Política Argentina

[ENTREVISTA] En esas semanas en las que la candidatura presidencial de Pedro Pablo Kuczynski estaba en su peor momento y el asesor político cubano Mario Elgarresta le tiraba la puerta a Peruanos por el Kambio, acusando a la cúpula del partido de ‘grupo politiquero que era la perdición de Kuczynski’, unos alumnos de Aguiar le presentaron a Mercedes Aráoz para que le dijera qué se podría hacer para reflotar esa campaña. Meche Aráoz conversó con Maxi, que era como lo llamaban sus amigos, coincidieron en el diagnóstico de los problemas de la campaña, simpatizaron inmediatamente y se lo presentó a Kuczynski. Acto seguido, Maximiliano Aguiar, llamado Maxi por los amigos, se incorporó al equipo de campaña de Peruanos por el Kambio (PpK), cuyo jefe era el expresidente regional moqueguano Martín Vizcarra. Varios testigos del primer encuentro entre Aguiar y Vizcarra aseguran que desde ese momento hubo un clic, constituyéndose el argentino en un hombre cercano al candidato a la primera vicepresidencia de PpK. Tan cercano que, una vez que Kuczynski pasó a la segunda vuelta con Keiko Fujimori, y que Susana de la Puente, Lady Su, tomó el control absoluto de la campaña, contratando al español Jordi Segarra como asesor de Kuczynski, Vizcarra, jefe de la campaña, pero sin mando ni comando, mantuvo a Aguiar a su lado.

Lo demás es historia harto conocida: Kuczynski ganó la segunda vuelta, Susana de la Puente consiguió el poder y Vizcarra obtuvo como premio consuelo el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, hasta que tuvo que marcharse a Canadá como embajador.

Hasta marzo de 2018, cuando Martín Vizcarra asume la Presidencia de la República, se sabe poco de Maximiliano Aguiar; aquí intentaremos conocer qué tareas realizó al lado del presidente Vizcarra y qué piensa de la política y de los políticos de nuestro país y del suyo.

En unas semanas, la Argentina podría tener la posibilidad de emprender un proceso de cambio económico, cuyo primer paso sería ponerle un freno a la inflación, pero los siguientes tendrían que ver con múltiples factores, a saber, existencia de subsidios indiscriminados, de deudas públicas impagables, de sindicalistas voraces y de empresarios mercantilistas, ¿qué apoyos políticos tendría que convocar Milei entre los peronistas menos ortodoxos para realizar una parte de su oferta electoral?

En primer lugar, lo que hay es un proceso electoral en el cual podría haber un cambio político, porque ese proceso electoral aún no tiene resultados; en el caso de que Milei ganara -más allá de toda la cuestión valorativa que usted hace en la primera parte de su pregunta-, la realidad nos dice que cualquiera de los tres candidatos que consiguiera el triunfo tendrá desafíos enormes: como una inflación galopante, peor que todas las inflaciones anteriores, una Argentina empobrecida y una Argentina enormemente endeudada, con el agravante de que quien asuma no tendrá una mayoría parlamentaria, es decir, con una crisis económica que desde 2001 no ha llegado a esos niveles y con una escasa cantidad de herramientas políticas para llevar adelante las medidas que tiendan a modificar esa situación. Los desafíos serán múltiples y las herramientas serán bastante acotadas, con lo cual más allá de la crisis actual se prevé que la Argentina podría tener una crisis peor que la actual, sea cual fuere el resultado de las elecciones de octubre.

Si Milei ganara y no consiguiera realizar alianzas en pro de la gobernabilidad con los sectores -si los hubiera- menos estatistas del peronismo, su fracaso será visible más temprano que tarde, ¿qué tendría que hacer para ganar tiempo mientras consigue frenar la inflación y lograr los acuerdos con los organismos multilaterales que lo ayuden a revertir la situación económica actual?

