La última entrega del prolífico narrador Eduardo González Viaña está construida entre la ficción y la historia de un personaje sumamente importante para nosotros los peruanos, sobre todo en este contexto que vivimos, nuestro Bicentenario de la Independencia y la fundación de la república. En esta ocasión, la novela se centra en la gran figura del primer mestizo, el Inca Garcilaso de la Vega.

Mencionar lo que representa el Inca es afirmar nuestra condición de mestizos y migrantes, una situación que a él le pudo traer muchos problemas en la época en que vivió, pero por el gran apoyo y sabiduría de su madre incaica y una herencia monetaria que le deja su padre español, opta por dejar Cuzco e irse a buscar su futuro en el Viejo Mundo como se lo había dispuesto su padre.

Kutimuy, Garcilaso es la obra donde González Viaña (el gran novelista de la migración latina a los EEUU) plasma la vida del Inca, usando magistralmente una voz narrativa en tercera persona. El relato empieza in medias res…. para girar hacia la posible tragedia en medio de una tormenta cerca de Lisboa, lo que le permite al personaje evocar su pasado inca, la grandeza de su señorío, su propia niñez cuzqueña cuando era llamado Gomes Suárez de Figueroa. Al no ser una narración lineal, la novela utiliza giros en el tiempo para enaltecer la niñez del Inca y darnos un bagaje entre ficticio e histórico de lo que fue “el ombligo del mundo” en esos días. Asimismo, el relato narra las aventuras, anécdotas, reflexiones y travesías que le acontecen al Inca en su trayectoria hacia el Viejo Mundo y durante su larga estancia en España (56 años, la mayor parte de su vida) desde 1560.

El discurso entonces se configura a través de un lenguaje común, regional y actual, pero echando mano de fragmentos de los Comentarios reales del propio Inca Garcilaso de la Vega, de concilios y de documentos de archivo para abrir un diálogo con estos textos y afinar la verosimilitud del relato. Asimismo, notamos la presencia del quechua en ciertos términos y apelativos, pero también en cantos que se producen en fiestas como la del Taqui Onqoy en la década de 1560. El Inca Garcilaso recuerda su pasado constantemente porque esas imágenes siempre son duraderas, sobre todo si están ligadas a alguna historia de amor. Las descripciones son totalmente puntuales y en detalle, lo que permite al lector transportarse a nuestra sierra peruana, al Océano Pacífico y el Atlántico y también al Viejo Continente.

La relación de Garcilaso con su padre al principio de la novela es fundamental para entender por qué el Inca va a España, pero también para mostrar la relación y una situación tan compleja. Esa relación genera en Garcilaso una gran fortaleza y le brinda profundidad a su propia condición de mestizo, ya que además de ser letrado, también frecuenta ámbitos y acciones propias de los colonos, pero siempre arraigándose a sus raíces incas. Por ejemplo, Garcilaso aprende a montar a caballo desde muy joven y es por medio de la compañía de “Salinillas”, su rocín, que Garcilaso empieza a dar vislumbres de una personalidad imbricada entre la inca y la española, ya que llega a preguntarse si el caballo tenía alma. Es realmente un acierto configurar a nuestro Inca tan humano, tan pegado a sus raíces y tan tenaz en sus determinaciones.

Kutimuy, Garcilaso nos brinda una visión esperanzadora de nuestro país a través de la imaginación del pasado, al marcar un regreso al mestizaje, a Garcilaso propiamente tal. Volver a una nación que, aunque fragmentada, está viva en un mejor ambiente de confraternidad para así crecer como comunidad y celebrar un Bicentenario donde todos nuestros valores y nuestras raíces indígenas sean nuevamente evaluados bajo una luz más fresca y democrática.

Kutimuy, Garcilaso es un viaje y un regreso, pero no al Tahuantinsuyo, aunque sí al legado de nuestra más grande e importante figura literaria, el primer mestizo de nuestro suelo y el primero en ir a reclamar y a dejar muy en alto el nombre de lo que ahora conocemos como nuestro Perú. Y todo contado con una prosa deliciosa que captura de arranque al lector.

Vale la pena leer esta novela, ya en las prensas del Fondo Editorial de la Universidad César Vallejo. Y que regrese Garcilaso, que buena falta nos hace.

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Eduardo González Viaña, Inca Garcilaso de la Vega, Kutimuy

En medio de la batahola generada por su proclamación, con clara realidad en contra de la opinión pública respecto del tema y con una situación fáctica congresal adversa, Pedro Castillo lanza ayer un tuit insistiendo en la necesidad de una nueva Constitución.

Esperemos que solo sea un afán de insistir en una propuesta de campaña, pensada para aquietar las expectativas de algunos de sus votantes (los más ideologizados de izquierda), pero que pronto se soslayará por la sola fuerza de los hechos.

En el Congreso, ya se sabe que desde el centro, ni Acción Popular ni Alianza para el Progreso (los grupos mayoritarios fuera de la derecha) le darán sus votos para que pueda conseguir siquiera los 66 que le permitan dar inicio a la reforma del artículo 206 que a su vez le permita al Ejecutivo convocar a un referéndum que plantee la Constituyente.

Es una iniciativa que nace muerta. A lo más que podría aspirar Castillo, sin violentar la Constitución, es a aprobar algunas reformas puntuales, pero para ello tendría que lograr cierto consenso con el centro. Si no, no hay forma, a menos que se atreva a saltarse a la garrocha el orden constitucional y que se exponga a las consecuencias legales y fácticas se semejante dislate (lo que va desde una vacancia hasta un golpe militar restaurador del orden constitucional).

Tiene tanto por hacer en materia de reformas de políticas públicas y de hacerlo desde una perspectiva de izquierda, más allá del libre mercado, en salud y educación pública, en seguridad interna para los más pobres, inclusión digital de los sectores populares, en políticas tributarias, etc., que gastar energías en impulsar un cambio constitucional suena irracional y autodestructivo. Es un homenaje fallido a un fetiche de la izquierda.

Esperemos que Castillo entienda pronto la magnitud del desafío de lograr cambios cualitativos en las materias señaladas, el mismo que excede largamente lo que anteriores gobiernos han hecho en materia de reformas, para que abandone la terca insistencia en un proceso político que tirará por la borda su gobierno.

El día que la izquierda arrase en las elecciones presidenciales, obtenga además una mayoría congresal y encuentre al país comprometido con un momento constituyente, pues nadie le podrá negar el derecho de hacerlo. Pero ese día, claramente, no ha llegado con el triunfo ajustado de Castillo, con minoría en el Parlamento y con la ciudadanía más preocupada de la urgencia pandémica y la reactivación económica.

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Asamblea Constituyente, Congreso, Pedro Castillo

Hace una semana, Sudaca reveló las denuncias de estafa contra ‘Crowdfunding International Dreams’, una nueva pirámide financiera liderada por el parlamentario andino de Fuerza Popular, Jorge Romero Castro. En esa nota se mencionó, además, una denuncia contra Romero que se hizo pública el 2019, por haberse apropiado de forma indebida de parte del sueldo de una trabajadora. El Ministerio Público abrió entonces una investigación preliminar.

