Sport Boys

[INFORMES] Eran aproximadamente las cinco de la tarde del último domingo cuando el árbitro Daniel Ureta hizo sonar su silbato en el estadio Carlos Vidaurre de la ciudad de Tarapoto. La victoria, junto con los tres puntos, habían quedado en manos de Deportivo Garcilaso, pero pocos podrían dudar que quienes celebraron con más euforia dicho resultado no fueron los jugadores del equipo cuzqueño sino los miles de chalacos que vieron un final feliz para lo que había sido un año tortuoso.

La Misilera, el club que en la década del cincuenta supo consagrarse como el primer campeón de la era profesional del fútbol peruano, afrontó un 2023 con problemas que empezaron desde la pretemporada, cuando los problemas económicos les impidieron reforzarse,  y se extendió a otras dificultades, como el tener que disputar sus encuentros en condición de local lejos de su público en el Callao. Por ello, la derrota de Unión Comercio les permitía asegurarse, al menos, un año más en primera división. Sin embargo, apenas un día después, una noticia golpearía la tranquilidad que se respiraba en el Callao y ha despertado suspicacias.

¿SANCIÓN FUERA DE LUGAR?

Mientras en el primer puerto empezaban la semana con la alegría de haber logrado sortear con éxito una temporada de pesadilla para el Sport Boys, la Comisión de Licencias de la Federación Peruana de Fútbol cocinaba una inesperada sanción para los rosados. En horas de la tarde, dicha comisión dio a conocer que al equipo chalaco sería sancionado con diez UIT y, el castigo más temido, la reducción de cuatro puntos que dejan a Sport Boys apenas un punto por encima del último equipo que desciende y con sólo una fecha más por disputarse.

FPFEsta resolución se ampara en dos artículos del Reglamento de Licencias. Uno de ellos es el artículo 76.1 que hace referencia a que Sport Boys debía sustentar el pago oportuno de las remuneraciones durante la primera quincena de cada mes y los tributos correspondientes.

 

pago de obligaciones

Mientras que el artículo 73.2 especifica el plazo que tienen los clubes para realizar el pago de cuotas en los casos de deudas refinanciadas.

Sin embargo, lo que parecía ser una sanción bien sustentada, en realidad podría esconder contradicciones con artículos del propio Reglamento de Licencias. Al respecto, el abogado Cristian Vargas Ramos conversó con Sudaca y explicó algunos de estos puntos que expondrían el error por parte de la comisión que decidió sancionar al equipo rosado.

“El 20 de octubre del 2022, a Sport Boys le dan la inscripción al régimen excepcional y ese mismo día comienzan una investigación la cuál debió quedar suspendida por los artículos 91.3”, explica Vargas. Según lo señalado por dicho artículo del Reglamento de Licencias, se suspende cualquier tipo de sanción, amonestación, multa u otros cuando el club entra al régimen excepcional y la razón por la que el club fue sancionado data de antes de la inscripción del club a este régimen.

“Una vez que el club entra al plan de recuperación se tienen que suspender todas las sanciones porque la finalidad del régimen es ayudar a los clubes para que exista un saneamiento financiero”, explica el abogado Vargas y agrega que esta resolución es “poco objetiva y se está basando en interpretaciones sesgadas”.

Además, Vargas considera que esta resolución puede sentar un mal precedente que abriría la posibilidad a que se en los próximos torneos se apliquen sanciones por apelaciones de años anteriores. “Mañana o más tarde puede venir alguien a apelar una resolución de hace tres o cuatro años e incluso podría inferir en el campeonato”, explicó a Sudaca.

MÁS DUDAS QUE CERTEZAS

Por otro lado, Christian Peña ,periodista del portal informativo Hinchada Rosada, relata que en Sport Boys no contemplaban que se aplique una sanción de este tipo. “No había un escenario posible que los hiciera estar pensando en una defensa para esto”, cuenta Peña y agrega que “esta resta de puntos no debería haber ocurrido porque pasaron trece meses en los que a Sport Boys no le indicaron que podía haber una sanción”.

“Hay clubes a los que han denunciado que no pagan hace tres meses, como ADT que está peleando por entrar a la Sudamericana o Binacional, y no les restan puntos. Hay clubes que no han sido programados, como Municipal, y no les restan puntos”, comenta Peña y explica los hinchas del Boys encuentran sospechoso el accionar de la Federación Peruana de Fútbol presidida por el cuestionado Agustín Lozano y se han empezado a exponer casos similares con finales distintos.


Peña cuenta que, el próximo lunes, las autoridades del club chalaco, que ya anunciaron que se presentó una apelación, se reunirán con el comité de licencias y que también se está evaluando la posibilidad de llevar este caso al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) ante lo que consideran una injusticia dado que el equipo cumplió con todos los requerimientos que se les pide en el plan de recuperación a los clubes que son incluidos en el régimen excepcional.

ComunicadoEn la tarde del sábado en un estadio Miguel Graú probablemente repleto, Sport Boys disputará la última fecha del torneo clausura ante Cienciano sin saber si existe algún resultado que les asegure la permanencia en primera división y con la desconfianza que parecen haberse ganado a pulso las principales autoridades del fútbol peruano.

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Aunque el mundo del fútbol hoy parece un ambiente donde lo único que importa para lograr el éxito es quién maneja un mayor presupuesto y las cifras multimillonarias que manejan los gigantes de Europa y sus nuevos competidores de los países árabes contribuyen a ese pensamiento, todavía se mantienen vigentes ciertos factores que convierten al fútbol en ese deporte tan popular en el cual la mística de algunos equipos logra imponerse ante planteles imponentes.

