Economía

[PIE DERECHO]  -Que saquen al ministro de Economía, que no da pie con bola, que no sabe qué hacer frente a la recesión, que confía en que el gasto público sea determinante, que no aporta un gramo en la recuperación de la confianza inversora, que nos hará crecer –si se queda en el cargo el año entrante- solo por rebote estadístico y no por una robusta recuperación de la economía. Ojalá Dina Boluarte o Alberto Otárola, el poder detrás del trono, sepan calibrar el lugar que ocupa, según todas las encuestas, la crisis económica, en el sentir de los peruanos.

-Que el otro gran problema que asola el territorio nacional, el de la desbordada inseguridad ciudadana, sea aliviado de alguna manera. Estamos aburridos de “soluciones a largo plazo” o de “planes multisectoriales”. Lo que se quiere es acción efectiva, una policía menos corrupta y más eficiente, un Ministerio Público y un Poder Judicial liberados de la amenaza de las bandas delincuenciales, de un ministro del Interior con horizonte para salirse de la caja y con capacidad, por ende, de resolver el mayor problema de violencia civil que hemos vivido desde la caída del terrorismo de Sendero Luminoso y del MRTA.

-Que se encuentre algún remedio a la metástasis de corrupción que agobia a los ciudadanos y empresarios del país, en beneficio de burócratas o funcionarios llanos a extorsionar a los primeros a cambio de licencias, permisos o autorizaciones que deberían obtenerse porque así lo dispone la ley, pero que, puestas entre sus manos, se convierten en puerta de acceso a dinero sucio. Igual que con el tema de la delincuencia, se necesita de alguien que salga de la caja y encuentre una solución que implica desde el paje hasta el rey de nuestra precaria democracia.

-Por último y no menos importante, que la U obtenga el bicampeonato en el año de su centenario y que quien finalmente sea su entrenador, sepa mantener el estilo de juego que históricamente ha caracterizado al plantel merengue: técnica, velocidad, pundonor, juego vertical y garra, que es el que este año ha hecho que se bata el récord nacional de asistencia a los estadios en el Monumental de Ate. De paso, que Fossati repita con la selección el éxito obtenido con el cuadro de Odriozola y permita que el seleccionado nacional tenga un papel protagónico en la Copa América y que se vuelva a colocar en el partidor de posibilidades clasificatorias para el siguiente Mundial.

-¡Feliz Año para todos!

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[PIE DERECHO] Hay que seguir con atención el desenvolvimiento de Javier Milei en Argentina. Ya el solo hecho de que haya triunfado electoralmente una opción libertaria en un país lastrado por el peronismo, es una noticia que hay que saludar. El populismo económico ha destruido la economía argentina y una buena gestión macroeconómica, como promete Milei, debería enderezar el rumbo.

Hace bien, por cierto, Álvaro Vargas Llosa en entrevista que hoy le hace Milagros Leiva en el Comercio, distinguiendo a Milei de Donald Trump, un antiglobalista, proteccionista y hasta estatista (infló el presupuesto público de una manera descomunal); Trump no tiene nada que ver con una propuesta que va en sentido contrario.

El liberalismo se juega mucho en la región con la manera como le vaya a Milei. Por eso la reacción destemplada y antidiplomática de gobernantes como Lula o Petro, quienes anteponen sus ojerizas ideológicas a las políticas de Estado que les corresponde llevar por la responsabilidad presidencial que les cabe.

Milei obviamente va a tener que moderar sus propuestas, ya lo está haciendo. Necesita hacerlo para poder gobernar con relativa estabilidad y entender que los tiempos deben ser administrados con astucia y perspicacia. Con que estabilice el delirio populista económico de Argentina ya habrá logrado bastante.

Las gestiones funestas de los regímenes de izquierda en la región ayudan, pero claramente no bastan para convencer al electorado peruano del grave error de votar por opciones de ese talante (si no, no hubiera ganado Castillo el 2021); se requiere la muestra palpable, fáctica, de que una opción diferente es eficaz y positiva. Milei puede jugar ese papel y convertirse en foco de irradiación continental.

