Han empezado a publicar los rankings de las empresas “más quejadas» por los consumidores, separados por sectores. Constantemente veo en esos ranking empresas de Intercorp. ¿Hay algo que se pueda hacer con un grupo empresarial que constantemente aparece entre los más quejados o sancionados?

Hay dos maneras de resolver un problema de este tipo: uno es la sanción y la otra, la prevención. Una no quita a la otra. La sanción es competencia de los órganos resolutivos, ese no es mi fuero. Pero sí es mi fuero trabajar más estrechamente con estos grupos de empresas, y te va a parecer un poco naif, para tratar de sensibilizarlos de que ese proceder no es correcto. Cuando son monopolio, sin embargo, por más que los trates de sensibilizar, no tienen un incentivo de castigo del consumidor que se va con la competencia. ¿Qué hacer con los monopolios? Ya tenemos la ley de control previo de fusiones, que va a evitar posibles concentraciones horizontales o verticales hacia el futuro. ¿Y con los actuales? Ahí hay varios caminos, que dependerá de los principios que quiera establecer la nueva gestión [de Pedro Castillo]. 

¿La estrategia detrás de publicar los más quejados y sancionados es que las empresas cambien por mala publicidad?

Hemos visto que al empresario, y sobre todo al grande, el efecto reputacional le importa mucho. El objetivo es decir «estás en la lista de los más quejados, cambia tu conducta». El objetivo también es hacer una lista de los buenos empresarios. Por más inocente que suene, sigue siendo válido. El efecto disuasivo va a ser completo. Pero los peruanos tenemos la queja y no la felicitación, por eso estamos viendo qué mecanismos crear para empezar a hacer esas listas de buenas prácticas. Nuestra voluntad no es malograrle el negocio a la empresa, sino [decir] «consumidores y empresarios, dense cuenta». 

Los combustibles están por las nubes y la gente pide que el Indecopi haga algo. ¿Pero no es un problema de falta de competencia, correcto?

No. Ya hemos hecho el análisis a detalle hace unos meses cuando subió el GLP. Lo mismo pasa ahora con la gasolina: los precios internacionales están por las nubes. 

Antes había una franja que amortizaba las subidas y las bajadas [el Fondo de Estabilización del Precio de los Combustibles], que ya no existe. ¿Ustedes recomendaron que se quite?

No, eso fue una decisión del sector y Osinergmin. 

¿Deberían regresarla?

Es una respuesta que no te puedo dar yo. Lo que es importante es que no hemos visto que haya concertación de precios, no hemos visto que haya alguna práctica anticompetitiva. Como bien dices: coincide con la salida de estos combustibles del fondo. El beneficio del fondo se da cuando los precios están al alza, porque los amortigua. Cuando los precios están a la baja, ahí no se benefician los consumidores. Esta alza se debe particularmente a la subida internacional de los precios. 

Durante la pandemia hemos visto precios astronómicos en medicinas y balones de oxígeno. ¿Hay competencia en el mercado del oxígeno?

Es un sector concentrado. Hay dos actores predominantes. No estoy segura, en una situación regular no pandémica, de si el mercado dé para tener un tercer competidor de ese nivel. Yo misma a veces he dicho «el sector concentrado del oxígeno» y me mantengo. Pero tenemos que ver si el tamaño del mercado es lo suficientemente grande o tiene potencial de crecer para ver si da para más empresas. Yo soy una convencida de que, a mayor competencia, más eficiente es el modelo social de mercado. Los mercados concentrados tienden a perder competitividad. 

¿Así como el «concentrado mercado del oxígeno» podemos hablar del «monopólico mercado de las farmacias?

No solo de las farmacias. Hay una integración vertical entre los bancos, los seguros, las clínicas, las farmacias de las clínicas, etc. Por el lado horizontal, sí, es un gran grupo el que maneja el mercado [de farmacias, se refiere a Intercorp], aunque ellos te van a decir que no. Sí creo que hay un nivel de concentración y hay que reflexionar sobre qué hacer con eso. Por eso era tan importante la ley de control previo de fusiones. Probablemente, gran parte de los sectores que hoy están concentrados en el país no lo estarían si esta ley se hubiese aprobado hace 15 años. Ahora, en todo lo que tiene que ver con prestaciones y precios de salud, el ente regulador es SuSalud, no Indecopi.

¿Indecopi puede hacer algo para que Inkafarma y Mifarma no tengan un porcentaje tan alto del canal moderno de farmacias? 

En la ley actual, no. Si quieren hacer cambios de ese tipo, tendrían que haber modificaciones normativas. Dependerá de cuáles vayan a ser los principios económicos del nuevo Ejecutivo. 

¿Ya han recibido solicitudes para revisión de fusiones por la nueva ley de control previo?

Todavía no hemos recibido ninguna solicitud. Me imagino que eso se debe a la incertidumbre política. Una vez ya la decisión establecida y con presidente nuevo, los mercados, que son mucho más pragmáticos de lo que creemos muchos, van a empezar a tomar decisiones. Haciendo cálculos, creemos que alrededor de unas 10 fusiones se van a dar como máximo a lo largo del segundo semestre. Puede ser menos. Va a depender de cuán activos se vuelvan los mercados de acuerdo a los resultados [electorales]. 

El Indecopi siempre ha sido visto como una entidad atada de manos o muy amable con las empresas. ¿Es así?

Hay que recordar que el Indecopi son dos instituciones en una: tienes el área administrativa y el área resolutiva. Quizás esa percepción viene más por el tipo de fallos que tienen los órganos resolutivos [comisiones y salas]. Ellos son totalmente autónomos para tomar sus decisiones. No sé si necesariamente [esos fallos] son pro-empresa, pero sí creo que estábamos muy alejados del interés del consumidor. No necesariamente el ser pro-empresa significa ser contra-consumidor. Ese es el gran desafío de mi gestión:  no ser pro-empresa, sino ser pro-mercado. Creo en la libre competencia, la sana, no la desleal. Si hay empresas que no van en esa línea, seré contra-empresa. 

¿No es verdad que, por años, el Indecopi ha estado pasmado frente a vulneraciones de la libre competencia? ¿O es que se han sancionado todos los cárteles que se debían sancionar?

