Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 209: El presidente y el primer ministro: ¿quién lidera al Gabinete? Bellido pide renuncias, pero estas no se efectúan. Y el regreso a clases, pese a todo, se pondría en marcha.

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Lima – Perú

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Aulas escolares, Bellido, Podcast, Vladimir Cerrón

En el Consejo de Ministros no existe el principio de autoridad. El ministro de Trabajo, Iber Maraví, no ha sido el único que ha ignorado el pedido de renuncia de Guido Bellido en el Gabinete. El titular de Defensa, Walter Ayala, tampoco le hizo caso al premier cuando le solicitó que dejase el cargo, de acuerdo a fuentes cercanas al jefe de la PCM. Este caos tiene como trasfondo el pulso por el poder entre el presidente Pedro Castillo y el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón. 

La historia se remonta al 16 de agosto. Aquella mañana, la Marina difundió un comunicado rechazando lo dicho por el entonces canciller Héctor Béjar: que “el terrorismo en el Perú lo inició la Marina”. Béjar, en ese momento, estaba en medio de un intenso fuego cruzado por sus declaraciones.

De acuerdo a fuentes cercanas al primer ministro, ese mismo día Bellido le pidió al jefe de Estado cortar la cabeza de Ayala. Consideraba que la Marina se había excedido en sus atribuciones al cuestionar a Béjar, según él, sin coordinar con el sector Defensa. El premier -irónicamente- opinaba que su ministro había perdido autoridad con este episodio. 

El comandante general de la Marina, almirante Alberto Alcalá Luna. El jefe del gabinete ministerial, Guido Bellido, habría pedido su cabeza. Foto: Marina de Guerra del Perú.

Ayala, con la guillotina encima, buscó el respaldo del presidente de la República. Alrededor de las cinco de la tarde de aquel 16 de agosto, el ministro visitó a Castillo en Palacio, tal como consta en el registro de visitas. Lo acompañaron Aníbal Torres (Justicia), Juan Carrasco (Interior) y Pedro Francke (Economía). Todos estos ministros son cercanos al presidente y distantes de Cerrón. 

Ayala, de acuerdo a una fuente cercana al ministro de Defensa, le comentó a Castillo que tuvo conocimiento del comunicado de la Marina antes de su difusión y que daba su respaldo a las Fuerzas Armadas. Las mismas palabras, en la noche de aquel día, las repitió en una entrevista con RPP Noticias. El presidente le dio el espaldarazo. Es, al fin y al cabo, uno de sus ministros de mayor confianza.

Al día siguiente, el 17 de agosto, Ayala continuó jugando sus cartas para quedarse en el puesto. A las 9:30 de la mañana, en la sede del Ministerio de Defensa, recibió a los altos mandos militares. El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, Manuel Gómez de la Torre, encabezó la delegación. Lo acompañaron el comandante general de la Marina, Alberto Alcalá; del Ejército, José Vizcarra; y de la Fuerza Aérea del Perú, Jorge Chaparro. 

Una hora después, el ministro y los integrantes de la cúpula castrense fueron a Palacio a entrevistarse con el presidente Pedro Castillo. Así quedó registrado en el portal de Transparencia de la Casa de Pizarro. En la cita, según fuentes palaciegas, los altos mandos militares manifestaron su incomodidad con Héctor Béjar y su apoyo a Ayala. El encuentro duró hasta el mediodía y sirvió para que Castillo se convenciera de la necesidad de sacar a Béjar de Cancillería.

17 de agosto. El registro de visitas de Palacio da cuenta de la reunión del presidente Pedro Castillo con el ministro de Defensa, Walter Ayala, y altos mandos militares, en medio de la polémica por las declaraciones de Héctor Béjar.

Tras la reunión con la cúpula militar, Castillo llamó inmediatamente a Bellido y le pidió la renuncia de Béjar. “Se va Béjar y también Ayala”, habría respondido el primer ministro, según un portavoz suyo. A las 12:14 de la tarde, tras la conversación con el jefe de Estado, Bellido anunció en su cuenta de Twitter: “Tendremos cambios para la marcha del país”. Bellido le pidió a Béjar dejar Torre Tagle y este aceptó la decisión. 

