversación con Sudaca.

Liliana, sin embargo, ha tenido que ser extremadamente cuidadosa para evitar los intereses excesivos cuando se retrasa en sus pagos. Cada vez que retira efectivo con su Tarjeta CMR, se le aplica una tasa de interés de más del 50%. Lo ve como un recurso de emergencia que debe pagar sí o sí en una sola cuota a fin de mes. Si no, su deuda crecería descontroladamente. “Todo lo que compramos lo pagamos en una cuota, porque si pagas, como dicen, ‘en cómodas cuotas’, ahí sí se acumulan los intereses y la mora”, señala.

De acuerdo con la Superintendencia de Banca (SBS), alrededor de la mitad de tarjetas de crédito emitidas a nivel nacional están vinculadas a supermercados y tiendas por departamento. Es lo que se conoce como ‘retail financiero’. ¿Cómo funciona este negocio que atrae a tantos peruanos? Esta imagen nos da una pista.

Foto: Giuliana Fonseca.

“GRATIS” es la palabra que resalta el anuncio. Arriba, una condición: la compra por casi S/400 de productos de una marca específica. Debajo, un regalo: un pollo a la brasa con papas y gaseosa. Con esa claridad sobre los gustos gastronómicos de los peruanos aterrizó la Tarjeta Cencosud en el 2012.

Al crear un brazo financiero en el Perú, el grupo chileno Cencosud heredó la data acumulada por la exitosa Tarjeta Bonus. En seis años, sus tarjetas ya eran casi tantas como las emitidas por el Banco de Crédito del Perú. Su tasa de interés promedio salvo pocas excepciones no ha bajado del 70% en los últimos cinco años. En el caso de los otros ‘bancos retail’, Falabella y Ripley, la tasa se ha mantenido en la mayoría de los casos por encima del 50% y 60%, respectivamente, según data de la SBS.

Diseño: Leyla López.

Su apuesta para ‘colocar’ créditos no es una extensa red de oficinas bancarias, sino una de tiendas comerciales (retailers) a nivel nacional. Al vender carne para una parrillada, ropa o lavadoras, intentan vender, a la par, dinero al crédito. Y la ‘mina de oro’ está en los intereses. No se trata de entidades financieras a secas, sino de cadenas de tiendas que tienen a un banco o una caja de crédito.

“Lo que hace diferente a este negocio de los demás bancos, y que está más presente en Falabella, es que todo se queda en casa”, afirma Cecilia Ramírez, especialista en análisis de negocios y finanzas corporativas.

Todas las promociones que brinda la tarjeta CMR son para los retailers de sus líneas de negocio. Por ejemplo, te dicen que por comprar una parrilla en Sodimac te regalan carne en Tottus. Eso es hacer ventas cruzadas. De esa manera generan ingresos no solo a la línea de tiendas para el hogar, sino también para el banco y así gana todo el grupo”, explica.

Entre 2012 y 2016, en promedio, el 95% de los ingresos de los bancos Falabella, Ripley y Cencosud provino de los intereses y comisiones que se les cobra a los clientes por el uso de las tarjetas. Así lo detectaron Cecilia Ramírez y Giuliana Fonseca a través de su investigación académica “El rol estratégico de la tarjeta de crédito en el modelo de negocio de las firmas chilenas en el sector retail peruano”.

El último jueves por la noche, sin embargo, una noticia sacudió las esferas del poder bancario. No fue la caída de alguna inversión en la Bolsa de Valores de Lima, sino la repentina obligación de ceñirse a un tope máximo en los intereses que les cobran a sus clientes de a pie, o pequeños consumidores.

Alrededor de las 7 p.m. el Congreso de la República aprobó por insistencia el proyecto de ley contra la usura financiera, que semanas antes había observado el Ejecutivo al considerarlo “perjudicial para la estabilidad del sistema financiero y la protección del ahorro de los depositantes” porque generaría “exclusión financiera, principalmente al pequeño consumidor y a la MYPE”. La gran crítica a esta medida de parte de los bancos, del Ejecutivo y de la SBS es que los alejará de prestarle dinero a las personas con menos recursos.

Si la medida se aplicara en el Perú de forma similar a como se aplicó en Chile, los bancos del retail financiero serán los primeros y más ‘perjudicados’. Planteado el debate, Sudaca retrocede un paso y vuelve la vista a las tarjetas de crédito y sus tasas de interés. Específicamente a las vinculadas a supermercados o tiendas por departamento, cuyo número de tarjetas de crédito supera ampliamente al de cualquiera de los 4 principales bancos del país.

Diseño: Leyla López.

El testimonio de un insider

El diseño de las ‘ventas cruzadas’ constituye el corazón del “mix” empresarial del retail financiero. ¿Qué tanto sabe este de nosotros y cómo? Muchísimo. Y se alimenta cada vez que, por ejemplo, Liliana Salvador elige “pagar con tarjeta”.

Cada vez que el cliente utiliza una tarjeta del banco del mismo grupo comercial, el grupo acumula información valiosa sobre los hábitos de consumo del usuario. Carlos −un nombre ficticio que utilizaremos para identificarlo− conoce esta trama a la perfección. Él diseñó estas ofertas por alrededor de dos años, como “analista de producto senior” en Banco Falabella. “Por la ley de protección de datos personales, no tenías acceso a los detalles, pero sí podías entender cómo se comportaban los clientes, hacer ofertas, y así aumentar la venta del retail”, dice.

