Tras quedarse sin empleo por la pandemia, el chef Daniel Gonzáles y su cuñado, el piloto de avión Jorge Bonifaz, decidieron vender makis a domicilio. Seis meses después, el negocio despegó, a pesar de las cuarentenas, y ahora quieren llegar a todo Lima. Su fórmula es la resiliencia.

Mientras termina de despachar los últimos pedidos para la hora de almuerzo, Daniel Gonzáles, chef y fundador de Kuma Rolls, empieza lo que se denomina “mise en place”, el rito de ordenar todos los elementos que necesitará para continuar con la cocina hasta la noche.

Deja a un lado el salmón de 4 kilos que tiene que rebanar y nos comenta que, sacar adelante su negocio -que tiene a los populares “makis” como producto estrella- ha significado muy poco descanso e innovación constante. Sin embargo, cada día llegan a nuevo público y eso le entusiasma.

“Nos ubicamos en Lince, pero recibimos pedidos tanto de Miraflores o San Isidro, como de La Victoria o San Juan de Lurigancho. Lo que queremos es llegar a todos los distritos de Lima posibles. En la medida en que eso se pueda, vamos a tratar de entregar lo mejor de nosotros en cada pedido”, refiere.

Para Gonzáles, un chef que se dedicaba a organizar eventos, los makis y la comida de sabor oriental es un mercado bastante competido en Lima, pero con un público cada vez más amplio. Por eso decidió apostar por esta línea de negocio cuando le quedó claro que los eventos no volverían por un buen tiempo.

Trabajo en equipo y en familia

La idea también le resultó atractiva a Jorge Bonifaz, cuñado de Daniel y piloto de avión al que la pandemia había dejado en suspensión perfecta. Juntos decidieron lanzar “Kuma Rolls” en setiembre del año pasado. En japonés, “Kuma” significa “oso” y Gonzáles considera que este animal es un símbolo de ternura, pero también de la solidez que se requiere para salir adelante en una situación compleja como la pandemia.

Mientras que Gonzales se encargaba de las recetas y de la parte operativa, Bonifaz asumió las tareas publicitarias y contractuales. Si bien a veces tienen sus diferencias, asegura que estas no pasan al plano laboral. “Tanto mi cuñado como yo estamos en la misma página en ese sentido, tratando de ver este negocio de la manera más profesional posible. A veces sí entra a tallar la unidad que tenemos por el vínculo familiar, pero lo manejamos de la manera más profesional posible”, explica.

De esta manera fueron creciendo y el equipo pasó de dos a ocho personas. Por el lado publicitario, hicieron una campaña con la aerolínea Star Perú y han lanzado cuatro productos más, fuera de su clásica “kumabox” de makis. De estos nuevos productos, Gonzáles destaca la popularidad de la “kuma burger” y de los “wangostinos”.

“Son unos wantanes rellenos de langostinos que tienen 25 gramos de puro langostino picado sazonado con especias y un sabor muy oriental. Buscamos diversificar siempre jugando con el concepto de comida oriental. Yo me encargo de sacar una idea, un boceto, eso se prueba y una vez que está aprobada una versión oficial, se le muestra al equipo”, asegura.

En cada receta tratan de emplear ingredientes similares, pero con distintas preparaciones para evitar cualquier dificultad logística, que con la pandemia es muy probable que se presente.

Los pros y contra de empezar desde cero

Antes de la cuarentena por la segunda ola de contagios, tenían previsto abrir un segundo local muy parecido al actual, que forma parte de un patio de comidas en el distrito de Lince. Sin embargo, ahora la decisión dependerá mucho del levantamiento de las restricciones y la situación económica que observen en los próximos días.

A pesar de todo, Gonzáles reconoce que haber empezado el negocio en estas circunstancias les da cierta ventaja respecto de los restaurantes tradicionales que han tenido que recortar planillas y cerrar locales. “De un modo u otro, empezar de esta manera nos da la ventaja de no conocer otra realidad, así que hemos ido creciendo como las circunstancias nos lo han permitido”, anotó.

Para los emprendedores que también estén viendo oportunidades para abrir un negocio gastronómico, recomendó realizar algún estudio de mercado para evaluar el comportamiento de la demanda, y después, empezar por algo pequeño y utilizar mucho las redes sociales, pues en este momento no es posible tener mucha exposición física.

 

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Lo primero que quiero abordar es el problema de salud que atravesó hace poco. ¿Cuántos días estuvo internado en la Villa Panamericana?

Diez días. Tuve un shock muy fuerte porque me puse muy grave en Huancayo y me tuvieron que traer de urgencia con oxígeno a Lima.

¿Por qué estaba en Huancayo?

Estaba promoviendo la llegada de Rafael López Aliaga a la ciudad de Huancayo. Me habían encargado hacer la campaña de recibimiento. Y, entonces, caí con la enfermedad.

A pesar de que usted es candidato por Lima, estaba haciendo campaña en Huancayo.

Así es. Cuando uno participa en un partido político, no lo hace por intereses particulares. Participa por el interés general, para que el pueblo conozca el plan de trabajo nacional. Por lo menos así funciona nuestro partido. El hecho de que yo sea candidato en Lima no me exime de que pueda ir a otros departamentos a organizar las recepciones.

¿Usted cree que se contagió haciendo esas actividades en Huancayo?

No, yo me contagié en Lima, definitivamente. Y no solo yo. No voy a mencionar los nombres porque sería antiético, pero se enfermaron cerca de seis personas.

¿Del partido?

Del partido. Pero de los que se enfermaron, el que había viajado era yo. El resto tuvo que atenderse y hacer su cuarentena en Lima. Gracias a Dios la libramos bien, pero hasta ahora estoy rogando a Dios y estoy orando todos los días por la salud de Gustavo Pacheco. Es un alto dirigente del partido y su situación es bastante delicada.

¿Estas seis personas también se contagiaron haciendo campaña?

