Todas las encuestas señalan un profundo desprestigio de la prensa. No es soslayable. La distorsión de la información por razones políticas o bailar con el sonsonete de la publicidad estatal, han desacreditado a la gran prensa y ha habido muertos y heridos sin distinción, pero aún así, en estos momentos de incertidumbre política, se necesita de medios independientes más que nunca.
Será tarea y responsabilidad de la propia prensa reajustar sus prácticas y recuperar poco a poco su prestigio, pero ello no es motivo para que desde el Congreso, institución democrática por excelencia, se perpetren úkases contra ella, con la anuencia feliz de un sector radical que goza afectando a la prensa a la que acusa del descalabro de Castillo. Lamentablemente, por otras razones, pueriles muchas de ellas, se han sumado al despropósito bancadas que debieran ser más responsables, como las del centro y la derecha. Se espera, por el bien de las libertades, enmienda en el despropósito.
–La del estribo: promete la obra teatral La verdad, del reconocido dramaturgo Florian Zeller, el mismo de El Padre y El hijo, dos obras extraordinarias escenificadas en nuestro país. Cuenta con un elenco solvente: Sergio Galliani, Magdyel Ugáz, Gonzalo Torres y Milena Vásquez. Va hasta el 18 de junio en el Teatro Marsano.