[MÚSICA MAESTRO] En un reciente podcast disponible en YouTube, el crítico de cine, comunicador y docente universitario Ricardo Bedoya, recordado por el programa El placer de los ojos que dirigió y condujo durante dos décadas en TV Perú (Canal 7), comenta en tono de reproche la eterna ausencia de una industria cinematográfica en el Perú, algo que ni fenómenos como el de ¡Asu Mare!, que son esencialmente ridículos, dudosamente trascendentes y comercialmente exitosos -todo a la vez- han logrado corregir. Los comentarios de Bedoya, vertidos en respuesta a una interrogante sobre la ausencia de registros formales de la producción cinematográfica nacional de los últimos ochenta años, describen una realidad innegable que también podemos aplicar a la música hecha en Perú, una situación de la cual me ocupé con amplitud en este artículo, publicado hace un año en este medio.

Ante ese abandono que es, por partes casi iguales, tanto responsabilidad del Estado como de los sectores privados y del público mismo, en lugar de una memoria artística oficial -musical, literaria, fílmica, pictórica, escultórica- lo que tenemos es un rico pero desorganizado anecdotario nutrido por los recuerdos de los mismos protagonistas de cada escena o las investigaciones de estudiosos interesados en cómo se entendían y vivían las manifestaciones artísticas en un país que, debido a las eternas pugnas políticas y la metástasis de la corrupción, siempre ha visto todo lo relacionado a la educación, la cultura y la identidad popular como algo secundario, inservible salvo cuando puede formar parte de alguna campaña necesitada de iconos que muevan la emoción de los votantes.

Así, el cine de Armando Robles Godoy, los estudios musicológicos de la familia Santa Cruz o las esculturas de Miguel Baca Rossi solo serán útiles si dan la oportunidad -las obras o los nombres de sus autores- para que un partido político, una empresa o un medio de comunicación, finjan tener/sentir apego por la cultura cuando es lo último que les importa frente a sus reales y únicas ambiciones (poder, ganancias o rating, respectivamente). Por eso vemos, de vez en cuando, que se mencionan a diversas personalidades en cualquiera de estas artes pero nunca hay atisbos de intención por corregir esta omisión histórica y movilizar equipos de trabajo, presupuestos y archivos periodísticos para, por fin, rescatar del indigno olvido a tantas expresiones del saber popular que hoy están condenadas a desaparecer.

De eso se trata la tercera publicación de un colectivo de autores que, bajo el paraguas de la siempre activa Editorial Contracultura, nos entrega esta vez un compendio de pequeños pero sustanciosos ensayos para narrar, desde diferentes ópticas, hechos relacionados a la vivencia musical en el Perú, dentro de un rango de seis décadas. El hilo conductor de la obra, titulada Diez historias caletas de la música juvenil peruana, mantiene una identidad basada en desmarcarse de la visión idealizada que suele tratar de vender “un pasado musical glorioso” para concentrarse en contar las cosas lo más objetivamente posible. Aun así, hay diferencias demasiado marcadas entre los tonos y redacciones de los textos que conforman el tomo. Si bien es cierto esto suele suceder en las obras multiautorales, en este caso se hace urgente reclamar un trabajo más fino de edición para evitar altibajos. No porque dificulten la lectura ni la hagan menos atractiva, sino porque un tema tan trascendente como este, merece un tratamiento más especializado para alcanzar productos finales prolijos y dignos del esfuerzo desplegado.

Por ejemplo, el interesante y denso análisis que realiza el historiador Raúl Álvarez Espinoza en su pieza titulada La chicha o cumbia andina entre la violencia senderista y el giro neoliberal, con hartas referencias al complejo contexto sociopolítico vivido durante los ochenta; colisiona bruscamente con la transcripción descuidada que Ignacio Ramos Rodillo hace de Una entrevista a Alberto “Chino” Chávez, guitarrista, productor y compositor que fue uno de los protagonistas de la movida escénica y musical del Perú desde las épocas del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, por lo que a uno le queda la sensación de haber sido extraídos de publicaciones diferentes y no preparados de manera especial para el compendio que, a decir de sus propios compiladores, entra a cerrar una trilogía iniciada por los igualmente buenos Días Felices (2012) y continuada por Cielo Rock (2021). Sería óptimo, en caso hubiera segunda edición, corregir esta clase de observaciones, por muy odiosas y formales que parezcan.

La investigadora Fabiola Bazo, reconocida por sus estudios sobre el rock subterráneo, abre el libro con ¿Y dónde están las mujeres? Una lectura a contrapelo de la historia del rock peruano, texto en el que realiza un repaso de la participación de artistas mujeres en la escena musical local, desde los tiempos de la nueva ola con la cantante Kela Gates o Rebeca Llave, manager de Los Saicos; hasta la insurgencia de figuras determinantes para romper el machismo en el pop-rock nativo, como la vocalista de Ni Voz Ni Voto, Claudia Maúrtua -banda activa desde los noventa-, o el grupo de heavy metal Área 7, liderado por las hermanas Fátima y Diana Foronda.

