El streaming es una alternativa que tienen las empresas o los creadores de contenido para tener presencia en la red. Con la pandemia, el uso de estos recursos se incrementó en 43% a nivel mundial y, en el caso de las empresas, estas plataformas sirven para promocionar productos, así como fidelizar y atraer a nuevos clientes.

“El objetivo primordial es cubrir las expectativas de la audiencia, para ello debemos tener bien definido el mercado para así desarrollar un contenido que busque ser consumido. Además, se debe tener establecido que la función del streaming nos permitirá crear la estrategia correcta ya sea con sentido informativo, de entretenimiento o de difusión”, comentó Mariale Hernández, Business Manager de la unidad de negocios Circuit Film, que forma parte de Circuit Media Group.

Por ello, para hacer un uso correcto de esta herramienta, desde Circuit Film, brindaron cuatro consejos para lograr un streaming exitoso y que además permitirá a las empresas destacarse en el mercado:

Tener un objetivo definido. Saber qué se quiere lograr con este streaming que se va a realizar. Puede ser una conferencia, un aviso, transmisión de un evento deportivo o de entretenimiento, para ello es importante conocer la audiencia ya que ello ayudará a tomar mejores decisiones para crear el contenido.

Tener una línea gráfica. Diseñar el contenido acorde al objetivo del streaming, permite tener un impacto de mayor eficacia con la audiencia.

Soporte técnico. Para una streaming exitoso se requiere de recursos tecnológicos adecuados. Es importante, por ejemplo, contar 12 Mbps de velocidad de subida real mínima estable, porque favorece las transmisiones en vivo y ayuda a destacar la calidad de los contenidos en plataformas como Twitch,Youtube y Facebook. Asimismo, contar con un software de broadcasting adecuado.

Encontrar un buen partner. Debe tener conocimiento y experiencia en eventos virtuales, eso ayudará si se pretende realizar una emisión en directo. “Ten por seguro que vale la pena contar con un proveedor capaz de solucionar cualquier imprevisto en el mismo momento en que se produzca”, mencionó Hernández.

“En el caso del Circuit Stream Rooftop, contamos con internet de fibra óptica pero si los speakers están desde sus casas, deben contar con buena conexión de internet. Si el streaming es semi presencial, es importante tener todos los protocolos de bioseguridad para cuidar a los involucrados”, puntualizó.

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Este martes 6 de julio celebramos el Día de los Maestros en recuerdo de la Escuela Normal de Varones creada esa fecha de 1822 por el Libertador José de San Martín. Fue un día clarividente por parte del “Santo de la Espada”, pues entendió claramente que un nuevo país no podía fundarse sin sólidas bases culturales y sin conciencia de los valores que sostienen la verdadera independencia. Formar maestros es formar ciudadanos, pues los primeros transmitirán a los segundos los principios de la cultura y esto asegurará la continuidad del país como tal, su identidad y la defensa de sus derechos.

Fue el general Odría quien oficializó el feriado en 1953 y desde entonces los maestros y maestras nos congratulamos de nuestro sacrificado evangelio profesional: educar, por encima de todas las cosas.

Sin embargo, sabemos que la profesión docente es una de las peor pagadas en el Perú y que la infraestructura y los programas escolares han decaído dramáticamente en estos treinta años de economía neoliberal. En cifras del Banco Mundial, el Perú invierte apenas un 3,9% de su PBI en el sector de Educación, mientras que otros países latinoamericanos como Cuba (12,8%), Costa Rica (7,4%), Bolivia (7,3%), Venezuela (6,9%), Brasil (6,2%), Argentina (5,5%) y Chile (5,4%) nos superan, en algunos casos ampliamente. Con nuestro paupérrimo 3,9% apenas estamos por encima de El Salvador (3,8%) Paraguay (3,4%), Guatemala (2,8%) y Haití (2,4%).

La educación es la base de la libertad, pues un pueblo con conciencia de sus derechos y de su tradición, así como de sus problemas sociales, se orientará hacia la solución de esos problemas y podrá salir poco a poco de la pobreza y el subdesarrollo.

He sido maestra escolar y universitaria por todos estos años y he podido comprobar el bajón que los alumnos peruanos han sufrido ante el debilitamiento de materias esenciales y sobre todo de motivación. Nuestros niños y adolescentes son los más afectados y eso solo significa que las futuras generaciones estarán menos equipadas que antes para enfrentarse informada y creativamente a las crisis que se les avecinan.

A eso se suma un descontrol descarado de los medios impresos y audiovisuales (sobre todo la televisión) por exaltar la chabacanería, el sexismo y el racismo, lo que en nada contribuye a la construcción de una ciudadanía igualitaria y respetuosa de las diferencias que son propias de un país tan heterogéneo como el nuestro.

Nuestro colonialismo interno solo se acrecienta con el debilitamiento de nuestra educación. Ojalá que el nuevo gobierno que asume el mando este 28 de julio mantenga sus promesas de mejorar sustancialmente nuestro sistema educativo, convirtiéndolo en un derecho fundamental y no es un simple servicio, como ha sido hasta ahora.

Palabra de maestra.

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Día de los Maestros

Si Pedro Castillo insiste en la fórmula anticonstitucional de impulsar una Asamblea Constituyente por fuera de las instancias congresales, va camino seguro a que el propio Parlamento lo someta a un proceso de vacancia y termine saliendo del poder antes de lo previsto.

No vivimos un momento constituyente. La tragedia de la pandemia no lo crea. Es más, la robustez del modelo económico cuyo cambio se ha vuelto letanía en la izquierda anacrónica del Perú, nos está permitiendo niveles de recuperación asombrosos, que nos apartan de la atmósfera de precariedad que se confundió en la campaña con una supuesta narrativa popular antiestablishment mayoritaria.