Se necesita a gritos en el Perú una opción liberal integral. Lo mucho que se había avanzado en materia económica en los 90 se ha ido desmontado de a pocos y hoy tenemos un remedo regulatorio populista en casi todos los sectores productivos del país. Y en términos políticos institucionales casi no se ha avanzado nada y, por el contrario, lo que vemos hoy es un grave deterioro de los mismos, con la connivencia fatal del Ejecutivo y el Congreso.

La del estribo: no es una joya cinematográfica, pero es una película imprescindible Napoleón de Ridley Scott. No sé si habrá sido la intención del director, pero desacraliza a un personaje inflado por la historiografía oficial. Entre las megaproducciones de este año, me parece superior Oppenheimer, de Christopher Nolan y no tanto Los asesinos de la luna, de Martin Scorsese, a la que, en mi modesta opinión crítica, le sobraron al menos treinta minutos.

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[EL DEDO EN LA LLAGA] No siempre se puede esta mejor, pero siempre se puede estar peor. Es lo que se conoce como saltar de la sartén al fuego. Ésta es la lección que nos han dado los partidos extremistas o ultras, sean de izquierda o de derecha, a lo largo de la historia. Una lección que los pueblos no parecen haber aprendido, pues la historia amenaza con repetirse o ya se está repitiendo en diferentes latitudes del globo.

Así parece confirmarlo en el caso de Alemania un reciente estudio del Deutsches Institut für Wirtschaftsforschung (Instituto Alemán de Investigación Económica) con sede en Berlín, la más importante institución especializada en este campo en todo el país germano. Su presidente, el renombrado y premiado economista Marcel Fratzscher, ante el creciente apoyo —alrededor de 20% de los votantes, según encuestas recientes— que encuentra el partido populista de ultraderecha Alternative für Deutschland (Alternativa para Alemania), conocido por sus siglas AfD, se ha preguntado si los objetivos del partido están en consonancia con los intereses de sus posibles votantes. El estudio llega a una conclusión paradójica: los primeros afectados por las políticas de la AfD —en el hipotético caso de que llegara al poder— serían sus mismos votantes.

Según Fratzscher eso está relacionado con una falsa autopercepción de los votantes de la AfD y con una valoración errada de la realidad social alemana. ¿Cómo llega a esta conclusión?

El estudio realizado se basa sobre el análisis de las posiciones políticas del partido, no según una interpretación sino según enunciados que el mismo partido ha dado y que están contenidos en el Wahl-O-Mat, una ayuda online existente desde el año 2002 que recopila las propuestas políticas de los diferentes partidos para que los electores, sobre todo jóvenes, puedan comparar sus propias opiniones con estas propuestas y tomar decisiones electorales. Está página es operada por la Bundeszentrale für politische Bildung (Central Federal de Formación Política), que depende del Ministerio Federal del Interior.

Esta método presenta la ventaja de que el partido no podría afirmar que se la ha malinterpretado, pues los enunciados provienen del mismo partido, según un catálogo de preguntas que presenta el Wahl-O-Mat, dejando que sean los mismos partidos los que respondan.

¿Y qué es lo que quiere la AfD? Según el análisis de Fratzscher, propone una política económica y financiera de liberalismo extremo —conocido en otra latitudes como libertarismo—. Quiere reducir los impuestos en casi todas las áreas, incluido el impuesto a la herencia. Está en contra de del impuesto a las grandes fortunas. Quiere abolir totalmente el impuesto de solidaridad, que actualmente sólo pagan las personas de ingresos elevados. Quiere recortar el rol del Estado e incrementar el poder del mercado. Según Fratzscher, en Alemania ningún partido rechaza sistemáticamente las medidas para proteger el medio ambiente y el clima como sí lo hace la AfD.