El peronismo no es anti estatista por principios, el anti estatismo vendría a ser el liberalismo; como digo, estamos suponiendo que gana Milei, cosa que todavía estaría por suceder, porque ha quedado bien posicionado de cara a las elecciones generales, pero nada asegura que va a obtener la victoria: es una figura con posibilidades de ganar, pero todavía no ha ganado. A ver, primero este es un juego de tres actores que usted lo plantea como un juego de dos, es un juego de tres, no de dos, un actor es el justicialismo que tiene diferentes vertientes, una es la vertiente kirchnerista, que es la dominante, por lo menos en este momento, pero tiene también un grupo de gobernadores con poder territorial que no responde al kirchnerismo de manera directa, un segundo actor es Juntos por el Cambio, que tiene diversos partidos, como el Pro de Macri y la histórica Unión Cívica Radical, que trabajan como un interbloque. Ambos, el justicialismo y Juntos por el Cambio tienen fuerzas legislativas importantes, y, en el caso hipotético que ganase Milei, tendrían que generar una serie de acuerdos, para adentro y para afuera. Como la Argentina es un país federal, donde hay una gran dependencia de las provincias respecto de los fondos estatales, tendrían que hacerse una serie de acuerdos con los partidos o sectores que conforman los bloques justicialistas y de Juntos por Cambio. Múltiples y simultáneos.

Dejemos por un momento el futuro político argentino y fijémonos en el pasado reciente del Perú, por lo tanto, quisiera que me diga cuál fue su verdadera función durante la presidencia de Martín Vizcarra, toda vez que durante los dos años y medio del gobierno vizcarrista, incluidos los meses de aislamiento general por la pandemia, su nombre fue primero susurrado y luego ultra conocido en el Perú por su rol de asesor en la sombra del expresidente.

Usted no me adelantó que fuera a haber preguntas sobre ese tema. Hay un montón de prejuicios en todas las preguntas que me hizo antes, no porque dijo los gremialistas malísimos y no sé qué, bueno, son valoraciones que yo respeto, pero separo la pregunta de la afirmación. Primero, yo no estuve durante la pandemia, yo fui asesor de Vizcarra, eso es público y notorio, no hay ninguna sombra en eso, lo que hay detrás de eso es un ataque político -no suyo, por cierto-, básicamente en el intento de crear un personaje malvado, donde lo qué hay es un portador de servicios. Fui asesor de Vizcarra en la primera etapa de su presidencia, volví a la Argentina unos días antes del inicio de la epidemia por un evento familiar, tal como figura en un libro de la época, me quedé en casa sin poder regresar y luego presenté mi renuncia formal al cargo de asesor en comunicaciones de la Presidencia del Perú.

Maximiliano Aguiar ha asesorado campañas presidenciales, regionales y locales en Argentina Chile, Ecuador, Perú, Venezuela, Costa Rica y República Dominicana.

Con las tendencias políticas existentes, y con cargo a trasmitirle en unos meses la misma inquietud, ¿hacia dónde cree que se inclinará la mayoría electoral peruana, a la derecha como en la Argentina o a la izquierda como en el Perú?

¡Uf! Muy buena pregunta, muy difícil de responder, porque lo cierto es que justamente la inestabilidad política peruana y la fragmentación política peruana hacen que los resultados electorales sean de muy difícil pronóstico, digo, si usted me hubiera hecho esta pregunta cuando faltaba el mismo tiempo que falta ahora para las próximas elecciones, que ni siquiera sabemos cuándo van a ser, pero antes de la asunción de Castillo, seguramente no hubiera nombrado a Castillo y, probablemente, no hubiera nombrado a la izquierda, creo que en el contexto de fragmentación como el que existe en el Perú es difícil hacer un pronóstico respecto hacia dónde va a virar. Creo que la crisis de gobernabilidad de la presidencia de la señora Boluarte tiene que ver con el hecho macizo que, a pesar de haber sido elegida en la fórmula presidencial de Castillo, ella está haciendo lo opuesto a lo que hacía Castillo y la legitimidad de origen de su gobierno ha sido abandonada: ella ha abandonado el mandato dado por las urnas. Por la debilidad de sus instituciones democráticas y la (casi) inexistencia de los partidos políticos se hace difícil predecir lo que podría suceder en un corto plazo en el Perú.

