ministerio de justicia

Los ruegos de la doctora Shady para preservar el patrimonio arqueológico más antiguo del hemisferio sur logran convencer a las máximas instancias del Ministerio del Interior, las cuales autorizan a la Oficina Ejecutiva de Control de Drogas para que le asignen una casa pequeña ubicada en Las Lomas de La Molina. Según la doctora Shady, los responsables del sector le dijeron: “aquí está este local, ocúpelo; no se preocupe por los reclamos de terceros, esos van a demorar un largo tiempo”. Recién en 2018, el Programa Nacional de Bienes Incautados (Pronabi) nos informa que iba a subastar el local. En ese momento, me dije que había que buscar una salida porque una vez rematado habría que desalojar. Pero antes, como Pronabi pertenecía al Ministerio de Justicia, fui a hablar con el titular del sector, Vicente Zeballos y él me dijo que seguramente Pronabi necesitaba vender para agenciarse de fondos, pero que no me preocupe porque no nos iban ‘a lanzar’ de la noche a la mañana; con tranquilidad vamos a ver internamente esto. Y así pasaron la pandemia del coronavirus y más de tres años y medio de silencio administrativo, hasta que, en octubre de 2022, nos volvieron a pedir el local. En ese mismo momento, fui a buscar a la ministra de Cultura de entonces para pedirle un espacio en el edificio del ministerio. La ministra llamó a su abogado y también al procurador, quien me dijo que no nos preocupáramos porque en 2021 había salido un decreto supremo que decía que si una entidad del Estado tenía un bien inmueble en posesión no podía ser desalojada y que se lo harían llegar al Pronabi antes que el inmueble sea subastado y porque además tenemos en esa casa 15 años.

Entonces, a pedido de las partes, tuvimos una reunión con Pronabi, con la ministra de Cultura y con funcionarios de Justicia; en la reunión no le hicieron caso al decreto supremo, y, más bien, nos dijeron que Pronabi había subastado la casa de Las Lomas el 19 de diciembre de 2022. El nuevo ministro de Justicia me dijo que reconocía el trabajo de los profesionales de la Zona Arqueológica Caral (ZAC) y que iba a hacer lo posible para darnos una solución satisfactoria, lo mismo dijo el alcalde de La Molina, quien ofreció donar un terreno, pero no la construcción. A todos los funcionarios de los diferentes niveles y sectores les hemos dicho que en el pequeño local de Las Lomas de La Molina, está perfectamente acondicionado para guardar las reliquias, también tenemos laboratorio y archivo con cientos de piezas y documentos que les dan validez. Es mi orgullo y debería ser el orgullo del Perú”.

Oficina de la Zona Arqueológica Caral, ubicada en Las Lomas de La Molina, inmueble que fue subastado por Pronabi a finales del año pasado.

La compra, la venta y el probable alquiler 

Roger Hugo Gerónimo Miranda es un peruano como muchos, pero un afortunado como pocos que se hizo acreedor junto a su esposa Rosario Zegarra Rodríguez de la casa de Las Lomas de la Molina por el monto de ochocientos noventa y dos mil novecientos ochenta soles. El funcionario de Aduanas durante largos años, con ese sueldo pequeño y nunca indexado pudo darse maña para comprar y vender casas y camiones, ilusiones propias y ajenas. 

Lo llamamos y nos contestó:

“Yo he comprado (la casa de Las Lomas de La Molina) de manera legal, los funcionarios de Pronabi hicieron una convocatoria en la cual yo participé y ahora ellos (los de Caral) tienen que retirarse. No la estoy ofreciendo en alquiler, pero el Ministerio de Cultura es el que me pide que se la alquile. Le he respondido ‘que puede ser’ y hemos negociado durante una semana. Quiero decirle que lo que he hecho es totalmente legal, ella (la doctora Shady) es la que está actuando de manera ilegal, porque se ha debido retirar de la casa y no le ha dado la gana de retirarse. Ellos (los arqueólogos de Caral) simplemente tienen que irse, no tienen nada que los ampare, porque yo no estoy dispuesto a aceptar la nulidad de la compra-venta. Yo he comprado la casa porque me interesa. Ahora bien, si quieren comprármela estoy dispuesto a vendérsela, pero no al precio de la adquisición, sino al precio de mercado”.

