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[TIEMPO DE MILLENIALS] El 15 de agosto fue el Aniversario de Arequipa. La ciudad blanca lo celebró a lo grande, dejando atrás las restricciones de años pasados dada la pandemia. Fuera de las celebraciones, aprovecho esta fecha para soñar con lo que Arequipa podría llegar a ser.

Según el Instituto Peruano de Economía, Arequipa ocupa el cuarto lugar en el ranking de competitividad entre las regiones del Perú. Ocupa el tercer puesto en las categorías «entorno económico», «infraestructura», y «mercado laboral». La informalidad laboral se encuentra por debajo del promedio nacional, con 63%.

Hasta antes de COVID, la pobreza en la región de Arequipa era menor al 10%, muy por debajo del promedio nacional, y hoy, post pandemia, llega al 18.6%, mientras en Lima bordea el 28%. En términos educativos, Arequipa ocupa el tercer puesto a nivel nacional en el ranking de competitividad educativa elaborado por el IPE, solo por detrás de Tacna y Lima.

Es decir, Arequipa es una región con menos pobreza, altos niveles de inversión privada y canon minero, y con una población mejor educada que el promedio nacional. ¿Podríamos soñar con que Arequipa se convierta también en la ciudad con la mejor calidad de vida del Perú? ¿Una ciudad a la cual los limeños, o peruanos de distintas partes del Perú quisiéramos emigrar?

Arequipa tiene el potencial de ser una ciudad con mejor calidad de vida de la que ofrece hoy. Una de las prioridades debería ser la de implementar un transporte público formal y de calidad, a través de un metro, o un metropolitano, que enfrente el problema del tráfico y el transporte inseguro e informal antes que se vuelva inmanejable- como en Lima.

Hubo proyectos locales para implementar un tranvía hace más de 7 años, pero este resultó no ser viable. De haber voluntad política, Arequipa podría ganarle la carrera a Lima en implementar un moderno sistema integrado de transporte. Ya hay ejemplos en otros países, como Colombia, donde Medellín tiene Metro, mientras que Bogotá no, aprovechando su menor tamaño, pero abundantes recursos.

Otro gran potencial que la ciudad blanca podría aprovechar es el de su gente. ¿Por qué no impulsar que Arequipa se convierta en un HUB para los emprendedores? Con un poco de creatividad y voluntad política, podría implementarse concursos para los mejores emprendimientos, apoyo económico, acompañamiento, beneficios tributarios, entre otros incentivos, para impulsar que los jóvenes formados en Arequipa no tengan que ir a buscar oportunidades laborales a Lima, e incluso atraer a talentos de todo el Perú.

Arequipa ya tiene ventajas versus Lima. Es una ciudad más chica, con distancias más cortas, más segura y con mucho que ofrecer en términos gastronómicos, culturales, y entre otros. Además- a diferencia de Lima- suele ofrecer cielos azules y no grises, y claro, la fuerza de un volcán.

Podríamos soñar con que aproveche sus recursos y la riqueza de su gente para volverse una ciudad más desarrollada, con mejor calidad de vida para sus habitantes, con un transporte seguro y ordenado, más y mejores espacios públicos, y oportunidades laborales para su juventud.

Vale la pena soñar. Feliz aniversario querida ciudad blanca.

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