En cuanto a política social, no hay ningún partido que desee recortar tanto las prestaciones sociales del Estado. Por ejemplo, la AfD se opone a un fortalecimiento de los derechos de los inquilinos. En 2021 votó en contra de subir el salario mínimo a 12 euros la hora. Asimismo, quiere recortar las subvenciones que otorga el Estado a personas desempleadas o impedidas de trabajar por razones válidas y en estado de vulnerabilidad, y quiere obligar a los desempleados crónicos a trabajar gratuitamente en actividades comunales, contraviniendo lo que dice el artículo 12 de la constitución alemana (Grundgesetz), que establece que todos los alemanes tiene derecho a elegir libremente su profesión u oficio, su lugar de trabajo y sus centros de formación, sin que se pueda obligar o forzar a nadie a realizar un trabajo determinado.

En cuanto a política de sociedad, la AfD de se diferencia de los demás partidos representados en el Bundestag (parlamento alemán) en que quiere recortar derechos y libertades, sobre todo de las minorías. Incluso en lo que respecta a la democracia y a la política interna, el partido estaría dispuesto a restringir libertades. Y en cuanto a política externa, es el único partido que propone abolir la Unión Europea o restringirla masivamente.

¿Y quienes son los votantes de este partido? Mayoritariamente son varones entre los 45 y 59 años de edad, con ingresos y formación en los niveles más bajos o intermedios. Con frecuencia son desempleados quienes votarían a favor de la AfD. La insatisfacción con el propio nivel de vida y con la situación económica y social es mayor que en el promedio del resto del electorado. Y con frecuencia esos mismos votantes tienen una participación social y política muy reducida. A la AfD le va mejor en distritos electorales donde la falta de perspectivas es grande, las oportunidades para los jóvenes son pocas y el éxodo de habitantes es constante. También en regiones con una gran vulnerabilidad económica y poca diversidad poblacional —donde menos inmigrantes o hijos de inmigrantes hay— encuentra este partido de extrema derecha su mayor popularidad.

¿Y cómo se compaginan los objetivos de la AfD con las condiciones de vida de quienes la apoyan? Fratzscher señala que las contradicciones entre los intereses de sus votantes y las posiciones del partido no pueden ser mayores, señalando que nos hallamos ante una paradoja.

Las reducciones de impuestos a los que más ganan, salarios más reducidos para las personas en la escala inferior de ingresos y el recorte de las prestaciones sociales, a quienes mas afectarían serían a los mismos votantes de la AfD antes que a los votantes de otros partidos. Si se implementaran las políticas de la AfD, se eliminaría la redistribución de los ingresos tal como existe actualmente en Alemania y que no sólo permite que la brecha entre ricos no sea tan grande, sino que mantiene sana y en funciones la economía del país. En su lugar, habría una redistribución de los ingresos desde los votantes de la AfD hacia los votantes de los demás partidos, cuyo perfil es más de clase media y alta. Y el daño económico y político que implicaría el debilitamiento de la Unión Europea y la suspensión de medidas contra el cambio climático afectaría antes que nada a los sectores socialmente vulnerables de la sociedad, y entre ellos a muchos votantes de la AfD.

Como señala Fratzscher, una posible explicación de esta paradoja de que electores voten por un partido que los perjudicaría está en que los votantes de la AfD tienen una falsa percepción de sí mismos y del contexto social en el que viven. En los últimos 70 años en Alemania no ha habido ningún partido que haya marginado y discriminando tanto a grupos vulnerables como la AfD. A través de una campaña de difamación y discriminación en perjuicio de extranjeros y personas con trasfondo migratorio, el partido habría logrado convencer a sus seguidores de que les iría económica, social y políticamente mejor si a esos grupos se les restringe las prestaciones sociales o los derechos fundamentales. Muchos de estos seguidores no entienden que una política de discriminación y marginalización les afectaría enormemente, pues ellos mismos pertenecerían a los niveles de más bajos ingresos, disfrutarían de menores privilegios, tendrían menos oportunidades que otros y dependerían en mayor medida de prestaciones financieras del Estado. Y los votantes de la AfD serían los más afectados por la pérdida de puestos de trabajo, una peor infraestructura y menores ayudas estatales.

