Durante la semana, el periodista Jaime Chincha usó una frase: “¡QUÉ ES ESTO!”, para expresar su asombro e indignación por el descubrimiento de más elementos de escrutinio de la conducta del ex premier Valer. Mi respuesta a ese mensaje fue: “El Perú, querido Jaime, el Perú”.

Con la misma celeridad, Chincha me comentó: “No, querido Mauricio, el Perú es más -muchísimo más- que esta junta de improvisados, peleles y prontuariados. El Perú no se merece esto, querrás decir.” Le agradecí el mensaje, le expliqué que mi tono tenía pesimismo porque era martes de febrero y yo sentía que estaba en viernes de noviembre. La semana luego, fue pasando, pero esas cortas líneas me dejaron pensando.

Esa semana fue una semana como se va haciendo costumbre en la actualidad peruana. Tensa, desgastante, incómoda, pero lo peor de todo, inútil. El gran resumen de todo es que para lo único que sirve todo el ruido que vamos experimentando en el país, es para nada. Y eso definitivamente, no está bien.

 

¿Para qué?

Envidio, sana y realmente, al ciudadano al que no le importa. A aquel que se levanta, se alimenta, trabaja, descansa y ve por los suyos. Para el que más importante es ver en las noticias lo que ocurre en su cuadra que lo que pasa en el país. Ese ciudadano que cree que cada tanto ir a votar es su contribución obligada con algo que no le importa y que no le nada a cambio.

Ese que está enterrado en su problemática personal – familiar y que puede tener de presidente al primero o al último de la elección, que puede tener de congresista al A o B o Z y honestamente, de verdad no le importa. Duerme pensando que el mañana se reduce a lo que humanamente pueda hacer por su entorno cercano y nada más.

Claro, hemos perdido sentido de colectividad. Las demandas que desde la “democracia” o el “institucionalismo” o el “republicanismo” hagamos, importan nada. Porque importan muy poco pues, ya que no hay una transacción social. Un involucrarse por algo que valga la pena. Una participación si hay posibilidad de lograr algo. Queda claro en la gente que esa misión en este país con este sistema y estos partidos es o suicida o extremadamente voluntariosa.

Si no entendemos desde lo cotidiano cómo nuestro involucramiento puede generar algo, desde luego que se priorizará cualquier otra cosa. Porque, además, dejar el “sistema” en control remoto no es algo que no haya funcionado, ¿verdad? Llevamos décadas haciendo lo mismo con el mismo resultado. No hay el progreso prometido, pero tampoco ninguna debacle que nos preocupe. Ni el dólar alto, ni el precio del pollo o del pan han generado una involución generalizada. Por más maromas matemáticos que los y las reporteras hagan en el puesto del mercado.

Por lo tanto, hemos aprendido a separar las cuerdas de una manera tragicómica y normalizada. Hace pocos días conversaba con una colega sobre el tema, que estaba preocupada y hastiada. Yo le comentaba esto mismo. Creo que hay un divorcio enorme entre la política y la gente porque la primera no tiene ningún efecto sobre la segunda. Nada.

Hemos desafectado la política como ejercicio sentimental. Hay que estar loco hoy para pensar que la militancia y los políticos -y sus discursos- van a generar emoción. Positiva o negativa. Nada, cero. Eso es problema de otros.

Lo que nos lleva a un terreno y escenario más complejos. Si no genera movilización alguna, vínculo emocional, qué es lo que hace que la política se convierta en una actividad sobre la cual interactuamos, aunque sea de modo superficial.

Pues nada más que la política como una película. Como un juego de roles en el que hay un guión y que después de un tiempo x, las cosas serán exactamente igual a cómo eran antes del primer puñado de canchita. Guiones que pueden ser policiales, de suspenso, casi siempre de comedia, pero que son eso, guiones. Con actores que representan un papel específico pero que por un mejor pago se irán a otra productora a desempeñar otro y otro.

De eso se trata, tal vez. Escuchamos al presidente hablar de su compromiso con el pueblo -actuando- pero a la vez disfrutando de su nuevo “contrato” celebrando el cumpleaños de la hija como muy pocas niñas del pueblo pueden y comprometiendo contratos del país a sabe Dios quién, aunque el diga que estaba tomando su Kirma.

Escuchamos a la líder de la oposición repetir su último gran papel, que la verdad estuvo bastante sobreactuado, hablando de fraude; mientras trata de evitar que el juicio en su contra avance y el amigo Bertini que acaba de bajar del avión a malograrle las vacaciones de verano. Esas que duran 4 años entre campaña y campaña.

Escuchamos a la presidenta del congreso y sus coristas decir “comunismo”, mientras este gobierno les regala oportunidades de desarrollo personal y empresarial a través de ministros a los que no se cuestiona como Silva por ejemplo.

Leemos las “soluciones para salir de la crisis” de parte de un periodista que ha destruido a la profesión y que tuvo serias acusaciones de pederastia, publicadas en el medio que se desgarró las tripas por un primer ministro agresor.

Así las cosas, se hace difícil el estándar para entender lo que pasa. Mejor verlo como una gran puesta en escena, ahora que se viene el Oscar. Mejor verlo como el gran juego de roles que es hacer gobierno en el país. Mientras tanto, cada día me levanto, me alimento, trabajo, veo por los míos, porque de esos actores no recibiré nada.

Creo así que a Valer más lo castiga el cinismo y la falsa defensa de un caso tan evidente que el mismo caso. No es porque la violencia no nos importe sino porque entendemos que a él no le importa. Y que quizás a los que lo acusan tampoco les importa. Es solo la oportunidad de entrar en escena y dejar de ser extras.

Por eso la elección no es un acto de vida o muerte para los peruanos. Por eso no representa una inversión racional y emocional muy relevante. Sintonizamos y votamos con el que mejor pasa el casting. De allí al estreno de la película nos importa realmente poco lo que ocurra. Pero no es culpa de los votantes-espectadores. La verdad, la producción es la que falla. Siempre es el mismo argumento y el capítulo siempre queda en el mismo lugar.

 

Las conversaciones

“El mundo digital ha multiplicado el número y la disponibilidad de relatos. Tenemos infinidad de series y documentales online, libros, películas y programas en todos los idiomas y de todos los rincones del planeta. A un clic. Pero, al mismo tiempo, el abanico de narrativas que compartimos de forma simultánea se ha estrechado.”

(Por qué interesa la política. Victor Lapuente (2018). El País. En: https://elpais.com/elpais/2018/08/31/opinion/1535717077_537498.html)»

Además, está lo otro, ¿con quién comentamos la política?, ¿a quién le damos nuestra opinión sobre lo que vimos? Entra a tallar un tema que ya es materia de preocupación en las ciencias políticas, sociales, humanas y filosóficas. Cómo nos vamos acostumbrando a tribalizar nuestra discusión cotidiana y la búsqueda de elementos comunes a nuestra arquitectura lógica, termina siendo la necesaria resultante de un proceso que nos ha ido encerrando en burbujas de significados.