“Yo esperaba hablar en la interpelación y tengo entendido que ellos [los congresistas] han pedido mi renuncia antes para evitar que yo hable ante el Congreso, ha sido una forma de censurarme”, declaró Béjar al portal cubano “Prensa Latina”. 

El exguerrillero, acorralado por la situación, presentó su renuncia cerca de las dos de la tarde de aquel 17 de agosto. Bellido pensó en hacer lo mismo con Ayala. Ese día, entre las 3:21 y 3:36 de la tarde -según el registro de la PCM- el premier se reunió con el titular de Defensa para también pedirle su dimisión, cuentan las fuentes. El jefe del Gabinete le solicitó, además, cortarle la cabeza al comandante general de la Marina, el almirante Alberto Alcalá, por el comunicado contra Béjar. Ayala, previamente respaldado por Castillo, dijo que no iba a renunciar y repitió que no hubo insubordinación de la Marina. 

17 de agosto. El registro de visitas de la Presidencia del Consejo de Ministros consigna el encuentro de quince minutos entre Guido Bellido y Walter Ayala. El primero le pidió la renuncia.

“Bellido le dijo a Ayala que era un asunto grave lo de la Marina y que él era el principal responsable”, dice una fuente cercana al jefe de la PCM. Bellido solicitó la renuncia del titular de Defensa con el aval de Cerrón, pero sin el consentimiento del presidente, en un caso similar al de Iber Maraví. 

Cerrón dejó clara su postura el 19 de agosto, en un tuit. “Artículo 169 CPP (Constitución Política del Perú). Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional no son deliberantes. Están subordinadas al poder constitucional”, escribió, como cuestionamiento al comunicado de la Marina. 

En este juego de tronos Castillo le ganó la pulseada a Cerrón al mantener a Ayala. El ministro de Defensa se ha convertido, además, en uno de los hombres más cercanos del gobernante y lo ha acompañado, incluso, en sus últimas actividades en Tacna y Junín. “A mí no me van a poner la agenda […] No quieren que quitemos la plata a los corruptos porque hoy quieren tumbarse a los ministros para poner a sus aliados”, dijo Castillo en el distrito de Mazamari, Junín. 

La situación pone en evidencia también la falta de autoridad de Guido Bellido, al que no le hacen caso ministros cercanos a Castillo, como Maraví y Ayala, cuando les pide la renuncia. Bellido recordó al presidente el episodio vivido con Ayala –que esta crónica relata– en la reunión que tuvieron en la casa del ministro de Justicia, Aníbal Torres, el sábado 21 de agosto. La pugna sigue abierta en el Gabinete.

Fotoportada: Leyla López.

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Guido bellido, Pedro Castillo, walter ayala

La mediocridad decisoria del presidente Castillo es de antología. Ni Toledo, quien también brillaba por sus indecisiones y carácter dubitativo, ha llegado a los niveles de desconcierto en los que parece atrapado el actual mandatario.

Castillo tiene que romper el nudo gordiano que lo atrapa. No puede gobernar haciendo convivir, izquierdistas moderados, como Francke o Torres, con filosenderistas, como muchos de los que él mismo ha convocado provenientes del Movadef, y radicales cerronistas que buscan petardear el orden democrático.

Ese menjunje es indigerible para la gobernabilidad del país. Con ese modus vivendi el país va al desastre asegurado. Ya las encuestas muestran un desplome en los niveles de aprobación del Presidente, del gabinete y del titular en la sombra, Vladimir Cerrón.

Y esa situación de incertidumbre política ya le está pasando factura a nivel económico, lo que a su vez retroalimenta la creciente insatisfacción ciudadana, la misma que no se va a recuperar ni a punta de bonos, ni de confrontaciones con el Congreso, medios de comunicación o grupos empresariales, como ya insinúan algunos voceros del régimen.

