El Estado es muy generoso con los familiares de Dina Boluarte. Wigberto Nicanor Boluarte Zegarra, hermano de la vicepresidenta de la República, fue contratado como asesor principal en el municipio de Pueblo Libre en agosto pasado, contraviniendo a la Ley de Contrataciones del Estado, que prohíbe darle trabajo a parientes “hasta el segundo grado de consanguinidad” de la alta funcionaria, según dos especialistas consultados por este medio.

A Wigberto Boluarte lo contrató el alcalde Stephen Haas del Carpio, que llegó a la comuna con los colores de Acción Popular. Este es un partido cuya bancada está dividida sobre su posición respecto al gobierno. Una facción minoritaria, integrada principalmente por legisladores provincianos, es afín a la gestión de Pedro Castillo.

Haas Belaunde
Stephen Haas del Carpio, alcalde de Pueblo Libre, posa con una imagen del expresidente Fernando Belaunde. En su gestión se contrató a Wigberto Boluarte, hermano de la vicepresidenta de la República, como asesor. Fuente: Andina.

Wigberto Boluarte llegó al municipio para ocupar el cargo que entonces tenía Enrique Vílchez, hoy secretario general del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), cartera que preside Dina Boluarte. Vílchez fue asesor del alcalde de Pueblo Libre desde enero del 2021 hasta el 3 de agosto de ese mismo año. Tras pasar al Midis, fue reemplazado en el distrito por el hermano de la vicepresidenta. Un enroque perfecto.

 

ESPECIALISTAS CUESTIONAN

Wigberto Boluarte ha recorrido diversas instituciones públicas. Fue viceministro de Promoción del Empleo en el gobierno de Ollanta Humala. También coincidió con Enrique Vílchez, el 2017 y el 2018, en el Servicio Nacional de Capacitación para la Industria de la Construcción (Sencico), durante el gobierno de Martín Vizcarra. El primero fue gerente general de la institución; y el segundo, asesor legal de la gerencia general.

“Yo conozco a Nicanor [así le dice al hermano de la vicepresidenta]. Y con Nicanor y Enrique Vílchez hicimos un grupo de transferencia con el alcalde saliente [de Pueblo Libre]”, dice a Sudaca el alcalde Haas del Carpio.

En mayo del año pasado, en medio de la agitación política por la segunda vuelta electoral, Wigberto Boluarte fue nombrado director de la Empresa Nacional de Puertos, entidad adscrita al Ministerio de Transportes y Comunicaciones, por el gobierno de transición de Francisco Sagasti.

Pero el hermano duró dos días en el cargo. Renunció para evitar suspicacias de que su nombramiento respondiera a un pacto político entre Sagasti y Pedro Castillo. Y es que se trataba de un familiar directo de la entonces candidata a la vicepresidencia. “No quisiera que esta designación de pie a comentarios fuera de lugar”, señaló en una carta.

Tres meses después, sin embargo, al hermano de la vicepresidenta no pareció interesarle la agitada coyuntura política y aceptó el cargo de Asesor I en la municipalidad de Pueblo Libre, bajo el régimen laboral CAS (contratación administrativa de servicios). Entró en agosto del año pasado con un salario mensual de S/8.370, según el portal de Transparencia del municipio. Un mes después, en septiembre, tuvo un incremento salarial y pasó a ganar S/9.300.

El alcalde cierra filas con la designación del hermano de Dina Boluarte y dice que la contratación cumple con los requisitos de ley, pero sin dar argumentos legales. “Lo hemos contratado porque no tiene ningún impedimento legal, además cumple con el perfil técnico. Él es funcionario de confianza. Su contratación pasó por la revisión de la gerencia de Recursos Humanos”, dice el burgomaestre Stephen Haas.

Sudaca tuvo acceso a la resolución de la alcaldía de Pueblo Libre en el que nombra a Wigberto Boluarte Zegarra, como Asesor 1. Es del 4 de agosto del 2021. “La subgerencia de Recursos Humanos informa que habiendo recibido el currículum vitae documentado del señor Wigberto Nicanor Boluarte Zegarra procedió a verificar si cumple con el perfil del puesto para el cargo de Asesor 1 del Despacho de Alcaldía, concluyendo que sí cumple con dicho perfil”, dice la resolución. En el documento no se analiza si el contratado está impedido de contratar con el Estado por ser pariente de la vicepresidenta.

