Luego de una cruzada infructuosa en la que no lograron los 87 votos necesarios para elegir a los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional (TC), el Congreso puso en agenda la destitución e inhabilitación por 10 años contra el actual magistrado Eloy Espinosa-Saldaña por el supuesto delito de prevaricato cometido cuatro años atrás.

 

En la orden del día de la Comisión Permanente del pasado 9 de julio, revelada por el diario La República, también se pedía acusar por infracción constitucional y suspender por 30 días a Marianella Ledesma, Carlos Ramos y Manuel Miranda. Y aunque hasta el momento no hay convocatoria oficial para ver qué se hace con este pedido, esta no es la primera vez que intentan deshacerse de estos cuatro magistrados a los que ven como enemigos de los intereses parlamentarios.

El caso data del 2017, cuando un grupo de exmarinos denunció constitucionalmente a los cuatro miembros del TC por emitir una resolución en la que supuestamente cambiaban el sentido del voto de un exmagistrado del TC, Juan Vergara Gotelli. ¿Dónde? En una sentencia de 2013 que consideraba los hechos ocurrido en “El Frontón” como delitos de lesa humanidad.

La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso, presidida en esos años por la fujimorista Karina Beteta, aprobó el informe que recomendaba la destitución e inhabilitación por diez años de Eloy Espinosa-Saldaña y la suspensión por 30 días de los otros tres magistrados.

“Los congresistas se dieron cuenta de que era un escándalo pedir que los cuatro magistrados sean sancionados con la destitución. Lo que les interesaba era deshacerse de Eloy Espinosa-Saldaña, a quien veían como el responsable de tomar la iniciativa de la decisión, pero esta diferencia no se justifica de ningún modo, porque, si los cuatro cometieron la misma supuesta falta, entonces no pueden sancionarlos de distinta manera”, explica Walter Albán, director ejecutivo de Proética y abogado que asumió la defensa de Espinosa-Saldaña en este caso.

Cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó archivar la acusación constitucional, Luis Galarreta, quien presidía el Congreso, envió una carta al entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski rechazando la disposición. El caso nunca fue archivado, pero desistieron de la denuncia.

Luego de que el intento del fujimorismo y el APRA por destituir a los magistrados fracasara en aquella época, Espinosa-Saldaña fue denunciado por su colega en el TC, el magistrado José Luis Sardón, por supuestamente haber mentido y arrogarse el título de “doctor” en su CV al momento de postular al cargo en 2014.

Sin embargo, en la denuncia de Sardón no se tomó en cuenta que Espinosa-Saldaña ya había hecho la rectificación de su título el 13 de mayo del 2014, incluso antes de ser elegido formalmente. Al final, el pleno del TC no pudo destituirlo, porque no se alcanzaron los cuatro votos necesarios.

Con una eventual destitución de Espinosa-Saldaña -uno de los magistrados que considera irregular el proceso que lleva a cabo el Congreso para elegir a sus reemplazos-, lo que se pretendía era cambiar la correlación de fuerzas y votos en el TC.

El magistrado Eloy Espinosa-Saldaña es incómodo a ciertos intereses políticos.

Todo indica que la artillería congresal ahora lo volvió a poner en la mira. El orden en el que los magistrados deben ser cambiados depende de quién es el más antiguo. Como los seis con mandato vencido fueron elegidos y juramentaron el mismo día, lo que corresponde, según la Ley Orgánica del TC, es cambiar primero al que tenga la colegiatura más antigua. Bajo ese criterio, los últimos en ser cambiados serían Espinosa-Saldaña y Marianella Ledesma.

Pero en los pasillos del Congreso se empezó a esbozar la intención de alterar el orden. Como explicó el periodista Juan Rosales: definir la antigüedad de acuerdo a la hora en la que fueron elegidos por el Congreso el 21 de mayo del 2014, siendo Espinosa-Saldaña, luego de Ernesto Blume, el segundo en irse. La decisión alteraría el bloque de los cuatro magistrados que resolvió que la disolución del Congreso fue constitucional. El Parlamento perdería un magistrado como Blume, afín a sus posiciones, pero podría reemplazarlo por otro cortado con la misma tijera.

“El orden tiene que ser por la antigüedad en la incorporación. Estos 6 fueron incorporados el mismo día, no hay ninguno que sea más antiguo que el otro, pero por ahí quieren llevar adelante la peregrina tesis de que el orden lo determina el número de resolución, eso es una tontería”, dice Walter Albán.

