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¿Qué características podemos encontrar en la zona sur de la costa peruana? 

La distribución del fondo del mar es totalmente distinta. Mientras que en el centro y norte hay un fondo no muy profundo en donde ocurren los afloramientos varias millas fuera de la costa, en el sur el fondo cae muy rápido y los afloramientos no son tan lejanos de la costa. 

¿Se deberían aplicar restricciones distintas para la pesca dependiendo del lugar en que se realiza?

No hay razón para que hayan determinado cinco millas en el sur, centro y norte cuando en el sur la anchoveta difícilmente se va muy lejos y se pega a la costa. Por eso en el norte de Chile se pesca desde la milla uno. Como nosotros en Perú no dejamos pescar dentro de las cinco millas, esa anchoveta nadie la extrae. 

¿Por qué se ha cometido ese error de aplicar el mismo criterio para toda la costa peruana?

No hay ningún estudio ni nada que lo sustente.  En 1992 se determinaron las cinco millas, pero no encuentras ningún sustento para eso. Hay zonas, por ejemplo, en Chimbote, en donde podría pescarse fuera de las cinco millas porque el mar cae muy poco y entonces, como es poco profundo, hay peces pequeños y es zona de crianza más que otra cosa. 

¿En base a qué criterios se establece la talla mínima de captura para la anchoveta que actualmente es de doce centímetros?

Hemos comenzado a ver información desde antes que empiece la pesca de anchoveta y siempre hubo la presencia de lo que llaman juveniles. Entonces, se sacó la talla media de desove. Si tenías especímenes de diecisiete centímetros, como había en ese entonces, se daba ese promedio de doce centímetros. Pero no son juveniles necesariamente, ya que desde los 10.5 centímetros ya son adultos. Además, la distribución de la anchoveta depende de las condiciones oceanográficas y cada que hay calentura la anchoveta se va hacia el sur. Ha habido años que han encontrado anchovetas muy grandes en el sur tras casos de fenómeno del Niño, como ha ocurrido ahora. Hemos tenido un año de anomalías cálidas y, entonces, encontramos en casi todo el litoral anchovetas de 11.5 centímetros. 

¿Qué ejemplos de otros países se podrían seguir?

El de Chile. El norte de Chile no hay talla mínima. Estuve en febrero que empezaba la temporada de pesca y toda la anchoveta que están sacando es de 11 centímetros y no pasa nada. Nadie está diciendo que están depredando. 

¿Se puede realizar la pesca bajo esas condiciones sin que exista riesgo de depredar el recurso?

Depredar es sacar todo de tal manera que no quede casi nada. Mientras haya abundancia no es depredar. Incluso hay muchos países que están tendiendo a sacar todas las tallas porque en toda población la talla más pequeña es la que más se encuentra. Si sacas las más grandes, sacas a los mejores reproductores. Si sólo se enfocan en los más grandes, no es tan bueno siempre y cuando la abundancia de la anchoveta lo permita. 

¿Cuál sería un buen indicador para saber si hay sobreexplotación?

Cuando en condiciones normales, sin calentamiento ni enfriamiento, desaparecen los más grandes y hay más chiquitos. Pero cuando hay un calentamiento de todas maneras las grandes de dispersan y profundizan y es difícil de pescar. En todas partes del mundo sucede eso y puedes sacar un porcentaje de tallas menores sin hacer daño al recurso. En Japón y Corea del Sur pueden sacar de ochenta mil a cien mil toneladas de anchoveta de dos y cuatro centímetros que usan para alimento directo. Lo permiten porque saben que no todas van a llegar a adultas y en lugar de que se mueran o depreden otras especies sacan esa cuota. Lo que se hace en Perú no es objetivo sino subjetivo.

Actualmente la pesca atraviesa un periodo complicado, ¿se podría evitar esta crisis?

Podría evitarse la crisis haciendo como en el año 1998 abriendo ventanas de penetración y dejando entrar a la milla uno a unas cuantas embarcaciones bajo sustento científico. En los últimos años hubo gente que se opone a todo, hay mucha politiquería y demasiado opinólogo. Nuestra entidad líder, que es IMARPE, debería hacer más públicos sus resultados.