Qué sueles comprar, cuántas unidades, cuánto dinero destinas a ello y con qué frecuencia, son datos que se suman al de tu edad y sexo. El área de inteligencia de clientes es la encargada de este minucioso seguimiento. “La información que se tiene es muy rica”, precisa. Un equipo de estadísticos sistematiza la información, con la que luego trabajan los analistas de producto para la creación de “campañas” en coordinación con los jefes comerciales.

“Muchas veces la reunión con [el área de inteligencia] era: ‘Quiero reunir gente con esta categoría, o por temporadas’. Por ejemplo, si querías hacer una promoción de piscinas inflables, entonces preguntabas por los clientes con hijos. Puedes identificar quiénes tienen hijos de esta edad, [al conocer] quiénes compran pañales, o quienes compran biberones. Tienes información de Saga, Tottus, Sodimac, entonces es mucha información. Información sobraba”, dice el exanalista sobre la etapa de elaboración de una campaña.

Luego de identificar los clientes potenciales, le sigue la ejecución de la comunicación. “Por ejemplo, si tienes un proyecto en el hogar, [se sabe que] primero compras fierros, después tuberías, después pintura. Entonces si en Sodimac encuentro que un cliente compra fierros, le puedo mandar [vía e-mail] ofertas con la tarjeta para los siguientes niveles, porque sé qué es lo que va a comprar después”, cuenta Carlos.

“Sabemos los resultados, porque las herramientas que envían e-mails saben quiénes abrieron tus e-mails, y tengo un identificador. Durante la campaña busco si las personas han comprado en esta categoría. Así se hacen los famosos cash-backs, si una persona compra en una campaña, le devuelvo un dinero”, precisa.

El analista tenía como objetivo, en sus propias palabras, “aumentar la participación de la Tarjeta CMR dentro de Sodimac y Maestro”. Como él, había otros dos “analistas senior” enfocados en Saga Falabella y en Tottus e Hiperbodegas.

“Yo estaba en el Banco Falabella, encargado de ver la tarjeta de crédito CMR. ‘La participación’ significa principalmente cuánto de la venta del retail [Sodimac y Maestro en este caso] es hecho con la tarjeta de crédito. Mi objetivo principal era incrementar el uso de la tarjeta a través de promociones y acciones [de seguimiento de necesidades de consumo]”, precisa.

El beneficio para el banco es claro: a más créditos colocados, más intereses por cobrar. ¿Cuál sería el beneficio para la tienda? Primero, más decisiones de compra al acceder a un descuento o un pago fraccionado usando la tarjeta. Pero también hay un beneficio monetario.

“Dentro del Grupo Falabella, hay múltiples ventajas. Para el retail, la ventaja es principalmente que el banco pagaba una especie de ‘bono’ por la participación que llevaba. El Banco Falabella pagaba a Sodimac. Era en función de las múltiples variables, tenían su propio algoritmo. Teníamos 20–30% de participación de tarjeta [CMR], a Sodimac le convenía tener más de 30%. La plata quedaba dentro del Grupo Falabella”, detalla el exanalista de producto.

Sudaca envió un cuestionario detallado al Banco Falabella, pero decidieron evadir nuestras preguntas. “Somos una empresa del Grupo Falabella, con indicadores distintos al sector retail, pero que compartimos el objetivo de ayudar a las personas haciendo posibles sus aspiraciones a través de una oferta integrada de servicios financieros, potenciados por los beneficios del ‘Mundo Falabella’”, se limitaron a decir.

Caja Cencosud también evitó contestar las preguntas de este medio. Subrayó, sí, su disconformidad con la ley de los topes a las tasas de interés. Banco Ripley precisó simplemente que no participarían del reportaje.

La respuesta del gremio bancario y la experiencia chilena

“El retail es una ciencia, es un punto de venta donde lo que más importa es que el metro cuadrado disponible sea rentable”, resumía para la investigación “Chile en cuotas” (2012) un ex ejecutivo de una de las multitiendas más poderosas del país sureño. Una ciencia sobre la que hay poca conciencia entre los usuarios.

Diseño: Leyla López.

De acuerdo con el exanalista de producto de Banco Falabella entrevistado con reserva para este informe, el objetivo principal es que el usuario pague con la tarjeta y el secundario es aumentar el número de clientes que compra en cuotas. ¿Y la morosidad? “Es un riesgo que siempre hay y siempre se tiene que medir. Pero el riesgo es mucho más bajo que la ganancia que vas a tener. (…) Cuando yo estuve en el banco, lo tenían muy bien controlado”, cuenta.

Los intereses se dividen, principalmente, en dos tipos: los compensatorios y los moratorios. Los compensatorios corresponden al pago adicional al que se compromete el cliente a cambio del préstamo recibido; los moratorios, a la indemnización percibida por el banco debido al retraso en las cuotas pactadas. Ambos tipos de intereses son establecidos por el banco en base a criterios como el monto del crédito o el riesgo que representa el cliente.

La ley aprobada por insistencia en el Congreso recientemente no precisa el mecanismo por el que las tasas máximas serán establecidas. Sin embargo, la Asociación de Bancos del Perú (Asbanc) está convencida del futuro efecto. ”Los límites máximos dejarán a entidades financieras sin la posibilidad de seguir prestando”, sostiene categóricamente en una respuesta por escrito a las preguntas de Sudaca. “(…) el número de entidades que sean finalmente afectadas y por ende el número de clientes que vean restringido su acceso a crédito dependerá del nivel del límite que se fije”, asegura la entidad.

Asbanc evita responder sobre la estrategia comercial de los bancos vinculados a las tiendas retail. Una de las pocas armas para ir contra los altos intereses en este sector es la tasa de costo efectivo anual de las tarjetas de crédito, la TCEA. Esta representa el costo total del crédito, pues considera además de la tasa de interés, comisiones y gastos que son cargados a tu cuenta. Su fórmula de cálculo es establecida por la Superintendencia de Banca (SBS).

