Quizás sea el fujimorismo –por su mayor arraigo popular y protagonismo histórico– el llamado a dar el primer paso, anunciando que Keiko Fujimori no volverá a postular a la presidencia y, en cambio, asegurar su aporte a la búsqueda de un candidato del perfil señalado (que no encaja, por cierto, tampoco, con los de López Aliaga y De Soto, quienes también deberían dar un paso al costado).
Hay en la sociedad civil personajes que podrían ocupar ese lugar. Ninguno tiene aún la figuración necesaria, pero es buen síntoma el activismo derechista de los últimos meses. Es, “simplemente”, cuestión de esperar que se alineen los astros y la base social propicia concilie con la aparición de un candidato nuevo, capaz de hacerle frente al centro aguachento y a la izquierda ideológicamente desquiciada que lamentablemente predomina en el Perú de hoy.