[EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS] La semana pasada circuló el pronunciamiento de un colectivo denominado Coalición Ciudadana. Entre tantos manifiestos que circulan últimamente en nuestro medio, este ha llamado la atención y ha suscitado reacciones, algunas de ellas críticas destempladas, otras comedidas en el lenguaje, pero bastante duras en los reparos que le plantean.

El pronunciamiento llama a la unidad de las organizaciones y colectivos democráticos de la sociedad. La meta es revertir la captura de las instituciones del Estado por poderes subalternos, así como promocionar el crecimiento del país a través de un Estado honesto y técnico, que aliente el desarrollo de sectores claves como la salud, la educación y la infraestructura. El documento contiene también llamamientos a la justicia social, la lucha contra la pobreza, contra la violencia de género, entre otras.

Se ha dicho que el pronunciamiento de Coalición Ciudadana reúne una serie de lugares comunes y que las metas que propone son por todos compartidas. Respecto de estas dos premisas anteriores voy a suscribir la primera, pero no la segunda. En efecto, quién no quiere un Estado moderno que a través de sus servicios promueva el desarrollo del país en alianza, por supuesto, con el sector privado. La pregunta que queda en el tablero es qué sector de la política ha hecho realmente suyas estas metas tan obvias y que, en el Perú, desgraciadamente, no son más que una utopía.

Si nos detenemos a observar la actuación de las fuerzas políticas en el Congreso, nos quedamos absolutamente vacíos, salvo uno que otro esfuerzo individual. Está claro que las agrupaciones que se sitúan a la derecha del espectro están más preocupadas por cooptar las instituciones del Estado, y no es necesario que te chanten el manido sambenito de “caviar” -otro lugar común– para constatarlo: salta a la vista. Todo el Perú se ha dado cuenta y el Ejecutivo, deslegitimado desde las lamentables muertes de hace un año, no ha logrado, ni parece interesarle mucho tampoco, erigirse en ese poder que establezca el balance y el equilibrio que constituyen los pilares más importantes de cualquier democracia.

Hay otro aspecto relevante del llamado de Coalición Ciudadana que se les ha pasado a sus críticos. El pronunciamiento impulsa el diálogo, el intercambio, buscar las coincidencias mínimas para la constitución de un centro político democrático que abarque derechas e izquierdas, siempre y cuando se mantengan dentro de los contrapesos republicanos y constitucionales. En tal sentido, la presencia de la historiadora del periodo republicano, Carmen Mc Evoy, en la plataforma, es la que mejor garantiza la búsqueda de un lugar común democrático. El mismo efecto genera la presencia en la plataforma del rector de la UNI, Dr. Alfonso López Chau, cuyas ideas, que sintetizan diversas visiones del Perú, apuntan en la misma dirección. En efecto, hablamos de un lugar común para todos los que creemos que la deliberación democrática es aún posible cuando arrecian los extremos de derecha, de la izquierda marxista y del progresismo radical.

Este no es un objetivo menor pues el debate político lo venimos perdiendo hace años. Hoy prevalece el griterío histérico de los extremismos, y este es un fenómeno global. La democracia está contra las cuerdas, se bate en retirada y nuestros derechos, conquistados en siglos de desarrollo constitucional, son cuestionados cuando no trasgredidos con total impunidad por tirios y troyanos. Volver a situarnos dentro de los límites de los derechos fundamentales, de la democracia y de sus instituciones resulta pues un lugar común fundamental, que de tan común parece que lo damos por sentado cuando en realidad se esfuma entre nuestras manos sin que siquiera tomemos nota de una tragedia cívica cuyas consecuencias ya estamos pagando y pagarán aún más las próximas generaciones si no hacemos algo al respecto.

Otra crítica a la nueva plataforma política es la presencia en ella de Marisol Pérez Tello y Mesías Guevara. Quienes vemos la política desde fuera, hemos notado claramente que, en estas duras circunstancias políticas y sociales, algunos partidos de larga data han preferido sumarse a las consignas de las fuerzas que apuestan por el copamiento institucional, antes que convertirse en bastiones de la defensa de la democracia. Así las cosas, Pérez y Guevara buscan una nueva trinchera para luchar por los principios que siempre han defendido. ¿Debemos impugnarlos por ello?