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Aunque la vida en el planeta ha estado en constante cambio desde sus orígenes, el ser humano todavía se muestra cauteloso, y hasta temeroso en algunos casos, cuando se ve obligado a enfrentarse a los cambios. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología ha permitido que estos cambios en la naturaleza puedan tener una explicación que no sólo ayuda a perder el miedo sino que brinda información para poder interactuar con esta nueva realidad.

Este parece ser el caso de la anchoveta que durante varias décadas se ha pescado en la costa peruana y que hoy se presenta en una forma inusual en lo que respecta a su talla. Sudaca pudo conversar con Luis Icochea, profesor de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, para conocer las razones que han llevado a que la anchoveta presente nuevas características y cómo estas impactarán en la actividad pesquera.

TIEMPO DE ADAPTACIÓN

Tal como lo ha informado Sudaca en otros informes periodísticos, la anchoveta que se encuentra en el mar peruano ha presentado una serie de cambios entre los que se encuentra un tamaño diferente al que registraba décadas atrás. Sin embargo, lejos de encender las alarmas, estos cambios parecen tener una explicación que desarma cualquier teoría apocalíptica sobre el futuro de este recurso.

Luis Icochea señala que, si bien la reducción en la talla de una especie puede ser un signo de alarma, en este caso la explicación para que el tamaño de la anchoveta se haya reducido está dentro de lo previsible.  “Cuando está el recurso virgen siempre va a tener un promedio más alto. Ha sucedido con la merluza, el jurel y la pota. Lo comienzas a explotarla y se va a reducir”, explica.

Aunque en los resultados de una reciente evaluación del Instituto del Mar del Perú (IMARPE) se observa que la biomasa es menor al promedio que solía registrarse, la explicación a estos inusuales números se encuentra en un cambio en la distribución del recurso que fue provocado por las anomalías en la temperatura superficial del mar. Este escenario provocó que la anchoveta profundice a más de ciento cincuenta metros y sea imposible que el IMARPE la pueda estimar en sus evaluaciones.

Cristian Rebosio

Para el especialista en oceanografía pesquera, no existen motivos para alegar que existiría sobrepesca en este momento y agrega que “si de una especie se pueden extraer dos, cuatro o cinco millones de toneladas durante años, eso significa que esa especie está bien. Si se sigue extrayendo, eso quiere decir que el recurso no está perjudicado”. 

A esto se le suma que Perú ha dispuesto una serie de regulaciones enfocadas en evitar una pesca sin control que ponga en riesgo la sostenibilidad del recurso. Un ejemplo de estas regulaciones en que sólo se puede pescar hasta el 35% de la biomasa que representa el volumen de peses de una misma especie.

Además, entre los factores que impactan en las nuevas tallas que alcanza la anchoveta, según explica Icochea, están las condiciones cálidas. “Lo que más afecta es que vienen por corrientes y hay un alimento distinto al que la anchoveta prefiere. Eso la obliga a la anchoveta a migrar e impacta en su crecimiento”, señaló en declaraciones a Sudaca.

CAMBIOS EN TIERRA

Pero no sólo la anchoveta ha mostrado cambios. En tierra, las autoridades responsables también parecen entender que es momento de adaptarse a una nueva realidad y evitar que las regulaciones se conviertan en un obstáculo para la actividad pesquera. Esta situación es la que ocurre en Chile, donde no existe la talla mínima de captura de doce centímetros para la anchoveta debido a que estudios recientes les indicaron que esta especie alcanza la madurez sexual desde los 10 o 10.5 centímetros.

Por ello, Luis Icochea coincide con la necesidad de cambios en las regulaciones vigentes en Perú para que se saque un mayor beneficio y señala lo siguiente:  “¿Qué pasa si no hay anchoveta fuera de las cinco millas? Ese stock lo está pescando en Chile. Nosotros no lo aprovechamos como es debido”. 

En los informes científicos realizados por el IMARPE durante la última década previo al inicio de las temporadas de pesca, el porcentaje de tallas menores a los doce centímetros ha registrado un aumento sostenido que en el año 2023 registró uno de sus números más altos con un 82%.