La pandemia debe de haber acelerado varios años la digitalización de la comunicación y la comunidad de discursos más afines, en la medida en que el confinamiento nos obligó a buscar contacto virtual y definir los contenidos a los que queríamos estar expuestos. Asumiendo que se trata de un cambio que no trae vuelta aún, hemos perdido de modo dramático la interacción presencial. Aquella que no está a un clic de salir, aquella que nos obliga a compartir discursos y comunalizarlos de manera más amplia.

Hemos perdido el café, la cola, el ir al mercado con la vecina, el compartir con los colegas. El tele… (rellénelo con lo guste, trabajo, educación, entretenimiento) nos aisló con nosotros mismos y nos evitó el contraste siempre tan necesario para fijarnos posición sobre las cosas.

Así las cosas, las redes sociales nos dieron soporte. A quienes consideramos voceros adecuados los mantenemos. A quienes los consideramos contrarios, los bloqueamos, silenciamos o ridiculizamos. Se va construyendo un discurso amargo, corto, sin matices, en el que solo tiene cabida mi exposición de motivos basada en otra igual. La falta de intermediación que nos lleva a la imposibilidad de aceptar a otros.

Las redes virtuales se vuelven así un reflejo. Pero también un perfecto escenario para el despliegue del ego. Los “lunes de aficionados” pasan a ser discursos concluyentes en Instagram o Twitter. En ellos la aceptación del diálogo es una quimera enorme. Pocos aceptan la posibilidad de intercambio de ideas. Es el espacio de la vanidad y de la “franela” pero si me vas a cuestionar, mejor te bloqueo. Sé que están en pensando en RMP, pero observen el comportamiento de un congresista como Ed Málaga, por ejemplo. Con un ego tan grande que considera que sus redes sociales son solo para aplaudirlo. Si alguien le dice algo con respeto, pero en tono de discusión, bloqueado. Es, en el fondo un reproductor de su propio reflejo. Imposible desarrollar diálogo así, solo con complacientes.

Pero no solo Málaga. Miren las redes de cualquier político con un importante número de seguidores. La mayoría no llega a los extremos del congresista elegido por el Partido Morado pero nadie interactúa. Dejan textos bomba que no tienen respuesta alguna si algún ciudadano quiere establecer algún punto de conversación. ¿No quieren discutir o las redes sociales funcionan solo para sentir su capacidad de generación de likes?

Entonces, sin una política que conecte y a la cual aprendimos a ver como una pantalla de cine; y con la imposibilidad de desarrollar una conversación ciudadana efectiva, el pesimismo me gana y sí, querido Jaime, me reafirmo: es el Perú. Que tiene posibilidades, sin duda. Pero que hoy, y desde hace algún no corto tiempo, nos deja sin capacidad de respuesta.

 

 

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Hector Valer, Pedro Castillo

 

Un día antes de firmar un nuevo contrato con el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, el pasado 17 de enero, ocho habituales proveedores se enteraron que estaban impedidos de participar en el proceso de selección que ya habían ganado. Esto, como sanción por presentar documentos falsificados durante -nada menos- 20 procesos de compra realizados el año anterior en las sedes de Lima Metropolitana y Callao, Loreto y Pasco. ¿Qué había pasado?

Los proveedores de Qali Warma -entidad adscrita al Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social- entregan alimentos como avena, fideo, leche u otros; pero es el fabricante de los productos el que les proporciona el certificado de calidad. Este debe ser emitido por un laboratorio acreditado por el Instituto Nacional de Calidad (Inacal). El certificado que se presentó durante la licitación del 2021 fue el origen de todos los problemas.

“Es evidente que ese certificado nunca fue falsificado por nosotros, fue emitido por un laboratorio acreditado por Inacal hasta la fecha. Si uno obtiene un certificado que supuestamente ha pasado todos los filtros de Inacal, uno confía en que es verdadero”, indica a Sudaca Erick Serna, representante de la Corporación de Productos Alimenticios Enriquecidos (Corpalen), una de las sancionadas.

Lo mismo le ocurrió a los proveedores Consorcio Valle, Consorcio IZAMM, Consorcio Flash, Consorcio Gal, Consorcio Orient Mark, Group Inversiones J & JK E.I.R.L., y Consorcio Betania. Todos ellos tienen en común que los fabricantes de los productos les entregaron certificados de calidad emitidos por el laboratorio Certificaciones Alimentarias Hidrobiológicas y Medio Ambientales S.A.C. (CAHM), cuyo representante y gerente general es Alejandro Ricardo Mendiola Chávez.

El asunto, que involucra a 20 contratos, se descubrió a fines del año pasado y se les comunicó recién en enero. Para ese momento, las empresas ya habían ganado nuevos concursos públicos y estaban a punto de firmar los contratos. Pero estos procesos han tenido que ser cancelados y reiniciados después del escándalo.

 

EL ORIGEN

La denuncia anónima llegó el año pasado a la mesa de partes del Inacal, entidad adscrita al Ministerio de la Producción. Inmediatamente se investigó el caso y, en noviembre de 2021, el instituto determinó que cuatro informes de análisis microbiológico, los cuales estaban dentro de los certificados entregados por el laboratorio CAHM, eran falsos.

Dichos informes corresponden a sendos lotes de productos que los fabricantes habían entregado a los ya mencionados ocho proveedores, para que estos abastecieran a Qali Warma. ¿Cómo se descubrió el fraude? Los documentos falsos habían sido supuestamente elaborados por el laboratorio Certifical, pero esta compañía se lo negó al Inacal.

Tanto CAHM como Certifical figuran en el directorio de organismos de inspección debidamente acreditados, y es común que se subcontraten entre ellos para los análisis que componen el certificado final. Sin embargo, hay un detalle que fabricantes y proveedores no tomaron en cuenta: el Inacal precisa a Sudaca que estos laboratorios se acreditan de forma voluntaria solo para un determinado “alcance”. Es decir, un servicio específico en el que demuestran su competencia técnica.

“Certificaciones Alimentarias Hidrobiológicas y Medio Ambientales S.A.C. [CAHM], como organismo de inspección, no se encuentra acreditado por el INACAL en el alcance de ‘Inspección por Muestreo de Lotes’, lo que es materia de la denuncia”, dice el Inacal en respuesta a un cuestionario enviado para este informe.

De acuerdo a la entidad gubernamental, CAHM sí está acreditada para otros “alcances”, como buenas prácticas de manufactura, condiciones higiénico sanitarias, entre otros. “El Inacal no tiene competencias sobre aquellas actividades que realicen estos Organismos de Evaluación de la Conformidad [el laboratorio], fuera del alcance de la acreditación otorgada por nuestra institución”, agregan.

El instituto de calidad no tiene cómo aplicar sanciones en este caso, pero ya ha remitido la denuncia a la Procuraduría Pública del sector.

INACAL
Informes de Ensayo investigados por INACAL que fueron identificados en 20 contratos de proveedores del programa Qali Warma

 

CERTIFICAL
Memorando Múltiple interno de Qali Warma donde se recoge la versión del laboratorio CERTIFICAL sobre los Informes de Ensayo

LA MAGNITUD DEL PROBLEMA

Para Erick Serna, es injusto que el proveedor -hasta ahora- sea quien se lleve toda la sanción, porque no había forma de que ellos supieran de la falsificación. “Estamos agotando todos los medios para proteger lo que ya nos habían adjudicado. Lamentablemente, el tiempo juega en contra de nosotros. Va a ser muy difícil ver qué hacer, porque ya la mayoría de productos se han comprado. En mi caso, son 500 toneladas de alimentos al cash entre leche, fideos y otros. Solo en mi caso son entre S/6 millones a S/7 millones invertidos”, dice el empresario.

