Sobregiré mi tarjeta de crédito: ¿Qué hago ahora?

Actualmente existen 7.8 millones de tarjetas de crédito en el Perú. Aprende a cuidar de este producto y de tu salud financiera.

Hacia finales de marzo, múltiples entidades bancarias suspendieron más de 919 mil tarjetas de crédito por morosidad, dejando en existencia 7.8 millones de tarjetas en el mercado peruano.

 

La morosidad de este tipo de producto financiero aparece cuando sobregiramos la tarjeta de crédito o incluso excedemos nuestra propia capacidad de pago. Una tarjeta de crédito sobregirada es aquella a la que hemos excedido el límite de línea. Y eso no debería ocurrir.

 

El economista y asesor financiero Juan Carlos Delgado explica que el sobregiro no es el punto negativo, sino la incapacidad financiera de pagar la deuda generada. Para no generar un largo daño a nuestro historial crediticio, el experto recomienda recurrir a la entidad bancaria que nos provee este producto para solicitar una reprogramación de la deuda.

 

“Si tienes un sobregiro vencido, lo mejor será ir a la entidad bancaria y solicitar reprogramación en cuotas que puedan ser pagables en un mediano plazo, como por ejemplo 12 meses. Es importante sincerarse sobre la capacidad de pago. Eso permite frenar el deterioro de tu calificación crediticia. Si incumples con la reprogramación, tu calificación puede deteriorarse gravemente”, indica Delgado.

 

Recomendaciones una vez saldes tu deuda

 

Juan Carlos Delgado hace algunas recomendaciones puntuales a tomar en cuenta una vez que logremos saldar nuestra deuda con el banco. Puedes considerarlas desde ya para mantener un historial saludable.

 

– Llevar una deuda prudente: Tras saldar nuestra deuda, aprende de estos errores y sé consciente de tu capacidad de pago mes a mes. Arma un presupuesto y ten presente cuál es tu propia capacidad de endeudamiento para evitar caer nuevamente en el sobregiro.

 

-Gastos puntuales: Una tarjeta de crédito es un producto costoso, pues si bien nos permite hacer compras en cuotas, los intereses son elevados. Por eso es mejor usarla para gastos que pueden ser pagados en una sola cuota. Algunos ejemplos son: las compras de la semana o un almuerzo.

 

Delgado recuerda que lo más saludable para nuestra calificación crediticia es pagar a tiempo. “Cuando vemos estas situaciones nos preguntamos ‘¿entonces por qué no es mejor pagar en efectivo?’ y la respuesta es que las tarjetas de crédito nos ofrecen beneficios adicionales como acumulación de millas, o puntos que nos permiten acceder a otro tipo de productos y servicios”, finaliza.

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