Resolución de alcaldía
4 de agosto, 2021. La resolución de la alcaldía de Pueblo Libre en la que se nombra como asesor principal a Wigberto Boluarte Zegarra, hermano de la vicepresidenta Dina Boluarte. No se analizó si está impedido de ser contratado por ser pariente de una alta funcionaria.

“A él [Wigberto Boluarte] sí le alcanza el impedimento porque es el hermano de la vicepresidenta. Un CAS tiene la prohibición también”, dice a Sudaca Cecilia Ruiz, abogada especializada en contrataciones.

El artículo 11 de la Ley de Contrataciones del Estado dice que están impedidos de contratar “el cónyuge, conviviente o los parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o afinidad” de un alto funcionario, como el presidente o el vicepresidente, en el ámbito que se desempeñen.

Óscar Saravia, especialista en contrataciones, dice a Sudaca que el ámbito del mandatario Pedro Castillo y la vicepresidenta Dina Boluarte es nacional, por lo que sus familiares directos no pueden contratar con el Estado en todo aspecto. “En mi opinión el ámbito de la vicepresidenta es a nivel nacional porque no hay una oficina o dependencia del vicepresidente. Por lo tanto, el impedimento para contratar un familiar directo es a nivel nacional mientras dure su ejercicio o un año después de haber culminado su ejercicio. Está prohibido contratar a un hermano de padre y madre (de la vicepresidenta). No se puede”, dice Saravia.

Al ser consultado sobre si Dina Boluarte influenció en la contratación de su hermano, el alcalde Stephen Haas responde: “No he tenido acercamiento con la señora Boluarte. Ella vino al distrito con motivo de la celebración del bicentenario de la República. Se invitó al presidente de la República, no pudo venir y envió a la señora Dina Boluarte. Pero jamás me he reunido con ella en privado”.

Haas llegó a la alcaldía como invitado de Acción Popular. Se afilió al partido en el 2019 y, en septiembre del 2021, un mes después de contratar al hermano de Boluarte, renunció a la militancia. Según dice, lo hizo para formar parte de un movimiento independiente. Niega haberse ido en malos términos del partido. “No me aproveché ni mucho menos de Acción Popular. Yo participé en las internas como invitado y gané. Le estoy agradecido a Acción Popular, pero me fui porque se presentó la posibilidad de presentar una nueva agrupación política”, dice el titular de la comuna de Pueblo Libre.

Wigberto Boluarte no es el único familiar de la vicepresidenta y ministra del Midis contratado por el Estado. El 9 de febrero la Contraloría alertó en un informe que la empresa Grupo Peruano Suiza, que pertenece a Jorge Gamarra Boluarte, sobrino de Dina Boluarte, ganó un contrato de S/170.000 para realizar exámenes de tomografía en el hospital regional del Cusco, administrado por el gobierno de la región. El acuerdo, que fue ventilado por la prensa, se firmó en diciembre pasado  por la vía de la “contratación directa”.

Jorge Gamarra Boluarte, de acuerdo al informe de Contraloría, sería hijo de Olga Boluarte Zegarra, hermana de la vicepresidenta. El órgano de control recomendó tomar acciones respecto a esta adjudicación. Sudaca se comunicó con la vicepresidenta Dina Boluarte y su oficina de prensa, pero al cierre de la edición no hubo respuesta.

Da la casualidad de que Acción Popular también dejó marcada su huella en este caso. Y es que el gobernador regional del Cusco, Jean Paul Benavente García, pertenece al partido de la lampa. La autoridad regional negó cualquier tipo de favorecimiento. Benavente es de la línea de Mesías Guevara, gobernador regional de Cajamarca y que adopta un tono conciliador con el gobierno. Esto, en contraste con una línea dura fijada por su correligionaria y presidenta del Congreso, María del Carmen Alva.

Benavente Castillo Boluarte
8 de febrero. Jean Paul Benavente, gobernador regional del Cusco, conversa con el presidente Pedro Castillo al asumir la presidencia de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales. La vicepresidenta Dina Boluarte acompaña la escena. El sobrino de ella fue contratado como proveedor en la gestión de Benavente. Fuente: Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales.

 

El gobernador de Cusco, Jean Paul Benavente, es el nuevo presidente de la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales. Fue elegido el 8 de febrero pasado, con la presencia del presidente Castillo y la vicepresidenta Boluarte. Todo queda en familia.

 

 

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Dina Boluarte, Pedro Castillo

Más de 423,300 personas ingresaron a la Población Económicamente Activa Ocupada entre enero de 2021 y enero de 2022, informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática mediante el último Informe de Empleo.