 

Corpalen iba a atender a unas 1.900 entidades educativas. Pero sumando a todos los proveedores sancionados, Serna calcula que se puede llegar a unas 5.000 escuelas que podrían verse perjudicadas por el retraso en el proceso de licitación. En Qali Warma, sin embargo, niegan que esto vaya a pasar.

Fredy Hinojosa, director ejecutivo del programa que brinda alimentos a colegios públicos de todo el país, considera que no puede hablarse de afectaciones en este caso porque los contratos aún no estaban suscritos. Asegura, además, que el abastecimiento para los escolares este año está garantizado.

“Este caso muy puntual de los ocho proveedores no afecta en lo mínimo a la provisión del servicio y en el caso de estos ocho proveedores, inmediatamente, estos comités de compra han adoptado las medidas administrativas de acuerdo a la normatividad”, indica. Los comités de compra de cada unidad territorial están conformados por representantes de la municipalidad, del gobierno regional, subprefectos locales y padres de familia.

Hinojosa también asegura que, independiente de los certificados falsos que fueron presentados, Qali Warma ha determinado que los alimentos en cuestión eran inocuos.

El problema, sin embargo, parece ser a gran escala. Las empresas sancionadas sostienen que hay más proveedores que han presentado certificados de CAHM. Sudaca pudo conocer que, a fines del mes de enero, se ingresó otra denuncia al Inacal contra el mismo laboratorio, donde no se habla ya de cuatro, sino de otros 122 informes que estarían presuntamente falsificados. El instituto de calidad confirmó para este informe que sí recibieron una nueva denuncia y que, actualmente, se encuentra en trámite.

“El procedimiento continúa y vamos a ser mucho más exhaustivos en hacer una verificación a profundidad. Lo que le garantizo es que, de advertirse una situación similar en el futuro, inmediatamente actuaremos con todo el rigor jurídico, en aplicación estricta de nuestra normatividad”, señala Fredy Hinojosa.

En el portal de Inacal, a la fecha, solo seis laboratorios cuentan con la acreditación para “muestreo de lotes” dirigido a programas sociales. Para esta publicación, se le envió una serie de consultas a CAHM que, al cierre de esta nota, no fueron respondidas.

CAHM
En el registro de proveedores del Estado, el laboratorio CAHM sí aparece como habilitado y sin sanción de ninguna índole.

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Qali Warma

Verónica Zavala es miembro del Comité de Líderes por la Equidad de Género de IPAE Asociación Empresarial. Conversamos sobre cómo lograr una sociedad y un Estado que levante la bandera de la equidad y la igualdad de oportunidades. Nos recuerda que toda violencia contra la mujer debe ser rechazada y señala cómo la pandemia ha afectado más a las mujeres en cuánto a pérdida de empleo, al asumir -en la mayoría de casos- el cuidado del hogar impidiéndole buscar trabajo, si es que no lo tiene; dificultándole el acceso a estudios y haciendo más difícil su crecimiento profesional en las empresas.

Esta semana, Héctor Valer dejó su breve cargo de primer ministro luego denuncias de violencia familiar, específicamente contra su esposa e hija. Lo mismo sucedía con el exministro de Defensa José Gavidia ¿Cómo hacer para que todos, como sociedad, asumamos esta lucha por la igualdad, equidad y rechazo a la violencia contra la mujer?

Lamentablemente, tristemente e ilegalmente hay mucha violencia contra la mujer. Sea violencia física o psicológica. Esta es, lamentablemente, muchas veces tolerada.

 

 

 

Usted, en un TEDx, comentó que, muchas veces, pareciera que tenemos una catarata, una especie de telaraña sobre los ojos que no nos permite ver con claridad y rechazar temas como la violencia de género.

Tuvimos (por tres días) un ministro de Defensa (José Gavidia) que dijo que este tema era un asunto personal. Eso demuestra esa telaraña. No se entiende que esto es una conducta absolutamente fuera de la ley. No se puede tolerar en los espacios más altos de la autoridad a personas que tienen serias denuncias de violencia de género, tampoco se puede tolerar o pasar por agua tibia esas conductas rechazables, porque todo ello sigue dejando a las mujeres en una situación de debilidad por la violencia; y en una falta de capacidad para desempeñarse al máximo de su potencial.

En estos años de pandemia la mujer ha sido la más afectada. ¿Cuál es el costo de la Covid-19 en contra de la mujer en términos de pérdida de empleo y falta de oportunidades?

La pandemia ha sido más injusta con las mujeres que con los hombres. Muchas mujeres trabajan en segmentos del mercado que han sufrido demasiado. Trabajan -por ejemplo- en el ámbito hotelero o en restaurantes que pertenecen a sectores que han sido muy golpeados.

Las mujeres, en nuestro país cargan mucho más con la economía del cuidado. El cuidado de la casa, de los niños, de los adultos mayores. En pandemia esta carga aumentó. Ahora que estamos normalizando nuestra vida, las mujeres tienen menos tiempo para salir a buscar trabajo porque siguen cargando el costo del cuidado.

La pandemia también ha traído mucha frustración para todos, pero en especial para los hombres que han perdido su empleo, que han disminuido sus ingresos y esas frustraciones, encerrados en la casa termina con violencia en los hogares. Todo esto demuestra que la pandemia ha sido más dura para las mujeres que para los hombres.

El 73% del cuidado de la casa lo asumen las mujeres. Esto significa que el desarrollo profesional y académico de las mujeres se ve relegado, al existir esta inequidad en los roles de género.

Totalmente. Imagínese en su casa. ¿Quién cocina?, ¿Quién limpia?, ¿Quién cuida a la abuelita que no puede moverse?, ¿Quién lleva a los niños al parque? De 10 horas, 7 horas con 30 minutos las pone la mujer (en el cuidado de la casa). Son horas donde no puede salir a buscar empleo; son horas en las que la mujer no puede hacer networking en su trabajo. Sin embargo, son horas que el hombre dispone de más para apostarle a su carrera. Mientras no resolvamos los temas del cuidado, la mujer siempre partirá la carrera con una mochila más pesada.

¿Cuáles son los costos sociales de la violencia contra la mujer?

Uno de los grandes flagelos de nuestra sociedad es la desigualdad de género y la violencia contra la mujer que es moralmente inaceptable. Los costos sociales son muchísimos. Más del 1% del PBI se afecta porque hay mujeres que no pueden ir a trabajar o faltan al trabajo, por ejemplo. Pero también está el costo psicológico de mujeres que sienten que no pueden hacer las cosas bien porque sus maridos o parejas les quitan la autoestima. Hay costos físicos, emocionales y psicológicos. Todo esto impide que las mujeres puedan desarrollarse con todo el potencial que tienen.

¿Cómo hacer para que -como sociedad- entendamos que se debe rechazar todo tipo de violencia contra la mujer y contra todo ser humano?

Aquí lo que todos necesitamos es cambiar.

Hombres: no tolerar que el amigo haga el comentario sexista.

