EL PODCAST DIARIO DE OPINIÓN DE JUAN CARLOS TAFUR.
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Es una lástima que Ricardo Márquez, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, no haya aceptado las invitaciones que le han hecho desde Palacio emisarios de Castillo para que aceptara ser Premier de este gobierno (es una lástima también que haya desmentido, presuroso, lo que diversas fuentes altamente confiables nos confirmaron como un hecho producido -la propuesta-, pero entendemos que existen algunos desvelos institucionales que ha preferido resguardar).
En todo caso, lo importante es que en Palacio hayan pensado en un personaje como él. Ello indicaría claramente que hay una posibilidad cierta de que se produzca un golpe de timón hacia posturas más centradas, más proinversión, y que se descartaría escenarios radicales o de confrontación política, como aún muchos sectores sociales del país temen.
Márquez representa, además, una postura empresarial cercana al mundo emprendedor y alejada de los grandes grupos de poder, a los que probablemente Castillo ve con desconfianza. Es el empresariado cholo emergente el que simboliza el presidente de la SNI y al que, por lo conocido, el Primer Mandatario buscaba acercarse.
Si en este camino de Damasco -ojalá no pequemos de ingenuos-, que podría recorrer el Presidente, busca y encuentra alguien de ese perfil, cambiaría por completo la perspectiva política del país. Para bien. Nos alejaríamos del desmadre constitucional y el colapso inversor. Aprovecharíamos el boom global de la economía internacional y podríamos alcanzar niveles de recaudación fiscal de tal envergadura que se podrían hacer realidad los sueños institucionales de la izquierda que representa Castillo (una salud y educación públicas de primer orden), sin necesidad de transitar caminos revolucionarios autoritarios y antidemocráticos.
El problema es que muy pocos -también se ha invitado a tecnócratas de una línea promercado a ocupar el MEF- aceptan el encargo, porque Castillo tiene que dar muestras de sensatez gubernativa que hagan creíble su invitación. Con Sarrateas de por medio, con el círculo hiperactivo de lobistas chotanos y con la cercanía de cerronistas y fenatepistas, es difícil que alguien sensato crea que lo están llamando para poner en escena una conversión auténtica y no simplemente como un objeto decorativo de una escenografía mostrenca con la que no se va a llegar a ninguna parte.
Si Castillo, efectivamente, se ha dado cuenta que el camino de la gobernabilidad requiere de un salto cualitativo, político y económico, pues tiene que empezar a darlo, dando muestras claras y evidentes de que la limpieza ha empezado por casa.
Va a ser muy difícil que el Congreso apruebe la solicitud de delegación de facultades legislativas en materia tributaria, fiscal, financiera y de reactivación económica que el Presidente y la Premier han remitido ayer al Parlamento.
El proyecto demuestra consistencia y detalla, en una amplia exposición de motivos, las razones que fundamentan su solicitud. En principio, queda claro, que el gobierno apunta a un mayor peso fiscal, sea por controles de evasión o elusión, como aumento de algunos impuestos. Es, por cierto, lo que el ministro Francke se la ha pasado anunciando durante toda la campaña electoral y en esa medida no llama a sorpresa.
El problema entre manos, sin embargo, es político. ¿Cómo confiar en que el Presidente no se entrometerá en asuntos económicos que no le competen y termine generando alguna norma Frankenstein que distorsione el espíritu y el sentido del paquete que quiere aprobar el MEF?
Los exabruptos presidenciales dejan honda huella en el sector empresarial, que inmediatamente activa recelos y temores, quizás algo exagerados, pero entendibles dada la retórica inflamada que hasta hace poco exhibía el ala cerronista del régimen y el afán no descartado del Presidente de desplegar una ruta hacia la Asamblea Constituyente.
En esa medida, va a ser necesario que el ministro Francke se prodigue en los medios y eventualmente ante el Congreso a explicar con el mayor detalle posible sus proyectos, o que eventualmente los explicite aún más de lo que ya lo están en el proyecto presentado, de modo tal de reducir la incertidumbre.
Es verdad que el Congreso, a posteriori, puede corregir, anular o derogar las normas que el Ejecutivo apruebe en base a la delegación de facultades, pero ello no reduce la inquietud existente en muchas bancadas respecto de las sorpresas o bombas que desde el gobierno se puedan perpetrar en las materias señaladas (tributaria, fiscal, financiera y de reactivación económica).
A ver si este escenario termina de convencer al Primer Mandatario de la urgencia imperativa de que controle su irresponsable verbo, que entienda que está frente a una realidad política que lo contiene (un Congreso mayoritariamente opositor) y que, en esa medida, necesita mostrar tino y cautela. Los que pueden terminar pagando las consecuencias de su inimputabilidad política son la Premier, con el voto de confianza, y el ministro Francke, con la delegación de facultades.
El pasado 14 de octubre, el Ministerio de Salud presentó con bombos y platillos un protocolo de semipresencialidad, luego de una reunión con los rectores de universidades públicas y privadas. Pero el documento no está terminado, según diversas fuentes del Ejecutivo con las que conversó Sudaca. De hecho, todavía hay reuniones con los rectores para afinar la versión final.
Eso no es, sin embargo, lo que más preocupa a las universidades. Los rectores de las universidades públicas están insatisfechos con el presupuesto que se les ha asignado para afrontar la “nueva normalidad”.
Para Américo Guevara, rector de la universidad Agraria La Molina, las demandas presupuestales para enfrentar el regreso a clases semipresenciales han sido toreadas por el MEF. Así, la adecuación de comedores, bibliotecas o laboratorios se ha quedado en suspenso puesto que no hay recursos.
