La última semana se ha constatado que la tendencia electoral va en función de una Fujimori en avance y un Castillo entre estancado y en declive. A una velocidad acelerada, vale mencionar. ¿Es esto definitivo y nos acercamos a una presidenta el 7 de junio o tendremos una pelea con final impredecible? Ensayamos para eso una lista de escenarios y actores que pueden alterar el panorama

Si hay una tendencia clara luego del fin de semana y de conocer las últimas encuestas, es que Fujimori va avanzando y Castillo retrocediendo. Que además las distancias se han reducido ahora sí dramáticamente, poniéndolos, números más y números menos, a 5 puntos de distancia.

Lo otro que es claro también es que si no hay algo que pueda ser relevante o significativo, podemos cambiar el orden de los candidatos de cara al 6 de junio. ¿Por qué? Por la tendencia, pero también porque hay una candidata que hace campaña y otro que parece que quisiera minar la propia.

Castillo no quiere -o no puede- entrar en el juego de la campaña formal y queda continuamente descolocado frente a todo el despliegue de fuerza orgánica propia y la que le ha llovido gratis a Fujimori. Entonces, no hace cambios a la estrategia que lo llevó a ganar la primera vuelta y eso lo lleva a detener su avance y a retroceder en las preferencias.

La encuesta de ayer de IEP es muy clara en eso. Castillo ya no está estancado, retrocede. Y Fujimori ya no se nutre de indecisos, le está quitando votantes a Castillo. Ese escenario era el peor posible para un Castillo envalentonado pero sin aparato detrás que le asegure estrategia. Sin estrategia su campaña es contradictoria, opuesta, impredecible. Un día quiere ser garante de derechos y al día siguiente se tumba esa idea. Un día quiere A y el otro grita B en una plaza. Hace lo que en buena medida le nace hacer. Aunque la presidencia de la República no sea un cargo por impulso.

Por el otro lado, y como todo en su vida, la cosa viene muy fácil. Todos le regalan su apoyo de manera incondicional. Mejor corrupto conocida que comunista por conocer parece ser el derrotero de esta campaña. Es la definición perfecta del mal menor. Hay un juego mediático sin ningún contrapeso. Hay “iniciativas ciudadanas” que son campañas descaradas que nadie quiere cuestionar, porque no son partidarias. Hay endoso de apoyo sin criticidad. Muy fácil. Como fácil estudió, fácil fue su carrera política y fácil le ha sido zafar del acoso judicial, del que posiblemente se libre para siempre después de estas elecciones. Es impresionante la estrella de la candidata que ha logrado convertir adversos y hacerlos portavoces de su campaña.

¿Qué podría cambiar las tendencias y ponernos en escenarios distintos? Hay pocas cosas que hoy generen un contrapeso que vuelva a poner a Castillo en subida y a Fujimori en bajada, pero vamos a elaborar algunas hipótesis.

  1. La campaña de contacto directo vuelva a tomar impulso. Esa campaña que llevó a Castillo a triunfar en primera vuelta. Esa que privilegia la plaza pequeña, el boca a boca, el WhatsApp como la red de intercambio y propaganda. Esa campaña de la que tenemos tanto por aprender aún. Castillo demoró en prender en primera vuelta. ¿Podría estar demorando su explosión? Muy poco probable. Más si no da golpes de timón relevantes. Ya no estamos en el voto de protesta. Es quizás el voto de propuesta el que se manifiesta ahora. 
  2. La probabilidad de algún destape. O de algún hecho que se conozca de los candidatos en la campaña, aunque estamos seguros de que está más cerca, como probabilidad, de hundir a Castillo que a Fujimori. La candidata hoy tiene toda la prensa masiva de su lado, de una manera impúdica. Por ese lado, no es esperable que haya algo que a nivel de medios masivos pueda hacer que la candidatura fujimorista tambalee. Más bien tenemos que esperar más celo con Castillo y su entorno. Aunque cualquier noticiero local sea ya caja de resonancia de cualquier cosa que se diga para hundirlo.
  3. Adherencias. Creemos que más allá de la discusión sobre si implican votos o no, el que estructuras partidarias decidan su apoyo por uno u otro candidato puede ser definitivo. Si el apoyo de Mendoza y JP a Castillo es importante a nivel de discurso, el de APP y de RP a Fujimori es más significativo porque implica movilización y logística. Algo que a Castillo le falta a raudales. Lescano, Guevara y esa facción de AP aún podrían entrar más en campaña, pero no parecen cercanos a Castillo. Pero nadie más aparece en el horizonte para el lápiz.
  4. Estrategas. Desde la primera vuelta extrañamos la presencia de campañas inteligentes, orientadas, que supieran encauzar ideas y establecer ejes programáticos. En esta segunda vuelta es evidente que ello se mantiene. Una alternativa para Castillo puede ser la adhesión de algunos estrategas que puedan generar un impulso importante. En el caso de Fujimori, parece ser que los ecuatorianos que este portal destacó han hecho su trabajo. Se habla desde Otero hasta quienes llevaron la campaña del MAS en Bolivia como potenciales soportes de Castillo. Veremos si eso se materializa.
  5. Sociedad Civil. Un contrapeso importante en las últimas elecciones han sido las iniciativas libres de la sociedad civil. Desde la relevancia que tomaron los movimientos antifujimoristas en el 2016 hasta la calle que logró revertir el golpe de Estado de Merino hace apenas unos meses. Pero esa sociedad civil parece agotarse en la fórmula de manifiestos y acuerdos. No se percibe una efervescencia en la calle, una sensación tan fuerte que pueda hacer tambalear las tendencias actuales. A no ser que despierte pronto, no parece que la calle vaya a ser un factor importante. Si despierta, veremos lo que ocurre.
  6. El contexto -y aprovecharlo-. Hoy parece que vivimos en una burbuja y nada de lo que pasa alrededor importa en esta campaña. Casos como el estallido social y la represión de Duque en Colombia, o el anuncio de Biden de políticas tan a la izquierda que hacen parecer a Mendoza de centro, no juegan en esta campaña y algo podríamos pensar que nos quieren decir, pero nos miramos tan al ombligo que ni eso influye.