Si bien ingresar a un nuevo puesto laboral puede representar todo un reto a nivel emocional y de habilidades, existen diversas formas de destacar e incluso potenciar las habilidades blandas durante las primeras semanas, lo cual generará una buena impresión, además de consolidar cambios positivos en uno mismo.

La Escuela Europea de Coaching explica que las habilidades blandas tienen un impacto significativo en el contexto laboral, pese a que “no pueden ser reducidas a conocimientos técnicos ni a la ejecución de determinados movimientos concretos relacionados con el trabajo a realizar”. En ese sentido, brindan algunos consejos prácticos para los primeros días en el nuevo trabajo:

Escribir cada día

El hábito de redactar frases o párrafos de relativa complejidad puede ayudar en gran medida a estructurar mejor las ideas y proposiciones en la mente. De esa manera, además de escribir mejores correos o documentos, mejorará el modo de hablar con los compañeros y líderes de equipo. Además, anotar los pendientes o ideas relevantes en una reunión ayudará a soltar la mano, así como percibir mayores características del equipo.

Dividir las metas en pequeños objetivos

Esta acción puede ser aplicada a prácticamente todas las responsabilidades con las que una persona se encuentre en su día a día. No solo ayuda a para tener claro en todo momento qué hacer, sino que permitirá priorizar las tareas, lo cual resulta necesario si se desea contar con una perspectiva orientada a la resolución de problemas.

Conocer más que tus labores

La curiosidad es una habilidad muy deseada. El adaptarse a un nuevo trabajo requiere ver más allá de las metas objetivas relacionadas al puesto al que se ingresó. También es importante comprender el porqué de todo lo que sucede en la organización. Será útil hacer preguntas a quienes saben perfectamente cómo funcionan los flujos laborales y sociales, para estar preparado para las necesidades del equipo.

Preparar el espacio de trabajo

Ya sea en casa, o de vuelta en las oficinas, como miles de trabajadores en la actualidad, preparar el escritorio eliminando posibles distracciones ayudará a darle un mejor uso al tiempo disponible para trabajar. Con ello, será posible lograr disponer de más recursos y energía para aprender acerca de lo que sucede en el entorno.

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Hoy en «Si el río suena»: ¿Estamos listos para flexibilizar medidas de prevención covid?

El gobierno anunció que este miércoles se evaluará en el consejo de ministros aumentar los aforos al 100% y la flexibilización de otras medidas de prevención contra el covid.

Conversamos al respecto con el epidemiólogo Ernesto Gozzer.

 

Mira a Patricia del Río en YouTube:

 

 

Lee aquí los mejores informes de Sudaca:

 

https://sudaca.pe/categorias/informes

 

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Gobierno, Minedu, Pedro Castillo

Un estudio elaborado por The Social Habit, el 42% de los consumidores en línea espera que las marcas respondan dentro de la primera hora tras comunicarse con ellos mediante sus redes sociales. Por ello, herramientas como respuestas rápidas permiten brindar una gran atención al cliente en cualquier momento del día.

Además, las respuestas automáticas permiten ahorrar tiempo frente a las preguntas recurrentes de los clientes. También contribuyen a la imagen de marca, pues brindar una rápida atención se convierte en una ventaja competitiva en el rubro elegido.

¿Cómo implementar respuestas rápidas?

Un informe de HubSpot indica que gracias a la inmediatez de las respuestas rápidas, es posible estar preparados para cualquier escenario posible y lograr enfrentar incluso situaciones adversas al tomar el control de inmediato. Dicho informe brinda, además, algunos consejos prácticos para implementar las respuestas rápidas en diversas redes sociales:

Respuestas rápidas en WhatsApp

1.-Descargar WhatsApp Business.

2.-En el Menú de Configuración de la app, ir a Respuestas rápidas.

3.-Añadir las respuestas rápidas. Para añadir nuevas respuestas rápidas, seleccionar el símbolo + en la parte superior derecha. Se pueden adjuntar imágenes en caso se tenga un catálogo a compartir.

4.-Crear un atajo. Es posible seleccionar una palabra que permitirá que se despliegue la respuesta rápida.

Respuestas rápidas en Messenger de Facebook

1.-Ir a la bandeja de entrada.

2.-Seleccionar cualquier mensaje que se desee responder. Elegir el botón con los tres puntitos: “insertar respuesta guardada”.

3.-Selecciona “Crear respuesta guardada”.

4.-Escribir la respuesta en la casilla.

5.-Escribir el atajo vinculado a la respuesta rápida.