Una fuente del Tribunal Constitucional apunta a un grupo de empresarios, políticos y abogados de derecha, como autores intelectuales de esta interpretación auténtica que habría influenciado a varios congresistas: la Coordinadora Republicana. “El sector de la Coordinadora Republicana quería meter un orden distinto, no tuvo mucho predicamento y, cuando no se lograron los votos [en la elección de magistrados del TC], finalmente esto quedó como una anécdota, pero la intención de ellos era muy clara. Había intereses de este grupo de variar el orden fundamentalmente para impedir que Eloy Espinosa-Saldaña sea el último en ser cambiado”, asegura.

La Coordinadora Republicana, en palabras del exministro Albán, está conformada por abogados “que aparecen como académicos para sustentar todo lo que ocurre políticamente del lado que a ellos les interesa, sobre todo del Congreso”.

El sábado 10, por ejemplo, el congresista Luis Valdez (APP) convocó una sesión extraordinaria de la Comisión de Constitución para hablar sobre las elecciones de los nuevos magistrados del TC. La reunión contaba con “constitucionalistas de mayor trayectoria y reconocimiento académico”, como los presentó Valdez. Ahí estaban  los abogados que han firmado varios de los comunicados de la Coordinadora Republicana: Aníbal Quiroga León, Gerardo Eto Cruz y Domingo García Belaúnde.

Cuando el congresista Lenin Checco, de Frente Amplio, pidió explicaciones de por qué no se invitó a más abogados con posturas distintas, Luis Valdez no dudó en interrumpirlo y cortar su intervención. De otro modo trató a Martha Chavez (FP) y Rosario Paredes (AP), quienes se tomaron casi 10 minutos, cada una, para plantear sus preguntas.

El abogado Gerardo Eto no dudó en despacharse contra algunos de los actuales magistrados arguyendo que “cuatro tienen una postura ideológica y deben ser cambiados […] con los actuales miembros no hay garantía de independencia política e ideológica”. No es muy difícil saber a quiénes se refería. Así mismo, recomendó a los parlamentarios llegar a consensos para seguir adelante con las elecciones.

 

“Caseritos del TC”

Walter Albán también califica a los abogados de la Coordinadora Republicana como “caseritos” del Tribunal Constitucional. De hecho, Ernesto Blume, quien fue presidente del TC entre marzo de 2018 y enero de 2020, es cercano al abogado Domingo García Belaúnde, integrante del equipo legal de Fuerza Popular que buscó desconocer los resultados de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales y miembro de la mentada coordinadora.

“En el estudio Flores-Araoz está García Belaúnde y tiene una relación de mucha cercanía con Ernesto Blume, tanto así que en el TC hay un baño que usan exclusivamente los magistrados, pero Domingo es la única persona que cuando visita el Tribunal usa ese baño. Es ridículo, pero te lo pongo como ejemplo de la cercanía”, cuenta una fuente que trabajó en el TC. 

Otro de los vínculos entre ambos abogados es la Asociación Peruana de Derecho Constitucional, donde Blume es presidente y García Belaúnde es fundador y presidente honorario.

Según Albán, hay diferentes casos que llegan al TC en donde los abogados relacionados a la ‘Coordinadora Republicana’ tienen participación y encuentran votaciones favorables de parte de Blume. «Yo he tenido casos en el TC. Y eso no es delito, es el derecho a la legítima defensa», responde García Belaúnde consultado por Sudaca.

Al preguntar por sus conexiones con Blume, el abogado aseguró que “ningún abogado del TC se reúne con nosotros [la Coordinadora Republicana]” y que lo unía una amistad de años no solo con él, sino con Sardón, Ferrero y hasta con Carlos Ramos y Manuel Miranda.

Por su parte, el magistrado Augusto Ferrero Costa, el único de los siete que no será cambiado, tiene lazos con el congresista fujimorista Carlos Mesía, pues su asesora, Milushka Carrasco Gallardo, es la exesposa de este último. “Cuando Mesía sale, ella también sale y luego Ferrero la contrata como su asesora”, explica una fuente con conocimiento de los vínculos.

Milushka Carrasco, exesposa del congresista fujimorista Carlos Mesía, es asesora del actual magistrado Augusto Ferrero.

Carlos Mesía, quien fue abogado del frustrado tribuno Gonzalo Ortiz de Zevallos, primo de Pedro Olaechea, fue uno de los congresistas que más defendió el proceso de elecciones de los magistrados. Tanto que no le importó desacatar la medida cautelar dictada por el Poder Judicial, emitida el martes pasado, que mandaba suspender las elecciones. “Eso no es democrático, eso es antidemocrático. Y si quieren llevarnos presos, aquí estamos, pero hoy día se vota”, fueron las palabras del ahora congresista naranja. 