Castillo ha resistido el embate golpista de la ultraderecha nativa no sólo por la solidez de las instituciones democráticas sino porque, tácitamente, sin que él lo pida ni lo movilice, ha logrado el respaldo de un amplio sector del centro y de la derecha liberales que no se han tragado las piedras de molino golpistas.

Ese sector lo perderá, en las calles y en el Congreso, si no es capaz de darse cuenta que su renuncia a la Asamblea Constituyente no implica el camino de la traición de Ollanta Humala, tan traumático y omnipresente en la lógica política de la izquierda.

Castillo solo tiene 42 votos en el Congreso. Jamás generará el consenso suficiente para tentar la aprobación de una reforma constituyente ni siquiera en la fórmula intermedia de conseguir 66 votos y luego una convocatoria a referéndum.

Y con ese número de congresistas no está protegido de la vacancia. La oposición es mayoritaria (aun cuando la torpeza inconmensurable de López Aliaga ya llevó a que la derecha pierda los estratégicos 44 votos que le daban capacidad de veto a cualquier reforma constitucional, elección de magistrados del TC o de directores del BCR).

Así como fue necesario que Humala tuviese a un Luis Miguel Castilla en su entorno, que le hizo entender la desgracia que hubiera supuesto el plan de la Gran Transformación, Pedro Castillo necesitaría un asesor constitucional o político que le haga ver que la tozudez de plantear un camino constituyente extralegal es un suicidio y que le puede costar el recorte de su mandato a los pocos meses de haber llegado al poder.

El dólar alcanzó su punto más alto durante esta semana fijándose en S/3.9. Frente a ello, Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE) recuerda que lo primordial es la decisión del Jurado Nacional de Elecciones, y a partir de ello empezar con nombramientos de las instituciones económicas más importantes de nuestro país, para alcanzar mayor estabilidad.

¿Cuáles son los principales retos que el próximo Gobierno deberá afrontar para la reactivación económica?

La pandemia y la economía. Esos son los dos temas gruesos que tenemos pendientes en términos de política directa que puede implementar el Gobierno. A una escala mayor está la suerte de ingobernabilidad crónica en términos políticos a los que podríamos estarnos dirigiendo a partir de lo que ha pasado en los últimos cinco años en la política peruana. El reto más amplio es una sana relación política entre los poderes del Estado.

¿Cómo ve esa posible relación de estas dos fuerzas que están tan opuestas?

Yo esperaría que lo que ha pasado en los últimos cinco años pueda servir de lección sobre lo nefasto que es mantener este tipo de tensión, la confrontación mutua, de vacancias, este uso de las llamadas “herramientas armas nucleares” que están en la Constitución. Yo espero que los últimos cinco años han servido de lección sobre lo que no se debe hacer, y que a partir del 28 de julio podamos ver posiciones mucho más moderadas, dispuestas a consensuar en todo lo que sea posible y a la vez mantenerse respetuosas a la Constitución. Por poner un ejemplo, creo que hubo demasiadas instancias en las que el Congreso anterior ha pasado normas que podían tener visos de inconstitucionalidad y en ocasiones han sido correctamente derivadas por el Ejecutivo al Tribunal Constitucional. Entonces creo que este es el ejemplo del Congreso en el que no deberíamos persistir.

Esta semana se ha hablado sobre la permanencia de Julio Velarde en el BCR ¿cómo ve esta posibilidad?

Él ha sido, sin duda, una de las personas más importantes en la economía peruana de los últimos años. Su presencia ha sumado muchísimo a la estabilidad monetaria y el liderazgo que ha tenido frente al Banco Central de Reserva. El banco es una institución muy sólida, y la expectativa es que, sea Julio u otra persona, tenga un perfil y un profesionalismo muy parecido. El BCR es de las pocas instituciones públicas peruanas que tranquilamente tienen talla mundial justamente sobre la estabilidad monetaria.

Esta semana hemos visto una baja en el dólar. ¿Se puede vincular a las declaraciones de Castillo sobre Velarde o es que se viene un proceso orgánico de estabilidad?

El 3.9, rozando los S/4 ha sido el punto máximo al que llegamos y hoy estamos a la expectativa de las siguientes decisiones que se tomarán, y aquí entran los nombramientos. Primero está la decisión final que corresponde al Jurado Nacional de Elecciones. Esa es la madre de las decisiones. Cuando ya tengamos un presidente o presidenta, harán los nombramientos tanto del Banco Central de Reserva, del Ministerio de Economía y Finanzas y la Presidencia del Consejo de Ministros. Esos son los tres nombramientos que tendrán más atención. Los diferentes agentes económicos van a empezar a sacar conclusiones o van a tratar de anticipar qué significan esos nombramientos sobre el futuro económico de los siguientes meses. En base a eso se van a tomar decisiones de inversión, algunas de corto plazo. En esas decisiones, las que primero reaccionan son las variables financieras: el dólar, el tipo de cambio y la evolución de la bolsa de valores.

¿Qué otros factores podrían ayudar a que el dólar se estabilice en el mediano plazo, es decir, hacia fines de este año?

Hay decisiones de política monetaria, algunas que dependen del Banco Central de Reserva, respecto del Sol, u otras políticas como lo que decida la FED, el banco central norteamericano. Está también el precio del cobre; si su precio se mantiene por encima de los $4 la libra. Eso normalmente ha tenido el efecto de empujar el tipo de cambio para abajo y es lo que se ha visto en estos últimos años en el Perú. Lamentablemente por la coyuntura política es que esta relación se rompió. Cuando hemos tenido el precio del cobre alto, el tipo de cambio estaba abajo. Por la coyuntura política, esta relación ya no funcionó.

