La historia no es un cementerio. Está viva y admite revisitarla permanentemente para aprender de ella o para encontrarle sentidos nuevos que nos ayuden a comprender mejor los fundamentos de nuestro presente. En ese sentido, resulta de imprescindible lectura el capítulo “El techo de la modernidad: los subalternos se movilizan (1908-1919)”, de la colección Nueva Historia del Perú Republicano que acaba de publicar la Derrama Magisterial.

La colección mencionada está llena de inquietudes académicas provocadoras, que plantean una relectura de nuestra historia republicana, en base a la reflexión de diversos autores y bajo la dirección de Manuel Burga, Carlos Contreras, María Emma Mannarelli y Claudia Rosas. Es, dada la coyuntura, de atención obligada para entender ésta.

 

 

El capítulo en mención (bajo la autoría de Mannarelli y Margarita Zegarra), suscita una reflexión sobre el presente e inmediato porvenir. Nos trae a colación cómo “la modernidad civilista llegó a su límite ante el desinterés de la oligarquía por dar solución a la explotación de obreros e indígenas. Los sectores subalternos urbanos experimentaban angustiantes alzas de precios; su pobreza y la tugurización en que vivían les acarreaban graves enfermedades y los convertían en víctimas de mortales epidemias, de las que, a menudo, eran culpabilizados. El civilismo sufrió un duro revés cuando el movimiento obrero irrumpió en las elecciones y llevó al poder a un populista (…). Ese fue el techo de su proyecto modernizador”.

En efecto, el Perú parece haber repetido su historia. La primavera democrática del civilismo llegó a su fin por incompletud del proyecto modernizador que una economía relativamente liberal desplegó (en verdad, como en las últimas tres décadas, el Perú de entonces fue beneficiario de un modelo proempresarial, sin libre mercado pleno). El triunfo electoral de Billinghurst le puso fecha de cierre.

 

 

La transición post Fujimori, del mismo modo, se apoyó en un modelo económico abierto edificado en la década precedente, pero no supo hacerlo inclusivo, ya no con los obreros -como en los inicios del siglo pasado-, sino con las provincias, con los informales, con los marginados, que en esta última elección mandaron al traste el modelo vigente desde los 90 y apostaron por un candidato disruptivo que prometía el retorno al Estado y al populismo.

Cabe felicitar a la Derrama Magisterial por este importante esfuerzo editorial, que nos ayuda a volver la vista atrás y entender que aquello que somos se debe, en gran medida, a las líneas de continuidad históricas sobre las que hemos discurrido. De modo especial, es digno de relieve que esta colección esté dirigida especialmente al magisterio nacional -tan necesitado de actualización académica- y cabe esperar que continúen iniciativas similares.

 

 

-La del estribo: muy maduro el libro Animales luminosos, del escritor Jeremías Gamboa. Confirma su crecimiento literario, difícil de afianzar si se tiene en cuenta que sucede al éxito que supuso la publicación de la novela Contarlo todo, impresa ya hace buen tiempo, el 2013. Esperamos mayor frecuencia. Buen viento para una pluma ya consolidada.

 

 

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Quiero compartir con ustedes un poema de Rudyard Kipling que se llama “If” (“Si” en español) escrito alrededor de 1895, que resume las enseñanzas que le deja a su hijo John.

Rudyard Kipling fue un escritor y poeta británico que nació en India en 1865. Su obra de ficción más conocida es “El Libro de la Selva”, la cual ha sido llevada al cine en más de una ocasión. En 1907 se convirtió en el primer escritor de habla inglesa en ganar el Nobel de Literatura.

A pesar del tiempo transcurrido, a la fecha este poema sigue siendo uno de los preferidos entre los británicos. Mi padre me lo leyó por primera vez siendo niño y fue un poema que leíamos juntos en reuniones familiares. Fue escrito para un hijo, pero me parece que aplica también para una hija.

Siempre me ha impresionado como este poema resume tantas lecciones importantes en un texto tan breve y con tanta emoción y claridad. Es difícil estar a la altura de lo que pide Kipling, pero creo que lo importante es hacer el esfuerzo por acercarnos.

Quiero compartir con ustedes la versión en castellano:

Si

Si puedes mantener la cabeza en su lugar cuando todos a tu alrededor

La pierden y te culpan por ello,

Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos duden de ti,

Pero puedes aceptar que lo hagan;

Si puedes esperar y no cansarte por la espera,

O siendo engañado, no respondes con engaños,

O siendo odiado, no caes en el odio,

Y aun así no te ves demasiado bien ni demasiado sabio;

 

Si puedes soñar sin dejar que los sueños te dominen;

Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;

Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Fracaso

Y tratar a ambos impostores de la misma manera;

Si puedes soportar oír la verdad que dijiste

Tergiversada por villanos para engañar a ingenuos,

O ver cómo se destruyen las cosas por las que has dado la vida,

Y agacharte para reconstruirlas con herramientas gastadas;

 

Si puedes juntar todas tus ganancias

Y arriesgarlas en una sola jugada,

Y perder, y empezar de nuevo desde el principio

Y nunca decir una palabra sobre tu pérdida;

Si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones,

A cumplir contigo mucho después de que estén perdidos,

Y así resistir aun cuando ya no te quede nada

Salvo la Voluntad que les dice: ¡Resistan!;

 

Si puedes hablar a la muchedumbre y conservar tu virtud,

O caminar con Reyes, sin perder tu sencillez;

Si ni amigos ni enemigos pueden herirte,

Si todos los hombres pueden contar contigo, pero ninguno demasiado;

Si puedes llenar el implacable minuto

Con sesenta segundos corriendo la distancia;

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,

Y, lo que es más, ¡Serás un Hombre, hijo mío!

Espero les haya gustado. Gracias Papá.

 

Si desean leer la versión en inglés pueden encontrarla en https://www.poetrybyheart.org.uk/poems/if/

Si tienen comentarios siempre pueden escribirme a mi twitter @rafaelletts.

Gracias por leer.

 

 

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Esta semana, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), publicó el último informe de carga de casos de arbitraje, y el Perú registró nueve casos en 2021, manteniéndose como el país con mayores demandas al Estado en nuestra región. Sudaca conversó con los abogados especializados en arbitraje, Micaela Ossio, asociada de B. Cremades y Asociados, y Pablo Mori Counsel en GST LLP, Washington DC, para profundizar en el tema y revisar el impacto de estas demandas.