No lo sabemos, quizás en diferentes sitios. Algunos tenían otras labores: las conferencias de prensa, estar al lado de las personas que pegan carteles, etcétera. Uno nunca sabe cómo adquiere el virus. Nosotros somos parte del pueblo, no somos inmunes, salvo que seas, pues, amigo de las personas de la Cayetano Heredia.

Usted es un defensor del consumo de ivermectina.

Sí.

¿Después de haberse enfermado sigue confiando y recomendando la ivermectina?

Yo había tomado ivermectina cuestión de 25 días [antes de enfermar]. Y dos o tres días antes [también de enfermar], tomé mi segunda dosis. A pesar de todo eso, me dio. Cuando conversé con los médicos, le pregunté: “doctor, yo he estado tomando ivermectina”. Y él me dijo: “eso te salvó la vida”. Entonces, le digo: “me toca una próxima dosis dentro de diez, once días, ¿puedo tomarla?”. “Por supuesto, si es inocuo, no te ha hecho daño y te ha ayudado, tómala”. La tomo cada veinte días. Y no la recomiendo porque no soy médico, pero con recomendación médica, yo pienso que, si bien no cura, por lo menos te defiende. No está recomendado no sé por qué razones, pero la práctica, la realidad, como la he experimentado yo, me da la razón en el sentido que la ivermectina es bastante positiva.

[El laboratorio Merck, productor de ivermectina, publicó un comunicado en sus canales institucionales en el que indica que no hay base científica para un potencial efecto terapéutico ni evidencia de eficacia clínica del componente contra la Covid-19].

Esa tercera dosis, ¿usted la tomó en la Villa Panamericana?

Claro.

¿Se la administraron los mismos médicos?

No. Yo llevé mi ivermectina. Los doctores me trataron de maravilla. Su trato con los enfermos, no solo conmigo, es de primerísimo nivel, no tiene que envidiarle a la mejor clínica del país.

Acaba de halagar al sistema de salud público. ¿Cree que la coyuntura actual reclama una mayor presencia del Estado en los servicios públicos, como por ejemplo la salud?

Definitivamente, sí. Toda labor en favor de la salud necesita de mayor apoyo. En la situación de emergencia se han puesto las pilas, pero no hay derecho que, sobre la pandemia, encima de la tragedia, recién se comiencen a preocupar por conseguir oxígeno, por acelerar las vacunas. Lo gravísimo: haber eliminado [suspendido] las postas médicas, que son la primera etapa donde el pueblo debe ir. Haber casi desecho los hospitales de solidaridad, que son otro elemento de contención. Todo el país debería tener su hospital de solidaridad, no esperar el último momento para llegar a los hospitales y exigir cama UCI. Puede haber otras desgracias que tienen que encontrarnos preparados: un terremoto, un huaico. Vivimos en un país que tiene estas desgracias de cuando en cuando y siempre estamos comentando la deficiencia de los hospitales, de los servicios de salud, etcétera.

Entonces, ¿usted cree que el Estado debe hacerse más fuerte…

No me trates de usted, trátame de tú. Yo soy Efraín. Me haces sentir viejo (ríe).

De acuerdo. Entonces, ¿tú crees que el Estado debe ser más fuerte y más grande para atender mejor los servicios públicos?

Yo estoy en contra de que el Estado acapare todo. Lo que sí me parece es que el Estado tiene obligaciones para con el pueblo, con la masa. Entonces, si ve que hay deficiencia en las regiones, tiene que obligar a los gobernadores a fijarse en esos problemas. No hay derecho para que los gobernadores, algunos, hayan devuelto el 65% del presupuesto. Con eso se construyen tres hospitales.

[Según el portal de Consulta Amigable del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en el año 2020 la región con menor ejecución de presupuesto fue Lima Metropolitana, con 71.3% de ejecución. Es decir, le sobró el 28,7% del presupuesto, porcentaje lejano al que da Aguilar].

¿El partido Renovación Popular está de acuerdo con tener un Estado más fuerte, más presente?

No es exactamente esa la idea del partido. La idea del partido es hacer a la gente más fuerte, a las comunidades más fuertes. El Estado hay que reducirlo. La posición del partido no es tener 18 ministerios, sino 10 ministerios. La idea del partido es integrar a los menos favorecidos que producen, de tal manera que se ponga en valor su trabajo. [Los peruanos] trabajan para comer y no debe ser así, deben trabajar para producir y vivir de ello. Esa es la función que Rafael quiere imponer. Darles facilidades para que se vuelvan entidades autofinancieras.

Te hacía la pregunta porque encuentro cierta contradicción entre hacer un Estado más pequeño y tener mejores servicios públicos.

Es que el reducir los ministerios no quiere decir que se vaya a desmejorar, todo lo contrario. Por ponerte un ejemplo, yo tengo un problema de una mujer, hay que ir al Ministerio de la Mujer, hay que ir al otro ministerio y al otro ministerio, cuando todo debe estar concentrado.

¿Qué ministerios eliminarían? ¿El de Cultura sería uno de ellos?

Yo no soy experto en ese tipo de reducciones, para eso existe un plan de gobierno, un jefe de gobierno, políticos que están enterados. Mal haría yo en dar una opinión.

Pero el plan de gobierno no lo especifica, por eso pregunto.

Por eso mismo te digo, [tengo] una opinión legal al respecto. Me entusiasma la idea en lo general. Creo que es positivo reducir la cantidad porque reduces una serie de gente que está de favor, gente que llegó por el tarjetazo, y te vas quedando con lo seleccionado, con lo mejor.

Hago, entonces, la pregunta a manera personal: ¿tú estarías de acuerdo con eliminar el Ministerio de Cultura?

¿Eliminar? No. Mira, no hay mejor gestión que se ha hecho en Cultura que cuando era Instituto Nacional de Cultura, que dependía del Ministerio de Educación y lo dirigía Martha Hildebrandt, y después el gran César Urueta Alcántara. Fue la mejor gestión. En un gobierno militar.

