Fiscalía

[Agenda País] Pocas veces se ha sentido tanto desconcierto en el país como en los tiempos que estamos viviendo. Y no es solamente culpa de quienes nos gobiernan.

Nosotros, los ciudadanos, nos hemos acostumbrado a celebrar la pendejada, a cambiar los programas de entretenimiento o culturales por cojudeces faranduleras y a mostrar un desinterés en participar activamente en política, pero valgan verdades, también miramos a la política como farándula. 

El escándalo de Andrés Hurtado “Chibolín” se veía venir. Decenas de políticos y personalidades pasaron por su programa, de ostentosa huachafería, y se sentaron en los tronos de la indiferencia siendo partícipes del desdén hacia los más pobres. Pero como nadie habla o habla poco, y con tanto poderoso metido en la cochinada, quizá todo quede allí, con Chibolín haciéndose el desmemoriado y la fiscalía peleándose con el poder judicial. 

Ya de Mauricio Fernandini no escuchamos ni pío, pero aún tenemos a nuestro “Bebito fiú fiú” que nos entretiene con su cinismo y si nos falta más morbo, Magaly sigue rompiendo ratings.

Mientras el país entra en caos permanente, el gobierno sigue despilfarrando centenas de millones de dólares en la quebrada PetroPerú y deja a la Policía Nacional del Perú sin recursos para luchar efectivamente contra la delincuencia y el sicariato que cada día aumentan con más insania en todo nuestro país.

El anunciado paro de transportistas para protestar, justificadamente, ante el incremento de la extorsión que no solamente se ensaña contra ellos sino contra todos los comerciantes que honradamente se ganan el pan de cada día, ha demostrado que el gobierno no actúa planificadamente.

Recién el mismo día del paro, el Minedu saca un comunicado a las 6:50 a.m. diciendo que las clases pasan a virtual cuando a esa hora, la mayoría de los estudiantes ya están camino a sus centros escolares, aumentando la sensación de caos y poniendo en peligro la integridad física de profesores, estudiantes, administrativos y padres de familia.

También, el mismo día hacia principios de la tarde, el gobierno declara en emergencia a varios distritos de la capital, ¡Nunca es tarde! dirán los optimistas, ¡Demasiado tarde! los realistas, ¡Ya para qué! expresarán los pesimistas. 

Da la sensación que el Premier Adrianzén cree que su rol es ser reactivo con los problemas, como en el tema de los incendios forestales que ya venían empezando hace semanas, pero que recién con el infortunio de compatriotas fallecidos, se empieza a reaccionar. Y es tal la soberbia que ni ayuda internacional pedimos mientras se quema medio país, se culpa a la tradición de quemar para sembrar y a algunos malos peruanos. Bueno, ya lloverá y crecerá algo… 

Otra impresión es que no se coordina entre ministerios, que es uno de los roles principales de la PCM. Ante el extemporáneo comunicado del Minedu y la tardía declaración de emergencia, se suma que el MTC no tuvo un plan de contingencia para movilizar a la población. Tarde, muy tarde, la PNP puso unos buses a disposición. “Control de daños” es la frasecita que más se usa cuando la incompetencia arrecia.

El gobierno de la presidenta Dina Boluarte tiene que reaccionar de manera radical. Ella tiene que reaccionar.

Que su gobierno llegue al 2026 es un objetivo que muchos peruanos, como yo, deseamos. Pero si la sensación de caos e indiferencia sigue aumentando, las voces de vacancia volverán al ruedo, como ya se empiezan a escuchar.

Aún es tiempo de corregir y comienza, primero, con un cambio de chip en la presidenta para que asuma que lo que queda de su gobierno es asegurar la transición democrática y poner un mínimo de orden en el país. 

Lo segundo, recomponiendo su gabinete con un premier con voz propia, que ejerza liderazgo y una efectiva coordinación transversal, así como designar ministros competentes que prioricen el trabajo en equipo.

No podemos seguir viviendo de la farándula y la indiferencia. 

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Adrianzén, Chibolín, Dina Boluarte, Estado, farándula, Fiscalía, Gabinete, Gobierno, indiferencia, Mindeu, ministerios, MTC, pcm, Poder Judicial, Premier

Jennifer Ludeña, la fiscal a cargo del caso de Edwin Oviedo y “Los Wachiturros de Tumán” se pronunció sobre las críticas que recibió por parte del exfiscalJuan Carrasco Millones y expuso lo que realmente ocurrió con el caso que le encargaron.

Días después de conocerse la ratificación de Edwin Oviedo y otros implicados en el recordado caso “Los Wachiturros de Tumán”, Jennifer Ludeña Meléndez, la fiscal que estuvo encargada de sustentar la acusación contra el empresario azucarero como presunto autor de los asesinatos de Percy Farro Witte y Manuel RimarachínCascos, se pronunció para defenderse de los cuestionamientos a su trabajo.

