Podría decirse que las celebraciones por el Bicentenario de la independencia del Perú ni comienzan ni terminan. Nuestro país tiene una historia tan convulsa y tantos protagonistas en sus acontecimientos políticos que es difícil fijar de manera unívoca cuándo se dio la verdadera independencia y por lo tanto la fundación plena del estado-nación peruano.
La fecha oficial, como sabemos, es el 28 de julio de 1821, cuando el general José de San Martín proclamó la independencia en Lima con su famosa frase «El Perú es desde este momento libre e independiente por la voluntad general de sus pueblos y por la justicia de su causa que Dios defiende». Al menos así es como la aprendimos en la escuela. Pero el acta misma de la independencia se había firmado trece días antes, el 15 de julio.
Para colmo, San Martín ya había declarado la independencia el año previo, el 27 de noviembre de 1820, en Huaura, y hubo en esos meses iniciales de 1821 numerosas adhesiones que confirmaban el sentimiento de que los exsúbditos peruanos de la corona española empezaban a sentirse ciudadanos de un país independiente. O sea, una independencia subjetiva.
Sin embargo, el virrey La Serna mantenía la hegemonía militar en la sierra y es por eso que, en la práctica, aún no había completa independencia. En ese contexto, y caballerosamente, San Martín accede a dejarle el terreno libre a Simón Bolívar en el famoso encuentro de ambos gigantes de la historia en Guayaquil el 26 y 27 de julio de 1822. Bolívar, quizá más ambicioso, buscaba desde el norte consolidar la independencia de su patria, la Gran Colombia, con una derrota definitiva de cualquier rezago de presencia española en el vecino Perú.
El resto ya es conocido: las victorias patriotas fueron protagonizadas por peruanos, colombianos, argentinos, chilenos y soldados y oficiales de distintas procedencias. Junín el 6 de agosto de 1824 y Ayacucho, el 9 de diciembre de ese mismo año, obligaron al ejército español a capitular y reconocer el poder político de los rebeldes, que poco a poco irían organizando un nuevo estado bajo el mandato del «dictador» Bolívar, en medio de disputas locales y rencillas egoístas que hasta hoy no acaban.
Pasados casi doscientos años de esos enfrentamientos militares, de donde han surgido nombres ya legendarios como los de Córdova, Necochea, Miller, Sucre y varios más, inmortalizados en los versos de José Joaquín Olmedo en su canto a «La victoria de Junín», las regiones correspondientes de Junín y Ayacucho desafían hoy el centralismo limeño y se preparan a conmemorar los aniversarios de las gloriosas batallas en sus propios términos.
Por lo pronto, el gobierno regional de Junín ha organizado para el próximo miércoles 28 de febrero el «Primer Encuentro Internacional de Historiadores, Profesionales y Estudiantes de Latinoamérica: Junín Bicentenario, a 200 Años de la Libertad Americana». Se trata de un foro con algunos de los mayores especialistas de distintas disciplinas que animarán la reflexión y el debate sobre el acontecimiento histórico de Junín.
Participan Manuel Andrés García (desde España), Susana Aldana (desde Perú), Juan San Martín (también de Perú), Apolinario Mayta (ídem), José Antonio Mazzotti (Perú-EEUU), Francisco Quiroz Chueca (Perú) y Gustavo Montoya (ídem). Se trata de una pléyade de peruanistas de talla internacional que abordarán la batalla de Junín desde distintos ángulos, incluyendo el literario y el militar.
La cita es en la Sala Raúl Porras Barrenechea del Congreso de la República el miércoles 28 de febrero de 3 a 7 pm.
Ojalá sigan las conmemoraciones y que Ayacucho haga lo suyo.
Tras un accidentado viaje, muchos de los pasajeros exigieron la devolución de su dinero. No obstante, la postura de la empresa no mostraba predisposición para escucharlos y, por el contrario, hasta parecían querer intimidarlos. «Llegó el representante y nos dijo que había hablado con el abogado y este les había dicho que no ofrezca nada y que si queríamos hacer la denuncia correspondiente que la hagamos porque al final no teníamos las de ganar», recuerda Raúl.
