La Misilera

Aunque el mundo del fútbol hoy parece un ambiente donde lo único que importa para lograr el éxito es quién maneja un mayor presupuesto y las cifras multimillonarias que manejan los gigantes de Europa y sus nuevos competidores de los países árabes contribuyen a ese pensamiento, todavía se mantienen vigentes ciertos factores que convierten al fútbol en ese deporte tan popular en el cual la mística de algunos equipos logra imponerse ante planteles imponentes.

Entre estos factores, muchos de los cuales se desarrollan fuera del terreno de juego, se encuentra la importancia de jugar en un estadio propio acompañados por un entorno que no sólo se limita a los hinchas que asisten sino que también incluyen al barrio o distrito en el que juegan y que, en varias oportunidades, se ha visto cómo el disputar un encuentro en lo que se puede considerar la casa de cada equipo representa un empuje especial para el equipo que es local y, de manera mucho más especial, cuando el equipo atraviesa un presente complicado.

RECUPERAR LA CASA

El 2023 es, sin lugar a dudas, uno de los años más complicados del histórico Sport Boys del Callao. Luego de un 2022 en que el cuadro chalaco había disputado la Copa Sudamericana, tras veintiún años sin participar en torneos internacionales, el elenco rosado no había jugado su primer partido de la temporada presente de la Liga 1 y ya se encontraba envuelto en un sinnúmero de problemas.

Apenas era diciembre y, mientras la mayoría de clubes de primera división se encontraban anunciando la llegada de nuevos jugadores y empezaban con los trabajos de pretemporada,  los hinchas del equipo del Callao no sólo veían que los pocos refuerzos que habían conseguido pedían quedar en libertad tras la incertidumbre que atravesaba el club y hasta se encontraban en riesgo de quedarse sin director técnico sino que incluso estaba en duda si Sport Boys recibiría la licencia para poder participar de la primera división.

Sin embargo, La Misilera logró sortear el sinnúmero de dificultades y arrancó la temporada 2023 de la Liga 1. Aunque, como era de esperarse, el clima de incertidumbre les pasó factura y la falta de un plantel amplio fue notoria. Por ello el club del Callao no tardó en posicionarse entre los últimos lugares de la tabla y la posibilidad de descender era una amenaza que fecha tras fecha se agrandaba.

Ante un panorama tan complejo desde lo deportivo, para el histórico club chalaco era necesario contar con el apoyo de su público y convertir al Estadio Miguel Grau en su fortaleza ante una temporada que tenía tantos factores en contra. Sin embargo, en su hora más crítica, el Sport Boys se encontró impedido de refugiarse en su gente debido a las malas condiciones que se encontraba dicho recinto deportivo. “El campo quedó amarillo completamente y las tribunas con fierro oxidado y también los camerinos”, relata a Sudaca Christian Peña, quien está al frente del portal Hinchada Rosada y sigue el día a día del club del Callao.

Pero, ante la urgencia de encontrar una fortaleza para un club que había recibido tantos golpes al inicio de la temporada, la administración del Sport Boys optó por realizar la inversión que fuese necesaria para volver a disputar sus encuentros en el Callao. “El monto invertido fue de aproximadamente cien mil soles para tener el Miguel Grau como préstamo”, cuenta Peña y agrega que el Gobierno Regional del Callao no aportó para la remodelación del recinto deportivo.

“Las obras se remontan al mes de junio cuando hubo un acuerdo entre la administración pasada y el Gobierno Regional”, cuenta Peña a Sudaca y señala que con este acuerdo el club podría usar el estadio dos veces a la semana para entrenar y una vez para disputar los encuentros correspondientes a la Liga 1.

FUERA DE LUGAR

Sin embargo, semanas atrás, cuando la cancha había alcanzado su estado óptimo y todo parecía indicar que Sport Boys volvería a su casa, un anunció tomó por sorpresa tanto a hinchas como jugadores. El Gobierno Regional del Callao anunciaba la realización del Festival Internacional de Salsa que se desarrollaría en la cancha recién remodelada del Miguel Grau.

Como era de esperarse, este concierto convocó a un importante número de asistentes y la presencia de estos encima del césped del renovado Miguel Grau dejó graves consecuencias en el estado de un césped que tanto esfuerzo e inversión le había costado al club chalaco y que ahora, por disposición de un gobierno regional que no había colaborado en el trabajo de recuperación, volvía a dejar la cancha en un estado grave.


“Nos causó sorpresa que la cancha no haya sido cubierta con una geomembrana”, comenta preocupado Christian Peña con respecto a la falta de prevención por parte de los organizadores del concierto. Además, Peña agrega que, en la previa del evento, las autoridades alegaron que no se producirían daño a la cancha y “le indicaron al club es que no iba a haber ningún problema y que lo iban a pisar como si estuvieran jugando”.

Ver la cancha seriamente perjudicada tras el concierto no sólo despertó la indignación de los hinchas sino de los propios jugadores, como es el caso del futbolista Jesús Barco quien apuntó contra el gobernador regional Ciro Castillo y señaló “a ver si nos dejamos de payasadas, de intereses políticos, de usar la institución para llenarse los bolsillos o más gente en su campaña”. Además, el volante, al igual que el club, exigió que el Gobierno Regional del Callao se encargue de reparar el daño a una cancha que había sido entregada en buenas condiciones, un reclamo al que se sumaron las autoridades del club.

Este último domingo, Sport Boys logró un triunfo fundamental ante Deportivo Municipal y logró alejarse por tres puntos de la zona de descenso. Sin embargo, su próximo encuentro será ante Sporting Cristal, el líder del torneo clausura, un partido clave que debía disputarse en el Miguel Grau y que ahora está en manos del Gobierno Regional si este partido de suma importancia podrá jugarse en Callao.

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