En sus pertinentes argumentos, Bazo lanza varios reproches a la historiografía musical reciente por no haber dedicado suficientes páginas a las representantes femeninas de la música juvenil nacional, desde las más ubicuas como Patricia Roncal Zúñiga (María T-Ta) hasta Rebeca Llave, manager de Los Saicos, aunque su posición pareciera algo sesgada pues estamos hablando, por un lado, de épocas en que esta marginación era aceptada como “normal” por gruesos sectores de la sociedad- Y, por otro lado, la poca mención de mujeres en retrospectivas no necesariamente responde a un pensamiento subconscientemente discriminador sino a la magra exposición que ha habido tradicionalmente de sus aportes a través de los años, una situación que ha venido corrigiéndose felizmente en tiempos modernos. En ese sentido, la contribución de María de la Luz Núñez, La presencia de músicas en los inicios del metal peruano (1985-1995), se percibe menos panfletaria pero igual de reivindicadora, ofreciendo un acercamiento inédito a aquellas jóvenes que, contra todo prejuicio, alternaron con mucho entusiasmo y determinación en un subgénero de música extrema mayoritariamente consumido y producido por hombres.

Todos los capítulos de Diez historias caletas de la música juvenil peruana tienen valor en sí mismos, por la información que ofrecen a una comunidad de lectores ávidos por profundizar más en los orígenes de los diversos géneros musicales que se han practicado en nuestro país desde la década de los sesenta. Por ejemplo, Una breve historia sobre los inicios del reggae en Lima, contada a cuatro manos por los sociólogos Ernesto Bernilla y Mauricio Flores, rescata los orígenes de la enorme afición que hubo en diversos barrios de Lima Metropolitana por la música jamaiquina, brindando detalles poco explorados de la trayectoria de Alejandro “Pochi” Marambio, su mayor promotor y cultor, sus coqueteos iniciales con la música latina junto al sonero José “Chaqueta” Piaggio -el legendario grupo Guarango- y cómo el reggae se posicionó, casi sin quererlo, entre juventudes mesocráticas de distritos como Barranco y Miraflores, alterando -aunque no dramáticamente- sus verdaderas vinculaciones a poblaciones más bien desfavorecidas y marginales.

La publicación de los testimonios de formación de bandas como Tierra Sur, Hojas Ckas, Mundo Raro, Jericó y Los Nuevos Predicadores, así como de sus inicios en el reducido circuito de conciertos que frecuentaron es, después de todo, un acto de justicia. Sin embargo, como ocurre en otras publicaciones similares, los editores no dedicaron espacio para dar información detallada de años de actividad, formaciones, discografías, etc., que sean a la vez catálogos y fuentes cronológicas, material de consulta para futuros estudios.

Del mismo modo, los capítulos firmados por Hugo Lévano –La música juvenil peruana (1960-1965)– y Fernando Pinzás –Breve historia del pop, rock y otras culturas juveniles en Trujillo (1963-2000)– consiguen generar vasos comunicantes entre dos localidades diferentes, Lima y Trujillo, durante los comienzos de la industria de música en vivo orientada a públicos adolescentes, un aspecto que es complementado por la historia de las matinales -tocadas que organizaban populares locutores de radio en las salas de cine más conocidas de Lima- que nos ofrece Sergio Pisfil. Su ensayo, titulado Las matinales en Lima: Apuntes para una historia cultural, cubre con datos concretos una de las épocas más activas de la escena musical peruana, tras el estallido de la fiebre por el rock and roll que tuvo su momento climático con las visitas de Bill Haley y Chubby Checker, dos estrellas internacionales de alto nivel en su momento, dando origen tanto a la generación nuevaolera, con tendencia la canción romántica, como a los sonidos más rebeldes inspirados en la Invasión Británica, los Beatles y la psicodelia hippie.

La prensa también es abordada en estas historias caletas, un término que, como tantos otros de nuestra jerga local, pasó del hampa al habla cotidiana de personas comunes y corrientes (*). Carlos Torres Rotondo, que viene publicando sobre estos temas desde hace ya buen tiempo, hace un recuento a pasos largos titulado 50 años de escritura en rock, trazando una línea común entre revistas, fanzines y blogs, en tanto son herramientas comunicacionales que poseen un común denominador, el uso de la palabra escrita y el diseño gráfico -especializado en revistas, rústico en fanzines y mixto en todo lo tocante a medios digitales- que podría servir como contexto o inicio de marco teórico para una futura historia de los medios de comunicación en el Perú que comience donde terminó la suya el catedrático y periodista arequipeño Juan Gargurevich Regal en su clásico libro de 1982, Introducción a la historia de los medios de comunicación en el Perú. Aunque interesante, el uso exagerado de citas hace que el texto de Torres se enfríe demasiado.

En ese sentido, Fidel Gutiérrez aporta mayor sensibilidad con Historias de Rock del Sur, al rescatar la figura señera de Estanislao Ruiz Floriano (19??-2015), diseñador gráfico -creador de portadas para varios grupos locales famosos de los sesenta y setenta-, periodista y editor de las primeras revistas dedicadas al ritmo anglosajón más popular del mundo, Rock -que solo tuvo un número, en 1972- y su derivada Rock del Sur -solo duró dos años, entre 1978 y 1980. Aunque fueron muy breves, las motivaciones y experiencias de Ruiz Floriano como promotor de vehículos que sirvan para difundir una escena que, después de todo, nunca logró despegar, son inspiración de todo lo que vino después en cuanto al periodismo musical en el Perú, lo cual las provee de un valor hondo y duradero, cuyos ecos son, precisamente, publicaciones como Diez historias caletas de la música juvenil peruana, que viene siendo presentada con éxito en diversos foros culturales del Perú.