Recientemente se publicó el último informe de carga de casos del CIADI y hay nueve nuevos casos registrados en el ejercicio de 2021 en el Perú. ¿Qué está sucediendo con el Estado peruano?

Micaela Ossio: Algo está fallando, porque desde el 2020 hasta el 2022 hemos recibido más de 15 nuevos casos, una ola de casos grande. El Perú normalmente ha tenido una buena trayectoria. Hemos tenido que pagar 0.086% de las compensaciones en arbitrajes históricamente, pero ahora se está viendo una ola más fuerte. Lo que es curioso es que los casos son de distinta naturaleza.Tenemos casos por temas tributarios, por ejemplo, por este convenio de estabilidad tributaria que se han incumplido. Tenemos casos en construcción, porque hay incumplimientos en obligaciones. Tenemos otros casos con inversionistas holandeses por temas de redes rurales. No hay un patrón en un sector, si no una falla a nivel general.

Pablo Mori: Efectivamente, las últimas estadísticas del CIADI ubican por tercer año consecutivo al Perú como el país más demandado en el en el año. En el 2021, el Perú tuvo nueve demandas nuevas y en el año 2020 tuvo seis demandas nuevas. Entre los casos de 2020, 2021 y anteriores que están abiertos a la fecha en el CIADI, el Perú tiene 22 arbitrajes abiertos, más 17 concluidos. Además, del CIADI hay otra institución que administra arbitrajes internacionales de inversión bajo tratados que se llama la Corte Permanente de Arbitraje, en la cual el Perú tiene 4 arbitrajes abiertos.

arbitrajes Perú
Micaela Ossio, asociada de B. Cremades y Asociados, y Pablo Mori Counsel en GST LLP, Washington DC.

 

¿Cuál es la razón?

PM: Naturalmente no tenemos la respuesta, pero yo adelanto una cosa muy similar a lo que decía Micaela: el Perú tiene cerca de 43 arbitrajes en su historia. Solo tres países tienen números similares de arbitrajes en su acumulado y son básicamente Argentina, Venezuela y España. Los tres tienen una cuestión en común que Perú no comparte. Argentina fue demandada a partir del año 2001 por la pesificación, que generó una ola de arbitraje. España tiene arbitrajes acumulados por una revelación en contra de las energías renovables. Venezuela  tiene una política expresa de expropiación. En Perú no existe eso. Si hay un patrón en el Perú, creo que es la política de la paralización, de la de la lavada de manos. Varios arbitrajes tienen que ver con la política de paralización, de que el Estado no hace nada, entonces deja los proyectos parados.

¿Alguna otra razón se suma?

PM: Lo segundo es que hay una falta de capacitación a las entidades del Estado, porque los arbitrajes contra el Estado no se producen sólo porque el Ejecutivo o un Ministerio toman alguna medida. En teoría, y con cargo a distintas defensas que pueden tener los Estados al respecto, un demandante suele alegar que existe atribución al propio Estado Peruano por cualquier actividad de cualquiera de sus instancias gubernamentales o entidades y empresas estatales, y por eso suelen demandar directamente al Estado Peruano. No hay capacitación transversal alrededor del gobierno.

MO: Si no se piensa a largo plazo, esto le puede costar mucho dinero al Perú. Antes de ir hacia un incumplimiento de contrato, rescindir un contrato o re-evaluar un trato a un inversionista, se tiene que pensar a largo plazo cómo esto le puede costar más al Perú.

¿Cómo una empresa decide empezar un proceso de arbitraje contra el Estado peruano?

PM: Los arbitrajes de inversión se cocinan a fuego más lento, porque que un inversionista tome la decisión de demandar a un país, significa patear el tablero y poner en riesgo cualquier otra inversión, cualquier otro proyecto que puedan tener. Las empresas no tienen un único contrato. Las empresas petroleras tienen distintos bloques a lo largo de la selva del Perú, por ejemplo. Entonces, para que una empresa decida demandar a un Estado, es porque considera que ya no hay nada más que hacer, que ya no hay forma de seguir avanzando este proyecto, que el Estado no le ha dado las vías adecuadas para obtener su indemnización. Ahora, no todas las demandas son fundadas ni van a serlo necesariamente.

MO: Lo interesante de estos casos es que no es que uno ganó y otro perdió. Incluso, muchas veces, si perdiste, no perdiste tanto, porque lo que te toca pagar en realidad no es una cifra tan elevada. Además, no cualquiera puede traer un arbitraje de inversión, tienes que tener un tratado bilateral, entonces tu inversión tiene que ser del país que tiene un tratado bilateral con el Perú o en su defecto, tiene que haber un contrato que hace referencia al CIADI, como es el caso de Metro de Lima y otros casos de arbitrajes más antiguos. No todos tienen la opción de poder traer un arbitraje de inversión contra el Perú. 

¿Cuál creen que es el caso más complejo que se está manejando ahora en nuestro país?

MO: Odebrecht es el más complejo. Además de ser un tema político interesante, la naturaleza del arbitraje en temas legales de este caso es muy compleja.

PM: Naturalmente sabemos todos los problemas que Odebrecht ha tenido con acusaciones de corrupción. ¿Qué es lo que esto puede generar? El Estado puede alegar que la inversión fue obtenida por corrupción y por tanto no está protegida y es ahí donde va a haber una discusión. Se me ocurre otro caso importante: Enagás tiene dos casos abiertos contra el Estado peruano. ¿Y por qué lo relacionan? Porque era socia de Odebrecht en este mismo proyecto. También está el Metro de Lima, que tiene que ver con la construcción de carreteras. En este último, el Tribunal decidió que iba a determinar primero si había o no responsabilidad del Estado peruano para recién en una segunda etapa calcular los daños por lo complicado que es técnicamente.

MO: También tenemos casos de convenio de estabilidad tributaria, en lo que hay que interpretar si la estabilidad tributaria abarca ciertos proyectos. Ese es el caso de Freeport que tenemos abierto. También tenemos el caso Kaloti, que es una empresa de Dubai. Legalmente sí son interesantes, son complejos. Pero el Perú ha tenido hasta ahora un track record positivo. El año pasado Perú ganó un caso con Hydrika, eso fue una victoria. Tenemos mucho por avanzar porque con esta nueva ola de casos vamos a tener que defenderlos bien como país.