En 2012, ASBANC lanzó la campaña «Hablemos más simple» con la TCEA como una de sus protagonistas. De hecho, resaltó su éxito en su memoria de aquel año. Hoy, en medio de la discusión sobre las altas tasas de interés, prácticamente se desdice. “Las tasas de costo efectivo anual (TCEA) de las tarjetas de crédito no reflejan el costo real que pagan los clientes”, señala. «(…) esa fórmula frecuentemente sobrestima la tasa», agrega.

La experiencia chilena con la imposición de topes a las tasas de interés mostró un efecto irrefutable: los bancos que notablemente empezaron a emitir menos tarjetas de créditos fueron aquellos asociados a una tienda por departamento, según reportó la Cámara de Comercio de Santiago el 2016.

Para el economista Tomas Flores**, ex subsecretario de economía del gobierno de Sebastián Piñera, el cambio regulatorio en el país sureño fue uno de los motivos para que Cencosud, por ejemplo, decidiera venderle su banco a Scotiabank (algo que tiempo después replicaría en nuestro país). En el Perú hoy son una Caja Rural de Ahorro y Crédito.

Sin embargo, en su opinión, el negocio del retail financiero aún tendría terreno fértil en nuestro país por la cantidad de potenciales clientes, muy superior al caso chileno, y por el crecimiento económico. Esboza también otra razón: nuestra “miopía financiera” por la que las estrategias de marketing del retail aún nos ganan la batalla frente a las “pequeñas cuotas” que parecen inofensivas. “No me extrañaría nada que les estuviesen cobrando créditos de más del 50% de interés”, sostuvo al ser consultado antes del cambio normativo en Perú y como hemos visto, no se equivocaba.

 

*Con la colaboración de Camila Ossadón.

**Esta entrevista inédita (realizada en octubre de 2017), así como otras en este reportaje,  fueron realizadas como parte de un proyecto de periodismo transfronterizo coordinado desde la Pontificia Universidad Católica de Chile por la profesora Paulette Desormeaux y desde la Pontificia Universidad Católica del Perú por la profesora Hildegard Willer.

 

Fotocomposición de portada por Leyla López.

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Banco Falabella, Banco Ripley, bancos, Cencosud, Crédito, Tarjetas de crédito

Entre enero y mayo de 2020, el valor de las transacciones por estos medios digitales ascendió a S/958.000 millones, según el Banco Central de Reserva del Perú.

Bodegas, productos en línea y servicios a domicilio los usan a diario. Cada vez son más populares las aplicaciones móviles de pago. Se trata de apps como Yape, Plin, y Tunki, que permiten hacer transferencias bancarias de forma sencilla con tan solo un número de teléfono o un código QR.

 

El crecimiento de este medio de pago es claro: entre enero y mayo de 2020, el valor de las transacciones por estos medios digitales ascendió a S/958.000 millones, según el Banco Central de Reserva del Perú. Este monto es superior en 4% en relación con el mismo periodo de 2019, reflejando una mayor aceptación por parte del público de estas modalidades de pago.

 

Considerando la coyuntura de la pandemia, tener una opción de pago sin contacto o manipulación de efectivo resulta muy conveniente.

 

Si deseas contar con este medio de pago en tu negocio, aquí tienes una guía de afiliación según el banco en el que tengas una cuenta activa:

 

Yape – Banco de Crédito del Perú

 

A la fecha son más de 900 mil los negocios que cobran a sus clientes con esta aplicación.

 

  1. Descarga la aplicación en el AppStore o Google Play.
  2. Crea una cuenta.
  3. Ingresa tu número de celular y otros datos que solicite la app.
  4. Elige la tarjeta vinculada a la cuenta de tu negocio.
  5. Valida tu identidad y listo.
  6. Para colocar un cartel con tu código QR en tu local, Yape ofrece una plantilla gratuita para imprimir en este enlace.

 

Plin – Scotiabank

 

  1. Descarga la aplicación de Scotiabank en el AppStore o Google Play.
  2. Ve a la sección “contactos”.
  3. Confirma tu número de celular.
  4. Elige la cuenta que deseas vincular.
  5. Al finalizar y obtener tu código QR puedes enviarlo por whatsapp o correo. También puedes imprimirlo y pegarlo en tu negocio.

 

Tunki – Interbank

 

  1. Descarga la aplicación en el AppStore o Google Play.
  2. Crea una cuenta con tu correo electrónico.
  3. Vincula tu tarjeta Interbank.
  4. Obtén tu código QR. Al igual que las otras aplicación de pago,  puedes enviarlo por whatsapp o correo, e imprimirlo y pegarlo en tu negocio para hacer ventas más sencillo.

 

Solo basta un costurero y alguien que promocione el traje.

O una encuestadora y una portada. Trabajar en pared. Nada más.

 

Hace 5 años, entrevisté a Alfredo Torres, presidente de Ipsos, la encuestadora que innovó en cuarentena con encuestas por WhatsApp entre sus vecinos, yendo, incluso, contra sus propios principios de investigación. Alguna vez el director de Estudios de Opinión de Ipsos, Guillermo Loli, me explicó que para que una muestra sea válida, tiene que ser probabilística, tiene que ser aleatoria: «Yo no puedo seleccionar solamente a una zona porque ahí me interesa ir porque ahí están mis amigos», con ese argumento, Loli intentó convencerme de que Ipsos realizaba sus estudios sin sesgos y que, por eso, sus resultados eran fiel reflejo a la realidad. Lógico, así debería ser, pero los whatsappazos de Alfredo finalmente desdibujaron toda esa teoría idealista que me pintó Loli porque ¿a quién tienes agendado en el WhatsApp?: a tus amigos, a tus vecinos, a un grupo que no representa al Perú sino a tu mundo personal.