Tuvimos el precio del cobre en récord al alza y el tipo de cambio también. La expectativa de mediano plazo es que si las condiciones de políticas mejoran, esto empiece a jugar a favor de la entrada de dólares en la economía a partir de las exportaciones y eso debería tener una presión a la baja del tipo de cambio. De repente no podemos volver al 3.5, pero ciertamente pueda ubicarse más bajo de lo que tenemos hoy.

Vinculado al proceso de vacunación, ¿cuáles serían los sectores más fuertes al darse una mayor reactivación de las actividades laborales?

El sector grande que concentra más gente es el sector servicios y es el sector que ha estado más golpeado en esta en esta coyuntura. Dentro del sector servicios hay diferentes actividades que han tenido comportamientos bien disímiles. Las financieras, por ejemplo, han podido mantener operaciones. Pero por otro lado tienes servicios turísticos donde el golpe ha sido muy duro. Creo que cuando uno habla de la reactivación en el sector servicios, tiene que empezar a diferenciar las dinámicas concretas de cada tipo de actividad. En el caso de turismo, es algo que posiblemente tome más tiempo estabilizarse, porque implica recibir flujos de turistas del exterior.

Hay otras actividades que con la vacunación ya empezarían a normalizarse mucho más, como el sector construcción, sector minería y sector manufactura. Hay uno muy grande que también empieza a tomar viada: el sector comercial. Esto con un avance bueno de la vacunación. Yo creo que estamos en ruta, ojalá a un rebote económico durante el 2021 de dos dígitos, es decir por encima del 10%.

 

Foto de portada: Revista Rumbo Minero.

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BCR, Diego Macera, Dólar, IPE, Julio Velarde

Los estudios acerca de la Guerra del Pacífico se han reinventado, desde que a finales de la década milenio los estudiosos de Perú y Chile comenzaron a encontrarse cotidianamente en congresos binacionales o internacionales, a conocerse, trabar amistad, intercambiar experiencias y emprender proyectos conjuntos. Al respecto, un libro pionero fue Chile-Perú, Perú-Chile de los historiadores Eduardo Cavieres y Cristóbal Aljovín, quienes, en 2005, reunieron al menos siete parejas de académicos binacionales para escribir sobre diferentes temas de la relación entre nuestros dos países, sin centrarse necesariamente en el conflicto bélico.

Respecto de este último, los nuevos estudios ampliaron prontamente el campo tradicional de las batallas y héroes épicos sobre el que se erigieron nuestros nacionalismos, y comenzaron a buscarle otros nichos y horizontes a la temática. Fue así como Carmen Mc Evoy, en dos estudios señeros, Armas de persuasión masiva (2010) y Guerreros civilizadores (2011) estudió las pompas fúnebres con las que Chile se conmemoraba y dolía de sus muertos de la guerra, que traían sus navíos provenientes del Perú, y construyó una identidad nacional alrededor de ellos; así como indagó, in extenso, la expansión de la administración burocrática del Estado chileno conforme ocupaba territorios enemigos, y el esfuerzo de organización que dicha expansión significó para aquel.

La guerra, cada vez más, abrió múltiples posibilidades al estudio de episodios antes desconocidos o ignorados. Al respecto, en 2018 Germán Morong y Patricio Ibarra, de la Universidad Bernardo O´Higgins, publicaron la compilación binacional, titulada Relecturas de la Guerra del Pacífico, avances y perspectivas en la que nueve autores de ambos países trataron temas tan diversos como el rol de la Iglesia y de la prensa para formar un compromiso ciudadano en favor de la causa patriota (Mauricio Rubilar), la vida cotidiana en Lima durante la ocupación y la administración de causas judiciales comunes por parte de la administración chilena (José Chaupis),  El Presbítero Juan Vitaliano Berroa frente a la chilenización de Tacna y Arica  (Ricardo Cubas), entre otros.

Los encuentros, estudios y publicaciones con estas características se han multiplicado y expresan el interés de los especialistas de ambos países por “ir a la guerra más allá de la guerra”, y encontrar, dentro de la desgracia que la acompaña, cómo puede inclusive florecer el amor, como se aprecia en varios estudios sobre matrimonios binacionales, ocurridos mientras se desarrollaba el conflicto. De esta manera, hemos logrado sacar a la guerra de la que ha sido por más de cien años su zona de confort -las batallas, las epopeyas y los héroes épicos- y llevarla a un terreno más mundano, social y cotidiano, en el cual se descubren la infinidad de facetas que una guerra saca a la luz al tensionar, al extremo, a una o varias comunidades.

La guerra como impacto en el presente: el compromiso del historiador

Sin embargo, hay un aspecto en el que los especialistas en la Guerra del Pacífico no hemos decidido entrar de lleno, como si un tabú se erigiese sobre nosotros y prefiriésemos hablarlo apenas en voz baja, en las recepciones después de los congresos, pero que no conceptuamos ni colocamos sobre la mesa como un aspecto vital que atañe el quehacer del historiador: los efectos de la guerra en el presente y que nos llevan, casi necesariamente, a la dimensión del imaginario y de la percepción. El imaginario de la Guerra del Pacífico, y la percepción de peruanos sobre chilenos y viceversa, solo puede llevarnos a la conclusión de que hasta hoy están ampliamente difundidos sentimientos y emociones que, como diría Tzvetan Todorov, no han logrado aún ubicarse en la periferia de nuestro pasado y se manifiestan de muy distintas maneras. Una de ellas es la escuela, en donde, en líneas generales, los docentes de la educación secundaria siguen induciendo a sus estudiantes, o al excesivo orgullo por una parte, o al excesivo rencor por la otra.