(*) CALETA: Este peruanismo de uso extremadamente extendido en tiempos modernos, surgió en el narcotráfico. Los escondites que armaban los fabricantes de pasta básica en las montañas eran llamados “caletas”, camuflados con tupida vegetación para evitar ser detectados desde lo alto por helicópteros, haciendo referencia a las caletas de pesca, lugares resguardados donde vivían pobladores costeros dedicados a la pesca artesanal. Con el tiempo, “caleta” se volvió sinónimo genérico popular de todo lo “escondido”, lo “oculto” o “disimulado”. Por asociación, cuando se trata de manifestaciones artísticas, lo “caleta” ya no solo alude lo poco conocido, sino también a algo “único”, “exclusivo”. Formas verbales como “encaletar” -equivalente a “esconder”- o “caletear” -pasar de manera disimulada, “pasar “caleta”- son también usadas para realizar actividades de manera disimulada, sin que nadie se dé cuenta.

Tags:

Chicha, Libros peruanos, Música juvenil, Música peruana, Nueva Ola, Reggae peruano, Rock del Sur

[EN UN LUGAR DE LA MANCHA] Empezaré por una sencilla confesión: la adoración del libro es el único culto en el que mi natural laico se siente a gusto. Entre las páginas de una novela, un ensayo o un libro de poemas se revelan misterios, sentidos insospechados, verdades profundas y conmovedoras sobre el hecho –contradictorio a veces– de existir, sobre los vaivenes de la vida, en fin, sobre uno mismo.

El libro como objeto, en todos sus formatos posibles, desde el venerable folio hasta el práctico de bolsillo, tiene su lugar inscrito de manera indeleble en los lectores que han fatigado una sala de referencia, pasando esas antiguas páginas con guantes de látex o bien se han acomodado plácidamente en un sillón con un libro entre las manos. El libro, en suma, es un dispositivo de placer, pero también de la memoria.

La lectura, actividad que hace cobrar vida al lenguaje escrito, es otro espacio de fantasía y maravilla. Ningún escritor, que yo sepa, recuerda mal sus inicios como lector. Basta recordar a Vargas Llosa en ese fragmento de su discurso al Nobel diciendo que los más importante que le había pasado en la vida era haber aprendido a leer. Muchos autores como Alberto Manguel o Irene Vallejo han contribuido enormemente a enriquecer esta noble mitología que enlaza la vida de libros y lectores.

Umberto Eco, amén de novelista entre los notables, también escribió ensayos que, en medio de su exquisitez y erudición, sabían huir de la rimbombancia y de la muy practicada soberbia. La memoria vegetal, título que recuerda la materia prima del papel desde el siglo XIX (la fibra de celulosa, proveniente de tejidos vegetales y sucesora del antiguo papel de trapo), es de aparición reciente en vitrinas limeñas, aunque data de 2021.

El libro se organiza en cuatro ejes temáticos, íntimamente relacionados con el mundo de la lectura y la literatura. Por allí desfilan bibliófilos, historias fascinantes sobre algunas ediciones de libros raros (librescas, si me permiten redundar), locos literarios y científicos estrambóticos, autores de libros que honraban esa condición y más historias delirantes alrededor de libros y autores, como una sugerente polémica en relación con la identidad autoral de Shakespeare.

“Hace algunos miles de años que la especie se ha adaptado a la lectura. El ojo lee y todo el cuerpo entra en acción. Leer significa también encontrar una posición correcta, es un acto que atañe al cuello, a la columna vertebral, a los glúteos. Y la forma del libro, estudiada durante siglos y configurada en los formatos ergonómicamente más apropiados, es la forma que debe tener ese objeto para que la mano pueda asirlo y colocarlo a la correcta distancia del ojo. Leer tiene que ver con nuestra fisiología”, reflexiona Eco (pp.31-32).

La memoria vegetal es un acto de amor por el libro y la lectura. Es también un ejercicio de la memoria: la historia de este maravilloso objeto y los insólitos y desopilantes personajes que la rodean, así como venerados hábitos, la bibliofilia, por ejemplo, acompasan y matizan la historia de nuestra cultura. Visitar estos ensayos prístinos, iluminadores y por momentos ricos en resonancias lúdicas y humorísticas, es un deber que nadie debería dejar para mañana.

Umberto Eco. La memoria vegetal. Lumen: Colombia, 2023.

Tags:

Bibliofilia, Ensayos literarios, Fisiología humana, La memoria vegetal, Umberto Eco

En términos comparativos, América Latina es una región en la que casi no ha habido conflictos militares. Hoy mismo no hay ninguno vigente. Eso podría cambiar, sin embargo, radicalmente si el mundo sigue girando hacia la multipolaridad, con los Estados Unidos perdiendo el dominio geopolítico del planeta y, ya desde hace años, de la región sudamericana.

La creciente y expansiva influencia china en Latinoamérica, la estampida de los capitales norteamericanos, la pérdida de influencia del Brasil, y la aparición de populismos extremistas en varios países de la región, podrían generar, a futuro, condiciones predisponentes para que algo que hoy solo generaría un par de comunicados diplomáticos, pueda escalar impensadamente, contra todo lo previsto.