Este fatal caldo de cultivo sólo sería posible debido a una percepción distorsionada de la realidad o debido a la creencia en teorías de la conspiración —a las cuales es muy afecta la ultraderecha populista alemana—, siendo así que los votantes de la AfD se percibirían a sí mismos como víctimas de la política y de la sociedad, y creerían que ellos constituyen una mayoría.

No pocos votantes de la AfD estarían convencidos de que la cancelación de la globalización, un nacionalismo cada vez más fuerte así como políticas económicas, financieras y sociales neoliberales les traerían mejores puestos de trabajo, más seguridad y mejores oportunidades. En realidad, ocurriría lo contrario: más desempleo, mas inseguridad y violencia, menos oportunidades.

Si el caudal electoral se mantiene, la AfD podría convertirse en la segunda fuerza política de Alemania. Pero sería muy difícil que llegue a formar parte del gobierno, pues en Alemania existe una democracia parlamentaria, y solo puede formar gobierno quien obtiene mayoría de votos en el Bundestag. Por el momento, no hay ningún partido que esté dispuesto a formar una coalición con la AfD, porque en el fondo se considera que es una fuerza política que no cree en la democracia y que pretende valerse de ella sólo para alcanzar cuotas de poder y socavarla desde dentro.

Y como todos los populismos habidos y por haber, sólo es una ilusión de sirena que encandila a sus electores para luego hacerlos naufragar, estrellados contra los peñascos de su verdadero rostro y de la inexorable realidad.

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En una columna del 7 de julio hablamos de potenciales escenarios de riesgo para Boluarte. Ha transcurrido casi un mes y los mismos siguen en pie. Reactualizamos la columna.

1.- Que surja una movilización masiva y multitudinaria, no como la del 19 de julio, a tal punto que sea capaz de representar el hartazgo ciudadano con este gobierno y con el actual Congreso. Ambos hacen méritos permanentes para incrementar la cólera popular así que es un escenario potencial. Probablemente no pase por nuevas “tomas de Lima” sino por movilizaciones regionales.

2.- Que la respuesta represiva a dichas movilizaciones sea torpe y desmedida. La falta de arrepentimiento real respecto de lo sucedido en diciembre y enero -puesta de manifiesto en el mensaje de Fiestas Patrias- y la respuesta excesiva que suele aparecer ante cualquier protesta (no en la del 19 de julio, donde se cuidaron en extremo, sino en las pequeñas manifestaciones posteriores, donde hubo abusos policiales por doquier), genera dudas serias al respecto.

3.- Que el gobierno no maneje adecuadamente el fenómeno del Niño. Ha destinado una partida millonaria para hacerle frente y ha trazado un conjunto de medidas (se explayó la presidenta en ello el 28 de julio), pero ha cometido el error de entregarle la mayor responsabilidad de su ejecución a los gobiernos locales, que, como se sabe, o son muy ineficientes o muy corruptos.

4.- Que la economía siga enfriándose. No hay visos de recuperación de la confianza empresarial y, por ende, de que se recupere el flujo de inversión privada concomitante. Si eso no ocurre, aumentará el desempleo y la pobreza, dos factores coadyuvantes a un mayor malestar ciudadano. El mensaje de Fiestas Patrias fue, en ese sentido, una oportunidad desperdiciada.

5.- Que el Congreso siga haciendo trastadas, como hasta ahora. Veremos al Legislativo en su salsa, en la repartija de las comisiones, pero su verdadera resistencia al cambio se apreciará cuando sigan apareciendo denuncias de “mochasueldos”, “Niños”, viajes suntuosos e inútiles, mostrando absoluta indolencia frente al clamor popular.