 

Dos años después, a inicios de este año, la Fiscalía de la Nación envió a la subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso los resultados de aquellas pesquisas. El documento revela que no era una, sino seis los trabajadores a los que Romero habría inducido a entregar parte de sus salarios y bonificaciones. El escrito, además, lo acusa de haber usado recursos del Estado para sus eventos privados como ‘coach’, una actividad que lleva a cabo de manera paralela a la función pública.

“Inicialmente no se tenía conocimiento que otros trabajadores distintos a la denunciante habrían sido sujetos pasivos de solicitudes indebidas; sin embargo, luego de la actuación de diversos actos de investigación, se cuenta con elementos de convicción relevadores de que similar accionar se habría dado con otros servidores”, sostiene la denuncia que llegó a mesa de partes de la subcomisión.

Los pagos que detectó la Fiscalía ocurrieron entre los años 2018 y 2019, cuando Romero ocupaba la vicepresidencia del Parlamento Andino. El funcionario habría utilizado las cuentas de su tío y la empresa de este, Master Training International, para recibir los aportes. Romero también es fundador de esta firma.

conclusiones fiscalia
«(…) luego de la actuación de diversos actos de investigación, se cuenta con elementos de convicción relevadores de que similar accionar se habría dado con otros servidores”, sostiene la fiscalía.

El origen

La primera denuncia fue revelada por Panorama, en julio del 2019. Alessandra Granuelly Puente, entonces de 22 años, admitió haber sido una trabajadora fantasma en el despacho de Romero entre octubre del 2018 y julio del 2019. A pesar de eso, recibía su sueldo de S/2.300 puntualmente. Parte del dinero -S/1.500, según denunció- los depositaba a una cuenta que manejaba el tío materno de Romero, Julio Castro Segura.

El 15 de noviembre del 2018, por ejemplo, Granuelly recibió un mensaje del parlamentario Romero Castro en el que este le decía: “Deposita 1.500, el resto es tuyo”. Y añadía, entre paréntesis: “sin hacer nada”. Un mes después, el 16 de diciembre, el parlamentario le escribió: “Alessandra, te llamará Julio Castro [tío materno del parlamentario] para darte un número. Es lo que debes depositar en total. Luego conversamos”. Y agregaba: “Top secret. Besos”.

Castro intentó desmerecer la denuncia. Su estrategia fue que el asunto quedase como una deuda que Granuelly le tenía. Pero ella lo negó y, a tenor de los mensajes que pedían mantener el asunto en secreto, la Fiscalía no le creyó. Una conversación telefónica no revelada hasta ahora se dio cuatro días antes de que el reportaje de Panorama viese la luz. En esta, Romero intenta que la mujer admita la excusa del préstamo.

Romero: Alessandra, me acaba de llamar una señorita de Panorama. Me informa que tú me has denunciado, porque hay un trabajador fantasma y yo quiero saber si has sido tú.

Alessandra: Yo solamente he dicho la verdad.

Romero: ¿Cuál es la verdad?

Alessandra: Del acuerdo que tú y yo teníamos, los S/800 que yo ganaba y te depositaba S/1.500 mensuales.

Romero: ¿Te refieres al préstamo que te hice?

Alessandra: ¿Préstamo? ¿Qué préstamo me has hecho? […] Yo no sé si tú estás fingiendo que tú me has hecho un préstamo simplemente porque estamos en una llamada telefónica que no es por WhatsApp, y te estás cuidando.

conversación atribuida a romero
Romero intenta que la denunciada admita que el dinero depositado era parte de un préstamo. Ella lo negó.

Lo cierto es que el parlamentario andino naranja no pudo probar la teoría del préstamo ni siquiera a Panorama. Cuando en la fiscalía escudriñaron las cuentas de su tío y de la empresa ya mencionada -entre el 2018 y el 2019-, se convencieron de que se trataba de un caso sistemático.

La mayoría de los trabajadores involucrados señala, como presunta coartada, que las transferencias fueron parte de un curso de ‘coaching’. Pero un testigo protegido y otra serie de indicios apuntan a que habrían estado obligados a hacerlo para preservar sus empleos.

Explicaciones que no convencen

Según la fiscalía, en enero del 2019, la trabajadora Claudia López Vergiu fue inducida “indebidamente” a pagar “parte del bono” que recibió del Congreso de la República, la entidad que mantiene a los funcionarios del Parlamento Andino. Los investigadores tienen la declaración de un testigo protegido de código TP-01-2020-AIDC, quien señaló: “A la trabajadora antes mencionada le solicitaron inicialmente el íntegro del bono, a lo que la trabajadora accedió por mantener su puesto de trabajo, depositando el 70% de la totalidad del bono en el mes de febrero del 2019”.

El Ministerio Público asegura que el pedido se hizo a través del asesor de Romero, William Sánchez Tenorio, y que este “insistió a la trabajadora que cumpla con realizar el depósito bancario a la empresa Master Training International, que gerencia el tío de Romero Castro, Julio Castro Segura”. “La trabajadora se vio en la necesidad de encargar a su pareja que realizara el depósito”, apunta la denuncia. El testimonio tiene asidero en la realidad.

El 30 de enero del 2019, López recibió del Congreso S/7.200. El 2 de febrero, S/6.500 son retirados de su cuenta y apenas tres días después, el ciudadano Miguel Gutiérrez Tarazona, pareja de la funcionaria, deposita S/4.900 a la empresa de marras.

El mismo mes, el funcionario Jorge Bautista Oliveros recibió S/18.307 del Congreso, que incluía su salario, un bono extraordinario, racionamiento y un pago por concepto de escolaridad. Según el mismo testigo protegido, “a Bautista, el parlamentario le solicitó el íntegro del bono que recibió a fin del mes de enero, indicándole que debía hacer un abono a una cuenta bancaria”.

En efecto, Bautista realizó dos depósitos por un total de S/10.599 a la cuenta de Master Training International. Cuando la fiscalía escarbó en las cuentas, sin embargo, se dio cuenta de que no habían sido las únicas transferencias. También le había hecho un depósito en marzo del 2018 al tío de Romero, Julio Castro, por S/2.137. La cantidad llamó la atención de los fiscales porque correspondía a toda la remuneración de Bautista.

Los demás depósitos los realizó a Master Training International: en julio, S/2.500, justo cuando Bautista recibió una bonificación del Congreso; en octubre, S/2.966, cuando el funcionario fue promovido del cargo de Auxiliar al de Técnico y empezó a ganar más dinero. Lo mismo ocurrió, por montos similares, en noviembre y diciembre de aquel 2018.

depositos de Bautista
Los depósitos del trabajador Jorge Bautista a las cuentas de Julio Castro, Master Training International y al mismo Jorge Romero entre el 2018 y 2019.