Entonces, ¿le bajarías el rango y dejaría de ser ministerio para volver a pertenecer al Ministerio de Educación?

Definitivamente.

Quiero hacerte algunas preguntas para definirte mejor. Eres católico.

Católico, apostólico, romano y practicante.

¿Eres también provida y profamilia?

Provida y profamilia. La pregunta lleva un trasfondo. Nuestro partido no es una secta. En nuestro partido hay ateos, hay de diferentes religiones. Nosotros practicamos la selección de meritoriaje. Somos respetuosos de las confesiones ajenas. Somos un partido democrático. Y la prueba está en toda la gente que ha ingresado. No es condición sine qua non ser religioso católico apostólico, es cuestión de tener conceptos democráticos bien definidos en pro y en beneficio de nuestro país.

Pero hay algunas ideas políticas detrás de eso. Por ejemplo, estar en contra del matrimonio igualitario y de la legalización del aborto.

Bueno, eso sí es una política del partido. Somos provida y respetamos la Constitución, que dice que el ser humano es defendido por la Constitución desde que es concebido. Entonces, todo lo que atente contra ello es criminal.

¿Estás de acuerdo con la agenda de ‘Con mis hijos no te metas’?

Por supuesto. Yo soy pedagogo de profesión, egresado del Instituto Pedagógico Nacional, del año 1968. Tengo la escuela antigua. La obligación natural de educar a sus hijos en el aspecto sexual no es del Estado. El Estado no tiene por qué reemplazar al padre y a la madre. En las currículas que nos presenta cierto sector extremista está buscando tergiversar la orientación sexual de mi nieto, de mi hijo. Respeto a rajatabla las opciones sexuales que puedan tener, si es que se llaman opciones. Que puedan ser gays, lesbianas o todas las variantes que hay. Es más, he convivido y sigo conviviendo con muchos gays, lesbianas, etcétera. Yo he sido la primera persona que puso a un travesti en televisión: Coco Marusix. Y fui el primero que trajo un transexual de Brasil al Perú. No los discrimino, los defiendo. Tienen que tener sus derechos: derecho a la herencia, derecho a bienes comunes. Lo que no estoy de acuerdo es que a esa conjunción de derechos se le llame matrimonio. Para mí la unión civil es necesaria e imprescindible, porque no hay derecho que dos personas que se se aman y disfruten de su pareja no estén respaldadas por la ley.

¿Has participado en alguna ‘Marcha por la vida’?

No. Nunca he participado en marchas. Cuando era joven alguna vez participé en una marcha cuando los americanos invadieron Santo Domingo y me costó once días de estar en la prefectura. Desde ahí no he vuelto a participar. He ido a mítines de Belaúnde, de Haya de la Torre. He participado, me han botado, me han apedreado, he sabido aspirar gases lacrimógenos, caballazos, etcétera. Porque la pasión política uno siempre la lleva. Yo desde estudiante he tenido vocación dirigencial. He sido miembro del Centro Federado del Instituto Pedagógico Nacional, después he sido regidor de la Municipalidad, después he pertenecido al Partido Morado. En cuanto entró cierto tipo de gente que no quiero adjetivar, inmediatamente me retiré. Yo con Julio Guzmán era muy amigo. Al extremo que él de vez en cuando [iba] a mi oficina a tomar desayuno conmigo. Pero en las posiciones políticas, hay que ser vertical. Si se desvían ellos, o me desvío yo, digo: “no, hasta aquí nomás. Julito, te agradezco, pero yo no continúo”. A los dos días, fíjate la casualidad, me llama Rafael López Aliaga. Yo me sentaba junto a él en el Consejo de la Municipalidad. Y me dice: “Efraín, te necesito, vente a mi casa que quiero conversar contigo”. Conversamos, nos pusimos de acuerdo y me inscribí en Solidaridad. Yo soy inscrito, no soy invitado.

Fuiste militante de Solidaridad Nacional desde el año 2004 y renunciaste en el 2015. Luego te volviste a inscribir el año pasado.

Sí. Yo renuncié cuando el señor [José] Luna ingresó y me di cuenta que todo eso era una podredumbre. Lucho Castañeda fue candidato a la presidencia. Tuvo la mala suerte de juntarse con gente que no era la ideal para una campaña y la perdió. Y encima ahorita está acusado. Yo soy muy creyente en la honradez de Lucho Castañeda. Yo tengo fe de que es inocente. Y ahora, entre paréntesis, está muy enfermo. Que Dios lo ayude.

Para terminar de definirte, ¿tienes algún vínculo con el Opus Dei?

No, no tengo en absoluto ningún vínculo. Nuestro jefe sí, es agregado al Opus Dei.

¿A qué parroquia vas a escuchar misa?

A la iglesia de San Francisco. A las 7 de la mañana iba a misa, ahora ya no se puede. Tengo muchos amigos que he conocido en la iglesia de San Francisco, en el centro de Lima, frente a la… ¿cómo se llama? La Constitución, ¿cómo se llama? El poder constituyente, ¿no? No.

El Tribunal Constitucional.

El Tribunal Constitucional.

¿Te consideras una persona de derecha?

Soy de derecha popular. De la derecha que todos los días arriesga, pierde, gana y vive de su trabajo. Existe en nuestro país una derecha popular que tiene su principal defecto en que no está organizada, no es legal. El día que se organice, sea legal, va a ser verdaderamente el motor de la economía del país.

Durante años has trabajado con artistas. ¿Consideras que tu posición política es más conservadora que la del común de artistas?