¿Cuánto nos podría costar estos casos de arbitraje que todavía están sucediendo, como Odebrecht o el Metro de Lima?

MO: No puedo hacer un cálculo mental de todos estos casos, pero si no me equivoco, el de Quant Service es de cerca de $248 millones. El de Kaloti cerca de $90 millones. Son cuantías grandes. Habría que revisar las cifras, porque muchas veces se pone una cifra a la notificación de arbitraje, pero no es el monto final.

PM: Si sumamos los más de 20 arbitrajes que tiene abiertos ahora el Perú, y le pones un promedio de $100 millones de dólares cada uno, estamos hablando de más de $2,000 millones sólo en cuantía reclamada, no ahora. Ahora, ¿cuánto le cuesta la defensa al Estado peruano? Los Estados pagan entre abogados, cuantía de honorarios de árbitros, honorarios de expertos, entre $3.5 millones por cada caso.

MO: Porque además, es importante notar que el Perú siempre busca asesorarse externamente. Cuando tiene estos arbitraje de inversión busca firmas internacionales. Usualmente los despachos peruanos no están acostumbrados a estos casos de inversión,  son disputas que no se ven en el día a día.

¿Qué es lo que el Perú necesita para manejar todos estos casos de arbitraje, hacia el futuro?

PM: Lo más importante es qué se necesita para prevenirlos. Esa es la tarea del Sistema de Coordinación y Respuesta del Estado en Controversias Internacionales de Inversión (SICRECI). Es la entidad que recibe las notificaciones de disputa, donde se le dice al Perú que se está a punto de iniciar un arbitraje de inversiones, pero primero se quiere abrir una negociación. Hoy, el SICRECI está copado, es más difícil negociar, porque no se puede identificar los buenos y los malos casos. Segundo, creo que debe haber una preparación. Es una institución, pero que trata de solucionar el desastre que hicieron todas las otras entidades estatales. Tiene que haber una política de preparación a nivel estatal, a nivel global, transversal. Que exista en el Gobierno peruano una política de de ir a los Gobiernos Regionales e ir a las empresas estatales y enseñarles que si hacen tal cosa, los pone en peligro. Ahora, el problema que tienen los países latinoamericanos, es que están muy poco abiertos a la negociación pública.

MO: Creo que hay un miedo a la negociación. Felizmente el Perú tiene buenas defensas, despachos internacionales especialistas en arbitrajes de inversión, porque es muy importante que la defensa la vea un despacho que sabe llevar este tipo de arbitrajes. Tiene que seguir por ese camino, porque perder estos arbitrajes es mucho más costoso que pagar una buena defensa.

 

 

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Por Cristian Rebosio

 

¿Quién le propuso formar parte del nuevo Gabinete?

El mismo presidente Pedro Castillo. En reuniones que tuvo con diversas organizaciones políticas, él pidió que le hagan conocer cuadros que tengan preparación política y en gestión pública para que ayuden al gobierno a salir adelante.

¿La bancada de Somos Perú lo acercó al gobierno?

No fue la bancada. El presidente no tiene comunicación con la bancada de Somos Perú. Él ha tenido reuniones, en diciembre, con presidentes de organizaciones políticas. Creo que el hecho de pedir cuadros que puedan ayudar en la gobernanza del país es un gesto democrático del presidente.

¿Ha tenido acaso experiencia en el sector Cultura?

He tenido formación política y he sido regidor en la Municipalidad de Pueblo Libre, donde estaba el Museo de Historia y Antropología del Perú, el cual trabajaba directamente con el municipio. Al ser regidor y gerente en diversas municipalidades, hay áreas relacionadas al deporte y a la educación, y uno no puede estar desvinculado. Uno no necesita tener el título de ministro con una especialidad en esa cartera para poder asumir el cargo. Me siento en la condición de poder guiar cualquier ministerio que puedan encargarme.

En las últimas semanas, la gestión de la exministra Gisela Ortiz en el Ministerio de Cultura fue criticada por sectores de extrema derecha y fujimoristas por el reconocimiento al Ojo que Llora como patrimonio cultural. Se le pidió, incluso, que retire esta distinción. ¿Usted tomará alguna medida al respecto?

Todos los peruanos necesitamos tener un espacio y un recuerdo en la memoria. Para poder hablar del tema hay que estudiarlo bien. El Ojo que Llora es un monumento que fue parte de las recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación. Este monumento reconoce a nuestros policías y militares fallecidos, pero también a las víctimas de la represión. Existe una ley que estipula que ningún terrorista puede estar registrado y este monumento ha sido reconocido por la Unesco. Nadie tiene que escandalizarse. No hay que estigmatizarlo y debemos darle el valor que corresponde a la historia de nuestro país. Si tengo que responder por ello, lo haré.

Cuando Héctor Valer llegó a la PCM se empezaron a conocer graves casos de violencia familiar. ¿Usted le dijo algo al entonces primer ministro?

No, porque todo fue muy rápido. Normalmente, cuando a una persona se le imputa un hecho, lo que tiene que hacer es defenderse. Nosotros no podemos estar defendiendo los hechos que se le imputan a alguien del Gabinete.

¿Condicionó su presencia en el Gabinete a la continuidad de Valer como premier?

No tengo por qué condicionar. La confianza me la da el presidente de la República. Mi trabajo y lealtad se los debo a él. No tengo que condicionarlos con otras situaciones. Mientras me dé la confianza y libertad para desarrollar la cartera que me ha dado, yo gustoso de trabajar con todas las fuerzas del caso. No podría atreverme a ponerle un condicionamiento.

¿No le resultaba, al menos, incómodo ser parte de un Gabinete encabezado por una persona con una denuncia tan grave como la de violencia familiar?

Creo que cada ministro responde por su cartera con su trabajo. No puedo responder por nadie más. Estoy encaminado a poder desarrollar lo que corresponda a mi cartera con el conocimiento con el que estoy preparado y avanzar hasta donde el presidente me dé la confianza.

El sábado pasado, el expremier Héctor Valer señaló que el Congreso iba a gastar su bala de plata si no le daba la confianza a su Gabinete y que lo siguiente podría ser la disolución del Legislativo. ¿Lo considera una medida razonable?