Durante el mes pasado, el Poder Judicial decidió absolver a Edwin Oviedo alegando que la Fiscalía no corroboró las declaraciones de los testigos que señalaban al expresidentede la Federación Peruana de Fútbol como el autor intelectual de los asesinatos de dos sindicalistas que ocurrieron en 2012 y 2015.

Sin embargo, las críticas a raíz de esta absolución se centraron en el trabajo de Ludeña Meléndez pese a que la investigación del caso había estado a cargo del exministroJuan Carrasco Millones. Por esta razón, la fiscal Ludeñaoptó por declarar a los medios y explicar en qué consistió su labor así como las falencias que encontró en la investigación que recibió.

“He emitido dos o tres informes porque advertí situaciones insalvables”, indicó Jennifer Ludeña con respecto a la investigación que recibió y explicó que “las carpetas que han llegado acá, ninguna ha llegado para que hagamos investigación”. Además, la fiscal dijo que “he tenido que desvincularme de sobreseimientos del fiscal que sí conocía el caso”, en referencia a las irregularidades y deficiencias en el trabajo hecho previamente por Carrasco Millones.

Previamente, Juan Carrasco se había pronunciado culpando a Ludeña por no haber defendido adecuadamente el caso y, ante ello, la fiscal de Trujillo dijo lo siguiente: “Toda mi actividad ha sido prolija, todos mis casos han terminado con sentencia condenatoria con mis propias investigaciones. No he tenido ninguna sentencia absolutoria, salvo en este caso, lamentablemente, y es porque no estuve a cargo de la investigación”.

Ludeña rechazó lo señalado por Carrasco y se refirió a otra de las versiones que se usaron para descalificar su trabajo. “Rechazo totalmente las afirmaciones que pueda hacer el doctor. Incluso ha hecho referencia a que yo tendría problemas con fiscales de Chiclayo, lo que es totalmente falso”, aclaró.

Con respecto a los pasos a seguir en el caso de Edwin Oviedo, Jennifer Ludeña anunció que apelará la absolución. “De que vamos a apelar, vamos a apelar. Porque tenemos que analizar cada punto de la sentencia”, dijo la fiscal y detalló que esta decisión se debe a que “conociendo toda la información que se ha incorporado a juicio he terminado convencida que sí tenía que emitirse una sentencia condenatoria”.

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Edwin Oviedo, Fiscalía, Juan Carrasco

Carlos Cabrejos, el periodista que escribió “El falso Sheriff”, cuenta las irregularidades de Juan Carrasco Millones en su paso por la Fiscalía y su desinterés por investigar a ciertas agrupaciones criminales.

En su libro relata un episodio con Juan Carrasco en el cual le preguntan si acabaría con la delincuencia y él responde que si lo hace de qué vivirían después, ¿esa respuesta resume el verdadero interés de Carrasco en la Fiscalía?

Esa fue una frase que le contó mi padre y, por más que Carrasco haya dicho que mi padre no estaría de acuerdo con la publicación del libro, está totalmente equivocado y creo que fue una respuesta de picón. Porque esa respuesta sí ocurre y mi padre lo recuerda hasta la fecha. Eso del alguna manera deslucía el trabajo que él trataba de aparentar ante la prensa y la ciudadanía. Había un mensaje para la tribuna y otro para el trabajo interno.

¿Hubo grupos criminales intocables para Juan Carrasco?

Los casos más notorios que nunca se han tocado en Lambayeque son los casos de las azucareras. Son los crímenes que nunca se han tocado. Los ha podido abordar la prensa, pero la Fiscalía no ha movido ni un dedo. Los casos más saltantes han sido los de Pucalá y ahí el señor Carrasco o se moría de miedo o no quería entrar porque habría sido captado por esa gente para que no los investigue.

¿Cómo procedían con estos casos?

Hay una carpeta que el mismo Juan Carrasco abre con el testimonio de un colaborador eficaz en la que se menciona que se abría la carpeta para investigar los crímenes en las azucareras, entre ellas la del señor Fernando Arbulú Roca. Pero, sencillamente, la dejaron archivada llenándose de tierra. Años después, cuando nosotros, los medios, empezamos a hacer investigación, Carrasco la deriva a un fiscal adjunto, que es Aldo Paredes, con la intención que él determine y realice actos de investigación que, durante dos años, no había hecho Carrasco. 

¿Cómo respondía Carrasco al respecto?

En algún momento Carrasco había anunciado que iba a investigar los crímenes en las azucareras, porque, según él mismo lo dijo, tenía información. Pero no movieron ni un dedo y eso es lo que más le cuestionan. Porque en el caso de Tumán se investigan dos muertes de manera olímpica y en el caso de Pucalá, donde hay veinticinco muertes y posiblemente más, no se ha movido ni un dedo para investigar.

¿Recuerda otros de estos casos?

