Rafael Belaunde

Rafael Belaunde, presidente de Libertad Popular, conversó con Sudaca sobre las propuestas de esta nueva agrupación y preocupaciones en materia económica, calificó a Antauro Humala como “una botella vacía” y se refirió a su respaldo a la candidatura de Keiko Fujimori en 2021.

¿Por qué optó por empezar con un partido político nuevo en lugar de unirse a uno con más antigüedad?

Los partidos políticos existentes, que son los partidos con representación en el Congreso, tienen una trayectoria vergonzosa, especialmente en los últimos cinco años. Han tenido una conducta deplorable. Lamentablemente, los partidos son la extensión de negocios o emprendimientos absolutamente personales. Eso explica que el símbolo de muchos partidos tenga la inicial de la persona que es la dueña. Nosotros hemos querido hacer un esfuerzo para constituir un partido distinto que no gire en torno a un apellido ni a una persona y convocar gente identificada con coincidencias ideológicas, programáticas, una visión del país en común y que deslinde con estas prácticas que tanto daño le han hecho al Perú.

¿Cómo describiría la ideología política de Libertad Popular?

Es pro inversión. Es la iniciativa individual, que es la economía de mercado, lo que genera prosperidad, empleo y riqueza. Se debe lograr que el piso en el que van a competir los peruanos esté parejo para todos con obras de infraestructura, salud y educación. Se debe bajar las barreras para poder extender los beneficios de la economía popular de mercado y el capitalismo por todo el Perú. Una lección de los últimos treinta años es que, para que eso funcione mejor, el Estado también tiene un espacio y entendemos que está centrado en salud, educación e infraestructura, sobre todo la que no se puede concesionar. Creemos en la economía de mercado y el capitalismo, pero para que eso funcione bien necesitamos un país integrado con inclusión y personas que puedan competir en igualdad de condiciones.

En el ideario del partido señalan que la lucha contra la pobreza es una tarea prioritaria y colocan a la inversión privada como un factor clave en esta lucha, ¿cree que hasta la fecha hemos tenido gobiernos que han sido un obstáculo para dicha inversión privada?

Hoy vivimos un entorno muy hostil a la inversión privada . Hemos tenido gobiernos que han sido recelosos pero tolerantes con la inversión privada. Han sido la excepción los gobiernos que han hecho un esfuerzo decidido por promover la inversión privada. Hay que entender que la inversión privada tiene que ser toda, la grande que viene de los proyectos mineros pero también la de un bodeguero, un emolientero y un pequeño empresario. Esas pequeñas inversiones constituyen una gran inversión en el Perú y para poder hacerlas necesitas un clima de paz y un marco normativo que no agobie ni persiga a la gente. Al final del día las grandes empresas pueden contratar grandes estudios de abogados que los defiendan, pero un pequeño empresario tiene que lidiar con la inseguridad y luego la avalancha de procedimientos y normas municipales. 

También mencionan que creen en la alternancia en el ejercicio del poder, ¿debemos entender que estarían en desacuerdo con la reelección presidencial y también la de congresistas?

Estoy en contra de la reelección presidencial. Entiendo que dejando un periodo podría haber una segunda reelección. Pero sí me parece que hay un tema de aprendizaje de economías de alcance en el caso de los parlamentarios, porque el oficio parlamentario se va adquiriendo con los años y me parece importante que el Perú consolide una clase política experimentada y solvente. Por eso veo con buenos ojos la reelección o que se permita, porque históricamente la reelección de parlamentarios no hay llegado ni al 3%. Es decir, lo más competentes, los que han logrado representar mejor a sus electores sí lo han hecho. 

En los gobiernos recientes, más allá de sus diferencias ideológicas, se pudo ver que tanto Pedro Pablo Kuczynski como Pedro Castillo tuvieron partidos nuevos que no tardaron en dividirse y exponer que no todos iban por un mismo objetivo ni compartían ideales, ¿cómo están trabajando en Libertad Popular para que, en caso lleguen a ser gobierno, no se produzcan renuncias masivas a la bancada o diferencias irreconciliables en el Ejecutivo?

Nosotros ,de los partidos nuevos, debemos ser de los más antiguos. Nos hemos inscrito hace un tiempo largo. Comenzamos este emprendimientos a finales del 2021 y la base central de todo es la identificación con nuestro programa económico. Lo más urgente es recuperar la economía nacional y el empleo. Para eso se requiere que todos estén plenamente a bordo de nuestro programa económico.

¿Han tenido conversaciones con movimientos regionales para una posible alianza?