Eso es cierto. Yo soy más conservador. Y debes entenderlo por mi edad: 76 años. Aunque tengo ideas mucho más innovadoras que algunos jóvenes. Pero, ¿dónde está la diferencia? Mi cultura política no es panfletaria. Mi cultura política se ha hecho a través de la lectura, del conocimiento, de la conversación, del enfrentamiento, de la esgrima del diálogo. A mí me molesta que los jóvenes artistas, no te voy a decir nombres, ni el 1% ha leído la Constitución. Entonces, la posición es influenciable, pues. Son gente que se deja llevar por el movimiento, por el famoso… ¿cómo le llaman?, los correos, las redes. Basta que alguna persona en las redes diga: “hay que salir a marchar”, y salen como corderitos. Y después no saben por qué han salido. ¿Quiénes se aprovechan de eso? Ahora sí te voy a decir el adjetivo: toda la caviarada.

Con varias de tus declaraciones te estás distanciando de muchos artistas. ¿Has renunciado al voto de los artistas?

No. Bueno, los artistas están en todo su derecho de estar de acuerdo o no conmigo. Yo no puedo hacerles cambiar de opinión.

Declaraste en una entrevista que tenías la esperanza de que algún mecenas salve al teatro Canout. ¿Esa propuesta se la hiciste a Rafael López Aliaga? Podría ser un mecenas.

Por supuesto, ni que fuera tonto (ríe).

Y te la rechazó, aparentemente.

Hablé con él. Él es muy sensible. Y sé que está haciendo lo posible para ver alguna fórmula de que el teatro no sea derruido y están hablando con los propietarios. Estoy siendo infidente con Rafael, pero ya que me lo preguntas, sí es cierto. Tiene una comisión en su organización particular que está haciendo las gestiones mediante, creo, un fideicomiso y un [contrato de] arras para poderlo comprar. Ojalá sea así. Si se realiza esta operación seré el hombre más feliz de la tierra al comenzar a desempacar y volver a montar el teatro Canout. Ojalá Dios me escuche e ilumine a las personas que están encargadas de eso.

Has dirigido muchas obras de teatro. ¿Estás listo para dirigir un poder del Estado?

No lo sé. ¿Quieres que te diga qué ministerio del Estado me gustaría obtener, o que me nombren? El Ministerio del Interior. Lo primero que haría es empoderar a la policía, hacer que el principio de autoridad en todos los aspectos se implante en nuestro país. Ahí viene el gran defecto de toda esta especie de anarquía que existe en estos momentos en nuestro país.

(A propósito del terruqueo a las mujeres de izquierda)

Hace unos días el candidato presidencial por Acción Popular, Yonhy Lescano, se refirió a la candidata de Juntos por el Perú, Verónika Mendoza, como alguien cuya ideología comulgaba con la “guerra de guerrillas”. La candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori hizo lo propio llamándola ‘caperucita roja’ y señalando que “se hace la suavecita, pero es roja y peligrosa”. Días antes, partidarios del candidato de Podemos Perú emitieron un spot en el que aparecía una personaje apodada “Terrónika”, que claramente aludía a Mendoza.

 

Similares situaciones, vive a diario la congresista del Frente Amplio, Rocío Silva Santisteban, a quien la palabra “terruca” se le endilga como quien le dice hola.

 

La asociación simplista del terrorismo con la izquierda democrática y partidaria es una táctica de manipulación que apela, malintencionadamente, al miedo y al pasado traumático de violencia que experimentó nuestro país.

 

Dichos discursos tendenciosos, sin argumentos, siguen siendo la muletilla estigmatizadora de ciertos sectores políticos que no quieren entender (ni quieren que se entienda) que la apuesta de la izquierda partidaria por la vía democrática encarna una contradicción fundamental con la propuesta de Sendero Luminoso, cuyo fin era el de aniquilar el “viejo Estado”.

 

María Elena Moyano, emblema de la lucha contra la violencia, fue una mujer de izquierda. El pasado 15 de febrero se cumplieron 29 años de su asesinato a manos de un escuadrón de aniquilamiento de Sendero Luminoso. María Elena fue dirigente de organizaciones sociales de base, teniente alcaldesa de Villa el Salvador y militante de Izquierda Unida. Su muerte fue un episodio emblemático de nuestra historia y su figura ha sido reivindicada como un símbolo de paz.

 

Las interpretaciones en torno a los sentidos de su memoria, sin embargo, siguen siendo hasta el día de hoy motivo de disputa. En el artículo “Los usos y abusos de la memoria de Maria Elena Moyano”, la politóloga Jo Marie Burt expone la forma en la que Fujimori invocó la memoria de Moyano para recordar a los peruanos la brutalidad de Sendero Luminoso, pero también para legitimar las violaciones al Estado de derecho como parte de su política antisubversiva.

 

Durante la década de 1990, el Estado construyó un relato en torno a Maria Elena Moyano en aras de justificar la “mano dura”. Para ello invisibilizó convenientemente su militancia izquierdista y su paso por el Partido Unificado Mariateguista (PUM). También minimizó que fuera blanco de violencia como tantos otros militantes de izquierda. Y silenció sus críticas enfáticas a las políticas neoliberales de Alberto Fujimori.

 

Sendero Luminoso, por su lado, a través de su órgano de comunicación El Diario, acusó recurrentemente a Moyano y a otros alcaldes y tenientes alcaldes de izquierda de diversos distritos populares de Lima de corrupción y de ser enemigos de “la revolución maoísta”.

 

El 26 de setiembre de 1991, María Elena Moyano protagonizó una multitudinaria manifestación cuyo lema principal fue “Contra el hambre y el terror”. Meses más tarde en el CADE 91, manifestó que no era posible combatir el terror si no se combatía el hambre de la población. En este sentido, se pronunció tanto en contra de la violencia de Sendero Luminoso como contra la violencia del proyecto neoliberal fujimorista.

 

En el libro María Elena Moyano, Perú en busca de una esperanza, la escritora feminista Diana Miloslavich recoge la voz de María Elena a través de entrevistas y textos escritos por la dirigente misma antes de su asesinato. En estos documentos aparece la visión de Maria Elena sobre su historia de vida, Villa El Salvador, las organizaciones de mujeres, sobre su militancia en la izquierda, su experiencia en el gobierno local y sobre sus propuestas de pacificación.