Creo que no es cierto. Indecopi funciona dentro de un marco regulatorio. Si hay algo en lo que Indecopi ha venido trabajando es en perseguir a los cárteles. Pero el proceso es muy largo. Descubrir un cartel puede tomar varios años. El primer informe del Cartel de la Construcción debería salir en noviembre. ¿Cuántos años lleva la Secretaría Técnica investigando? Dos o tres. Luego la Comisión resuelve en primera instancia. La parte tiene derecho a apelar a la segunda. Allí te llevas dos años más. Por último, si no estás contento con la resolución, te vas al Poder Judicial y ahí hay casos que llevan más de 15 años, aún sin resolver. ¿Cuál es la solución? Hay reformas por hacer. 

¿Cuáles son?

Por lo pronto, hay que revisar cómo están funcionando los órganos resolutivos [del Indecopi]. Si están resolviendo a tiempo de acuerdo a los plazos de ley, si hay conflictos de intereses o puertas giratorias. Hay órganos resolutivos que funcionan mejor, otros que no necesariamente están funcionando como debieran funcionar. 

¿Por ejemplo?

En general, la gestión del sistema concursal en el Indecopi debe ser revisada. Yo planteé una reforma. Ya se cambió a los secretarios técnicos de la Comisión [de Procedimientos Concursales] y de la Sala. Se ha hecho una propuesta de actualización de la Ley General del Sistema Concursal y se han propuesto dos sistemas acelerados: el pare y el pase. Ambas cosas están en PCM. Con el nuevo gobierno serán revisadas y pasarán a consideración del Congreso. 

Con el mediático proceso concursal de la U quedó claro que el sistema no está funcionando muy bien. Han cambiado personas. ¿Pero qué falta?

Por la propia composición del sistema concursal peruano, Indecopi no tiene capacidad dirimente. Quien decide qué se hace con el dinero de la empresa en concurso es la Junta de Acreedores. Indecopi es una suerte de garante de que los acuerdos son respetuosos de las normas. Decir que el Indecopi ha hecho que no funcione la ley concursal es un poco injusto. Muchas veces los procesos duran eternamente porque la propia Junta de Acreedores no se pone de acuerdo sobre qué hacer. 

Eso pasó con la U, entre Gremco y Sunat. 

Eso pasó con la U y pasa con otros, como Doe Run. Pero es el sistema el que ha sido concebido así. Si uno quiere pasar a un sistema como el de antes, con el juez de quiebras, ahí es distinto. Una sola persona decide cómo se reparte el dinero. Ahora bien, existe otra secretaría técnica, la de Fiscalización, que debe verificar si la Junta de Acreedores y los administradores [temporales] se están comportando de acuerdo a ley. Es allí donde ha habido la mayor laxitud. Han sido muy pegados a la norma, que es cierto que no les daba los suficientes dientes. Hay cosas que se le han escapado a los funcionarios, sí, definitivamente. 

Ustedes mandaron observaciones a la ya publicada Ley 31279 [que hace que la Sunat pase a manejar unos cuantos clubes de fútbol, especialmente Universitario de Deportes]. ¿Es una ley con nombre propio? 

Sí. 

¿Es para salvar a la U?

Hay que ver quiénes eran los que estaban en las calles manifestando y protestando delante del Congreso cuando se estaba por votar esa ley. La respuesta la hemos visto en los medios. Hemos hecho observaciones y recomendaciones, pero finalmente el Congreso decidió votarla por insistencia. Ahora toca ver si el Ejecutivo se va a ir por la inconstitucionalidad o no. 

¿Debería?

Esa es una decisión de PCM en coordinación con Indecopi y Sunat, que adquiere un protagonismo especial con esta ley. 

¿Usted recomendaría que vayan por la inconstitucionalidad?

En tanto la norma plantea procedimientos que actualmente no son tan viables, diría que sí. Pero uno no manda las cosas por inconstitucionalidad porque no le gustan, tiene que haber un fundamento jurídico y presupuestal que sustente la demanda. 

Su periodo como presidenta del Indecopi acaba en setiembre. ¿Va a renunciar en agosto, luego de que asuma Castillo?

No lo sé ahora. 

Lo pregunto porque el nuevo gobierno no parece pro-mercado. ¿Podría trabajar en ese contexto político?

Quisiera ver primero qué va a pasar. Se especula mucho. Va a depender mucho de a quién va a poner como ministro de Economía. Eso va a marcar más claramente cuál es la pauta. Tomar una decisión ahorita es prematuro. Tendría que suceder algo muy grave entre agosto y setiembre para que renuncie. 

También la podrían ratificar. 

Podrían hacerlo, pero no ha sucedido nunca en la historia del Indecopi. Siempre que ha habido cambio de gobierno, ha habido cambio de presidente. Yo creo que es mejor culminar el mandato de manera ordenada, seria. 

¿Es usted pragmática, como los empresarios? ¿Podría trabajar con un gobierno de Castillo?

Soy una mujer pragmática, sí. Eso no significa que no me guíen ciertos valores y principios. Soy una persona que cree en la democracia, firmemente, y en la economía social de mercado. No te diría que no puedo trabajar con un gobierno de Castillo o de otro presidente hasta no tener claridad de cuál va a ser la política económica que va a marcar esta nueva gestión. Democracia y economía social de mercado son los dos principios que para mí son inalienables. Tienes dictaduras de izquierda y de derecha. Mis alertas se activan cuando estás acercándote al límite de la no democracia, o la no economía social de mercado. 

Si Castillo pretende controlar precios, ¿esa sería una alerta?

Según el régimen [constitucional] actual, sería una alerta. Pero si hay un cambio constitucional, tendría que pensar cuál es su alcance. Es una reflexión que me he hecho, muy personal. Yo debo, en tanto funcionaria pública, respetar las normas vigentes en mi país más allá de mi percepción personal. Pero yo me preguntaba: en situaciones de emergencia, como la que hemos vivido, ¿podemos permitir que haya esos niveles de alza de precios tan descarados? No necesariamente tengo la respuesta, pero yo no creo en la mano invisible [del mercado]. Creo que el Estado tiene un rol medular para regular ciertos mercados y actividades, siempre y cuando no se vulneren los principios de las libertades fundamentales. Pero sí me alarma cuando veo a gente que se le mueren los familiares porque no tienen para pagar balones de oxígeno de S/5.000. Me interpela, me indigna. Entonces digo: quizás en algunos casos, muy excepcionales, sí ameritaría [un control de precio], como existe en otros países. 