Entre estos factores, muchos de los cuales se desarrollan fuera del terreno de juego, se encuentra la importancia de jugar en un estadio propio acompañados por un entorno que no sólo se limita a los hinchas que asisten sino que también incluyen al barrio o distrito en el que juegan y que, en varias oportunidades, se ha visto cómo el disputar un encuentro en lo que se puede considerar la casa de cada equipo representa un empuje especial para el equipo que es local y, de manera mucho más especial, cuando el equipo atraviesa un presente complicado.

RECUPERAR LA CASA

El 2023 es, sin lugar a dudas, uno de los años más complicados del histórico Sport Boys del Callao. Luego de un 2022 en que el cuadro chalaco había disputado la Copa Sudamericana, tras veintiún años sin participar en torneos internacionales, el elenco rosado no había jugado su primer partido de la temporada presente de la Liga 1 y ya se encontraba envuelto en un sinnúmero de problemas.

Apenas era diciembre y, mientras la mayoría de clubes de primera división se encontraban anunciando la llegada de nuevos jugadores y empezaban con los trabajos de pretemporada,  los hinchas del equipo del Callao no sólo veían que los pocos refuerzos que habían conseguido pedían quedar en libertad tras la incertidumbre que atravesaba el club y hasta se encontraban en riesgo de quedarse sin director técnico sino que incluso estaba en duda si Sport Boys recibiría la licencia para poder participar de la primera división.

Sin embargo, La Misilera logró sortear el sinnúmero de dificultades y arrancó la temporada 2023 de la Liga 1. Aunque, como era de esperarse, el clima de incertidumbre les pasó factura y la falta de un plantel amplio fue notoria. Por ello el club del Callao no tardó en posicionarse entre los últimos lugares de la tabla y la posibilidad de descender era una amenaza que fecha tras fecha se agrandaba.

Ante un panorama tan complejo desde lo deportivo, para el histórico club chalaco era necesario contar con el apoyo de su público y convertir al Estadio Miguel Grau en su fortaleza ante una temporada que tenía tantos factores en contra. Sin embargo, en su hora más crítica, el Sport Boys se encontró impedido de refugiarse en su gente debido a las malas condiciones que se encontraba dicho recinto deportivo. “El campo quedó amarillo completamente y las tribunas con fierro oxidado y también los camerinos”, relata a Sudaca Christian Peña, quien está al frente del portal Hinchada Rosada y sigue el día a día del club del Callao.

Pero, ante la urgencia de encontrar una fortaleza para un club que había recibido tantos golpes al inicio de la temporada, la administración del Sport Boys optó por realizar la inversión que fuese necesaria para volver a disputar sus encuentros en el Callao. “El monto invertido fue de aproximadamente cien mil soles para tener el Miguel Grau como préstamo”, cuenta Peña y agrega que el Gobierno Regional del Callao no aportó para la remodelación del recinto deportivo.

“Las obras se remontan al mes de junio cuando hubo un acuerdo entre la administración pasada y el Gobierno Regional”, cuenta Peña a Sudaca y señala que con este acuerdo el club podría usar el estadio dos veces a la semana para entrenar y una vez para disputar los encuentros correspondientes a la Liga 1.

FUERA DE LUGAR

Sin embargo, semanas atrás, cuando la cancha había alcanzado su estado óptimo y todo parecía indicar que Sport Boys volvería a su casa, un anunció tomó por sorpresa tanto a hinchas como jugadores. El Gobierno Regional del Callao anunciaba la realización del Festival Internacional de Salsa que se desarrollaría en la cancha recién remodelada del Miguel Grau.

Como era de esperarse, este concierto convocó a un importante número de asistentes y la presencia de estos encima del césped del renovado Miguel Grau dejó graves consecuencias en el estado de un césped que tanto esfuerzo e inversión le había costado al club chalaco y que ahora, por disposición de un gobierno regional que no había colaborado en el trabajo de recuperación, volvía a dejar la cancha en un estado grave.


“Nos causó sorpresa que la cancha no haya sido cubierta con una geomembrana”, comenta preocupado Christian Peña con respecto a la falta de prevención por parte de los organizadores del concierto. Además, Peña agrega que, en la previa del evento, las autoridades alegaron que no se producirían daño a la cancha y “le indicaron al club es que no iba a haber ningún problema y que lo iban a pisar como si estuvieran jugando”.

Ver la cancha seriamente perjudicada tras el concierto no sólo despertó la indignación de los hinchas sino de los propios jugadores, como es el caso del futbolista Jesús Barco quien apuntó contra el gobernador regional Ciro Castillo y señaló “a ver si nos dejamos de payasadas, de intereses políticos, de usar la institución para llenarse los bolsillos o más gente en su campaña”. Además, el volante, al igual que el club, exigió que el Gobierno Regional del Callao se encargue de reparar el daño a una cancha que había sido entregada en buenas condiciones, un reclamo al que se sumaron las autoridades del club.

Este último domingo, Sport Boys logró un triunfo fundamental ante Deportivo Municipal y logró alejarse por tres puntos de la zona de descenso. Sin embargo, su próximo encuentro será ante Sporting Cristal, el líder del torneo clausura, un partido clave que debía disputarse en el Miguel Grau y que ahora está en manos del Gobierno Regional si este partido de suma importancia podrá jugarse en Callao.

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