El presidente nos pidió ser un Gabinete de ingenieros de la democracia. No quiere un Gabinete de confrontación. Nosotros vamos a trabajar democráticamente. Si el Congreso nos recibe, seguiremos trabajando porque así lo quiere el Perú. Pero, si no es así, estaremos ante un Congreso que no deja trabajar al Ejecutivo. Del presidente y los ministros hay la plena voluntad de acercarnos al diálogo y consenso. Nada de imposiciones ni choques o balas de plata. Ojalá el Congreso pueda tener esa misma actitud.

En las últimas horas se ha conocido que los congresistas incluso se reúnen fuera del Parlamento para discutir sobre la vacancia, ¿cree que existirá voluntad para dialogar?

Cualquier tipo de situación que quiera atentar contra un presidente que ha sido elegido para gobernar cinco años es una intención golpista y es un delito. Hay que poner paños fríos y saber rescatar este tipo de situaciones. El Gabinete es democrático y vamos a responder cualquier tipo de agravio con trabajo y haciéndole saber al país quién está del lado de la democracia y quién no.

Algunos exministros, como Pedro Francke y Avelino Guillén, han manifestado las dificultades que afrontaban para poder dialogar con el presidente Pedro Castillo. ¿Cómo trabajará el sector Cultura con un mandatario que no escucha a sus ministros?

Eso te lo puedo desmentir. Una vez que le escribo al presidente para reunirnos, él me convoca y voy a Palacio de Gobierno. Lamento que otros ministros salgan a manifestar que no había apertura con el presidente, porque lo hacen cuando ya salieron de las carteras. Creo que esto tiene una parte política que se debe analizar bien. El presidente ha sido claro al señalar que hubo mucha gente a la que le dio confianza y han terminado traicionándolo. No puedes esperar a salir de un cargo para patear el tablero. Creo que eso no es correcto desde el punto de vista profesional.

¿Qué intereses podrían tener los ministros al contar las dificultades de trabajar con Pedro Castillo?

Algunos ministros entramos a trabajar con convicción y otros entran a desarrollar su propia política. Creo que estos ministros entraron a trabajar para beneficio propio y tener un capital político. Eso no está bien. No concibo cómo puedes dejar una cartera y luego salir a criticar todo cuando has tenido la oportunidad de hacerlo estando ahí. Han trabajado pensando en tener capital político propio.

Cuando asumió el cargo, empezaron a difundirse tuits suyos con comentarios racistas y sugiriendo que la izquierda no debería existir. ¿Por qué optó por cerrar su cuenta y no dar una explicación?

La cerré porque estaban descontextualizando mis interacciones y retrocediendo muchos años atrás en la historia de mi vida. De racista no tengo absolutamente nada. Soy un ser humano humilde y sencillo que respeta a todas las personas por igual. Se metieron a un tuit donde un periodista chileno ofendía a un colega peruano. Lo que yo quise hacer fue generarle empatía y le puse un primer hilo diciendo qué pasaría si a ellos los trataran de la siguiente manera y entonces le hago un segundo hilo donde le pongo un contexto que luego editan y descontextualizan. Pero nadie habla que fue una respuesta defendiendo a un peruano. Lo que a mí no me van a pedir es que deje de defender a un peruano cuando lo ofenden. La vida me enseña a que debo hacerlo de mejor manera. Esos mensajes no me representan. Esa era una interacción que hasta han editado para agregarle palabras. Pero si ese es el costo que tengo que pagar por servirle al país, estoy dispuesto a pagarlo.

¿Cuáles son las palabras que supuestamente le agregaron?

Son palabras irrepetibles. Lo que pasa es que han tomado captura de pantalla y es fácil editarla. Creo que han tenido que retroceder hasta 2014. Si alguien se ha sentido ofendido, pido las disculpas del caso.

Pero también hay tuits sobre política en los que dice: “La izquierda no debería existir. La izquierda se acaba cuando se termina el dinero ajeno”. ¿Sigue pensando de esa manera?

La política de izquierda ha aportado muchísimo en el mundo. No existiría derecha si no existiese izquierda. La izquierda ha tenido muchos logros y conquistas. Ese es un tema que descontextualiza en todo sentido. No es una posición que yo tengo. Yo interactuó. Hubo una periodista que pregunta cuáles son las principales frases o posiciones de determinadas líneas políticas y esa frase yo la menciono citando a Margaret Thatcher. Pero le quitan la cita y lo ponen como si fuese mía. Si uno googlea,  va a saber quién es el autor. Son declaraciones que terminan descontextualizando.

Menciona que los tuits fueron sacados de contexto, pero el tuit al que contestó de esa forma es de la periodista Mabel Huertas y decía “Cada vez que muere alguien en una protesta, la izquierda y derecha se lanzan dardos. ¿Qué tal si buscamos la verdad? No. Eso es más complicado”.

La verdad, no recuerdo bien el contexto. Estamos hablando de muchos años atrás. Uno va avanzando y evolucionando. Creo que hay que marcar una línea de acá hacia adelante. No están hablando con el Alejandro Salas de 2013, sino con el peruano que ha sido convocado para trabajar por su país en 2022.

Tiempo atrás también criticó a Verónika Mendoza por proponer una segunda reforma agraria y ahora forma parte de un gobierno que tiene esta reforma como una de sus principales banderas. ¿Qué lo llevó a cambiar de opinión?

Uno evoluciona cuando escucha personas que te lo explican de otra manera. Una primera reforma agraria estuvo ligada a la expropiación y ahora el presidente Castillo ha dicho que no le va a expropiar nada a nadie y que su reforma va guiada a darle trabajo y desarrollo humano a los agricultores. Cuando a uno se lo explican de esa manera, es imposible estar en desacuerdo.

¿Se considera de izquierda o derecha?

No puedo responder por ideología, porque soy un servidor del Estado que ha juramentado por el Perú. No estoy trabajando con ningún tipo de ideología.

¿Qué le ha dicho el presidente que espera del Ministerio de Cultura?

He encontrado un ministerio de cultura con un 5% de avance de ejecución de presupuesto. Vamos a entrar a marzo y no puede ser que solo exista ese porcentaje. El presidente ha sido muy claro al decir que todas las semanas analiza el trabajo y desempeño de cada uno de sus ministros. Obviamente, la ejecución de una cartera presupuestal es sumamente importante. He encontrado a profesionales muy valiosos, pero faltan gestores públicos. El Ministerio de Cultura es una entidad pública y tiene que saber gestionarse. Lo que él [el presidente] espera es que se desarrollen y ejecuten todos los proyectos con velocidad y legalidad. Respeto a los críticos, pero me doy cuenta que no saben de gestión pública.

