Desde hace años, más o menos desde que nació ese servicio, las autoridades gubernamentales y las comisiones del Congreso vinculadas al transporte, a la Defensa del Consumidor y a los servicios públicos en general han intentado sin ningún éxito ponerle reglas a un negocio que mueve millones de soles diariamente.
Igualmente, la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec) ha intentado “poner en vereda” a los dueños de esos servicios. Ese vacío legal ha sido aprovechado por los manejadores de las aplicaciones para eximirse de las responsabilidades, dejando a los consumidores en una indefensión total. Según Crisólogo Cáceres, titular de Aspec, es sumamente curioso que la gran mayoría de las quejas de los usuarios repose mayoritariamente en la aplicación InDrive. A decir del abogado que maneja de oficio los reclamos de los ciudadanos, los lobbys de las empresas prestadoras de esos servicios debe ser muy poderoso, toda vez que Cabify, Didi y Yango, reciben diariamente cientos de quejas, y no pasa nada.
Taxis por aplicativos: lo que hay que saber sobre un servicio donde el azar es más importante que el reglamento
Lo que nos cuenta Celine, una de las famosas mellizas Aguirre: “El 26 de julio pedí un servicio de taxi de la muy conocida aplicación para llevar unas viandas, porque yo cocino para terceros y mando mis pedidos por motorizados, pero en este caso los paquetes eran tantos, que necesitaba un automóvil que contara con una maletera grande. Como InDrive tiene ese tipo de servicio, y yo lo he usado muchas veces, le solicité un automóvil. Entonces, en el tiempo pactado, llegó el chofer de nacionalidad venezolano Edinxon Andrés conduciendo un Chevrolet Black Sail de placa BJZ575. Cuando llegó a mi edificio, bajé con una amiga, quien me ayudó a meter los paquetes que contenían unos pasteles que iban a ser entregados a unos usuarios que se trasladaban a Paracas y contaban con esos pasteles para pasar sus Fiestas Patrias. El pedido de comida estaba valorizado en 410 soles, fue pagado por adelantado, así como el costo del servicio pactado en 10 soles. Confiada en InDrive, subí a mi departamento e inmediatamente chequé dónde estaba el auto que llevaría mi postre rumbo al sur. Para mi sorpresa, el taxista había cancelado el servicio. Preocupada por el aparente error del soporte, me dediqué durante las siguientes horas de mi vida a localizar al chofer, al taxi y a los responsables del traslado de mi pedido. Nunca hubo respuestas a mis preguntas, y si salgo a denunciar es para advertir a otros usuarios de esta estafa de poco tamaño, pero de quién sabe cuántos afectados”.
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Según el taxista que llevó los pasteles dice que él fue a la dirección que marco la actriz en la aplicación que es Malecón de la Reserva 297 pero luego se dio cuenta que existen dos direcciones iguales y que cumplió con entregar, pero nunca la llamo a Celine para decirle que había hecho la entrega ni tomo foto y que después que Aguirre hiciera pública la denuncia el taxista fue al lugar para pedir el video de la cámara de seguridad, pero se lo negaron.
Lo que se sabe por testimonio de muchos choferes de InDrive es que suelen cancelar la solicitud ya que no les sale a cuenta llevar un sólo pedido, cuando lo correcto es que no cancelen la solicitud hasta que entreguen el pedido.
Si el robo de chifones, de guargüeros y de alfajorcitos indigna; el intento de secuestros, aterroriza.
Enterémonos: dos jóvenes denunciaron que sendos conductores de los taxis solicitados mediante el aplicativo InDrive, desviaron las rutas pactadas para secuestrarlas. Cuando reclamaron a través del sistema de quejas del aplicativo, ambos pedidos y ambas rutas desaparecieron del historial del servicio, quedando el incidente como uno de los millones de datos perdidos entre millones de nubes: el todo en el medio de la nada.
Lo que debemos exigir los usuarios para disminuir los riesgos de estafas, plagios y robos:
Según el abogado Crisólogo Cáceres de Aspec, necesitamos una regulación adecuada para abordar varios puntos claves:
Primero, exigir que las plataformas asuman responsabilidad en casos de robos o incidentes con los usuarios.
Segundo, proponer requisitos claros para la prestación del servicio, asegurando los derechos de los consumidores.
Tercero, solicitar información clara sobre tarifas, condiciones y derechos de los usuarios.
Cuarto, abogar por una adecuada supervisión de estas empresas para evitar prácticas desleales y garantizar la libre competencia.
Como en todos y cada uno de los negocios nacidos en medio de los aplausos del respetable, el servicio de taxi por aplicativo nació y se desarrolló sin reglas ni trabas: libre como el viento. Sin embargo, la libertad siempre debe tener límites, ya que una u otra garantizan que no haya excesos, ni abusos ni nada que se les parezca.