Como a López, a Bautista también se le habría pedido el bono extraordinario que dan a inicio de año. Por eso, en enero del 2019, realizó la transferencia más importante: S/10.599 soles a la empresa Master Training. En abril, el funcionario también depositó S/1.200 soles, pero esta vez a la cuenta del parlamentario.

La explicación que dio Bautista, sin embargo, llamó la atención de los investigadores. Dijo que aquel primer depósito a Julio Castro, el tío del parlamentario, fue “por temas de la Sunat por los que no podía ir y que además no entendía”. Y agregó que las transferencias a la empresa Master Training International fueron parte de un curso de ‘coaching’ que estaba llevando.

Pero Bautista no tenía constancias de matrícula, correos de admisión, ni comprobantes de pago. Se excusó diciendo que había pedido que se le facture todo al finalizar el curso. Cuando acabaron las indagaciones, sin embargo, no presentó diploma alguno.

En el despacho de asuntos constitucionales del Ministerio Público ya habían advertido la estrategia. El testigo protegido declaró: “Luego de la ampliación de la denuncia, el parlamentario conversó con sus trabajadores para que pueda justificar los depósitos de dinero que se habían realizado a la empresa Master Training y optaron por manifestar que esos pagos corresponden a una certificación de coaching”. 

Y luego añadió: “Sin embargo, dicha certificación ha sido programada recién en el año 2020 y por la suma de $6.900, que se ha realizado para justificar los ingresos, pero no se emite ningún comprobante de pago, certificación de módulos, ni se ha firmado contrato alguno sobre esta prestación de servicios”.

De hecho, el mismo discurso fue utilizado por la trabajadora Stephany Ariansen Moncada, quien en setiembre del 2018 le depositó al tío del parlamentario S/1.610. En noviembre de ese año, también figura una transferencia de S/4.150 a la empresa. Y en enero, como sus compañeros, movió S/13.500 a la misma cuenta. Todo, dijo, era parte de una certificación que estaba cursando, pero tampoco entregó pruebas.

declaración de testigo protegido
El testigo protegido advirtió a la Fiscalía sobre la coartada: «Luego de la ampliación de la denuncia, el parlamentario conversó con sus trabajadores para que pueda justificar los depósitos de dinero que se habían realizado a la empresa Master Training».

“Todo ello nos hace concluir que dichas afirmaciones serían inexactas y estarían orientadas a justificar los diversos abonos”, dice la fiscalía en su escrito. El Ministerio Público está convencido de que los trabajadores no cuentan la verdad por temor a ser despedidos.

Jorge Luis Coronado, que no llegó a declarar para la Fiscalía, y Ernesto Valencia Quiroz son otros funcionarios mencionados en la denuncia. Este último, sin embargo, fue con una historia diferente al despacho fiscal.

Él se desempeñaba como asistente hasta octubre del 2018. Ese mes fue promovido a ‘Asesor I’ y recibiría en adelante S/7.528 soles como remuneración. Luego de su primer sueldo en el nuevo cargo, el funcionario se dio el lujo de depositar casi el íntegro de este (S/7.500) a la empresa Master Training International. Lo mismo ocurrió en diciembre y, por supuesto, como todos los mencionados en párrafos anteriores, en enero del 2019, el momento del bono extraordinario.

Valencia es socio de la empresa que recibió los depósitos, así que se justificó diciendo que se trataba de un préstamo y que este sería retribuido en utilidades. “También ha señalado que estos aportes de capital no están como acciones ni como inyección de capital, porque para eso había que hacer un acta, por lo que tales afirmaciones deben ser tomadas en el contexto de subordinación que sigue manteniendo con el parlamentario denunciado, quien podría cesarlo en su cargo”, señala la Fiscalía.

Con la plata de todos

El Ministerio Público también le imputa al parlamentario fujimorista haber usado “para fines ajenos al servicio parlamentario” celulares del Congreso. El 2016 y 2017, por ejemplo, cuando Alessandra Granuelly no trabajaba en el despacho parlamentario, Romero Castro le dio un celular para que organice un evento de ‘coaching’ que nada tenía que ver con sus funciones.

El evento llevaba por nombre el alienado título de “Éxito Americano” y, según la Fiscalía, Romero le habría ordenado a Granuelly que “a través del celular, llamara a las personas para invitarlos al evento”. La mujer reconoció que así lo hizo.

acusación peculado
El Ministerio Público también le imputa al parlamentario fujimorista haber usado recursos del Estado “para fines ajenos al servicio parlamentario”.

Romero habría dispuesto que otros dos celulares proveídos por el Estado, cuyos saldos pagamos todos los peruanos, sean utilizados como número de contacto de un evento llamado “Certificación Internacional-Formación de instructor para Firewalk”. En la publicidad colocan, además, el número de cuenta de su tío, Julio Castro Segura.

Varios de los trabajadores de Romero, además, no acudían regularmente a la oficina del parlamentario y hasta se les había visto llegando a las instalaciones de Master Training International, en La Molina, en horarios de oficina. Las ausencias nunca fueron comunicadas al área de recursos humanos.

El documento fiscal, que resuelve “haber mérito para formular denuncia constitucional” contra Romero fue alcanzado a la subcomisión de Acusaciones Constitucionales del Congreso de la República en febrero pasado. La congresista Felicita Tocto (Descentralización Democrática), miembro de este grupo de trabajo, señala que hasta hoy no se ha agendado, porque se ha priorizado los casos emblemáticos.

Lo cierto es que Romero tiene en esta comisión dos posibles aliados: los fujimoristas Martha Chávez y Carlos Mesía. Está en sus manos realizar la denuncia ante el Pleno y que el caso pase a una Fiscalía Suprema. Este medio se comunicó con Jorge Romero en varias oportunidades, pero al cierre de esta edición no respondió. Seguro lo hará en algún video de redes sociales.

 

(*) Fotocomposición de portada: Leyla López

 

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Fuerza Popular, jorge romero castro, Ministerio público, parlamento andino

El teatro ha sido uno de los más afectados durante esta pandemia. Las luces se apagaron y las salas cerraron sus puertas, esperando un día regresar -con un aforo total y con fuerza- para seguir regalando historias a un público que busca disfrutar del eterno presente sobre las tablas. En medio de ello, diversos artistas han visto la forma de continuar resistiendo y eso es lo que María Jóse Spigno, o simplemente Jóse, y Carolina Silvestre, han conseguido mediante la consolidación de una comunidad que continúa autogestionándose: Las Teatreras

Jóse y Silvestre se consideran un par de románticas y están a puertas de lanzar su octava colección de prendas con motivos alusivos a la labor artística sobre las tablas. “Soy puro teatro”, “Tamales y teatro” y “William Shakespeare estaría orgulloso de tus dramas” son sólo algunas de las frases características que acompañan sus prendas y accesorios cuidadosamente trabajados en serigrafía.