 

En la entrevista con Torres, justo después de que conociéramos los resultados oficiales de la primera vuelta presidencial del 2016, en la que resultaron contrincantes Keiko y PPK, le pregunté cómo influyeron las encuestas en el elector hasta ese momento. Alan, Acuña, Toledo, Popy, Ántero, Urresti, Reggiardo, Nano, Hilario, Gregorio, casi todos los derrotados en las urnas se habían quedado con el sinsabor de que las encuestas les jugaron en contra porque —claro— figurar en la cola del catálogo o en el club de los «otros» indujo al elector a usar el famoso «voto útil»; o sea a elegir a última hora entre los que sí tienen posibilidades de ganar según los resultados de las encuestadoras, por supuesto. Este comportamiento de sumisión del público ante «la opinión dominante» no es particular de los peruanos, está sustentado en un estudio de la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann publicado en 1977 al que ella denominó «La espiral del silencio». Esta teoría estudiada hasta hoy en las escuelas de periodismo reconoce que la tendencia de la gente, efectivamente, es enmudecer si detecta que sus opiniones forman parte de las minorías. En resumen, el comportamiento del público está influido por la opinión dominante. ¿Y cuál es la opinión dominante? Artificialmente la que aparece en las portadas de los periódicos. Un control social.

 

Con Torres, no hablé de la espiral del silencio, pero su respuesta a mi pregunta me convenció de que conoce bien la teoría y el comportamiento sumiso del público.

 

—¿Cómo influyeron las encuestas en el elector?

— Si quedan tres candidatos con opción [de ganar] y alguien tiene preferencia por el candidato que está sétimo, lo más razonable es votar por alguno que pueda pasar a la segunda vuelta, esa es una decisión que las encuestas ayudan a tomar —afirmó Alfredo Torres aquél día de abril del 2016.

 

Hoy, según la gran prensa: encuestas + portadas, la opinión dominante es que George Forsyth, el alcalde distrital inconcluso, es el segundo favorito de los peruanos, sí, el arquero que tiene el fetiche de eructar en la cara a las mujeres, como lo ha denunciado públicamente su propia esposa y víctima. Ella se apartó de él apenas 8 meses después de su boda, pero no sin antes contar a los medios que los maltratos comenzaron en el día cinco de su matrimonio, cinco días después de que todo el Perú observara por televisión el casamiento infeliz. ¡Ah!, no puedo dejar de mencionar el detalle de todo esto, el especial detalle que me hace pensar que probablemente Forsyth usó a una mujer para ganar popularidad electoral llevándola falsamente al altar: el matrimonio, televisado, se realizó en medio de la campaña municipal, 20 días antes de la elección de Forsyth como alcalde de La Victoria, distrito que por supuesto tampoco amó porque dejó botado tan fácilmente como dejó su matrimonio, para aspirar a algo… mejor, claro: ser presidente. ¿Tú votaría por él? Haz esa pregunta a diez personas y el resultado te dirá lo contrario a lo que dicen las grandes encuestadoras. Te lo aseguro. Ya lo hice.

 

¿Y con quién pasaría a la segunda vuelta George Forsyth, según las encuestas + portadas? Nada menos que con el castigado en el parlamento por acosar sexualmente a una periodista: Yonhy Lescano. ¡Mira ve! El obsceno personaje que pertenece al partido político «golpista» para la prensa vizcarrista hoy resulta ser presidenciable. Este «político tradicional», «dinosaurio», «viejo lesbiano» que desde el 2001 no ha sabido hacer otra cosa más que reelegirse como parlamentario hasta el 2019, hoy resulta ser presidenciable. Que este candidato puntee en las encuestas solo me lleva a concluir una cosa: que las marchas de noviembre antivacancia fueron fabricadas, nadie odiaba al expresidente Merino (acciopopulista como Lescano) por haber asumido el cargo que dejaba Vizcarra tras ser vacado por incapacidad moral permanente. No encuentro otra explicación.

 

Lescano, con todo su historial obsceno y cercano al terrorista Abimael Guzmán, no es presidenciable ni en el barrio donde vive. Lo ponen primero en las encuestas porque la argolla que dejó Vizcarra desea meterlo a la segunda vuelta para, cuando esta ilusión se haga realidad, en ese momento empujarlo al vacío sacándole todos sus trapos sucios y así destruir de una vez por todas al monstruo que hoy fabrican.

 

Y Forsyth, ¿dónde quedaría? Sentado en Palacio, siguiendo al cuidado del legado de Vizcarra que hoy está bien custodiado por el gobierno morado. La impunidad.

 

17 DE MARZO DEL 2021


Verónika Mendoza ha decidido romper con sus consejeros que le recomendaban migrar al centro y tratar de conquistar ese electorado mayoritario, pero indefinido que identifica a la ciudadanía peruana. Así, ha propuesto recientemente, por ejemplo, la nacionalización (estatización) del gas o la toma de posesión de todas las plantas de oxígeno privadas para atender la emergencia, etc.

Para quienes aspiramos a que en el Perú se construya una opción de izquierda creyente en el libre mercado, no es una buena noticia que la lideresa mayor de la izquierda peruana se radicalice, claro está, pero, sin duda, es su mejor estrategia electoral. En el caso de Mendoza, lo que de ella asusta a la alta burguesía limeña es lo que le gusta a su electorado de a pie.