Al terminar la conversación, Roger Hugo Gerónimo Miranda nos dijo: “las sospechas sobre el origen del dinero (ochocientos mil soles, según los informantes) pueden darse, pero yo tengo más de treinta años trabajando en Sunat. Es imposible que no pueda demostrar de dónde sale ese dinero”, nos dice el afortunado funcionario.

Y finaliza con un contundente: “una donación (de la casa) es imposible”.

Roger Hugo Gerónimo Miranda, funcionario de Sunat y ganador de la subasta que lo convirtió en dueño de la propiedad que ocupa la Zona Arqueológica de Caral.

Recapitulemos lo conocido hasta ahora en este “cultoricidio”; tenemos, primero, a una burocracia insensible en la Universidad de San Marcos donde la doctora Shady, sus arqueólogos y sus asistentes estuvieron amontonados hasta el descubrimiento de Caral en 1997. Cuando en 2002, la Universidad de San Marcos obliga a la arqueóloga y a su gente a dejar el campus, la doctora Shady averigua que ese acto indigno fue debido a que el monto asignado a Caral estaba dentro del presupuesto de la universidad, por lo que el rector Manuel Burga sabía que si terminaba el vínculo laboral, él podría disponer de ese dinero para otros fines. Tenemos, después a empleados públicos de rango medio y alto en el Instituto Nacional de Cultura, en los ministerios de Cultura (fundado en 2010), del Interior (“dueño” transitorio de los bienes embargados a los narcotraficantes) y de Justicia, donde el procurador Erick Samuel Villaverde Sotelo, le dijo a la descubridora del asentamiento humano más antiguo del continente: “yo a usted no la conozco, no sé lo que es Caral”, en la última reunión que tuvieron las partes después que Villaverde Sotelo denunciara a Ruth Shady por el delito de peculado doloso en contra del Estado por el hecho de ocupar una casa cedida por el Ministerio del Interior.

El procurador público del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos decidió denunciar a Ruth Shady por los presuntos delitos de peculado doloso en agravio del Estado.

Villaverde Sotelo, quien el año pasado no sabía quién era Ruth Shady ni qué era Caral es un abogado graduado en la Universidad San Martín y doctorado en Ciencias Penales en la misma universidad. Nosotros ya lo conocemos, señor.

Para entender cómo se pueden cometer tantos vejámenes contra una científica de figuración mundial sin que ninguna autoridad haga nada, le pedimos una entrevista al ingeniero Héctor Acuña Peralta, presidente de la Comisión de Cultura del Congreso de la República.

Ingeniero, todos sabemos las comisiones ordinarias del Congreso tienen como misión fiscalizar a cada uno de los sectores gubernamentales, por eso su comisión tendría que saber qué pasa en el ámbito cultural del Estado, y, por consiguiente, ¿qué hará el Poder Legislativo para amparar no solo a la doctora Shady, sino a Caral?

HA: Nuestra comisión solicitó el 5 de enero que Pronabi nos haga llegar información sobre el tema, porque no entendíamos cómo una entidad del Estado pudiera estar enfrentada a otra entidad, el Estado contra el Estado, donde Pronabi prioriza su interés económico y no los grandes intereses culturales de la Nación. Más aún, al margen de lo que diga el procurador del Ministerio de Justicia, todos debemos saber que hay un Decreto Supremo, el 001-2021 de esa institución, que dice claramente que los inmuebles que hayan sido asignados en uso temporal antes de la entrada en vigencia de la norma podrán asignarse definitivamente a aquellas entidades que los ocupan durante un plazo no menor de diez años continuos.

Es más, creo que algo raro está pasando, algo está descomponiéndose, algo huele muy mal. Voy a interesarme a fondo, no solo por Caral y la doctora, sino por todo el patrimonio histórico de nuestro país.

