Falacias

[AGENDA PAÍS]  En los últimos años, los peruanos nos hemos enfrentado políticamente, y de manera feroz, sin poder establecer un derrotero en común que (lejos de las pasiones ideológicas) permita a la ciudadanía ver una luz de bienestar y paz.

Las confrontaciones están dejando de lado prioridades elementales como la seguridad, la alimentación, la salud y la educación. Ahora el gobierno tiene el plan de construir un Puerto Espacial en Talara que costaría a todos los peruanos la friolera suma de $1,000 millones de dólares. Perdidos en el espacio.

La guerra por el control político del Ministerio Público tiene para rato y salvo revelaciones extraordinarias, las próximas elecciones presidenciales serán, lo más probable, en el 2026, con más de 30 candidatos para escoger.

Esta tormenta perfecta no deja de crecer y sus principales fuentes, como las aguas cálidas que incrementan la intensidad de los huracanes, son las falacias ad hominem, que la alimentan y polarizan hasta el punto de que nos impiden encontrar elementos en común.

Un ejemplo clásico es la sentencia por la cual se le condenó a Alberto Fujimori. Una parte de la clase política y de periodistas continúan diciendo, con contundencia, que el expresidente fue condenado por delitos de lesa humanidad, argumento por el cual, no cabría un indulto. Esta falacia ya ha sido desmentida por el mismo juez que dictó la sentencia, el juez San Martín, quien en una entrevista televisiva aclaró que la mención a lesa humanidad fue meramente de carácter declarativo porque a Fujimori no se le extraditó ni se le condenó por ese delito. La realidad es que a Fujimori se le condenó por autoría mediata en los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos, pero no por lesa humanidad.

Otra falacia ad hominem es aquella que trata de limpiar al expresidente Pedro Castillo del golpe de estado que un 7 de diciembre de 2022, en un mensaje televisado a toda la nación, claramente expuso. Siendo presidente y jefe supremo de las Fuerzas Armadas, Castillo dio la orden de cerrar el congreso y otras instituciones, violando la constitución en frente de toda la ciudadanía. Castillo dio un golpe de estado que no prosperó porque nuestras instituciones se inclinaron por mantener el orden constitucional y apoyar una sucesión hacia la vicepresidenta Dina Boluarte. Esa es la realidad.

La pelea en el Ministerio Público parece más que evidente. La izquierda apoya la salida de Patricia Benavides para retomar el control de la fiscalía, como lo acaba de confirmar Glatzer Tuesta en una entrevista en Epicentro. Por el lado de la derecha, más bien se apoya a la suspendida fiscal; entonces, siendo tan claras las vertientes políticas que sostienen a uno y otro grupo de fiscales, la realidad nos indica que, efectivamente, lo que se busca, es el control con fines políticos sin importar las graves consecuencias de politizar a la fiscalía, que podría, entonces, perseguir a rivales políticos dañando su imagen y sus aspiraciones.

Así estamos, sin ponernos de acuerdo en cuestiones básicas, que están allí, en esa realidad que el vendaje ideológico no deja ver.

Un verdadero liderazgo, aquel que esperamos de los futuros aspirantes al sillón presidencial, se ejerce primero con valores universales, no con valores a mi manera, con pragmatismo para reconocer la realidad y con la amplitud política de poder convocar a los mejores para de una vez, enfocarnos en el bienestar de los ciudadanos en vez de priorizar intereses mercantilistas e incluso personales.

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Confrontaciones, Falacias, Prioridades perdidas, Proyectos costosos
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