Solo imaginémonos que gane Antauro Humala las elecciones del 2026 e insista con su mirada de reconquista de los territorios perdidos en la Guerra del Pacífico. O pensemos que pueda ganar Evo Morales en Bolivia y vaya más allá de lo admisible en su pretensión de crear una nación aymara que incluiría territorio puneño. O supongamos que la falta de ecuanimidad de los gobernantes venezolano y colombiano, vaya, por encima de las simparías ideológicas que puedan tener, hacia operaciones de recuperación de la popularidad perdida a través de conflictos bélicos internacionales. O imaginemos al descentrado Petro alentando la penetración colombiana en la zona del Putumayo, del Perú. En fin, hipótesis de conflicto hay decenas.

Y todo ello, en medio de un escenario de disputa internacional entre megapotencias, como ya se ve en Ucrania, en Medio Oriente y, no nos sorprendamos, pronto en otras latitudes. Latinoamérica es una región rica, empobrecida por su pésima clase política y por haber seguido un rumbo económico fallido, pero con recursos naturales que la hacen apetecible para los intereses geopolíticos de las potencias mundiales.

Puede sonar a una perspectiva distópica pensar en una guerra en el continente, pero las dinámicas globales apuntan a hacer ello factible y la pregunta de rigor, que se cae de madura, es si el Perú está preparado para ello, no solo en términos de equipamiento militar sino de tejido de alianzas estratégicas mundiales. Por lo pronto, no nos cabe duda alguna que el gobierno mediocre y miope de Dina Boluarte no debe entender ni de qué se trata, pero las élites castrenses y diplomáticas ojalá ya estén pensando en qué hacer ante escenarios probables como los referidos.

 

Tags:

Alianzas estratégicas, América Latina, Influencia China, Retiro de capitales

[AGENDA PAÍS] Hace pocos días, me sumergí en la lectura del libro de Mario Vargas Llosa, “La llamada de la tribu”, donde al autor hace una retrospectiva de los pensadores que influenciaron en su transformación política, la cual lo llevó del sueño socialista de juventud, a la madurez liberal con la que lo conocimos en su campaña presidencial de 1990 y que continúa expandiendo a través de disertaciones y fundaciones.

Uno de los pensadores que Vargas Llosa analiza y que fue, según sus propias palabras, uno de los que más influenciaron en su transformación política, es Friedrich August von Hayek (1899-1992), filósofo político que tuvo una contribución literaria extensa a través del siglo XX en ámbitos como el político, económico y sociológico principalmente.

Hayek era un individualista por naturaleza y por contraposición, un enemigo de cualquier forma de asociación que tenga como objetivo definir la forma de vida de las personas a través de la elaboración modelos económico-políticos, cuyas vertientes van desde el comunismo al fascismo.

Vargas Llosa puntualiza ciertos aspectos de Hayek que lo podrían caracterizar como un liberal extremo al exponer que algunos elementos que vemos como comunes en nuestra vida cotidiana como el lenguaje, la propiedad privada, la moneda, el comercio y el mercado, no son construcciones impuestas, sino que van naciendo espontáneamente, de manera natural.

Casi se siente que Hayek es un anarquista, que, desde la explosión de iniciativas individuales, se forma un cierto orden que regula naturalmente los posibles excesos. Sin embargo, de lo que hemos visto, vivido y leído, el ser humano tiende a no ser tan solidario y un individualismo excesivo puede llevar a sociedades con concentraciones de poder económico y político que dejarán al margen a aquellas personas que quizá, por su naturaleza o por su entorno, no hayan tenido la capacidad de generar, individualmente, suficiente valor para tener una vida digna.

El Perú, con 80% de informalidad, es entonces, un país esencialmente liberal por la naturaleza de su gente emprendedora, donde día tras día se crea oportunidades, valor, comercio y propiedad.

Sin embargo, no todas estas valiosas iniciativas llegan a generar suficiente valor para que, por sí mismas, puedan retribuir a todos con un mínimo de bienestar que permitan a las personas tener una vida digna.

Y es allí donde la figura del liberalismo a ultranza choca y se enfrenta al dilema de la necesidad de contar con algún tipo de contrato social que permita un sistema en el cual los ciudadanos tengan acceso a salud y educación gratuita de calidad, seguridad para vivir en paz y un sistema de justicIa que realmente la imparta sin presiones ni corrupción.

No es tema de construir sistemas totalitarios para ello. Todos han fracasado, desde los nacionalistas y fascistas, los comunistas, o los llamados socialistas, término suavizado, pero de puro cinismo, como Maduro o Petro, que lo único que buscan es concentrar poder y recursos, olvidándose de buscar, realmente, el bienestar de la población.

El liberalismo económico puede y debe unirse con el liberalismo social, aquel que respeta la iniciativa del individuo y su derecho a realizar sus sueños. Pero también se requiere de un Estado con las suficientes capacidades para brindar servicios públicos de alta calidad que liberen al individuo de necesidades básicas para así generar un entorno favorable que fomente las iniciativas ciudadanas.

Ver y constatar nuestra realidad política y social hace que, esa visión de un liberalismo económico y social acompañado de un Estado eficiente donde trabajen los mejores, parezca más una utopía que un sueño.

Pero ese sueño es también una visión política que habrá que compartir con nuestros conciudadanos, para atraerlos y convencerlos que se sumen a la transformación de nuestro país hacia una sociedad solidaria, emprendedora y feliz. No hay tiempo que perder.