Teniendo en la línea telefónica a un consultor político de las grandes ligas es inevitable preguntarle por su colega ecuatoriano Jaime Durán, quien convirtió a un empresario y ex presidente de Boca Juniors en el primer presidente de derecha de la Argentina en más de medio siglo, ¿fue esa hazaña tanto o más grande que la que usted logró en el referéndum peruano de 2019 con un 85 por ciento de los votos a favor de Vizcarra?

En primer lugar, respeto muchísimo a Jaime, es un querido amigo consultor. Segundo, los consultores políticos tenemos una influencia más limitada de lo que se puede pensar que sucede en los procesos electorales, ni Macri ganó porque tenía al lado a Durán Barba ni el resultado de ese referéndum en el cual tuve participación absolutamente limitada fue un triunfo mío. En el caso de Macri, la propuesta de Jaime Durán Barba llega cuando la Argentina se está moviendo hacia la derecha; en el mío, no hubo campaña a favor de las reformas, porque así funcionan los referendos.

Usted debe ser uno de los pocos conocedores absolutamente imparciales de la esencia y de la argamasa de esa coalición ciudadana que derrotó tres veces a Keiko Fujimori y entronizó por descarte a Humala, a Kuczynski y a Castillo, ¿a quién cree que apoyaría esa coalición en una no negada cuarta postulación de Fujimori: a un izquierdista o a un fenómeno ultra derechista como Milei?

Después de la experiencia del gobierno de Castillo, entiendo que debe haber algún nivel de resistencia en el Perú a un candidato de esas características. Yo no estoy siguiendo de cerca la política peruana, no estoy trabajando ahí en este momento para decirlo con claridad, pero cómo soy un estudioso de lo que sucede en los diversos países de Latinoamérica y en particular en el Perú, al que le tengo un afecto enorme, entiendo que lo que sucedió con Castillo debe haber dejado un nivel de recordación negativo. Ahora bien, no estoy seguro que sean los conceptos de derecha y de izquierda los que van a definir la votación final en el Perú, porque primero hay que ver si se presentará Keiko Fujimori, luego, si la señora Fujimori se presenta, hay que ver cuál es la potencia que tiene la dicotomía fujimorismo-antifujimorismo, es decir, si es igual a la que tenía hace 15, 10 o 5 años atrás. Y, finalmente, si Keiko Fujimori no se presenta hay que ver cuál será el eje central de la lucha por el poder, a saber, derecha versus izquierda, conservadurismo versus progresismo o Lima versus provincias.

¿Sabe usted cuáles son los planes del expresidente Martín Vizcarra, toda vez que tiene una inhabilitación para ejercer o para postular a un cargo político durante los años que nos separan de los próximos comicios?

Los desconozco. Yo ya dejé de trabajar con Vizcarra hace mucho tiempo, por lo cual creo que más bien tendría que preguntarle a él mismo.

– ¿Le quedó algún sinsabor de esa época?

No, fue una experiencia dura, intensa, digamos como suelen ser las experiencias laborales en mi profesión; además han pasado ya muchos años y yo he seguido realizando consultorías en diversos países. La verdad es que me queda un enorme cariño por el Perú, un conocimiento mucho más profundo que el que tenía cuando comencé a trabajar ahí hace muchos años y una pena profunda por el derrotero político que ha tenido que padecer. Fue una experiencia enormemente vital, la sufrí, pasé momentos muy buenos y muy malos en ese país. La situación económica en la Argentina es terrorífica y en ese sentido me alegra que el Perú no tenga que atravesar por una crisis similar. Tengo muchos amigos que conciben las largas etapas que viví ahí, y lo repito: sigo ligado al país, porque es un lugar al que quiero mucho.

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