¿Existe algún punto específico que el presidente le haya pedido trabajar en su ministerio?

Hay dos puntos específicos que ha encomendado y los estamos ejecutando. Primero, las familias de nuestros pueblos originarios donde muchos le tienen rechazo a la vacuna y no han querido vacunarse. Hemos tenido que convocar a profesionales de estas lenguas originarias para concientizar a estas familias. Se ha avanzado y estamos con alrededor de 800.000 personas hablantes de lenguas originarias que han sido vacunadas con un trabajo que se coordinó con el Ministerio de Salud. Otro aspecto que nos encargó fue que la cultura sea inclusiva. El día de ayer en Cieneguilla hemos mostrado lo que es el recorrido de una zona arqueológica inclusiva para nuestros invidentes que son más de 160.000 en nuestro país. También tenemos que orientarnos para que Machu Picchu sea inclusivo. [El presidente] no quiere ministros de escritorio, sino que estén en el campo recorriendo el país.

 

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¿Cuanto dura una semana? ¿Pregunta estúpida? En fin de cuentas nos estamos refiriendo a una unidad de medida natural, ¿no? Una que marca de manera indeleble nuestras existencias. ¡Nada que ver! El día, un latido del corazón —vivimos 27540 del primero y alrededor de 4 mil millones del segundo—, son naturales. La semana no.

En la historia de la creación, previa a la naturaleza, se introduce la semana. Día 1, día 2 y así hasta que el CEO del universo termina el negocio y pone un nombre a aquello que es ocio, cuya raíz en hebreo es la misma que la palabra huelga, un paro para que no todo sea igual.

La semana, a pesar de aparecer en el génesis está íntimamente ligada al trabajo tal como lo hemos terminado concibiendo a partir de la revolución industrial y la urbanización: una actividad que se realiza en una secuencia cotidiana y luego se interrumpe. Los seres humanos tenemos una identidad multidimensional, que integra distintos aspectos, pero organizada alrededor del trabajo, que nos permite, no importa nuestro apellido, género, en función de nuestras capacidades y aprendizajes, situarnos en la sociedad, procrear, criar hijos, ser ciudadanos, practicar religiones, tener pasatiempos, perseguir sueños. La semana también define lo público frente a lo privado, desmarca lo interno de lo externo. Todo lo anterior, sometido a cambios, modas, cuestionamientos, era el marco dentro del que se desenvolvían nuestras vidas. Hasta que llegó la pandemia.

Ahora, repito la pregunta, ¿cuánto dura una semana?

Si hay algo que mi actividad profesional —la psicoterapia, el coaching, la intervención en crisis, los seminarios y conferencias— me permite es acercarme a las estrategias que emplean los seres humanos para torear las dificultades de la existencias, los hitos del ciclo vital, los retos de las estaciones que debemos recorrer, las tareas que encaramos en nuestras distintas condiciones y los papeles que protagonizamos en la obra que media entre nuestro nacimiento y el fin de juego que significa nuestra muerte.

Y si hay algo que viene resonando en mis oídos desde marzo de 2020 hasta este momento, es la perplejidad frente a la sucesión de los días que no parece tener pausa que no sea el colapso de las fuerzas y la pataleta que hace nuestra mente cuando ya no da más. Todas las unidades temporales se estiran y encogen, nos apachurran o muestran términos huidizos que nos dejan permanentemente en offside.

¿Cuándo el negocio se convierte en ocio y viceversa?, ¿el ocaso o el amanecer quieren decir algo al respecto?, ¿cuán distintos son jueves y sábado? La cosa ya venía poniéndose entreverada y borrosa antes del Covid: exceso de reuniones situadas en cualquier momento del día, revisión de correos cada 6 minutos, para no hablar de redes sociales activas sin parar. Todo eso ha aumentado con la pandemia. Si en 2004 podíamos mantener nuestra atención focalizada durante dos minutos y medio, hoy no nos da para más de 47 segundos.

Ahora que se habla de regreso a los lugares de trabajo, por lo menos a una manera de laborar que, nos dicen, será híbrida —término que también apunta a contrahechos ejemplares producto de especies distintas—, ¿volverá el tiempo a discurrir por sus cauces habituales?

La verdad, nadie lo sabe. Una cosa es el trabajo remoto en casa como parte de una estrategia sanitaria y otra alternar días de presencialidad con jornadas virtuales como parte de nuevos arreglos laborales. Es más, la hibridez podría terminar de matar la semana como metrónomo de las actividades que, para volver al Génesis, hacen sudar nuestra frente.

 

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Covid-19, Empresa

 

El 14 de febrero celebramos globalmente el día del amor y la amistad con el propósito de reivindicar este maravilloso sentimiento de afecto hacia los otros y de los otros hacia uno. Todo tipo de amor es celebrado a través del orbe, el fraternal y el romántico, el «sororal» y el amistoso, pero también celebramos el ser agradecidos con todas las personas que brindan cualquier tipo de cariño a nuestras vidas.

En muchos sitios el Día de San Valentín se limita solamente al amor romántico, como en Europa, y en otros, como en Japón, es interesante que las mujeres regalen distintos tipos de chocolates a los hombres dependiendo de sus intenciones. Por ejemplo, a un padre, hermano, amigo o jefe le regalan Giri-Choko, pero si las intenciones son más románticas, se le dará un Honmei-Choko. Esto simboliza un deseo o una relación ya establecida como novios, parejas o amantes entre el afortunado varón y la pretendiente. ¡Qué fácil la tienen los japoneses!

¿Pero cuáles son los verdaderos orígenes de San Valentín? En el tiempo de los romanos y durante la expansión del cristianismo, en el siglo III, el emperador Claudio II tomó una drástica decisión para poder mantener un ejército poderoso y contar con hombres disponibles: prohibir los casamientos.