Mujeres: no tolerar que se nos trate de una manera menor. Y si una persona es tratada como si otra fuese menos, nosotros debemos actuar. El silencio cómplice es lo que debemos romper. La risita que tolera una cosa menor, permite a ese que hizo un chiste machista que después no se sienta tan mal para ir un paso más, un paso más y un paso más. Hay que tener una tolerancia cero con la violencia. Y es cero, cero.

Por otro lado, los medios de comunicación muchas veces presentan valores que se expresan de una manera, pero después vemos el programa de chistes, de relajo el día sábado, y los valores que muestran no son los mismos.

¿Desde el Estado se puede hacer algo más?

Lo primero que debe hacer el Estado es cumplir con las políticas de Estado. Yo sé que suena tautológico, pero eso es lo primero. Y para eso debes nombrar personas que están en la capacidad profesional y moral de cumplir las políticas de Estado. No se trata de sacar más leyes, porque las tenemos. Se trata de cumplir el marco normativo y los compromisos internacionales que el país ha asumido.

En las empresas hay pocas mujeres en puestos de liderazgo, ahí también hay una tarea pendiente.  ¿Qué hacer desde el sector privado?

Aquí creo que hay tres espacios del empoderamiento de la mujer. Uno es el financiamiento de las mujeres emprendedoras. Los bancos deben entender que existe una necesidad de productos financieros para las mujeres. No es sacar tarjetas rosadas. La idea es bancarizarlas.  Bancarizar a las mujeres más humildes, y con el programa Juntos se ha bancarizado y durante la pandemia lo hemos visto.

Otro tema es el de la representación de la mujer en los puestos más altos de las empresas. En el Perú, el 37% de las empresas que cotizan en bolsa ya tienen a una mujer directora. Se está avanzando.

Lo otro es hacer que la mujer progrese en la empresa. Que en las organizaciones se tenga tolerancia cero al acoso laboral. Lo que hace GenderLab con ELSA es súper importante. Hacer que los gerentes sean responsables, que los ascensos no sean para los amigos hombres, sino que sea con igualdad de oportunidades.

 

Foto de portada: Agencia Andina.

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Equidad, Verónica Zavala, Violencia contra la mujer, Violencia de género

 

Para no hacerse cargo del despropósito de indultar a Antauro Humala, el gobierno de Castillo habría decidido proceder al encubierto camino de redimir, ilegalmente, su pena y proceder a liberarlo. En ese afán, el ministro de Justicia, Aníbal Torres, ha soltado un globo de ensayo para medir la temperatura, a pesar de haberlo negado finalmente, presionado por las circunstancias.

Cabe preguntarse cuál puede ser el afán de Castillo de tener libre a Antauro. ¿Cuál sería el filo político de semejante decisión? Porque, claramente, no estaríamos tan solo frente al cumplimiento de una promesa de campaña, menos aún si se tiene en cuenta que no existe presión ciudadana alguna para que dicho acto se consume.

 

 

Tratando de encontrarle alguna inteligibilidad, si acaso la tuviera, a semejante decisión, diríamos que ella podría transitar por el afán de Castillo de tener cerca suyo a alguien que le agite el avispero radical, en consideración de que Vladimir Cerrón ha dejado de ser útil para tales propósitos y, además, no tendría la llegada nacional que sí podría alcanzar el líder etnocacerista.

Bajo la suposición de que Antauro le sea plenamente leal a Castillo, en agradecimiento por su salida penitenciaria -cosa bastante improbable: no imaginamos al líder etnocacerista siendo el instrumento dócil de alguna estrategia castillista-, de lo que se trataría es de movilizar bases populares que le den al gobierno el sostén político que ya perdió en otras instancias (por ejemplo, en el Congreso).

 

 

Y de paso, si acaso Castillo puede albergar derivadas en sus raciocinios, tal vez se estaría pensando en construir un escenario de continuidad electoral para el 2026 o para cuando se produzcan las nuevas elecciones presidenciales (todo parece indicar que serán antes de esa fecha). Antauro es, sin duda, un personaje polémico, audaz y radical, capaz de generar adhesiones propias en el mundo andino antiestablishment, que aún persiste como factor contestatario, y que le diera el triunfo a Castillo el año pasado.

Antauro sería una piedra en el zapato del horizonte electoral propicio para el centro y la derecha. Dado el descrédito mayúsculo de la coalición de izquierdas que nos ha gobernado estos malhadados seis meses del régimen de Castillo, la mesa parece servida, pero la ilusión derechista del entierro definitivo de los candidatos disruptivos podría hacerse trizas si alguien con el potencial político de Antauro Humala anda suelto en plaza.

 

 

La del estribo: encomiable que el ICPNA le haya dado continuidad a la muy buena revista Ojo Dorado, cultura contemporánea, que publica semestralmente, bajo la dirección de Alberto Servat. Acaba de salir el número correspondiente a Enero-Junio 2022, y trae, entre muchas otras colaboraciones, artículos de Edmundo Paz Soldán y Ana Carolina Quiñónez (Nuevos (peores) presagios en la ciencia ficción); Salvador del Solar (Nostalgia y vida de Los Prisioneros), con una nota respecto de la serie que versa sobre el grupo de rock chileno, en boca de uno de sus directores; Giuliana Vidarte (El maguey, el río Rímac y la tamarotsa), etc.

 

 

 

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Antauro Humala, Pedro Castillo

 

En todas las sociedades, más allá de diferencias culturales y matices políticos, mucho se hace en nombre de los niños. La pandemia cuyas presas se encuentran en el otro extremo del ciclo vital pareció cambiar las prioridades. Muchos se quejaron de que se estaba hipotecando la vida de los menores en nombre de evitar la muerte de los viejos. 

Una de las desgracias indiscutibles del COVID es que ha prácticamente desescolarizado a por lo menos un billón de alumnos en el mundo. La factura se anuncia monumental, tanto en salud mental como en déficit educativo y menoscabo de habilidades sociales. 

En los países de ingreso medio y bajo las cifras son espeluznantes: se calcula que alrededor de 70% de niños de 10 años no pueden comprender textos sencillos, muchos han adquirido la tercera parte de conocimientos matemáticos para su nivel de edad y, en general, se ha triplicado la probabilidad de salir del sistema educativo y no volver más a él. Aún en países desarrollados una cuarentena de dos meses equivale a la pérdida de un quinto del año escolar.   

Escuelas vacías no solo impactan en el conocimiento. Todos esos alumnos huérfanos de aulas, recreos y profesores de carne y hueso, significan, sin duda, menores ansiosos, tristes, desmotivados, con marcadas dificultades para sostener esfuerzos y una atención saltarina que prefiere las redes sociales y los videojuegos antes que cualquier actividad académica remota. 

Pero la escuela no es solo un espacio donde se aprende y se socializa. En muchos países es un canal que hace llegar alimentos y procedimientos médicos que gran cantidad de hogares no pueden ofrecer. Los programas asistenciales funcionan, tienen un impacto indudable tanto en lo físico como lo educativo. Por ejemplo, durante el primer año de la pandemia alrededor de 400 millones de niños dejaron de recibir una comida al día. 