Ellas también son actrices y maestras especializadas en el desarrollo artístico de niños y niñas. Las amigas y socias cuentan que con Las Teatreras empezaron todo al revés. “Normalmente dictas talleres y una vez que te haces conocida ya puedes sacar tu merch, pero nosotras lo hicimos al revés. Lanzamos primero nuestra línea de polos, bolsos y tazas, y una vez que se pudo volver a hacer actividades al aire libre durante la pandemia, pudimos dictar”, cuenta Jóse.

        LAS TEATRERAS 2

Creación teatral

Las Teatreras nació en septiembre de 2018, cuando ambas culminaron su proceso formativo como actrices en el Taller de Formación Actoral de David Carrillo, y buscaban seguir generando un sentido de comunidad entre sus pares. “Yo crecí con la palabra ‘teatrera’ con una mala connotación, pero después de años me di cuenta que sí, soy una teatrera. Suena muy cursi pero queríamos que la gente se ponga uno de nuestros polos y se sientan orgullosos de serlo”, anota Jóse.

Silvestre, es directora de arte y nació en Brasil. Se empezó a interesar por todo aquello que se encuentra detrás del escenario, y uniendo fuerzas con los conocimientos de Jóse en indumentaria y su gran espíritu emprendedor, nació la marca y colectivo teatral. Una vez que el proyecto se consolidó, empezaron las gestiones de confección y diseño con proveedores del emporio comercial de Gamarra.

Sus colecciones ​​se caracterizan por ser de volumen pequeño pues buscan hacer piezas únicas que logren tener valor emocional para quienes las vistan. Cada temporada lanzan un máximo de ocho prendas de un mismo diseño y en promedio son tres los diseños por colección.

Como muchos emprendimientos, Las Teatreras empezaron a asistir a ferias para ofrecer sus prendas que tuvieron gran recibimiento. “Fue muy bonito, porque veías otras marcas independientes que también se dedicaban al teatro, conocimos a mucha gente de arte y podías sentir el espíritu de comunidad”, comenta Silvestre. Acto seguido, David Carillo, su maestro, les propuso usar un área de Yestoquelotro Estudio Teatro para que puedan mostrar sus productos. “Fue lindo, como regresar a casa”, recuerda Jóse.

Con la llegada de la pandemia, Las Teatreras se tomaron una pausa y rápidamente retomaron sus actividades al ver que otros compañeros escénicos empezaban a crear desde la virtualidad. “Nos daba mucha ilusión ver eso”, recuerdan. Su rápido despertar se dio con el lanzamiento de mascarillas con la frase: “Siempre teatrere”, con evidente lenguaje inclusivo.

Bajo la premisa de seguir generando comunidad, Jóse y Silvestre decidieron que todas las ganancias recaudadas por las ventas de las mascarillas serían donadas para artistas independientes, específicamente del teatro, que estuvieron autogestionándose durante el Estado de Emergencia pero aún no lograban alguna estabilidad económica debido a la crisis.

Ante la pregunta “¿hasta dónde les gustaría llegar con Las Teatreras?”, responden “¡a Japón!”, con el ánimo y buen humor que las caracteriza. A solo tres semanas de lanzar la nueva colección, Jóse y Silvestre buscan continuar con la docencia a niños y niñas para seguir sembrando la semilla del arte. “Yo creo que mientras sigamos haciendo y acompañándonos, todo va a estar bien”, finaliza Jóse.

Dato:

Pueden seguir a Las Teatreras en sus cuentas de Facebook e Instagram,

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Claudia Silvestre, Jóse Spigno, Las Teatreras

Rafael López Aliaga se ha sumado hace tiempo a la narrativa del fraude que continuamente han repetido los seguidores de Fuerza Popular. Pues allí donde se eleva el aroma fétido de la mentira y la falsedad, allí parece sentirse a gusto quien cree ser poseedor de una verdad absoluta avalada por un fervor religioso que borda el fanatismo. Y que tiene modos fascistas, no democráticos.

López Aliaga, en la línea del cardenal Cipriani, y junto con él Rafael Rey y Martha Chávez, todos ellos vinculados de una u otra manera al Opus Dei, una de las cabezas de playa más conservadoras de la Iglesia católica, parecen creer que representan una tradición católica de más de veinte siglos, con su oposición irrestricta al aborto, a lo que ellos llaman ideología de género, al reconocimiento de los derechos homosexuales, unida a una pretensión de superioridad moral, paternalismo y aires autoritarios. Como si ellos se sintieran participando de una u otra manera de la infalibilidad que le atribuyen a la Iglesia católica, a su doctrina y —¿cómo no?— a su cabeza suprema, el Papa.

Pues parece que estas ideas no son tan antiguas como ellos creen y el catolicismo histórico es mucho más amplio de lo que ellos suponen. Más aún, sus posiciones y actitudes ni siquiera parecen poder conjugarse con las enseñanzas de Jesús que reseñan los Evangelios ni con la conciencia colectiva que tuvo el pueblo cristiano a lo largo de la historia.

El estudioso alemán Hubert Wolf, catedrático de Historia de la Iglesia en la Universidad de Münster (Renania del Norte-Westfalia, Alemania), sostiene que el catolicismo actual fue inventado en el siglo XIX y cimentado por el Papa Pío IX, quien tuvo el pontificado más largo de la historia: de 1846 a 1878. Ciertamente, tras los estragos sufridos por la Iglesia católica durante la Revolución Francesa además de otras revoluciones y guerras que asolaron Europa durante la primera mitad del siglo XIX, la institución se hallaba en crisis y necesitaba ser reconstruida y reinventada. O reformada, de acuerdo a la frase atribuida al obispo Agustín de Hipona (350-430) “Ecclesia semper reformanda”, que significa que la Iglesia debe ser siempre reformada. Como diríamos actualmente, lo que no cambia, perece. Es esa dinámica la que a grosso modo le ha permitido a la Iglesia católica subsistir hasta nuestros días. Pero los cambios no siempre han sido para mejor, ni han significado necesariamente un avance. Y lo que hizo Pío IX, al reinterpretar la milenaria tradición de la Iglesia y concentrar el poder eclesiástico en su persona de una manera absoluta como nunca se había dado en los siglos de existencia de la institución, fue precisamente sembrar las semillas del descrédito que sufre el catolicismo actualmente.

Pues este Papa, haciéndose eco de las corrientes ultramontanas de su época, se opuso expresamente al progreso y a la civilización, como lo expresa en su Syllabus o “Indíce de los principales errores de nuestro siglo” de 1864, donde señala como enunciado falso la afirmación de que «el Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el progreso, con el liberalismo y con la moderna civilización». Asimismo, califica de «pestilencias» el socialismo, el comunismo, las sociedades secretas, las sociedades bíblicas, las sociedades clérico-liberales, debiéndose tener en cuenta que el comunismo y el socialismo de la primera mitad del siglo XIX eran más bien proyectos utópicos que buscaban la igualdad social mediante la comunidad de bienes y no los Estados dictatoriales que surgieron recién en el siglo XX.