Resignados ante la actitud de la empresa y con la intención de disfrutar los tres días que restaban, los clientes de Quovadis aceptaron la devolución de cincuenta soles que les ofreció el representante de la empresa y la reprogramación de los tours prometidos. Sin embargo, las promesas seguirían siendo incumplidas. «Llegó el día viernes y esto tampoco se cumplió. El bus llegó once de la mañana (una hora tarde), salimos y llegamos prácticamente a la una. Hicimos un tour rápido y el bus recién partió a las tres y media para llegar a Ayacucho a las cinco de la tarde», cuenta Raúl.
La situación no mejoró para el día domingo. El bus que los llevaría de regreso a Lima también llegó tarde y el representante de Quovadis que les entregaría los cincuenta soles nunca apareció. «Como entro a trabajar a las siete de la mañana, no podía esperar que la empresa venga a la hora que se le de la gana a entregar el dinero. No podía perder un día de trabajo. Preferi partir y que en Lima nos hagan el depósito del dinero», explica Almonacid y agrega que la mayoría de pasajeros adoptó esa misma postura, aunque su desconfianza aumentó al percatarse que en las boletas figuran que el pago hecho a Quovadis fue de cero soles pese a que todos hicieron el depósito correspondiente en la cuenta bancaria de dicha empresa.
Ha pasado cerca de un mes de aquel viaje y los afectados siguen siendo ignorados por la empresa Quovadis cuando piden la compensación prometida. «Nos han dicho que no pueden hacer el depósito porque ha ocurrido un accidente con una de sus unidades y están pagando el seguro y compensando a los pasajeros. Dijeron que están esperando tener otros ingresos para hacer el depósito», explica Raúl sobre la excusa que les dieron en una de las pocas oportunidades que se comunicaron.
Sudaca consultó con Martín Cuellar, abogado especialista en defensa del consumidor, para conocer los pasos que podrían seguir los clientes de esta empresa. «Si es posible el reembolso total. En la negociación directa pueden concederse una serie de compensaciones, pero si no existe esa voluntad necesariamente se tiene que ir a Indecopi para velar por el derecho de recibir un servicio acorde a la contratación», explica el abogado.
Según la web de Sunat, Empresa de Transporte y Multiservicios Quovadis S.A.C. empezó sus actividades en abril del 2013. Además, acorde a su perfil en redes sociales, se ha encargado de organizar viajes por Semana Santa durante años anteriores.
Ante la indiferencia de la empresa Quovadis, Raúl y los más de cincuenta pasajeros que fueron a Ayacucho ven con poca esperanza la posibilidad de recibir algún tipo de compensación por un viaje por Semana Santa que prometía ser una experiencia inolvidable y terminó siendo un viacrucis a Ayacucho. Sudaca intentó comunicarse con los representantes de Quovadis, pero no obtuvimos respuesta hasta el cierre de este informe.
“El desarrollo de las propuestas tiene claro la identificación de objetivos estratégicos y brechas, así como el correcto mapeo de los identificadores de estas y los proyectos en torno a ellas. En ese sentido, esto permitirá definir, medir, identificar, modificar y lograr un correcto desarrollo del territorio”, detalló el ponente.
Asimismo, Von Hesse puntualizó que se deben desplegar los proyectos especiales de inversión pública (PEIP), ya que permiten mejoras como autorizar la contratación de personal altamente cualificado, utilizar modelos contractuales modernos, entre otras.
“Se deben tener funcionarios públicos competentes. Según SERVIR, menos del 10% de los servidores que trabajan en el Estado cuenta con un nivel óptimo para desarrollar su función. Debido a ello es fundamental que las carreras públicas se basen en la meritocracia, para contar con trabajadores capacitados y que cumplan sus funciones a cabalidad”, acotó el director de Videnza.
El Movimiento Regional Agua de Huancavelica es el más antiguo de los tres que han sido protagonistas en este proceso electoral. Su fundación data de 2015 y, al igual que en los casos de Ancash y Ayacucho, tuvo a su fundador como el candidato a gobernador regional. Samuel Morán Cárdenas de 68 años, a quien sus seguidores se refieren como “padre Samuel” por su paso como docente en una institución educativa religiosa, obtuvo 87,704 votos según el conteo de ONPE, pero no le alcanzaron para superar a su rival del Movimiento Regional Ayni.