Pero de esa decisión surgió una de las historias más tiernas sobre los orígenes de San Valentín. Se cuenta que, al santo, antes de convertirse en tal, le gustaba unir clandestinamente en sacramento a los soldados con sus amadas doncellas en bodegas, ya que los tórtolos no solían tener los medios para costear elegantes ceremonias ni los permisos correspondientes. Cuando San Valentín fue descubierto lo quisieron decapitar por sacrílego y quebrantador de la ley. El juez que había dictaminado la sentencia tenía una hija ciega que a San Valentín le había gustado y a la que había entregado un papelito. Antes de que rodara la cabeza del casamentero, y gracias a las oraciones que elevaba fervorosamente, la hija ciega pudo, por un súbito milagro, ver el papel y leer: “Tu Valentín”. Esa entrega que le costó la vida al futuro santo hizo surgir, sin embargo, la luz en los ojos de la amada.

Así como esa luz, llama o calor fue entendido por la muchacha, así nosotros tendríamos que aceptar el afecto que viene a veces de personas inesperadas. Se trata de ser más empáticos con las necesidades ajenas y menos egoístas e individualistas, como muchas veces nos ocurre. No es solamente dar afecto, sino también apreciar el que se recibe. El desear el bien a alguien muchas veces nos transforma en mejores personas, considerando, obviamente, que «obras son amores, y no buenas razones». O sea, amor sin acción es semilla estéril. El recibirlo, asimismo, nos ennoblece.

El gran mensaje es fácil de captar: el amor como motor y motivo de nuestra existencia. Ya es hora de que actuemos sin importar nuestros orígenes. Todos queremos el bienestar global (lo que antes los teólogos llamaban «el bien común») y eso incluye no solo a los otros humanos, sino a todos los seres no humanos del planeta, en concreto, animales, plantas, ríos, montañas, selvas. No contaminar, no depredar, limpiar, son actos de amor que a la larga nos mejoran. Pensemos, por eso, en el derrame de miles y miles de barriles de petróleo en nuestras costas no solamente como un desastre ecológico, sino como una transgresión del principio del amor a la naturaleza.

Así como San Valentín promueve el amor por las personas, también deberíamos de amarnos a nosotros mismos, lo cual significa contribuir a una mayor conciencia y responsabilidad social y ecológica, y condenar a quienes anteponen sus propios intereses al bienestar general. Pensemos en los depredadores como esos «tiranos» del poema de Martí: » una raza vil de hombres tenaces / de sí propios inflados, y hechos todos, / todos del pelo al pie, de garra y diente». Muchos están en el congreso, en el gobierno, en las élites económicas. No lo olvidemos.

Feliz domingo, y a celebrar mañana el día del amor y de la amistad.

 

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14 de febrero, Día del amor y la amistad

A las 6 de la mañana, de lunes a domingo, Patrick Loli ingresa al mar de la playa Pescadores, en Chorrillos. No importa la estación del año, sea verano o invierno, él entra al océano porque es su estilo de vida: el contacto con la naturaleza, su apasionamiento por los deportes acuáticos y sus ganas de crear comunidad en las costas del Pacífico: Patrick enseña a nadar en aguas abiertas a personas de todas las edades: niños de 4 años, curiosos por ingresar al agua o adultos mayores que a sus 70 años encuentran en el mar, una vida sana y disciplinada.

Patrick Loli es Licenciado en educación física por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, es entrenador de natación de alto rendimiento y de menores; además es preparador físico y su trabajo es certificado por la Federación Internacional de Natación (FINA). Con esos pergaminos, hace un año -el 23 de marzo del 2021- fundó Ocean Swim, academia de natación en aguas abiertas.

Patrick Loli
En playa Pescadores. Patrick asegura que el mar en esta zona de Chorrillos es muy tranquila, ideal para nadar.

“Yo enseñaba y entrenaba (nadadores) en diferentes clubes de Lima. Pero con la pandemia cerraron las piscinas. Entonces, junto a mi hija, que también es nadadora, pensamos: “Ahora ¿qué hacemos? Bueno, tenemos un mar inmenso, hay que aprovecharlo”, se respondieron, casi al unísono, y así -como un chispazo de inspiración- nació la academia que hoy tiene más de 80 alumnos.

Comunidad marina

“Hemos comenzado a generar una nueva camada de nadadores”, afirma Patrick, quien con entusiasmo cuenta los beneficios de nadar en aguas abiertas y de tener una vida conectada en el océano. “El mar te da fortaleza mental. Desde que entras, y aún no comienzas a nadar, ya tienes los primeros beneficios: la temperatura del agua hace que tus músculos estén más tonificados, acelera tu pulso y comienzas a quemar calorías. Respiras aire puro con la brisa marina, ósea, respiras saludablemente. Cuando estas adentro ves que el mar es azul, el color de la tranquilidad; y su basta inmensidad, te da hasta paz”, afirma quien padece de asma, pero asegura que desde que nada en aguas abiertas, las crisis respiratorias que podía sufrir antes, casi han desaparecido.

«Hay que cuidar nuestro mar»

Cuando Patrick y sus alumnos entran al mar -en horarios entre las 6 de la mañana y el mediodía- la conexión con la naturaleza es instantánea. Junto a sus nadadores -que manejan o aprenden sobre el manejo de mareas, tumbos o corrientes- aparecen delfines o lobos de mar, que acompañan la rutina acuática.

“Es hermoso y la comunidad está creciendo aún más”, afirma Patrick y hace un llamado de atención: la necesidad de que los peruanos tomemos consciencia de cuidar nuestra naturaleza y alzar la voz cuando la dañan. Esto, a prácticamente un mes del derrame de petróleo por parte de Repsol en nuestro litoral.

“Cuando sucedió el derrame de crudo, toda la comunidad estuvo triste, protestamos, alzamos nuestra voz. Pero es necesario que entendamos algo: Tenemos que cuidar nuestra naturaleza. Nosotros, todos los días, llegamos a la playa y encontramos desechos. Yo, a las 5 de la mañana, ingreso al mar con el kayak y me pongo a sacar basuritas que flotan en el agua. También hacemos campañas de limpieza”, cuenta este hombre enamorado del mar, que asegura se le debe tener respeto al océano pero no miedo; quien aconseja que, para nadar en aguas abiertas, solo hay que tener la voluntad, pero siempre guiado por un entrenador, con alguien que sepa nadar en aguas abiertas.