Tags:

Iniciativa individual, Liberalismo económico, Liberalismo social, Mario Vargas Llosa

[CASITA DE CARTÓN] Esta casita de Cartón abre sus puertas ante los afiebrados días de calor que han invadido las calles de Buenos Aires, tan afiebrados y exaltados como el ‘disparo’ del dólar, que ha llegado a niveles estratosféricos, cerrando el día de hoy, Martes 10 de octubre, en la suma de 1010 pesos, ¡todo un récord! Y todo parece indicar que nada detendrá que el ‘outsider’, el líder de La Libertad Avanza, Javier Milei, llegará próximamente al sillón de Rivadavia. Y es que a menudo me gusta no solamente caminar por la ciudad porteña, sino también por aquellos recovecos donde no llegan comúnmente las cámaras de televisión, como en distintas partes de la inmensa provincia de Buenos Aires –donde ha tenido un caudal importante de votos-, donde los turistas a menudo no pisan, salvo aquellos youtubers para sus documentales pero acompañados. Y si escuchas la voz del pueblo, en su mayoría, dicen que votarán por el ‘León’. Resumiéndolo a la siguiente apreciación: ‘Si ya estuvo el Kichnerismo y el Macrismo, y no han hecho nada, hay que darle una oportunidad a él, que no ha sido gobierno’.

Nacido de esa estirpe de la nueva derecha, considerada como ‘derecha populista’. De la línea ‘antisistema’ curiosamente, de Trump o Bolsonaro, con ciertas diferencias, sobre todo del primero en relación a la función del estado en torna a la sociedad y la economía. Donde en el gobierno del ex presidente Republicano, hubo un claro papel intervencionista del estado. Pero por el contrario, a Milei le repele y aterroriza, ya que considera al estado como cuna de muchos males, entre ellos, el cáncer que invade a muchos gobiernos de la región, la corrupción. Con el último debate recién salido del horno, parecen que las cosas no van a cambiar mucho y que habrá un ballotage con el representante del gobierno actual, Sergio Massa. Del que le acusan estas últimas semanas, de haber hecho una siniestra ‘alianza’ debajo de la mesa, al haber entre sus filas a viejos partidarios de la cara visible del desastroso gobierno actual, Unión por la Patria (antes Frente de Todos). Pero también de su afinidad con representantes de la ‘casta’, del que antes vitoreaba a los 4 vientos aborrecer, como el ex presidente y responsable de la deuda impagable con el FMI, Mauricio Macri. Del que a su vez, cuando era gobierno, decía que ejercía un ‘gobierno socialista’, y del que ahora lo vende como un ‘gran representante y embajador de la Argentina al mundo’, y del que formaría hipotéticamente ‘parte en su gobierno’.

Como bien se sabe, la familia Macri no ha estado para nada exento de los pozos oscuros de la corrupción. Ya desde el padre, Franco Macri, como el ex presidente de Boca, del que es parte de esa cofradía del poder. Pero también otro de la ‘casta’ que se ha subido al bus, es el viejo sindicalista, José Barrionuevo, y del que sus opositores no han obviado recalcarlo, dado a la contradicción con la naturaleza de sus discursos.

Pero no solo por eso ha sido señalado, sino también por el cambio en mucho de sus propuestas, esa suavización de su discurso, a diferencia de lo que lo llevó a ganar sorpresivamente en primera vuelta. Esto al parecer le ha jugado una mala pasado en sus aspiraciones de ganar en una primera vuelta, según los últimos sondeos, pero lo cierto es que el boom no ha menguado, por lo menos en aquellas asfaltos donde resuena la voz popular, donde todavía ven en él, un alud de esperanza. Y donde temas como la dolarización, o la ventas de armas como la venta de órganos, o el alarmante negacionismo en relación a la dictadura militar con sus muertes (del que su candidata a vicepresidenta es abiertamente defensora de los autores de los crímenes de lesa humanidad), donde, señala el controvertido candidato, que no son 30 mil las muertes sino 8.753, no parecen tener la mayor relevancia, ya que lo que urge hoy en día es tener un pan en la mesa para poder sobrevivir.

Esta casita de cartón ve a diario que la pobreza y la desesperanza van en aumento, con un 40 % de argentinos en pobreza y la inflación por las nubes, como un futuro próximo nada alentador. Y con esto cierra sus puertas en esta ocasión, triste, indignado y harto de esta tragicomedia perversa con la que muchas veces se viste la política. Recalcando la siguiente frase popular: ‘no todo lo que brilla, es oro’. Sobre todo en este juego de tronos, donde todo es un círculo vicioso. Pero eso el tiempo lo dirá, el gran aleccionador que tenemos todos.

Tags:

Crisis económica en Argentina, Elecciones Argentina, Javier Milei, Pobreza en Argentina

[INFORMES] Hace unos días, nuestro país se despertó pasmado después de ser informada de la muerte de una estudiante de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa. Sudaca pudo acceder al parte policial y al proceso que ha iniciado la fiscalía con relación al feminicidio; sin embargo, es importante hablar de estos problemas en medio del Día de la Salud Mental.

En el Perú, se han implementado leyes y políticas para combatir la violencia de género y los feminicidios. En 2011 se promulgó la Ley de Feminicidio, que establece penas más severas para los perpetradores de estos crímenes. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los feminicidios siguen siendo una realidad preocupante en el país. Especialmente en los más jóvenes.