Otras organizaciones criminales, como “Los malditos del azúcar” y otras que aparecieron luego, ahí están con las carpetas adormecidas en la Fiscalía. Mientras, han transcurrido hasta cinco años, pero hasta ahora nada. Ni siquiera los representantes de las fiscalías se han pronunciado al respecto. Nunca hubo un interés real por investigar.

¿Por qué nunca hubo sanciones a Carrasco por el mal uso de las prisiones preventivas?

Tendría que ser un fiscal con la medalla bien puesta que quiera hacer bien su trabajo y quiera corregir las cosas. Pero estamos en Perúlandia, la sociedad es conformista, se deja pasar y como sociedad estamos yendo hacia abajo. Se están normalizando cosas y que las instituciones se vuelvan totalmente esquivas a los intereses de la población. Por ejemplo, el caso de alias “Ñoño” y “La hermandad del norte” debió haber significado una sanción fuerte para Carrasco y no pasó nada. 

¿Cómo actuó Carrasco en el caso que menciona?

David Ángel Guerrero Rodríguez era colaborador eficaz de Carrasco Millones en un caso que tenía código de colaborador eficaz y, tres años después, Carrasco le quiso dar un nuevo código de colaborador, cosa que es irregular. Un colaborador no puede tener dos códigos en un rango de diez años. Luego, un año después, Carrasco presenta un documento en una Fiscalía para pedir un tercer código para el mismo señor

¿Qué explicación se dio cuando se expuso esa situación?

Cuando esto se advirtió y lo denunciamos, solamente le dieron una palmadita en la espalda, archivaron el caso y nunca lo sancionaron. Ahora Carrasco sale a decir que no tiene casos pendientes. Cuando fui a denunciar, el fiscal que recibía la denuncia tenía miedo y como que no se quería meter con Juan Carrasco. 

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Carlos Cabrejos, Fiscalía, Juan Carrasco

Sudaca conversó con Carlos Cabrejos, autor de “El falso Sheriff”, quien se refirió a la sospecha de interceptaciones telefónicas realizadas con el aval de Juan Carrasco Millones.

¿Casos como el de Rubén Fernández llevaron a que sus compañeros de trabajo le tengan miedo a Carrasco Millones?

Miedo y hasta cierto rechazo. Lo digo porque hasta su propia gente, desde la misma Fiscalía, nos ha llamado y, pese a que Carrasco está fuera de la Fiscalía y de toda orbita política, todavía tendría cierto poder para manejar algunos temas. 

¿Ellos expusieron las irregularidades en su proceder?

Ha sido su propia gente la que finalmente nos permitió hacer público los hechos irregulares que hemos advertido. Tal como fue el caso de “La Hermandad del Norte”, que es uno de los más notorios junto con el del “Escuadrón de la muerte” y exponen que se utilizaban personas que  se encontraban en el penal para direccionar casos emblemáticos y enviar a prisión a gente que estuvo encerrada casi tres años y no se les probó nada.

¿Juan Carrasco también se involucró con el caso de los “Cuellos Blancos”?

Cuando viene el caso de los “Cuellos Blancos”, Juan Carrasco buscó tener protagonismo llevando a supuestos testigos a Lima para que traten de contar cosas que nunca se llegaron a corroborar y, por el contrario, esos testigos aspirantes a colaboradores se terminaron por retractar.

¿Carrasco permitía que se realicen interceptaciones telefónicas?

Cuando llegó el teniente Rubén Fernández, nosotros hemos sabido que él llegaba con la consigna de ubicar una máquina de chuponeo. Yo sentía que me chuponeaban y al conocer que Rubén hacía mención a eso pasé de la sospecha a saber que eso estaba ocurriendo. En un momento el mismo Fernando O´phelan me habla de un equipo de interceptación que de alguna manera era legal. Luego llegaría otra gente de Lima, también de la Dirincri, interesada en tomar contacto conmigo para saber dónde estaban esos equipos.

¿Lograron encontrar el lugar donde se realizaban estas interceptaciones?

Se hablaba que había una casa cerca al hospital regional y se hablaba de casas que en algún momento habían sido de la Digemin, pero nunca se llegó a demostrar nada. En algún momento pasó con una persona que fue gerente general de la empresa azucarera Tumán, Jorge Rodríguez Gálvez, a quien le pusieron alias negro y lo ingresaron en la carpeta de “Los malditos del azúcar”. Eso es un detalle que en un momento lo he publicado porque este señor es un economista de prestigio, pero ingresan su número y el de su adjunto, que era un policía en retiro, y los dos números los ingresan para hacerles la interceptación en un caso en el que no tenían ninguna participación delictiva. Cuando se llegó a publicar esta situación hizo saltar gente en la Fecor.

¿Qué llevó a que Carrasco recurra a estos métodos?

La información es poder y Carrasco siempre buscaba poder. Buscaba saber cosas de gente a sabiendas que podía direccionar investigaciones de casos emblemáticos. Esta información le servía a él. Pero no es porque sentía que era amenazado. Cada vez que salía en algunos medios que amenazaban a Carrasco, también salían fiscales de menor rasgo y contaban que era mentira. A pesar de haber transcurrido tanto años, nunca se supo quienes promovían las amenazas que hacían públicas. Los mismos fiscales subalternos terminaban por decir que todo eso era armado.