Otro factor que muchas veces se deja de lado es que niños fuera de la escuela deben quedarse en casa donde se evidencia de manera grosera y dolorosa las desigualdades respecto de los recursos tecnológicos que hacen posible la educación remota. 

En muchos países antes de la pandemia ya casi toda su población estaba en línea. Las cuarentenas encontraron a alumnos y maestros conectados. Sus gobiernos socorrieron a los menos privilegiados potenciando sus infraestructuras caseras y apoyaron a los profesores menos duchos en los menesteres virtuales. 

Los peruanos tenemos muy presente las sesiones televisivas que eran pálidos sucedáneos de las clases escolares y los esforzados estudiantes que escalaban cerros armados de sus teléfonos celulares para encontrar el acceso a la señal educativa. Nunca fueron tan evidentes las distancias y diferencias entre quienes poseen las bondades de la modernidad y quienes recogen sus migajas. 

Pocos días nos separan de la vuelta a la educación presencial. En medio de un contexto político que enerva la concreción eficiente de políticas públicas, nos preguntamos si el regreso a clases será una vuelta a la experiencia educativa que la epidemia pasmó. ¿Que pasará si hay muchos contagios entre alumnos y profesores, cuántas familias habrán perdido fe en la escolaridad o esta se habrá hecho incompatible con la necesidad de trabajar, podrán niños cuyos músculos mentales han perdido fuerza y agilidad seguir las demandas de programas que no han cambiado demasiado?

Ojalá nuestros indudables éxitos vacunatorios pudieran replicarse en el campo de la escuela. Es poco probable. Nunca, señor ministro de educación, la educación ha sido tan mortal. 

 

 

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Covid-19, Cuarentena

 

Escribo hoy en una linda tarde soleada de verano. La ciudad semivacía y muy tranquila por la migración de muchos limeños a las playas. Vuelvo a leer que en el 2021 rompimos el récord histórico de superávit comercial y el de inversión pública. Leo que el 2021 la inversión privada creció 34 % y que el dólar regresó al nivel pre-Castillo. Tenemos una moneda muy estable.

Estamos dejando atrás una crisis sanitaria inmensa, tal vez la mas grande de la historia republicana. Y la estamos dejando atrás con mucha fuerza. La actividad económica en TODAS las regiones está creciendo. Siento optimismo.

En las últimas semanas hemos visto cómo se descubre que el secretario de palacio es un corrupto. Que ni bien había entrado en el cargo ya tenía juntado 20,000 dólares en el baño, que se había gastado otros tantos en una fiesta para su hija, que cobraba por gestiones ante la Sunat , que cobraba por ascensos en la policía, etc. ¿Cuánto habrá llegado a cobrar en esos pocos días en el cargo? ¿cien mil, doscientos mil, quinientos mil dólares?

Yo me alegro que el sistema lo haya descubierto tan pronto!

Que pena que el sistema no descubrió (o no quiso descubrir…) a todos los anteriores secretarios y cónyuges que actuaron como secretarios de palacio que cobraron por gestiones en decenas de instituciones estatales y que se robaron miles de millones de dólares en los últimos 35 años.

Es cierto que algunos de esos secretarios están siendo hoy procesados. Muy bien. Pero ahora los agarran “in fraganti”, mejor aún.

Lo mismo sucede en otras latitudes. En Petroperú, por ejemplo, fuente de tanta corrupción, ahora se descubren procesos corruptos a tiempo para cancelarlos. ¡Qué pena que no se descubrió a tiempo la corrupción multimillonaria de la refinería de Talara, que ya nos viene costando más de cuatro mil millones de dólares!

Yo pienso que aquí también hemos mejorado.

Por supuesto que no defiendo a Castillo, a su total incapacidad, a su entorno, para nada. Pero eso es lo que hay y no hay que desesperarse y perder todo de vista, incluyendo nuestro sistema democrático por ello.

 

Cuando Castillo ganó las elecciones, porque la mayoría no quería que la corrupción fujimorista regresara al poder, ya sabíamos lo que se venía.

¿Qué hizo entonces Julio Velarde? ¿Se retiró después de 15 años como exitoso presidente de BCRP para aceptar los magníficos puestos que le ofrecía la burocracia dorada internacional y las grandes empresas privadas? No, todo lo contrario, hizo lo que le tocaba hacer a cualquier patriota, hacer lo correcto desde su esquina y continuar al mando del BCRP.

¡Y vaya lo que le costó! No solo renunció a grandes riquezas y comodidades sino además tuvo casi que humillarse para poder quedarse. El no solo lo logró, sino además logró armar un directorio que hoy nos regala a todos una moneda estable a pesar de Castillo.

Ese es el ejemplo Velarde. Deberíamos convertirlo en el efecto Velarde e imitarlo. Cada uno desde su esquina debe tirar para adelante.  Y hay muchos motivos objetivos para hacerlo. No se trata de sacrificarse en vano, se trata sopesar las cosas objetivamente.

Castillo ya nombró un excelente directorio del BCRP, el cual no puede remover por 5 años. Castillo ya rompió con Cerrón, y así se amiste de nuevo es muy limitado el daño que puede hacer sí el resto de Estado y de la sociedad civil responde adecuadamente, legalmente, desde su esquina.

¡Que la primera ministra anuncia que va a cerrar 3 minas… pues ella sola NO PUEDE! El sistema legal bajo el cual vivimos no se lo permite sin la anuencia de muchos otros estamentos.

Que el Presidente va a regalar costa a Bolivia… pues él solo No Puede!

Lo mismo sucede con gran parte de las barbaridades que dicen ministros y congresistas de todos los sectores. Vivimos en un estado de derecho que ya estableció candados legales para que los cambios realmente importantes requieran de la aprobación de muchas instituciones del Estado y de la sociedad civil.

Ayer mismo Castillo tuvo que dar marcha atrás en el nombramiento de alguien impresentable como primer ministro. Que mejor muestra que no puede hacer lo que le da la gana, como sí lo hacían anteriores Presidentes hoy procesados por la Justicia.

¿Tenemos motivos para estar optimistas en nuestro futuro económico? Pues claro que sí.

Vivimos en un estado de derecho, en una democracia, con un pueblo marcadamente trabajador y emprendedor, con una población no solo de propietarios dispuestos a defender sus propiedades, sino con un perfil de la pirámide de edad que nos permite esperar muchos años de crecimiento.

Vivimos en un país maravilloso que tiene muchísimos recursos naturales que el mundo demanda constantemente. Tenemos hoy, como nunca antes en nuestra historia, una infraestructura que nos permite seguir desarrollándonos. Tenemos mucha inversión privada, nacional y extranjera que quiere seguir invirtiendo en el Perú (o alguien cree que los grandes conglomerados que están pagando sus deudas tributarias atrasadas y judicializadas lo hacen porque piensan abandonar el país).

Continuemos trabajando, desde nuestras esquinas, con un optimismo basado en la razón y no bajemos la guardia en el control, denuncia y sanción contra los corruptos, públicos y privados,

 

 

 

Un aniversario que está pasando desapercibido en este año post-bicentenario y trilciano es la aparición del único libro de poemas de José María Arguedas, titulado Katatay (Temblar). Lo publicó el Instituto Nacional de Cultura, con prólogo de Alberto Escobar, como una recopilación de seis poemas que fueron dados a conocer por Arguedas en la década de 1960 en quechua y traducidos mayormente por él mismo al castellano. Más adelante se añadiría un poema desconocido, totalizando, así, siete.