El 29 de septiembre en horas de la tarde se cometió este grave delito contra la vida de Ana Paola Vargas Ramos de tan solo 19 años de edad. Su asesino quien indiscutiblemente es repudiado y se rechaza todo tipo de justificación, es Rodrigo Franco Larico Olarte de 18 años. Quien fuese retenido por un personal de seguridad de la casa de estudios.

Sudaca accedió a la documentación del Ministerio Publico para averiguar qué fue lo que verdaderamente paso ese día. El caso fue enviado a la Segunda Fiscalía Provincial Penal Corporativa Especializada en Delitos de Violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar. La fiscal responsable fue Elizabeth Sejje Suarez cuya acta no es mostrada públicamente, pero es del mismo día (29 de septiembre del 2023).

Se sabe que estudiantes de la UNSA llamaron al 105 para informar sobre lo sucedido en la casa de estudios. A las 17:50 horas, personal policial llegó a la Escuela de Física de la universidad (Área de Ingeniería). En esta lamentable situación, encontraron a Diego Franco Torres Acosta quien desempeña el cargo de seguridad de la universidad, quien tuvo retenido en todo momento al asesino de la estudiante, Rodrigo Larico mientras que a un lado se encontraba inerte el cuerpo de la joven asesinada.

Al examinar, se dan cuenta que la joven tiene cortes al parecer con arma blanca y a pocos metros encontraron un cuchillo (presunta arma). Lamentablemente el personal de bomberos llegó al lugar sin encontrar con signos de vida a la joven estudiante quien presentaba cortes en el cuello y abundante sangre en sus prendas.

Ahora bien, el feminicidio se dio sin presencia de alguien cercano. Y es que el parte menciona que el señor Darwin Jallo Escobar, técnico de laboratorio de física, estaba revisando las cámaras de seguridad cuando ocurrió este desagradable momento y quien comunicó inmediatamente al personal de seguridad.

Después de este desagradable relato, el mismo día, el despacho fiscal abrió investigación preliminar contra RODRIGO FRANCO LARICO por la presunta comisión del delito contra la Vida, el Cuerpo y la Salud en la

modalidad de FEMINICIDIO en agravio de Ana Paola Vargas Ramos. Se sabe que el caso está a cargo del ÁREA DE HOMICIDIOS DEL DEPINCRI PNP AREQUIPA.

RESULTADO DE UN GOBIERNO QUE DESCUIDA LA SALUD MENTAL
Oficio que formaliza el caso de feminicidio cometido en la UNSA

Los testigos claves del caso y que han sido citados para declarar sobre el hecho son Darwin Javier Jallo Escobar, Diego Franco Torres Acosta y Víctor Alfaro Huaco, a efecto declare sobre los hechos cometidos en la UNSA. Además, se han retenido los celulares de los jóvenes a efecto de investigar los momentos claves del delito.

La UNSA se pronunció

La casa de estudios se pronunció con respecto al tema. “La Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa lamenta el hecho ocurrido en el campus de nuestra casa superior de estudios, que tuvo como resultado la pérdida de una de nuestras estudiantes A.P.V.R. Las autoridades de la casa agustina están dando todo el apoyo a la Policía y la Fiscalía para que investiguen el lamentable suceso y se proceda de acuerdo a ley”, se lee en el comunicado publicado por el rectorado.

COMUNICADO Nª 069 - 2023

Sudaca intento comunicarse con la oficina del rectorado de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, pero no obtuvo respuestas. De la misma manera, se intentó comunicar con el Dr. Hugo Rojas Flores, rector de la universidad, pero han preferido guardar silencio.

El caso de Ana refleja lo tan desatendida que está nuestra salud mental a nivel nacional. El último 10 de octubre se conmemoró justamente el Día de la Salud Mental reflejando los últimos casos que se han visto, tanto el de Ana y lo acontecido en la Universidad de Lima.

No cabe duda que cuando un acto ocurre en la capital, recién ahí toma importancia este tema. Tampoco podemos olvidar que tan asqueada puede estar la mentalidad de algunas personas. Es el caso de la estudiante de la Universidad del Pacifico que se burló de la caída del joven de la Universidad de Lima. Es lamentable que en estos tiempos veamos irónicamente este tipo de actos que se piensa que con unas simples disculpas se puede solucionar las atrocidades que se vieron reflejadas en el video de la estudiante que esperamos sean sancionadas y no una promesa tapada con mentiras.

La salud mental es fundamental y la prevención del feminicidio son cuestiones profundamente emotivas y urgentes que requieren nuestra atención y acción. Este último tema tiene un impacto devastador en la salud mental de las mujeres y en toda la sociedad. Es crucial que el Ministerio de la Mujer, Salud y el Gobierno puedan poner un plan de acción para concientizar a la ciudadanía sobre estos temas y su relevancia. Seamos agentes de cambio que busquemos caminos necesarios a una sociedad mejor y no caigamos en la ignorancia de que salga de nuestra boca, en algún video, cualquier palabra irónica que solo demuestra nuestra falta de empatía y solidaridad como ciudadanos.