¿En qué sector el Indecopi todavía tiene más tarea pendiente?

Algo que hemos visto mucho últimamente es todo lo relacionado al comercio electrónico. Vino con la pandemia y creció de manera exponencial. Es importante entrar a revisar cómo están funcionando las reglas de juego. Hay gremios que te dicen «déjalo así, tal cual, se va a autorregular». 

La mano invisible. 

Yo no creo que eso suceda así tan fácilmente. Tenemos casos de países vecinos que han entrado a regular esos mercados. El otro que me sigue pareciendo fundamental es el sector financiero. 

Con eso termino, entonces. ¿Se puede romper el dominio de cuatro bancos sobre el sector financiero?

Indecopi ya puede entrar a hacer un control previo de fusiones bancarias, excepto en caso de riesgo sistémico. A partir de ahora, Indecopi podría monitorear o emitir opinión sobre el tema. ¿Qué hacer sobre los monopolios actuales? Es parte de la discusión que el nuevo gobierno tendrá que evaluar en el marco de la política económica y los principios que quiere que rijan su gestión. 

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El ya retirado general del Ejército Peruano Wilson Barrantes es uno de los responsables del equipo de transferencia del sector Defensa, de acuerdo a la lista que entregó la vicepresidenta electa, Dina Boluarte, a la Contraloría. Sudaca pudo conocer, además, que es uno de los voceados al interior de Perú Libre para ocupar el ministerio, aunque él niega que se lo hayan ofrecido todavía.

Lo cierto es que Barrantes es un viejo conocido del Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso y, a su vez, está metido en la transferencia de mando de un sector clave para el combate a los remanentes de esta organización. En entrevista con este medio, admite haber participado en varios encuentros con representantes del Movadef desde el 2010. 

Las últimas cuatro reuniones que ha sostenido con representantes de esa organización, que reivindica el ‘Pensamiento Gonzalo’ de Abimael Guzmán,  datan del 24 de febrero de 2017. El conversatorio fue titulado ‘Amnistía General y Reconciliación Nacional’. Allí criticó el informe de la Comisión de la Verdad y a los llamados “caviares”. Señaló que el juicio a los militares por la supuesta violación de derechos humanos era “un negocio” que les da mucha plata y pidió que se ponga fin a la persecusión porque en los próximos años podrían ser acusados de lo mismo miles de miembros de las Fuerzas Armadas.

 

El representante del Movadef en Bolivia, el peruano Álex Chamán, organizó un conversatorio, el 1 de agosto de 2020, con el general Wilson Barrantes y el dirigente del Movadef en Perú, Alfredo Crespo.

 

Barrantes también participó el 17 de abril de ese mismo año, por el “día del preso político internacional”, en la mesa redonda ‘Perú reconciliado hacia el Bicentenario’. Allí calificó a la guerra interna de Sendero Luminoso con las Fuerzas Armadas como “una guerra revolucionaria”.

De la misma forma, criticó nuevamente a los ‘caviares’ por haberse convertido, según él, en árbitros del fin del conflicto entre Sendero y las FFAA. “¿Quién miércoles les ha dado la capacidad para que sean árbitros? Nadie”, dijo al auditorio.

El 10 de enero de 2018, en la mesa de trabajo ‘Hacia una verdadera reconciliación nacional, Barrantes señaló que existe la necesidad de poner fin a la desconfianza entre los actores de lo que él llama ‘guerra interna’: las Fuerzas Armadas y Sendero. “Hay que plantear las medidas de confianza. Así como hay medidas de confianza en las relaciones Perú-Chile, Perú-Ecuador y países vecinos. ¿Por qué cuándo habla un fujimorista, todo es malo, y cuando hablan del otro lado, son terroristas? Eso se tiene que acabar porque creo que, en este momento, no hay terroristas, hay patriotas”. Y añadió: “Me parece que Benedicto XVI dijo: ‘Solo se alcanzará la paz con un perdón generoso”, en referencia a un indulto para todos.

Y el 1 de agosto de 2020, un representante del Movadef en Bolivia, el peruano Álex Chamán, organizó una entrevista a Barrantes a la que tituló ‘Neoliberalismo, Soberanía y Reconciliación Nacional de cara al Bicentenario’. Allí, el general en retiro criticó a la prensa peruana afín al expresidente Martín Vizcarra, la llamó “guaripolera”, pidió la renuncia del entonces mandatario y propuso una Nueva Constitución como una salida a los principales problemas del país.

A pesar de su activa participación en estos eventos, Barrantes explica a Sudaca que no es marxista, leninista, maoísta, comunista o parte del Movadef. Y añade: “Para mí, no es una amenaza el Movadef, y tampoco es una amenaza para el Estado. Dígame, si en algún lugar del Estado peruano dice que el Movadef es una amenaza”. 

 

El general Wilson Barrantes postuló al Congreso por Perú Libertario -hoy Perú Libre- en el 2016. Desde ese año, conoce a Vladimir Cerrón. Sobre su convocatoria para ser parte del equipo de transferencia con el Ministerio de Defensa, no dio el nombre de la persona que lo llamó.

 

Barrantes rechaza, por ejemplo, que la Dirección contra el Terrorismo (Dircote) de la PNP califique al Movadef como organizaicón terrorista. “Para mí es una organización que está buscando su inserción en la vida política. Si usted me dice que en el Perú hay un acto terrorista de sabotaje, guerra de guerrillas y paro armado, hecho por alguna organización, entonces allí le digo: ‘Todos esos hechos configuran una estructura de organización terrorista’”, señala.

Y luego agrega: “Hasta donde sé, por información pública, del año 2000 a la fecha, no hay ese tipo de organizaciones. Lo que hay en el VRAEM es violencia de lo más extrema hecha por el narcotráfico”.

¿Sendero es una amenaza actualmente?, le preguntamos. “No. El Estado peruano no lo considera como una amenaza. Mire usted la directiva de planeamiento del Comando Conjunto de 2018. La primera amenaza para el Perú es el narcotráfico, allí le sigue el crimen organizado nacional y la inseguridad ciudadana”, responde.