La agrupación política de Morán Cárdenas, que se define como independiente, regional y “sin ideologías políticas de codicia y maldad” y también prioriza en su ideario el cuidado del medio ambiente y los recursos naturales, ha tenido a dos candidatos ganadores en las municipalidades provinciales de Angaraes y Catrovirreyna. Pero, además, han sumado veinticuatro alcaldías distritales en Huancavelica.
No obstante, el proceso electoral no estuvo libre de problemas para el padre Samuel. En agosto, el Jurado Electoral Especial de Huancavelica lo excluyó en primera instancia por no haber declarado empresas que tenía a su nombre. “El padre Samuel no tenía la obligación de hacer declaración de estas empresas en su hoja de vida, a razón que desde el 2014, 2016 y 2018, respectivamente había hecho venta de estas acciones”, señaló su abogada Magaly Contreras en declaraciones recogidas por Diario Correo. El candidato de la gota apeló y, finalmente, fue devuelto a la contienda.
Fuerzas políticas jóvenes en años de existencia aunque no necesariamente con candidatos y que encaran las elecciones dándole un lugar importante en sus discursos al cuidado ambiental lejos del debate dicotómico derecha versus izquierda que sí predomina en la capital. Así se podría definir a estos candidatos de la gota de agua que han rebalsado las ánforas de tres regiones del Perú convirtiéndose en una de las alternativas políticas más ganadoras que dejaron las elecciones de este año. A partir del 2023 se verá si sus representantes en más de cien distritos, trece alcaldes provinciales y un gobernador regional logran consolidar el nombre de sus partidos o si, como tantas veces ha ocurrido en la política nacional, son un fenómeno momentáneo.
Todos los días de lunes a viernes «Si el Río suena» con Patricia del Río, entrevistas exclusivas. Este es nuestro episodio número 56.
Para el especialista en temas educativos la suspensión de todo el proceso de nombramiento docente es irracional ya que pudo ponerse en pausa mientras el Ministerio Público hacía sus investigaciones sobre la filtración del examen.
Hoy también conversamos con el economista Marcel Ramírez sobre cómo se obtiene y distribuye el canon minero; y cuál sería el impacto de que la región de Ayacucho pierda este ingreso.
Cuando la periodista Milagros Leiva asoció la canción ‘Flor de Retama’ a los senderistas, lo único que logró fue la indignación de los ayacuchanos. Pedro Castillo logró canalizarlo a su favor. “Este terruqueo a la canción Flor de Retama es un factor que marcó un antes y un después, en Ayacucho es un himno”, sostiene Adrián Sarria, periodista de esta región.
Tal fue la repercusión que en su última llegada a Ayacucho, el 19 de mayo, Castillo entonó el huayno en la Plazoleta María Parado de Bellido. Cual estrella de rock, el maestro cajamarquino cantó junto a decenas de ayacuchanos la canción que fue terruqueada desde Lima: “Vengan todos a ver/ en la Plazuela de Huanta/ amarillito flor de retama/ amarillito, amarillando/ flor de retama”.
“Fue todo un hito cantar Flor de Retama en una plaza llenecita. Nunca la había visto así con ningún candidato […] Le regalaron la canción a Castillo”, asegura Sarria. Ya entonces se asociaba a los grandes medios de la capital con la campaña de Keiko Fujimori.
Ayacucho fue una de las regiones más golpeadas por la violencia que se vivió en la década de los 80. Según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, las víctimas mortales en todo el país fueron 69.280. Solo en la región sureña, se concentra más del 40% de muertos y desaparecidos. Para algunos desinformados entonces fue difícil entender cómo el 82,64% de una región tan golpeada por Sendero Luminoso pudo haber votado por el candidato que los medios relacionaban con esta organización criminal.