Pío IX también se opuso a la libertad de conciencia y, por lo tanto, de religión, pues consideraba falso que «todo hombre es libre para abrazar y profesar la religión que guiado de la luz de la razón juzgare por verdadera». En este sentido, también consideraba erróneo que «es bien que la Iglesia sea separada del Estado y el Estado de la Iglesia», defendiendo asimismo el derecho a la exclusividad del catolicismo en los países donde se hallaba presente. En consecuencia, considera equivocado el siguiente enunciado: «En esta nuestra edad no conviene ya que la religión católica sea tenida como la única religión del Estado, con exclusión de otros cualesquiera cultos».

Ni qué decir, era contrario a las libertades democráticas, como lo expresó en su encíclica “Quanta cura” de 1864: «algunos despreciando y dejando totalmente a un lado los certísimos principios de la sana razón, se atreven a proclamar “que la voluntad del pueblo manifestada por la opinión pública, que dicen, o por de otro modo, constituye la suprema ley independiente de todo derecho divino y humano…”».

No deja en pie ni siquiera la libertad de opinión. Dice respecto al naturalismo profesado por liberales de la época: «Con cuya idea totalmente falsa del gobierno social, no temen fomentar aquella errónea opinión sumamente funesta a la Iglesia católica y a la salud de las almas llamada delirio por Nuestro Predecesor Gregorio XVI de gloriosa memoria (en la misma encíclica “Mirari”), a saber: “que la libertad de conciencia y cultos es un derecho propio de todo hombre, derecho que debe ser proclamado y asegurado por la ley en toda sociedad bien constituida; y que los ciudadanos tienen derecho a la libertad omnímoda de manifestar y declarar públicamente y sin rebozo sus conceptos, sean cuales fueren, ya de palabra o por impresos, o de otro modo, sin trabas ningunas por parte de la autoridad eclesiástica o civil”.»

Por último, en 1870 hizo proclamar la infalibilidad pontificia como dogma de fe por el Concilio Vaticano I, convirtiéndose de esa manera en un monarca absoluto —dictador diríamos en la actualidad—, aunque sin territorio, pues ese mismo año el ejército piamontés invadió el Estado Pontificio, consumando la reunificación de Italia bajo el mando del rey Víctor Manuel II de Saboya, a quien el Papa excomulgó, además de prohibirle a los católicos la participación en la política italiana, incluido el sufragio, bajo severas penas canónicas.

Es de hacer notar que los obispos de Austria-Hungría, la mayoría de los obispos alemanes y el 40% de los franceses se opusieron a la proclamación del dogma porque no estaba en consonancia con la tradición de la Iglesia: nunca se había considerado al Papa como infalible. 55 obispos decidieron partir antes de la votación, pues no querían avalar con su presencia tamaño despropósito, más aun cuando Pío IX usó todos los medios a su disposición para presionar y convencer a los obispos indecisos, recurriendo incluso a la amenaza de sanciones, inmiscuyéndose continuamente en las discusiones del Concilio e imponiendo la dirección en que debían ir las reflexiones.

De este modo, Pío IX terminó concentrando en la Iglesia el ejecutivo, el legislativo y el judicial en su sola persona, sin ningún contrapeso ni de los cardenales, ni de los obispos, mucho menos del pueblo cristiano en general, todos los cuales tenían la obligación de obedecer.

En lo administrativo, la Iglesia católica ha seguido siendo una monarquía absoluta hasta ahora, donde ciertamente el Papa delega funciones pero sigue siendo quien tiene la última palabra respecto a las medidas gubernamentales y pastorales que se deben tomar, las leyes que deben regir a la Iglesia y las decisiones judiciales que se emiten sobre la base del derecho canónico. Y este esquema se repite a menor escala en cada diócesis, donde el obispo es el soberano absoluto que sólo debe rendir cuentas al Papa, el cual es el único que puede nombrarlo, sin obligación de seguir las recomendaciones de las personas calificadas consultadas al respecto ni la opinión de los fieles católicos de la diócesis. En una estructura así, donde no hay instancia dónde apelar, se entiende que campeen la injusticia y la impunidad, sobre todo en los miles de casos de abuso sexual que han sido denunciados y hechos públicos.

Según lo dicho, se entiende por qué después de Pío IX la democracia apenas ha sido tematizada en las enseñanzas oficiales del Magisterio eclesiástico. El término ni siquiera aparece en el Catecismo de la Iglesia católica, cuya primera versión data de 1992. Se trata de un tema que los representantes oficiales de la Iglesia evitan tocar, tal vez porque tengan rabo de paja o porque no desean que los modos democráticos se introduzcan en la Iglesia.

Josemaría Escrivá de Balaguer, el controvertido curita fundador del Opus Dei, dijo alguna vez que «el Divino Redentor dispuso que la comunidad, por Él fundada, fuera una sociedad perfecta en su género y dotada de todos los elementos jurídicos y sociales, para perpetuar en este mundo la obra de la Redención…» (Amar a la Iglesia, Punto 23). Fuera de que este enunciado es históricamente falso, quien crea que la Iglesia católica es una sociedad perfecta tendrá poco aprecio por la democracia. Y sabemos que esto ha sido una constante en los casos de Rafael López Aliaga, Rafael Rey, el cardenal Cipriani y Martha Chávez. Y en sus aliados más cercanos: Keiko Fujimori y los esbirros de Fuerza Popular y Renovación Popular.

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Iglesia católica, Pío IX, Rafael Lopez Aliaga

Una práctica común en YouTube consiste en subir álbumes clásicos completos, para que los cibernautas melómanos puedan escucharlos de principio a fin, como solía hacerse con los viejos LPs, cassettes o CDs, soportes físicos que hoy son artículos de colección, testimonios vivos de lo que fue la industria discográfica antes de la era internetizada de archivos mp3 y canciones disponibles como downloads. Así, con la carátula original como única imagen en el recuadro de video -que, en ocasiones, se alterna con fotos del artista, letras de canciones o las otras partes del LP original (contracarátula, páginas internas), a manera de slide– el oyente busca replicar la experiencia de colocar un vinilo en el tornamesa o un disco compacto en el equipo, para escuchar algo mientras trabaja, maneja o estudia.

Sin embargo, no todo está disponible en el aparentemente ilimitado contenedor de videos. Uno de los artistas que durante más tiempo se opuso tenazmente a permitir que su música estuviera colgada, en forma de «videos» de YouTube, fue Robert Fripp, fundador, líder absoluto y dueño de todo lo relacionado a King Crimson, pioneros del rock progresivo británico y una de las agrupaciones de culto más admiradas de la historia del rock. Fripp –como, en su momento, también lo hiciera Prince- prohibía que sus fans subieran temas de King Crimson o de sus grabaciones como solista o colaboraciones con otros músicos, bloqueando o denunciando de inmediato cualquier intento, lo que traía desazón en quienes intentábamos armar una lista de reproducción con sus temas más representativos, por ejemplo, para tenerla siempre a la mano.