El pronunciamiento, y la conferencia de prensa que Coalición Ciudadana le han ofrecido al país constituyen una suma de lugares comunes. Pero se trata de los lugares comunes con los cuáles el Perú podría combatir la corrupción, desarrollar y modernizar el Estado, y extender la justicia social entre todos sus ciudadanos. Suerte en el empeño.

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Coalicion Ciudadana, Democracia, Estado Tecnico, Justicia Social

-Que Alianza le renueve contrato a Carlos Zambrano y a Christian Cueva.

-Que en la U, Alex Valera no falle tantos goles, en desproporción de las oportunidades que él mismo contribuye a generar. Si acertara un 30% las que se encuentra, nos garantizaría el bicampeonato anhelado.

-Que a Fossati, a pesar de no haberle jugado correctamente a la U, le vaya bien con la selección y que su esquema 3-5-2 (del cual no se mueve ni aunque lo amenacen de muerte) encuentre los jugadores para desplegarse con éxito.

-Que Vargas Llosa acabe pronto su libro de ensayos sobre Sartre, a ver si en una de esas se anima y saca fuerzas para entregarnos una nueva novela.

-Que a las librerías les vaya bien y no se vean obligadas a cerrar.

-Que se acaben las mafias que aprisionan nuestro mayor imán turístico, Machu Picchu.

-Que Francisco I tenga el vigor de hacer la purga masiva que la iglesia católica necesita, dada la abrumadora cantidad de casos de pedofilia.

-Particularmente, que las autoridades eclesiásticas tomen la decisión de disolver el Sodalicio, incautar sus bienes y ponerlos a disposición de alguna otra orden o de alguna institución social de la propia iglesia.

-Que acabe la persecución judicial a los colegas Pedro Salinas y Paola Ugáz.

-Que vuelvan César Hildebrandt y Rosa María Palacios a la televisión abierta.

-Que Hildebrandt en sus trece resista y no deje de salir, aun cuando a veces los valientes y acuciosos colegas que lo componen le agreguen demasiado barullo a sus notas.

-Que acabe la campaña alcanterillesca contra un periodista honesto y corajudo como Gustavo Gorriti.

-Que los directores de diarios entiendan de una vez por todas que ya no pueden ofrecer noticias como producto central de sus impresos. Si siguen haciéndolo, van a desaparecer. Los kioskos no pueden convertirse en bodeguitas ambulatorias.

-Que retorne la paz a Medio Oriente, bajo la asunción de que se reconozca al Estado israelí, pero también al Estado palestino y su territorio originalmente asignado.

-Que a Putin lo saquen del poder como sea y acabe la prepotente invasión a Ucrania, que tanto daño le ha hecho a la economía mundial.

-Que a Milei le vaya bien en Argentina. Si ocurre ello, será un envión anímico para las derechas liberales de la región.

-Que se produzca un milagro y fenezcan las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y que sus conductores acaben en la cárcel por tiranos y por corruptos.

-Que el fiasco de Boric en Chile sirva de lección continental.

-Que se empiecen a construir las líneas 3 y 4 del Metro de Lima, sin esperar a que acabe la 2.

-Que se contrate a una consultoría especializada y, sin necesidad de construir puentes o bypasses, se resuelva el problema del tránsito en la capital peruana.

-Que saquen a los ministros de Economía y del Interior, una nulidad para resolver los dos más grandes problemas del país: la recesión económica y la inseguridad ciudadana.

-Que se entienda que la ola delincuencial que sufre Lima no es producto de la bienvenida migración de compatriotas venezolanos. Que no suframos de la xenofobia que en otros países ha sido el caldo de cultivo para el surgimiento de derechas autoritarias y extremadamente conservadoras.

-Que el centro y la derecha peruanas no cometan el suicidio de ir con más de veinte candidatos y este año se empiecen a consolidar alianzas.

-Que el país madure políticamente y se aleje de las narrativas radicales de los Aníbal Torres, Antauro Humala o Guido Bellido.

-Que en Barranco vuelva la bioferia, punto de encuentro colectivo que le hacía mucho bien a la vida cívica del distrito.

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Alianza Lima, Deseos 2024, Economía Perú, seguridad ciudadana
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