 

La lista del equipo de transferencia para el Ministerio de Defensa fue enviada a la Contraloría, el pasado viernes, con once integrantes, pero al final fueron retirados dos. Uno de los que quedó fuera de ese grupo es el sobrino del presidente electo, Fray Vásquez Castillo. 

 

Al ser consultado sobre si el Movadef podría participar en la vida política del país, apenas responde: “No sé, eso lo dirá la sociedad peruana y el Jurado Nacional de Elecciones (JNE)”. Y sobre un posible indulto a los presos terroristas, entre ellos a Abimael Guzmán, contesta: “Prefiero no opinar porque es imposible, es como hacer cosquillas al muerto. Eso no tiene lógica, no tiene sentido, porque el país está tan quebrado en estas circunstancias… De aquí tenemos para 10 años más, pero en 10 años ya están muertos [los presos terroristas]. Nadie vive más de 100 años”.

 

Pugnas y cambios de última hora en la nómina

El último sábado, en la sede de la Escuela de la Contraloría, en Lince, se realizó la capacitación a los encargados de los equipos de transferencia. La ausencia de Barrantes llamó la atención, porque es uno de los que figura como responsable del grupo de trabajo con el Ministerio de Defensa. En su lugar, apareció el general de Brigada del Ejército en retiro, Jorge Bustamante, quien también figura en la misma nómina.

Barrantes dice que su colega fue en su representación. Pero en conversación con Sudaca, el general Bustamante dice que asistió a la capacitación porque le llamaron por teléfono y le comunicaron que él era el “coordinador” del equipo.

 

Fray Vásquez, sobrino del profesor Pedro Castillo, dijo a Sudaca que no sabía que su nombre había sido colocado en la lista del equipo de transferencia para el Ministerio de Defensa.

 

De hecho, este grupo de trabajo estaba conformado en un primer momento por 11 personas, pero ayer sábado la lista se recortó a nueve. Barrantes se mantiene, pero ya no figura el nombre del sobrino de Pedro Castillo, Fray Vásquez Castillo, quien es parte de su círculo más íntimo, tal como lo informó Sudaca en su informe del pasado 24 de junio. Todo apunta a que hay desencuentros de última hora en la transferencia de mando o movidas políticas para sacar de la transferencia a nombres  que puedan generar contingencias.

 

(*) Fotocomposición de portada: Leyla López

Imágenes: El Comercio y La República

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Ministerio de Defensa, Ministro de defensa, Pedro Castillo, Wilson Barrantes

Pedro Castillo tiene que elegir entre el discurso radical decimonónico de su socio Vladimir Cerrón y allegados, o el imperativo de la realidad, además de su propia vocación ideológica (el Presidente electo se ha encargado de señalar que no es comunista ni chavista como sí lo es el secretario general del partido que lo llevó al poder).

La encuesta de Ipsos publicada hoy en el diario El Comercio ratifica lo que Datum e IEP habían señalado horas previas. Preguntada la ciudadanía por las prioridades que debe tener el próximo gobierno figura en primerísimo lugar salud, con 75%, reactivar la economía 67%, educación 55%, seguridad ciudadana 46%, combatir la corrupción 42%, apoyar la agricultura 27%, programas contra la pobreza 18%, impulsar infraestructura 11% e impulsar un cambio constitucional apenas 11%.

Precisando el tema, Ipsos pregunta respecto del posible cambio de Constitución: 32% considera que debe ser reformada parcialmente; 40% a favor de una constituyente y 25% que debe mantenerse sin cambios. La mayoría del país no acompaña el afán refundacional radical de Cerrón y compañía.

Castillo debería escuchar al propio pueblo que tanto invoca. Debe darse cuenta, además, que el suyo no fue un voto ideológico sino disruptivo, antiestablishment. No ha ganado la izquierda, como cree el cerronismo, sino un país que resiente el centralismo y el clasismo que lamentablemente han signado al modelo que, por su lado, tanto éxito macroeconómico ha tenido en estas décadas.

En estas horas se define la Mesa Directiva del Congreso, el gabinete ministerial y el perfil político del nuevo gobierno a través del mensaje presidencial de Fiestas Patrias ante el Legislativo. Ojalá Castillo sepa leer la realidad y entienda que el mandato popular lo conduce a ejecutar un gobierno de izquierda moderado.

Ya algunos indicios positivos ha mostrado Castillo en el congreso partidario de ayer, en el que marcó clara distancia de los apetitos absolutos de Perú Libre y probablemente el distanciamiento sea cada vez mayor, pero eso solo lo corroborarán los hechos políticos que esta semana se definirán.

El gobierno de Castillo es débil de antemano. Si lo entiende, lo modera, busca acercarse al centro tanto social como político, y construye mayorías con una buena gestión, podrá sobrevivir. Si no lo entiende, se deja llevar de las narices por el carromato ideológico de Perú Libre y pretende refundar radicalmente el país, lo más probable es que no dure los cinco años de mandato.

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Pedro Castillo, Perú Libre, Vladimir Cerrón

“El Perú es como un paciente en estado crítico y con pronóstico reservado. Por lo tanto, necesitamos de cirugía fina, necesitamos medidas muy técnicas y racionales que mantengan los niveles de credibilidad que tiene el Perú”, aseguró Erik Fischer, presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), tras la proclamación de Pedro Castillo, como presidente electo del Perú para el quinquenio 2021-2026.

El mandatario -que juramentará este 28 de julio- deberá enfrentar los estragos de la pandemia. Además de la incertidumbre social, política y económica que se ve traducida en el alza del precio del dólar, inflación, subida en algunos precios. Todo esto a puertas de su bicentenario y con una sociedad polarizada.

Sin embargo, el presidente de ADEX, confía en que durante este nuevo quinquenio habrá un mayor diálogo constructivo para lograr la recuperación del país y la reducción de la pobreza a través de las exportaciones. Enfrente -dijo- tenemos una gran oportunidad: el mundo se encuentra en un ciclo positivo pues las economías de importantes socios comerciales del Perú se vienen recuperando, como son las economías de Estados Unidos, Unión Europea y China.