Respuestas rápidas de Instagram

1.-Abrir los mensajes privados

2.- Selecciona la opción de Respuestas rápidas. Tocar el botón de + para ver las opciones del lado derecho, y elegir el icono con tres puntos para seleccionar “Respuestas rápidas”.

3.-Agregar las respuestas rápidas. Elegir el atajo con que se desea activar el mensaje, luego escribir la respuesta rápida a enviar y hacer clic en «Guardar».

4.-Usar la respuesta rápida con los clientes.

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chat, messenger, Respuestas rápidas, WhatsApp

 

Sí hay personajes en la centroderecha que podrían galvanizar un proyecto político electoral potente y con posibilidades para el 2026 o para antes, si el régimen sigue haciendo agua y termina con su mandato interrumpido.

Roberto Chiabra, Fernando Cillóniz, Rómulo Mucho, Flor Pablo, Roque Benavides son, por ejemplo, nombres capaces de integrar diferentes colectividades partidarias y encabezar un proyecto de consolidación de las libertades políticas y económicas en el país, agregando las urgentes reformas institucionales y de segunda generación que debieron haberse llevado a cabo luego de la caída del fujimorato, pero que los gobernantes de la transición soslayaron olímpicamente.

 

 

Es preciso insistir en hacer realidad la sensata propuesta de Rafael López Aliaga de renunciar él mismo y Keiko Fujimori a sus respectivas aspiraciones. Son candidatos polarizantes, que eventualmente podrían pasar a la segunda vuelta (como lo ha demostrado tres veces Keiko Fujimori), para luego ser derrotados por sus contendores, aun por personajes tan precarios y endebles como Pedro Castillo. Y en ambos casos, además, le pueden quitar votos cruciales a los candidatos de similar identidad ideológica.

Si eventualmente Castillo dura sus cinco años de mandato hay tiempo de que aparezcan nuevos liderazgos (es una lástima que Rosangela Barbarán o Lucas Ghersi no alcancen la edad suficiente para poder postular), pero por lo pronto puede haber una baraja lo suficientemente atractiva para hacerle frente a centros aguachentos o izquierdas de toda laya que puedan surgir o querer reaparecer.

Es tiempo de reconducir la nave nacional hacia una opción claramente identificada con un modelo promercado, radical en las reformas necesarias para consolidar un capitalismo competitivo en el país, pero, a la vez, de plantear serias reformas institucionales (electoral, política, de seguridad interna, regionalización, salud y educación públicas, etc.).

La centroderecha, a diferencia de la izquierda -como ha quedado meridianamente demostrado en estos aciagos meses de gestión de Pedro Castillo-, tiene cuadros tecnocráticos de sobra y podría rápidamente dotar de excelencia la gestión pública, si tiene el norte definido y claro y no busca tan solo hacerse del poder para mantener el statu quo.

La del estribo: no pueden dejar de visitar la exposición Maravillarte, que va en el Ministerio de Cultura, en San Borja, y reúne alrededor de 500 obras de arte, seleccionadas previo un concurso convocado a raíz del bicentenario y que además de mostrar nuevos valores (en pintura, escultura, grabado y fotografía), alberga también la obra de algunos artistas consagrados. El ingreso es libre y no hay que hacer reserva. Va de martes a domingo (este domingo 27 clausuran), de 9.00 a 5.00 pm.

 

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Pedro Castillo

Planteo algunas precisiones económicas sobre el futuro del Perú.  El objetivo es tener claras ciertas necesidades del país, así como conceptos que reduzcan confusiones. Es positivo mantener lo que funciona y mejorar lo que no funciona, a partir de la evidencia empírica.

Primero, existe una necesidad impostergable de crear empleo. En 2020 se perdieron más de 2 millones de empleos en comparación con 2019. En enero de 2022 todavía no se habían recuperado todos los empleos perdidos. El empleo no se crea por decreto. Aparece cuando alguien invierte y contrata. Segundo, la inversión puede ser pública o privada. La primera representa el 20% de la inversión total, mientras que la segunda, el 80%. De cada 10 soles que se invierten, 8 son privados y aquí se incluyen a las MYPES, medianas y grandes empresas. Tercero, la mayor inversión crea más empleos y con ellos los ciudadanos tienen más ingresos y así aumentan el consumo. Las empresas producen más y se genera un círculo virtuoso.