Leer este libro de 1972 nos conecta con una época de grandes transformaciones y esperanza en el Perú. Eran los tiempos del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada, que realizó reformas que cambiaron para siempre el rostro del país. Para muchos sectores conservadores se trató de un gobierno funesto (y así lo cacarean hasta ahora), pero lo cierto es que el Perú pasó de ser un país latifundista y semifeudal a una versión de capitalismo estatal que fue truncada con el contragolpe del «felón» Francisco Morales Bermúdez. Entre otros hechos inéditos, la población indígena logró entrar a Palacio y el quechua se oficializó. Lamentablemente, Arguedas se había suicidado tres años antes por una depresión que lo persiguió toda su vida y de la que ni los nuevos aires políticos pudieron redimirlo.

En la tradición poética quechua hay muestras valiosas desde tiempos coloniales, con los himnos, cantares y poemas cortos recogidos por cronistas como Guaman Poma de Ayala, Juan de Santacruz Pachacuti, Cristóbal de Molina el Cuzqueño y el Inca Garcilaso de la Vega, que constituyen las fuentes principales para llegar a una idea aproximada de ese arte verbal en la principal lengua andina en tiempos prehispánicos. Ya con la llegada de los españoles la poesía quechua colonial adquirió matices cristianos con fines evangelizadores. Pero lo cierto es que los autores indígenas y mestizos se apropiaron de la escritura alfabética para dar continuidad y renovar una tradición muy antigua.

En tiempos de la república esa práctica continuó paralela a la de la poesía en español, que más bien se dedicaba a imitar de manera lánguida los modelos del romanticismo peninsular. O sea, cero independencia.

Ya en el siglo veinte surgen dos pilares de la tradición quechua, como son los poemas de Andrés Alencastre (que firmaba como Killku Waraka) y José María Arguedas, ampliamente reconocido para entonces como narrador y antropólogo. Con «A nuestro padre creador Túpac Amaru», «Llamado a algunos doctores», «Oda al jet» y los otros poemas que componen Katatay se hizo evidente que Arguedas era, por encima de todo, un gran poeta. Ahí estaba la explicación de la hondura y sensibilidad de sus novelas, así como en su manejo del quechua, que para él era la lengua más idónea para la poesía.

Han pasado 50 años desde la recopilación de Katatay y los poemas de Arguedas nos dicen cosas muy valiosas, como la necesidad de una transformación social profunda, un mejor entendimiento de nuestra naturaleza y nuestros pueblos originarios y la posibilidad de lograr una modernidad alternativa, sin abandonar aquello que nos es propio y oriundo del Perú.

Así como celebramos con toda justicia el centenario de Trilce, de César Vallejo, este 2022, celebremos también el cincuentenario de Katatay. Nuestro Perú profundo lo merece.

Como dice Arguedas en «Llamado a algunos doctores»:

«¿De qué están hechos mis sesos? ¿De qué está hecha la carne de mi corazón?

Saca tu larga vista, tus mejores anteojos. Mira, si puedes.

Quinientas flores de papas distintas crecen en los balcones de los abismos que tus ojos no alcanzan, sobre la tierra en que la noche y el oro, la plata y el día se mezclan. Esas quinientas flores, son mis sesos, mi carne».

(* El libro en su edición original puede descargarse en este enlace, ¡A leer!:

https://repositorio.cultura.gob.pe/bitstream/handle/CULTURA/945/Temblar%20Katatay.pdf?sequence=1&isAllowed=y )

 

 

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Katatay

Por Cristian Rebosio

¿Es inminente la libertad de Antauro Humala?

La salida de Antauro es inminente por el sencillo hecho que nuestro mismo ordenamiento jurídico así lo establece. El mayor Antauro tiene una sentencia de diecinueve años y ha cumplido diecisiete. Tiene dos años y seis meses de sustentados beneficios penitenciarios y, guste o no, eso significa que tiene un exceso carcelario.

¿Algún representante del gobierno de Pedro Castillo ha intentado acercarse al Partido Etnocacerista en las últimas semanas?

Sería mentir si dijera que sí. El mayor Antauro tiene un proceso y una sentencia de la cual se derivan ciertas estrategias políticas y legales que él puede usar. Tiene dos procesos: uno a través del Poder Judicial y otro en el INPE. En este último, sabemos que tiene los beneficios penitenciarios. Al mayor se le sentenció a veinticinco años y después se le redujo a diecinueve. Ha hecho diecisiete años y, sumando los dos años y medio de estudios y labores, cumpliría diecinueve años y medio. Esto significa que hay un exceso de carcelería. Lo que sí quiero rescatar es que parece que el presidente Pedro Castillo y el ministro de Justicia, a partir de estos días, están tratando el caso del mayor como cualquier ciudadano que tiene obligaciones y deberes pero también derechos.

¿Cuál era el trato que recibía antes?

Estaba la señora Susana Silva con sus antecedentes y las gestiones que viene realizando en el INPE, que no han sido las correctas. En el caso del mayor, fue Susana Silva la que lo cambia a un régimen que no le correspondía. Tampoco quiero tocar el tema que al mayor le dio Covid dos veces y no le sacaron nunca una tomografía, mientras que a otros internos sí. Aparentemente, ahora se le está tratando al mayor como un ciudadano común.

¿Se les había comunicado que iban a destituir a Susana Silva de su cargo al frente del INPE?

No teníamos información sobre la posible salida de la ciudadana Susana Silva, pero sería injusto presumir que su salida se da por algún beneficio a Antauro y no por la corroborada pésima gestión que realizó a nivel nacional con los distintos institutos penitenciarios.

¿Ustedes se reunieron con Pedro Castillo durante la campaña presidencial?

Cuando empezó la segunda vuelta, tuve una reunión con el presidente en la que pudimos intercambiar puntos de vista. Por su línea política y la de Perú Libre, les estábamos brindando cualquier apoyo sin ninguna condición a cambio. Él, como patriota que es, nos comentó que sí estaba pensado la libertad para el mayor Antauro Humala y lo tenía en agenda.

¿Se volvieron a reunir cuando Pedro Castillo ya había asumido la presidencia?

No. Hemos hablado por intermediarios, pero no nos hemos vuelto a reunir de manera presencial.

¿Quiénes han sido los intermediarios?

Sería mejor dejarlos en el anonimato. En este momento delicado, donde han salido estas informaciones, es mejor mantenerlo en reserva por el momento.

¿Virgilio Acuña ha sido intermediario entre el gobierno de Castillo y el Partido Etnocacerista?

No podría corroborar si ha sido intermediario con el presidente respecto a ese tema ya que no estuve presente en dichas reuniones, pero considero que toda aquella persona que comparta nuestro sentir y nuestro deseo de la pronta liberación del mayor Antauro Humala es bienvenida a sumarse a su militancia.

¿Qué opina Antauro Humala del momento que vive la política peruana?

