elecciones perú

Las expresiones colectivas de descontento callejero no son antidemocráticas. Acá y en el mundo entero son prácticas de sanción moral contra personajes que por alguna razón se han labrado el repudio y sufren las consecuencias de ello. Hasta allí todo bien.

Lo que no es admisible, desde ningún punto de vista, es la violencia, así sea mínima (insultos incluidos, golpes o agresiones físicas, por supuesto, que deben ser considerados delitos), como lo acontecido con la congresista Patricia Chirinos este fin de semana en el bar La Noche de Barranco, a quien, además de improperios, le lanzaron un vaso de vidrio que le pudo ocasionar daños físicos si acertaba en el blanco.

De un tiempo a esta parte se está viralizando el uso de estos mecanismos contra políticos y periodistas (Alva Castro, Tubino, Burga, Beto Ortiz, Gorriti, Rosa María Palacios, etc.) que sufren el acoso delictivo de turbas enardecidas o grupos organizados -como La Resistencia- que buscan la intimidación y el escarnio público.

Eso debe parar de inmediato. Así como Mario Vargas Llosa dijo alguna vez que las dictaduras suelen empezar con quema de libros, la violencia política mayor puede escalar a partir de hechos como los reseñados si los mismos son celebrados por la opinión pública.

Se vienen unas elecciones que van a ser muy tensas y polarizadas. El país está en punto de ebullición y solo espera un detonante para explosionar. Cualquier psicólogo social lo podría certificar a partir de hechos medidos cuantitativamente como hechos cualitativos como el que da pie a esta columna.

Si a ello le sumamos la penetración de las economías criminales en la política, con su arsenal de personas armadas y organización paramilitar, podríamos llegar en el país a niveles de violencia como las que se vivieron antaño con crímenes mortales contra políticos, autoridades y personajes públicos.

Desde los sectores democráticos y los medios de comunicación es menester repudiar a los violentos y tratar de acotar que este tipo de hechos se produzcan (es lamentable ver a algunos medios casi celebrando lo ocurrido con Patricia Chirinos, por ejemplo). El riesgo de un escalamiento incontrolable está a la vuelta de la esquina y ya sería el único mal que nos faltaría en nuestro atribulado país.

 

Tags:

Elecciones, elecciones perú, violencia política

[PIE DERECHO] Ayer comentábamos la encuesta del IEP, la misma que revelaba que en términos electorales, la inmensa mayoría del electorado no se siente representado por el establishment.

Luego de escribir ello nos enteramos de que se produjo una recentísima actividad que convoca a la élite empresarial y financiera, a la que fue invitado el comediante Carlos Álvarez, quien no ha ocultado su interés en participar en la vida política del país y en las elecciones venideras, y que en ese evento se expuso una encuesta reconocida, que mostraba que el candidato con mayor potencial electoral de la centroderecha era precisamente Álvarez, superando a Keiko Fujimori y a Rafael López Aliaga (después venían pigmeos, entre ellos, Carlos Añaños, la “esperanza blanca” de muchos despistados empresarios).

Carlos Álvarez tiene muchos activos: es popular, tiene años haciendo obras sociales, es querido por las fuerzas armadas, tiene un buen discurso y es elocuente, sabe manejarse en el mundo de la televisión, recorre el país de cabo a rabo. Pero también tiene pasivos: no tiene partido, tendrá que ir con alguno otro y no sabemos si logrará que no le impongan impresentables en la conformación de la lista parlamentaria, debe prepararse en algunos temas que le son ajenos, no se sabe con cuánta inteligencia estratégica manejará los temas de su vida privada, algunos de los cuales pueden ser polémicos en un país conservador como el nuestro, etc.

Pero está dando sus primeros pasos con enorme éxito, según la encuesta aludida, y dado el descrédito de la clase política, sus competidores eventuales provendrían también del espectro de los nuevos candidatos que emerjan, y, además, claro está, habrá que ver cuánto empaque alberga respecto de la pugna que deberá sostener con los disruptivos radicales de la izquierda que se asoman con gran expectativa (Aníbal Torres, Guido Bellido, Antauro Humala, etc.).

Hay mucho tiempo por delante para las elecciones del 2026. Sería suicida que Álvarez exponga sus cartas tan pronto, pero queda claro que ya está haciendo política en el cabal sentido del término (debe haber visitado el país diez veces más que el resto de contendores) y que ha elegido, con astucia, el tema que más preocupa a la población, el de la inseguridad ciudadana, como lema de identidad política. Tonto no es. Habrá que seguirlo apreciando en el andar.