Consultado por su relación con el fujimorismo, Ferrero respondió que no tiene vínculo alguno y que, en cambio, apoyó “vivamente a Vargas Llosa en el primer proceso y a Pérez de Cuellar en el segundo”. Y sobre la contratación de Carrasco, solo apuntó: «A Milushka la conocí hace más de ocho años y tuve ocasión entonces de presentar un libro suyo en el Tribunal Constitucional cuando yo no pertenecía a él. Ahora la veo con su nueva pareja que es un inversionista francés con gran cultura, propietario de un hotel en Tahití».

 

Convencer al Frepap

El último miércoles, zurrándose en la cautelar, los congresistas intentaron elegir a los magistrados del TC. Sorpresivamente el Frepap decidió no participar del proceso. 

“En el transcurso de la noche [del martes], hasta la mañana del día siguiente, estuvimos evaluando [qué hacer], porque se debe admitir también que la medida cautelar no nos llegó a cada uno de los congresistas, nos hemos enterado por los medios. Pedimos información a nuestros asesores y evaluamos. Al día siguiente, tomamos la decisión con los nueve congresistas de la bancada que estuvieron presentes de no ratificar que se prosiga con la agenda, sino acatar y respetar esa medida cautelar, que de todas maneras era algo irregular”, cuenta la congresista de la bancada del pescado, María Cristina Retamozo, quien integró la Comisión Especial encargada de elegir a los mejores candidatos para conformar el TC.

Pero no todos estuvieron alineados. La vocera del partido, María Teresa Céspedes, fue la única que sí emitió un voto: lo hizo a favor del candidato Carlos Hakansson.

Aunque la mayoría retiró su apoyo, en el Frepap siguen sosteniendo que el proceso sí fue transparente y solo se cometió un error al no hacer pública las motivaciones de los puntajes de las entrevistas personales.

Luego de quitar su respaldo al proceso y que los tres primeros candidatos no lograran los 87 votos, se pidieron cuartos intermedios para buscar consensos. Retamozo cuenta que durante estos recesos, algunos congresistas, aunque no quiso precisar nombres ni partidos, se acercaron a ellos para intentar convencerlos “respetuosamente” de prestar nuevamente su apoyo. 

Franco Salinas, vocero de Acción Popular, admite que algunos de sus colegas de bancada fueron los que trataron de explicar a los del Frepap que “los congresistas no estamos condicionados y no nos pueden procesar por seguir una sesión plenaria”. Pero la bancada del ‘pescadito’ no dio marcha atrás.

Al interior de AP, tres parlamentarios se bajaron a tiempo del coche: Hans Troyes, Jorge Vasquez y Rolando Campos. Al día siguiente de las votaciones fallidas, al último le mandaron un documento donde le indicaron que lo separaban de la bancada, aunque luego recularon y le enviaron otra comunicación donde le avisaban que ya no lo separaban, pero le llamaban la atención por su postura.

Para el aún congresista accionpopulista, el “incidente parece que ha sido superado”; sin embargo, Franco Salinas asegura que Campos afronta un proceso disciplinario y que podría ser retirado de la bancada.

Las votaciones ahora se encuentran congeladas porque aún no se tienen los votos necesarios. “Todo depende de cómo pasen los días esta semana y que el Frepap [cambie de decisión]. Mientras no apoyen, no hay votos; si no hay votos, no se va a continuar con la sesión”, dice Salinas. Y luego añade, como un retando a la justicia: “Nosotros tenemos legitimidad para elegir hasta el último día. Si el último día se puede elegir, lo vamos a hacer”.

*Fotoportada por Leyla López

 

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En tiempos de inestabilidad monetaria, aparecen muchas dudas sobre el ahorro y las deudas por pagar. Una de estas dudas, frente a la variación del dólar es la posibilidad de cambiar una deuda de dólares a soles. En primera instancia, la gerente general de Kobsa, Ana Vera, indica que las personas deben mantener sus deudas en función a la moneda de sus ingresos y quienes tienen deudas en dólares deben tratar de convertirlos a moneda nacional.

Además, Marcello Mundaca, jefe de negocios de Comparabien, brinda algunas recomendaciones en caso se esté, efectivamente, considerando hacer el cambio de la deuda de dólares a soles:

1.- Cancelar la deuda en dólares

En caso la deuda no sea muy alta, lo mejor es ir al mercado paralelo, es decir cambistas o servicios de cambio de moneda digital como Tkambio, Kambista o Cocos y Lucas, para comprar dólares y poder cancelar la deuda. Mundaca indica que de no contar con los recursos, la alternativa es solicitar un préstamo en soles, a una tasa preferencial, para luego comprar dólares y cancelar la deuda.