Creemos que estos 6 elementos podrían ser significativos en lo que queda de campaña. Pero no somos optimistas de considerar que lo van a ser. La mesa está servida para Fujimori. Va a depender sólo de ella sentarse a comer. Ojalá que quienes dieron apoyo público a su candidatura asuman ese costo. Del lado de Castillo, vale la pena preguntarse si realmente quiere ganar. 

El BCRP es un ente independiente del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y es el encargado de las políticas monetarias (control de la inflación) y cambiaria (manejo del tipo de cambio o precio del dólar). Su objetivo es preservar la estabilidad monetaria, definida como el logro de una meta anual de inflación de entre 1% y 3%.

No tiene una meta con respecto del tipo de cambio, aunque sí interviene en el mercado, comprando o vendiendo dólares para evitar fluctuaciones bruscas. Por eso, vemos que cuando el precio del dólar sube o baja, lo hace de manera suave. El BCRP no fija el tipo de cambio, sino que reduce lo que los economistas llaman “volatilidad”, pues el precio del dólar depende del mercado.

Muchas veces asumimos hechos como obvios. Uno es la estabilidad monetaria, resultado al que a veces no damos el mérito real. El concepto se refiere al control de la inflación por parte del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). En los años 80, los aumentos casi diarios de los precios eran algo normal. En 1990, el incremento llegó a 7,650% solo ese año. Entre 2001 y 2020, el promedio anual fue de 2.4%. En 2020 fue solo de 1.9%.

Lograrlo fue difícil. Una de las reformas clave fue independizar al BCRP de las presiones que recibía del Poder Ejecutivo. Eso se mantiene. Además, desde 2002 se estableció un objetivo único: la estabilidad monetaria, entendida como una meta anual de inflación de 2.5% +/- 1%, es decir entre 1.5% y 3.5% al año. En 2007 se ajustó la meta a 2% anual +/- 1%. El sistema se denomina “metas explícitas de inflación” o inflation targeting. Si revisamos en cualquier país la relación entre estabilidad monetaria y crecimiento económico, esta es clara: a mayor estabilidad monetaria, mayor crecimiento.

¿Todos los bancos centrales del mundo tienen los mismos sistemas y metas? No. Por ejemplo, el de EE.UU., llamado sistema de Reserva Federal (FED), no tiene una meta explícita de inflación ni un objetivo único, pues se le dan hasta tres metas: estabilidad monetaria (sin meta numérica), crecimiento económico y pleno empleo.

El BCRP es autónomo. Está prohibido de prestarle dinero al Poder Ejecutivo, entregar dinero a entidades de fomento o establecer distintos tipos de cambio. Las tres eran características de la década de los 80,  que terminaron en hiperinflación y en una de las peores crisis económicas de nuestra historia. La autonomía le otorga al BCRP libertad para establecer su política monetaria sin presiones del Ejecutivo. Y eso ha sido respetado por todos los presidentes de los últimos 30 años.

Estamos cerca de la segunda vuelta. Nuestras decisiones debemos basarlas en evidencia empírica y no solo en buenas intenciones. El compromiso con la estabilidad monetaria y la independencia del banco central debe ser asumido por ambos candidatos. Es una lección de nuestra propia historia económica.