“En los últimos años esta actividad [las exportaciones] cobró mayor participación en el producto bruto interno, pasando de representar el 17% en el 2000 a 24% en el 2019 (un año antes de la pandemia)”, dijo.

Fischer también se refirió a los contratos y acuerdos internacionales, e indicó que se necesita de un país que mantenga su estabilidad económica y su disciplina fiscal. “Que sea un país reconocido como buen pagador, que pueda seguir colocando bonos en el mercado internacional y que los agentes financieros adquieran con gusto. Esto nos permitirá seguir financiándonos en el corto y mediano plazo”, indicó, pero antes, señaló que no es momento de fomentar las divisiones.

“Nuestro país tiene un gran trabajo en el comercio internacional: se han abierto acuerdos muy importantes con las economías más sólidas del planeta, por lo tanto el Perú tiene el mercado y con ello y la fuerza productiva. Le decimos al presidente Castillo que tenga el mejor de los éxitos, porque sus éxitos serán en el de todos los peruanos. El gremio ADEX está a sus órdenes para trabajar de cerca con él, ayudarlo a construir y seguir cementando el desarrollo de nuestro país”, precisó.

Avances en el comercio del gobierno actual

Las declaraciones de Fisher fueron durante el foro virtual “Retos para el desarrollo del comercio exterior peruano”, en el marco del 48 aniversario de ADEX, evento que contó con la presencia del ministro de la Producción, José Luis Chicoma, quien indicó que el sector exportador es clave para nuestra economía, pues representa más del 20% del PBI.

Este gremio -recordó- está conformado por más de 7,000 empresas exportadoras, más de 5,000 micro, pequeñas y medianas empresas y miles de emprendedores más que desean internacionalizar sus marcas y sus productos. Este es el caso de productores de café y cacao, acuicultores, empresarios en Gamarra y muchos más.

Chicoma, además, reflexionó sobre la inestabilidad política. “Yo soy el noveno ministro de producción en 5 años. Esto no es bueno. La rotación en el gobierno ha ido creciendo con la inestabilidad política de los últimos años. Esto no es bueno para los emprendedores, los micro y pequeños empresarios, exportadores ni para los ciudadanos en general porque con esta rotación la calidad de los servicios que brindamos decrece. Es importante que las futuras gestiones hagan todo lo posible por desarrollar de manera más fuerte una carrera de servicio público”, indicó.

Gremio se pronuncian

En los últimos días diferentes gremios saludaron la elección de Pedro Castillo como presidente electo del Perú. Oscar Caipo, presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), señaló que Castillo deberá tener la sabiduría de hacer un gobierno para todos, más allá de la polarización vivida en las últimas elecciones. “Eso debería de reflejarse en la conformación de su Gabinete”, dijo. Y agregó que este nuevo gobierno debe: «Traer desarrollo, sobre todo fuera de Lima y en los lugares más alejados, donde tenemos índices de desarrollo humano o en aspectos de salud y educación que están por debajo de los estándares mínimos, entonces no cabe duda de que debe ser prioridad en los próximos cinco años”,

Por su parte, Peter Anders, presidente de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), manifestó que el impulso de la formalización, las reformas tributarias y laborales permitirán ganar competitividad. “La salida de por lo menos US$ 14 millones de capitales debería ser una alerta para el gobierno del profesor Castillo. No es poco y es una clara muestra de lo que ocurre cuando reinan la desconfianza e incertidumbre”, dijo.

Los gremios, en ese sentido, han coincidido que se deben mantener la estabilidad fiscal y no afectarse la seguridad jurídica. En ese sentido Ricardo Márquez, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, señaló en entrevista con Sudaca señaló que el objetivo del nuevo gobierno es que haya más trabajo y que baje la cantidad de población vulnerable. “Para eso se necesita trabajo y que se corrijan los errores del mercado. Lo que se necesita es que el poblador perciba que los productos bajan de precio y no que suben, a través de la competencia. Eso lo tenemos que resolver”.

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ADEX, CCL, Confiep

A papá Ezio

Andarita es el diminutivo de antara, este es un instrumento musical andino que se compone de la unión de varias cañas de diferente tamaño, de modo que al soplar sobre ellas producen diferentes sonidos y, al combinarlos adecuadamente, bellas armonías hacen eco con los cerros, podría decirnos Ernesto, el sensible niño que protagoniza Los Ríos Profundos, célebre novela de José María Arguedas.

La Andarita es también el nombre de un vals, de aires muy andinos, que resulta de la musicalización y reducción de la letra del poema Canto a Luis Pardo, de Abelardo Gamarra “el tunante”, que narra las aventuras del héroe popular y trasgresor del orden establecido, del mismo nombre. Pardo era natal de Chiquián y bandolero, salteador de caminos, y cuenta la leyenda que asaltaba a los ricos viajeros que se trasladaban por sus comarcas, pero ayudaba a su gente, de allí el mito.

Yo provengo de una generación a la que sus padres les enseñaron a cantar ese vals, a punta de verlos en sus jaranas, en tiempos en que la gente se jaraneaba y no había vecino que se quejase, al contrario, el vecino se unía a la fiesta toda vez que igual no iba a poder dormir. Y de muy pequeño le preguntaba conmovido a papá Ezio por el dramático final de Luis Pardo, narrado en la canción:

“Donde están mis defensores,

ya para mí no hay clemencia

Nadie sufre, nadie llora,

si han de matarme ¡en buena hora!

Pero mátenme de frente,

yo soy señores Luis Pardo

El famoso bandolero”

Y mi padre me contaba las hazañas de tan enternecedor personaje y me explicaba que, por aquel entonces, a los bandoleros los mataban de espaldas y por eso, en el poema, Pardo clama por que lo maten de frente, porque él tenía su honor de haber sido un gran bandolero, una leyenda, un hombre que ayudó a su pueblo.

Pasaron los años y corría julio de 1987, Alan García se aprestaba a anunciar, en su mensaje de Fiestas Patrias, la nacionalización de la banca y que su política de reactivación social productiva había llevado a la quiebra al país, con la complicidad de los empresarios más ricos del país. Sin preverlo, yo me encontraba en el Cuzco, con una quincena de amigos recién ingresados a la PUCP, todos de clase media acomodada y lo digo porque será importante en el relato.