Ciertamente, sí hay trabajos que han comenzado a abordar esta problemática, desde diferentes flancos, aunque todavía de manera indirecta: un ejemplo es la bella compilación de Eduardo Cavieres La Historia y la escuela: Integración en la triple frontera: Bolivia, Chile y el Perú, (2016) y cuyo segundo capítulo lleva un título muy sugerente: ¿Qué hacemos con la historia? La historia en la sala de clases. A propósito del fallo de la Haya.

Poco antes, en 2014, publiqué junto con Sergio González Las Historias que nos unen, que marcó un hito, pues buscó resaltar episodios positivos de la relación binacional, precisamente cuando nuestros países litigaban en la Haya por el mar; la idea era mostrar a nuestros pueblos que no todo nuestro pasado se limitaba a una guerra. Al respecto, me es grato anunciar que, en la misma línea, Sergio González acaba de publicar la compilación “Personajes de Integración y Palabras de Amistad entre el Perú y Chile” (2021), la que espero pronto poder comentar con más detenimiento.

Sin embargo, aunque estos esfuerzos implican acercarnos un paso más a la problemática que nos inquieta, no alcanzan a abordarla en su totalidad: esto es, a poner sobre la mesa el dolor que generó en nuestras sociedades la guerra, naturalmente mayor en aquella que sufrió años de ocupación militar. Las secuelas que ha dejado este evento traumático son notorias y los especialistas en la materia debemos adoptar como propia esta problemática y actuar sobre ella para atenuar sus efectos, los que han logrado conectarse con el tiempo presente y que denominamos de diferentes maneras: “desconfianza mutua”, “rivalidad” etc.

Esta inquietud me llevó a estudiar el origen de los discursos e imaginarios que genera la referida desconfianza por lo que me avoqué a escudriñar los elementos metatextuales de las narrativas tanto de la historiografía tradicional, como de los manuales escolares. En este punto es fundamental mencionar las obras de Gabriel Cid, Nación y Nacionalismo en Chile (2009) y La Guerra Contra La Confederación (2011), cuyo enfoque teórico, en ambos casos, es consulta obligada para el estudio de las discursos y elementos simbólicos con los que se construyeron las patrias decimonónicas.

De estas lucubraciones aparecieron mis volúmenes “Lo que dicen de nosotros” (2010) y “Lo que decimos de ellos” (2019), este último en compañía de José Chaupis. Mi intención, en ambas, fue mostrar el origen del problema que nos avoca: discursos básicamente nacionalistas que se reproducen una y otra vez, de generación en generación, y que tienden a presentar al otro (el vecino) como distinto y rival, cuando no como abiertamente hostil, tanto en la escuela, como en la historiografía tradicional, y alguna otra que todavía se produce y difunde.

Seguidamente, pensé que los historiadores también teníamos que aportar con las soluciones al problema social que nuestro campo de estudio genera en la colectividad, por lo que me dediqué a la investigación de las políticas de la reconciliación internacionales que se han aplicado entre diferentes países que deben administrar el dolor de una guerra pasada, y comencé a idear posibles propuestas para nuestro caso específico como en Conflicto y Reconciliación (2014). A ello se le suman otros ejes teóricos con los que es posible abordar la Guerra del Pacífico, como la sugerente corriente que estudia la resignificación del pasado y que nos inspiró el artículo Conocer, compartir, resignificar. Apuntes para una reconciliación peruano-chilena desde la escuela (2020). No es casual que franceses y alemanes cuenten con un memorial binacional de la Gran Guerra y que, en 2018, al advenirse su centenario, Emmanuel Macron y Angela Merkel se hayan abrazado en el “Vagón del Armisticio”. En otras palabras, franceses y alemanes han modificado la significación de este evento doloroso, al punto de conmemorarlo conjuntamente.

Si no se ha comenzado a trabajar a conciencia estos aspectos, y si nuestros estados, hasta ahora, no se comprometen a desarrollar una política de la reconciliación respecto de la Guerra del Pacífico, adecuada a nuestras propias circunstancias, es porque los historiadores no hemos terminado de comprender que debemos colocar el tema sobre la mesa, más allá de los significativos pasos que hemos dado juntos las últimas dos décadas. En esa medida, debido a nuestra propia omisión, seguimos aplazando por tiempo indefinido la solución a un problema que forma parte de la Guerra del Pacífico, tanto como las batallas de Tarapacá, Arica o Huamachuco.

Mucho que pensar entonces, lo primero es el rol del historiador para con su objeto de estudio y la sociedad en la que deposita su trabajo, y la segunda reconocer la Guerra del Pacífico no solo como campo de estudio sino como problemática presente. El reconocimiento de dicha problemática por parte de los historiadores es paso previo para que nuestros respectivos estados implementen las políticas necesarias para resolverla. No queremos más egresados de la escuela secundaria que vean al vecino como a un rival que habrá de serlo siempre. Los historiadores e historiadoras tenemos la palabra.

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Guerra del Pacífico, Historia

El encierro se impuso como un periodo de reflexión en torno a la sociedad en la que vivimos y una de las interrogantes ha sido preguntarnos sobre los espacios que nos separan y nos hacen un individuo, y sobre los que nos unen y nos hacen un colectivo. Estos espacios en donde la estética le suma sensibilidad a la interacción ciudadana aportan al diálogo abierto y al fortalecimiento de la memoria histórica.