 

 

“Para mí, la base de todo esto es la armonía que sientes con la naturaleza. Somos una familia hermosa. Nadar en el mar es ingresar a un mundo maravilloso. Hay mucha confraternidad en este deporte. Encuentras mucha humanidad en la gente”, dice antes de ingresar al mar y mimetizarse con la naturaleza que habita frente a nosotros.

Datos:

Para contactar a Patrick Loli de Ocean Swim pueden escribirle a su Instagram, Facebook, o llamar al 927 367 149. También lo encuentran en la Playa Pescadores, de Chorrillos. La playa cuenta con parqueo y el mar, detalla el entrenador, es mansito.

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Entre las cosas que hicieron de Frank Zappa una amenaza para la escena artística de los Estados Unidos -y que, por ende, motivaron que el establishment de ese país hiciera de todo para borrarlo de la memoria colectiva tras su fallecimiento en 1993- fue su agudeza para exponer las hipocresías del status quo y sus aristas -política, religión, educación, medios de comunicación, sociedad- con la lucidez de quien, habiéndose dedicado al rock en su etapa más lisérgica, jamás consumió ni una sola droga que afectara la capacidad de raciocinio y estado de alerta necesarios para desenmascarar a los eternos falsificadores de una realidad dominada por las apariencias, el dinero, el poder y el control de masas.

Y lo hacía, además, con una fuerte dosis de humor negro y cinismo. A veces exagerando en ciertos temas o jugueteando con lo ridículo, Zappa incomodaba y defendía, con acciones concretas, su derecho a la libertad de expresión tanto en sus presentaciones musicales de extrema complejidad -que algunos reconocemos y admiramos- como en entrevistas en las que salían a relucir esos análisis que hoy, en tiempos de redes sociales, seguramente lo harían blanco de alguna conspiración gubernamental y empresarial para evitar que sean escuchados. Como George Carlin o Lenny Bruce, pero más articulado que ambos, el guitarrista, cantante y compositor no se guardaba nada (ver trailer del documental Eat that question: Frank Zappa in his own words, 2016).

Uno de sus temas favoritos era, por supuesto, el mundo del rock, su propio ambiente de trabajo. Desde la subcultura hippie de los sesenta o los hábitos de las bandas cuando salían de gira hasta su guerra contra grandes sellos discográficos o agentes promotores de la censura, no había asunto del music business que le fuera ajeno. Y entre ellos, el tema del amor en las letras de ciertos «artistas serios de rock», como él los llamaba, se convirtió en una de las principales vías para dar a conocer sus particulares puntos de vista, muchos de ellos tan contundentes y argumentados que, más allá de que puedan o no producir acuerdos o unanimidades, generaban respeto en el oyente/espectador de mente desprejuiciada y abierta a lo distinto.

Durante los ochenta, Frank Zappa no perdió oportunidad para criticar ácidamente las «canciones de amor» del pop-rock de esos años. Solía mofarse de los grandes himnos al amor de Air Supply, Journey, REO Speedwagon, Foreigner, etc. (que tanto nos gustan) pues los consideraba muy predecibles y cursis -solía usar, para describirlos, el término «cheesy» que podríamos traducir literalmente como «cursi»- y declaraba su absoluto desinterés por escribir esa clase de canciones, porque «crean un concepto ideal e irreal de un amor que nadie puede alcanzar. Son pretensiosas y doloridas. Además, hay más canciones sobre el amor que sobre cualquier otra cosa. Si sus letras verdaderamente tuvieran un efecto, todos deberíamos amarnos los unos a los otros».

En un concierto de Halloween de 1977, en el Teatro Palladium de New York, Zappa dirigió sus afilados dardos hacia el último single que, ese año, había lanzado Peter Frampton, excepcional guitarrista británico, ex integrante de Humble Pie que era ya toda una celebridad tras el éxito comercial de su álbum en vivo Frampton comes alive! lanzado un año antes. La canción de marras, titulada I’m in you (Estoy dentro de ti), es una melosa composición que pasó varias semanas en los primeros lugares. A su estilo sarcástico, Zappa armó un monólogo burlándose de las sospechosas intenciones del tema, ocultas tras aquel título, aparentemente inofensivo y sensible.

Durante la alocución, Frank pone al público a pensar en el mundo del rock para luego responder al engañoso I’m in you de Frampton con lo que, según él, era un acercamiento sin disfraces, una canción llamada I have been in you (He estado dentro de ti), incluida en su álbum Sheik yerbouti (1979), de evidente (¿doble?) sentido. El episodio aparece en la película Baby snakes, de ese mismo año, y el monólogo figura también en el volumen seis de la serie You can’t do that on stage anymore (1992), con el título Is that guy kidding or what? (¿Este tipo está bromeando o qué?)

Lo cierto es que Frank Zappa sí escribía canciones de amor. No son muchas, pero constituyen un lado interesante y poco explorado de su abultado catálogo, más asociado a la parodia, el humor negro, algunas obsesiones social y políticamente incorrectas y una forma de componer ampulosa y poco convencional, utilizando ritmos, velocidades y cambios bruscos de tonalidad no aptos para el oyente promedio. Eso sí, las canciones de amor del “genio de Baltimore” difícilmente te conmoverán como sí lo hacen las de Frankie Valli, los Bee Gees o Billy Joel. Desde aquellas que puedan pasar como convencionales hasta las que ironizan sobre las siempre frágiles y contradictorias relaciones humanas, todas tienen su sello inconfundible de sarcasmo y personajes bizarros: el nerd rechazado, el freak sin suerte, el obsesionado sin esperanza, aparecen en estas melodías no aptas para amores idealistas que, tras miles de borrascas y lágrimas son, finalmente, correspondidos.

Estos temas fueron más frecuentes durante la primera época de The Mothers Of Invention, la banda que lideró entre 1966 y 1976. La mayoría están compuestos en clave de doo-wop, subgénero de rock y soul muy popular en los cincuenta, de finas armonías vocales y sonido de rockola, como las que sonaban en Happy Days (Días Felices), la entrañable serie de Fonzie y Richie Cunningham. Por ejemplo, Go cry on somebody else’s shoulder, How could I be such a fool, You didn’t try to call me (del álbum debut Freak out!, 1966) o Love of my life (Cruising with Ruben & The Jets, 1968). De hecho en este álbum, Zappa crea una banda ficticia -Ruben & The Jets- para presentar una selección de diez canciones inspiradas en esos tiempos de inocentes bailes universitarios, vocalistas de pelo engominado y canciones de amor al estilo de Only you (The Platters, 1955) o Blue moon, clásico de Rodgers & Hart que fue parte, en versión de Sha Na Na, de la banda sonora de Grease, la legendaria película de 1978 con John Travolta y Olivia Newton-John que también homenajea esa época. Además de Love of my life -que más tarde incluiría en su doble en vivo Tinsel town rebellion (1981)– destacan en ese LP Anything (compuesta por Ray Collins, el primer cantante de The Mothers), Later that night y Fountain of love.

