La casa de Mamá Adelina y Papá Amador siempre fue un recinto lleno de respiro familiar. Los Ballumbrosio cobijaron en Chincha a diferentes artistas y compartieron sin refreno todo su conocimiento no solo musical, sino tradicional en general: recetas culinarias, remedios caseros, historias ancestrales, entre otros. Yo tuve la inmensa suerte de participar en numerosas ocasiones en esos festejos y visitas gracias a mi relación con Filomeno Ballumbrosio, el primogénito de la mítica pareja, que me trataron siempre con cariño de padres y mentores en asuntos de la vida. Fue gracias a Filomeno, o «Meno», como cariñosamente lo llamamos siempre, que aprendí muchos secretos del arte de la música afroperuana y la sabiduría popular que conlleva.
En los ochenta, muchos investigadores y estudiantes curiosos comenzaron a abrirse al heterogéneo panorama artístico de nuestro país e incluyeron así en sus obras diferentes perspectivas de la nación. El poeta César Calvo, por ejemplo, produjo un texto documentado que tituló “Es Amador”, en el que relata la vida de don Amador Ballumbrosio Mosquera. De hecho, fue a través de la amistad de Cesar Calvo que personajes importantes de nuestro acervo musical afroperuano como Nicomedes Santa Cruz empezaron a frecuentar Chincha. El reconocido músico Micky González también se nutrió de las técnicas e instrumentos afroperuanos de Chincha para enriquecer su propia producción musical rockera. El zapateo, esa musicalidad que se desprende de la tierra con el contacto de los pies, crea un ritmo único, y era protagonizado con increíble maestría por don Amador. Aparte de eso, el cajoneo también insufló de vida muchas manifestaciones artísticas, tanto que Joan Manuel Serrat lo incorporó a algunas de sus canciones.
Por otro lado, Mamá Adelina siempre pensaba y cuidaba detodos nosotros. No solamente nos alimentaba con riquísima y mágica comida, preparada en los tradicionales calderos y ollas de barro que desprendían aromas exquisitos, sino que también nos chequeaba, como escaneándonos, y conversaba con nuestras mentes, porque hasta en el silencio Mamá Adelina sabía qué sucedía en cada uno.
Todos esos recuerdos intensos se plasmarán muy pronto en un evento que no pueden perderse. La renombrada fotógrafa Jeannine Ferrand presentará una exposición de imágenes históricas de la gran pareja fundadora afroperuana junto a sus quince hijos, titulada “Adelina y Amador”. Ferrand pudo retratar a la familia en pleno enseñándonos ciertos segmentos de rutina diaria, así como numerosas imágenes posando para la cámara. En todas las fotos se distingue a la familia compartiendo quehaceres y actividades emblemáticas y distintivas: escenas de la vida cotidiana, manifestaciones de su arte, bailes espontáneos, preparación de comidas y muchas más.
Jeannine Ferrand (Lima, 1954) es una fotógrafa independiente con más de 45 años de experiencia en el campo de la fotografía documental y artística. Ella pudo viajar a El Carmen numerosas veces en los ochenta y capturar así estas hermosas e importantes imágenes de los Ballumbrosio.
Este miércoles 8 de mayo al mediodía será la inauguración en el Centro Cultural Inca Garcilaso de la Cancillería, ubicado en Jirón Ucayali 391, Lima 1. Por supuesto, el ingreso es libre.
¡Vamo pa’la exhibición, familia!