En redes sociales se han escrito comentarios como estos: “Ayacucho es la cuna del terrorismo y no han tenido ni memoria ni dignidad para votar en contra de todo lo que tanto daño les hizo” o “Si tuvieran memoria, no hubieran votado como lo han hecho”. Los usuarios: Diego Contreras y Yanina R. Torres respectivamente.
Pero lejos de asustar a los ayacuchanos, la estrategia de Willax y compañía de asociar al profesor con el terrorismo solo causaba molestias. “El terruqueo en una región como Ayacucho ya no sirve. Lo que expresaban los ayacuchanos cuando se hablaba de este tipo de cosas de terrorismo es que un limeño no podía pretender enseñarle a un ayacuchano lo que fue el conflicto armado interno cuando ellos son los que sufrieron en carne propia”, explica Sarria.
En el distrito de Soras, por ejemplo, en donde los senderistas asesinaron 117 personas en 1984, el 70% votó por el partido del lápiz. Huanta, provincia donde ocurrieron varios atentados terroristas, votó mayoritariamente por Pedro Castillo (83,1%). Y en Lucanamarca, distrito donde los terroristas asesinaron a 69 campesinos, en 1983, el porcentaje aumenta a 90,87%. El apoyo a Fujimori fue casi inexistente.
“Este terruqueo ¿hasta cuándo? Porque no es solo al señor Castillo, nosotros cuando nos levantamos o hacemos nuestras marchas, somos [calificados como] terroristas», dice Adelina García, presidenta de Anfasep, la Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú.
García recuerda que en 1985 llegó a Lima para buscar a su esposo, un cerrajero que dos años atrás había sido detenido por los militares acusado de ser terrorista. Según García no había prueba alguna, dice que lo detuvieron solo por ser ayacuchano. Cuando fue al penal Castro Castro, con la esperanza de encontrarlo, no solo no pudo hallarlo, sino que le impidieron salir, tildándola de terrorista. “Yo he sentido esa discriminación en carne propia […] No me dejaban salir del penal porque era ayacuchana y, por ende, terrorista. Eso nos hacía llorar”, recuerda. Hasta el día de hoy, casi 38 años después, su esposo sigue sin aparecer.
“Cuando lo hacen [terruquearlos] nos duele porque nuestros familiares eran inocentes y, al ser tildados como terroristas, los asesinaron, los desaparecieron. Eso nos duele, por esa razón hemos apostado por un cambio, por eso apostamos por Castillo”, dice García.
En Ayacucho tampoco pueden olvidar los delitos de lesa humanidad cometidos durante el gobierno de Alberto Fujimori, como las esterilizaciones forzadas. Por ello, la lideresa de Fuerza Popular nunca fue vista como una opción y en la primera vuelta obtuvo apenas un 7%. En la segunda, las marchas convocadas por el fujimorismo llamando supuestamente a proteger la democracia y en contra del comunismo de Castillo tuvieron poquísima participación. Por el contrario, se realizaron movilizaciones en contra de la candidatura de la hija del exdictador, en las que se cantó a viva voz ‘Flor de Retama’.
Más allá del terruqueo
Pero no fue la única razón. Durante la primera vuelta, Pedro Castillo se mostró muy cercano a la población ayacuchana. Mientras los demás candidatos llegaban en aviones, hacían la típica conferencia de prensa en el centro de la ciudad y se iban al día siguiente, el cajamarquino arribaba a la región en camioneta y se hospedaba en un hotel barato y poco conocido. Lo primero que hizo fue ir a Huanta, en donde se puso a arar la tierra con los campesinos y a pastar a los animales.
“Esto hizo que las personas del interior de Ayacucho se sientan bastante identificados con su figura”, explica el periodista Adrián Sarria.
Según Mayte González Carrasco, politóloga ayacuchana, para ellos votar por Castillo, lejos de asociarlo con el terrorismo, significa un cambio. “Ayacucho, al igual que la región del sur, viene votando de esa forma hace 20 años, siempre por un cambio, por una reforma”, afirma.