Otro buen ejemplo es Sharleena, que apareció por primera vez en Chunga’s revenge (1970) y fue regrabada para el álbum Them or us (1984). En concierto, este lamento de tonalidades rockeras se transformaba en un contundente jam guitarrero en ritmo de reggae, salvo que encuentres la acelerada versión de 1971 contenida en el disco doble Playground psychotics (1993) o la versión jazz-fusion de The lost episodes (1992), dos de los primeros lanzamientos póstumos del artista.

Valerie (LP Burnt weeny sandwich, 1970) es otra muestra de la fascinación que tenía Frank Zappa por el doo-wop -la canción es un cover de Jackie & The Starlites, conjunto vocal que la grabó en 1969. Aun cuando las voces que conforman sus armonías suenan a intencionada parodia -el falsete agudo del bajista Roy Estrada, el tono bajo del mismo Frank-, es muy fácil asociar esta melodía a oldies como Unchained melody (The Righteous Brothers, 1965) o All I have to do is dream (The Everly Brothers, 1958). Otro ejemplo de esto es The air, del doble Uncle Meat (1969).

Como vemos, Frank Zappa vendría a ser “El Grinch” del Día de San Valentín. Pero, viendo cómo una efeméride de origen religioso y sentimental que celebraba al amor verdadero -en la que muchos aun creemos- se ha convertido, por lo menos en nuestro país, en un grotesco carnaval de sordideces, crónicas rojas, avisos de hostales, memes sobre infidelidades diversas, reportajes sobre promiscuidades faranduleras y demás desviaciones relacionadas a qué esperar del publicitado “día del amor y la amistad”, la visión cínica de Zappa cobra más sentido y actualidad que nunca.

Alguna vez le preguntaron por qué era tan reacio a las canciones de amor. Y su respuesta fue bastante técnica: «Es un gran reto conmover emocionalmente a alguien sin usar palabras o expresiones literales. Tocando un instrumento, por ejemplo. Pero escribir una canción acerca de alguien que te abandonó es estúpido. Los compositores o intérpretes no creen necesariamente en todo lo que dicen o hacen, pero sí saben que tienen 3,000% de posibilidades de sonar en la radio escribiendo canciones de amor. Yo escribo música, si quiero escribir algo para hacerte llorar, puedo hacerlo. Existen fórmulas, técnicas. Hay ciertas notas de la escala que puedes tocar en climas armónicos determinados, no es solo algo sentimental. Y son muy predecibles».

Para cerrar este recuento de las extrañas canciones de amor de Frank Zappa, en la previa al 14 de febrero, les dejo un par más. Como se imaginarán, no son exactamente “canciones de amor”. Una es la historia de un furtivo “choque y fuga” que comienza muy bien, casi como una de esas comedias románticas noventeras: una pareja se conoce en un bar, se toman un par de tragos y, de repente, todo acaba mal. Se llama Honey, don’t you want a man like me? y fue estrenada en vivo en 1976. La otra, Bamboozled by love (Tinsel town rebellion, 1981) es un blues que, al estilo del clásico Hey Joe de Jimi Hendrix (The Jimi Hendrix Experience, 1967), narra cómo un hombre despechado planifica asesinar a su pareja, a quien acaba de descubrir con otro. Como declara el autor en Packard goose (Joe’s garage, 1980): “El amor no es música, la música es lo mejor”.

 

 

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Es una pregunta con una opción de respuesta terrible, porque el país se desangraría en el reino de la mediocridad más pueril que se haya visto en los últimos gobiernos democráticos.

Pero cabe como posibilidad cierta. Castillo solo tendría que asegurar su pacto con Perú Libre, apostar a que Juntos por el Perú, a pesar de sus intentos de marcar distancia, no se sume al carromato vacador, que Perú Democrático siga en el oficialismo, que la facción provinciana de Acción Popular le continúe prestando apoyo, y que la presencia de un ministro de Somos Perú, asegure su cuota parlamentaria, para salir bien librado no solo de cualquier intento de vacancia sino también de la valla de las cuestiones de confianza.

Claramente, ese es el motivo de la conformación del gabinete Torres y seguramente de los que vendrán. Ya el régimen no tiene oxígeno para grandes reformas, mucho menos para impulsar una Asamblea Constituyente. Lo único a lo que aspira es a sobrevivir y con una o dos jugadas políticas, lo podría lograr.

El gran pagador de la manutención del statu quo, será, sin embargo, el país, ya que desperdiciaremos el boom de precios de los minerales (podríamos crecer por encima del 4% anual sin problemas), no se hará ninguna reforma importante, ni siquiera en Salud y Educación (los dos temas que hubieran parecido esenciales a un régimen de izquierda), seguirá en caída libre la inversión privada, y viviremos todo el tiempo que dure el gobierno en medio de escándalos políticos, con la consecuente inestabilidad que ello generaría.

Será el reino de la mediocridad más absoluta y de la parálisis del Estado en un grado mayúsculo. Se destruirá la tecnocracia y burocracia que habían alcanzado algunas dosis de excelencia, el Estado funcionará peor que nunca y poco a poco se irá deteriorando la efectividad del gobierno central para establecer políticas públicas (por ejemplo, en el tema de la seguridad ciudadana, no cabe duda alguna de que, al cabo del mandato de Castillo, la misma estará absolutamente fuera de control).

Ese es el panorama que se abre en el horizonte, si Castillo se mantiene en el poder. Lo que sobrevendrá ya no será el advenimiento del comunismo -como un sector afiebrado de la derecha insiste en advertir-, sino la consolidación de un Estado fallido, en espiral de deterioro, presa fácil de los grupos de interés y de los grupos delincuenciales que azotan nuestra sociedad.

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Pedro Castillo, Vacancia
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