El cine desde sus inicios, con la creación del cinematógrafo por los hermanos Lumière en 1895, se impuso como un medio popular. Los primeros ensayos de rodaje retrataban desde el fin de una jornada laboral, la corrupción política, la prostitución, las condiciones de vida de obreros e inmigrantes hasta la defensa del pueblo frente al poder. Como suele ocurrir, los gobiernos consideraron al cine como una amenaza frente a los valores tradicionales y planteamientos ideológicos de la sociedad de principios del siglo XX. Es así como en 1898 la famosa escena de tan solo 18 segundos de Edison, “El beso”, fue censurada por la Iglesia Católica.

A pesar de las regulaciones en los contenidos cinematográficos a lo largo de la historia, el rol del “espectador” ha resistido, permitiendo que el cine abra puertas que otros ni siquiera han podido tocar. Un ejemplo claro de que las convicciones políticas cobran vida es “El Gran Dictador” de Charles Chaplin (1940); una sátira política por donde se vea. Por otro lado, el cine también empieza a manifestarse como una experiencia sensorial, permitiendo que el espectador sea capaz de interrumpir su vida de la forma más placentera y transformadora. El mejor ejemplo es “La Vida es Bella”, un clásico de 1997, dirigida por Roberto Benigni, que se convirtió en un manual sobre cómo superar obstáculos insuperables.

Ver una película es someterse a nuevas ideas, pero también entregarse a la risa, al miedo, a la nostalgia y a la esperanza. No hay que saber de cine para sentir la sensación de lo inesperado cuando se apagan las luces de la sala, no hay que ser músico para emocionarse con una banda sonora entrañable, no hay que estudiar para convertirse en espectador. Esta experiencia irrepetible de ir al cine, se ganó un lugar en la sociedad y está en peligro de extinción.

Los servicios de streaming son una especie de escape a las responsabilidades que evade los problemas cotidianos, pero el cine es más que eso. Cuando se vuelve de la sala de cine a la realidad, el vínculo no se rompe, porque quisiéramos que la experiencia continúe. Existe una relación de convivencia más que un escapismo, una donde se reaviva el amor. Hoy, donde hay indicios de que se aproxima la transición a una especie de vuelta a la normalidad, es el momento indicado para re imaginar la sala de cine desde su colectividad, como un lugar para conversar y redescubrir.

Por tercera vez, volví a ver “Cinema Paradiso” para escribir este artículo. Y es que sería hermoso imaginar una reapertura de las salas de cine, que se encuentran cerradas en Perú hace 15 meses, con el reestreno de películas clásicas como esta, un homenaje al séptimo arte que después de 30 años consigue emocionar a quien la vea. Una película inmortal dirigida por Guiseppe Tornatore en la que dos vidas paralelas, la de Totó que apenas comienza y la de Alfredo atrapada y olvidada en un cuarto de proyección de película, vencen al destino del cine como enfermedad terminal gracias a su amor incondicional por este. Destino que se veía amenazado por la extinción de las salas de proyección, hecho similar al de nuestros tiempos, y por la llegada de los videos hogareños. Cuando se escucha la banda sonora de Ennio Morricone es inevitable no sentir que lo que vemos en la pantalla, a pesar de las diferencias en el tiempo, se parece a nuestra vida: el cómo se reivindica el espacio para la nostalgia, la añoranza de la infancia, el no rendirse ante les vicisitudes de la vida, el saber que se puede aprender de los errores y reanudar el camino. Cine sobre cine, es eso, un cine sincero, simple, atemporal y de pura emoción, pues les advierto es muy fácil llorar hacia el final de esta película.

La reapertura de las salas de cine debería reivindicar su papel transformador y su voz de opinión. Además, estos planes tienen que venir de la mano de la creación de más espacios de fomento y difusión del cine peruano que promuevan la reconstrucción de nuestra identidad como un pueblo que busca la democracia y menos polarización. Es tiempo de promover también planes de apertura de nuevas escuelas de cine a nivel nacional, como también planes de financiamiento adecuados por parte del Estado y entidades privadas, revisión de los estímulos económicos existentes para la actividad cinematográfica y audiovisual y hasta analizar la posible inserción de cátedras de cine en los colegios, hoy que el “storytelling” juega un rol muy importante en la construcción de nuestra historia.

El cine tiene su lugar en la sociedad, no lo dejemos morir y devolvámosle su paraíso.

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Cine, Cuarentena

“¿Por qué la gente me está atacando por mi familia? Yo sé que algunas personas la odian, pero yo no elegí la familia que tengo y la amo”, dice la hija de 13 años de Keiko Fujimori, en un video de TikTok publicado el pasado 20 de junio. Esta fue su respuesta ante los insultos y el acoso que padece sistemáticamente en esta red social.

En uno de los videos subidos ese día, la menor asegura leer “todo lo que ponen” y que “algunas cosas sí pueden herir”. También advirtió que “la mayoría de personas que comentan son mayores de edad”. Y señaló, no sin razón: “Ellos deberían estar dando el ejemplo”.

 

Como respuesta, la cuenta “vladimircerronoficial”, una cuenta apócrifa del fundador de Perú Libre, le comentó: “Tu mamá irá al paredón y pumpumpum”.

Otros mensajes que Sudaca pudo encontrar en un breve patrullaje virtual fueron: “¿Cómo hace tu mamá para pagar tu plan de datos si no trabaja’”, “¿15 años de cana se pasan volando, verdad?”, “tu mamá es corrupta, dile que ya no postule a la presidencia, que acepte su derrota con Pedro Castillo”, “cuando suba [Castillo], la señora K y su papito estarán en cana y no habrá quién la cuide, ¿algún bondadoso que la adopte?”.