La mayoría viajó en vuelo directo en avión desde Lima. Pero el suscrito, junto a Iván Temoche y Adolfo Perleche hicimos la ruta hasta Arequipa por tierra, pasamos unos días donde unos parientes míos, y luego tomamos un avión que tembló todo el tiempo, hasta la capital del Tahuantinsuyo, para reencontrarnos con los demás. El reencuentro debía ser celebrado, sin duda, así que, caminando por el barrio de Santa Ana (ahora parece un sarcasmo enterarme que por ese barrio entraron por primera vez Francisco Pizarro y sus hombres al Cusco luego de derrotar al ejército Inca) nos metimos en la primera cantina que encontramos y nos dimos a beber cerveza del tiempo. Entonces no era como ahora: dos experiencias no podías perderte si ibas al Cuzco en los ochenta, la primera era beber cerveza cusqueña que entonces era un producto regional que solo se saboreaba en el lugar; la segunda era tomarla del tiempo, enfriada por la helada sombra serrana, varios grados de temperatura por debajo de las zonas alumbradas por el sol.

Habríamos pasado como una hora libando, más o menos, y comenzaron los problemas; de las otras mesas arrancaron los puyazos, las agresiones, de carácter racial y alusivos a nuestra proveniencia capitalina. El tono y la frecuencia fueron subiendo rápidamente con lo cual el ambiente se tornó de inminente bronca o de súbita partida del lugar. Comenzamos a hablar del tema en voz baja, había que actuar rápido, pero a mí no me terminaba de cuadrar salir expulsado de un lugar debido a las enconadas y diversas narrativas que pululan en el país porque no hemos tenido clase dirigente capaz de tender mínimos puentes entre culturas y regiones.

“Ven acá mi compañera,

ven oh mi dulce andarita,

tu, sola, sola, solita,

que me traes la quimera”

No sé cómo fue, pero súbitamente, me encontraba en el medio de la cantina entonando con voz temblorosa pero emotiva la melodía y la letra de La Andarita. De ese momento recuerdo el silencio, el silencio tenso, todos comprendieron que ese canto portaba una respuesta a los parroquianos por parte de los visitantes, hasta que alcanzamos el cenit de la canción:

“Por eso yo quiero al niño

Amo y respeto al anciano

Al indio que es como mi hermano

Le doy todo mi cariño”

Es tan fácil criticar, de seguro me trataran de paternalista y hasta de racista ya sea por la manera cómo intenté resolver aquel dilema hace treintaicuatro años o por contarles esta historia a propósito del Bicentenario. Pero más difícil es estar allí, en la posición en la que nosotros nos encontrábamos, y adoptar la postura de buscar una salida que no supusiese el conflicto o la huida, sino el encuentro y el reconocimiento.

En la bicentenaria historia de nuestra república, nunca le hemos dado cara a los potentes imaginarios que hasta hoy nos siguen drásticamente separando, porque muchas veces, además, se amparan en la realidad socioeconómica. Es por eso que suelo sugerir a mis estudiantes -pues finalmente existe un ágora, el aula, en donde se reúnen todas las sangres del Perú- conocerse, dejar sus guetos por un instante, e invitarse. La joven con casa en Asia, y que seguro representa en los demás el estereotipo del “blanco”, pues que les invite un fin de semana a la playa, y el joven cuyos padres poseen una estancia rural en Ayacucho, pues lo mismo, que los invite a una excursión a su tierra, a sus costumbres, a sus apus.

De qué sirve ser iguales en derechos -aunque en la praxis no se cumple- si no nos reconocemos como iguales al vernos, al mirarnos. Si una lección, si una verdad, evidente, nos ha dejado la reciente campaña electoral es que seguimos siendo un país de guetos, o una sociedad de castas, como se decía en tiempos coloniales.

Al final de esta columna, algunos se preguntarán ¿y cómo terminó la historia de La Andarita de Santa Ana? Pues de lo mejor. Cuando terminé de cantar el espacio se convirtió en otro, dejó de estar dividido por mesas y nos confundimos todos en un gran abrazo, si los parroquianos hasta querían cantarnos la Flor de la Canela para darnos gusto.

“Sé humilde y pon la otra mejilla, rompe el hielo, en el Perú la historia explica muchas cosas y tú debes comprenderlo”. Pienso en las enseñanzas de papá Ezio el día del Bicentenario, cómo no compartirlas.

Feliz Bicentenario.

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Andarita, Bicentenario, José María Arguedas

Después de 16 meses, la mayoría del pueblo peruano ha estado confinada por una pandemia criminal y globalizada. Pero menos mal que no hay mal que dure cien años y se calcula que la disminución efectiva de contagios y que la “inmunidad de rebaño” se lograrán el 2023, en buena medida gracias al proceso de vacunación.

Adelantándose a esa victoria, poco a poco empiezan a organizarse eventos presenciales con la tranquilidad de estar vacunados y de seguir manteniendo los protocolos de rigor, como el uso de mascarillas y el respeto a la distancia física. Esto sin duda, se debe a que el riesgo de contagio es menor así y porque ya estamos todos más que hartos de llevar una vida por Zoom u otra plataforma, con el consiguiente cansancio visual y el estrés que eso conlleva. Simplemente queremos salir de nuestras casas, ver gente y respirar algo de aire libre.

En ese sentido, la Cámara Peruana del Libro ha organizado en formato mayormente presencial la Feria de Libro de Miraflores “Comparte la tradición” del 23 de julio al 4 de agosto. El evento se realiza en un lugar emblemático, el céntrico Parque Kennedy, y tiene como país invitado a Colombia.

En celebración al Bicentenario de nuestra República habrá una presencia importante de autores peruanos y convivios y conversatorios sobre figuras y temas actuales. Por ejemplo, destacan las presentaciones honrosas como la que se hará en homenaje al gran escritor Miguel Gutiérrez de Aníbal Meza Borja (editor), titulado Miguel Gutiérrez (1940-2016). En este caso los comentarios estarán a cargo de Maynor Freyre y Jorge Valenzuela.

Otra actividad que estará a la altura de una mega celebración Bicentenaria es la presentación del libro El zorro y la luna del poeta José Antonio Mazzotti. Los comentarios los harán la poeta y crítica Andrea Cabel y el narrador del Bicentenario y de la migración a los Estados Unidos, el profesor Eduardo González Viaña.