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Carlos Parodi, Estabilidad monetaria

La encuesta del IEP publicada hoy, la encuestadora que más generosa había sido con Castillo en su primera medición post primera vuelta (la tercera semana de abril le otorgó una ventaja de 20 puntos), hoy revela que la distancia se ha acortado a apenas 6.2 puntos; en la práctica, considerando el margen de error, casi un empate técnico.

Castillo se desploma. Cae 5.3 puntos, revelando una tendencia que coincide con otra de una encuesta privada seria. El puntero empieza a perder adeptos. En cambio, Keiko Fujimori sube nada menos que 8.5 puntos, manteniendo la tendencia que el resto de encuestadoras le asignan.

Sin duda, el parteaguas ha sido el debate de Chota. Por eso, Castillo se corre de tener otro encuentro de ese tipo porque sabe que las tendencias lo muestran como probable perdedor. Es por sus propios errores que está regalándole el triunfo a Keiko Fujimori.

La candidata de Fuerza Popular sigue un libreto muy eficaz y lo sigue al pie de la letra. Primero, se planteó la ecuación “peruanos versus el comunismo” como un modo eficaz de contrarrestar el “pobres versus ricos” propuesto inicialmente por su rival. Le ha resultado con creces. Ha recapturado el sector derechista, que es mayoritario en el país. Por más que los “genios publicitarios” aconsejen cambiar de guión, no se mueve lo que ha demostrado funcionar y falta aún cosechar en ese bolsón derechista o centroderechista indeciso.

Luego, sobre ese mantel se ha empezado a servir un buffet de ofertas, algunas de ellas populistas (canon directo, duplicación de Pensión 65, bono Covid, etc.) dirigido al aún refractario D y E. En ese esfuerzo está.

Y para conquistar el antivoto aún tiene tarea por desarrollar. Se impone un compromiso con la Patria o algo así, más extensivo e inclusivo que el promovido por la Conferencia Episcopal, que la verdad es que resulta demasiado laxo. Y si a ello le suma la convocatoria paulatina de personalidades no fujimoristas, tipo Luis Carranza, podrá atacar ese gran segmento, que es el fuerte antivoto, hoy exacerbado por la maquinaria mendocista prestada a su adversario.

Castillo no tiene estrategia. Va de tumbo en tumbo, yéndose de boca (ese desafío miserable a debatir en el penal de Santa Mónica le va a costar puntos), un día es moderado, al día siguiente lanza arengas radicales, rehúye los debates y la presentación de su equipo técnico, etc. A este paso, en Perú va a pasar como en Ecuador, donde Lasso ganó más que por sus méritos, por los errores del candidato correísta.

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Encuesta, IEP, Keiko Fujimori, Pedro Castillo

Junto a Alba Ñaupas

Óscar Zea Choquechambi es una incógnita en la debutante bancada de Perú Libre, el partido que lo llevó a conseguir una curul para los próximos cinco años. A pesar de haber hecho campaña en Puno con los colores del lápiz, no está inscrito en este partido, sino en otro. A inicios de diciembre pasado se afilió a Renacimiento Unido Nacional (RUNA), el movimiento que lidera el excandidato Ciro Gálvez.

 

Zea es un profesor y empresario de 47 años y, según el Registro de Organizaciones Políticas (ROP), es representante de Juliaca en el Comité Político de Puno del partido de Gálvez. ¿Cómo es que terminó candidateando por Perú Libre? Según la misma base de datos, al haberse afiliado después del 30 de septiembre de 2020, esto no producía “efectos respecto del Padrón de Afiliados remitido al RENIEC con vistas a las Elecciones Generales 2021”. Así, se filtró un hombre de RUNA a la bancada de Vladimir Cerrón.

Congresistas electos de Perú Libre que militan en otra agrupación política
Los congresistas electos Óscar Zea y Victor Cutipa militan, según el ROP, en RUNA y un movimiento regional, respectivamente.

Óscar Zea tiene experiencia postulando y ganando elecciones. En el 2006 fue elegido regidor provincial de Huancané por la organización política Moral y Desarrollo. Cuatro años antes había intentado ser alcalde distrital de Taraco con el Movimiento Independiente Alternativa Andina. En esta última ocasión, sin embargo, la suerte le fue esquiva.

No es la única sorpresa que hallamos en el ROP. Según esta información, seis días después de inscribirse en Perú Libre, el profesor y abogado Flavio Cruz Mamani registra haberse intentado afiliar al partido de César Acuña, Alianza para el Progreso. No pudo hacerlo porque no cumplía con un requisito, digamos, obvio: no pertenecer a otra agrupación política.