Cristian Rebosio

“Si ves que el 90% es menor de doce centímetros, es imposible que vayas a pescar y encuentres un ochenta o noventa por ciento de anchoveta grande. Tiene que haber un poco de coherencia”, cuestiona el docente universitario sobre las restricciones actuales para la pesca de anchoveta.

Ante el escenario actual, Luis Icochea considera que hay factores indispensables al momento de establecer las cuotas de pesca. “Lo importante es dar la cuota con un porcentaje de adecuado de especímenes menores a la talla mínima permitida. Ojo que no es juvenil , porque menores de doce no significa que sea juvenil. Hay anchovetas que alcanzan su adultez a los diez u once centímetros”, comenta.

En un contexto crítico para la pesca peruana en regiones como el sur, la anchoveta representa una oportunidad que podría generar innumerables puestos de trabajo para diferentes sectores. Por ello, mantener regulaciones que dejan de lado la evidencia científica, que hasta ahora ha sido contundente, podría condenar al sector pesquero a una catástrofe histórica.

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La variedad de recursos que se pueden hallar en el territorio nacional ha sido, desde siempre, motivo de orgullo para todo peruano. Sumado a los microclimas de las regiones geográficas, Perú se convierte en un país prácticamente único en lo que respecta a diversidad de animales y plantas que son motivo de admiración para casi cualquier turista que viene de visita.

Sin embargo, para aprovechar la fortuna de contar con estos recursos también es necesario estar a la vanguardia de la mano de la ciencia para poder darles un uso eficiente y, al mismo tiempo, responsable. Pero, lamentablemente, esto no estaría ocurriendo durante los últimos años en el sector pesquero. 

EL AUTOGOL DE PERÚ

Entre esta variedad de recursos que se pueden hallar en el territorio nacional se encuentra la anchoveta. Este pez de la familia Engraulidae conocido por sus múltiples beneficios, como fortalecer el sistema inmunológico y prevenir enfermedades cardiovasculares, suele habitar la zona sur del Océano Pacífico, más precisamente en las costas de Perú y Chile.

No obstante, y a diferencia del vecino del sur, Perú no estaría sacando tanto provecho como realmente podría a la presencia de la anchoveta en el mar peruano. La zona sur, una de las dos en las cuales se divide el mar para la actividad de pesca, está padeciendo graves errores técnicos que reducen dramáticamente el beneficio que podría sacar la pesca industrial.

Para ello es necesario tomar en cuenta que, en los últimos años, la zona sur sufrió una serie de modificaciones en lo que respecta al trabajo que pueden realizar las embarcaciones pesqueras industriales. Tras un decreto supremo de 2008, esta actividad se podía llevar a cabo dentro de las cinco millas hasta una milla y media de la costa, en zonas científicamente determinadas por IMARPE y porque las particularidades geográficas del sur así lo requerían.

Pero, para 2011, esto cambió y recién se podía realizar pesca industrial a partir de las cinco millas. En 2012 y 2013 se produjeron nuevas modificaciones, aunque el decreto supremo que se encuentra vigente mantiene a las cinco millas como el límite a partir del cual puede realizarse la pesca industrial de anchoveta. Y ahora esto ha sido llevado a nivel de ley por el Congreso sin ningún análisis y básicamente representando los intereses de las ONGs conservacionistas, quienes falsamente se escudan en un reclamo manipulado de la pesca artesanal.

Sudaca conversó con Francisco Miranda, presidente de la ONG OANNES, quien destacó que uno de los errores que se ha cometido con respecto a estos límites para la pesca industrial se encuentra en el hecho de no entender las diferencias entre las diferentes zonas del mar peruano. “Mientras que en el centro norte la plataforma continental es extensa y hay que llegar a las 80 millas para poder encontrar una profundidad superior a los 200 metros, en la zona sur avanzas más de una milla y ya estas llegando a fondos de 400 o 500 metros de profundidad”, señaló.

Miranda explica que el límite de las cinco millas se creó con el propósito de proteger la reproducción de las especies y el crecimiento de los juveniles. “Si uno define técnicamente el área de protección para la reproducción de las especies y el crecimiento de los juveniles uno lo debería definir por la profundidad y no por la distancia a la costa. Por eso digo que la decisión de las cinco millas es política y no técnica”, relató a Sudaca.