Mendoza tiene un doble desafío por delante: arrebatarle votos a Yonhy Lescano, quien sin ser propiamente de izquierda, le ha quitado un caudal significativo de electores. Si Acción Popular lanzaba a Alfredo Barnechea o a Raúl Diez Canseco probablemente hoy estaría debajo de la valla electoral. Con Lescano la achuntaron. Ese bolsón de votos tiene que ser recuperado por Mendoza. Ese debería ser su objetivo estratégico (increíblemente vemos a sus huestes enfervorizadas haciendo campaña contra un zombie, como es el partido Morado)

Y para ello necesita propuestas concretas, audaces, como las referidas líneas arriba, no engolosinarse tontamente en abstracciones como el cambio de la Constitución, que además la mayoría del país apoya, pero porque quiere una Carta Magna más conservadora y autoritaria, no como aquella con la que sueña la candidata de Juntos por el Perú.

Y de otro lado, Mendoza no puede permitir que Pedro Castillo le quite los votos radicales del sur. Según la última encuesta del IEP, el candidato de Perú Libre tiene 8% de intención de voto en el sur y 3.5% a nivel nacional. Si Mendoza sumase esos votos estaría segunda en las encuestas.

Verónika Mendoza está congelada desde hace meses. Habrá que ver en el transcurso de los días, y con la siguiente encuesta en mano, si le funcionó la estrategia de radicalización. Anticipo que sí, que la gente está esperando formatos confrontacionales, sean de derecha o izquierda, y no las de un malaguoso centro. La crisis simultánea de salud, economía, social y política nos ha conducido a eso y quienes lo han entendido están cosechando fructíferamente.

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Candidatos presidenciables, Elecciones 2021, Verónika Mendoza

Susana Stiglich tiene 46 años, es madre de dos adolescentes y es una de las más de 243,000 personas sordas que hay en nuestro país. Stiglich, docente universitaria de lengua de señas, estaba acostumbrada a leer los labios de las personas con las que interactuaba, pero los tapabocas han complicado esa tarea.

Recuerda, por ejemplo, que al inicio de la primera cuarentena, a mediados de marzo del año pasado, fue al mercado Santa Cruz de Miraflores, cerca de su casa. Calculó que, con el uso de la mascarilla, iba a ser imposible comunicarse con los comerciantes, así que llevó consigo varias tarjetas hechas a mano, que tenían inscripciones básicas para sortear la situación: “hola”, “gracias”, también nombres de verduras o frutas, y otra tarjeta que mostraba a la hora de pagar: “¿Tiene Yape?”.

“Me miraban raro y me contestaban hablándome. Les señalaba mi audífono [utiliza uno en una de sus orejas, que le permite reconocer muy pocos sonidos], diciéndoles que soy sorda, pero me contestaban hablándome. Les decía que, por favor, escriban, pero no aceptaban tan fácilmente”, cuenta Susana Stiglich, que enseña lengua de señas en la Universidad Peruana Cayetano Heredia y en el Centro de Idiomas de la Universidad del Pacífico.

Desde aquella travesía, Susana sale muy poco a la calle. Sólo cuando es estrictamente necesario: a la panadería, por ejemplo, donde ya la reconocen y saben lo que compra. No ha vuelto a ir al mercado. Ahora compra sus alimentos por delivery.

No ha sido su único padecimiento. En sus ratos libres, Stiglich quisiera tener una oferta televisiva que le permita entretenerse, sobre todo en cuarentena. Pero los canales de televisión abierta y de cable no utilizan traductores a lengua de señas ni subtitulan la información. Sólo TV Perú lo hace en los noticieros. “Resulta imposible leer los labios de todos [los que aparecen en la TV], así subamos el volumen, no podremos escuchar ni entender nada, lo que genera un malestar grande”, explica Susana en un video subido a YouTube y titulado ‘Comunidad sorda frente a la TV’. La Ley de Radio y Televisión y la Ley de Personas con Discapacidad, que garantiza a las personas sordas el acceso a la información, es “letra muerta”.

Las personas con dificultad para ver, según el censo de 2017, representan el mayor número de personas con discapacidad que hay en nuestro país. Son más de un millón y medio de compatriotas (Infografía: Leyla López).

Vivir con un asistente personal

La comunicadora Bárbara Ventura, directora de la asociación Luchando Contra Viento y Marea, cuenta que cuando empezó la cuarentena, y para evitar contagios, tuvo que decirle a su asistente personal que ya no podría ir a verla. Ventura no puede caminar desde que nació. Padece de artrogriposis múltiple congénita, una enfermedad rara no degenerativa. Su condición no le permite hacer sus tareas cotidianas sin un asistente.

“Como uso silla de ruedas, no puedo hacer las cosas por mí misma. Entonces, siempre tengo a una persona que no necesariamente es una enfermera o enfermero. Trabaja para mí y me ayuda a levantarme y bañarme”, dice. “Muchas personas hemos sentido esa problemática y no hemos tenido asistencia.  Nuestros padres, que son adultos mayores, ya no pueden asistirnos porque su capacidad física no lo permite”, agrega la comunicadora de 37 años.

Bárbara apunta que las personas pobres que están en su misma situación son quienes más se han perjudicado, porque no pueden costear un asistente personal, cuyo salario mensual base tendría que ser de S/930. “Hay personas con discapacidad, en extrema pobreza, que no cuentan con ese servicio y están postrados. No hay nadie que los ayude a alimentarse, bañarse y recrearse. Hay muchas personas con discapacidad que no trabajan y, con la pandemia, esto se ha agudizado más. Y de otro lado hay personas emprendedoras, que trabajan y han tenido pérdidas económicas”, comenta.