¿Adónde apuntan las lealtades de ambos congresistas electos? Nos comunicamos con el área de prensa del partido, pero al cierre de esta edición no obtuvimos respuesta.

Jales de última hora

Sudaca también encontró que 14 de los 37 virtuales congresistas se afiliaron a Perú Libre en setiembre pasado, el último mes que tuvieron como plazo para presentar sus candidaturas. De hecho, el propio Pedro Castillo se unió al partido el 30 de ese mes.

Siguiendo los pasos del ‘profesor Castillo’, Edgar Tello Montes, virtual congresista por Lima y hombre de confianza del candidato presidencial, se inscribió ese mismo día. Conocido por participar en la huelga magisterial del 2017 junto a Castillo, Tello Montes fue vinculado al Movadef, el brazo político de Sendero Luminoso, en un informe presentado por el entonces ministro del Interior Carlos Basombrío.

Cuando lo llamamos, Tello se mostró hostil y amenazó con cortar la llamada en varias oportunidades. Consultado, por ejemplo, sobre la omnipresencia de Vladimir Cerrón en Perú Libre, Tello se limitó a contestar: “quien postula a la presidencia y quien va a gobernar es el señor Pedro Castillo”.

Hamlet Echevarría Rodríguez, Luis Kamiche Morante y José Balcazar Zelada también se afiliaron a Perú Libre el 30 de septiembre. Ninguno cuenta con experiencia en política y esta es su primera vez postulando al Congreso.

Otro grupo de candidatos se inscribió en el partido del lápiz el 22 de ese mismo mes. Uno de ellos es Segundo Toribio Montalvo Cubas, quien en dos oportunidades intentó ser alcalde provincial de Utcubamba, en Amazonas, sin éxito. Aunque no tiene experiencia en cargos públicos, sí tiene un antecedente por el delito de “ejercicio arbitrario del derecho por propia mano” y una sentencia por violencia familiar, según su hoja de vida presentada al JNE.

Congresistas electos inscritos a última hora
Los 14 congresistas electos que se inscribieron en el último mes de plazo a Perú Libre.

También es nueva en política la odontóloga Silvana Robles Arauco, que se inscribió al partido del lápiz ese mismo 22 de septiembre. En febrero de este año, el director general de la Dirección Regional de Salud de Junín, Danny Quispe, reveló que Robles habría sido inoculada con la vacuna de Sinopharm a pesar de encontrarse con licencia médica por la campaña. Robles se defendió diciendo que su licencia se haría efectiva a partir del 11 de marzo, por lo que se habría encontrado trabajando cuando recibió las dosis.

Castillistas y cerronistas

Entre los electos parlamentarios, hay 13 que no están afiliados a Perú Libre ni a algún otro partido. El profesor Germán Tacuri Valdivia, congresista por Ayacucho, es uno de ellos. Como su compañero de bancada Tello Montes, Tacuri también aparece en el informe de Basombrío por sus presuntos vínculos con Movadef. En otro informe de la Dirección Nacional de Inteligencia sobre el mismo tema, publicado por El Comercio, se menciona a la profesora de Educación Física Elizabeth Medina Hermosilla, congresista electa de Huánuco, que tampoco tiene filiación a algún partido.

Todo indica que estos tres personajes, como parte del movimiento magisterial, son mucho más cercanos a Castillo que al fundador del partido, Vladmir Cerrón. Como ellos, la profesora de primaria Katy Ugarte Mamani tampoco presenta militancia en Perú Libre.

Frente al grupo mayoritario de nuevos rostros, sin embargo, en la bancada se encuentran ocho congresistas que tienen un año o más de militancia en PL y que incluso han postulado a algún cargo cuando la agrupación aún se llamaba Perú Libertario. Se trata de Bernardo Quito Sarmiento, Alex Flores Ramírez, Guido Bellido Ugarte, Abel Reyes Cam, Waldemar Cerrón Rojas, Janet Rivas Chacara y Jorge Coayla Juárez.

Con mayor tiempo como militantes, estos congresistas representan un ala más próxima a Vladimir Cerrón y tendrán la misión de dirigir a la mayoría de su bancada bajo los parámetros de su ideólogo.

Las cuotas de Toledo y Humala

Las canteras del humalismo y del toledismo también han servido para engrosar las filas de Perú Libre. Al igual que Pedro Castillo –que formó parte de Perú Posible entre los años 2005 y 2017–, Paul Gutiérrez Ticona, Segundo Quiroz Barboza y Pasión Dávila Atanacio también militaron en el partido que llevó a Alejandro Toledo a Palacio de Gobierno.