Esto cambió drásticamente durante el último año y medio aproximadamente, cuando el extraordinario e innovador guitarrista, compositor y productor decidió publicar en YouTube toda la producción discográfica original del Rey Carmesí, en estudio y en vivo, en forma cronológica, canción por canción y con bonus tracks en cada álbum: tomas alternas, sesiones y demás maravillas del universo crimsoniano que antes solo eran posibles de escuchar adquiriendo, en una tienda o en línea, alguno de los formatos físicos (discos, colecciones) o virtuales (descargas) que Fripp lanzaba cada cierto tiempo, a través de su sello Discipline Global Mobile (DGM). Esto le permitió siempre tener control directo y absoluto sobre quién consumía su obra y la de sus actos asociados, salvaguardando así la «integridad de los músicos», una de las columnas vertebrales de su filosofía como artista.

El canal de King Crimson en YouTube fue abierto por Fripp hace siete años, en el 2014, para publicar videos cortos de los preparativos de la primera gira de la banda en casi década y media, uno de los retornos más esperados en la escena rockera mundial. Esto sorprendió a quienes conocían la personalidad huraña y actitud hostil del guitarrista frente a estos convencionalismos. Sin embargo, algo había sucedido con “Mr. Frippertronics” -nombre que le dio a las creaciones electrónicas y digitales con las que musicalizó infinidad de grabaciones desde los años ochenta-.

Su primera publicación en YouTube fue un video de 35 segundos, que inicia con la cacofónica fanfarria final de 21st century schizoid man, el alucinante, distópico y premonitorio tema que abre su álbum debut, In the court of the Crimson King (1969), en el que aparece, en impecable chaleco negro, camisa blanca y corbata, sentado -como siempre- y con actitud circunspecta presentándose a sí mismo como «uno de los guitarristas de la banda». Algo así como si Mick Jagger dijera que es «uno de los cantantes de los Rolling Stones». Tal muestra de lacónico humor británico anunciaba saludables cambios en su forma de relacionarse con el público. Pero nadie estaba en capacidad de imaginarse lo que vendría después.

Y lo que vino después fue realmente impactante, tratándose de uno de los músicos de rock más enigmáticamente serios que se haya conocido, capaz de liderar con mano férrea a las diferentes encarnaciones de su banda –que ha incluido, entre otros, a futuras estrellas del prog-rock como Greg Lake, John Wetton, Bill Bruford, Adrian Belew y Tony Levin-, en las sombras y sentado, disparando sus ráfagas de arácnidos solos o esos riffs aplastantes, sin mover un músculo de la cara. Apariciones en programas concurso de corte familiar junto a su esposa, la cantante Toyah Willcox, bailando, haciendo muecas y rutinas a lo Monty Python o Mr. Bean; mientras seguía de gira con la (pen)última versión de King Crimson, que incluía tres bateristas -Pat Mastelotto, Gavin Harrison y Bill Rieflin- además de Jakko Jakszyk (guitarra), Tony Levin (bajo/Chapman Stick) y Mel Collins (vientos), una “bestia de siete cabezas” como él mismo describía a su banda. Con esta alineación, convertida en octeto desde el 2017 cuando Jeremy Stacey ingresó para cubrir a Rieflin quien, debido a su enfermedad, se concentró en los teclados, King Crimson realizó intensas giras por Europa, EE.UU., Japón, Centro y Sudamérica, de manera casi ininterrumpida hasta la llegada de la pandemia (lastimosamente, Rieflin falleció de cáncer en marzo del 2020).

Instalado el coronavirus en el mundo, la agenda de conciertos de King Crimson tuvo que cancelarse, incluyendo la gira por su 50 aniversario que ya había iniciado (el último show fue, el 13 de octubre del 2019, en Santiago de Chile). Y el nuevo Robert Fripp soltó su acostumbrada frialdad para convertirse, junto a su adorada Toyah, en una sensación del YouTube con una serie de cómicos videos denominada Robert & Toyah’s Sunday Lockdown Lunch. Cada domingo, el dúo lanza versiones de canciones pop y rock de distintas épocas y estilos. Desde Smoke on the water de Deep Purple hasta Toxic de Britney Spears, todo es posible para esta extravagante pareja que incluso usa disfraces, pinturas y pelucas en sus apariciones. Una de las más visitadas fue el clásico de David Bowie «Heroes» -en cuya grabación original Fripp participó, por cierto-, como un homenaje a los soldados aliados caídos en la Segunda Guerra Mundial. Aunque a algunos les pueda parecer que rozan lo ridículo, Robert (75) y Toyah (63) no hacen más que divertirse y celebrar la vida en estos tiempos difíciles. Además, ver al maestro ejecutar con suma facilidad Sweet child o’ mine de Guns ‘N Roses o Black dog de Led Zeppelin desde su Gibson Les Paul, con esa afinación extraña que inventó en los ochenta- es, simplemente, imperdible. Sobre sus Sunday Lunch, Fripp ha dicho que «los artistas tienen la responsabilidad de mantener animado el espíritu de las personas. Y eso es lo que estamos haciendo».

Pero volviendo a la discografía de King Crimson en YouTube. La publicación de los álbumes de estudio se inició el 17 de diciembre del 2020, por supuesto con In the court of the Crimson King (1969) y culminó, a razón de uno por semana, el 25 de marzo de este año con el contundente The power to believe (2003). En medio, se han lanzado también todos los discos oficiales en vivo, extractos de giras y rarezas, con audios remasterizados y acabados de sobrio diseño para los títulos, en lo que vendría a ser una ordenada audioteca para disfrutar de la evolución del grupo en sus distintas épocas. Y que sigue actualizándose cada semana.

Así, si queremos, los fanáticos de Crimson podemos elaborar una lista de reproducción con el lado más sereno y contemplativo, seleccionando temas como Matte Kudasai (Discipline, 1981), Exiles (Larks’ tongues in aspic, 1973), I talk to the wind, Epitaph (In the court of the Crimson King, 1969); el blues esquizofrénico de Ladies of the road (Islands, 1970). O sino, adentrarnos en la fuerza volcánica de composiciones como Fracture, The great deceiver (Starless and Bible black, 1974), Level five (The power to believe, 2003), 21st century schizoid man (In the court of the Crimson King, 1969). O en la tensión asimétrica y sincopada de Red (1974), VROOOM (THRAK, 1995), Indiscipline (Discipline, 1981). O la vocación experimental de Waiting man (Beat, 1984), Providence (Red, 1974). O en la angustia de temas como el título del álbum debut (1969), la disonancia jazzera de Cat food (In the wake of Poseidon, 1970), el brillo pop de Heartbeat (Beat, 1982), Three of a perfect pair (1984) o la extraña belleza de Starless (Red, 1974).