2.- Solicitar un nuevo préstamo

Es posible que el banco donde la persona mantiene una deuda en dólares no acceda a brindar otro crédito pues existe un peligro de sobreendeudamiento. Sin embargo,  es posible acercarse a otra entidad financiera para generar una solicitud de préstamo personal. «Hay casos en el que es automático, cuando el crédito está preaprobado y ya no pasas por el área de riesgo», indica.

3.- Prioridades

Muchas veces los montos ofrecidos para un préstamo personal no suelen ser demasiado altos. Por ello, iniciar el trámite para generar el cambio de moneda no representa quizás un gran ahorro, a diferencia del caso de un crédito hipotecario o vehicular, donde sí vale la pena el papeleo, indica Mundaca.

4.- ¿Es posible el cambio?

No siempre la entidad financiera acepta el cambio de deuda de dólares a soles. Para aceptar el cambio, el banco suele guiarse del comportamiento crediticio del cliente. Si es un buen pagador, habrá opciones para que se pueda hacer el cambio de moneda. Sin embargo, si se rechaza la operación, lo más recomendable -como mencionamos líneas arriba- es ir a otra entidad, solicitar un préstamo en soles, hacer el cambio de moneda y luego cancelar la deuda en dólares.

5.- ¿Cómo será con el tipo de cambio?

Si el banco acepta el cambio de la deuda a moneda local. La entidad calculará el monto que esta representa en soles, al tipo de cambio actual. Las condiciones del plazo para pagar la deuda, se mantendrá.

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En el ambiente laboral y en las organizaciones cada vez se habla más del ‘coaching’, un anglicismo vinculado al verbo ‘to coach’, que significar entrenar en castellano. Sin embargo, un ‘coach’ no necesariamente equivale a un entrenador deportivo. Estos profesionales también son motivadores y se valen de una metodología para resolver problemas en el desempeño de la empresa y obtener resultados satisfactorios.

Generalmente, un ‘coach’ se dedica a identificar conflictos en el clima laboral, busca formas de resolverlos y le brinda a la empresa herramientas para que pueda desarrollarse sin depender de un asesor. Mientras realiza sus sesiones, genera empatía con sus clientes y, a veces, puede abordar problemas personales que afecten el desempeño laboral, por lo que, su valor más alto debe ser la confidencialidad con los clientes.

Para el coach Franklin Ríos, director de Perfil, la formación profesional y la experiencia que se ha tenido sobre todo en sesiones individuales es lo que más debe valorarse antes de contratar a un ‘coach’. Un punto adicional sería estar acreditado por la International Coach Federation (ICF), lo que asegura que se cumpla con una serie de requisitos.

“Un coach tiene que cumplir dos condiciones: mínimo 60 horas de formación de coaching y cumplir el código de ética que incluye la confidencialidad y protocolos importantes para el ejercicio con calidad de esta profesión”, precisa en un artículo para el centro Perfil.

Las características del ‘coach’

Por su nivel de involucramiento, un buen coach debe guiarse por estándares profesionales y debe tener la habilidad para comprender el nivel de interacción que el cliente requiere y llegar a un acuerdo en base a ello. Además de estos principios, Cesar Cáceres, docente del Diplomado Dirección de Personas de la Universidad de Piura, considera importantes once competencias, de las cuales podemos resaltar cinco principales:

El vínculo. El ‘coach’ debe ser capaz de crear un ambiente seguro y que contribuya a producir respeto mutuo, confianza, integridad personal, honestidad y sinceridad.

Saber escuchar. Es fundamental enfocarse completamente en lo que el cliente dice y lo que no dice, entender el significado de lo que se dice en el contexto de los deseos del ‘coachee’(cliente).

Comunicación directa. El ‘coach’ debe comunicarse de manera efectiva, clara y directa durante las sesiones y utilizar un lenguaje adecuado de modo que tenga el mayor impacto positivo posible sobre el cliente.

Preguntas poderosas. Hacer preguntas abiertas que evoquen el descubrimiento, la intuición, el compromiso o una acción y que aporten mayor claridad, posibilidades o nuevos aprendizajes.

Establecimiento de la meta. Crear un plan con los resultados que son alcanzables, mesurables, específicos y con fechas determinadas, identificando y accediendo a diferentes recursos como, por ejemplo, libros.