Quiroz, cajamarquino y profesor como Castillo, coincidió en el partido de la chacana con el ahora candidato presidencial. Ambos formaron parte del Comité Departamental que tenía Perú Posible en Cajamarca. El nuevo congresista también estuvo en el Congreso Nacional Ordinario durante toda su estancia en las filas toledistas: desde el 2004 hasta el 2017, fecha en la que perdieron su inscripción.

Todo indica que Quiroz es un hombre más cercano a Pedro Castillo que a Vladimir Cerrón. De hecho, fue uno de los principales dirigentes de la huelga magisterial que lideró el hoy candidato a la presidencia el 2017. En agosto de ese año, cuando congresistas de Fuerza Popular invitaron a un grupo de los huelguistas al Congreso, el ahora parlamentario electo acompañó a Castillo a la cita.

Otro de los tres congresistas electos que formaron parte del movimiento político de Toledo es el también profesor Pasión Dávila Atanacio. A diferencia de Quiroz, que no postuló a ningún cargo público con el partido de Toledo, Dávila lo intentó dos veces. La primera fue el 2002, cuando intentó ser elegido alcalde provincial de Pasco. En 2010, como parte de la Alianza Perú Posible –una coalición entre los partidos de Toledo y Acuña– se lanzó como consejero regional de la misma región. En ambas oportunidades fracasó.

Congresistas electos que no militan en Perú Libre
Los 13 congresistas de la nueva bancada de Perú Libre que no militan en el partido.

La cuota humalista dentro de la bancada la conforman cuatro parlamentarios electos. Se trata de María Agüero Gutiérrez, Elías Varas Meléndez, Jorge Marticorena Mendoza y Lucinda Vásquez Vela.

Agüero es la de mayor experiencia. La congresista electa por Arequipa militó en el Partido Nacionalista entre el 2010 y el 2015, año en el que renunció. Paralelamente a su militancia, había postulado el 2014 a regidora provincial con el movimiento Juntos por el Desarrollo de Arequipa, pero no tuvo éxito.

Ya fuera de las filas nacionalistas, el 2016 trató de alcanzar una curul con el Frente Amplio, y dos años después, el 2018, fue la candidata del partido Arequipa Mía a la alcaldía provincial de esa región. No fue electa en ningún caso. Hasta que en las elecciones del pasado 11 de abril por fin se le hizo.

El odontólogo Jorge Marticorena Mendoza, congresista electo de Ica, también formó parte del Partido Nacionalista entre el 2014 y el 2018. Si bien no ha postulado a algún cargo previamente, sí registra una sentencia por obligaciones alimentarias. Desde el 2019 Marticorena debe destinar 20% de sus ingresos a sus hijos, según resolvió el Segundo Juzgado de Paz Letrado de Ica.

Desencuentros

Esta semana ocurrió un incidente que revelaría una relación no tan estrecha entre las bases magisteriales que apoyan a Pedro Castillo y ciertos congresistas. Guillermo Bermejo Rojas -electo por Lima y quien sería cercano a Vladimir Cerrón- fue intervenido en Huánuco cuando participaba de una reunión social incumpliendo las medidas sanitarias. Lo que más sorprendió de su visita a la región andina fue que los mismos simpatizantes de Castillo lo expulsaron cuando se encontraba inaugurando un local partidario.

“Nosotros estamos trabajando directamente con el maestro Pedro Castillo Terrones y nuestro trabajo en Huánuco no ha sido por el partido. Ha sido fruto de los maestros, de la coordinadora nacional, señor Bermejo, para su conocimiento”, le reclamó Edith Ramírez, a quien varios medios presentaron como coordinadora del movimiento magisterial de Perú Libre en esa región.

Consultado por el incidente en Huánuco, el virtual congresista José Balcázar señaló a Sudaca que le parece una situación lamentable. “No conozco ese caso concreto más allá de la noticia que me da. Espero se solucione. No debe haber intromisión entre los candidatos por cada región (…) Hay que llamarle la atención al señor Bermejo para que evite entrometerse en la jurisdicción donde otros congresistas han sido electos”, apuntó.

Bermejo no es nuevo en la política nacional. En el 2002 postuló con el APRA para ser regidor distrital de Ate, pero fracasó en el intento. A pesar de ser uno de los rostros más visibles de PL, el electo congresista -que tiene un juicio pendiente por presunta filiación a Sendero Luminoso- es otro que no presenta militancia en la agrupación del lápiz.

Perú Libre será la primera mayoría en el próximo Congreso y tendrá como aliados en temas claves a los cuatro parlamentarios electos de Juntos por el Perú. Habrá que ver si logra la mentada unidad de las izquierdas o empiezan a surgir diferencias que le den un giro de tuerca al juego de poder congresal.

 

*Fotoportada: Leyla López (Fuente: Andina).

