En esta dinámica la tuvieron por al menos 40 minutos, escuchando mil y un excusas para evitar que deje el seguro. De tanto insistir en que ya no quería el servicio, al fin le hicieron caso. O eso es lo que ella espera. No quiere tener, en unos meses, nuevas sorpresas y volver a pasar por tan engorroso proceso.
A Rocío Díaz le pasó algo similar. En 2018 se afilió a este seguro oncológico maravillada por los beneficios que le prometieron durante una charla, llevada a cabo por una trabajadora de Oncosalud, en su lugar de trabajo. La enganchó, entre otras cosas, que le ofrezcan un examen completo de detección de cáncer cada año. Sin embargo, cuando fue a realizarse el examen se dio cuenta de que este solo incluía un papanicolau y una mamografía. Los demás estudios tenían un costo aparte, mucho más caros que en otros centros de salud, dice Rocío.
Al año siguiente, cuenta, le enviaron una notificación de que la tarifa de su seguro se iba a incrementar en aproximadamente S/ 70. Y en el 2020, el precio volvió a subir. Así, sin consultarle ni dar razones. “Si seguía así , ¿cuánto tendría que pagar cuando llegue a los 70 años?”, se preguntó Rocío. Con la finalidad de conseguir respuestas, envió varios mensajes por correo electrónico solicitando el porqué de esos incrementos. Nunca le respondieron.
Por esta razón, desilusionada y fastidiada por el mal servicio, en abril de ese año solicitó, mediante una llamada telefónica, su desafiliación. Le dijeron que el tiempo de espera era de 30 días hábiles, a partir de los cuales quedaría fuera del seguro. Mientras tanto, le seguían descontando de su tarjeta por un seguro que ya no quería. Cuando se cumplió el plazo, en junio de aquel 2020, llamó y llamó a todos los canales de atención y, cuando por fin le respondieron, le dijeron que no había ninguna solicitud a su nombre.
Cansada de que la paseen, Díaz fue hasta las instalaciones de Oncosalud dispuesta a todo: armó un escándalo, según cuenta ella misma, exigiendo que la desafilien ese mismo día. Esa fue la única manera en la que pudo salir del local con el certificado de desafiliación en sus manos y con la promesa de que le devolverían lo cobrado entre mayo y junio. Pero solo le devolvieron lo de junio. “Lo gracioso es que me han vuelto a llamar para afiliarme, pero definitivamente no se lo recomendaría a nadie”, sostiene Rocío.
«Tu lucha, mi lucha” es el slogan que usa la compañía más importante del país en el tratamiento contra el cáncer. “Los mejores planes para cuidar de ti y tu familia”, dice otra de sus frases. Lo cierto es que los testimonios recogidos por Sudaca revelan que, en la lucha por vencer esta enfermedad, sus asegurados se sienten abandonados.