En la encuesta que realiza mensualmente el SAE de Apoyo, los índices de confianza para invertir, por parte de los empresarios, se han desplomado extraordinariamente, llegando solo a niveles como los que se vieron en los peores momentos de la crisis política de Vizcarra, sumados a los efectos letales de la pandemia en el tiempo prevacunas.

Y si este gobierno no recupera la confianza del sector privado, por más que esté Francke en el MEF -economista serio y responsable- o se quede Julio Velarde en el BCR -garantía de probidad-, no se reactivará el círculo virtuoso de las inversiones, que no solo generan empleo, sino que, sobre todo, por efecto cascada, disminuyen los niveles de pobreza.

La salida es clara: sacar a Bellido, recomponer el gabinete con profesionales competentes, sin cuotas partidarias o ideológicas, apartar a Cerrón del entorno palaciego y descartar la peregrina y desestabilizadora propuesta de la Asamblea Constituyente.

Mientras eso no ocurra, persistirá el desmadre en el que nos encontramos. Peor que un mal gobierno es el desgobierno, y esa es la situación por la que estamos pasando en estos momentos. Horas sombrías se avecinan para el Perú si el Presidente no toma las decisiones correctas prontamente.

SUMILLA

“Horas sombrías se avecinan para el Perú si el Presidente no toma las decisiones correctas prontamente”

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Pedro Castillo

Según un estudio de Datum, el 29% de la población peruana es millennial y solo la mitad de ellos tienen el hábito del ahorro. ¿Por qué sucede esto? Expertos del BBVA explican cuáles son los errores más comunes de los jóvenes en sus finanzas personales:

Gastar más de lo ganado

Muchos jóvenes sienten la necesidad de hacer compras apenas reciben su sueldo u otro tipo de ingresos. Lo mejor es esperar y ser consciente de los gastos realmente necesarios. Si se desea asegurar las finanzas personales a futuro, se debe poner un límite a las compras.

No tener un presupuesto

La planificación financiera es crucial. Para organizar las finanzas es necesario llevar un control de los gastos, saber cuánto dinero se usa en cada artículo y destinar un monto determinado a cada actividad. Para cambiar esto existen múltiples herramientas, incluso desde tu teléfono móvil que ayudan a manejar el dinero sin gastar más de lo ganado.

Caer en gastos hormiga

Se trata de los pequeños gastos, que acumulados, generan altos costos. El café comprado en el camino, o los antojos en la tienda de la esquina son esos gastos hormiga. Es necesario llevar un registro incluso de estos gastos, para tener un presupuesto de cuánto dinero podemos destinar a algunos gustitos mes a mes.

Uso excesivo de las tarjetas de crédito

Muchos jóvenes creen que aceptar cada tarjeta de crédito que se les ofrece es una oportunidad para tener una gran línea y score crediticio. Esto en realidad puede llegar a ser una amenaza para las finanzas personales porque abre la posibilidad de tener mayor endeudamiento con poca capacidad de pago.

Acumular deudas en la tarjeta de crédito

Tener deudas acumuladas en todas las tarjetas disponibles es un gran problema. Es importante pagar a tiempo para evitar acumular cargos de cobranza. Además es necesario prestar atención a las tasas de interés de cada banco.

No ahorrar para el futuro

Si se tiene una meta que alcanzar o simplemente se desea tener un fondo de emergencia para imprevistos, será mejor que empezar a incluir esa categoría de ahorro en el presupuesto mensual. Esto es esencial para la salud financiera, y asegurar un futuro tranquilo.

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ahorro, Gastos hormigas, Jóvenes

Ver provocación o rompimiento de protocolo en la histórica chacchada de coca que el premier Bellido practicó en el congreso hace una semana es no conocer o desconsiderar la parte infame de la historia del país. Qué ejercicio de libertad no es rebelde en el ninguneo, qué manifestación cultural alterna no rompe protocolos en la homogeneidad provinciana del occidente más conservador. Ciertamente aquí hay un gesto político, que responde a un contenido que no estuvo en el discurso de pedido de confianza – por razones obvias -, pero que ha sido varias veces manifestado como voluntad de la bancada oficialista: eliminar la erradicación de la hoja de coca como eje central de la política antidrogas.