6.- Que le vaya muy mal a la selección peruana de fútbol en los primeros partidos de la eliminatoria mundialista. Podemos perder los primeros cuatro partidos, contra Paraguay en Asunción, Brasil de locales, Chile en Santiago y Argentina acá. Llegar a fines de octubre con cero puntos. Es sabida la relación entre el fútbol y los ánimos políticos. Un mal desempeño de la selección alentará beligerancias cívicas, sin duda. Y Reynoso hasta el momento, no parece dar pie con bola.

 

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[AGENDA PAÍS] Las próximas elecciones de la mesa directiva del congreso 2023-2024 es un adelanto de lo que pueden ser las elecciones generales del 2026, con muchos intereses individuales, otros mercantilistas y ninguna pasión por lo que realmente nos debería mover, que es el bienestar de nuestros compatriotas.

Actualmente, existen 13 grupos parlamentarios más el de no agrupados, es decir, una representación fraccionada donde prima la sobrevivencia política, “niños“ y “niñas”, “mocha sueldos”, cómplices impunes del golpista Castillo y una minoría de congresistas decentes y consecuentes con sus ideales.

Los bailes y enamoramientos para integrar la próxima mesa directiva ya se están dando. En ese coqueteo, se está plasmando una alianza entre la centro-izquierda y la izquierda radical, la cual sería liderada por Waldemar Cerrón de Perú Libre e integrada también por Luis Aragón de Acción Popular, flamantemente designado como representante en la mesa directiva por parte de su bancada.

Esta lista de izquierda (intransigente, achorada y antidemocrática), de ganar la elección de la mesa directiva, tendría en sus manos la agenda política del congreso, pudiendo priorizar proyectos de corte populista afectando aún más la economía del país e incluso, intentar un camino hacia una asamblea constituyente.

El peligro no acaba en este control de proyectos sino también, que ante una poco probable y no deseada renuncia o vacancia de Dina Boluarte, tendríamos en la presidencia del Perú nada menos que a Waldemar Cerrón, hermano y mano derecha del condenado por corrupción Vladimir Cerrón, líder del partido Perú Libre, con consecuencias que son fáciles de imaginar.

Es por ello imperativo que las fuerzas democráticas del congreso puedan desprenderse de sus intereses particulares y consensuar una lista para la mesa directiva donde encontremos parlamentarios probos y capaces de llevar un período anual del congreso con visión de país y en beneficio de todos los peruanos.

Congresistas como Gladys Echaíz de Renovación Popular, Patricia Juárez de Fuerza Popular, Alejandra Tudela de Avanza País, Eduardo Salhuana de APP y Carlos Anderson de los no agrupados (en caso se modifique el reglamento o se una a una bancada), son opciones que pueden devolver al congreso un poco de la prestancia perdida estos últimos años y permitan priorizar proyectos y reformas políticas imprescindibles, así como asegurar una transición constitucional, de llegarse a ese extremo.

El último mes de mayo hubo una caída de la producción en el Perú de -1.4% llegando a -0.4% para los primeros 5 meses del año, lo cual significa que estamos a puertas de una recesión que incrementará, sin dudas, la pobreza que ya viene en aumento sobre todo en las zonas urbanas.

El Perú necesita recuperar la confianza en sus autoridades, no podemos caer en más incertidumbres con una mesa directiva de izquierda radical y populista en el congreso que espantaría aún más a los inversionistas nacionales y extranjeros, y fomentaría protestas sociales de corte violento, como ya lo hicieron a principios de año.

Es momento de demostrar que las fuerzas democráticas del congreso pueden unirse desprendiéndose de ideologías y enfocándose en el bienestar de los ciudadanos. Este reto es un adelanto de lo que podría suceder en las elecciones generales de 2026 donde habrá más de 25 partidos políticos en el partidor y una necesidad de actuar de inmediato ante la amenaza que populistas radicales de izquierda tomen la mesa directiva del congreso y terminen destruyendo el país.