Las cuentas

Para entrar a TikTok debes tener, como mínimo, 13 años. Esa es, precisamente, la edad que tiene hoy la hija mayor de Keiko Fujimori. Mientras su madre decidió sumergirse en esta plataforma digital para promover su campaña política, su hija difunde contenido relacionado a sus gustos personales, que van desde Faraón Love Shady hasta mostrar a su gatito Maluma.

Tal vez el único contenido “político” haya sido el que publicó el 6 de junio pasado, día de la segunda vuelta. ¿Pidió a sus más de 600.000 seguidores que votaran por Fuerza Popular? ¿Criticó la candidatura de Pedro Castillo? No. Solamente agradeció a unos chicos que le regalaron una patineta en el cierre de campaña fujimorista. Y acompañó el saludo con una canción de fondo que decía que “no los olvidaría”.

Aún así, la publicación desató la ira de una legión de cuentas anónimas que le reclamaron a una niña los errores y delitos de su madre y su familia. Muchos de ellos cometidos por los Fujimori cuando la menor ni siquiera existía. Es el caso de la cuenta ‘End_Flor’, aparentemente manejada por una mujer, quien comentó: “Jajajaja que se vaya pa’ Santa Mónica tu mamá”.

Este reportero visitó TikTok para comunicarse con los agresores. Ninguno quiso revelar su verdadera identidad, pero sus justificaciones resultaron incluso más perversas que los mensajes vertidos. ‘End_Flor’, por ejemplo, se presentó como estudiante de leyes y aseguró estar muy informada sobre la situación actual del país. “Sé de política, estudio derecho y pues lo que hizo el fujimorismo no está nada bien, atrasó mucho al Perú”, se justificó.

La respuesta de End_Flor
La justificación de la cuenta «End_Flor» para atacar a una niña de 13 años en TikTok.

Para esta supuesta abogada era necesario exigirle a la menor “aceptar la derrota” de su madre, aunque su verdadera motivación era aún más ridícula: “Más cólera me da que se cuelgue de la fama de su mamá y me da igual su edad como para que hagan quedar como buena [a Keiko]”, respondió.

“Me parece una respuesta bien sádica. Lo que llama la atención es que sea dicha por alguien que estudia derecho. Ya la culpó, le asignó una intención, ya la juzgó y sentenció. Con eso no da ninguna posibilidad de pensar en nada. Es dramático. Imaginémonos a esa persona a cargo de un juicio futuro”, dice a Sudaca el psicoanalista Leopoldo Caravedo.

Otro usuario de TikTok al que contactamos responde al indescifrable nombre de ‘Omiraelgeydeyolo’, que también le enrostraba a la menor los problemas legales de Keiko Fujimori. “Tu mamá se irá a la cárcel si no gana #humor vamos Keiko”. El hashtag pretendía darle un tinte sarcástico al cruel mensaje.

La persona detrás de esta cuenta reconoce que su mensaje puede tener consecuencias en la hija mayor de los Fujimori. “Bueno si [fuera] mi mamá a mí también me afectaría”, admite. Aún así, insistió que Keiko terminará presa y, por eso, debía recordárselo a la adolescente.

RespuestaAgresor
La justificación de otra de las cuentas: predecir el futuro.

Revestir como algo chistoso estos comentarios hirientes, según la psicóloga social y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Priscilla Pecho, es un intento de camuflar el daño. “Muchos utilizan esta estrategia para que no se vea como violencia. Se piensa que de alguna manera se le baja la gravedad [al mensaje]. Buscan que la otra persona lo acepte y normalice. Hay que empezar a nombrarlo por lo que es”, afirma.

“La verdad dicha sin empatía es una agresión. Si resulta cierto, no deja de serlo. Es una niña de 13 años. ¿Por qué se lo tiene que recordar? ¿Cuál es el beneficio detrás? ¿Va a contribuir a qué?”, se pregunta Caravedo.

Es delito

Pero también hay comentarios de carácter sexual. En TiksToks donde la menor baila como cualquier adolescente de su edad, se puede encontrar comentarios como: “que sexy”, “mi mujer”; “¿quién será el suertudo de ser su novio?” o “yo te haré creer en el amor”.

Para la psicóloga Priscilla Pecho este tipo de mensajes calza dentro de lo que se conoce como violencia simbólica y está, tristemente, normalizado en nuestra sociedad. “Eso también devela la hipersexualización de las adolescentes mujeres. Son comentarios de acoso que ellas no esperan [referidos] a su cuerpo o aspectos netamente sexuales”, explica.

El Código Penal peruano contempla el delito de acoso sexual gracias al Decreto Legislativo N°1410 aprobado a finales del 2018. La ley, de hecho, ya ha mostrado algunos resultados. En octubre del 2019 se dio la primera condena con prisión efectiva por este delito a través de Internet. Alex Álvarez fue sentenciado a cuatro años y ocho meses de cárcel por hostigar a su expareja, una menor de edad, para retomar su relación y tener sexo.

Para Dilmar Villena, abogado especialista en derechos en entornos digitales, lo que vive la hija de Keiko Fujimori en su TikTok también encaja en este crimen. «Me parece que estamos totalmente frente al delito de acoso. La situación alrededor de [la hija de Keiko] tiene varias consideraciones: es menor de edad, es mujer, por lo que es sexualizada; y está expuesta públicamente, lo que la vuelve vulnerable”, afirma el abogado.

Comentario sexista
El otro tipo de comentarios que suele recibir la hija de Keiko Fujimori en su TikTok.