La criminalización de la hoja de coca, y el compromiso de erradicación que el Estado peruano tiene desde la década de 1960, es otro de los asesinatos culturales que occidente le ha infligido al mundo andino-amazónico, un etnocidio a todas luces. La hoja de coca no es droga y no tendría que estar en la lista de estupefacientes ilegales de la ONU, tampoco lo es la cocaína (uno de sus muchos componentes). Sí lo es el clorohidrato de cocaína, porque es psicoactivo, produce adicción y es nocivo, lo que en ningún escenario puede decirse de la hoja de coca. Pero, además, la cocaína es sólo un insumo en medio de muchos productos químicos que conforman la droga. Para producir un gramo de la droga en polvo se necesita extraer cocaína de 100 kg de hoja de coca. Es decir, en un gramo de clorohidrato de cocaína, menos de una centésima parte es cocaína que proviene de hojas de coca. Sin embargo, a éstas se les persigue, no a los otros insumos. Es algo así como prohibir la uvas para evitar la alcoholización con vino. O proscribir el tabaco – planta maestra también – por la alta letalidad de los cigarros. Y pasa todo lo contrario: se venden con publicidad que advierte el crimen. Obviamente, los campesinos de la selva latinoamericana son un perseguido geopolítico mucho más débil y silenciable que los poderosos empresarios cigarreros del mundo.

La gran desgracia de la hoja de coca, en realidad, fue encontrarse con el desarrollo de la ciencia química en la segunda mitad del siglo XIX. Esta estudió el producto, ubicó a la cocaína y la aíslo, para así poder mezclar el activo natural con elementos sintéticos y vender masivamente sus beneficios. Hubo toda una industria de medicamentos, anestésicos locales, golosinas, licores y afines que aprovecharon las virtudes de la hoja de coca, desde el último cuarto del siglo XIX. El hallazgo clorohidrato de cocaína es hijo disfuncional y destructivo de este momento histórica, que es urbano y propia de la segunda revolución industrial, y ajeno al escenario agrícola donde se cultiva y consume la hoja de coca desde miles de años atrás. Así, en el primer cuarto del siglo XX, cuando ya han confirmado el potencial adictivo y destructivo que podía tener la cocaína con ciertas mezclas, empiezan a prohibirla. Y luego terminan obligándonos al suicidio cultural de la erradicación. No reprimen ni desconocen derechos en su territorio, donde está la gran y mayor demanda, sino aquí, en regiones en las que no se tiene responsabilidad frente a su problema social con las adicciones graves.

Y cuando arriba digo que se comete etnocidio con la erradicación, no soy otra cosa que descriptivo . La hoja de coca es central en nuestro mundo andino desde hace más de 4 mil años, y sigue viva en por lo menos la mitad del territorio peruano y entre 6 millones de sus habitantes. Es parte nuclear de rituales y ceremonias – muchas propias del quehacer agrícola cotidiano – pues abre los sentidos, incentiva la meditación y conecta con la naturaleza, a la que se quiere transmitir mensajes y atender, para reforzar su fertilidad. La hoja de coda también es caja chica y moneda de cambio. Y no sólo es el más grande energético natural y sin contraindicaciones que ha descubierto el mundo, sino que es un gran cohesivo social, y un símbolo de apertura y confianza entre quienes la chacchan juntos. Fumigarla indiscriminadamente no es más que otra mecánica aniquilamiento cultural en su contra, aunque esta vez con un pretexto de seguridad. No es la primera vez que la hoja de coca es perseguida, ya sucedió durante la colonia, cuando el mal salvaje que nos subordinó la vinculó con sus propios miedos y culpas, o lo que llamó demonio. Al final terminó consumiéndola y registrándola como especie botánica, pues la cantidad de beneficios que posee es innegable.