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La práctica extendida de realizar reuniones frecuentes y de larga extensión, que puede calificarse de “reunionitis”, no ha cesado con la pandemia y los más afectados son los altos ejecutivos. Desde antes de la pandemia, un estudio de Harvard Business School consideraba que un directivo podía pasar hasta el 80% de su jornada laboral en reuniones. Ahora que todos pueden conectarse con un “clic”, la situación no varía mucho.

Para Xavier Marcet, presidente de la consultora Lead to Change, la clave está en entender que para multiplicar no siempre debemos estar todos juntos. En un artículo para el diario La Vanguardia sostiene que se puede trabajar con menos reuniones, pero que sean mejores y que trabajar en pandemia no quiere decir que las reuniones presenciales se transformarán simplemente en reuniones virtuales.

“La reunionitis online no es la transformación digital, no nos confundamos. La transformación digital tiene más que ver con nuevas soluciones que aporta la tecnología para compartir, crear, decidir, predecir, escogiendo cuándo lo hacemos presencialmente y cuándo lo hacemos teletrabajando. Las tecnologías son una opción, no son una imposición”, asegura.

Formas eficientes de plantear reuniones

Por lo tanto, si analizó previamente que necesita abordar temas que no pueden resolverse mediante una llamada o un correo y tendrá que convocar a una reunión, sea claro en los objetivos. Con estas consideraciones, el aplicativo Kokatu recomienda reunir solo al personal necesario, verificar que el ambiente sea el adecuado -si es presencial- y no tener problemas técnicos, si se trata de una reunión virtual.

“Evite cambiar de tema. Si quiere terminar con todo lo de la agenda, entonces no se distraiga con otras cosas. Los temas que no se necesitan resolver de inmediato son completamente prescindibles y se pueden tratar otro día o de una forma distinta”, precisan.

También indican que una reunión planeada para una hora podría terminar antes sin ningún problema. Además, se aconseja tomar nota de los temas discutidos o los resultados que se mostraron para que todo el personal pueda estar informado, aunque no estuvieran presentes.

El conferencista y consultor para empresas, Guillermo Occhipinti, comenta que cada organización puede implementar distintas medidas para tener una mejor comunicación y reuniones más productivas. En algunos casos, se dispone de al menos un día libre de reuniones, otras hacen reuniones de pie, que son más breves y concisas o se plantean reuniones de 30 minutos como máximo.

“Hasta reuniones caminado, especialmente para dar ‘feedback’ negativo. Cierro con algo más polémico, una empresa implementó una vez un ‘multiple choice’ para importantes reuniones informativas. El propósito es que quede claro lo que se habló”, indica.

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Sergio Markarián, otrora técnico de la selección de fútbol peruana, lanzó a la historia varias frases memorables mientras dirigió a la blanquirroja. Egocéntrico y picón, pero no por ello menos acertado. Una fue su declaración de amor al juego defensivo. “Ratoneando fui campeón”. Se refería, claro, a mandar un equipo a la cancha que no tema jugar al contragolpe, agrupar la mayor cantidad de jugadores defensivos, y proteger el cero como principal objetivo. 

Le dijeron de todo. Pero Markarián y otros técnicos del mundo han demostrado que el ratoneo funciona. Aún hoy, en el siglo XXI. Es un sistema de juego que requiere menos preparación en comparación de alistar una ofensiva productiva. Es más fácil bloquear y destruir al rival, que crear una armonía de ataque para fabricar goles. Y se adapta de forma perfecta a la escasez de tiempo de trabajo de una selección, donde los jugadores y el técnico se ven por apenas un puñado de entrenamientos. Entonces, parece mediocre. 

En Sudamérica, Paraguay y Uruguay son dos exponentes clásicos de este estilo. La apuesta por el triunfo con la mínima o el empate cerrado. El juego aéreo como herramienta principal. El balonazo alto, la defensa cerrada con el cuchillo entre los dientes y la fortuna de un arquero a diez puntos. Ha sido muchas veces el sistema elegido por Bolivia, Venezuela o Perú al jugar con un rival superior. Suena a último recurso de equipo chico. 

Quizás eso es lo que más hace sorprender de la aparición de La Scaloneta. En Argentina, se discute el logro de la Copa América únicamente a partir de criticar el sistema de juego. ¿Cómo con tantas estrellas se va a ratonear? Incluso, antes de la final que gran parte del periodismo argentino daba por perdida, pedían la renuncia del técnico Lionel Scaloni por apostar a firmar el 1-0 en todos los partidos. Jugar cerrado. Priorizar el orden defensivo a la voluntad de encontrar más espacios de gol.