Para Bárbara es necesario un bono para estas personas, pero también una ley que obligue al Estado a subvencionar la asistencia personal para las personas discapacitadas. Hace poco, el pasado 7 de febrero, el Congreso aprobó un dictamen de ley que, según Ventura, interpreta erróneamente lo que debería hacer un asistente. “Está mal enfocado porque se refiere a una persona que toma decisiones por la persona con discapacidad, cuando el asistente personal es un trabajo de ayuda que debe ser remunerado”, explica.

No es la única deficiencia del proyecto, que propone la derogación de la ley de Personas con Discapacidad. La Comunidad Sorda del Perú ha expresado su rechazo al documento en parte porque ahora los temas de “accesibilidad” -todo relacionado al acceso a la información, a la educación, a la cultura, etc.- serán vistos por el Ministerio de Vivienda y no por los ministerio de Educación y de Cultura.

“Pone en peligro la educación de los/las niños sordos/as a nivel nacional. Nuestro idioma (la Lengua de Señas Peruana) perderá estatus, oficialidad y valor cultural”, se lee en un comunicado público de la comunidad, que además señala que dicho dictamen “anula todo el avance logrado” por su sector.

Para colmo, denuncian, el documento fue elaborado sin siquiera haberlos escuchado. “Nunca nos consultaron. El dictamen aprobado, además, no lo podemos leer, porque no está en video con la lengua de señas. El 60% de la población sorda en el país no sabe leer, porque el español es su segunda lengua”, explica a Sudaca la profesora Susana Stiglich, que inició, junto a 158 organizaciones que agrupan a personas con discapacidad, una campaña de rechazo. Algunas de ellas han presentado una demanda constitucional para que sus opiniones sean tomadas en cuenta.

El pasado 11 de marzo, la directora de la asocación Sociedad y Discapacidad, Pamela Smith, y otras organizaciones han presentado una demanda constitucional para que sus opiniones y propuestas sean escuchadas y tomadas en cuenta en el reciente dictamen de ley aprobado en el Congreso.

Contactamos al presidente de la comisión de Inclusión Social, José Luis Ancalle, que negó que el proyecto se esté elaborando sin la participación de la sociedad civil y las organizaciones interesadas. “Las puertas de la comisión y de mi despacho siempre han estado abiertas para escuchar sus posiciones. Hace unos días nos reunimos con algunas personas con discapacidad preocupadas por el tema y así estamos recibiendo todas las opiniones en mejora del dictamen. Permítame invocar, a través de su medio, a todas las asociaciones civiles que tengan propuestas para mejorar el dictamen”, dice el parlamentario del Frente Amplio.

Pero Bárbara Ventura lo desmiente. La mujer cuenta que el sábado pasado fue invitada a participar de un zoom organizado por dicha comisión, pero no se le dio el uso de la palabra.

Sudaca envió un cuestionario al Ministerio del Desarrollo e Inclusión Social (Midis), pero respondieron que no se pronunciarán sobre el dictamen. ¿Sobre qué se pronuncia entonces la cartera que dirige la señora Silvana Vargas Winstanley? No lo sabemos.

Bonos para todos

Julio Arana es masajista quiropráctico, padece de hipoacusia o sordera parcial, lo que le hace imposible oír a una distancia de más de tres metros. Además, perdió la vista hace 15 años a causa del glaucoma y el desprendimiento de la retina en sus dos ojos. “Después de acabar el colegio, ingresé a estudiar fisioterapia y rehabilitación en el Instituto Daniel A. Carrión. Toda mi vida he trabajado como masajista”, cuenta.

Julio Arana es masajista, invidente y posee sordera parcial o hipoacusia. Por la pandemia, el local de Barranco donde brindaba sus servicios profesionales cerró y ahora atiende a domicilio o en la casa de su padre. 

Su nombre no se encuentra en la lista de las 74,000 personas con discapacidad severa que reciben el bono de S/300 que entrega el programa “Contigo”, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), y que es entregado cada dos meses desde el año 2015. Tampoco ha recibido ningún bono otorgado por el gobierno durante esta pandemia. Según el sitio web del ministerio, para acceder a este bono, una persona con discapacidad severa tiene que estar “en situación de pobreza”.

No es la situación de Julio Arana, pero cada día se acerca más. La pandemia ha golpeado sus bolsillos. Su último trabajo como masajista fue en un local de Barranco que, a inicios de llegada la pandemia, cerró sus puertas y tuvo que cambiar de rubro. Desde esa fecha, atiende a sus clientes en la casa de su padre, en Surquillo, donde ha instalado una camilla. La oferta incluye masajes a la espalda, mejoramiento de la postura, quiropraxia y reflexología.

Para ampliar sus ingresos, Arana también va a los domicilios de sus clientes. Ha llegado a trasladarse hasta San Bartolo. No se hace problemas, dice. Se orienta con un aplicativo llamado “Lazarillo”, que indica la ruta mediante indicaciones por mensajes de voz. “Si es una dirección cercana a mi casa, voy caminando. Si tengo que ir a un lugar lejano, voy en micro, combi, Metropolitano o en el tren eléctrico”, asegura el masajista. Antes de la pandemia podía ganar al mes hasta S/1.500; ahora, sus ingresos han disminuido a menos de la mitad: entre S/400 y S/600.  De ese monto, le pasa a la mamá de sus hijos S/300, como es parte del acuerdo de su separación.