Otra buena noticia es que ya están anunciándose los primeros conciertos de King Crimson post-pandemia, en una gira llamada Music is our friend, 28 conciertos en diversas ciudades de EE.UU. en los que tendrán como teloneros a The California Guitar Trio y The Zappa Band -conformada por los ex alumnos de Frank Zappa, Mike Keneally (guitarra, teclados), Ray White (voz, guitarra), Scott Thunes (bajo), Robert Martin (voz, saxos, teclados) y Joe Travers (batería). “Crimson, la Bestia del Terror, ha despertado de su hibernación forzada y se está preparando para pisotear las mentes de los inocentes que nunca han experimentado su embestida”, escribió Fripp, haciendo uso de su nueva personalidad humorística para anunciar este nuevo capítulo en la saga del Rey Carmesí.

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Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 176: Las primeras movidas en el nuevo Congreso: ¿logrará Castillo gobernar con bancada minoritaria? El actual Parlamento y sus extraños apuros. ¡Y la violencia contra la mujer!

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Pedro Castillo

 

A mediados del año pasado, centenares de personas tuvieron que desembolsar montos astronómicos, ya sea porque no tenían seguro o porque no había una vacante en los hospitales que atendían casos de Covid-19. Luego de las denuncias y tras un ultimátum del expresidente Martín Vizcarra, el gobierno y las clínicas acordaron una tarifa plana para solucionar esta situación. Pero no todas las clínicas firmaron el convenio, este hizo agua por todos lados y la desgracia continuó.

 

En plena segunda ola, en febrero pasado, la joven vendedora Peggy Blanco contó a BBC Mundo que su padre, un jubilado de 74 años, logró sobrevivir a la Covid-19 después de estar cerca de cinco meses internado en una clínica privada. La mujer denunció en aquel momento que le llegó una cuenta de $200.000. «Después de negociar con la clínica, la bajaron a US$140.000», narró.

Hernando Cevallos, el casi seguro ministro de Salud de Pedro Castillo, asegura que, en un gobierno del profesor, episodios como estos “no tienen que pasar” y que “el sector privado tiene que ser solidario”. El voceado ministro de Salud señala que, si bien las empresas de salud tienen gastos operativos y necesitan ganar dinero, “deben entender que estamos en una emergencia” en la que “no se puede tener una actitud de lucro”.

 

El pasado 15 de mayo, en la plaza Manco Cápac de La Victoria, el médico pediatra y excongresista, Hernando Cevallos, fue presentado por el profesor Castillo como el encargado del equipo técnico de Salud de Perú Libre. El 23 de ese mes, estuvo en el debate de técnicos.  Es voceado como el nuevo ministro de Salud, aunque él no ha querido hablar de este tema con Sudaca (Foto: El Comercio).

 

Desde la tienda del lápiz tienen claro que podrían utilizar el arma que Vizcarra finalmente no se atrevió a desenvainar. Cevallos asegura que, en una situación de emergencia, estarán listos para aplicar el artículo 82 de la Ley General de Salud. Esta indica que el Estado podrá “intervenir” para atender la salud de la ciudadanía. “La ley le permite al Estado poder intervenir y decirle al sector privado: ‘Vamos a sentarnos, la cosa no es así, ¿no?’. Estamos en una emergencia sanitaria, hay que ser solidario. El concepto es que se privilegie la vida del ciudadano por encima de cualquier negocio”, apunta el médico pediatra.

“Si el Estado tiene la urgencia, la necesidad de intervenir para regular los precios del sector privado, tendrá que hacerlo. Que quede claro: no es que entra Castillo y va a regular los precios, porque eso no va a ser así, pero si el Estado ve superada su capacidad de resolución, no vamos a dejar que la gente se las arregle como sea”, explica.
Lo mismo aplicará para los medicamentos. “Se puede hacer un control de precios en emergencia”, dice. En el Perú, un solo grupo empresarial -Intercorp- tiene un dominio casi absoluto del canal moderno de cadenas de farmacias.

 

El 30 de mayo, el doctor Hernando Cevallos asesoró al profesor Pedro Castillo en el debate presidencial del Jurado Nacional de Elecciones (foto: Caretas).

 

Los gremios se encrespan

Sudaca envió un pliego de preguntas al presidente de la Asociación de Clínicas Privadas, Miguel Ramírez Noeding, pero hasta el cierre de esta edición no recibimos respuesta. Otros gremios, en cambio, sí se animaron a participar de este informe.

El ingeniero industrial José Enrique Silva, presidente de la Asociación de Industrias Farmaceúticas Nacionales (Adifan), califica el anuncio de un control de precios de medicamentos durante la pandemia como mera “propaganda”, porque “será muy difícil de realizar”.

“Todas las veces que han querido ponerse a regular los precios ocurre que salen mascarillas a tres, cuatro o cinco soles y [el gobierno dice] ‘ya máximo un sol’ y ya estamos en cincuenta céntimos. Nadie tuvo que ponerle un límite al precio de las mascarillas. Los únicos que se aprovecharon fueron los proveedores de instituciones públicas que se hicieron ricos levantándose la plata, ¿o es que se olvidan que así ha sido?”, recuerda Silva.

 

José Enrique Silva, presidente de Adifan, asegura que el anuncio de regulación de precios es parte de una «propaganda» del partido del lápiz, pero quiere dialogar (foto: Gestión).

 

Silva, sin embargo, se muestra dispuesto a dialogar con las próximas autoridades del sector. La presidenta de la Asociación Nacional de Cadenas de Boticas y Farmacias (Anacab), Carla Sifuentes, también. La Anacab representa a 2.400 establecimientos a nivel nacional, entre las que se encuentran las principales cadenas como Inkafarma, MiFarma y Boticas Perú.

Sifuentes apunta sus propias críticas. “Con el control de precios, lo único que estás haciendo es generar ‘mercado negro’ porque, además, ya tenemos informalidad en el país. Tenemos gente que compra medicina adulterada y vencida, y eso es catastrófico para la salud de los peruanos. Un control de precios, está demostrado a nivel de Europa, Latinoamerica y mercados desarrollados, genera siempre un ‘mercado negro’. Entonces, ¿cómo nos caería eso en la salud pública si lo que queremos es mejorarla?”, sostiene.

Sobre la denuncia de alza de precios de medicamentos en las cadenas de boticas durante la primera ola, la titular de Anacab dice que lo que sucedió es que, al cerrarse el mercado internacional, «se acabaron los medicamentos genéricos y solo quedaron los medicamentos de marca”. Estos son más caros y eso -asegura- causó la sensación de una subida de precios. Señala que ahora están tomando medidas de abastecimiento para que eso no vuelva a ocurrir.

 

Carla Sifuentes, presidenta de Anacab, señala que su sector es respetuoso de las leyes, pero considera que el control de precios crea un «mercado negro»; por eso, subraya que está dispuesta a conversar con el próximo gobierno (foto: Twitter de Carla Sifuentes).

 

Tercera ola

Según Cevallos, el gobierno de Pedro Castillo sabe que se debe preparar para enfrentar una nueva escalada de los contagios por coronavirus. “Es muy probable [que sea más fuerte que la primera ola del año 2020]”, prevé. En sus cálculos está que la tercera ola golpee al Perú entre finales de julio e inicios de agosto.