¿Alguno de los colegas de Carrasco se animó a enfrentarlo?

Quien se enfrentó directamente fue Esdras Sánchez de una manera muy camuflada. Detectan que estaba suministrando información a un semanario y resulta que luego de ser detectado empieza una suerte de cacería. Él en algún momento había tenido opiniones muy fuertes contra Carrasco y decía que no era el fiscal que la gente creía. Pero el tiempo le terminaría dando la razón. Porque la información que aparecía en ese semanario daba a conocer cómo es que la Fiscalía se allanaba a pedidos de cárcel contra ciertos sujetos que se convirtieron en los cuchilleros de Carrasco porque eran reos utilizados para direccionar estas investigaciones 

¿Cómo es que Juan Carrasco empieza a trabajar con Víctor Chafloque y Romel Díaz?

Normalmente uno se junta por intereses y creo que aquí pasó eso. Todos estos oficiales que terminaron trabajando con Carrasco tienen, hasta la fecha, el pecho manchado. Chafloque fue denunciado por un pedido de dinero para favorecer en una investigación, Romel Díaz está en la carpeta de “Los temerarios del crimen” y terminó siendo delatado, Óscar Ramos también terminó siendo delatado por el caso el “Escuadrón de la muerte”. En el entorno de estos y otros policías también aparecen civiles y abogados que terminaron tejiendo esta presunta organización que jugaba a los intereses de la Fiscalía y el Poder Judicial. Estas personas, en algún momento avaladas desde arriba, pudieron darle forma y permitir estos atropellos que se han dado.

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Carlos Cabrejos, Fiscalía, Juan Carrasco

El autor de “El falso Sheriff” conversó con Sudaca sobre las estrategias usadas por Juan Carrasco en su época de fiscal. Carlos Cabrejos revela detalles sobre el trato del ahora exministro con sus trabajadores y hasta con los medios.

¿Carrasco se enfocaba en armar casos que destaquen en los medios con numerosos detenidos, como fue el caso del alcalde Torres?

Era el primer caso y, además, le sirvió para tener la titularidad como fiscal, ya que en esa época era un fiscal adjunto. Él debía pasar por un proceso de evaluación en el Consejo Nacional de la Magistratura y los fiscales tenían poca fe porque sabían que había situaciones poco transparentes. Para Carrasco ese fue el primer caso, porque en los anteriores no tenía mayor protagonismo.

¿Qué ocurrió realmente en el supuesto caso de robo que denuncia Carrasco Millones y fue presentado como un intento de intimidarlo?

En el primer supuesto robo, él se encontraba en lima y nosotros, los periodistas, también. Ese día el diario Correo iba a publicar que un oficial que ahora trabaja en inspectoría llamado Romel Díaz paz estaba involucrado en el caso del alcalde Cornejo Chinguel. Era un efectivo policial de extrema confianza de Carrasco y Correo iba  a publicar que estaba recibiendo dinero de Cornejo Chinguel. Lo que hicieron fue fabricar ese robo. Se propagó rápidamente por Radio Exitosa y todo el mundo creyó que habían ingresado.

¿Cómo se descubre la verdad?

Carrasco no previó que uno de sus vecinos, al frente de su casa, tenía instalada una cámara y, cuando la Divincri ingresó, se percataron de la presencia de esa cámara, se solicitó los videos y se visualizó que nadie había ingresado. Eso se lo hicieron notar cuando fue citado para rendir su declaración como denunciando.

¿Qué ocurrió en el segundo caso?

Meses después sí le llega a ocurrir un robo. Pero ese robo no fue tan promocionado como el que inicialmente denunció. Recuerdo ese robo que sí se llega a concretar porque, a través de una persona allegada a él, me piden que pueda tener acceso a información de algunos colaboradores con la justicia y medios para saber si aparecían algunos objetivos robados que principalmente eran computadoras.

¿Cómo se podría describir el trato de Juan Carrasco con sus colegas?

Juan siempre ha tenido una actitud muy avasalladora y ha tratado de sobresalir. El hecho de tener cierto mando sobre algunas personas lo hizo perder la brújula. 

¿La prensa también recibió malos tratos de su parte?

Eso me paso directamente porque al inicio había una especie de cordialidad, conversaciones y entrevistas que daba con algunos medios y, cuando había información que era esquiva a sus intereses o trataba que no salga, acudía a nosotros. De un momento a otro, cuando empezaron a darse las investigaciones contra “Los Limpios de la Corrupción”, sentía que me habían chuponeado mi teléfono. Apartar de eso Juan empezó a recibir críticas por el mismo personal que trabaja  con él y calificaban su forma de trabajar, su trato despectivo y el querer tener a la gente sumisa ante él. Incluso fiscales de su entorno han cuestionado el trabajo de Juan y su propia gente ha terminado por traicionarlo. 