158 organizaciones de personas con discapacidad han publicado, el pasado 11 de febrero, esta carta de rechazo al dictamen de ley aprobado en la comisión de Inclusión Social del Parlamento.

Otros inconvenientes, sin embargo, han surgido. Por ejemplo, cuando es hora de cruzar las calles y las avenidas. “Hay personas que ya no quieren ayudarnos, por el tema del distanciamiento”, dice Arana, que pide que el bono del programa “Contigo” pueda llegar a más personas con discapacidad, un bono universal que no excluya a quienes no son pobres.

Para Julio Arana tampoco es fácil mantenerse informado. Luzmila Muro, presidenta de la Comisión de Damas Invidentes del Perú y abogada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, dice que los formatos en los que el gobierno emite sus comunicado no les permite traducirlos a mensajes de voz. “Los lectores de pantalla [los aplicativos que traducen en audio los textos] no pueden traducir los comunicados del gobierno y de las autoridades que difunden en redes sociales, porque están en formato de imagen. Pedimos que utilicen formatos que sí pueden detectar nuestros lectores de pantalla, como son los archivos en Word o PDF”, reclama doña Luzmila, quien perdió la vista, al igual que Julio Arana, por el glaucoma.

 

(*)  Bárbara Ventura es comunicadora, posee discapacidad severa de nacimiento, usa silla de ruedas y es directora de la asociación Luchando Contra Viento y Marea. Susana Stiglich tiene sordera total y es docente universitaria de lengua de señas en la Universidad Peruana Cayetano Heredia y en el Centro de Idiomas de la Universidad del Pacífico. Apoya y promueve una campaña de recolección de firmas en www.change.org (No a la derogatoria de ley 29973 por las personas con discapacidad)

Fotocomposición: Leyla López

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Discapacitados, Pandemia

Es verdad que en primera vuelta se produce un desfleme de propuestas y que recién en la segunda vuelta -en la búsqueda de conquistar el centro- éstas se morigeran, pero de por sí, si nos guiamos por el formato discursivo de los candidatos, el panorama que se viene para los siguientes cinco años no es muy alentador.

Yonhy Lescano y Rafael López Aliaga, los dos candidatos más potentes (a pesar de la aparición de George Forsyth en la última medición de Ipsos), han hecho gala de un populismo desmadrado. Lescano ha anunciado controles de precios y tasas, presiones al BCR por plata, empleos en base a inversión pública; López Aliaga ha arremetido contra los monopolios mediáticos, lechero y farmaceútico con clara connotación intervencionista.

En ambos casos, no proponen el libre mercado competitivo como mecanismo de solución de los problemas que se puedan encontrar sino la intervención estatal.

A esa situación de riesgo populista se agrega el escenario de un Congreso tan o más fragmentado que el actual y, por ende, lleno de competencias internas por ver quién lanza la iniciativa más populista y demagógica. Y el problema es que a diferencia de lo sucedido con PPK, Vizcarra o el propio Sagasti, lo más probable es que esta vez estas iniciativas tengan eco en el Ejecutivo.

El último bastión contra propuestas de este tipo ha sido en los últimos tiempos el Tribunal Constitucional, pero a la vez hay que tener en cuenta que será el nuevo Congreso hiperfragmentado el que designará a los seis reemplazantes de los magistrados con mandato ya vencido. Así pues, probablemente toque en suerte un TC a la medida del populismo desembozado del flamante Legislativo.

Ya que no está Verónika Mendoza en lugar expectante, se podría descartar un cambio del modelo económico, pero sí vamos a ver infinidad de perforaciones populistas. No veremos expropiaciones, pero sí regulaciones ad hoc contraproducentes; no veremos empresas estatales creadas, pero sí injerencia en procesos privados.

No se ve muy halagueño el panorama. Queda un mes todavía por delante y podría ocurrir que los candidatos más liberales (Keiko Fujimori o De Soto), o menos populistas (Forsyth), logren crecer o mantenerse en lugar expectante y variar la perspectiva, pero la foto de hoy nos muestra un panorama sombrío.

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Candidatos presidenciables, Elecciones 2021, Populismo

En el escenario actual este aplicativo genera una disminución de robos, al usarse menos efectivo y es un mecanismo seguro de pago.

Un estudio de Ipsos Perú reveló que existen 6.6 millones de compradores en línea en nuestro país, y 7 de cada 10 realizó compras por Internet durante la primera cuarentena. La demanda de servicios con pagos digitales es cada vez más grande y es necesario que en este proceso de transformación digital, tanto clientes como empresas estén listos para el cambio.

 

Por ello, cada día suenan más las billeteras digitales. ¿Qué son? Se trata de una aplicación móvil que se descarga en su celular, permitiendo emitir una tarjeta virtual con la que se pueden realizar algunas operaciones financieras como recargas de dinero, compras online, transferencias de dinero a otras personas y pago de servicios, entre otras.

 

Bancos, empresas fintech y otras compañías ya se están adaptando a este sistema que ha tenido mayor acogida en los últimos años.  En nuestro país, las más usadas son Kontigo y Máximo. Así como la billetera digital Ligo, Agora y Rappibank, ambas del grupo Interbank. Además de PLIN, desarrollada por los bancos BBVA Perú, Interbank y Scotiabank.

 

En 2020 el Banco de la Nación utilizó las billeteras digitales Yape, Tunqui y BIM para pagar los bonos del gobierno durante la pandemia, por lo que estas billeteras se vieron beneficiadas con el incremento de muchos usuarios nuevos.