Estamos en un momento muy polarizado donde, definitivamente, no se está tomando en cuenta los intereses de los hermanos de provincias. Parece que, otra vez, queremos pensar que Lima sigue controlando el Perú. El mayor Antauro Humala siente que hay una gran oportunidad para llevar a cabo la verdadera revolución. A título personal, creo que se debería formar un trípode patriótico donde puedan trabajar unidos, para el tema de la descentralización e industrialización, el presidente Pedro Castillo, el doctor Vladimir Cerrón y el mayor Antauro Humala.

¿Han podido conversar con Vladimir Cerrón sobre esta revolución?

No he tenido la suerte de conversar con el doctor Cerrón, pero me imagino que ellos, en su momento, habrán conversado. Si no me equivoco, el doctor Cerrón ha podido dialogar, tiempo atrás, con el mayor Antauro.

¿Eso fue antes o durante la campaña?

Antes de la campaña

¿Para llevar a cabo esta revolución haría falta cerrar el Congreso?

Me gustaría saber qué ha hecho el Congreso estos seis meses además de obstruir cualquier cambio que se quería hacer desde el Ejecutivo. Considero que un Congreso obstruccionista que no se pone a trabajar ni genera proyectos de leyes, no tiene sentido que esté ahí. No veo ninguna diferencia entre que lo cierren o no.

Durante la campaña, ¿hubo un acercamiento entre Rafael López Aliaga y Antauro Humala? ¿Fue real el encuentro entre el entonces candidato presidencial de Renovación Popular y personas uniformadas a nombre del Partido Etnocacerista?

No eran etnocaceristas. Eran personas uniformadas que se hacían pasar por etnocaceritas.

Si llega a ocurrir la vacancia presidencial, ¿su agrupación se manifestaría de alguna forma en respaldo al presidente Castillo?

Sería un acto democrático de nuestra militancia y no porque el presidente sea Pedro Castillo Terrones, sino porque nosotros tenemos que respetar la decisión del pueblo peruano si decimos que es soberano. Quieran o no, al presidente lo ha escogido una mayoría y tiene que cumplir sus cinco años de mandato. Si la militancia tiene que respaldar, será una decisión consensuada de la militancia bajo la instrucción de nuestro líder el mayor Antauro, pero considero que sí habría un respaldo. Porque es inaudito que tengamos un presidente que simboliza lo que es el pueblo, no se le permita trabajar y se le quiera sacar del gobierno.

¿En qué consistió el apoyo de su agrupación a la campaña de Castillo?

Por parte de la militancia acordamos cambiar las bases para que sean de Perú Libre. Además, también apoyamos a cierto equipo de avanzada en ciertos viajes que se realizaron.

¿La designación de Héctor Valer, quien inicialmente era congresista de Renovación Popular no le hace pensar que el presidente se ha desviado de su objetivo de representar al pueblo?

Eso demuestra los pininos políticos del señor López Aliaga. Mientras muchos piensan que la organización política de Perú Libre se va a dividir, es todo lo contrario. La ultraderecha, la oposición está cada vez más diluida y desfortalecida.

 

 

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Antauro Humala

Las universidades del país se vienen preparando para un 2022 complejo, entre la presencialidad y la virtualidad. Por eso, la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), una de las más prestigiosas, buscó desde agosto del año pasado a una empresa que le diera el servicio de proctoring. Es decir, un sistema de supervisión para exámenes virtuales.

La empresa que resultó escogida fue Seidor Technologies Perú SAC. Esta tiene una amplia experiencia en el rubro, pero no necesariamente positiva. En julio del 2020 fue contratada por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) para supervisar sus evaluaciones virtuales durante un año. En ese periodo se realizó el primer examen de admisión virtual de dicha casa de estudios, que terminó con denuncias de todo tipo. Hubo desde capturas de pantalla donde los postulantes compartían sus respuestas, hasta personas -miles- que no pudieron ingresar al sistema.

A pesar de ese antecedente, la UNI decidió otorgarle la buena pro a Seidor el pasado 13 de enero. El proceso de contratación estuvo marcado por irregularidades y cambios tardíos que han levantado sospechas. Además, la compañía ofreció el mismo sistema que utilizó en la San Marcos durante el examen fallido. La denuncia sobre este caso ya llegó a la Contraloría General de la República.

 

Experiencia manchada

Seidor es una multinacional tecnológica con presencia en 32 países del mundo. En el Perú le han brindado sus servicios a diversas casas de estudio. Entre sus clientes se encuentran la Universidad Cayetano Heredia, la UNI y la San Marcos.

A la Decana de América, Seidor le dio el “servicio de monitoreo de actividades y seguridad informática en la aplicación de exámenes virtuales” desde el 15 de julio del 2020 hasta la misma fecha del año siguiente. Por esta labor recibieron S/575.422,30, de acuerdo al portal del OSCE.

Durante ese periodo, el 2 y 3 de octubre del 2020, se realizó el primer examen de admisión virtual de la San Marcos. Una evaluación que terminó convirtiéndose en un martirio para los postulantes. La plataforma que utilizó la universidad en el examen se llama Smowl. Así lo detalla uno de los tantos comunicados que sacaron para limpiar su imagen luego del escándalo. 

Ese el mismo servicio que ganó el concurso para supervisar los exámenes de la UNI. Se trata de un “sistema continuo de autenticación y monitoreo de estudiantes utilizando el reconocimiento facial”, de acuerdo a la documentación que presentó Seidor a la universidad de ingeniera en el proceso que acaba de ganar. Ahí también, bajo declaración jurada, se acreditan como representantes de Smowl en el Perú.

Pero aunque Seidor lo venda como el mejor sistema, para Alejandra Vela fue más que un dolor de cabeza en octubre del 2020, cuando quiso postular a la San Marcos. “El servicio Smowl, por el cual se desarrolló el examen virtual, nos pedía una determinada capacidad de memoria, velocidad de Internet, nitidez de la cámara. Una serie de requisitos que excluía a los postulantes que somos de bajos recursos”, asegura la joven, exvocera de la Coordinadora de Postulantes de la UNMSM, organización que reúne a los perjudicados por ese proceso de admisión. Ella tuvo que trasladarse de su casa en Comas a San Juan de Lurigancho donde le prestaron una computadora que sí cumplía con las expectativas de Smowl.

“En mi caso me dejaron en la sala de espera, aguardando que el anfitrión me dé acceso, a pesar de que ingresé a tiempo. Como parte del procedimiento, debías ingresar a una especie de intranet y luego a un Google Meet. No fui el único caso”, explica Esteban Godofredo, otro expostulante que no pudo rendir la prueba aquel día.

Ese examen del 2020 estuvo marcado por los reportes de alumnos que no pudieron ingresar por fallas del sistema, pero también por las denuncias de plagio. “El examen de admisión se había filtrado. Hubo capturas del programa Discord [una red social] donde habían transmitido el examen. También mensajes de WhatsApps donde se pedían las claves [de las respuestas]. Además, denuncias de alumnos que entraron sin cámara, algo que las autoridades dijeron que no estaría permitido”, señala Alejandra Vela.

Para José Luis Pérez, en ese entonces consejero universitario y hoy representante del Tercio Estudiantil de la San Marcos, no hay dudas en las fallas del sistema informático. “La universidad mencionó que el programa tenía una inteligencia artificial que detectaba cuando estabas mirando a otro lado. Si te movías o te salías del enfoque, ese sistema supuestamente enviaba una alerta para que verifiquen si estabas ahí. Eso no se dio. En la práctica, una compañera incluso pudo ir al baño y nadie le observó el examen”, recuerda el dirigente estudiantil.