¿Cómo lo traicionaron?

Brindaron información desde adentro que ha permitido conocer al detalle cómo es que se han realizado investigaciones de casos emblemáticos y las razones por las que hasta la fecha no han logrado conseguir sentencias condenatorias ejemplares. Se ha podido determinar que se usaban testimonios y personas para direccionar estas investigaciones. Juan, a la luz de todo lo que se ha advertido, ha hecho mucho daño con las investigaciones.

¿Tomaba represalias contra los que eran incómodos a sus intereses?

Claro. Le pasó a Rubén Fernández, quien siendo oficial de la policía llegó desde Lima en una unidad especializada y lo traen a Chiclayo para desarticular unas organizaciones criminales. Inicialmente le sonreían, pero cambia cuando se dan cuenta que era una amenaza porque era un buen investigador que empezaba a destapar cosas. Fernández venía a investigar la “Resurrección Norteña”. Ahí me doy cuenta que, independientemente de esto, se investigaba un aparato de corrupción que protegía a esta organización criminal en la que terminó involucrado el primo político de Juan Carrasco y que operó pese a que Carrasco se encontraba como jefe de la FECOR en Chiclayo y, curiosamente, nunca la advirtió. Pero sí la tenía en carpeta Rubén Fernández, a quien le hicieron la vida de cuadritos y lo terminaron expulsando de Chiclayo y lo devolvieron a Lima. Así como a él hubieron algunos oficiales que sintieron el atropello.

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Carlos Cabrejos, Fiscalía, Juan Carrasco

La historia detrás del impresionante ascenso en la carrera de Juan Carrasco Millones y las irregularidades y polémicas que lo acompañaron. 

La sorpresiva llegada de Pedro Castillo a la presidencia tras las elecciones del año 2021 también significó la llegada de nuevos personajes a la escena política nacional y entre ellos se encontraba el ministro Juan Manuel Carrasco Millones, quien estuvo al frente de los ministerios del Interior y Defensa.

Este abogado oriundo de Lambayeque había adquirido notoriedad en 2014 cuando estuvo al frente de un caso que terminó con la detención del entonces alcalde de Chiclayo y cerca de treinta funcionarios de su gestión que eran acusados de estar involucrados en lavado de activos.

Sin embargo, lo que ocurrió en los meses posteriores con este caso y muchos otros que involucraban directamente al fiscal Juan Carrasco Millones terminaron por sembrar un manto de dudas sobre las verdaderas intenciones del exministro castillista al ordenar las detenciones y coordinar operativos de gran impacto mediático.

INTERMIABLES IRREGULARIDADES

Si bien la detención de Roberto Torres, alcalde de Chiclayo, y los que habían sido involucrados con el caso “Los Limpios de la Corrupción” había sido tomada por la opinión pública como un golpe a la corrupción y hasta había logrado que la imagen de Carrasco Millones tome relevancia a nivel nacional al punto de pasar de ser un fiscal adjunto a un invitado de diversos programas de televisión, la realidad de este célebre caso escondía un sinnúmero de irregularidades que llevaron a que, años después, se ponga en duda lo que realmente se escondía detrás del operativo.

Uno de los primeros indicios de las irregularidades que habían ocurrido lo dio un funcionario cuyas declaraciones no sólo habían sido tomadas como las de un colaborador eficaz sino que, además, habían sido manipuladas. Jorge Matallana Peralta, quien trabajaba en la Municipalidad Provincial de Chiclayo, relató que, usando como amenaza la posibilidad de terminar en prisión, fue forzado a firmar documentos con preguntas que no se le habían formulado.

Juan Carrasco Millones

Pero este no fue un caso aislado. Juan Manuel Valdivia Goycochea fue otro de los funcionarios acusados de pertenecer a la organización criminal y, como a muchos otros, pasó un largo periodo con prisión preventiva. Sin embargo, casi una décadas después, Juan Valdivia no ha sido acusado, aunque eso no cambia que debió pasar cerca de tres años de su vida tras las rejas.

Cuando el propio Valdivia decidió investigar lo que había ocurrido con este caso que le costó su libertad sin estar involucrado encontró una serie de situaciones extrañas en los informes de inteligencia que habían sustentado las detenciones de funcionarios. “Nos llegó la información que quienes estaban haciendo las escuchas legales estaban de vacaciones y no podían hacerlas”, cuenta Juan Valdivia.

El mayor Romel Agustín Díaz Paz y el teniente Víctor Javier Chafloque Oliden habían sido, supuestamente, los responsables de dichas escuchas. Pero, acorde a la información que brindó la propia OFINTERPOL de Chiclayo, el día que emiten el oficio dirigido al fiscal adjunto Carrasco Millones que permitió gestionar la detención preliminar, Díaz y Chafloque no figuraban en la lista de personas que estaban de servicio.

