Tratando de explicar lo inexplicable
¿Por qué? ¿Por qué nos permitimos un gobierno (o varios ya), mediocre, con un aprovechamiento delincuencial del Estado, con copamiento de los puestos clave sin sustento técnico y con clara afectación del potencial operativo y productivo del país. Nomás basta ver el CV de los ministros que nos ponen en los ministerios que más presupuesto manejan para comprender como hay una intención de levantarse en peso todo. No basta con entender que a la oposición le conviene un juego así para aprovechar estos espacios y poder jugar con el gobierno a la gallinita ciega. Hago como que me molesto pero en el fondo te dejo hacer. No basta con eso para comprender este panorama.
Creo que, sin haber revisado aún los estupendos trabajos que en estos días se han publicado sobre el país, tarea pendiente[1], la respuesta que podemos encontrar está en la publicación la semana pasada del Barómetro de las Américas 2021 y su capítulo sobre Perú, a cargo también del IEP. Allí podemos resumir por qué el gobierno y la oposición pueden subsistir en este panorama: porque los peruanos ya no creemos en nuestro sistema. Aunque suene duro mencionarlo, ya llegamos al límite de nuestro propio límite.
En este estudio[2] se puede apreciar, de manera comparada, cómo en el Perú no tenemos confianza en las elecciones, somos tremendamente tolerantes a la posibilidad de cerrar el Congreso, somos de los que menos apoyamos a la democracia como forma de gobierno y los que menso satisfechos estamos con ella junto con Haití… Por si fuera poco, somo el país que menos confianza interpersonal puntúa y que manifiesta que sólo confía en su familia.
Desolador. Pero buen marco de referencia para entender por qué en este país podemos tener este presidente y este Congreso, y estos jueces y estos alcaldes, y estos dirigentes y lo toleramos y no pasa nada. Porque ya sabemos que es así. Que así funcionan las cosas en este país. Que así es la democracia. Por eso solo en nuestra familia. Por eso no tenemos fe en nada. Por eso ya nada nos asombra.
Lo que también abre la puerta a algo peor. A la violencia o al autoritarismo extremo. El potencial para que una figura que nos lleve de la mano hacia el orden y la confianza está ahí, esperando que llegue. Afortunadamente, nadie del establishment tiene los pergaminos, aún. Castillo debió haber entendido eso. Que era una oportunidad para recuperar la esperanza. En lugar de eso, prefirió ser más de lo mismo.
[1]
Populistas, de Carlos Meléndez; y La Distinción Silenciosa, de Mauricio Rentería y Patricia Zárate son materias obligadas
[2]
https://iep.org.pe/wp-content/uploads/2021/04/AB-Peru-2021.-Cultura-politica-de-la-democracia-abril-2022-1.pdfTags:
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