“Al MEF hicimos requerimientos mínimos para trabajar en condiciones normales bajo la semipresencialidad. El documento final de lo que nos otorgarían lo vamos a tener en estos días, pero es preocupante. Es como si el MEF estuviera interesado en destruir a la universidad pública y no mejorarla”, dice Guevara, también presidente de la comisión de presupuesto de la Asociación Nacional de Universidades Públicas del Perú (Anupp).
De acuerdo a esta asociación, 13 universidades públicas tuvieron recorte presupuestal en ‘personal y obligaciones sociales’; 31 fueron recortadas en ‘bienes y servicios’; y 25 en ‘pensiones y otras prestaciones sociales’, de acuerdo al proyecto de ley de Presupuesto remitido al Congreso y cuya fecha tope de aprobación es el 30 de noviembre.
Hasta inicios de este mes, aún durante la gestión de Juan Cadillo, el Ministerio de Educación (Minedu) estuvo pujando por un mayor presupuesto para implementar la semipresencialidad el 2022. Esta cartera había solicitado S/894 millones, pero el MEF solo asignó 87, menos del 10% de lo demandado y menos de 30% respecto a lo otorgado en 2021 para el “plan de emergencia remoto”.
Las cifras quedaron plasmadas en un documento interno del Minedu al que accedió Sudaca. En este se analiza la situación financiera en la que se encuentra el sector para afrontar el retorno a las clases. Se lee, por ejemplo, que la falta de dinero “limita la capacidad del Estado para apoyar la mejora de la formación de los 360.000 estudiantes de las universidades públicas”.
El documento también señala que se puso en riesgo una serie de incentivos para el sistema de educación universitario, como los convenios de gestión mediante los cuales el Minedu transfiere recursos a las universidades públicas, o el Bono del Docente Investigador, lo que afectaría directamente a 500 docentes.
En busca de apoyo, la Anupp dice haberse reunido dos veces con el MEF en setiembre. Según Américo Guevara, en la segunda de esas citas se les dijo que no había nada que hacer porque la ley de Presupuesto ya se había remitido al Congreso.
La Anupp le tocó la puerta ese mismo mes al presidente de la Comisión de Presupuesto del Congreso, Héctor Acuña (APP). Guevara le explicó que era necesario revertir el recorte presupuestal del sector.
El rector también le manifestó su preocupación por la ley 31349 del 18 de agosto, que autorizaba el nombramiento de los docentes contratados en las universidades públicas. Aquellos nombramientos estaban en suspenso por la falta de dinero, así que le pidieron intermediar con el MEF para que pudiera reunirse con los rectores.
Acuña dirigió un oficio al ministro Francke el 28 de setiembre en el que se solicitaba la reunión. Esta se llevó a cabo el último viernes por la tarde, entre los rectores y el viceministerio de Hacienda. Una fuente que asistió a dicha cita dice que el MEF se comprometió a “analizar el incremento de partidas”, pero que no hubo un acuerdo concreto.
Consultado el MEF por estos cuestionamientos, señalan que el proyecto de ley del Presupuesto del 2022 se “realizó de manera consensuada con todos los sectores, incluyendo el de Educación”, algo que desde la Anupp desmienten.
El MEF también asegura que se atiende las demandas del sector tanto para la educación a distancia como para el retorno a la semipresencialidad. “El Presupuesto Institucional de Apertura (PIA) de las universidades públicas para el 2022 para gastos de capital asciende a un total de S/1.002 millones, un alza frente al PIA de 2021 de S/842 millones”, indica el MEF a Sudaca. No señala, sin embargo, cuánto es la partida que le tocará al retorno a la semipresencialidad, que debe salir de este presupuesto general.
Otro punto que genera zozobra es la falta de apoyo de la nueva gestión del Minedu, a cargo de Carlos Gallardo. A diferencia de Juan Cadillo, que estuvo liderando las demandas de las universidades públicas, el nuevo ministro mantiene un silencio sepulcral. De hecho, no ha habido reunión con los rectores a dos semanas de su asunción.
Lo mismo consideran en la Sunedu, una entidad que se ha sentido marginada de las coordinaciones del retorno a las aulas. Fuentes en dicha entidad indicaron a Sudaca que ni siquiera se enteraron de la reunión entre el Minsa y los rectores para afinar los protocolos. Tampoco tienen comunicación con Gallardo.
«Con Cadillo se llegó a tener un diálogo fluido, pero con el nuevo ministro nada. Hace una semana, en la despedida de Cadillo, Gallardo dijo que la línea de trabajo del ministro saliente se mantendría, así como el apoyo a la Sunedu, pero no hemos sabido nada más», indica una fuente de la Sunedu.
El pasado 18 de agosto, en una reunión que sostuvo un equipo técnico del Minedu con el Consejo de Ministros para hablar sobre la estrategia del ingreso universal a universidades -una promesa de campaña de Pedro Castillo-, se explicaron los lineamientos para llevar a cabo esta iniciativa.
Según una fuente presente en la reunión, el ministro de Economía, Pedro Francke, se mostró de acuerdo, pero añadió que también era “importante apoyar a las universidades públicas para la semipresencialidad”. Todo parece, sin embargo, haber quedado en intenciones. ¿Los universitarios? En la incertidumbre.
Fotoportada: Darlen Leonardo
Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 221: Renuncia el representante del MEF en Indecopi. Velarde dice que ha aceptado quedarse. ¿Por qué le cuesta tanto al oficialismo el tema Sendero? Y David orgulloso de salir en Cosas.
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