Cuarto, crecer no es igual a desarrollar. El primero significa producir más, mientras que el segundo, elevar la calidad de vida de todos. Quinto, para conectar el crecimiento con el desarrollo, la evidencia empírica muestra que deben hacerse reformas para mejorar salud, educación, pensiones, etc. Sin ellas no es posible el desarrollo. Sexto, las economías que han brindado altos niveles de bienestar a sus ciudadanos han mantenido los cimientos y sobre ellos han construido el bienestar.

Séptimo, los cimientos son, en general, dos: por un lado, la independencia del banco central. Es un ente técnico y despolitizado que ha logrado que la inflación promedio anual del Perú entre 2001 y 2021 sea la menor de América Latina. Por otro, ser responsable en el manejo de las finanzas públicas. El gobierno tiene ingresos y gastos. El exceso de gastos sobre los ingresos fue alto en 2020. La diferencia se cubre con deuda. Ser responsable significa tratar de cuadrar los ingresos con los gastos, como lo haría cualquier familia con sus cuentas. En 2021 se redujo el déficit a 2.5% del PBI gracias a un aumento de los ingresos debido a la elevación de la recaudación por los ingresos mineros.

Octavo, la economía no es una lista de buenas intenciones; tiene límites. Por ejemplo, nadie puede gastar por encima de sus ingresos de manera indefinida. Noveno, la evidencia histórica muestra que la ecuación correcta es la siguiente: cimientos sólidos + reformas = aumento de la calidad de vida.

Décimo, es clave mantener los cimientos y comenzar a construir las mejoras que relacionen los buenos números macroeconómicos con el bienestar microeconómico. Y eso no se adivina, sino que se decide a partir de lo que funciona y lo que no funciona.

Definir qué hacer con la economía peruana pasa por tomar como base a la evidencia empírica. No estamos para experimentos. Sí para mejorar una serie de aspectos de la manera como funciona. Reformar sí, destruir no.

En todas las economías interviene el estado, en mayor o menor medida. No existe ninguna en la que el estado no haga nada. La pregunta es cuánto y qué debe hacer. La evidencia empírica histórica e internacional muestra que las economías que mayor bienestar brindan a todos sus habitantes son aquellas en las que el rol del estado está acotado, pero cumpliendo funciones claves. Pequeño pero fuerte.  Por último, sin una sólida base institucional, lo demás es ilusión.

 

Enrique Montenegro ha mostrado en el programa de Milagros Leiva cómo hoy, sin necesidad de ser abogado, y por 170 soles, se puede conseguir un certificado trucho de diplomado de LIBREJUR con el Colegio de Abogados del Callao. Esto nos lleva, primero, a un horror conocido: los certificados bamba de diplomados. Sin embargo, ¿podemos afirmar desde ya que todos los certificados son falsos? Es muy ligero afirmar eso. Veamos.

LIBREJUR otorga certificados junto con el nombre del Colegio de Abogados del Callao desde hace muchos años, y además, en 2017 firmó un convenio con el Colegio de Abogados de Lima para cuestiones académicas. El 4 de octubre de 2021 ofreció un diplomado que incluye a un juez supremo (José Neyra, sobre derecho penal general y el Nuevo Código Procesal Penal), y antes, en otro diplomado, aparecía Alcides Chinchay, fiscal supremo en lo penal. El 21 de enero de 2022 ha ofrecido diplomados virtuales “válido para concursos de jueces y fiscales de la JNJ”, “Acreditados para el Ilustre Colegio de Abogados del Callao”. Su actividad no es reciente y se registran eventos desde el año 2009 al menos.

El nombre de Jaime Wilfredo Guillén Guillén aparece también como parte del Consejo Directivo del Instituto Peruano de Estudios Forenses. ¿Es el mismo LIBREJUR que ha caído en la venta de sus certificados sin llevar los cursos? ¿O siempre dio certificados bamba? ¿Esos abogados del 2009 no llevaron realmente los diplomados? ¿Cuántos abogados más han sido certificados por LIBREJUR? ¿O es que sí brinda cursos pero a veces también vende los certificados como se lo vendieron a Montenegro? ¿La JNJ tomará en cuenta a LIBREJUR para acreditaciones en los concursos en marcha?

