Unos 23 millones de personas transitaron hacia el teletrabajo en América Latina durante el segundo trimestre de 2020, el peor momento de la crisis por la pandemia COVID-19, según la Nota técnica: “Desafíos y oportunidades del teletrabajo en América Latina y el Caribe”, elaborada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El informe además indica que si bien el teletrabajo puede evitar o reducir los riesgos de accidentes que pueden ocurrir en el recorrido a un centro laboral, esta modalidad puede traer nuevos riesgos laborales, tanto físicos como mentales. Algunos de ellos son los trastornos musculo-esqueléticos asociados a posturas de trabajo inadecuadas, así como el sedentarismo.
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud indica que los adultos deben acumular a lo largo de la semana un mínimo de entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada, o un mínimo de entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa para obtener beneficios notables para la salud.
Por otro lado, el Dr. Carlos Rimachi, docente de salud ocupacional del Instituto Daniel Alcides Carrión brindó a cuatro recomendaciones para combatir el sedentarismo:
Establecer una rutina laboral
Tener una clara rutina permitirá culminar las actividades laborales y continuar el día con alguna otra actividad física o recreativa que genere un balance, físico y emocional. Rimachi indicó que con cumplir los horarios es posible evitar saturarse laboralmente y evitar posibles cuadros de estrés.
Realizar actividad física
Una vez que se cuente con horarios preestablecidos, es importante incluir un espacio para realizar actividad física por lo menos tres veces por semana. Si bien puede resultar algo complicado al inicio por no contar con un entrenador o máquinas profesionales, existen alternativas económicas y eficientes para ejercitarse de forma independiente como las rutinas disponibles en Youtube.
Cumplir con pausas activas
Las pausas activas son fundamentales, pues permiten hacer un alto para estirarse, caminar un poco, comer un snack, entre otras actividades. La idea es despejar el cuerpo y la mente del constante estado de concentración que requiere el trabajo.
Tener una alimentación balanceada
Una alimentación saludable es la base de una buena salud física, la cual también impacta en la salud mental y emocional. Si se realizan las tres actividades y son complementadas con alimentos de gran calidad nutricional, es posible sentirse mejor, más sanos, protegidos y con energías en el corto plazo.