Un denominador común encontrado es que las autoridades no aceptan la denuncia de forma inmediata, priman una serie de estereotipos como que: “las mujeres mienten”, “seguro se cansó de criar” o “esta con amigos”. Estas afirmaciones que son producto de una cultura que discrimina, condena a mujeres, niñas y adolescentes a la violencia y la muerte.
Son muchos los familiares que día a día se sobreponen al dolor de la incertidumbre, y, siguen buscando a sus hijas y hermanas con la esperanza de encontrarlas, reclamando su derecho a la verdad y a la justicia.
Aunque hay casos aislados en donde las desapariciones responden a otros hechos, como problemas de salud mental; la realidad es que existe un contexto de violencia de género innegable y sobre el cual se tiene que actuar de forma inmediata. Las investigaciones tienen que darse sin re victimización, sin replicar estereotipos o negar la violencia de género. Cada minuto cuenta, porque la vida de todas las mujeres importa.