Todas estas preguntas son necesarias y requieren una investigación. Como se ve, el problema es profundo. Por eso, llama la atención que el programa de Leiva se haya focalizado solo en la fiscal de la Nación Zoraida Ávalos, quien por cierto también debe explicar cómo fueron esas capacitaciones. Otro tema a dilucidar, sin aspavientos ni ojerizas, es la preservación por parte de un particular de documentos de hace 12 y 14 años (los cinco certificados en la mira son de esos años), no solo de una persona, sino de todos los que tienen certificados de esa época. Dicho sea de paso, de la calificación 67.50 puntos que se le dio a la fiscal Ávalos en su postulación a la suprema, el puntaje que recibió por cursos de capacitación presenciales fuera de la AMAG fue de 2.00 (“0.75 por cada uno”). Los certificados de LIBREJUR con el Colegio de Abogados Callao (con firma del decano en ese entonces Jorge Guizado Salcedo) que presentó para el concurso dicen que se realizaron en el Teatro “Felipe Pardo y Aliaga”, el auditorio de la UTP y el auditorio del Sindicato de Telefónica. De ser certificados truchos, ¿cómo así el exCNM no los detectó, o es que no eran truchos? Ojo, no era el CNM de Aguila del 2015.

Qué duda cabe que hay que mirar las denuncias sobre nombramientos de supremos del exCNM. Pero esas investigaciones deben hacerse sin prejuicios. Los cuestionamientos sobre el nombramiento de Ávalos se basan, al menos hasta donde se sabe, en dichos de personas investigadas por Cuellos Blanco. Se necesita investigar con profundidad e independencia. ¿Por qué no se dice que el congresista al mando de la investigación es José Ventura de Fuerza Popular, partido que tiene una acusación fiscal por crimen organizado? ¿Por qué en este escenario se le entrevista al ex fiscal de la Nación José Peláez, quien es cuestionado por las infructuosas investigaciones fiscales a Alan García? Dicho sea de paso, no podemos perder de vista otros procesos mientras todo esto pasa, como la elección de la Autoridad Nacional de Control del Ministerio Público, donde uno de los dos candidatos es el abogado Juan Antonio Fernández Jerí, muy cercano a Peláez Bardales.

Que se investigue objetivamente, y que intereses subalternos no saquen provecho de todo esto.

 

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CAL

 

El artículo semanal de Javier Díaz Albertini para El Comercio[1] vino esta semana con una preocupación que es la de muchos, pero que vale la pena discutir. El cuerpo central del texto cuestiona el por qué no existe una protesta ciudadana en la calle que haga sentir su voz frente al gobierno y Congreso. El autor destaca en especial tres condiciones como necesarias para empujar la “calle”:

“Primero, debe existir un sentimiento profundo de indignación de carácter moral por parte de un grupo significativo de la ciudadanía. Segundo, es necesario construir identidades colectivas que claramente distingan a un “nosotros” de un “ellos”. Tercero, es indispensable el convencimiento de que los cambios sociales son posibles por medio de la acción colectiva.”

Creo que esta vez el autor, uno de los más lúcidos para analizar la realidad peruana, se equivoca.

Tengo mis dudas sobre la primera condición, que es la clave. Particularmente, no percibo indignación. El mismo autor expresa un doble sentido de términos en el artículo cuando dice: “solo se está cumpliendo la primera. Estamos hartos.” Pero indignación y hartazgo no van por el mismo camino.

Indignar supone una emoción y un impulso a actuar que no se ve de manera evidente por ningún lado. Nos estamos -como sociedad- acostumbrando a una situación de crisis permanente en la que, si un día amanecemos sin gobierno y sin Congreso, a la gente le va a importar menos que poco.

Julia Kristeva, la filósofa y psicoanalista que ha estudiado tanto la relación entre el lenguaje, comunicación y tejido social, si la he leído bien, ayuda a comprender este particular momento de la relación entre política y sociedad en el Perú, cuando sostiene que estamos frente a nuevas formas de representación en las que nos volvemos menos parlantes y nos dejamos llevar más por imágenes:

“el papel creciente de la imagen, que reemplaza al lenguaje y hace que el hombre parlante se vuelva cada vez menos parlante. Mientras tanto, el sistema de comunicación cubre ya todo el campo visual bajo una inmensa tela superficial, en detrimento de la profundidad, del fuero interior.”[2]

Así, nuestra interpretación de lo que ocurre deja de ser diálogo y pasa a ser imagen. Principalmente porque lo que pasa no nos integra ni convoca. Vemos lo que ocurre, pero no interactuamos (lenguaje) con ello. Nuestra realidad es como una película que vemos en el cine o en la casa. Algo lejano que no percibimos relevante ni con la capacidad de que nos penetre.

