El consumidor, a pesar de haber pasado casi 60 años manifiesta elementos comunes, como la necesidad de un entretenimiento asociado con las ventas, y éstas podrían relacionarse con: electrodomésticos, joyas, vitaminas, artículos de belleza, entre otros. Ya dependerá del aliciente que se presente en pantalla y que lleve a los clientes potenciales a explorar la posibilidad de compra de otras categorías de productos y/o servicios.

En esta década, el entretenimiento corre por parte de los influencers – entertainers, una nueva raza de generadores de contenido que mediante sus acciones agregan valor y dan una sensación de comunidad necesaria para mejorar la experiencia de compra. Todo enmarcado en un programa de 45 minutos que sea percibido como auténtico, es decir, no forzado.

En este análisis destacamos elementos como: comunidad, videos en vivo, comunicación interactiva, ventas en línea, entre otros. Estrategias y acciones que podrían llevarse a cabo fácilmente en una página web, sin embargo, el espacio más idóneo es una red social. Por eso hablamos también de comercio social. Canales que reúnen comunidades que interactúan y facilitan el comercio marca – consumidor, y que cuentan con el respaldo, participación y difusión por parte de los mismos consumidores.

Las redes sociales son un elemento vivo alimentado por contenido mayoritariamente producido por los mismos consumidores. Y para que las marcas logren su objetivo, necesitan seguir el movimiento social. Entonces, sí, en parte, las redes sociales forman parte del futuro de los negocios.


[1] Video en: https://z-upload.facebook.com/business/inspiration/video/social-commerce-future-e-commerce

*Daniel Chicoma es profesor de Marketing de ESAN Graduate School of Business

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ESAN Graduate School of Business, marketing, Negocios, Redes sociales
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