Para finalizar, el Ministerio de Cultura ha accedido a otorgarles un espacio en el segundo piso del edificio ministerial en San Borja, pero la mudanza tomará de dos a tres meses porque se necesita acondicionar el local y que las piezas arqueológicas sean trasladadas de manera especial por sus características. 

Sobre el futuro de la demanda del procurador a la científica, pues esta sigue su curso con una primera citación para el 3 de marzo, esperamos que el titular de Justicia, el presidente de la Comisión de Cultura del Congreso y el tino les ganen la mano a los inciviles.

Tags:

Caral, Ministerio de Cultura, ministerio de justicia, Ruth Shady

La imputación no era menor: Beat condicionaba el uso de su servicio a la aceptación de transferir datos personales para fines publicitarios. “A los pasajeros y conductores no se les ofrece la opción de negarse a que se realice tratamiento ajeno a la ejecución de la relación contractual como recibir propaganda propia o de terceros, compartir datos con adquirentes de carteras crediticias, aliados comerciales, entre otros”, acusaba la DFI en la resolución de primera instancia de enero del 2021. 

Para defenderse, Beat aseguró que, una vez que los titulares de los datos aceptaban esa transferencia, podían “revocar dicho consentimiento” escribiendo al correo colombiano de la empresa o acercándose a su local en Miraflores. Además que, para permitirlo, los usuarios marcaban un recuadro –conocido como checkbox– que decía explícitamente “autorizo el envío de comunicaciones referidas a promociones” al registrarse en la app. 

Esto no convenció a la ANPD que, por lo contrario, fue durísima contra la empresa en su resolución. “Se ha evidenciado beneficio ilícito resultante de la comisión de las infracciones a sancionar” y “no se ha evidenciado la intención de la administrada por adecuar su conducta a la normativa de protección de datos personales” son algunas de las afirmaciones que el organismo utilizó para sancionar finalmente a Beat con 4.5 UIT.

La empresa de taxi por aplicativo apeló en febrero del año pasado utilizando el mismo argumento que usó Pacífico: el PAS había caducado. También reclamaron el aumento de la sanción, que en 2019 fue de 3 UIT, por la misma infracción. Estos argumentos fueron desestimados por la ANPD, que también en este caso dijo que debido a la pandemia se extendieron los plazos.

beat app tratamiento de datos
El interfaz de la app Beat. Para acceder a su servicio, hay que aceptar el tratamiento de datos personales primero.

Sobre el aumento de la sanción, la ANPD no solo destaca la reincidencia de Beat en la falta, sino su poco interés por subsanar la infracción. “No se ha evidenciado la intención de la administrada por adecuar su conducta a la normativa de protección de datos personales, es más, a través del recurso de apelación reafirma sus argumentos referidos a que no es necesario un checkbox para un consentimiento libre”, dice la sentencia que confirma la multa.

En respuesta a Sudaca, la empresa solamente señaló, sin mayor mea culpa: “Queremos comentar que el día 26 de julio de 2022 hemos realizado el pago correspondiente, por lo cual desestimamos continuar con el proceso legalmente”.

A diferencia de Pacífico, Beat registra menos amonestaciones en Indecopi. El ranking de proveedores sancionados marca que solo tiene tres sanciones. Sin embargo, llama la atención que dos de ellas son bastante altas. Ambas se dieron en 2019: la primera es de 83.20 UIT por incumplimiento de servicio y la segunda de 23.80, UIT por falta de idoneidad en transporte de pasajeros. Eso, al valor de ese año, representaba S/ 449,400. Mucho más de lo que abonaron a la ANPD.

Así es cómo ciertas empresas hacen negocio con tus datos. Sin avisarte, condicionando sus servicios y cubriéndose con el grupo empresarial al que pertenecen. Tal vez no sean las únicas. La ANPD tiene procesos abiertos contra otras empresas, como Renzo Costa. Habrá que ver cómo terminan. 

**Fotoportada por Darlen Leonardo

Tags:

beat, datos personales, informe, ministerio de justicia, pacífico seguros
x