Seidor se defiende diciendo que su sistema no evita plagios, sino que solo los reporta. Sobre las quejas de los alumnos que no pudieron ingresar al sistema, sin embargo, no dicen nada.

“Efectivamente Seidor trabajó en el examen de admisión del 2020 con la UNMSM, fuimos sus proveedores tecnológicos del proctoring, el cual en ningún momento falló. Smowl no es una herramienta restrictiva que bloquea el navegador y por tanto no restringe que los usuarios no puedan copiar texto, pantallazos o demás actos indebidos. La herramienta lo que hace es monitorear de principio a fin lo que hace el estudiante para que al finalizar el examen, los supervisores (la institución) revisen los informes que han detectado todos estos actos”, contestó Seidor a Sudaca. 

De acuerdo a Alejandra Vela, en esa evaluación fallida postularon alrededor de 28.000 personas, de las cuales 14.000 no pudieron dar el examen por fallas del sistema. Godofredo y ella tuvieron rendir la prueba al año siguiente e ingresaron, pero aseguran que aún existen reclamos de algunos jóvenes a los que no les han devuelto el dinero. Dependiendo del colegio de procedencia y el tipo de examen, estamos hablando de entre S/350 y S/1.600.

 

Extraño proceso

El camino que recorrió Seidor para obtener la buena pro de la UNI y supervisar sus próximos exámenes remotos estuvo, por decir lo menos, marcado por irregularidades. Mediante concurso público, la Oficina Central de Admisión de la universidad (OCAD) convocó a empresas nacionales a comienzos de agosto del año pasado. Se presentaron dos. Una fue Seidor y la otra Cipli Research Center SAC. 

El pedido de la OCAD fue para el monitoreo de 58.400 evaluaciones virtuales de todo tipo, no solo de admisión. Luego de hacer un estudio de mercado, fijaron el valor estimado del servicio en S/980.536. La oferta de Seidor fue de S/1.035.961,94 y la de Cipli de S/1.062.720. Después de analizar ambas, la UNI colocó primera en el orden de prelación a Cipli.

El cuadro de evaluación económica del concurso público declarado desierto. Cipli había quedado primera en el orden de prelación.

Sin embargo, el 28 de agosto del 2021, el comité de selección de la UNI declaró desierto el proceso, acusando falta de presupuesto, y rechazó la oferta de Cipli. “Esta dependencia no cuenta con la disponibilidad presupuestal para cubrir el excedente”, se lee en el acta. La diferencia entre el valor que habían estimado para el servicio y la oferta de Cipli era de poco más de S/80.000. 

Un proceso queda desierto cuando no se reciben ofertas o ninguna es válida, de acuerdo a la Ley de Contrataciones del Estado. Cuando existe un problema presupuestal, según Cristian Castillo, abogado especialista en la materia, el área encargada de la contratación puede negociar con el ganador. “Normalmente lo que sucede es que le mandan una carta o correo al postor ganador diciéndole que el presupuesto alcanza hasta cierta cantidad y piden que se rebaje el precio. Es decisión del postor, en este caso Cipli, si acepta o no”, explica. 

Sin embargo, eso no ocurrió. “Nunca se nos acercaron. Si lo hubieran hecho, hubiésemos aceptado”, asegura Lester Vargas, directivo de Cipli en comunicación con Sudaca. Lo que hizo la UNI fue reiniciar el proceso, bajo la figura de adjudicación simplificada, y convocó a las empresas el 22 de diciembre del 2021. Antes la universidad envió un mensaje a los postulantes que, además de ilegal, parecía dejar todo decidido. 

En su solicitud de cotización a Cipli, a fines de octubre pasado, la UNI le pidió una marca en específico: la plataforma Smowl y su versión avanzada Smowl+. Este era, precisamente, el servicio que ofrecía el otro postor y futuro ganador, Seidor. La plataforma que ofrecía Cipli se llama FractalUp.

La primera cotización que envió la UNI a Cipli donde consignaban la marca «SMOWL y SMOWL+» que ofrecía Seidor, el otro postor y posterior ganador.

Este tipo de especificaciones está prohibida por la Ley de Contrataciones del Estado, de acuerdo al abogado Cristian Castillo. “Yo no puedo lanzar una convocatoria para carros diciendo que deben ser Toyota. Eso sí sería irregular”, explica. 

Cipli pidió una explicación a la universidad y le respondieron en una carta que se trató de “un error” y que sería corregido de forma inmediata. Dicho y hecho, en una posterior versión del pedido de cotización ya no aparecía el nombre de Smowl. Pero el anuncio de la marca de su preferencia ya estaba dado.

En el nuevo proceso también se cambiaron las cifras de forma incomprensible. En el concurso anulado, de agosto, el pedido era que el servicio cubra a 58.400 cuentas online por un valor estimado de S/980.536. Para la adjudicación simplificada, la cantidad de cuentas ascendió a 90.000. Lo lógico, al crecer el pedido, hubiese sido que aumentara el valor referencial. Sin embargo, este se redujó a S/955.800.

Es decir, el pedido de la UNI aumentó considerablemente, pero el valor referencial para el servicio decreció. Lo mismo ocurrió con la oferta que hizo la empresa que había perdido en primera instancia y que ahora, terminaría siendo la ganadora. Y es que Seidor bajó su oferta a S/ 946.132,31. Solo Cipli, viendo que le exigían un servicio mayor, la aumentó a S/1.285.020.

Así, el pasado 13 de enero la UNI le otorgó la buena pro a la compañía protagonista del accidentado examen de San Marcos del 2020. En respuesta a Sudaca, la UNI atribuye los cambios en las cifras al nuevo estudio de mercado realizado para la adjudicación simplificada. 

“Dicho monto es el resultado de las actuaciones preparatorias, esto es, solicitar a los potenciales proveedores sus respectivas cotizaciones a efectos de conocer el monto estimado para el servicio a contratar. Prueba de ello, es que se obtuvo tres cotizaciones”, dice un comunicado de esta casa de estudios. Si bien la universidad menciona tres ofertas, en el cuadro de evaluación económica sólo aparecen dos: Seidor y Cipli.

La UNI continuó con este proceso de contratación a pesar que en diciembre, un mes antes de otorgar la buena pro, acordaron mediante resolución rectoral que el examen de admisión 2022-1 será presencial.

Para David Ramos, presidente de la Asociación de Centros de la Universidad Nacional de Ingeniería (ACUNI), máximo órgano estudiantil de la universidad, esto se debe a que la UNI no descarta que la pandemia empeore. “Nosotros como estudiantes hemos exigido un examen presencial. Se logró, pero no podemos ser ingenuos. Por x razones en marzo podría darse una cuarta ola y las restricciones serían importantes. Obviamente esto [el servicio contratado] no está dirigido solo al proceso de admisión”, aclara. 

Ahora queda por ver si en los próximos exámenes virtuales de la UNI se repite el escándalo de la admisión de San Marcos en el 2020. 

**Fotoportada por Darlen Leonardo

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