[Tiempo de Millenials] Era 1996, Shakira vino a Perú bajo la gira “Pies Descalzos” y era su primer concierto en nuestro país, en la extinta Feria del Hogar. En ese año, ella no era una cantante tan conocida y menos para mí que apenas estaba entrando en la adolescencia. Sin embargo, había logrado “el permiso” y estaba en la feria del hogar, parada en la tribuna esperando que salga la tal Shakira para que yo pueda disfrutar el primer concierto de la vida.
Recuerdo ese día como mágico con una mezcla de emociones como independencia, felicidad y canciones que de pronto amaba y me sentía identificada. A lo largo de los años, Shakira ha permanecido entre mis cantantes favoritos en todas las etapas de mi vida. Es decir, no es la cantante que me gustaba de niña, joven o adolescente si no que siempre ha sido la cantante que me gusta en el presente.
Esta semana estuve en el concierto -que fue increíble de principio a fin- y además de sorprenderme con la producción, me sorprendió el abanico de asistentes ya que eran de todas las edades con el factor común de que estábamos disfrutando a todo pulmón. Mi favorita -sin duda- fue la de mamás compartiendo un momento único con sus hijas y cantando las mismas canciones, sin duda un “core memory”.
Y es que, para todos – en especial para las mujeres – Shakira se ha convertido en un símbolo de sororidad, de apoyo, de respetar los códigos y de lo importante que es levantarnos en lugar de meternos cabe, en conclusión, de unión. Esto me dejó como reflexión que Shakira es una cantante que trasciende y es muy influyente.
¿Por qué es tan influyente Shakira?
Porque ha logrado trascender fronteras culturales y musicales gracias a su talento, carisma y capacidad para conectar con un público global. Ha abierto las puertas a nuevas generaciones de artistas latinos y han contribuido a que la música latina sea reconocida como una de las más importantes del mundo. Pero por sobre todo es percibida como una persona honesta, genuina y carismática. Haberse permitido mostrarse vulnerable frente a un momento doloroso en su vida hizo que las personas podamos conectar con ella y sentirnos identificados volviéndola así en un referente.
Finalmente, es percibida como una persona que se aleja del odio y, por el contrario, busca unir a través de mensajes y actitudes positivas y que importante es -sobre todo en esta época- tener referentes que construyan en lo positivo.