No nos hemos reunido con ninguno ni hemos hecho ningún acuerdo político. Ya habrá tiempo para discutir sobre alianzas e incorporaciones, pero siempre sobre la base de un consenso programático y un consenso programático sobre todo en el programa económico que es lo que va a poner al Perú nuevamente en una senda de progreso. Nosotros, por cálculo político, no nos vamos a juntar con nadie, solamente lo haremos por la base de consenso programático.

Usted ya empezó a recorrer el país, ¿qué recepción encontró en una población que, acorde a las encuestas, atraviesa su mayor descontento con la clase política?

Nosotros hemos viajado por varias partes y, en el último semestre, nos hemos dedicado a viajar por el sur del Perú, el sur andino en especial, la sierra de Tacna y Moquegua. Diría que hay mucha decepción, gente que siente que el Estado peruano les ha dado la espalda y, si uno ve el estado de la infraestructura pública y los servicios, no podría sino darles la razón. Se ve con mucho escepticismo a los políticos. Entonces uno tiene que hablar con la verdad  y sin reserva. Nuestro planteamiento siempre es el mismo, buscamos promover el crecimiento económico a partir de la inversión, incluso de la inversión minera que no es muy popular. Hay que tener una discusión sobre el uso de la renta minera. Cómo vamos a hacer para que favorezca directamente a los pobladores que están asentados en las zonas de influencia minera. Porque también es cierto que, habiéndose generado una renta billonaria, las poblaciones asentadas en la zona de influencia minera viven en condiciones inaceptables. Es imposible que pueda convivir la minería moderna, que extrae miles de millones de dólares de mineral, en el mismo sitio donde familias tienen que meter el ganado a su vivienda para no congelarse a la noche

¿Cómo fue la reacción con respecto al tema de la minería que ha generado tanta polémica?

Hay zonas donde la población es muy escéptica. El Perú ha sido víctima de una enorme campaña de desinformación. Porque la verdad es que la minería moderna es compatible con la agricultura y el cuidado del medio ambiente. Es por culpa de las mismas empresas, porque no se puede renunciar a la lucha de las ideas ni a dar la batalla cultural, y el Estado y las empresas han abandonado ese territorio. La discusión central se tiene que dar en torno a cómo vamos a modificar el uso de la renta minera. Vemos que el canon se ejecuta poco y, de lo que se ejecuta, se ejecuta mal. Los beneficios de la minería no se individualizan. Ahí está el desafío y nuestra propuesta está en hacer reformas en ese campo siempre reivindicando la importancia de la inversión minera y la exploración de hidrocarburos. Pero claro, tenemos ahí el caso de Camisea y las poblaciones de Cusco, Ayacucho y Huancavelica ven que pasa el gaseoducto y ellos no tienen gas. Una empresa nueva que venga y pida permiso para explorar se va a encontrar con un clima muy complicado. 

¿Libertad Popular podría ser identificado como un partido progresista o no es un término que lo represente?

No hay que ser dogmático. Creo que en materia fiscal somos conservadores. Hay que ser muy riguroso en el gasto y se debe tener un respeto con el dinero público. En la política monetaria somos muy conservadores después de la experiencia nefasta de la hiperinflación. Pero hay cosas en las que se debe ser más progresista. Por ejemplo, en obras de infraestructura y la masificación del gas en el sur andino. Un país no es una empresa. No son sólo las variables económicas, hay variables geopolíticas. Cuánto más pacificado e integrado estaría el Perú si se hubiese masificado el gas en el sur andino y cuánto mejor sería el panorama minero si se hubiese hecho algo enserio por arreglar la calidad de vida de los pobladores en el sur del Perú que viven en torno al corredor minero. En un país con tantas asimetrías uno no se puede declarar conservador. 

¿Cuál será la postura de su agrupación política en temas como los derechos de la población LGTBI?

Mi postura es que cada uno tiene derecho a hacer el proyecto de vida que le dé la gana. El Estado no debería ser parte del problema. Si dos personas quieren tener un proyecto de vida en común, no soy quien para oponerme. Eso está en el ámbito de la privacidad de la gente y la búsqueda de la felicidad de las personas como quiera que la conciban.

¿Libertad popular se animaría a poner sobre la mesa un proyecto con respecto al matrimonio igualitario?

Nosotros, en los temas de conciencia, lo dejamos en el ámbito personal de cada uno. No va a ser una plataforma programática. Nos vamos a centrar en el desarrollo económico y la inclusión económica de los peruanos. El Estado tiene que reconocer que dos personas tengan derecho a un proyecto de vida en común. Pero ninguno de estos temas de conciencia, como el aborto o la pena de muerte, van a ser una plataforma programática por ser temas que no están en la ideología sino en la conciencia de cada uno y en ese sitio se tienen que quedar. No son parte de nuestra plataforma. Pero sí hay una opinión generalizada con respecto a que dos personas del mismo sexo puedan desarrollar su vida sin que el Estado tenga que estorbar.