Pero en la final, con La Scaloneta llevada a su mejor expresión, Argentina logró domar a un Brasil invencible. Al mismo estilo del ratoneo de Markarián. Dedicándose a erradicar de la cancha las intenciones cariocas. El propio Tite lo llamó anti-juego. Denunció un bloqueo del rival a crear ritmos en el partido. “Así no se puede jugar”, sentenció frustrado. Fue una extraña explicación de su derrota debido a la injusticia del juego comedido de Argentina. Claro, él quería una final de igual a igual. Porque nadie puede mover la pelota como Brasil. 

Cómo hizo entonces Argentina para ganarle a un Brasil invicto, que solo supo perder con Bélgica en el Mundial, y en una Copa América de local que parecía teledirigida. No fue con un juego vistozo ni ganando con facilidad a nadie. Pues no se trata de intentar verse mejor que Brasil, ni tratar de bailar a mejor ritmo en un deporte que parece destinado a ser siempre más armonioso en pies cariocas. No van a jugar mejor que ellos, sino hacer que Brasil juegue mal. 

El lugar para el ratoneo fue el mediocampo. Apretar y destruir cada intento de ataque del rival. Correr, meter la pierna fuerte, luchar a punta de mayor desgaste físico y convicción gladiadora. Argentina planteó una idea táctica con un fútbol de respuesta más que propuesta, pragmático y eficiente de acuerdo a la realidad invariable entre su calidad futbolística y la del rival. Y así, logró la victoria.

Otro factor determinante es el desgaste. El jugador no llega a los partidos de selecciones con la misma frescura que a un domingo con su club. Llega traginado, extraído de su rutina habitual, a un grupo al que debe volver a adaptarse, rápido. Juega con poca distancia entre partido y partido, después de haberse acostumbrado a otro ritmo semanal. Y en esta Copa América, fueron nueve partidos apretados uno tras otro. El ratoneo es hasta inevitable. 

Que el mejor jugador de la final hayan sido Rodrigo De Paul y Nicolás Otamendi, -que jugaron de Batista y Ruggeri- dice mucho del partido, y de la forma de detener a Brasil. Jugadores rudos, toscos y cortadores. Ratones. No dieron espacios al rival ni lo dejaron correr. Incluso, intimidaron desde la actitud triunfadora, el mismo antídoto con el que Chiellini y Bonucci ganaron la final a Inglaterra en Wembley. 

Para Perú, Brasil es cualquier selección, todas parecen invencibles. Uruguay, Argentina, Colombia y Chile son Brasil. Incluso la mejor versión de Ecuador. Hoy solo se puede plantear un partido de igual a igual quizás a Paraguay, Venezuela y Bolivia. Lo que Argentina ha hecho frente a Brasil es un ejemplo del sistema táctico que Perú debe aplicar en las doce finales para llegar a Qatar: cortar el fútbol desde el medio campo, eliminar la elaboración del rival, y privilegiar el fútbol defensivo. Que explote por las bandas y a buscar la oportunidad con el delantero solitario, Lapadula.

Hay una sola variable al ratoneo de Markarián para el Perú de hoy: que no sea con la defensa, sino gestado en el mediocampo. El comandante de la colonia de ratas debe ser Tapia, con Yotún y Peña en mayor labor de corte y recuperación. El fútbol del rival se debe destruir antes de que empiece, para obligarlo a retroceder y ver el reloj correr. Argentina lo ha demostrado. Hay que hacerlo sin vergüenza, para ganarle al rival invencible. 

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En pocos momentos de la historia se han podido entrecruzar en Latinoamérica, pero en particular en la sociedad peruana, tantos miedos colectivos como ha ocurrido actualmente. El miedo, como lo han dicho desde las ciencias sociales y humanas, nace de la ansiedad provocada por la subversión de diferentes órdenes en los que se asientan nuestras comunidades.

Con la pandemia del 2020, el primer orden en trastocarse fue el social: vimos cómo se podía morir casi de inmediato si es que no se aprendía nuevas formas públicas de caminar, transportarse o no al trabajo, comprar, alimentarse, limpiar, estudiar, relacionarse socialmente. La muerte de trece jóvenes en Thomas bar en Los Olivos el año pasado, nos aterró y un incómodo racismo empezó a manifestarse.

El desorden más profundo, mientras tanto, era el de nuestra salud. Si no usábamos mascarilla podíamos caer fulminantemente muertos, como se asumía cuando aparecían personas desmayadas en las calles de Lima. El miedo produjo que se agotaran los productos en los supermercados. Nadie supo por qué el papel higiénico, pero fue sujeto de bromas que ayudaron a distender un poco ese miedo que se prolongaba mes a mes, cada vez que se anunciaba que continuaría la restricción en nuestras casas, mientras tanto, las dolorosas cifras.