“Sabemos que en el país, y ya quedó demostrado en la primera etapa de la pandemia, tenemos una gran debilidad en el sector salud. Y, además, si bien ahora el ministerio de Salud ha acelerado, el porcentaje de vacunación es bajo, porque solo es del 8% y 9% [de la población]”, asegura el excongresista del Frente Amplio.

El crónico desabastecimiento de oxígeno deberá, entonces, solucionarse rápidamente. Cevallos adelanta que el plan de Perú Libre contempla la adquisición, “como mínimo”, y en un inicio de su gestión, de 120 plantas de oxígeno medicinal, puesto que actualmente solo existen 200 (se desembolsará de un presupuesto adicional de S/3.000 millones, lo explicamos más adelante).

Durante las dos primeras olas, el precio de la recarga de un tanque de 10 litros de oxígeno llegó a costar entre S/800 y S/1.000. En caso de que comience una tercera, Cevallos insiste en el posible control de precios. Y añade que, en este caso, podrían pedir al sector empresarial que produzca más oxígeno medicinal pese a que para ellos es menos rentable que la producción de oxígeno industrial.

El otro lastre es el déficit de camas UCI, aunque para Cevallos el principal problema radica en la falta de especialistas. En el país, actualmente, solo hay 1.500 intensivistas y formarlos demora entre tres y cuatro años. Por eso, ante una eventual tercera ola, el técnico de Perú Libre señala que el número de camas UCI a disposición «va a depender de la capacidad [de personal] que tengamos”.

La solución pasaría entonces por el aislamiento social y la entrega gratuita de los ‘kits para la vida’ -un paquete que contiene mascarillas KN95, jabón y alcohol medicinal- a toda la población. Explica que el principal objetivo es evitar que la gente llegue a necesitar camas UCI. Para eso, necesitarán implementar un plan de cercos epidemiológicos. “Evitar que, cuando tienes un paciente con Covid, esta no pueda circular por todo lado, contagiando”, señala.

“Si ese paciente necesita oxígeno, no tiene que ir al hospital. Se tienen que crear centros de oxigenación temporal en los barrios. ¿Qué son esos centros? Son casas donde hay concentrados de oxígeno, de hasta 10 litros, con lo que se puede tratar a los pacientes en etapa leve de Covid”, agrega.

Cevallos explica, además, que en los hospitales se habilitarán “Unidades de Cuidados Intermedios Respiratorios, con cámaras de alto flujo, para que el paciente no necesite pasar a UCI, donde hay una posibilidad más alta que se complique”, apunta.

Vacunas y S/3.000 millones de inversión

¿Cuánto dinero necesitará Perú Libre para implementar todo su plan contra el virus? El voceado ministro de Salud señala que en el inicio del gobierno del profesor Castillo se necesitará una inversión de S/3.000 millones, en una partida adicional al presupuesto del sector, exclusivamente para combatir la Covid-19.

Cevallos dice que el dinero se destinará también al mejoramiento de la infraestructura de algunos establecimientos de salud y la implementación de brigadas de atención médica en los barrios (5.000 equipos para atender enfermedades no Covid).

El dinero, por supuesto, también irá a la adquisición de plantas de oxígeno y más vacunas. Sobre esto último, según el gobierno, hay alrededor de 60 millones que estarían llegando al país entre el tercer y cuarto semestre. “Esperemos corroborar esto durante el proceso de transferencia. Vamos a ver qué dicen los contratos”, aclara Cevallos.

No obstante, propone salir a la compra de más lotes, “porque con esta variante [Delta] ya muchos países están por su tercera dosis para reforzar la segunda. No sabemos exactamente cuánto dura la inmunidad de cada vacuna ni cuánto va a durar la pandemia”.

La meta del gobierno de Pedro Castillo es vacunar a más de 20 millones de peruanos mayores de 18 años antes de fin de año. Y si se puede empezar a vacunar a los adolescentes y los niños, “lo haremos en todo el tiempo que podamos”.
En el proceso de vacunación, Cevallos no descarta que se pueda formar una alianza con las clínicas y las farmacias para que participen de la colocación de los antídotos en sus establecimientos, puesto que hasta el momento no podrán participar en el proceso de compra y/o venta de las vacunas. De ser ministro, tendrá que acostumbrarse a lidiar con un sector empresarial que los mira con recelo.

 

  • Pd: La entrevista al doctor Hernando Cevallos se realizó el pasado 30 de junio. Por ese motivo, podría haber información estadística que no esté actualizada.

 

(*) Fotocomposición de portada: Leyla López

Imágenes: Andina

 

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Control de precios, Farmacias, Hernando Cevallos, Ministro de salud, Pedro Castillo, Perú Libre, Plan de salud

La radicalización de la ya extrema derecha peruana, al punto de transitar el camino de la violencia política (es hora de ponerle coto policial a semejante actitud), puede ser solo un preámbulo de la desaparición paulatina de este sector del espectro ideológico nacional.

Si, como todo lo hace pensar, Castillo modera su propuesta económica, perceptible por los nombres que se van conociendo de su inminente gabinete ministerial, y además acota la eventualidad de una Constituyente, le quitará por completo la alfombra a cualquier escenario de polarización futura.

Además, una opción de centroizquierda, en la actual circunstancia, cosecharía los beneficios de la situación económica internacional y al cerrar brechas groseras en materia educativa y sanitaria, podría conducir a un gobierno con altos niveles de popularidad y a una atmósfera política bastante más estable que la actual.

Hay que recordar que el propio triunfo de Castillo se debió a la confluencia simultánea de crisis económica, sanitaria, social y política. Estas elecciones fueron, en ese sentido, lo más parecido a las de los 90, cuando triunfó un outsider como Fujimori.

En las elecciones de este año iba a haber un disruptivo de todas maneras. Lo fue George Forsyth buena parte de la campaña, surgió López Aliaga, luego apareció Lescano y en el tiempo preciso electoral lo hizo Castillo (si la elección era dos semanas después, probablemente surgía otro).

Nada hace pensar que el 2026 (o antes, si se cumple el sueño húmedo de la ultraderecha de vacar a Castillo) se vaya a repetir un escenario similar. Ya la pandemia estará bajo pleno control, la economía en plan de recuperación (como ya lo está), con menor conflictividad social (propia de un régimen de izquierda) y probablemente sin crisis política.

La ultraderecha solo cosecha del caos que ella misma contribuye a crear. Probablemente marque cierta agenda, más aún si se tiene en cuenta la derechización del aparato mediático televisivo, pero el bullicio caerá en saco roto si Castillo gobierna desde la centroizquierda.

La ultraderecha merece atención, sin duda. Surgió y creció en otros países por ser soslayada ingenuamente. Pero tampoco hay que regalarle una proyección de éxito cuando, más bien, todo apunta a que felizmente para la democracia peruana, haya sido solo un hipo tóxico que terminará por irse extinguiendo.

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Asamblea Constituyente, Pedro Castillo, Ultraderecha
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