Reino Unido

El rostro de Owen, mientras cuenta la anécdota, es todo un poema. Y continuó Gary.

  • Todos pensamos: por Dios eso es imposible. Recuerdo ir a entrenar, al día siguiente, y que todos lo intentáramos. Y lo mejor que alguien logró fue hacerlo tres veces, corriendo para alcanzar la tercera.

Ese es el gran Gary Lineker. Didáctico y con una gran empatía. Esto es, un hombre de principios. Dio una opinión política en twitter y el gobierno obligó a la conservadora BBC que lo censurara. El caballero ingles no se retractó. No tenía por qué. Recibió el apoyo de sus compañeros. El domingo último, Match of the Day no tuvo ningún presentador, su emisión fue de solo 20 minutos en mute.

El prestigioso diario El Guardián declaró en su editorial lo que muchos pensamos.

  • Seamos claros: realmente no importa lo que Lineker haya estado diciendo en Twitter. No importa si te gusta, si estás de acuerdo con él o si te molesta. Quizá sólo quieras ver el fútbol. Tal vez te desagraden los temas sobre los inmigrantes. Tal vez sea en parte porque el gobierno y los medios de comunicación afines siguen afirmando (incorrectamente) que el Reino Unido está siendo desproporcionadamente asaltado o invadido o colonizado por ellos. El hecho es que todo el mundo pierde, todo disminuye, cuando está en manos del gobierno de turno decidir quién puede decir qué en cuestiones de bondad humana básica. Lo que tenemos aquí es la censura estatal de facto por el delito de tener opiniones independientes en las redes sociales.

Y continua el diario.

  • Su suspensión, por supuesto, estará vinculada explícitamente al hecho de que se supone que los presentadores de BBC deben evitar las declaraciones políticas. Pero el uso de este poder en este caso parece arbitrario. Lineker es un comentarista de fútbol independiente con una cuenta privada de Twitter. No hace política para BBC. Es extraño sugerir que existe algún problema de interés público, alguna amenaza a la independencia, que justifique amenazarlo para que guarde silencio en sus cuentas personales de redes sociales”.

La presión ciudadana en las redes sociales obligaron, esta semana, a que la BBC le levantara el castigo al Crack Comentarista.

  • No se disculpó por sus tuits. Como debe ser.

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