El freno económico fue terrible. Por un momento hasta el mercado internacional se detuvo. El impedimento de viajes clausuró amplios sectores. Empezaron las deudas, los cierres de pequeñas y medianas empresas, el aprovechamiento de los grandes consorcios, el negocio de la salud y el oxígeno, el sálvese quien pueda avalado por un Congreso de la República dedicado enteramente a proteger los intereses económicos de los grupos más corruptos del país.

La educación virtual sólo sirvió en las ciudades del país. El sistema educativo estatal colapsó en las zonas rurales sin cobertura a internet y no logró adaptarse a los requerimientos pedagógicos de la virtualidad. Se discutía el tema cuando salió a la luz la corrupción también en el poder Ejecutivo: el Presidente Martín Vizcarra que había frenado al Congreso con el apoyo de más de la mitad de la población, resultó contar con una red de clientelaje y corrupción venida desde sus tiempos de Gobernador de Moquegua. Él y su entorno estaban tan acostumbrados que hasta mintieron respecto de las vacunas que se habían repartido y aplicado. El contexto de miedo en el que nos hallábamos, hizo ver a Vizcarra como un traidor, pues sus buenos mensajes televisivos, habían ayudado a contener el miedo. Nos había hecho sentir que estábamos ganando la guerra al coronavirus, cuando todo se vino abajo. En ese contexto el Congreso de la República quiso aprovecharse y dar un golpe de Estado. Durante la protesta contra Manuel Merino murieron dos jóvenes. Las universidades tuvieron que suspender las clases durante una semana y buscar estudiantes desaparecidos. El miedo empezó a cundir en la joven generación bicentenario. Pero se logró retirarlo.

La larga elección de Francisco Sagasti logró estabilizar lo aprendido y priorizar el tema de salud. Pero pronto surgió el contexto electoral. ¡Vaya elecciones! Los dos primeros lugares los ocupaban la hija del dictador Alberto Fujimori, denunciada como cabecilla de una organización de lavado de activos, y el maestro rural que ganó protagonismo el año 2017 durante la prolongada huelga magisterial. Un racismo extremo fue la reacción inmediata de miedo contra Pedro Castillo, quien, por ser hijo de padres campesinos de hacienda y rondero, fue presentado como analfabeto, comunista y terrorista. El sector de la población costeña vinculado a las empresas relacionadas con el fujimorismo decidió que debían impedir como fuera que ganara. Sumaron al grupo El Comercio y otras empresas de radio, televisión y publicidad y acordaron no cesar de asustarnos sobre cada vínculo de Castillo con la corrupción y el chavismo venezolano.

Pero Castillo ganó, y ya la campaña de fraude posterior no dio miedo, sino hartazgo. Ha quedado a la luz qué abogados y políticos de alguna u otra forma están vinculados con la organización fujimorista por razones económicas o temor a su futuro encarcelamiento. Que Perú Libre sea investigado parece no haber asustado como lo esperaban. Ningún llamado a golpe de Estado ha sido tomado en serio y las instituciones electorales y judiciales se han logrado mantener firmes.

Ahora que ya aprendimos a convivir con mascarilla, el arribo de las vacunas y su avance a buen ritmo (sin la absurda necesidad de comercializarla) ha ayudado mucho a espantar los miedos. El temor a la vacuna se está disipando y así como nos tomó cambiar el orden social, si queremos regresar a poder abrazarnos, a reír a carcajadas con las amistades en un viaje, a celebrar que finalmente el Perú rural está siendo protagonista del bicentenario, debemos esforzarnos en tener las dosis necesarias para dejar el principal miedo atrás; de los demás miedos, en las calles nos encargaremos.

13 de julio de 2021

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Miedo, Pandemia

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 173: Aprueban dictamen sobre la concha en comisión parlamentaria. Cada vez más cerca el 28 de julio, sin proclamación presidencial. ¡Y la izquierda solo ve bloqueo en Cuba!

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Congreso, Cuba

Hace dos semanas, voceros calificados del keikismo se esmeraron en informar a los medios de un presunto distanciamiento de la lideresa de Fuerza Popular respecto de la estrategia beligerante y belicosa de la ultraderecha representada por Rafael López Aliaga, quien había anunciado que no reconocería el triunfo de Pedro Castillo.

Ello ocasionó, inclusive, fricciones en la organización de sendos mítines en paralelo, dando a entender claramente que Keiko Fujimori iba a seguir una ruta distinta, que pasaba por el reconocimiento de su derrota. Se mantenía un perfil opositor a Castillo, pero bajo los cauces democráticos legales.