En el último tiempo se ha visto a muchos políticos hablar de la libertad. Sin embargo, existen diferencias entre lo que cada uno entiende por libertad y, en algunos casos, incluso cuestionan que un gobierno apoye la aplicación del enfoque de género porque consideran que eso significa atentar contra la libertad. Para su partido, ¿cuáles son los límites de la libertad?

Creo que la libertad es el ejercicio de toda persona de perseguir su realización y el límite está entre eso no colisione con el mismo esfuerzo de un tercero. Pero el tema de la educación creo que, por sobre todas las cosas hay asuntos que deberían estar en el campo familiar más que en la educación pública. Pero es el entendimiento de la libertad como la búsqueda por la realización y la felicidad individual. La palabra libertad está íntimamente vinculada al individuo. Por eso es tan importante entender que la libertad económica y política son las dos caras de una misma moneda. No puede haber libertad económica sin libertad política y nunca va a haber libertad política sin libertad económica.

¿Por qué un personaje como Antauro Humala, y el historial que carga, goza de aceptación?

Creo que la gente en su desesperación ve algunos personajes radicales como una salida. Pero detrás de Antauro Humala no hay nada, él es una etiqueta en una botella vacía. El señor fue un mal oficial del ejército, después se alzó en armas en contra del Perú asesinando policías y su única experiencia laboral fue la confección de peluches de Hello Kitty. A un año y diez meses de las elecciones hay tiempo suficiente para explicarle al Perú que sí se requiere un cambio radical, pero hacia adelante, hacia el progreso y para generar un futuro en común de prosperidad. El salto al vacío no es el salto que queremos que tengan los peruanos.

El periodista Hugo Guerra acusó a su partido de ser parte de un frente de izquierda caviar, ¿qué opinión tiene de esta palabra que se ha vuelto tan común en las discusiones políticas y más en políticos de extrema derecha así como de extrema izquierda?

Nosotros no estamos en un frente, estamos solos y creo que simplificar a los peruanos en caviar o DBA me parece poco serio y hecho para el panfleto. Nosotros sí tenemos ideas muy agresivas en el plano de inversión, pero también tenemos un planteamiento que el Estado esté presente en zonas donde tiene que estar presente y recomponer la institucionalidad democrática. Un elemento fundamental para que funcione la economía de mercado es tener instituciones sólidas y predecibles. En esta anarquía institucional es muy difícil que funcione la economía de mercado. 

¿Ver que personajes como Pedro Castillo y Alberto Fujimori tienen seguidores pese a que uno fue un dictador y el otro tuvo la intención nos debería alarmar con respecto a la importancia que los peruanos le damos a la democracia?

Lo que ocurre es que las personas que estamos vinculadas a la política tenemos que hacer un esfuerzo permanente por desarrollar una cultura democrática. Si de algo ha carecido el Perú ha sido de una cultura democrática y por eso vemos la cantidad de gobiernos dictatoriales que hemos tenido y tenemos esa enorme vertibilidad de constituciones, hemos tenido doce. La democracia implica derechos pero también obligaciones  y las elecciones traen consecuencias. Por eso hay que persuadir a la gente en el plan que cada uno tenga, pero la gente tiene que saber que su voto va a acarrear un costo. Cada vez que elegimos mal no podemos hacer una nueva constitución o tirarnos abajo un gobierno. Las formas democráticas son algo que se tiene que predicar desde las personas que quieren tener un espacio preponderante en la política nacional.

¿Fue un error sumarse a la campaña en favor de Keiko Fujimori en 2021?

No me arrepiento. En una segunda vuelta uno tiene que optar por dos alternativas, no por la que uno eligió en la primera vuelta sino por las dos mayoritarias. Yo tuve la evaluación que Pedro Castillo era mucho mayor amenaza para el plano económico y la institucionalidad democrática del Perú. El gobierno de castillo se caracterizó por ser muy corrupto, muy incompetente y terminó con un efímero golpe de estado. En ese sentido, mis temores estaban fundados. Al final el Perú tuvo la suerte que actuó tan torpe e precipitadamente que su mismo emprendimiento antidemocrático le costó la presidencia. Por otro lado, vi que Keiko hizo un esfuerzo más plural, sumó a antiguos detractores y había que tomar una decisión. Vi en Castillo una amenaza mucho mayor y no me podría arrepentir por eso. El Perú se ha jugado la democracia. Si Pedro Castillo no hubiese sido tan torpe, el plan de ellos era instalar en el Perú 

En una entrevista que brindó al diario Trome, usted calificó a Rafael López Aliaga como «alguien con buenas intenciones». Sin embargo, el actual alcalde y su partido hasta la fecha insisten en que ocurrió un fraude y hasta quieren remover del cargo a las autoridades del JNE y ONPE, ¿cree que actualmente tiene buenas intenciones o su opinión ha cambiado?

