¿La gobernamos o somos gobernados por ella? Pues no hay un límite entre ambas, pero sí una línea discursiva que te permite estar gobernando y ser gobernado por tus situaciones. No todos tenemos controlados nuestros actos, hay siempre atisbos de consecuencias no previstas con las que hay que sortear para salir bien librados o caer elegantemente, si eso está permitido.
Quisiera tener las palabras precisar de Joaquin Sabina para ilustrarlo de otra manera, pero es lo que el momento y la madrugada me ha permitido, por ahora, escribirlo.