 

YAPE es la billetera digital más difundida en el Perú, cuenta con 5 millones de descargas en el Play Store y es muy aceptada en la mayoría de los establecimientos.

 

Luis Barragán Scavino, magister en Administración y docente de Esan y la Universidad del Pacífico, asegura que existen diferentes tipos de billeteras digitales que ofrecen diferentes servicios, algunas están respaldadas por un banco o una empresa emisora de dinero electrónico que cuentan con una licencia bancaria, por lo que pueden realizar retiros en cajeros automáticos. Otras billeteras digitales operan sin licencia bancaria, pero cuentan con el respaldo de una marca de tarjetas como VISA o Mastercard.

 

¿Cómo funciona una billetera electrónica?

 

El principal objetivo de un negocio al integrar una billetera digital es poner a disposición del cliente una aplicación sencilla que le permita pagar de forma rápida y segura. En general las billeteras electrónicas funcionan solo con que el usuario vincule una cuenta bancaria o las tarjetas que tenga activas.

 

Para el usuario, esto significa tener a la mano sus tarjetas vinculadas y según el pago que vaya a realizar, podrá seleccionar la opción más adecuada. Es importante recordar que los datos de las tarjetas de crédito no se quedan almacenadas en el teléfono móvil, sino en el sistema de billetera digital de su elección.

 

En el caso de los negocios se trata de agilizar y simplificar el proceso de pago. Hay billeteras electrónicas muy fáciles de integrar y nos ahorran un tiempo considerable. Además, utilizando el panel de administración que trae una billetera digital o e-wallet se puede gestionar toda la información sobre los pagos recibidos.

 

Un beneficio importante de la billetera digital es que también se pueden recibir pagos a través de tarjetas como MasterCard o Visa, siempre que contemos con una cuenta de comerciante.

 

Si un negocio decide utilizar un proveedor de billetera digital, verá ahorro en recursos y tiempo disponible ya que el propio proveedor es quien se encarga del mantenimiento de la cuenta comercial.

 

Para Mario Vergara, Docente de posgrado de ESAN en auditoría, el uso de una billetera digital en el escenario actual genera una disminución de robos, al usarse menos efectivo. Es un mecanismo seguro de pago para reducir el riesgo de contagio de la COVID-19. Además, incluye una disponibilidad inmediata del dinero, más seguridad al momento de realizar transacciones, disminución de costos de transacción, ahorro de tiempo e inclusión de la población no bancarizada.

En vista del alto consumo de videos en redes sociales, los emprendedores buscan integrarlos cada vez más en sus campañas publicitarias, incluso existen servicios que se han especializado en la elaboración de estos contenidos de alto impacto.

Los videos se han vuelto un elemento común en las publicaciones de redes sociales y pueden ser una herramienta muy importante para los negocios que buscan mostrar didácticamente las bondades de sus productos. Solamente en la principal plataforma de video, Youtube, se calcula que casi 2 mil millones de usuarios visualizan más de mil millones de horas de video.

La tendencia es clara para los emprendedores que, de acuerdo a un estudio de Hubspot durante el 2021, el 85% piensa en utilizar el video como herramienta de marketing, mientras que hace 5 años solamente el 61% lo tomaba en cuenta. Para aprovecharlos al máximo, el portal Entrepreneur recomienda identificar primero el objetivo del video.

“Por ejemplo, para crear comunidad y reforzar nuestra marca, lo más efectivo es grabar un vídeo personal y hablar a la cámara. Si es un tutorial, entonces será mejor capturar la pantalla del ordenador. Aunque también puedes combinar ambas cosas. Todo dependerá del material o la lección”, precisan.

La duración del vídeo también depende el propósito, los tutoriales pueden llegar a tener un promedio de 20 minutos, pero si lo que se quiere es grabar una publicidad pagada en internet, es necesario ajustarse a segundos. Lo mismo ocurre con algún video para redes sociales, donde prima la concisión y claridad. Incluso en algunas redes como Facebook, los subtítulos generan un valor agregado para los usuarios que deseen verlos sin audio.

El lenguaje de las redes y lo viral

Debido a que las principales redes sociales trabajan mucho con videos, el portal recomienda basarse en los formatos de plataformas como YouTube, Tik Tok, Snapchat, entre otras. Sin embargo, consideran necesario tener una buena calidad de imagen para destacarse dentro de todos los contenidos que abundan en internet y siempre invitar a la participación con un botón de “suscríbete”, “comparte” o “dale me gusta”.

En cuanto al lenguaje que se debe utilizar, aconsejan tener una narrativa en base al mensaje que se desea transmitir. “¿Deseas compartir las especificaciones del producto? Inclúyelos en la historia de la concepción y el desarrollo del producto. ¿Quieres promocionar un nuevo descuento? Muestre lo que hizo posible esa caída de precios. Los clientes reconocerán y responderán a sus esfuerzos”, explican.

Si no es un especialista en preparar estos videos que apelan a un contenido más emocional o práctico, existen servicios que le pueden enseñar a elaborarlos. Es el caso del popular canal “Nas Daily” que empezó como un video diario de un minuto sobre distintas cosas del mundo y ahora, tiene una academia para enseñar a realizar estos videos.

“Hacer videos es difícil. Me tomó 270 videos para finalmente conseguirlo. Tuve que empezar de cero y aprender todo: cómo contar una historia, cómo usar una cámara, cómo editar un video y cómo publicarlo en Internet. Esto no es fácil ni sencillo. Por eso iniciamos este increíble curso”, comenta Nuseir Yassin, el popular blogger que tiene más de 30 millones de seguidores en el canal que lo ha llevado a viajar por todo el mundo, con videos de un minuto.

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