 

Sus escritos dejan claro que su oposición a la violencia subversiva se enuncia desde su militancia política, pues para ella la mejor respuesta a Sendero Luminoso debía surgir desde un proyecto político íntegro que levantara banderas de justicia social.

 

En estos tiempos en los que la política peruana atraviesa una profunda crisis moral, la voz de María Elena nos recuerda, como flor en el pantano, que el miedo nunca fue ni será la respuesta. Los terruqueadores invocan el miedo para cerrarle paso al ejercicio crítico de la ciudadanía. El terruqueo no es solo un delito, pues mancha la honra y el buen nombre de personas que no tienen vínculo alguno con hechos delictivos; el terruqueo es también una muestra de la pobreza de ideas, tan predominante en esta campaña electoral.

 

La Fiscalía está siendo demasiado acomedida en el tratamiento e investigación que ha iniciado respecto del caso vacunagate. Acá el delito mayor no es haberse coludido para recibir indebidamente una vacuna, a expensas de la angustia de millones de peruanos que con más derecho que los beneficiarios esperan recibirla lo antes posible.

La hipótesis de trabajo con la que la Fiscalía debe trabajar es de que estamos frente a un colosal soborno, del cual fue parte mínima este lote de vacunas de “cortesía”. Hay demasiado indicios de que se dejó caer negociaciones con otros laboratorios para favorecer a Sinopharm, empresa estatal china que como tal debe estar acostumbrada a todo tipo de trasiegos (así funcionan las empresas chinas en el mundo).

En esa medida, debe incluirse en todos los rigores fiscales a las exministras Pilar Mazzetti y Elizabeth Astete (no se entiende por qué la Procuradoría las ha excluido del pedido de detención preliminar) y, por supuesto, al expresidente Martín Vizcarra, principal sostenedor del contrato con la empresa china.

De paso, haría bien el gobierno peruano en solicitar diplomáticamente a la embajada china su lista de beneficiarios. Puede usarse como instrumento de negociación y el gobierno chino, como su propia comunidad en el Perú lo ha señalado, haría bien en despercurdirse de las sospechas que en estos momentos recaen sobre ellos.

El gobierno, por su parte, a ver si de una vez por todas aprende a comunicar las cosas con claridad. Primero menciona una segunda lista, luego de que no hay tal; después anuncia el ingreso de privados a la comercialización de vacunas, luego se desdice. En ese trance, no sólo se percibe un régimen confundido sino uno cuyo carácter dubitativo parecería deberse a algún grado de involucramiento con la salvajada ética y penal de la que el país ha sido testigo.

Que no nos ocurra una vez más en nuestra historia que el latrocinio sale bien librado. Ya es una vergüenza lo ocurrido. Lo sería doblemente que se tienda un manto de impunidad sobre los miserables que han mancillado a la patria.

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Elecciones 2021

Han pasado 135 años, y Bel-Ami continúa su carrera desbocada hacia el poder. Garboso, bien plantado, de una belleza andrógina: cabello castaño, ondulado, tez clara, con los proverbiales ojos azules, de los anti héroes de la novela decimonónica. De cintura estrecha, sus piernas torneadas y su trasero respingado, pero sobre todo el bigote ─ese fetiche sexual de los hombres del siglo XIX─, su apariencia física es la perdición de las mujeres de todas las edades y condición social, sin dejar indiferente a los hombres que lo rodean y envidian.

 

Hijo de campesinos venidos a menos, es pobre de origen, miserable por elección ─en París, se opta por el hambre antes que el trabajo. Su condición física también es el producto de las fatigas castrenses en los confines más pobres de esa República Francesa, que ha descubierto un apetito tardío pero insaciable y voraz por la expansión colonial, avocada al saqueo y masacre colonial de los árabes sub saharianos. Las magras pillerías del suboficial Georges Duroy, durante su campaña en el desierto: robo de animales domésticos y estupro, son testimonio más bien de la miseria de su misión y del fracaso de esa política colonial francesa que de la torpeza criminal del personaje y sus cómplices de fechorías. Sin embargo, y como resabio de ese pasado militar le queda la prepotencia con que se desplaza a la deriva por las calles de París, como si las aceras le pertenecieran y los otros transeúntes le estorbaran.

 

Georges Duroy, es un anti héroe moderno, sus hazañas no son las de los caballeros medievales que alcanzan fama y renombre gracias a proezas de armas y amores castellanos, o la del fracasado héroe romántico, que aspira a la gloria intelectual y al ascenso social a través de la poesía o el teatro (véanse los héroes de Balzac). Gracias a sus características animales ─piense el lector en el modo reptiliano como acicala su bigote─, el anti héroe de Maupassant se eleva al rango más alto en la cadena alimenticia de ese nuevo orden natural que Darwin está describiendo. Georges Duroy entra en una alianza simbiótica con las mujeres de su entorno, gracias a ellas inicia su educación sentimental: con las obreras que lo codician con la mirada, con las prostitutas con quienes gusta codearse para aprender sus modos y adivinar sus fantasías eróticas, con las amantes despechadas o con las esposas o viudas burguesas que se convierten simultáneamente en víctimas y perpetradoras de infamias en esa sociedad exclusiva de hombres.

 

La historia de Bel-Ami es la historia de esa transformación. Pero no se trata de una lección naturalista o social sobre la pobreza como en las novelas de Emile Zola, ─quien significativamente publica Germinal en ese mismo año. Georges Duroy es una nueva especie animal y a Guy de Maupassant le interesa menos catalogarla que observarla, alimentarla, maravillarse con su capacidad de adaptación y sobrevivencia.

