Sus manos y jeans tienen manchas de colores por dedicarse a su arte sin descanso. Su corazón está coloreado con humildad y sueños de seguir creando. A sus 39 años, Gerardo Aguirre es uno de los artistas residentes y más característicos de Monumental Callao, el espacio cultural que reúne todo tipo de expresiones artísticas en el distrito chalaco.
También conocido como Sesión DMJC, Aguirre es el maestro grafitero por excelencia de Monumental Callao. Desde 2016 trabaja enseñando las técnicas básicas del graffiti mediante trazos en los muros, sobre todo a niños y adolescentes, pero recibe a toda clase de alumnos. “El éxito de enseñar es saber transmitir y que se lleven la experiencia más bonita del mundo. Hay gente que ha regresado hasta cuatro veces y me han recomendado mucho. Me llamaban diciendo ‘tal persona me pasó tu teléfono’ y así se ha ido moviendo como una cadena”, cuenta el artista urbano que ha recibido interesados por este arte desde Hong Kong, Francia, y Nueva Zelanda.
De la ilegalidad a las galerías
Su relación con el graffiti empezó en 1998, cuando estaba por culminar la secundaria. En ese momento era muy difícil conseguir permisos para pintar paredes, o incluso conseguir, como ahora, que los propietarios de las viviendas ofrezcan sus paredes para el arte urbano. “Antiguamente era más de figurar tu nombre o tu seudónimo. Ibas a las diez de la noche y pintabas muy rápido tu seudónimo en una pared. Era una cosa más ilegal. Yo comencé haciendo los bocetos en mis cuadernos, luego pasé a la spray y luego practiqué en la cochera de mi tía, porque me la ofreció”, cuenta Aguirre.
“Cuando yo comencé a pintar en la cochera, no dije ‘voy a vivir de esto’, pero era algo que me apasionaba, algo que yo sentía que podía seguir haciendo más adelante, pero nunca me imaginé que hoy en día yo iba a vivir de esto”, reflexiona el artista, que cree fielmente que así como algunos pueden vivir del deporte, los artistas también pueden vivir de su trabajo.
Muchas de las coloridas pinturas de la Línea 1 del Metro de Lima son de su autoría. “Trabajé con dos chicos que admiro mucho y que pertenecen a mi grupo. Entes y Pésimo. Ellos me jalaron a su empresa de arte y comenzamos trabajando con la Línea 1, para muralizar varios barrios en Villa María del Triunfo y San Juan de Miraflores. Como parte de ese equipo, los ayudaba en todo, haciendo murales para los barrios, arreglando los puentes que cruzan las líneas de tren. Luego conocimos este maravilloso lugar que se llama Monumental Callao. Yo llegué gracias a ellos”, cuenta Sesión DMJC con mucho agradecimiento.
Al llegar a Monumental Callao, y tras participar de un festival y tour de graffiti en dicho espacio cultural, en 2015 apareció una gran oportunidad para el artista. “Fue una experiencia muy bonita. Me dijeron ‘¿qué te parece si vives y trabajas acá?’ y yo dije bueno, probemos”, recuerda. Aguirre solía vivir en Salamanca y al mudarse, rápidamente su corazón se hizo chalaco. “No es necesario haber nacido acá, solo tener el corazón de ayudar, el corazón de salir adelante y el corazón de que las cosas mejoren para todos. Así como tú sales adelante, hacer que todos puedan salir adelante con mucho trabajo”, comenta.
Desde abril de este año cuenta con su propia galería en el místico espacio artístico chalaco. Tras sobrevivir a la pandemia, apoyándose en otros compañeros artistas, y en su capacidad de crear para luego vender su arte, le solicitó a la directora de Monumental Callao un espacio propio: una galería. “Yo la admiro mucho. Le pedí un espacio porque lo necesitaba. Me dijo ‘yo te lo doy si tú me prometes que lo vas a cuidar, lo vas a abrir todos los días y te vas a sacar la michi por el espacio’. Yo le dije ‘no sólo te lo voy a prometer, te lo voy a demostrar’. Apenas me dio las llaves, lo primero que hice fue agradecer. Fue levantar todo desde cero y ahora es mi responsabilidad”, recuerda.E
Emprender con el arte
Para Aguirre, la parte más complicada de emprender, fue tener que empezar todo solo. “Si tú comienzas solo y todavía estás en el inicio, no tienes cómo pagar a personal. Tienes que hacerlo todo entonces. Yo tenía que ir a comprar, mover, arreglar, pintar, atender, dejar de atender y seguir pintando. Era una cosa loca. Hoy en día, gracias a Dios, cuento con la ayuda que necesito”, cuenta.
Reconoce también que en la travesía de ser independiente, está el tratar de encontrar momentos para descansar. “Nosotros los independientes nunca descansamos. Yo trabajo de lunes a domingo, llega la otra semana y nuevamente comienza la semana de lunes a domingo”, reconoce. Ahora, su día a día es abrir la galería y empezar con los pedidos de la semana. Luego de dos horas, trabaja en proyectos de la galería y en obras grandes. Con el pasar de las horas, van llegando visitantes curiosos a su galería para comprar sus coloridas piezas o hacer alguna solicitud personalizada.
“Hoy en día vivo del arte y feliz, feliz de que a mis 39 años he logrado tener mi propia galería, haber pintado murales. No hay nada más gratificante que tu madre pueda sonreír y decirte: así se hace”, cuenta Aguirre.
Dato:
Pueden seguir a Gerardo Aguirre en su cuenta de Instagram, o agendar clases de graffiti al 981 379 183.
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