*Infografías: Alba Ñaupas

 

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Congreso, Pedro Castillo, Perú Libre, Vladimir Cerrón

No me sorprende que en el Perú no hayamos reparado que el pasado 29 de abril, Joe Biden, Presidente de los Estados Unidos de América, pronunció, ante la sesión conjunta del Congreso de la Unión, un histórico discurso que posiblemente represente el puntillazo final al neoliberalismo a ultranza que ha normado las relaciones económicas en el mundo desde su advenimiento a principios de la década de 1980. 

Para entonces las condiciones estaban dadas, la crisis del embargo del petróleo de la OPEP de 1973 había magullado las economías occidentales, pero, al mismo tiempo, había sumido en una crisis sin retorno a sus símiles socialistas. Los resultados no tardaron en llegar. Para 1987, Mijaíl Gorbachov, nuevo presidente de la URSS, ya negociaba con sus antiguos archienemigos la inyección de capitales frescos para el bloque oriental, pero era tarde: bajo el transparente empuje de la glasnost, el socialismo real estalló en pedazos ante los ojos atónicos del mundo, al punto que en 1991 no quedaba ya casi nada de él. 

Era la hora del neoliberalismo, el economista John Williamson se apresuró, en 1989, en llamar Consenso de Washington a las 10 recetas con las cuales el FMI, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro Americano impusieron un nuevo orden económico basado en la desregulación y la semi eliminación de la participación del estado en la economía. Había llegado la hora del mercado cómo supremo juez de las relaciones comerciales y como gestor de la estabilidad macroeconómica. 

Casi cuarenta años después de los tiempos en que Reagan y Thatcher  diesen los primeros pasos en la implantación de un nuevo orden mundial basado en un renovado laissez-faire, Joe Biden gira las tuercas en la dirección contraria con una energía que casi nos hace recordar los amables tiempos de George Marshall con Europa Occidental en la post Segunda Guerra Mundial: sustancial alza en los salarios, importante reducción en el precio de las medicinas, salud universal, sindicalización universal para una gran nación construida por sus trust de obreros y sus clases medias, y no por los hombres de Wall Street. 

El designio no puede ser más claro, la pelota ha cambiado de dueño en un país, y en un mundo, en el que las ganancias del capital crecen, como diría Thomas Piketty, en su célebre El Capital del siglo XX, a un ritmo mucho mayor que el del resto de la economía, y en el que la acumulación de la riqueza no se relaciona, ni por asomo, con su distribución(1). En este aspecto, la libertad del mercado fracasó estrepitosamente en el encargo de generar bienestar por lo que el Estado tendrá que invertir casi con tanta energía que en los aciagos tiempos de la New Deal de Franklin Delano Roosevelt, tras el Crack de 1929. 

América Latina 

No quisiera prolongar demasiado estas líneas. El mercado como regulador de la economía no existe. En su remplazo existen las grandes corporaciones multinacionales o internacionales y, para el caso de nuestros países, sus intermediarias, las grandes burguesías nativas. Suena a manual de marxismo para principiantes, pero funciona en la realidad, al punto de que por eso estalló Chile en 2019, donde las tesis de Thomas Piketty funcionaron a la perfección. Allí el dogmatismo del ortodoxo piloto automático fue tan extremo que bastó que una mañana unos jóvenes se negasen a pagan la tarifa del transporte público: el país estalló en llamas. La riqueza estaba demasiado mal distribuida, ni que hablar del acceso a los servicios de salud y educación. 

En caso colombiano parece más irreal. Tras la pandemia del COVID, la clase política, personificada en su presidente, ha pretendido recuperar lo perdido, una vez más, a costas de aumentar la carga tributaria sobre las clases medias y trabajadoras obteniendo el mismo resultado, otro país convulso, lo que me remite al título de este artículo: el presidente del uno por ciento, que es la idea central del discurso de Joe Biden ante el Congreso de la Unión. Dijo Biden que el pueblo ya estaba pagando suficiente, que ahora le tocaba a ese 1% que concentra casi toda la riqueza hacer el esfuerzo de pagar más impuestos para nivelar las cosas. 

El Perú: retrato de un país surrealista

Si algo pudiese preguntarle a nuestro nobel Mario Vargas Llosa es por qué le creyó a Ollanta Humala y no a Pedro Castillo. Ojo que Castillo acaba de firmar las mismas garantías democráticas que Humala, y Castillo, que yo sepa, no ha sido financiado por el Hugo Chávez de sus mejores tiempos, ni proviene de una formación castrense que pudiese amenazar el orden constitucional, al contrario, es un ex-rondero y maestro de escuela rural.  Pensando el tema, comienza a latirme que Vargas Llosa se sitúa, si acaso no lo estuvo siempre, entre quienes sostienen el modelo hasta las últimas consecuencias, y comienza a latirme también que lo que está en juego, lejos de la manida disyuntiva democracia vs comunismo es neoliberalismo autoritario vs democracia con reformas sociales las que, muy probablemente, deban pasar por profundos cambios constitucionales. 