 

La primera fase de esa metamorfosis es la toma de consciencia ─ingrediente principal de la novela moderna. Charles Forestier ─el excompañero de armas quien reconoce a Georges en las calles de París─ le hace notar “tienes éxito con las mujeres, tienes que cuidar eso”. Forestier le muestra el camino, le abre las puertas a ese nuevo mundo, que requiere un cambio de piel: le presta el dinero para conseguir un traje alquilado, hacerse de una camisa limpia, pagarse una prostituta que le remonte la moral. Pero es la llegada de Bel-Ami al apartamento de su amigo donde simbólicamente se inicia la transformación interior del personaje. Frente al espejo ─en una escena que habría hecho el deleite de Freud, apenas seis años menor que Guy de Maupassant─, Georges Duroy se espanta de su propia imagen, intimidado por el reflejo de su propia transformación física. Ese espejo de cuerpo entero decora la escalera del edificio al que ha sido invitado a cenar. Esas escaleras que el personaje trepa se convertirán metafóricamente en el primer peldaño de su ascenso social.

 

Pero si es gracias a un hombre que se inicia su transformación exterior, son las mujeres la fuerza catalizadora que impulsa la evolución interior del personaje. Hay allí también un capital inicial, una base sobre la cual se desarrolla esa compatibilidad: se trata de una cierta sensualidad que Georges Duroy comparte con las mujeres, su atención por el perfume delicado y sutil que parece brotar de ellas y que contrasta con los olores nauseabundos de chamusquina y fogones viciados que infectan su existencia ─las fondas obreras donde se alimenta, los efluvios ofensivos que inundan la escalera que conduce a su buhardilla. Georges sufre también una fascinación por los pendientes, los collares, los prendedores con que se adornan las damas que frecuenta y que contrastan con su propia indigencia ─motivo recurrente en otras narraciones y cuentos de Maupassant.

 

En este permanente juego de contrastes, también el lector es seducido y capturado no tanto por la trama previsible de la novela ─el ascenso social de un arribista─, como por el comportamiento de Georges: el lector se sorprende una y otra vez tratando de adivinar si Bel-Ami lograra conquistar a la viuda de Charles o la hija del Banquero millonario, cómo hará para poder compaginar sus amoríos yuxtapuestos con tres mujeres a la vez o cómo podrá salir victorioso de un duelo a muerte con otro periodista. No hay ironía o condescendencia por parte del narrador con las vivencias del héroe. A cada paso de la aventura de Georges le acecha la posibilidad del fracaso y la debacle: por escasez de fondos, por inseguridad o dificultad creativa cuando enfrenta la página en blanco sea para escribir artículos periodísticos o esquelas amorosas.

 

¿Por qué le interesa tanto al lector la suerte de Georges Duroy? A lo largo de la narración, el lector descubre que Bel-Ami es un vividor de gustos abiertamente crapulosos, un amante infiel, un traidor, pero también entiende que se tratan de características para poder sobrevivir en ese medio hostil que es París, donde nadie es lo que parece. Una realidad donde los matrimonios alternan con sus amantes y los invitan a cenar en casa una vez por semana, donde las mujeres reciclan a sus amantes recomendándolos a otras, donde los sillones de la Academia se reparten en la sobremesa del café. Es un mundo dónde los reporteros inventan las noticias sin haber estado jamás en el lugar de los hechos, donde la duplicidad de los políticos y banqueros va a la par de su rapacidad y la bajeza de sus instintos sexuales.

 

El matrimonio religioso con la hija de un banquero millonario, podría parecer la coronación de la cúspide del prestigio social parisino, sin embargo, el lector sabe muy bien que Georges Duroy ─o, mejor, el ennoblecido Georges Du Roy─, no se detendrá allí y a cualquier precio apunta ya a su próxima presa, la política.

 

Publicada como novela por entregas, Bel-Ami apareció por primera vez como folletín del cotidiano parisino Gil Blas, entre los meses de abril y mayo de 1885. Su autor, Guy de Maupassant, de apenas treinta y cinco años, es en ese momento el protagonista de una carrera literaria que será tan fulgurante como efímera. Extenuado por la sífilis que lo conducirá a un intento de suicidio en 1891 y finalmente a una muerte prematura en 1893.

 

Buen-Amigo (Bel-Ami), Guy de Maupassant, Alba Editorial, Barcelona, 528 páginas

 

Ginebra, 20 de febrero de 2021

 

La decisión fue tomada por la Junta General de Accionistas el mismo día que se supo que Blume, directora de la empresa, estaba en la lista del #VacunaGate. AFP Habitat ha resuelto no pronunciarse sobre su comportamiento.

El último martes se reunió uno de los principales órganos de gobierno de la AFP Habitat en el Perú: su Junta General de Accionistas (JGA). ¿Lo hizo para hablar sobre la conducta de uno de los miembros de su directorio, que se vacunó en secreto para el país, fuera de un ensayo clínico y antes que el personal de salud de la primera línea de lucha contra la pandemia? No, solo para repartirse dividendos.

 

Este 16 de febrero, AFP Habitat decidió que dará a sus accionistas casi S/37 millones en dividendos de sus operaciones del 2020 en el Perú. Con 99,94%, su principal propietario −y para todo efecto práctico, el único con poder de decisión− es Habitat Andina S.A. A través de esta compañía, la AFP peruana es controlada y entrega utilidades a su matriz en Chile. El pago de dividendos se concretará el 8 de marzo.

 

AFP Habitat tomó la decisión el mismo día que, por la madrugada, se conoció que una de sus directoras forma parte del escándalo denominado #VacunaGate. Se trata de la abogada y lobbista Cecilia Blume, quien recibió tres dosis de la vacuna de Sinopharm: el 21 de noviembre, el 16 de diciembre y el 7 de enero, según la lista elaborada por la Universidad Peruana Cayetano Heredia (UPCH).

 

“Se aprobó respecto de la utilidad distribuible generada durante el ejercicio 2020, que (i) se detraiga el monto de S/4.097.339,52 por concepto de reserva legal y que (ii) se distribuya dividendos por un monto ascendente a S/36.876.055,64 determinando un dividendo ascendente a la suma de S/0,45066301 por acción”, dice un comunicado enviado a la Superintendencia del Mercado de Valores (SMV).