¿Qué pasó en ese lapso, que hoy nos muestra a Keiko anunciando que no reconocerá a Castillo como Presidente? ¿Alguien le habrá sugerido que no puede permitir que el liderazgo de la oposición se lo arrebate López Aliaga y que eso pasa por radicalizar su postura y mimetizarse con aquél? ¿No importa, en ese cálculo, la lección de lo sucedido con Kuczynski, donde su labor de obstrucción necia casi destruyó su partido?

¿La habrán animado los cantos de sirena golpistas de encumbrados personajes de talla mundial, como Mario Vargas Llosa, y aspirará a que eventualmente se produzca algún acontecimiento que interrumpa la unción de Castillo o recorte su mandato y pensará que en el impensado nuevo escenario electoral inmediato, ella debe estar en forma, manteniendo la beligerancia al extremo?

El error de cálculo estratégico puede ser suicida. Porque si, más bien, Castillo es proclamado, asume el 28 de julio, ejerce un gobierno de centroizquierda y se beneficia del contexto económico internacional, lo más probable es que llegue en buen pie al 2026 y que en esa circunstancia, le deje un buen capital político a quien, desde la izquierda, quiera tomar la posta (probablemente alguien como Indira Huillca).

¿En ese escenario, acaso cree Keiko o quien la esté asesorando, que su ultraderechización y alejamiento del centro -camino autodestructivo que ya recorrió desde el 2016- le fortalecerá un patrimonio electoral o, más bien, la condenará una vez más a la derrota?

La única manera de que Keiko se alce con el triunfo en las próximas elecciones pasa porque capture el espacio de la centroderecha liberal y se comporte democráticamente. En ese nicho no tiene competidor y lo más probable es que no aparezca ninguno en el horizonte. Comete un grosero error convirtiéndose en una caricatura destemplada de Renovación Popular, el partido ultraconservador. Le está haciendo la campaña a Rafael López Aliaga.

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Keiko Fujimori, Mario Vargas Llosa, Rafael Lopez Aliaga

Una encuesta de Ipsos–Perú reveló que el 52% de los peruanos han venido enfrentando en sus hogares problemas emocionales, de estrés, discusiones o depresiones durante la pandemia.

El psicólogo Jonathan García-Allen, director de comunicación de Psicología y Mente explica que el estrés es un fenómeno complejo, especialmente en el entorno laboral, en el que entran en juego variables del puesto de trabajo y de la organización, así como las propias expectativas de un individuo y su capacidad de afrontar situaciones complejas. En ese sentido, el experto brinda algunas claves a tomar en cuenta:

Gestiona tu tiempo

La mala gestión del tiempo es una de las causas más frecuentes de estrés. Llegar tarde, tener la bandeja del correo electrónico llena, estudiar en el último momento para los exámenes, o asumir demasiadas tareas, son situaciones que provocan ansiedad y descontrol. Una correcta organización del tiempo es la mejor manera de prevenir el estrés.

Practica yoga

El yoga es una práctica física y mental milenaria que se ha ido expandiendo debido a sus beneficios para el cuerpo y mente. Cada vez tiene más adeptos porque es una disciplina que busca el bienestar y la paz interior. Una investigación llevada a cabo por Thirthalli y Naveen concluye que esta práctica milenaria reduce los niveles de cortisol, una hormona que se libera en respuesta al estrés.

Come y bebe de manera saludable

El estrés suele provocar que alteremos nuestros hábitos saludables, por lo que es necesario intentar llevar un estilo de vida que no sea nocivo. Además, un estilo de vida poco saludable provoca que tengamos menor resistencia al estrés. Es importante desayunar bien, porque, de lo contrario, podríamos sufrir un bajón importante de energía durante el día. Evita el consumo de cigarrillos y modera el consumo de alcohol para mantener la mente despejada.

Descansa las horas necesarias

El estrés puede provocar problemas de sueño, y lamentablemente la falta de sueño puede agravar aún más ese estrés. Dormir de forma adecuada es necesario para que la mente y el cuerpo estén descansados. Apaga todos los aparatos electrónicos una hora antes de disponerte a dormir y procura que tus horas de sueño oscilen entre las 6 y 8 horas.

Practica ejercicio físico

Muchas personas solían asistir al gimnasio después de un duro día de trabajo, pues esta actividad ayuda a reducir considerablemente los niveles de estrés. El ejercicio físico incrementa la producción de norepinefrina o noradrenalina, un neurotransmisor que puede moderar la respuesta del cerebro al estrés, y produce neuroquímicos como las endorfinas o la serotonina, que ayudan a mejorar el estado de ánimo.

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