La aparente “exposición pública” de la hija de Keiko tampoco es suficiente para librarse del delito. «En este caso una cosa no justifica la otra. Es cierto que la mayor exposición pública es por decisión de sus padres. Al hacer eso las exponen a posteriores ataques, pero ella no ha decidido por voluntad propia entrar a la vida pública«, asegura Villena.

El abogado señala, sin embargo, que la norma aún está en pañales. “Lo que pasa es que cuando estas denuncias llegan a la Fiscalía no se les da mucha prioridad. Dicen: ‘bueno, están molestando [en] redes sociales, ¿qué se puede hacer?’. No se tiene consciencia sobre el daño que puede generar», apunta.

Villena lidera un grupo legal de la asociación Hiperderecho que ha analizado la aplicación de esta ley. Los resultados han arrojado falencias de todo tipo. “En los casos que hemos acompañado, incluso con personas identificadas, se complica mucho la investigación. Con cuentas anónimas es mucho peor”, explica el abogado.

Ocultar su identidad para atacar es justamente la estrategia que aplican estas personas con la hija mayor de Keiko Fujimori. “Lo más terrible del asunto es que están haciendo exactamente lo mismo que le critican a esa familia, porque están usando de la manera más burda ese espacio de impunidad donde se sienten protegidos y descargan todas sus frustraciones”, afirma el psicoanalista Leopoldo Caravedo.

Las propias redes sociales favorecen dicha impunidad. TikTok no permite enviar mensajes, como sí lo hace Facebook, a otra cuenta. A menos que esta persona te siga de vuelta. Esto dificulta la identificación, como pudo comprobar este reportero al intentar comunicarse con otros agresores.

Por ello las autoridades requieren la colaboración de las mismas plataformas. Sin embargo, esa es otra barrera: el contacto de TikTok para América Latina queda en Singapur. 

Por eso estos procesos suelen demorar. «Lamentablemente termina siendo largo si no tienes muchas pruebas y tienes que investigar desde cero. Casos que nosotros tenemos van a cumplir un año y recién van a iniciar la etapa de juicio”, se lamenta Villena.

Daños irreparables

Pasar por agua tibia estos actos puede ser gravísimo para quien los recibe. La psicóloga Pecho considera que las consecuencias pueden llegar a “trastornos de conducta alimentaria o depresión por tener esta visión de que su imagen necesita ser validada por otras personas”.

Las consecuencias de esta experiencia indeseable para la hija de la candidata naranja podrían afectarla a largo plazo. “Que a uno le digan ese tipo de cosas puede ser muy impactante. Algunos síntomas se llegan a presentar después de 15 años incluso. Probablemente lo que ocurra es que el sentimiento de rabia, de odio, sea muy grande. Esa chica va a sufrir mucho en su vida futura”, asegura Leopoldo Caravedo.

Al parecer en Tik Tok varios no le perdonan a la menor ser la hija de la lideresa naranja. Para Caravedo esta atribución es peligrosa. “No sé si se piensa esto con claridad de cara a la convivencia futura del país. Uno puede estar en contra de Keiko Fujimori, pero no podemos hacer de esto una cosa de familia, por más que varios de ellos estén metidos en política”, asegura.

“La violencia no puede ser una forma de expresar desagrado. Es la manera más fácil que encuentran de expresarlo, pero lo hacen de forma equivocada: atacando a una persona que directamente no ha sido responsable, que es conocida por ser ‘hija de tal persona’”, agrega Priscilla Pecho.

OtroAtaque
Otro de los mensajes que suele recibir. En TikTok parecen creer que la niña también hace campaña política.

Para Caravedo la motivación de las personas que están detrás de estas cuentas consiste en atacar al indefenso. “Ahí es donde más daño pueden hacer. Atacan a la hija para generar esa sensación de miedo y temor en Keiko Fujimori que no puede hacer nada porque no es un ataque directo hacia ella. Así es bien difícil defenderse”, afirma.

Nadie sabe si se tomarán medidas legales al respecto. Tampoco si la víctima será otra Fujimori en política. De momento, lo cierto es que solo es una niña que ni siquiera ha terminado el colegio. La gente que la ataca por llevar el apellido de su madre y abuelo tendrán que recordar que su accionar no solo es cobarde, sino también criminal.

**Fotoportada por Leyla López

 

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Elecciones 2021, Keiko Fujimori, Redes sociales

Si Castillo quiere tirar por la borda el superciclo en los precios de las materias primas y abortar el intento de su equipo económico de lograr un incremento sustantivo en la recaudación tributaria para permitir que se reconstruya el Estado en materias básicas como salud, educación e infraestructura, solo tiene que insistir en el descaminado intento de convocar a una Asamblea Constituyente.

Sea cual sea la forma que busque para lograr semejante propósito, que solo parece obedecer a una promesa descartable de campaña (lo prioritario es otro), generará un estado de zozobra e incertidumbre no solo en los agentes económicos grandes sino en todo el aparato social y productivo.

Las encuestas reflejan que la inmensa mayoría del país no está de acuerdo con una reforma total de la Constitución, Castillo además no tiene los votos en el Congreso suficientes para lograr su cometido. La única manera de llevarlo a cabo pasa por generar un movimiento de masas que atarante al Parlamento, uno, o por llevar al extremo de la cuestión de confianza su pedido de reforma y así lograr disolver el Congreso, generando en ambos casos una crisis política mayúscula que en tanto no culmine (por lo menos dos años), mantendrá al país paralizado y en ascuas.