 

Este documento fue registrado en la SMV pasadas las 4 de la tarde del martes 16. Catorce horas antes, Sudaca fue uno de los medios que hizo pública la lista de vacunación de la UPCH. Blume tiene allí el número 178 y aparece como “invitada”. El reparto de dividendos que ha aprobado el accionista controlador de AFP Habitat es propuesto por el directorio que ella conforma.

 

De ética y reputación empresarial

 

Blume es directora independiente (no vinculada a los accionistas) de AFP Habitat desde mayo del 2013. También forma parte del directorio de la pesquera Exalmar. Ha sido jefa del Gabinete de Asesores del Ministerio de Economía y Finanzas que presidió Pedro Pablo Kuczynski (PPK) hace casi dos décadas y ha sido parte del círculo de confianza del expresidente.

 

Según el consultor en ética corporativa y director ejecutivo del Consejo Privado Anticorrupción, Eduardo Herrera, el comportamiento de Blume respecto al #VacunaGate −vacunarse de forma irregular, sin conocimiento del público y sin tomar en cuenta el orden de prioridad− sí merecería una sanción o, al menos, un pronunciamiento público por parte de su empresa.

 

“No estaba en la obligación formal de comunicar [a la empresa, que se había vacunado], porque no era un tema de conflicto de intereses corporativos, pero la transgresión ética en su vida personal sí merece una sanción. Tenía el deber de comportarse correctamente […] No podía permitir, además, que su vida personal embarre la reputación de una empresa”, dice.

 

El Código de Ética de AFP Habitat, que “declara los valores éticos y de conducta en que deben enmarcarse las actuaciones internas y externas del directorio” de la empresa, establece: “Debemos actuar con rectitud y lealtad en todos los ámbitos, comportándonos de manera transparente y responsable en el desarrollo de nuestras tareas y en nuestra relación y comunicación con otros, valorando el respeto y sinceridad en nuestro actuar”.

 

Según Herrera, este párrafo ha sido transgredido por Blume. “Esa cláusula amplia es la que te habla de que tienes que portarte bien siempre. El Código de Ética te habla del correcto comportamiento de la persona en todo su esplendor. Para la integridad, no es que yo soy ejecutivo en la mañana y en la noche nada que ver. Eres uno solo”, explica.

 

Aún más: el Reglamento de la Junta General de Accionistas de AFP Habitat dice que ésta “evaluará constantemente que los miembros del directorio cumplan con […] las propias políticas de la compañía para desempeñar de manera satisfactoria dicho cargo; para tal efecto evaluará toda circunstancia o hecho relevante, incluyendo las relaciones comerciales, bancarias, legales, de imagen de cada uno de los miembros del directorio”.

 

Herrera compara el caso de Blume con el de Luis Felipe Gómez, quien ocupó un cargo gerencial en la aerolínea colombiana Avianca hasta el Mundial de Rusia 2018. Gómez fue despedido por su exempleador luego de que un video viral lo mostró sirviendo licor desde un compartimiento oculto en unos falsos binoculares dentro de un estadio, y ufanándose de ello. Estaba prohibido ingresar alcohol al recinto.

 

“Te pongo el ‘caso Avianca’ en el Mundial de Rusia. Es paradigmático porque te muestra cómo la vida personal influye en la reputación corporativa. Avianca se dio cuenta y lo botó”, asegura el experto en ética y anticorrupción. El exempleado de Avianca ganó recientemente un proceso contra la aerolínea, pero solo para rectificar unos dichos puntuales y no para reponerlo en su puesto.

 

Pese a todo, la AFP Habitat ha decidido no pronunciarse respecto a la vacunación irregular de Blume. No solo no lo hizo tras su Junta General de Accionistas, ni en los días posteriores, sino que respondió a Sudaca que no haría declaraciones al respecto. “Acá seguro te van a decir que no hay corrupción, que puede ser una falta ética, pero que esa es un área gris”, se quejó airadamente una fuente del sector financiero.

El Hecho de Importancia publicado por la SMV que registra los detalles del reparto de dividendos acordado por la Junta General de Accionistas de AFP Habitat. 

 

La persona y la empresa

 

El doctor Germán Málaga, investigador a cargo del ensayo clínico de la vacuna de Sinopharm, declaró a la comisión conjunta de Fiscalización y Covid-19 del Congreso que la triple vacunación de Blume se debió a que luego necesitaba conseguir financiamiento para un proyecto. Las declaraciones de Málaga sobre otros implicados en el #VacunaGate han sido rebatidas por estos.

 

“La covocamos [a Blume] […] porque en algún momento pensábamos levantar fondos para construir nuestra propia UCI [Unidad de Cuidados Intensivos], teniendo en cuenta que podía venir una segunda ola y no queríamos estar con el problema de ahora de conseguir camas”, aseguró el investigador. Sudaca se comunicó con la abogada, pero ella también optó por no declarar.

 

Más allá de esa afirmación, Blume es conocida en el país por su rol como ‘gestora de intereses’ privados. Este es un eufemismo para lo que, en todo el mundo, significa hacer lobby. El lobby no necesariamente implica un acto ilegal. Desde hace 14 años, la lobbista Cecilia Blume preside la consultora CB Consult. En ese tiempo también ha formado parte de los directorios de diversas empresas.

 

En el 2016, Blume ocupó el primer lugar entre los ‘gestores de intereses’ más poderosos del país, según la Encuesta del Poder que elabora Ipsos para la revista Semana Económica. “Soy abogada: mi trabajo es abogar por mis clientes, representar sus intereses. Significa que lo estoy haciendo bien”, respondió ella aquel año, al autor de esta nota, para Semana Económica.