Tags:

Feminicidio, Ministerio de la Mujer, Salud Mental, Universidad Nacional San Agustín de Arequipa

[LA TANA ZURDA] En mi columna del 17 de  julio del 2022 dije sobre este autor y su último libro de entonces: «Edián Novoa fue conocido durante mucho tiempo como narrador. Publicó un cuentario titulado Tampoco tan poco en 1990 y terminó la novela La muerte lenta, que aún permanece inédita. Pero sorprendió a la afición al pasarse a la poesía con dos libros en plena pandemia el 2020: S/il/vana en tiempos del desamor y No hay tela para tanto muerto. Ambos eran el resultado de años de trabajo que se vieron colapsados por el shock que causó la crisis sanitaria mundial. Por eso Novoa decidió publicarlos el mismo año, pues entonces se temía que la vida en su conjunto no prosperara y había necesidad de airear la escritura. Los libros nos revelaron a un poeta con mucha fuerza y ritmo galopante, cualidades que vuelve a demostrar en su tercera entrega, País milhojas, publicado en Lima. Novoa desde el título nos presenta una visión descarnada del Perú, apelando a la descomposición social agravada por la crisis de la pandemia y a la vez la ineptitud de la clase política en su conjunto…»

Pues bien, esa potente trayectoria se ahonda con Exhumaciones del colibrí, un libro que vuelve al tema de la violencia y la muerte, parte esencial de la historia peruana reciente. El libro se inicia con una dedicatoria muy reveladora: «A las víctimas de la guerra fratricida de mi país». De este modo, muerte y violencia quedan procesadas por la memoria, que es la única tabla de salvación que le puede dar sentido a una existencia adolorida.

En el primer texto del libro, una especie de prólogo a manera de reflexión, Novoa expresa: «Han pasado más de 40 años desde q la guerra inició en Chuschi (Cangallo, Ayacucho). Hasta hace muy poco, para que el dolor no me alcanzara, viví aquella época con una racionalidad esquizoide. Me rebelé contra el dolor. Investigué e hice mi trabajo de campo con respeto hacia los otros y honestidad conmigo mismo. Mis preguntas se multiplicaron y apareció una certeza. Una única certeza: escribir es mi rebeldía. Estos poemas exhumaron mi alma y la liberaron del cangrejo q la atenazaba. El poder sanador del colibrí hará renacer la esperanza. He aquí “Exhumaciones del colibrí”».

La poesía se revela así como rito de salvación personal y colectiva, pues reconstruye la memoria del trauma histórico de la violencia buscando la sanación, no la venganza o el simple lamento, pero mucho menos el olvido, como quisieran los popes del neoliberalismo amnésico y sus poetas de moda.

Nuestro país aún tiene heridas por cerrar, e incluso cerrándose, quedarán para siempre las cicatrices. Llagas y marcas le dan identidad a un cuerpo simbólico y vuelven a sangrar cada vez que hay nuevas víctimas de la violencia, como los más de 70 muertos del actual régimen.

Novoa ha sido fiel a sus principios kloakescos, en que ese grupo formado en setiembre de 1982 denunciaba una y otra vez las injusticias de una sociedad que era ya abiertamente una cloaca, con su podredumbre a flote y la infección moral por todos lados (¿les suena conocido o actual?).

Un poema del libro, escogido casi al azar, nos puede dar la medida de la valiosa voz de Novoa:

III. PRÓXIMAS PREGUNTAS

«si los 6 millones de judíos del holocausto hablaran

¿escucharíamos sus historias?

si las 69 mil víctimas del conflicto renacieran

¿pediríamos perdón?

si los 22 mil desaparecidos volvieran

¿reconciliaríamos las discrepancias?»

las osamentas recordarán sus guerras

la de ser soldado en lucha fratricida

la de ser víctima en engranaje afinado

la de seguir banderas como perros tras los huesos

si el hombre mata al hombre

¿para q entonces exhumar mi cadáver inconcluso?

 

son 206 huesos q compiten entre las fauces

el cráneo se resiste a ser repositorio

a ser embudo

a ser calavera que salvaguarde el regreso

los 32 dientes muerden al unísono el pan

la quijada se planta en carcajadas

el tórax anhela el aire q lo henchía de emoción

¿no es la moneda la q decide?

 

somos el reverso y el anverso

somos menos las manos q las arrojan al cielo

somos más las prendas q hallaremos en las fosas

deja en paz mi osamenta

 

descuelga el libro cada mañana

sé la araña en sus hilos

q el veneno no muera contigo

descuelga el libro cada tarde

sé la mujer q desentierra la memoria

q florece con su aliento la tierra

descuelga el libro cada noche

sé el pueblo q muerde su rabia

libera el alma para el retorno del C O L I B R Í

Edián Novoa nos entrega un libro que nos recuerda que el Perú no podrá ser una isla feliz mientras los cadáveres de miles y miles de compatriotas no encuentren explicación.

Exhumaciones del colibrí es un poemario intenso, con un ritmo vertiginoso que nos convoca en el dolor compartido y en la rabia, pero también en la esperanza a través de la palabra. Se presentó con gran éxito el pasado viernes 6 de octubre en el LUM (Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social). El espacio no podía haber sido más propicio. Salud al poeta.

Tags:

Edián Novoa, Memoria Histórica, poesía, Sanación

Pareciera que el fujimorismo no ha aprendido la lección del 2016, cuando su infeliz actuación parlamentaria le generó tantos pasivos y anticuerpos que luego Keiko Fujimori no pudo sortear la valla del antifujimorismo y cayó derrotada por el peor candidato presidencial que el Perú ha tenido en las últimas décadas: Pedro Castillo.

Hoy viene desplegando similar irresponsabilidad e impudicia política. Ayer acaba de blindar a la tercera vicepresidenta, Rosselli Amurús, involucrada en escándalos personales y en denuncias de irregularidades en contrataciones bajo su responsabilidad en el Parlamento.

