Carlos Prado Vigil
Socio Fundador – Grupo PRACDA

[HACIENDO EMPRESA]  Veamos, este año 2024 debe ser para muchos un año decisivo, donde nuestras decisiones financieras  serán determinantes para nuestros objetivos de la próxima década; bajo esta óptica queremos compartir un posible mapa de inversiones que tienen por objetivo alentar la independencia económica de las personas:

Sector inmobiliario: si bien es cierto, este sector ha sufrido muchos estragos en los pasados años post pandemia, dado que el escaso apoyo del sector financiero, este hecho genera hoy una gran oportunidad de desarrollo para las inversiones ya que este año entrará en recuperación, buscando financiación en banca paralela, abriendo así posibles inversiones para variado tamaño y perfil de inversionistas. Dató importante:  que la empresa idealmente tenga activos que respalden la inversión (suele ser el mismo terreno ) y que tengas confianza en los desarrolladores.

Sector Agricultura: La agricultura se encuentra en un momento importantísimo, dado que después de haber enfrentado al fenómeno del niño por 2 años consecutivos, seguimos al pie del cañón y liderando en exportaciones frente a varios  países, eso nos ha hecho más sólidos por lo que al día de hoy, invertir en campos de cultivo, negocios de acopio y exportación , o cualquier arista del sector, se ha vuelto altamente atractivo ya que no baja el nivel de producción y de consumo.

Tecnología : nuevamente la pandemia contribuyó nos a desarrollar mucho el sector, dado que nos hemos visto retados a implementar mejoras para nuestro trabajo remoto, nuestras necesidades han generado muchos start ups enfocadas en el hogar; consideramos, que el sector seguirá creciendo naturalmente ya que todos buscamos  cómo mejorar nuestra calidad de vida apoyados en la tecnología.

Consideramos que estos tres  sectores tienen un papel prioritario en el desarrollo económico de nuestro país en el presente año.

Tags:

Auge agrícola, Independencia económica, Inversiones 2024, Resurgimiento inmobiliario


CARLOS PRADO VIGIL
Socio Fundador – Grupo PRACDA

“HACIENDO EMPRESA” En efecto, venimos escuchando que nuestro país ha entrado en recesión, que nuestra economía se ha contraído, que en general hay “menos plata”… pero, ¿realmente entendemos en qué se traduce esto o cómo es que nos impacta en el día a día? Veamos primero qué implica estar en recesión para luego evaluar cuál sería el mejor camino a tomar.

Adelantamos que la generación y sostenimiento de un real entorno de confianza juega un papel importante en la ecuación que presentamos.

Veamos, cuando hablamos de recesión, fundamentalmente, hablamos de que la gran mayoría de ciudadanos y empresas son más reacios a gastar dinero, por ende, si no estamos dispuestos a gastar, los que nos venden, debemos de bajar precios para tratar de vender más, pero es un círculo vicioso que nos lleva a tener menor movimiento de dinero día a día a todos. Esta realidad lleva a muchos a decir de manera inmediata “es momento de ahorrar”, pero si vemos el bosque y no sólo un arbol, nos damos cuenta, que lo que estamos haciendo es mover menos dinero en el tiempo. Lo cierto es que la  única real solución para contribuir a disminuir la recesión es aumentar la generación de dinero.

Con esto toca ser muy claro con los conceptos que manejamos; cuando hablamos de ahorrar, debemos tener claro para qué lo hacemos, el gran problema es que si ahorrar es nuestra mentalidad y no es UN medio para lograr algo, lo único que estamos haciendo es prolongar la agonía, ya que viviremos más ajustados día a día pero en algún momento igual tendremos menos y meno si no generamos más; nos explicamos mejor: es solo cuestión de tiempo que la recesión nos golpée duro.

Por lo explicado anteriormente es que cuando estamos en una coyuntura de recesión es que debemos ser más precisos y enfocados en realizar inversiones; dado que solo crecemos por dos tipos de ingresos: los ingresos directos (nuestro trabajo) y los ingresos indirectos (inversiones y rentas).

Bajo este esquema, ya instalado en la mente de la mayoría de las personas, lo que naturalmente suele pasar es el surgimiento del temor que acompaña a cualquier cosa que no controlamos directamente: “y si lo pierdo? Mejor lo ahorro”; por esta razón, lo que nos permitmos proponer es lo siguiente: analicemos inversiones que , si bien corren el riesgo de tener retrasos, tienen algún tipo de respaldo tangible y bajo la premisa que las personas involucradas son correctas y generan confianza (esto último es difícil de identificar pero resulta clave para lograr los objetivos propuestos)

Refiriéndonos al componente “confianza”, debemos entender aquella situación que se genera a partir de la buena reputación, imagen, gestión, transpatrencia e impacto sostenible con el entorno que toda organización debe generar y exhibir para identificar su cultura empresarial y responsabilidad con el desarrollo de las personas. Este es un clima ideal pero cierto que cada vez cobra mayor relevancia en nuestro medio.

Así, entre ahorrar o invertir, siempre sugeriremos invertir, ya que el dinero se devalúa en el tiempo y las inversiones con riesgo contronado son el único camino de hacer que nuestros ingresos indirectos crezcan; y ojo, sugerimos invertir, no emprender, que en un mercado en recesión tiene otro tipo de riesgos y dificultades. Recordemos siempre, el riesgo más grande es el que decidimos no tomar.

Tags:

Desarrollo Económico, Estrategia financiera, Generación de confianza, Inversión
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