 

Habitat, por su parte, es una de las cuatro AFP del mercado previsional peruano. Ingresó en el 2013, tras ganar la primera licitación de afiliados, lo que obligaba a todos los nuevos aportantes del sistema a ser sus clientes. La matriz de Habitat nació en Chile en los ochenta. Hoy la controla, a partes iguales, la gigante estadounidense Prudential y la Cámara Chilena de la Construcción.

 

En abril del 2020, Habitat dejó sin efecto la repartición de dividendos del ejercicio 2019 que había dispuesto su accionista controlador el mes anterior. Lo hizo tras el revuelo mediático que causó el reparto de utilidades de su competidora peruana, Prima AFP, y “en atención a las nuevas condiciones nacionales e internacionales a consecuencia del Covid-19”. Finalmente, igual pagó esos dividendos en octubre.

 

Publicado: viernes 19 de febrero.

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AFP, Cecilia Blume

De acuerdo a la OMS, durante la semana es aconsejable que la actividad física se realice por 150 minutos con moderada intensidad o 75 minutos con vigorosa intensidad

 

 

 

 

El teletrabajo nos ha obligado a convertir nuestros hogares en oficinas y esto no necesariamente significa que contamos con las mejores condiciones para laborar. Muchas veces el cansancio de trabajar en una misma posición o la falta de ergonomía pueden causar fatiga física que repercute en nuestro estado mental y por ende, en nuestro desempeño.

 

Por ello es importante que nos demos el tiempo de hacer pausas activas. Se trata de breves descansos durante el horario laboral mediante ejercicios que ayudan a reducir la fatiga muscular además de prevenir problemas osteomusculares.

 

Expertos de la Clínica San Pablo explican que cuando los músculos permanecen estáticos por mucho tiempo, en ellos se acumulan desechos tóxicos que son los que producen la fatiga.

 

Poner el cuerpo a descansar

 

Si realizas una actividad continua por más de dos horas, debes hacer pausas activas. Entre los beneficios de estas se encuentran:

 

  • Disminución del estrés.
  • Reducción de tensión muscular y prevención de lesiones como espasmos musculares.
  • Favorecimiento a la capacidad de concentración.
  • Estimulación de la circulación.
  • Aumento de la eficiencia en el trabajo.
  • Recuperación de energía.

 

Aquí, algunos ejercicios que puedes poner en práctica:

 

Cuello: Inclina la cabeza hacia adelante, procurando tocar el pecho con tu mentón. Luego inclina la cabeza de lado a lado.

 

Hombros: Deberás elevarlos y bajarlos al máximo. Luego haz rotaciones en ambos sentidos.

 

Brazos: Entrecruza las manos hacia afuera y estira los brazos a la altura de los hombros.

 

Manos: Junta las palmas y, mientras mantienes las palmas unidas, presiona hacia abajo. Al terminar, extiende los dedos sobre una superficie lo más que puedas. Luego flexiónalos.

 

Ojos: Toma un lápiz y sin mover la cabeza, fija la mirada en él y acércalo lentamente. Luego distáncialo.

 

De acuerdo a la OMS, durante la semana es aconsejable que la actividad física se realice por 150 minutos con moderada intensidad o 75 minutos con vigorosa intensidad.

 

Este tiempo se recomienda dividirlo en 20 o 30 minutos. No olvidar que los ejercicios deben realizarse mientras no tenga dolor ni molestias, y si siente alguna incomodidad debe consultar con su médico o fisioterapeuta.

Podcast

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En el septuagésimo primer episodio: El pronóstico de vacunación del gobierno es bastante optimista, y no incluiría a miembros de mesa. Y hay 600 haitianos varados en la frontera con Brasil, entre inundaciones y dengue.

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sudaca · Pronóstico de vacunación y una crisis humanitaria en la selva

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Luego de superar la pandemia, cuando se haya completado un mínimo plan de vacunación que la aminore, recién se podrá ver una luz al final del túnel de la recesión económica que las rígidas cuarentenas han producido (sigo pensando que han sido excesivas: no hay ningún vector que correlacione cuarentenas más estrictas con disminución de los contagios y muertes).

Cuando ese momento llegue, lo que el Perú va a necesitar no es de bonos, asistencia estatal o créditos subsidiados. Lo que se va a requerir a gritos es un shock de inversiones privadas, solo posible si desde el gobierno se destraban los nudos mercantilistas que afectan la libre competencia, se desregula el mercado laboral, se achica el Estado a lo mínimo indispensable y se sacan adelante megaproyectos diversos (entre ellos los mineros).

Un gobierno pichicatero de la inversión fue el de Alan García y a pesar de no ser uno promercado, disparó la inversión privada y eso generó la mayor reducción de pobreza de nuestra historia. Y si bien es cierto que contribuyó a ello el alto precio de los minerales, ese fenómeno está volviendo a ocurrir y debemos aprovecharlo.

Solo con un shock capitalista será posible construir un Estado capaz de brindar salud pública decente, educación pública competitiva, grados de seguridad ciudadana mínimos y un sistema de justicia confiable. Porque para ello se necesita recursos sinfín. Lo que el Perú necesita es un Estado chico con un presupuesto grande para poder incrementar las inversiones públicas donde es urgente y necesario.

La crisis pandémica no conduce al fin del “modelo neoliberal”, como gusta de llamarlo nuestra izquierda. Lo que hemos vivido estos últimos treinta años es un capitalismo mercantilista que aún a pesar de no haber sido liberal ha generado niveles de reducción de la pobreza y de la desigualdad inéditos en nuestra historia. Si hubiésemos tenido una economía liberal competitiva, ese crecimiento hubiera sido superlativamente mayor.

La única manera de que el Perú recupere su peso histórico en la región (como el que tuvo en la época prehispánica o en la colonia) es volviéndose una pequeña potencia capitalista, con altos grados de libertad económica y un Estado capaz de asegurar una mínima equidad social entre sus ciudadanos, haciendo a todos partícipes del desarrollo.

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