Cristian Rebosio

A ello se le suma una declaración que data del año 2019 y corresponde a Luis Enrique Farfán Silva, quien en 2014 se desempeñaba como jefe de la OFINTERPOL.  Farfán dijo desconocer el trámite del cuestionado informe de Chafloque y Díaz, y agregó que ellos no se encontraban bajo su mando. 

Cristian Rebosio

No obstante, el informe en cuestión incluía el sello y forma de Farfán Silva. Aunque el detalle que ha llamado la atención es la innegable diferencia entre las firmas del entonces coronel Farfán Silva en otros documentos del mismo año 2014 y aquel que afirma desconocer. El sello usado aquel 29 de septiembre también muestra diferencias de aquel que había usado en otros documentos debido a que omite su segundo nombre y agrega un “JEFE OFINTERPOL – CHICLAYO”.

Cristian Rebosio

OTRO CASO EMBLEMÁTICO BAJO SOSPECHA

Otra de las irregularidades en las que se vio involucrado Carrasco Millones se encontró en el caso que derivó con la detención del  exalcalde de Chiclayo, David Cornejo Chinguel, y un gran número de funcionarios de su gestión. Uno de estos funcionario era Nilton César Monje Sampen, quien se había desempeñado en varios cargos de confianza en la Municipalidad Provincial de Chiclayo tras la llegada de Cornejo a la alcaldía.

Tras su detención, Monje Sampen brindó una declaración que pocos esperaban. El 22 de diciembre del 2018, el exfuncionario reveló que, en una visita a la casa del alcalde, el propio Cornejo Chinguel le había contado que tenía un amigo en la policía que le advertía de los operativos hacia la municipalidad.

Cristian Rebosio

Pero , Monje no sólo expuso la existencia de este infiltrado sino que lo identificó como el comandante Romel Díaz y hasta que este aliado del alcalde incluso le había advertido que se estaban monitoreando sus llamadas y se jactaban, como de un gran logro, de haber frustrado un operativo a la Gerencia de Transportes gracias a la colaboración de este policía.

Cristian Rebosio

Este caso daría un giro inesperado el 28 de enero, cuando Nilton Monje Sampen realizó una extraña ampliación de declaración en la cual negó que Romel Díaz haya sido el nombre del policía que filtraba información. Monje alegaba que, debido a un cuadro de diabetes emotiva, se refirió a Romel Díaz sólo porque fue un nombre que había surgido en comentarios y, además, afirmó que no conoció a Díaz en persona e ignoraba el rango que ostentaba.

Cristian Rebosio

Si bien estos fueron los casos que llevaron a que la carrera de Carrasco Millones como fiscal tome mayor relevancia, los pormenores que salieron a la luz con el paso de los años demostraron que no sólo ocurrieron irregularidades sino que estas trataron de ser escondidas y que la motivación detrás de estos operativos no habría sido la lucha contra la corrupción.

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Fiscalía, Juan Carrasco

Cualquiera que haya visto el espectáculo brindado por el fiscal José Domingo Pérez en la primera audiencia del juicio por el caso cocteles o haya leído la reveladora entrevista a Ricardo Briceño, expresidente de la Confiep, a quien el Ministerio Público viene sometiendo a un calvario abusivo e irracional, debe concluir que algo se pudre en el organismo de la avenida Abancay.

La Fiscalía se ha vuelto -salvo honrosas excepciones- en una máquina moledora de carne de los adversarios, políticos o mediáticos, y que aprovecha cualquier resquicio absurdo de la ley para provocar acusaciones, detenciones preliminares, prisiones preventivas, allanamientos y cuanta parafernalia punitiva exista en su arsenal de instrumentos coercitivos.

Y el eje interpretativo más pertinente es el político. No guía a los fiscales el derecho penal sino el interés político, como cada vez se demuestra con mayor claridad. Hemos sido engañados, todos estos años, por una aparente lucha radical anticorrupción de parte de la Fiscalía, cuando lo que ha habido es una trama de intereses ideológicos y políticos puestos en marcha para aplastar a los adversarios.

El Poder Judicial, felizmente, no está tan contaminado como el Ministerio Público y ya veremos cómo sabrá poner orden en los casos que la Fiscalía amaña, pero entre tanto, se hizo pasar a personas inocentes por años de zozobra, gastos abogadiles, incertidumbre vital y enorme daño reputacional. ¿Quién les va a devolver eso? ¿Quién nos va a devolver eso?

Al respecto, tiene enorme responsabilidad la Junta Nacional de Justicia que en sus varios años de existencia no ha sabido corregir los malos rumbos que el Ministerio Público ha seguido y le ha permitido actuar con impunidad absoluta, sin siquiera una amonestación.

Una de las tareas fundamentales del gobierno que ingrese el 2026 es emprender una reforma profunda del Ministerio Público. Bien meditada, no puede ser al caballazo -la historia reciente nos demuestra que esas reformas apuradas, a nada bueno conducen-, para volver a colocar la institución en el sitial de prestancia y neutralidad penal que corresponde a un Estado de Derecho.