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¿Cuáles son las brechas de representación en el caso del Perú?

En el Perú tenemos varias líneas de división, pero creo que la más representativa es la que ha estado detrás de la protesta post golpe de fines de 2022 y comienzo de 2023.

Los principales elementos de esa línea de división son la diferencia entre la visión de los pobladores de la costa versus los de la sierra, conectada con la diferencia de la visión entre los que viven en grandes ciudades y los que viven en el campo, conectada con la dinámica de poder entre la capital y las provincias y finalmente, conectada con la diferencia de la visión de las culturas y razas andinas versus la cultura criolla y mestiza de la costa.

Esa es la gran línea de división que atraviesa al Perú en este momento y que lo ha atravesado toda su historia. En el Perú esta diferencia es más relevante que la diferencia entre la élite y la clase media y la clase baja.

Sin embargo, en el Peru también hay una división entre valores progresistas y conservadores, temas como los derechos LGTBQ, el derecho al aborto, el uso de lenguaje inclusivo, la lucha contra la discriminación racial y de género, forman parte también de una guerra cultural en la que participan la izquierda, el centro y la derecha.

Es interesante que, en el Perú, la extrema izquierda y la extrema derecha utilizan la misma estrategia de defensa de valores conservadores. Por otro lado, nuestra élite intelectual peruana, representada por la centro izquierda y centro derecha, suele coincidir con los valores post-materialistas, lo cual la pone en desventaja frente a una población mayoritariamente conservadora.

¿Cuál es la mejor manera de cerrar la brecha de representación en el Perú?

En el caso del Perú, sin duda, combinar una propuesta económica que satisfaga la demanda por buenos empleos y mejoras económicas, con un simbolismo cultural que muestre respeto por la cultura y valores de las clases medias y bajas, tanto andinas como costeñas.  A lo cual añadiría, plantear una posición de valores culturales más conservadores que post-materialistas, sintonizando con el sentir de las mayorías en el Perú.

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Francisco Bolaños Vainstein:

Es una respuesta muy perspicaz, el que la Agencia Federal de empleo podría convertirse casi por completo en una agencia de educación.  Ya tiene parcialmente esta función como complemento de un portal de empleo y otros servicios destinados a generar una correspondencia entre el demandante de empleo y el empleador.

Adrian Winter:

En Alemania, como en el resto de las economías desarrolladas, existe una diferencia marcada entre la educación primaria, secundaria y terciaria. Sin embargo, en el pasado, a menudo se ha dado el caso de que terminas tu educación terciaria, terminas la universidad, y luego vas a trabajar, y sigues mejorando dentro de tu trabajo. Estabas cualificado cuando saliste de la universidad hace 20 años, y sigues estándolo. Pero la dinámica ha cambiado. Ese no es el mundo en el que vivimos hoy en día. Estamos en una nueva realidad en la que hay que mejorar continuamente. Hay que seguir estudiando, seguir formándose después de terminar la enseñanza primaria, secundaria y superior.

Francisco Bolaños Vainstein:

¿Estamos hablando de una situación de aprendizaje permanente (en inglés: Lifelong Learning)

Adrian Winter:

El aprendizaje permanente se ha convertido en un aspecto crucial para la Agencia Federal de Empleo, como demuestra la reciente transformación de nuestro servicio de orientación profesional (en alemán: Berufsberatung). Anteriormente, este servicio sólo estaba disponible para los jóvenes que buscaban orientación sobre opciones profesionales. Ahora, se ha ampliado a personas con más experiencia laboral, que llevan trabajando, por ejemplo, entre 10 y 20 años, y que han reajustado sus preferencias. Encontrar un trabajo nuevo y mejor requiere estar al día de las competencias que demanda un entorno dinámico.