Prácticamente todo el siglo XX ha sido testigo de un silenciamiento de las muchas virtudes que posee la hoja de coca, lo que hace muy favorable su eventual masificación. La planta tiene una enorme variedad de cualidades medicinales, inabarcables en este espacio. Es tranquilizante y ligeramente antidepresiva, es desinflamante y cicratizante, es digestiva, es oxigenante para el cerebro (se piensa más y mejor), es regenerativa para la descalcificación ósea, está vinculada a la longevidad saludable, y la lista es larga. Todo esto sin causar ningún efecto negativo: se puede chacchar toda la cantidad de hoja de coca que se desee, no es una adictiva ni hace daño. Al contrario: el país podría dar un importante salto productivo si se hiciera cotidiano el consumo de hoja de coca, porque cada uno de nosotros mejoraría en todo sentido, y tendría más energía e inteligencia para crear soluciones.

El hecho de que todos estos efectos favorables en términos de salud y calidad de vida no tengan consecuencias adversas, hace que la hoja de coca tenga un enorme potencial industrial, que el Estado debería aprovechar muchos más. En este momento, a través de la empresa pública ENACO (que en teoría es el monopolio estatal para la producción y distribución de la hoja de coca), y de un número recudido de micro y medianas empresas, se industrializan decenas de productos cocaleros en territorio peruano (alimentos, bebidas, dulces, otros), pero estamos muy lejos de optimizar todo el potencial a la mano. Bien promovida, podría conformarse una enorme industria peruana – e incluso pan-andina – de la hoja de coca, la que podría conquistar el mundo y conformar un gran mercado interno. Quién no querría comprar productos que mejoren el bienestar biológico y emotivo. ENACO debería ser empoderada para empadronar a los agricultores y evidenciar donde está la siembra ilícita. Y promover patrones de mercado como empresa pública con posición de dominio, por lo menos hasta que la industria florezca plenamente. No se necesita un monopolio estatal en la producción y la distribución de hoja de coca. Este no sólo es permanentemente burlado por los traficantes de estupefacientes (hay mucho mejores estrategias), sino que impide la libre competencia necesaria para conformar una industria a gran escala.

Industrializar la hoja de coca en el Perú también podría ser una oportunidad para empezar a promover un nuevo patrón de industrialización alimentaria, de fuente pre-hispánica, que necesitará el mundo muy pronto: se produce a escala para masificar la calidad de vida, no para reproducir las enfermedades degenerativas. El negocio procede cuando mejora la condición humana y el hábitat comunitario, no cuando los deteriora. Obviamente los imperios del mundo piensan a la inversa: no quieren que tengamos ventajas comparativas y ni que exportemos valor agregado, no quieren que a los consumidores peruanos lleguen valores vinculados a la alimentación inteligente y sostenible. Ya se ha dicho en este espacio que acumulan a partir de nuestro rezago creciente.

Finalmente, es bastante obvio que la política basada en la erradicación de la hoja de coca no es solución para el narcotráfico. El Estado no tiene capacidad para controlar tan complicadas y hasta inaccesibles zonas de la selva donde se cultiva la hoja de coca. Y ésta – siempre generosa – no es exigente en cuanto a la calidad de tierra donde la hacen brotar, además de no tener plagas destructivas y ofrecer varias cosechas al año a partir de una sola siembra. De ahí que hasta hoy la política de erradicación tenga resultados tan pobres frente al tráfico de drogas ilegales. El Perú lleva seis décadas en este camino, y el narcotráfico ha demostrado muchas veces que está en lo más alto del poder político, en operatividad siamesa con la corrupción. De más está decir que el tráfico de estupefacientes agudiza nuestro subdesarrollo y reduce nuestras muy escasas posibilidades de superarlo. En realidad lo necesita, pues el atraso económico es sinónimo de Estado débil y capturable, que es lo que buscan la mafia y el sicariato para apoderarse de regiones enteras por medio de la violencia y el terror.