Su propia bancada, Avanza País, había decidido someterla a censura, pero el fujimorismo y Alianza para el Progreso (¿César Acuña quiere arruinar el futuro político de su hijo, Richard?) la blindaron sin pudor ni rubor, rechazando debatir siquiera la moción, poniéndola a salvo de cualquier proceso sancionador que, como correspondía, la expectorara del cargo que desempeña con más desenfado que solvencia.

Lo que causa indignación es el sentimiento de abuso e impunidad con el que actúa la mayoría congresal, digitada por el fujimorismo, que le va a cargar inmensos pasivos a la candidatura presidencial de Keiko Fujimori el 2026 (o antes, si detonara una crisis política), tal como sucedió el 2021.

Lo que es más grave es que el daño no se lo va a producir tan solo a Keiko Fujimori sino a toda la derecha peruana, con la que el pueblo identifica al Congreso y al Ejecutivo, que compiten denodadamente por ganarse el trofeo a la mayor mediocridad política posible.

Ese 90% que desaprueba al Congreso se va a volcar en las próximas elecciones presidenciales por una candidatura antisistema, radical y disruptiva, y le va a ser casi imposible al discurso derechista competir con aquel estado de ánimo. La indignación popular en el interior del país es abrumadora y, al parecer, refractaria a cualquier campaña electoral prosistema, por más de avanzada y sofisticada que sea.

Solo con que el sur andino vote en la primera vuelta del 2026 como votó en la segunda vuelta del 2021 -como va a ocurrir, salvo que ocurra un milagro-, el candidato antiestablishment tendrá 15% de la votación en su bolsillo. Y mientras estas perspectivas nefastas se abren, el fujimorismo juega frívolamente a hacer política menuda en el recinto legislativo.

 

 

Tags:

Congreso, elecciones 2026, Fuerza Popular, Fujimorismo

[ENTRE BRUJAS] Uno de los movimientos sociales más importantes a nivel global y que ha generado profundas transformaciones en el mundo es el movimiento feminista.

En el Perú, tenemos un movimiento profundamente diverso y amplio; cuyas luchas no solo atraviesan la erradicación del patriarcado, sino a la vez de otros sistemas de opresión que profundizan la exclusión de las mujeres, disidencias sexuales y otras poblaciones vulnerables y precarizadas.

Por ello, es que desde un planteamiento interseccional los feminismos levantan una lucha permanente contra el racismo, el clasismo y contra el modelo de explotación económica que precariza la vida de la humanidad.

Los feminismos se rebelan contra pensamientos autoritarios, en la medida que el ejercicio efectivo de derechos no puede darse en contextos dictatoriales -o en donde– se criminaliza la protesta y las luchas por la justicia social.

Los feminismos han hecho de este un mejor mundo.

Las feministas enfrentamos la desigualdad sin armas, construyendo argumentos y develando sentidos. Cuestionamos la violencia y reivindicamos un mensaje de paz. Sin los feminismos y su acción en el último siglo las mujeres y también la población LGBTIQ+ tendría un escenario mucho más hostil para el ejercicio de su ciudadanía. La violencia y la discriminación sería mucho más tolerada.

Por ello, sin temor a equivocarme o a la critica le agradezco profundamente a las feministas que nos antecedieron, y, a quienes seguimos en el camino por una lucha casi utópica, pero de la cual dependen muchas vidas.

En el actual contexto de escalada de los pensamientos retrogradas y autoritarios, el ataque a las luchas feministas y a la defensoras de derechos humanos es parte de la agenda de quienes se han enquistado en el poder con intereses perversos. Por ello, recordar la fuerza de los feminismos en el país es importante. Este es un movimiento vivo y cuyo pensamiento se combina con la acción permanente, en los territorios y a nivel nacional.

El 13, 14 y 15 de octubre se realizará en nuestro país el Encuentro Feminista Nacional, denominado: “Feminismos diversos por el buen vivir: por justicia, dignidad y autonomía contra la dictadura”.  Este histórico momento se logra gracias a los esfuerzos de diversas organizaciones, colectivas y activistas a nivel nacional.

Se espera reflexionar los desafíos del actual contexto y articular acciones para contribuir a la igualdad, a la democracia real, la justicia social, la sostenibilidad de la vida, a la lucha contra los fundamentalismos y contra la violencia estatal.

Este encuentro reunirá a cientos de feministas de todo el país. Además, se realiza como antesala del XV Encuentro Feminista de América Latina y el Caribe, que tendrá lugar en El Salvador a finales del año.

El Encuentro Feminista Nacional, será un evento histórico, el cual con un enfoque transincluyente, reunirá a feministas de diversas vertientes, realidades, territorios y generaciones en un diálogo enriquecedor. Esto evidencia que nuestro movimiento no solo está vivo, sino que además preserva la utopía en el corazón y las ganas de resistir.  Desde ahí la lucha es auténtica y sostenible.

Es el movimiento feminista en su diversidad el único actor que podrá resistir y sostener los cambios, a pesar de los retrocesos.

Finalmente, parte del gran potencial del feminismo es que este favorece el ejercicio ciudadano de toda la sociedad no solo de las mujeres.

¡Feminismos contra los fundamentalismos!

¡Seguiremos resistiendo!

Tags:

feminismo, Igualdad, Lucha interseccional, Opresión
Página 7 de 11 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
x