Pedro Castillo usa poncho y sombrero, pero lo que verdaderamente aterra a nuestra derecha neoliberal es que su discurso lo acerca demasiado al programa reformista de ese apacible gringo llamado Joe Biden, a la sazón presidente de los Estados Unidos de América, no vaya a ser que arruine la fiesta, aquí en la tierra del sol.  Otra vez el Perú, y sus fuerzas económicas, remando contra la historia. La idea es salvar el kiosko, no importa si se incendia el barrio. 

(1) Andreu Missé. Biden, la utopía útil de Piketty. https://elpais.com/economia/2021-05-03/biden-la-utopia-util-de-piketty.html

En el Perú hay más de 8 millones de mamás. Y más de un millón de negocios son dirigidos por mujeres. Muchos de estos son liderados por madres que encontraron en el emprendimiento una forma de generar recursos, pasar más tiempo en familia y responder a las necesidades del mercado.

Griela Pérez es una joven empresaria cusqueña que busca -con su negocio- hacer que los peruanos revaloremos nuestra cultura. Con su negocio, vende polleras bordadas por artistas ayacuchanos, puneños, huanuqueños, huancaínos y cusqueños. Su idea: hacer que la pollera sea una prenda de moda y que transmita nuestra identidad. Pero esta iniciativa no hubiese sido posible si es que Griela no hubiese querido dejarle un legado a su hija, Agustina.

Creo las Polleras de Agus (denominación derivada del nombre de su pequeña), no solo para generar ingresos sino también para dejar una lección de mamá a hija: siéntete orgullosa de quién eres y de tus orígenes.

Hoy Las Polleras de Agus no solo se venden en el Perú, también han exportado a África, Italia, Australia, Estados Unidos, España y Alemania. “Mi hija fue mi gran inspiración”, dice esta madre emprendedora que, como muchas mamás peruanas, batalla – a diario- contra el tiempo, el cuidado de los hijos y la gestión del hogar.

Pero, así como a Griela podemos mencionar a Mariana Costa Checa, joven madre y emprendedora social. Creó Laboratoria para capacitar a mujeres en el sector tecnología e ingresen a un mercado dominado por hombres, como es la tecnología.

O Isabel Álvarez que convirtió -en plena crisis económica en los años ochenta- un emprendimiento gastronómico en uno de los restaurantes más prestigiosos del país, en la actualidad: El Señorío de Sulco.

Son historias inspiradoras que nos retratan la capacidad de la mujer peruana para ser resilientes, creativas y con capacidad de liderazgo para enfrentar un mercado competitivo. En palabras del periodista especializado en temas económicos, Carlos Orjeda: “Son mujeres batalla”. Sin embargo, tienen muchos retos por delante.

Cifras de las mamás emprendedora

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), hoy 8 millones 664 mil madres celebran su día. Pero una cifra del Ministerio de la Producción llama la atención: 1.5 millones de micro y pequeñas empresas son lideradas por mujeres en todo el Perú. Muchas de ellas son mamás.

La siguiente data nos ayudará a entender el panorama:

De acuerdo al Estudio Nacional de Hogares de 2015 (ENAHO PERÚ), las madres emprendedoras representan el 33% de las más de 5 millones de mamás entre 18 y 70 años.

De este 33%, el 45% de las madres emprendedoras están dentro del sector comercio, el 28% se desempeñan en el sector servicios, el 16% en el sector agropecuario y el 10% en el sector producción.

Estas cifras hacen preguntarnos ¿Cuáles son los retos de las mamás emprendedoras?

Para Andrea Rivas, Coordinadora Senior de Emprendimiento en Emprende UP, los principales retos que debe asumir una mamá emprendedora son: La gestión del tiempo. En la mayoría de los casos tiene que organizarse para atender el hogar, los hijos y ella misma, por lo que asegura -en el hogar- debe haber un rol compartido, donde los hombres tengan igual participación que las mujeres.

“Esto es super importante. En el hogar se debe compartir roles. Las preocupaciones de las mamás emprendedoras, más allá del trabajo (en estos tiempos de COVID-19) van porque su familia no se enferme; y si hay un enfermo, ellas suelen asumir los cuidados. Es decir: Tiene que ser mamá, esposa, enfermera, profesora porque ahora las clases son virtuales y también emprendedoras”, señala, con preocupación y sin ánimos de romantizar los múltiples roles que asumen las mujeres en el hogar, en el trabajo y en nuestra sociedad.