No creo que la persecución policial y la represión sean un camino viable para solucionar el problema del narcotráfico, que es el de las adicciones graves si lo miramos desde la demanda. La realidad nos dicen que hay cada vez más cultivos ilegales y que el precio del clorohidrato de cocaína para consumo sigue bajando. Creo que hoy sería mucho más potente una permanente campaña informativa mundial, que transparente todo el conocimiento existente sobre esta droga ilegal (y otras), que solucione miedos innecesarios y estigmatizadores, y que advierta con seriedad académica sobre los peligros. Y si esto es así, el problema del narcotráfico tendría como única y más eficiente salida legalizar la producción y el consumo del estupefaciente. Pero ése es un dilema que deben enfrentar los países más poderosos del mundo, porque sólo ellos están en capacidad de generar el consenso internacional necesario que requieren las políticas antidrogas, y porque son los principales afectados por los problemas de adicción. En cuanto al combate al narcotráfico en nuestro país, al que no tenemos por qué dejar de apoyar, se le debe atacar persiguiendo al resto de los insumos de la cadena productiva del clorohidrato de cocaína y la pasta básica (kerosene, trata de personas, armas, sintéticos intermedios, autoridades políticas, servidores públicos, militares), no a la hoja de coca, que es una planta maestra de grandes capacidades energéticas, y que es central en la cosmovisión y el orden social de la cultura andina.

Como siempre, las causas que explican el abuso histórico se mezclan y confunden. Hay mucho de desconocimiento y eurocentrismo aquí, sobre todo entre las autoridades y las élites, pero sin duda gran parte del asunto tiene que ver con las bases militares que el Estado norteamericano posee en las zonas cocaleras peruanas, donde accede a los recursos mundialmente estratégicos que están en nuestra Amazonía (agua, maderas, diversidad e inmensidad genética, conocimientos ancestrales), lo que le da capacidad para construir control geopolítico sobre ellos, a futuro. Todo bajo el pretexto de la ineficiente, y culturalmente criminal, política de erradicación de la hoja de coca. No es excesivo sospechar que el interés yanqui está en dejar que las cosas sigan como hasta hoy en todos sus extremos, se sabe que el Estado norteamericano está penetrado por el narcotráfico. Y tampoco es desproporcionado decir que la chacchada de Guido Bellido en el congreso no fue beligerante, sino justiciera, desarrollista y nacionalista.

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Guido bellido, Hoja de coca

Muchas expresiones de la violencia de género contra las mujeres se encuentran naturalizadas, una de ellas es la violencia verbal, la violencia sexual y sobre todo el acoso. Tras años de luchas intensas de las feministas y de las defensoras de derechos, no se ha logrado subvertir esta situación; sin embargo, si se ha logrado colocar la preocupación en la agenda pública y política.

Ante diferentes episodios de violencia, las feministas y defensoras de derechos siempre hemos expresado nuestro rechazo e indignación, independientemente del matiz político de quiénes fueron agredidas y de los agresores. La violencia de género se ha rechazado de forma permanente, por principio y no dudo que este es el camino correcto y coherente.

Diversas feministas e instituciones se han pronunciado rechazando los hechos de violencia sexista y acoso denunciados en un medio de comunicación por la congresista Patricia Chirinos; se ha exigido investigación y sanción al premier como corresponde, empezando por separarlo inmediatamente del gabinete.

Desde mucho antes se sabe y se ha denunciado la actitud misógina y homofóbica del primer ministro, siendo los hechos narrados por la congresista un suceso inaceptable y que confirma su perfil contrario a los derechos de las mujeres y la igualdad.

De otro lado, no podemos negar el contexto de polarización política que se vive, la oposición al gobierno ha sido permanente, filtrándose discursos autoritarios y manifestaciones racistas cotidianamente. En este contexto, los hechos serán – evidentemente aprovechados por la oposición- pero además por sectores que poco o nada les importa la violencia contra las mujeres, pero que hoy se indignan no porque se han vuelto sensibles a la problemática sino por intereses políticos que van más allá del hecho concreto y del premier.