Tags:

Carlos Alvarez, centroderecha, elecciones perú, Outsider Político

Se va a necesitar un líder político comprometido con un espíritu radicalmente reformista, desde las orillas de la derecha, si quiere competir con éxito con la baraja que ya asoma desde la izquierda con potencialidades electorales (Antauro, Bellido, Bermejo, quizás Cerrón, Mendoza en mucho menor medida, Huillca, etc.).

No se ve en el horizonte mucho de dónde escoger. De los partidos vigentes no se asoma ninguno. Ni de Acción Popular, ni de Alianza para el Progreso, ni de Somos Perú, ni de Renovación Popular, ni de Fuerza Popular, ni de Avanza país, ni del APRA. Tendrá que ser alguien nuevo.

Pero ese candidato debe reunir algunos requisitos. Primero, carisma suficiente, sin duda. Segundo, seducción por el poder, esos que se “sacrifican” por el país no sirven. Tercero, clara filiación ideológica, nada de centrismos aguachentos. Cuarto, profundo compromiso con un capitalismo liberal que no mire de costado las reformas institucionales requeridas (salud y educación públicas, reformas político-electorales, inseguridad ciudadana, descentralización, estrategias anticorrupción, etc.).

No hay hasta el momento, a menos de tres años del proceso electoral (suponiendo que se realiza el 2026), liderazgos semejantes. Asoman algunos: Carlos Anderson, Roberto Chiabra, Rafael Belaunde, Carlos Espá y quizás alguno otro por allí, pero aún les falta madurar las variables señaladas. Por lo pronto, hoy parten con desventaja respecto de los de la orilla izquierdista, que ya cuentan con el 15% o más del voto asegurado (solo con el sur andino ya tienen ese bolsón fijo).

Un trabajo persistente, visitas a todo el país, desmarque de la estabilidad mediocre del gobierno actual, propuestas disruptivas y mucho tesón, son elementos que deberán caracterizar a estos nuevos liderazgos de la centroderecha, si quieren ser protagonistas exitosos de la justa electoral venidera.

Ojalá les dé el cuero y el tiempo. Nos jugamos el país en las elecciones próximas. Podemos perder lo poco que tenemos democracia y lo mucho que tenemos de libertades económicas, y entrar, ahora sí, a la órbita autoritaria, radical y populista de los regímenes de izquierda que se enseñorean en la región y de la que felizmente nos libramos con la expectoración legítima del nefasto Pedro Castillo del poder, pero cuyas sombras perviven en el imaginario popular.

Tags:

Candidatos de Izquierda, centroderecha, elecciones perú, Líder Político, reformas políticas

 

Infografía sobre las elecciones peruanas 2011-2021

 

Son muy pocas las regiones que han mantenido su apoyo a un candidato entre la primera y segunda vuelta de los años 2011 y 2016. De hecho, la costa norte parece ser la única: en ambos procesos se impuso el fujimorismo.

Por otro lado, la mayor parte del sur suele votar en bloque por el mismo candidato, ya sea que este cambie o no para la segunda vuelta. En el 2011, mantuvieron su voto por Ollanta Humala en ambas instancias. Mientras que en el 2016, luego de haber apostado por Verónika Mendoza, quien no alcanzó a pasar a la segunda vuelta, apoyaron masivamente a PPK.

Finalmente, en la década pasada, cuatro regiones pueden considerarse las más volátiles, al haber cambiado al candidato más votado en su territorio en ambos procesos. Estas son Loreto, Lima, Cajamarca y Pasco.

En la capital, por ejemplo, el fujimorismo se impuso el 2016 en primera vuelta. Y en la segunda, la victoria fue para PPK. Pero es el caso de Pasco en el que pondremos el foco.

Pasco es la única región que ha acertado, en los dos años de elecciones, al vencedor de la segunda vuelta a nivel nacional con un porcentaje sumamente similar al que se obtuvo en el recuento nacional. Varía solo en milésimas. ¿Podría considerarse a Pasco un reflejo representativo de la elección general y valdría analizarlo más a fondo?

Fuente: Twitter José Luis Bacigalupo (@Pepe_Bacigalupo)

José Luis Bacigalupo profundiza un poco más en esta población a la que llama “votante mediano”.

 

No se sabe qué pueda ocurrir en estas elecciones, sin embargo, los resultados que se obtengan podrían confirmar a Pasco como una región de referencia frente al voto a nivel nacional. No tendrá la población de Lima para ser una región totalmente decisiva, pero sí podría orientar hacia dónde se dirigiría el voto total en una segunda vuelta. Esperemos.

 

 

Tags:

elecciones perú, infografia
x