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Domingo Perez, Fiscalía, Ministerio público

La historia detrás del extraño error en un operativo que involucraba al fiscal Juan Carrasco Millones y facilitó la fuga de un importante integrante de una red criminal.

Desde sus inicios como fiscal, Juan Carrasco Millones se había caracterizado por los espectaculares operativos que tenía a cargo en los cuales no escatimaba al momento de solicitar prisión preventiva para cuanta persona fuese posible, incluso cuando el tiempo ha demostrado que en estas solicitudes se cometieron excesos e irregularidades,

Sin embargo, entre todos los casos que involucran al hoy exministro, existió uno en el que se cometió un misterioso error que significó una oportunidad inmejorable para que uno de los integrantes más importantes de la red criminal conocida como  “La Gran Familia” pudiese escapar. 

EL “ERROR”

Esta historia se remonta a octubre del 2016, cuando el periodista Carlos Cabrejos  recibe una llamada de su amigo Rafael Ángeles Yauri ante lo que relata en su libro “El falso Sheriff” como una muy violenta entrada de la policía a la casa de la familia de Ángeles Yauri en la cual habían agredido a sus familiares y causado daños materiales a la vivienda.

La razón de este agresivo y desconcertante ingreso por parte de la policía era la búsqueda de Orlando Charles Palomino Bravo, quien también era conocido como “Chacho Palomino”  y estaba estrechamente vinculado con la red criminal llamada “La Gran Familia” y con el “Viejo Paco”, quien la lideraba.

Cabrejos explica que, tras consultar investigar el tema, supo que este violento ingreso a la vivienda no respondía a algún tipo de pista que involucre a esta familia con “Chacho Palomino”   sino que se debía a un error y que la casa a la que debían ingresar era otra que correspondía a los padres de Palomino Bravo.

Pero este error no parecía ser sin intención. Según información que el propio Carlos Cabrejos pudo recabar,  la magistrada Yolanda Gil Ludeña, quien emite la orden judicial para el ingreso a la vivienda en cuestión, sí había colocado la dirección de los padres de “Chacho Palomino” y no la que correspondía a la familia Vásquez Quispe.

Las sospechas aumentaron cuando, como cuenta en su libro, Cabrejo recordó que el abogado de “Chacho Palomino”  era un personaje cercano a Carrasco Millones. A ello se le sumó que la magistrada Gil Ludeña le revelaría a este periodista que la información que Carrasco Millones brindó sí correspondía a la casa del prófugo, una situación que sólo genera más dudas sobre el insólito error que se cometería posteriormente y terminaría por poner en alerta a “Chacho Palomino” y facilitar que escape del cerco policial.

GUERRA INTERNA

El extraño y hasta sospechoso accionar de Carrasco Millones llevó a que existan tensiones entre quienes, en teoría, debían estar en un mismo bando en la lucha contra las mafias y la delincuencia y, acorde la información que se ha expuesto, esta discordia estaba más que justificada.

Luis Guerrero Balladares, jefe de la Divincri Chiclayo, reveló que Juan Carrasco Millones permitía que la DIGIMIN Chiclayo perjudique el trabajo de la Divincri. Tal como se expone en “El falso Sheriff”,  el coronel Guerrero Balladares creía que uno de los hermanos Sánchez Coronel, que eran investigados por el caso “La Hermandad del Norte”, era informante de Carrasco Millones y, por ello, este intentaba protegerlos.

Incluso existirían pruebas, más precisamente material gráfico, en las que se observaría a personal de DIGIMIN llevando a uno de los hermanos Sánchez Coronel a una reunión con Carrasco Millones. Este vínculo que involucraba al ex fiscal quedaría más expuesto años más tarde cuando se supo que integrantes de la organización criminal conocida como “Los Ñatos”, que tenía como líder a Santos Hermes Sánchez Coronel, fueron liberados con intervención del propio Carrasco Millones y un grupo de abogados de Chiclayo.

Las revelaciones sobre estos casos sólo expondrían, una vez más, las irregularidades y sombras en el historial de Carrasco Millones y, posteriormente, llevarían a que en esta zona del país se tome con gran sorpresa que este fiscal llegue a ser nombrado ministro durante el gobierno de Pedro Castillo.

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denuncia, Fiscalía, Juan Carrasco

El exministro Juan Carrasco Millones sería investigado por presunto enriquecimiento ilícito y lavado de activos. Sudaca accedió a la información que sustenta esta denuncia penal.

A lo largo de su trayectoria como fiscal, el nombre de Juan Carrasco Millones ha estado vinculado a un sinnúmero de críticas e interrogantes sin resolver sobre su accionar en los casos emblemáticos que, en su momento, lo ayudaron a pasar de ser un fiscal provincial en Lambayeque a un personaje conocido a nivel nacional con el rótulo de luchador contra la corrupción.