Asimismo, para seguir con el género lírico, tenemos la presencia de Miguel Idelfonso quien comparte la publicación de su nuevo libro, los Comentarios irreales, en clara alusión paródica al Inca Garcilaso. En esta actividad, serán los poetas Paolo de Lima y Paul Forsyth quienes presentarán la obra de Idelfonso.

Esta inspiradora feria también cuenta con invitados especiales de Colombia, como los poetas Jotamario Arbeláez, Andrea Cote Botero, Amparo Osorio, José Luis y Federico Díaz-Granados y Ramón Cote Baraibar.

Será una buena ocasión para ir pulseando el ambiente y disfrutar de novedades editoriales en carne y hueso, o en papel y tinta. Después de casi año y medio de virtualidad, bien nos merecemos un descanso.

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Feria de Libro de Miraflores, Pandemia

El IEP es contundente en su última encuesta: 85% pide que Cerrón (es decir, el ala radical) no participe en el nuevo gobierno; 58% aprueba algunos cambios constitucionales y solo el 23% quiere una nueva Carta Magna; 61% pide mantener el modelo económico y apenas el 23% pide un cambio total.

Lo mismo sucede con la última medición de Datum. Sobre las prioridades que debe tener el gobierno de Castillo, el 44% estima que debe ser la reactivación económica, 41% mejorar el sistema de salud, 35% mejorar la calidad de la educación, 35% luchar contra la corrupción, 21% luchar contra la delincuencia, y un reducidísimo 9% convocar a una Asamblea Constituyente.

Por si fuera poco, un 72% considera que el gobierno debería seguir un modelo de libre empresa, solo 12% el plan de Francke y un misérrimo 4% el programa de Cerrón.

Asimismo, Pedro Castillo empieza su gobierno con una actitud desfavorable del 19% y muy desfavorable de 16% de la opinión pública. En general, positiva de 40% y negativa de 35%. No va a tener luna de miel por parte de la ciudadanía.

Finalmente, respecto de la conformación de la Mesa Directiva del Congreso un 52% considera que debe serlo por alguien que no pertenezca a Perú Libre y solo un 35% que la debe ocupar algún adscrito al partido de Cerrón.

A buen entendedor, pocas palabras. Parece difícil que Castillo renuncie de facto a su pretensión constituyente y todo hace suponer que aprovechará su mensaje de Fiestas Patrias para anunciarlo, pero pronto deberá recalar en que socialmente es indeseable y políticamente es inviable (ni siquiera la bancada más izquierdista del centro, como es la de Acción Popular, le ha dado apoyo en ese tema).

Los arrestos radicales deberían quedar como un saludo a la bandera, un intento que de antemano se sabe inocuo, al que Castillo quizás se sienta obligado para cumplir con una parte de sus electores, pero con la conciencia clara de que va a abortar prontamente. Claramente, el país no acompaña a Castillo en ese proyecto y felizmente el Congreso parece que tampoco lo hará en lo que claramente es un dislate político.

Castillo debe entender ello no como una traición a sus postulados sino como un necesario giro al centro que la realidad le impone. Es de buenos políticos entender que la ideología no puede estar por encima de los hechos.

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Asamblea Constituyente, Congreso, Pedro Castillo

Como muchos jóvenes que llegan a Lima para estudiar, Anyela Gómez salió de su natal Huancayo para seguir la carrera de Comunicación e Imagen Empresarial. En la universidad le tocó plantear soluciones empresariales para reducir la contaminación ambiental y tuvo la fortuna de cruzarse con compañeros que, al igual que ella, apuntaban a que la solución sea de origen natural y, concretamente, del Valle del Mantaro, zona que todos conocían bien.

A más de 3 mil metros sobre el nivel del mar, se dieron cuenta que había plantas con tallos que podían ser fácilmente utilizados como sorbetes, pero que los agricultores solían desechar de los campos de cultivo considerándolos como “mala hierba”.

“Una práctica bastante común es que estas plantas se quemen, como un simbolismo de cierre de la actividad agrícola. Los que hemos viajado a la sierra recordaremos más esa planta quemada que viva. Ha sido todo un proceso conseguir las semillas y establecer lineamientos de siembra y cosecha para garantizar que el producto salga de la calidad que necesitamos”, explica.

Cultivar y crecer pese a las dificultades

Es así que, en el 2018, nació el proyecto Ayru, que significa “planta” en un idioma nativo de las zonas donde crece la gramínea que utilizan. El nombre también evoca al trabajo comunitario o “ayni”, que significa la colaboración de todas las personas para una meta común, que en este caso sería construir un futuro en base al desarrollo sostenible.

Esta iniciativa ha beneficiado a más de 20 familias incrementando sus ingresos hasta en 316% respecto a una campaña agrícola normal, y en el 2020 le valió el reconocimiento del premio ConectaRSE para Crecer, organizado por Movistar, en la categoría de Mujer Emprendedora, que ganó con solo 23 años.

“Como mujer que ha vivido en la sierra conozco mucho de la desigualdad de género, que se ve también en el mundo de los negocios. Me ha traído complicaciones porque a veces no me han tomado en serio, pero lo veo de la manera más resiliente, por ser una persona que representa también a las mujeres rurales y que demuestra que nada es imposible”, asegura.

Actualmente, tienen un portafolio de sorbetes orgánicos con distintos grosores, lo que permite que puedan utilizarse tanto para bebidas frías o calientes, con total salubridad.

Si bien estos cultivos tienen múltiples ventajas, también conllevan algunas dificultades. Su periodo de siembra regular va desde el mes de julio hasta setiembre, con las características de altura, viento y lluvia adecuadas. La cosecha se produce entre marzo y los meses de junio o julio. “Hacer proyecciones con esa temporalidad es un reto que estamos trabajando”, anota.

AYRU 2

La pandemia y la exportación como alternativa

A pesar de estas condiciones, durante los dos primeros años, Ayru logró tener una amplia cartera de clientes entre los restaurantes y servicios de comida más exclusivos en Lima, que veían en este producto una solución a la preferencia de sus consumidores por productos ecoamigables. Sin embargo, el cierre de todos estos locales -por la pandemia- generó que tengan que pensar en nuevos mercados.