Fui crítico de su gestión en la alcaldía de Lima y creo importante que en las elecciones, sobre todo cuando son muy reñidas, los partidos tengan personeros, porque en Perú se cuentan actas no votos y, una vez que los votos se han transcrito en el acta y nadie la ha impugnado, la ley es clara que ya no se puede revisar porque ya no existen los votos. Creo que la tesis de un fraude orquestado por la ONPE y el JNE es absurda. Eso no quiere decir que en las mesas puedan ocurrir anomalías, que de hecho han ocurrido siempre, y por eso los partidos se  preocupan de poner personeros. Si un partido, por ejemplo, decide no poner personeros en el sur es mala idea, pero eso es muy distinto a decir que en el Perú ha existido un fraude.

¿Cuándo empezó la crisis política que el Perú parece no poder superar?

Hemos vivido un proceso de deterioro político. El caos político ha venido desde 2016 con esa elección tan ajustada cuyos resultados tampoco quisieron ser aceptados por la parte que no ganó. Lo que nos lleva a lo mismo, forjar una cultura democrática y tener fe en las instituciones. También es cierto que en las últimas elección el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) estaba con un miembro menos. Un país serio no puede ir a elecciones  presidenciales cuando el JNE está corto de un miembro y, por lo tanto, el presidente tenía voto doble. Eso no quiere decir que hubo fraude, pero la institucionalidad y seriedad es muy importante para tener una democracia vigorosa. 

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Libertad Popular, Rafael Belaunde

“Un partido nuevo” responde la gran mayoría de la ciudadanía, respecto de por quién votaría en una nueva elección congresal, de acuerdo a la última encuesta de Ipsos publicada en Perú21.

Un 28% responde así, por un partido nuevo, 11% por Fuerza Popular, 6% por Perú Libre, 5% por Acción Popular (¡increíble!), 4% por Avanza País, 3% por Alianza por el Progreso, 3% por Renovación Popular, 3% por el Partido Morado, 2% por Somos Perú, 2% por Juntos por el Perú y 1% por Podemos.

La encuesta no lo plantea, pero no sería excesivo atribuir que semejantes resultados ocurrirían también si se preguntase por la elección presidencial. La gente está harta de la partidocracia vigente, aquella instalada principalmente en un Congreso absolutamente desprestigiado.

Es un mensaje para los actores políticos de centro y de derecha que pretenden encaramarse en el poder en las próximas elecciones. Los del statu quo, que se unan, para evitar la dispersión. Por el lado de la derecha, que vayan juntos Renovación Popular, Avanza País, el Apra y Fuerza Popular. Por el centro, que se alíen Alianza para el Progreso, Somos Perú, los morados y Podemos.

Y los nuevos partidos, liberales la mayoría de ellos (en este segmento del espectro ideológico), deberían repensar cuidadosamente si les corresponde ir como parte de un gran frente centroderechista o, más bien, ir por la libre. Por lo que señalan las encuestas, no les conviene en absoluto unirse al statu quo sino, más bien, marcar su propia agenda. Eventualmente, pueden unirse entre partidos nuevos (no se entendería que Rafael Belaunde no converse con Carlos Espá, por ejemplo, o inclusive con Jorge Nieto, tres precandidatos absolutamente nuevos como tales, si al final todos logran la inscripción, cosa que hasta el momento solo ha conseguido Libertad Popular).

A todos convendría que las elecciones fueran el 2026, porque les daría más tiempo para instalarse en el imaginario popular y adquirir cierta vigencia, y en general, ello ayudaría a fijar cierta estabilidad  política en la agitada vida nacional, pero lamentablemente, los errores del gobierno y del Congreso, contribuyen a pensar que puede llegar un momento de ruptura del orden establecido y forzar a elecciones adelantadas (escenario deseable si efectivamente nada cambia en los dos poderes del Estado). Los partidos nuevos, en todo caso, deben actuar también en función de ese eventual desenlace.

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Carlos Espá, centroderechista, IPSOS, Jorge Nieto, partidocracia, Rafael Belaunde
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