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 “EL TEJIDO TURÍSTICO PERUANO NO VA A DURAR MÁS DE DICIEMBRE DE ESTE AÑO”

En su intervención, Pablo García, segundo vicepresidente de la Cámara Nacional de Turismo, calificó como catastrófica la situación del sector turismo. «Estamos hablando de un 55% de llegadas por debajo de 2019, un 57% de turistas menos que el periodo 2019, las visitas a Machu Picchu siguen en un 58% con respecto al 2019 y la ocupación de los hoteles sigue muy baja», explicó y agregó «el sector turismo está prácticamente quebrado».

Sobre esta problemática que afronta el sector, Enrique Quiñones, presidente de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo, comentó «me ha tocado ir a los bancos y me han dicho que califico, pero me dan 14,3% de interés. Tenía que pagar, prácticamente, todo lo que ya había pagado en ese año más el 10%. No había avanzado nada en mi esfuerzo por pagar Reactiva. El banco nos dijo que esas son las condiciones».

@sudacaperu Enrique Quiñones presidente de la Asociación Peruana de Operadores de Turismo #sudaca #peru ♬ sonido original – Sudaca

Además, Quiñones agregó  «nosotros queremos pagar el crédito que tenemos, pero a una tasa que sea justa. Hay asociados a quienes les han dado 25% de tasa. Hablamos de créditos de tres millones de soles. Imagine que ha hecho el esfuerzo de pagar el 30% del crédito, pero con esa tasa del 25% no solamente retrocede sino que se queda más endeudado» y advirtió que «si es que las condiciones siguen así, el tejido turístico peruano no va a durar más de diciembre de este año».

El representante de Adex, José Carlos Schroth,  también se mostró crítico con la posibilidad que tienen los bancos de negarse a reprogramar deudas o hacerlo con una tasa comercial y manifestó que «mientras a los bancos no se les obligue, esto no va a funcionar. Lo que están esperando los bancos es que se cumpla la fecha el 30 de junio de 2023 para obligarlos a tomar los recursos de los bancos y negociar las garantías hipotecarias».

Por otro lado, Ricardo Márquez, vicepresidente de la Cámara de Comercio Perú – Utah, demandó un rol más activo por parte del gobierno  «no hay créditos disponibles para los microempresarios. No están pidiendo que los exoneren porque no quieren pagar, están diciendo que les den un crédito pero a la tasa que se necesita. Estamos hablando de personas que pueden perder su trabajo».

@sudacaperu Ricardo Márquez – vicepresidente de la Cámara de Comercio Perú-Utah #sudaca #peru #camaradecomercio #utah ♬ sonido original – Sudaca

Aunque durante el evento la mayoría coincidió en la necesidad del programa Reactiva en el contexto de una pandemia, las advertencias sobre las posibles consecuencias de la indiferencias del Ministerio de Economía ante temas como la reprogramación de deudas y la libertad de los bancos para negarlas ha terminado por convertirse en el tema más preocupante de la jornada ante la posibilidad de terminar en un panorama sombrío para los empresarios que se verían perjudicados y que en su mayoría son pymes.

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Bien ha señalado el exministro de Economía, Waldo Mendoza, que, según un reporte del Banco Mundial, el 85% de la reducción de la pobreza entre 2004 y 2019 se debió al crecimiento económico y un 15% a la redistribución, es decir el gasto público. ¿Y de dónde sale el gasto público? De los impuestos que se recaudan de las empresas privadas. Mendoza concluye que el 100% de la reducción de la pobreza se debe al crecimiento económico.

No hay otra fórmula. En ese sentido hay que hacerle justicia a lo que se hizo durante el segundo gobierno alanista. No emprendió ninguna reforma importante -su más grande pasivo-, pero en lo concerniente a la inversión privada, fue un activo promotor que permitió, por ello, la más importante caída de la pobreza de todo el periodo de la transición post Fujimori. Haría bien la presidenta Boluarte -más aun ahora que ha recuperado horizonte de gobernabilidad- en abocarse a ello y mirar ese espejo.

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