Creo es importante tener claridad, la conducta, perfil y antecedentes de Guido Bellido lo hacen una persona nefasta para el gabinete, su renuncia debió darse hace mucho. Su actitud misógina, homofóbica, así como su falta de garantías democráticas han sido evidenciadas desde muchas defensoras y – no hay duda- que la actual agresión contra la congresista es repudiable. No obstante, utilizar este contexto en contra del gobierno y de otros ministros/as como la actual Ministra de la Mujer, evidencia que las intenciones son otras y ello desdibuja la lucha contra la violencia hacia las mujeres.

La violencia machista se rechaza, debe ser sancionada venga de donde venga, en cualquier contexto político, sin importar quién fue la agredida y quién fue el agresor; pues no estamos hablando de un problema individual sino colectivo y estructural. Rechacemos la violencia, si, absolutamente, así también rechacemos la utilización de la misma con fines políticos. Aquellos sectores que hoy se indignan con los hechos, si bien tienen mucha razón, deberán ser coherentes y ojalá defiendan el derecho de las mujeres a no sufrir violencia desde la propuesta y aprobación de normas para la igualdad de género. Finalmente, la coherencia es importante.

 

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Guido bellido, Patricia Chirinos, Violencia de género

Desde las ciencias sociales, es bueno recalcar el valioso rol que cumple la antropología, para colaborar en el análisis y en el ejercicio de pensar siempre a nivel país.

Son muchas las definiciones que se le pueden dar a esta ciencia, al tratar de descubrir su real concepto, considerando además que la base principal y fundamental de su enfoque, cual latidos de corazón para el ser humano, es el estudio de la Cultura, que además tiene muchas, muchas definiciones e interpretaciones, entre las reales y las puramente interpretativas, y unas tantas mal interpretadas.

No es el afán, definirlas en este artículo, pero es importante, considerar qué, para este caso, podríamos hablar de la cultura y por ende de la antropología, como aquellas que nos permiten palpar aquellas particularidades de los grupos humanos que habitan las regiones de nuestro país.

Y es ahí, donde se abre el debate. Estas particularidades que se transforman en características diferenciadas por región, se convierten en fortalezas que muchas veces perdemos de vista.

Y entendido desde el punto de vista cultural, es muy importante que ya sea tiempo de considerar estas fortalezas de los pueblos, comunidades y grupos culturales para beneficio de ellos mismos y que permitan abrir una ventana mas para su tan bien deseado desarrollo autosostenido y se puedan plasmar asociaciones que lleven adelante proyectos de negocios que tengan como base fundamental su particularidad cultural y por ende aquellos saberes ancestrales que muchas veces son dejados de lado y alimentan un bajo porcentaje en las estadísticas. Dándole relevancia a lo que el folklore netamente comercial descubre.

Pero es el mismo sector andino o amazónico donde la antropología puede ayudar a redescubrir y agregarle el verdadero valor no solo a los recursos naturales aprovechables de cada región sino al manejo ancestral de ellos, que van desde el aspecto gastronómico hasta el medicinal, pasando por un sin número de características aprovechables y que parten de los mismos espacios geográficos de donde se desarrollan estas poblaciones y cuya cultura debe potenciarse.

Entonces, sería más sostenida y firme la mirada al mercado que obliga a una adaptación y no a la adopción de los productos a comercializar, todo esto con miras a ubicarse, repito, en un mercado que puede dar resultados.

Se afirma que la globalización de la economía y los avances de la tecnología, son fenómenos que en los últimos años están marcando una nueva tendencia en el entorno productivo en el que los trabajadores independientes autónomos consolidan un creciente protagonismo y, a la vez, ocupan espacios hasta hace poco reservados al trabajo dependiente, si a esto se le suma el aumento de la población joven que demanda empleo cada año, se reafirma la necesidad y el hecho que darle sostenibilidad a iniciativas individuales y/o comunales que se sostengan en un fuerte componente cultural es muy importante.

No digo que no haya prácticas comerciales y hasta empresariales, que se generen de esta base ancestral de los recursos naturales, pero es importante que se masifiquen a nivel de las poblaciones y las comunidades, generando un nuevo y diferenciado mercado interno  que de una vez por todas sea un reto para cada población que aun se siente discriminada por el mercado occidental. Y además que sean los jóvenes, los que demandan empleo quienes  descubran el verdadero potencial que la cultura misma de adaptación al entorno les brinda.