Esto hace que, frente a la realidad, la evaluemos y nos distanciemos de ella. Por eso la “indignación” que para Díaz Albertini existe, de modo axiomático, no genera acción posible. No podemos trasgredir los planos, como en la Rosa Púrpura del Cairo de Woody Allen, donde la protagonista podía salir del ecran y volver a entrar en él, porque no hay conexión entre los mundos. Son realidades paralelas y planos diferentes. Pero en el plano importante, en las “cosas del comer” genial término acuñado por la comunicadora Laura Arroyo, eso no entra, es una ficción, una foto en la que no salimos.

Ahora bien, pensemos un poco algunos detalles:

  • La retórica del gobierno, expresada por el presidente, que habla de cómo la corrupción golpea al “pueblo” y no es capaz de mandar a su casa a ministros, asesores y autoridades con antecedentes tan cuestionables como indignantes.
  • La conducta del presidente Castillo que ha privilegiado siempre los pequeños encantos del poder antes que las políticas de Estado. Si no, que la fiesta de su hija, la visita a sus padres en plena cuarentena y otros adicionales, se expliquen adecuadamente.
  • La respuesta de ministros presentables de este gobierno que se ponen de costado frente a otros impresentables, sin hacerse paltas, diciendo que ellos solo ven por sus sectores. Porque de gobierno de proyecto único y claro, no hay nada, pero eso a quién le importa si tengo el ministerio.
  • Un Congreso que invierte una buena parte de su producción legislativa en proyectos declarativos que no impactan en la vida de nadie, como vimos en un buen informe de Alejandro Boyco, de El Comercio[3]
  • Una Mesa Directiva encarnada por Alva, prepotente y con tonos clasistas y racistas que no tiene ningún problema en mostrarse así frente a una alcaldesa de una provincia de afuera de Lima, desde luego.
  • Una confrontación oficialismo – oposición de papel, de palomillas, pero que cuando tienen que sentarse a defenderse ellos mismos, pues no tienen empacho en los abrazos largos y en tirarse abajo las reformas incipientes y el sistema anticorrupción. Allí sí hay foto.

Frente a eso, que además es el resumen de la última semana nomás, nos indignamos primero, gritamos, pero de ahí nos acostumbramos. Porque si no, nos morimos.

Pasamos a la última fase del duelo de una manera casi natural. Porque no hay cuerpo que aguante todo eso. Porque eso va a otra esfera, una en la que ya no tenemos decisión ni competencia. Tener opinión no es indignarnos. Y cada vez nos volvemos más cínicos socialmente hablando. Estamos al borde del alpinchismo moral en un sentido muy amplio.

Si no, miremos con otros ojos el índice Bloomberg tan comentado esta semana: ¿no deberíamos estar más preocupados por la diferencia inmensa que hay entre el indicador económico y el político y las cuerdas separadas que hay entre ambos? Cada uno quiere verlo desde su propio interés, pero nadie alerta sobre cómo nos hemos acostumbrado a vivir en la precariedad política más elocuente.

Lo que nos lleva a la segunda condición: la necesidad de un “nosotros” que nos convoque. Honestamente, me sonó un poco raro que se plantee eso porque es algo etéreo. ¿Por qué habría un “nosotros” si lo que puede convocar a algunos va a desmotivar a los otros? ¿Somos capaces de afirmar que ese “nosotros” es posible? Lo que nos genera identidad hoy es justamente esa diferencia con el otro. Por eso el #quesevayantodos resulta tan relevante.

Recordemos las marchas convocadas hace solo semanas contra el gabinete Valer. Un desfile de argumentos cada cual más extraño donde solo había una condición posible: la unidad era imposible. Yo no marcho con los cojudignos era la voz principal. La segunda era el yo no marcho con corruptos. Al medio los que querían expresar su posición, pero no así. Resultado: magras movilizaciones que validan más de lo que cuestionan.

En ese escenario, la tercera condición es quimérica: que la movilización se base en el convencimiento de que genera cambios sociales efectivos. Allí Díaz Albertini pone buenos ejemplos de lo que las últimas movilizaciones consiguieron:

“Que se derogaran leyes lesivas para los jóvenes trabajadores, que la justicia funcionara ante la violencia de género, que se repusiera a los fiscales del equipo Lava Jato, que no se usara la vacancia para convertir al Estado en botín.”

Pero queda en debe cuando analiza si lo que se logró realmente se sostuvo. Si esos cambios fueron tales y no fueron desmantelados por el ejercicio de esa política distante que justamente por eso interesa tan poco. Tan es así que el autor lo obvia, que no menciona los intentos actuales de contrarreforma y por qué ello no ha generado la misma movilización. Si en algún momento vivimos un momentum social que generó cambio, aprendimos también que ese cambio no fue permanente. Volvimos al estado inicial más temprano que tarde.

