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Ollas comunes en emergencia
Por:
Patricia Del Rio
13.04.2022
La precariedad de la institución contrasta con el aumento de sueldo de Janios Quevedo Valle, el jefe nacional. Desde el 20 de octubre del 2020, Quevedo fue designado como Personal Altamente Calificado (PAC) por el Midagri, pasando a percibir S/25,000 por sus labores. Según la escala remunerativa del Senasa –que no se actualiza desde el 2010– su sueldo era de S/13.400 soles.
Cuando Quevedo pasó al PAC, su salario debía aparecer o bien en el sitio web del Midagri, como su personal designado; o en el del MEF, que administra este régimen. Pero eso no pasó. El 24 de enero un ciudadano presentó una queja a varias entidades estatales porque no podía visualizar la remuneración de Quevedo en el Portal de Transparencia. Acusaba como responsable a Karla Pérez Barreto, directora de la Unidad de Gestión de Recursos Humanos del Senasa.
La PCM ordenó entonces al Midagri que atienda el caso. El Senasa atribuyó el “error” de transparencia a un problema informático. “La falta de publicación de dicha información en los períodos NOVIEMBRE-2021, DICIEMBRE-2021 y ENERO-2022 se debía a un caso de fuerza mayor por imposibilidad de subir el formato excel”, se lee en el informe que archivó la denuncia.
Para Alexandra Ames, desestimar la denuncia por no encontrar faltas administrativas no era todo lo que debía hacerse. “No basta con archivar la falta bajo ese argumento. Se deben tomar acciones correctivas. No tendrían por qué demorarse meses en resolver algo tan sencillo como subir información a una página web”, explica la especialista de la Universidad del Pacífico.
Actualmente, según constató Sudaca, sigue sin figurar el sueldo de Quevedo en los portales de Transparencia del Senasa, el MEF o el Midagri. El área de prensa de este ministerio le atribuye la culpa a la Presidencia del Consejo de Ministros, que se encarga de gestionar el portal de transparencia del gobierno. “La plataforma y su funcionamiento es administrada por la PCM, las demás entidades solo ingresamos la información del personal activo”, respondieron.
Lo ocurrido con el sueldo de Quevedo es un trago amargo para los trabajadores que esperan que se cumplan sus resoluciones judiciales y cuya escala remunerativa no cambia desde hace 12 años. “El jefe nacional se lleva la gloria, pero la peleamos nosotros”, responde, ofuscado, Walter Cañari. Si las sentencias de reposición no se cumplen cabalmente hasta abril, los trabajadores del Senasa advierten a este medio que podrían iniciar un paro indefinido.
**Fotoportada por Darlen Leonardo
Es distinto el caso de Ollanta Humala o Susana Villarán, donde el tema pasa por delitos de corrupción en el ejercicio de sus funciones como autoridades del Estado, al haber recibido dinero de las empresas brasileñas y a cambio de ello haberles otorgado beneficios materiales tangibles y constatables.
La lucha anticorrupción emprendida en el país no puede pecar, además, de la lentitud pasmosa que ha mostrado en el caso Lava Jato. Se han pasado años sin formular acusación y se ha hecho purgar pena de cárcel a muchos sin siquiera tener un expediente relativamente armado. Vamos a ver si al final de todo este proceso, la justicia peruana demuestra que es capaz, valga la redundancia, de impartir justicia, más allá de inquinas políticas o algunas eventuales simpatías. Mucho está en juego con la culminación cabal del proceso más grande de anticorrupción ocurrido en el Perú en las últimas décadas.
Esta alternativa sí es posible implementarla. Supone una amplia movilización y convergencia de ciudadanos que apuestan por contrarrestar las tropelías cometidas por el gobierno, de su incapacidad para gestionar y de su conducción errática. Además de la movilización ciudadana es necesario “pacto político con impacto sobre el Congreso que aglutine un mínimo de 66 votos y una llamada a referéndum para cambiarlo todo” como sostiene Rosa María Palacios. En ese sentido “esa movilización ciudadana es lo que más se necesita si se trata de recuperar la democracia” sentencia Carlos Reyna. No es de extrañar que desde perspectivas de análisis distintas se concluya que ese es el camino por el cual hay que transitar. Consenso en el diagnóstico hay pero ¿quién o quiénes podrían tener la legitimidad para liderar estar movilización ciudadana y los cambios imprescindibles para terminar con estos ciclos de crisis política y fortalecer la democracia?
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Lo más curioso, es que las principales y más violentas protestas se dan en Huancayo, la cuna del partido de gobierno. ¿Será este el principio del fin de Castillo? ¿Conseguirá el pueblo lo que el Congreso no pudo? Lo único claro es que nuestro presidente pierde cada día más y más apoyo popular, el pueblo se le está volteando, y cada vez queda más en evidencia que lo único que le interesa a este gobierno de turno es copar todos los puestos públicos que les sea posible. No ha habido ningún cambio de modelo, sino que se ha mantenido el status quo, y todas las reformas de Estado que se prometieron, han quedado en el aire. Esperemos que el pueblo siga reaccionando, y ojalá, gracias a ello, podamos conseguir un cambio, pero un cambio de presidente.
Regresemos a Rosendo Serna (quien al no haber mostrado ninguna vergüenza por su robo califica perfectamente bajo el rubro de sinvergüenza: regresemos entonces al sinvergüenza.) Ayer señaló que él solo copió los textos para analizarlos posteriormente. Eso es completamente falso. ¿Por qué? La respuesta no tiene nada que ver con Turnitin, y mencionar que el texto obtuvo un porcentaje de similitud de 70% (tal como hacen, por ejemplo, en La República) es un error que solo contribuye a crear confusión. La razón por la que lo que dice Rosendo Serna es falso es que, si él realmente hubiera querido analizar los textos, los habría puesto entre comillas y habría indicado al autor original. Pero lo que hizo este ladrón de ideas es hacerlos pasar como suyos (¡se robó hasta los agradecimientos!)
Aplicar un marco teórico general a una situación social específica es un trabajo digno de una tesis doctoral, sobre todo si dicha aplicación es creativa y novedosa. Eso no está en discusión. Lo penoso es que el ministro ladrón tranquilamente hubiera podido expresar todas esas ideas citando las fuentes correctamente, y explicándolas con sus propias palabras. Esta explicación sería un valor añadido, y el texto dejaría de ser una mera copia. Pero eso implicaría sentarse a leer, pensar, y escribir. Es decir, trabajar. Pero parece que a Rosendo Serna le dio flojera trabajar, y por eso decidió robar.
* Manuel Barrantes es profesor de filosofía en California State University Sacramento. Su área de especialización es la filosofía de la ciencia, y sus áreas de competencia incluyen la ética de la tecnología y la filosofía de las matemáticas.