Los cuestionamientos al abuso del recurso de la prisión preventiva, los numerosos casos de personas que permanecieron por largos periodos en prisión sin haber cometido un delito, las irregularidades en los informes de inteligencia que utilizaba y hasta los testimonios que involucraban a sus aliados más cercanos como cómplices de políticos corruptos llevaron a que Juan Carrasco no tarde en convertirse en un nombre que despertaba dudas.

Sin embargo, en las últimas horas se ha conocido una denuncia penal que lo involucra y que agrega, a los cuestionamientos previamente mencionados, una nueva acusación. Sudaca accedió a este documento que consta de noventa y dos páginas en las que expone un posible enriquecimiento ilícito y lavado de activos.

ECONOMÍA SOSPECHOSA

Esta denuncia se centra en los extraños movimientos que ha tenido la economía del exministro a lo largo de más de una década y entre los hechos que se incluyen se hace mención a la declaración de ingresos y bienes presentada por Carrasco Millones. En ella destaca que, cuando asumió el cargo de fiscal adjunto en 2010, el valor de sus bienes ascendía a S/ 174,000.00 y esto se mantenía para el año siguiente.

Lo extraño de esta historia empieza en 2012, cuando la declaración del entonces fiscal muestra una disminución de sus bienes que quedaron en S/ 121,050.00. Esta cifra llama la atención debido a que en junio del año anterior había adquirido un inmueble por el monto de S/ 36,000.00 y que, apenas veintiún días después, vende por la cifra de S/100,000.00. 

Cristian Rebosio

A estas sospechas se le suma que, en diciembre del 2011, un préstamo correspondiente a una hipoteca por la propiedad adquirida por Carrasco Millones alcanzaba los S/ 156,600.00 despertando las dudas sobre el insólito aumento en la valoración de una propiedad que, supuestamente, sólo había costado S/ 36,000.00. Además, pese al crédito que recibió el exministro por S/ 88,200.00, el valor de sus bienes no se modificó de 2012 a 2013.

Cristian Rebosio

Sin embargo, entre 2014 y 2015, el patrimonio de Juan Manuel Carrasco Millones sí registró dos cambios considerables. En el primer año llegó a los S/ 200,000.00 y, para el año 2015, esta cantidad aumentó hasta alcanzar los S/ 300,000.00.

Cristian Rebosio

Otro de los movimientos irregulares que se detallan en la denuncia ocurre en el año 2018 cuando se otorga una nueva hipoteca por un préstamo de S/ 100,133.56. En los documentos se señala que el valor comercial de inmueble era de S/ 418,850.00 pese a que en las declaraciones de Carrasco sobre sus bienes estos sólo ascienden a trecientos mil soles.

Cristian Rebosio

Entre los años 2019 y 2020, el valor de los bienes patrimoniales de Juan Carrasco experimentan otro cambio impresionante al pasar de S/ 300,000.00 a S/ 736,000.00. Para el año 2021, los bienes patrimoniales llegaron a S/ 1’036,000.00, una cifra que nuevamente llama la atención al tener en cuenta que los ingresos netos anuales del fiscal sólo ascendieron a S/ 150,000.00.

EL VEHÍCULO DEL PODER

En estos documentos que Sudaca pudo revisar también se hace mención a un episodio muy particular relacionado a la compra de un vehículo. Según se ha corroborado, en mayo del 2022, Juan Carrasco compró un automóvil marca Honda por diez mil dólares. Esto no tendría nada de sospechoso de no ser porque, casualmente, este vehículo pertenecía a Javier Alonso Pacheco Palacios, quien ocupó el cargo de Procurador General del Estado Peruano y esto significa que fue dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos en el que trabajaba Carrasco Millones.

Cristian Rebosio

Pero, además, Pacheco Palacios fue propietario de este vehículo tan sólo durante cuatro meses tras comprárselo, por once mil dólares a Amado Daniel Enco Tirado, quien también había sido Procurador General del Estado Peruano. Enco Tirado, a su vez, había comprado el vehículo en agosto del 2020 por trece mil quinientos dólares y sólo fue su propietario durante un año y cinco meses. 

Los inusualmente cortos periodos que este automóvil permaneció con sus dos últimos propietarios antes de ser adquirido por Carrasco Millones así como la ausencia de signos de deterioro que se expone en la denuncia han llevado a que se presuma que el valor comercial de Honda Accord sería distinto al que se declara.

Según lo que se señala en el Código Penal, el incremento ilícito del patrimonio de un funcionario o servidor público llevaría a que la pena privativa de libertad se encuentre entre cinco y diez años. Pero, cuando se trata de una persona que ocupó cargos de alta dirección, la pena privativa de libertad puede llegar hasta los quince años.

Si bien serán las investigaciones las que determinarán si al exministro le corresponde pasar un periodo en prisión, los hechos mencionados en la denuncia a Juan Carrasco confirman que se trata de un personaje que, durante su trayectoria, ha sabido acumular millones de sospechas sobre su proceder.

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