Ojalá todo no pase de un intento político de mantener una promesa de campaña, que al ser descartada por el Congreso, lleve a Castillo a decirle al pueblo que lo intentó, pero que no pudo realizarla. Y sanseacabó, que allí quede la cosa, y se dedique a gobernar, a desplegar su plan económico y a tratar de reformar un Estado capaz, por sí solo, por su ineficacia, de sabotear cualquier intento de efectuar cambios sociales y económicos.

Que no se convierta el pedido maximalista de una Asamblea Constituyente en un pretexto para que Castillo, siguiendo el modelo de Vizcarra, se dedique a tensar políticamente las cuerdas con fuegos artificiales y así disimular lo que hasta el momento todo augura será una gestión mediocre (salvo lo de Francke, no hay nada más en concreto en ninguna materia gubernativa por parte del entorno de Castillo y ya estamos a pocos días de la transmisión de mando).

La Constituyente es una pésima idea. Ojalá Castillo tenga el valor de decirle al pueblo que votó por él que no va, que será necesaria otra coyuntura política para llevarla a cabo, y que se dedique los años que le toquen al mando de la Nación a gobernar con sensatez y templanza.

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Asamblea Constituyente, Pedro Castillo

Cada familia guarda en su memoria varios lazos de unión hacia sus antepasados, pero en el Cusco, esos lazos se vuelven tangibles a través del arte textil, con técnicas que los mayores le enseñan a la siguiente generación. Durante un tiempo, esta práctica estuvo en riesgo de perderse, pero Nilda Callañaupa, tejedora nacida en Chinchero, se propuso rescatar estas técnicas ancestrales y al mismo tiempo, mejorar la calidad de vida de los tejedores a través de un comercio justo.

Junto a un grupo de tejedoras de Chinchero, en la década de 1970, empezó a hilvanarse lo que más adelante sería el Centro de Textiles Tradicionales del Cusco (CTTC), una organización sin fines de lucro que trabaja con diez comunidades de tejedores de la región Cusco. Tanto en la sede de la ciudad de imperial como en Chinchero, se pueden encontrar en venta piezas de fina confección provenientes de las diez comunidades y que llevan en la etiqueta el nombre y fecha de nacimiento del tejedor.

“Es el reconocimiento al artista. Por eso ponemos su nombre y su fecha de nacimiento”, indica Callañaupa, que además de fundadora y directora del CTTC, es licenciada en Administración Turística y ha recibido distinciones por parte del Ministerio de Cultura y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables. En 2018, el gobierno peruano le entregó la Orden al Mérito de la Mujer, por su trabajo en la promoción y aporte en la educación, el arte y la cultura.

El golpe de la pandemia

Por ahora, los tejidos permanecen en los locales que tuvieron que dejar de atender al público por la pandemia y los tejedores se están dedicando al campo u otras faenas que les permitan conseguir los ingresos que el turismo ya no puede proporcionar.

Sin embargo, varios han continuado trabajando sus textiles desde casa y con participación de los niños, que tampoco tuvieron clases presenciales, han logrado confeccionar algunas piezas que esperan poder compartir con los otros tejedores en cuanto puedan volver a reunirse.

Para Callañaupa, este periodo ha sido muy duro porque los viajeros conocedores de la calidad de estos productos son sus principales clientes y eso hace que el presupuesto con el que cuentan se reduzca. “Trabajamos lo que podemos. Si hay pedidos, sí lo hacemos. Necesitamos realizar ventas. Si no las hay, el inventario se estanca y todos los problemas suceden”, comenta.

A pesar de las dificultades, el local de Chinchero -donde hoy solo se siente el sonido de las inquietas alpacas- empezará a funcionar la próxima semana. Con los cuidados respectivos y al aire libre, los tejedores confían en poder retomar algunas actividades. Con ellos acudirán jóvenes y niños que están empezando a relacionarse con estas técnicas ancestrales.

“Los jóvenes y los niños, no significa que no vayan a ser profesionales, pero ahora tienen más orgullo y están retomando las clases de tejer porque es patrimonio de nuestros antepasados. Lo que enorgullece es que el tejido ha sido transmitido de generación en generación. Ojalá que volvamos poco a poco a eso”, refiere.

El enfoque educativo

A simple vista, una manta con motivos andinos vendida en un mercado de artesanías podría pasar por una pieza tradicional del Cusco, pero bien podría tratarse de una imitación hecha con fibras sintéticas que se vende a un bajo precio.

Por ello, en el CTTC se preocupan también de dar a conocer entre sus visitantes la calidad que diferencia a estos productos de los tejidos elaborados por las comunidades con las que trabajan, y que así se valore más el tiempo, la mano de obra, el acabado del tejido, entre otras características.

“Todo es manual y requiere de mucho tiempo. Por ende, el costo va subiendo porque hay una labor humana. El tinte es natural, requiere de tiempo y para su adquisición, muchos de los clientes no están localmente. Si se trae de lugares lejanos, el costo es alto. En colores muy intensos, se hace el teñido (de las fibras) dos o tres veces”, explica.

Estos pasos son detallados a todos los turistas que se animan a visitar el taller de Chinchero, donde además se puede aprender de distintas técnicas y vivir la experiencia de hilar y tejer con estas fibras naturales.

Callañaupa considera que todas estas acciones hacen del CTTC un proyecto integral que se aleja de cualquier medida de corto plazo. “Esta es una oportunidad que se le da al lugareño de tener acceso al desarrollo económico a través de su trabajo y además de eso, el reconocimiento y dominio del arte textil, que ahora se presenta con orgullo”, sostiene.

Dato:

Para conocer más sobre el trabajo de Nilda Callañaupa y la CTTC pueden ingresar a su web y tienda online: www.textilescusco.org

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Centro de Textiles Tradicionales del Cusco, CTTC, Nilda Callañaupa
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