En su tesis sobre el voto ayacuchano*, González explica que el modelo económico no benefició a Ayacucho y por ello la región sureña suele inclinarse por partidos menos vinculados a la clase política tradicional. Por lo general, votan por candidatos de izquierda y étnicamente más cercanos o que pertenezcan a sectores minoritarios.
“Ayacucho y el resto del sur han mantenido un voto siempre de protesta, combativo y muy ligado a la izquierda”, asegura la politóloga. En la segunda vuelta del 2011 Humala obtuvo un 72,10%. En la primera vuelta del 2016 fue Verónika Mendoza quien capitalizó los votos ayacuchanos con 52,77%. Y ahora Castillo obtuvo un respaldo casi total en esta región.
Aunque algunos de sus votantes son conscientes de que varias de las propuestas del profesor son difíciles de cumplir, decidieron elegirlo porque con él “se podrá mejorar en algo”. “Su propuesta es destinar el 10% del PBI para la educación. Aunque es un poco imposible, cuando entre va a tener presente al sector educativo y lo va a mejorar”, explica Walter Bonilla (66), trabajador administrativo de la Universidad Nacional de Huamanga.
Contrario a lo que ocurre con Castillo, los ayacuchanos ven mayoritariamente a Keiko Fujimori como un personaje relacionado a la corrupción. “La señora Keiko solo [quiere llegar a la presidencia] para un beneficio personal. Si no gana, se va a ir a prisión. Justamente eso es lo que ella quiere, evitar dar la cara a la justicia, limpiarse las manos y continuar con su corrupción. Eso no tiene sentido, es una acción descarada la posición que toma ese partido”, dice Bonilla cuando le preguntamos por qué no votó por Fuerza Popular.
No es el único que piensa así. Para la presidenta de Anfasep, Fuerza Popular es una organización delincuencial y le sorprende que la mayoría de limeños hayan votado por Fujimori. “Sabemos cuál es el comportamiento de la familia fujimorista, por eso yo digo que en Lima las personas se olvidan lo que ha pasado. ¿Cómo es posible que hayan votado por una candidata con una organización delincuencial?”, se pregunta Adelina García.
Tampoco pasa desapercibido para los ayacuchanos que los grandes medios de comunicación y los empresarios apoyaran la candidatura de Fujimori. “Keiko Fujimori representa el continuismo. Hay empresarios que la están apoyando tanto, toditos están con ella. Ellos para nosotros son corruptos, representan el continuismo, son un puñado de personas que quieren hacerse ricos, mientras que nosotros como campesinos tenemos que trabajar desde que amanece”, sostiene García.
Y a pesar de que Keiko Fujimori ha dicho en más de una ocasión que ni ella ni su partido terruquean, son vistos como los responsables de los ataques a Pedro Castillo. Para Walter Bonilla, quien al igual que Castillo pertenece a un sindicato, el terruqueo es el arma usada por Fuerza Popular porque es lo único con lo que pueden intentar golpear a Castillo ya que no tiene un pasado corrupto.
En un país polarizado, esta campaña de llamar terrorista a cualquiera que no coincida con ellos le pasó factura a las élites que decían defender la democracia. “Es como si nos hicieran sentir menos por tener esas preferencias electorales y da rabia, porque empiezan a meternos esta cuestión del terruqueo, del terrorismo, con el propósito de meter miedo a las personas”, señala la politóloga Mayte González. Cuenta que incluso la han eliminado de grupos de WhatsApp que tenía con amigos limeños por decir abiertamente que votaría por Castillo.
Al cierre de las elecciones del pasado 6 de junio, mientras Fuerza Popular esperaba los votos del exterior, Perú Libre ponía sus esperanzas en que termine el conteo en el interior del país. Lo que se vive ahora es distinto. Fujimori ha concentrado la mayor cantidad de sus impugnaciones en Ayacucho y el sur del país. “Nos duele que la señora Keiko Fujimori y toda su gente aprovechadora nos vean como si fuésemos ignorantes o terroristas”, apunta Adelina García.
*Mayte González Carrasco es autora de la tesis de maestría “Democracia, elecciones y comportamiento electoral en Ayacucho: un análisis de los resultados de las elecciones presidenciales realizadas en el periodo de 1990 a 2016”