“El 2019 fue el año de full ventas, en esos meses hemos podido poner 300 mil sorbetes en el mercado y la pandemia sí nos afectó bastante porque nuestros principales clientes son los negocios. Al cerrarse restaurantes, bares y discotecas, nos afectó un montón. El siguiente paso que teníamos en mente era la exportación. Dadas las circunstancias, estamos optando ya por enfocarnos en mercados internacionales”, señala.

Además de preparar todos los trámites respectivos, exportar los está obligando a adquirir maquinaria para la producción, que hasta ahora era un proceso casi manual. Anyela considera que haber obtenido el premio ConectaRSE para Crecer les está permitiendo industrializar sus procesos y comercializar en escala.

“La primera exportación tenemos planeado sacarla máximo en la segunda semana de agosto. No será una cantidad tan grande, pero es el primer paso para entrar a otros mercados. Las conversaciones más cerradas están con Italia, pero también desde 2019 tenemos ofertas de más de 10 países como Corea del Sur, Estados Unidos, Argentina, Centroamérica y Europa”, precisa.

A los que estén por lanzar un proyecto de negocio les recomienda perder el miedo al fracaso. “El fracaso es un gran maestro del cual aprendes mucho, aprendes las cosas que serán más importantes en tu vida. En el emprendimiento nunca se pierde, siempre se gana algo, sea dinero o aprendizaje”, refiere.

Dato:

Pueden seguir a Ayru en su cuenta de Facebook e Instagram.

Fotomontaje: Leyla López.
Imágenes: Desafío Kunan 2019/ AYRU

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Anyela Gómez, Ayru, sorbetes ecoamigables

El 23 de enero de 1822 el General Don José de San Martín instituyó la “Orden del Sol” para reconocer a las mujeres que se habían distinguido por sus contribuciones a la gesta independentista. Fueron condecoradas en total 193 mujeres con el grado de Caballeresas del Sol y el decreto acordado señalaba:

Las Patriotas que más se hayan distinguido por su adhesión a la independencia del Perú, usarán el distintivo de una BANDA DE SEDA BICOLOR BLANCA Y ENCARNADA que baje del hombro izquierdo al costado derecho, donde se enlazarán con una pequeña borla de oro con las armas del Estado en el anverso y esta inscripción en el reverso: “AL PATRIOTISMO DE LAS MÁS SENSIBLES”

Este fue el primer y único reconocimiento hasta la primera mitad del siglo XX que de manera oficial la naciente República del Perú le confirió a las patriotas en recompensa a sus hazañas y sacrificios. Entre las premiadas se encontraron valerosas mujeres que realizaron labores de espionaje, logística, acciones armadas y algunas que empeñaron sus bienes para apoyar la causa patriótica.

Las acciones en las que se involucraron trastocaron los roles tradicionales de madres, esposas e hijas, así como sus ámbitos de acción que traspasaron de lo doméstico a lo público. A pesar de ello, sus hazañas fueron interpretadas desde el contexto social y político del patriarcado, en el que las mujeres eran sujetos subordinados en su relación con un otro, es decir, en tanto; esposas, madres o hijas.

Un fragmento de la argumentación del decreto señalaba lo siguiente:

“El sexo más sensible naturalmente debe ser el más patriota; el carácter tierno de sus relaciones en la sociedad, ligándolo más al país en que nace, predispone doblemente en su favor todas las inclinaciones. Las que tienen nombres expresión de madres, esposas e hijas no pueden menos que interesarse con ardor en la suerte de los que son su objeto.

El bello sexo del Perú, cuyos delicados sentimientos revelan sus atractivos no podía dejar de distinguirse por su decidido patriotismo al contemplar que bajo el régimen de bronce que no han precedido, sus caras relaciones en general sólo servían para hacerle sufrir mayor número de sinsabores de parte de los agentes de un gobierno que a todos hacía desgraciados a su turno…”

Las patriotas condecoradas fueron mujeres que arriesgaron sus vidas en campos de batalla o formando parte de las complejas redes de información y espionaje a través de las cuáles se logró adelantar los pasos del ejercito realista. Un ejemplo de ello es Manuela Sáenz quien participó activamente de las batallas de Pichincha y Ayacucho o Rosa Campusano y Brígida Silva de Ochoa quienes organizaron importantes corredores de información, entrando a peligrosas prisiones como la del Real Felipe.

Los valientes actos que protagonizaron fueron cubiertos por la aparente naturaleza de lo “bello”, lo “delicado” y lo “tierno”, un corset que fue enterrando progresivamente sus roles históricos en el tiempo y en un horizonte de sentido patriarcal y machista que terminó por hacerlas desaparecer.

Casi un siglo después, durante el centenario de la independencia, el Presidente Leguía deslizó que la condecoración concedida por San Martín le fue otorgada a varias mujeres que no lo ameritaban, sobre ello señaló lo siguiente: “se distribuyó con más galantería que discreción, haciéndola extensiva a las más bellas y amables damas, lo que dio motivo a murmuraciones mujeriles que no se han apagado todavía”, agregó refiriéndose a Manuela Sáenz que “vegetaba por su escandalosa conducta, sumida en plena excomunión social”.

Cabe preguntarse a casi 200 años de ese primer reconocimiento el por qué no somos capaces de recordar y reconocer sus nombres y sus hazañas a diferencia de las de los héroes varones. Cabe preguntarse también el por qué ese reconocimiento no se transformó en una conmemoración anual como tantas fechas que nos recuerdan los protagonismos masculinos.

A 200 años de esa primera y bien intencionada condecoración, toca hacer el intento de exhumar esas 193 historias de coraje, es tiempo de leerlas y reinterpretarlas desde el presente, de restituirles la agencia de quienes decidieron formar parte de la construcción de una nación con autonomía e integridad.

Es este Bicentenario una oportunidad para reconocer en ellas el coraje que tuvieron en dar batalla a algo más grande que una guerra, pues ellas lucharon contra un sistema, un sentido común y un horizonte cultural. Estoy segura que hoy en día, la banda bicolor que tuvieron como condecoración llevaría la frase: “Al patriotismo de las más rebeldes”

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José de San Martín, Manuela Sáenz, Orden del Sol
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