Entonces, es muy importante, generar estos espacios de fortalecimiento, recuperación y apuesta que permitan el desarrollo económico de las poblaciones con un gran componente cultural, dando paso a la construcción de empresas comunales, en diversos rubros que sumen a los que ya se tienen.

Es una manera de hacer frente a una crisis que es inminente recibiendo aquellas herramientas de trabajo que van a la par de las necesidades que la coyuntura exige permitiendo su aceptación en el mercado.

Desde la experiencia, se puede afirmar que el potencial de recursos y el manejo de ellos desde el punto de vista ancestral, llámese también cultural, se convierte en un poderoso instrumento de desarrollo de aquellas poblaciones que con sus comunidades pueden encontrar el camino del gran desarrollo deseado. Y podemos comenzar a hablar de un verdadero y muy venturoso camino hacia los emprendimientos comunales.

Se abre el debate.

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Empresa Comunal, Hans Behr, Saberes ancestrales

Con el auge de aplicaciones de movilidad como Uber, Cabify o Didi se ha demostrado por demás el valor comercial de la geolocalización y los estrategas de marketing lo están tomando muy en cuenta en sus planes. Según una encuesta realizada entre estos especialistas, por 451 Research, el 81% de los encuestados en Estados Unidos dijo estar muy interesado en utilizar datos de ubicación para medir comportamientos y resultados entre canales.

Además de hacer público en buscadores la ubicación de un negocio, la geolocalización implica darle valor agregado a los datos que se obtengan, por ejemplo, pensando en nuevas campañas. Para Antonio Tomarchio, fundador y CEO de Cuebiq, firma de medición e inteligencia de marketing, la geolocalización también ayuda con la segmentación de la audiencia.

“Los datos de ubicación no son solo ‘geofencing’ o notificaciones de envío a quienes ingresan a una tienda minorista. Abarcan mucho más, desde dirigir el tráfico presencial a la tienda hasta permitir la segmentación personalizada del segmento de audiencia y medir la eficacia del gasto de marketing de una marca para llevar a los consumidores a la tienda”, comentó a Forbes.

Beneficios comerciales

De acuerdo a Enrique Saldivar, director comercial de Servinformación Perú, esta combinación entre marketing y geografía abarca la localización de clientes, pero también puntos de venta, sucursales y hasta tiendas de la competencia, generando mucha más información.

«El ‘geomarketing’ se basa en el análisis cuantitativo y cualitativo de los datos recolectados para cada empresa y las diferentes fuentes de datos disponibles. De esta manera, la plataforma permite segmentar bien a los clientes para ofrecerles lo que buscan y lograr así un servicio óptimo», explicó sobre la herramienta que han diseñado bajo este mecanismo. Entre las ventajas que este enfoque permite, resalta los siguientes:

Analizar el comportamiento de los consumidores. Conocer el comportamiento de los usuarios es clave. Esto permitirá que el área comercial segmente con mayor facilidad el target de la compañía y enfoque adecuadamente la distribución del producto o servicio.

Agilizar procesos de distribución. Para incrementar la venta y reducir los costos de la empresa es importante establecer una ruta óptima de distribución. De esta manera se mejora la relación costo beneficio y se asegura una mejor presencia en los puntos de distribución.

Adquirir información del mercado de la empresa. A través de la recolección y el análisis de los datos, se puede ampliar la información del sector y potenciar la estrategia de mercado.

Incrementar las ventas. Al establecer una ruta clara de distribución, segmentar el mercado, minimizar los tiempos e identificar los objetivos del área comercial se obtendrá un aumento progresivo de las ventas de la compañía.

Conocer a la competencia y posibles clientes. Con el análisis de los datos se puede innovar en la estrategia comercial y atraer nuevos clientes.

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estrategia de marketing, Geolocalización, marketing
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