Díaz-Albertini acaba con un párrafo beltmoniano: “El (camino) más deseable es reparar nuestra alicaída autoestima nacional y repetirnos –hasta el cansancio– que merecemos más y mejor”. Un Splenda al corazón. Pero es en el fondo la aceptación explícita de que no tenemos idea de cómo afrontar esto que nos pasa. Es el buen deseo, la palmadita en la espalda, en-la-cancha-somos-11-contra-11. Nadie nos gana y Dios es peruano.

Porque en el fondo falta un elemento que le de inicio a este debate: cómo entiende el peruano esta situación, si la ve como crisis y cuáles son los marcos en los que quisiera una resolución. En esta historia, nadie le ha preguntado a la gente nada. Y eso nos va a pasar factura.

 

[1] Díaz Albertini, Javier (16/02/2022), La calle está dura. En: https://elcomercio.pe/opinion/columnistas/la-calle-esta-dura-por-javier-diaz-albertini-noticia/?ref=ecr

[2] Clarin (2014): Los nuevos dolores del alma. Entrevista a Julia Kristeva. En: https://www.clarin.com/rn/ideas/Julia-Kristeva-nuevos-dolores-alma-moral_0_HkAeM1Jowme.html

[3] En: https://elcomercio.pe/politica/congreso/congreso-continua-con-la-agenda-declarativa-peru-libre-accion-popular-y-fuerza-popular-son-las-bancadas-con-mas-proyectos-no-vinculantes-proyectos-de-ley-legislativo-produccion-parlamentaria-ec-data-noticia/

 

 

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Gobierno, Pedro Castillo

 

Utilizo para mi columna de hoy el concepto utilizado por Pierre Rosanvallon para caracterizar lo que actualmente pasa por los regímenes políticos occidentales. El historiador señala que actualmente -en las democracias liberales- vivimos un tipo de accionar ciudadano y político que impacta de manera negativa en el régimen, desgastándolo y vaciándolo del contenido representativo.

Esas acciones pasan por judicializar, vetar e imputar cualquier tipo de política gubernamental, discurso y proyecto político. No es negativo ello, pero el punto de inflexión está en tener en cuenta que dichas características quedan en el aspecto reactivo. Ante tal contexto, cuando la opinión pública exige cambios importantes, la acción propositiva queda en el vacío. No hay eco que sea recogido por cualquier iniciativa que reconstruya el escenario político representativo. Se queda solo en el aire, como un llamado de atención. Eso es lo que actualmente estamos viviendo por el mundo.

Y eso es por lo que el país transita, desde hace varias décadas. Así entramos a la transición a la democracia. En un escenario político, que transita entre la fragmentación y la organización mínima, las minorías activas de toda índole (políticos y sociales) impulsan discursos y acciones que no generan capacidad de síntesis de aquel contexto que vivimos; por el contrario, acentúa aún más la capacidad de normalizar dicha de coyuntura crítica. De estar conformes de la crisis permanente.

Eso lo podemos evidenciar en la poca capacidad que tienen las minorías activas de movilizar gente por las calles o de reconstruir grandes relatos y proyectos que generen confianza en la mente y corazones de los peruanos. Lo que podemos ver también es que dichas minorías generan agendas que repercuten en la opinión pública (medios y encuestas), así como en la capacidad de canalizar la indignación a través del voto. Ya hemos podido apreciar cuales han sido los resultados de dicha situación en esta última elección: Pedro Castillo y su forma amateur de hacer política.

Me surge una pregunta a partir de dicho contexto: ¿es posible que transitemos a escenarios desencadenantes que impacten negativamente en el país? Vale decir, ¿podemos llegar a tocar fondo, mediante una elección, en la que elija a alguien más nocivo (léase populista) que el actual presidente del país? La entrada teórica propone que los populismos surgen como situación excepcional entre la dictadura y la democracia. Otra propone que el populismo no es excepcional, que es parte de nuestra cultura política y que gira entre ella y las dictaduras, en la que la democracia se vuelve algo no regular.

¿Por dónde va nuestro rumbo? Por generar proyectos democráticos que conecten de abajo hacia arriba -mediante proyectos de partido-escuelas- la necesidad de reconstruir la política representativa tan venida a menos desde los años noventa. Eso pasa por discutir reformas de los partidos que vayan más allá de la cuestión electoral.

 

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Gobierno, Pedro Castillo
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