El presidente de OANNES también considera que “parece que fuesen intereses específicos de compañías chilenas” los que han logrado que las campañas de pesca no se puedan realizar dentro de las cinco millas y, tal como se observa en el siguiente gráfico, Chile viene sacando una considerable diferencia en los miles de toneladas de anchoveta que quedan en su poder mientras que lo que llega a nuestro país se ha reducido dramáticamente por las decisiones que toman las autoridades peruanas en lo que vendría a ser un autogol de Perú.

 

EFECTO DOMINÓ

Pero la falta de interés por corregir una decisión sin sustento técnico está generando un efecto dominó que afecta considerablemente al sur del país. “Se pierden aproximadamente dos mil millones de soles”, comenta a Sudaca el periodista Melanio Valdés, quien ha venido investigando el tema durante los últimos diecisiete años.

“Hoy se vive una agonía. Los informes de los técnicos dan cuenta que se han perdido millones y el puerto más perjudicado es el de Ilo”, relata Valdés y agrega que “las plantas pesqueras están destrozadas y las que han podido han sido trasladadas a otros lugares. Solo hay dos plantas pequeñas y están agonizando porque no tienen el insumo que es anchoveta”.

Según la información que pudo obtener Sudaca, existen por lo menos diez plantas que solían dedicarse a la harina y aceite de pescado que, en un efecto dominó como consecuencia del impedimento de pesca industrial de la anchoveta dentro de las cinco millas, han quebrado o cerraron ante la falta de insumos para seguir operando.

“Dieron una norma sin ningún fundamento científico. Para que se formule algún decreto tiene que tener sustento científico”, cuestiona Melanio y cuenta que los políticos de la región no han mostrado voluntad por revertir esta situación que amenaza con generar una crisis mayor para la economía de esta zona del país y sospecha que se debe a que “los intereses pesqueros chilenos son muy fuertes”.

@sudacaperu

🚨Imágenes del presente de muchas plantas pesqueras en el sur como consecuencia de las regulaciones actuales que incluso han llevado al cierre de varias de ellas. No te pierdas el informe de Sudaca.pe Créditos: Canal N

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Según alarmantes datos recopilados por la Sociedad Nacional de Pesquería, el 15% de la capacidad nacional de producción de harina de pescado se ubica en la zona sur y apenas ha producido el 6% demostrando que están muy por debajo de lo que podrían obtener si se corrige el inconveniente originado por las cinco millas.

Si bien las regulaciones resultan imprescindibles para el desarrollo responsable de una toda industria, casos como el de la pesca industrial de anchoveta demuestran que, si éstas no están respaldadas en evidencia científica, pueden resultar seriamente perjudiciales para la economía de una región. 

A la situación antes descrita se suma que, un reciente análisis del IMARPE ha determinado que la talla mínima legal de captura de la anchoveta no sería de 12 cm. sino menor. Esta regulación de la talla mínima de captura también agrega a la ausencia de medidas que respondan a la ciencia para manejar dicho stock y nos mantiene en constante desventaja con respecto a Chile, donde no hay una talla mínima de captura.

En este sentido, tanto las vedas o cierres temporales, como la determinación del inicio de temporadas están regulados para la pesca industrial se rigen por esta regla, y cuando las autoridades corroboran que el recurso supuestamente está por debajo de la talla mínima legal hasta en un porcentaje, vedan o paralizan innecesariamente las actividades o deciden no abrir la temporada de pesca como ocurrió en 2020 y durante la segunda mitad del 2023; sin embargo, ello termina estando fuera de la realidad pues la talla mínima legal está mal definida.

Tanto Valdés como Miranda, amparados en su experiencia en un tema que han seguido por un largo tiempo, consideran que esta situación se podría revertir si las autoridades que sostienen estas regulaciones antitécnicas estuviesen dispuestas a escuchar al Instituto del Mar del Perú (IMARPE) así como a los estudios realizados a esta zona del mar peruano que hoy representa una oportunidad perdida.

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