De “Proverbios y cantares”, de Antonio Machado
Caminante, son tus huellas el camino y nada más;
caminante, no hay camino, se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino, y al volver la vista atrás se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino sino estelas en la mar.
Ante la pregunta: «¿Quién eres?», Clotaire Rapaille, psiquiatra y mercadólogo francés, autor de «Move Up» y «Código Cultural», radicado desde los 18 años en Estados Unidos dice: «¡Muy tarde!… ya soy otro». En una charla en México, en el contexto de un evento denominado «La ciudad de las ideas», menciona que biológicamente, todo es cambio. Desde la presencia de las hormonas, reacciones químicas, el entorno, las ideas e información que ingresan al cerebro, consciente e inconscientemente, hasta la regeneración celular (que en el caso del ser humano y con el paso del tiempo, se vuelve más lenta), todo se manifiesta como un cambio permanente en las personas.
Comprendiendo entonces que lo único permanente es el cambio, la pregunta que deambula por mi cabeza sin cesar es: «¿Existe alguna tendencia, quizás alguna ley natural que rija y encauce ese cambio?» y mi conclusión es que sí, la ley natural es el progreso y la prosperidad. Creo profundamente que los seres humanos, mientras más información tienen, ya sea que haya ingresado al cerebro de forma consciente o inconsciente, más herramientas deben disponer para progresar. Que mientras más tiempo pasan en un entorno de relaciones personales, mayor control e inteligencia emocional deben adquirir. Que mientras más experiencias completen su vida, mayor es la sabiduría. Es decir, todo me hace pensar que la ley natural es el progreso y la prosperidad.
Sin embargo, conocer tantas personas, en tantos países con culturas tan diferentes, me ha demostrado que son muy pocos, aquellos que logran experimentar progreso y prosperidad.
Es que por un lado la genética, el entorno, las improntas familiares y la cultura determinan la información que tenemos en el cerebro y dado que las decisiones que tomamos diariamente están en función de dicha información, es que debemos hacer un profundo análisis de nuestras posibilidades y de ser necesario hacer algún cambio, debemos elevar el nivel de consciencia y trabajar duro y con mucha disciplina para encauzar correctamente este nuevo camino.
En este camino también experimentarás reacciones en el cuerpo, reflejo de la existencia de emociones placenteras y displacenteras como la alegría, tristeza, furia, desagrado, ¡Miedo!, entre otras. Y dado que las emociones no son buenas ni malas, sino tan sólo indicadores, cual instrumentos de navegación de la cabina del avión y que la idea es que logres identificarlas para luego entrar en acción respecto a cada una de ellas, es que conocerte se vuelve tan relevante. Eso es control e inteligencia emocional y es la forma en la que puedas tomar el control consciente de tu vida, para que la dirijas hacia la materialización progresiva de tus sueños.
Por todo lo anterior quiero decirte: «¡Hey!, ¡NO PASA NADA! Tranquil@. Decide no tener problemas, pero si desafíos y ponte en modo solución aplicando control e inteligencia emocional. Esa es la forma de dar un golpe de timón, de forma consciente. ¡Puedes, segundo a segundo volver a iniciar! Y te invito a que aproveches cada minuto de tu vida… ¡Si vale la pena! RECUERDA QUE LA CUENTA REGRESIVA DE TU VIDA NO SE DETIENE.