De no remediarse esta tugurización del centro y la derecha, le dejarán la mesa servida a un Guido Bellido o a alguien de ese perfil -si hay elecciones adelantadas- o a un Antauro Humala, si Castillo dura hasta el 2026 (el líder etnocacerista sale libre el 2024). El centro y la derecha jugarán a favor de la izquierda, la cual, en circunstancias normales, debería quedar en un cuarto o quinto lugar en la primera vuelta.
La tozudez del centro y la derecha peruanas es de antología. La vemos hoy mismo en el Congreso, donde es gracias a los votos de algunos de sus partidos (Acción Popular, Podemos y Somos Perú) que no prospera la hoy legítima y necesaria moción de vacancia. Por unas pesetas han vendido su dignidad.