Poco acceso

La experta señala que otro de los retos a superar es la brecha de financiamiento, ya que no suelen acceder a préstamos bancarios con facilidad. Los motivos: sueldos bajos, trabajo en informalidad o no remunerado. Recordemos que, según el INEI, las mujeres ganan en promedio 31.8% menos que sus pares hombres; 7 de cada 10 mujeres trabajaba en el sector informal y solo el 34.7% de las trabajadoras tienen acceso al sistema de pensiones

Otro reto -asegura Rivas- es la tecnología: “Hoy las mamás emprendedoras han tenido que digitalizarse para poder subsistir”, señala, y especifica que no hay un rubro específico para el desarrollo de los emprendimientos en donde las mamás incursionen con mayor frecuencia. “Están en todos los sectores”, enfatiza.

Están en el rubro gastronómico (ayer en Sudaca contamos la historia de las mamás cocineras de Tappers); otras se desarrollan en el sector tecnológico o, incluso -afirma Rivas- trabajan en el empoderamiento femenino, como Sicurezza de Ileana Tapia que, a través de la venta de prendas íntimas femeninas, busca empoderar a las mujeres y cultivar el amor propio.

“Para emprender, las mamás y en general las mujeres, tienen que darse cuenta cuál es el mercado al que irá su producto y qué ésta tenga una propuesta de valor. Además, debe capacitarse. Esto les permitirá generar mayores ingresos y generar más emprendimientos”, señala Rivas.

¿Por qué emprenden?

Para Pía Olea, abogada especialista en género, diversidad e inclusión y Directora de Consultoría en GenderLab, las mujeres emprenden porque -en muchos casos- resultan menos atractivas para el trabajo dependiente, tema que está muy ligado a la maternidad.

Además, señala, también emprenden porque tienen remuneraciones más bajas que los hombres, como lo hemos demostrado líneas arriba.

También emprenden, señala: “Porque observan una oportunidad nueva en el mercado, además de hacerlo por necesidad. Sobretodo ahora que estamos golpeados por el Covid-19 y más mujeres que hombres han perdido su trabajo”, indica. Según IdehPucp, la población de mujeres económicamente activa disminuyó, en Lima Metropolitana, 52.3% en el segundo trimestre del 2020. 4.6% más que la PEA de hombres.

¿Por qué históricamente se le ha complicado más a las mujeres emprender o desarrollarse en el mercado laboral?, le preguntamos.

“Es cierto que en los últimos años hubo un avance. Nadie puede decir que nos encontramos igual que hace 200 años. Evidentemente las mujeres hemos tenido un avance en derechos y oportunidades. Las mujeres hemos tenido un ingreso prominente en el mercado laboral y en la educación. Somos el 50% de las graduadas de las universidades. Cuando ingresamos a un trabajo dependiente, también somos el 50%. El problema viene cuando ascendemos”, señala.

Todo este coctel, donde además abunda el machismo y a las mujeres y madres se les complica conciliar el tiempo en familia con el trabajo, son retos que las emprendedoras deben enfrentar día a día. Emprender, para ellas y en especial para las mamás, es una tarea aún más complicada de lo que ya es.

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¿En qué se parece el Perú a una madre?

No hace falta pensar mucho para llegar a una respuesta. Imágenes del país natal como una fuente generosa de recursos naturales y humanos abundan en la historiografía, no solo en el Perú, sino en todo el mundo. La convencional designación de “patria”, es decir, la colectividad más el territorio, unidos en una amalgama indivisible, es exaltada al rango de sagrada, hasta el punto de que muchos están dispuestos a sacrificar sus vidas por ella.

Pero, curiosamente, el nombre tiene una connotación masculina obvia, pues deriva del latín que señala el lugar de origen de nuestros padres. Se refería en la antigüedad a un espacio mucho más limitado, el de una ciudad o región, semejante a lo que hoy llamaríamos la “patria chica”. Más tarde, con la creación de los estados nacionales modernos y su afán de abarcar espacios más amplios y transregionales, la patria pasó a ser equivalente del país entero, homogeneizado bajo una administración central que supuestamente representa a todos sus habitantes, puestos en el mismo saco pese a sus diferencias.

En efecto, el nombre de “patria” tiene un origen masculino, pero se vuelve femenino por la necesidad de significar ese aspecto protector y a la vez intachable que nos permite pensar en ella con un orgullo profundo y una entrega incondicional. Por la patria se hacen guerras y por la patria se cantan himnos y se saludan banderas. Por la patria aguantamos mil pesares y trabajos, pues el sacrificio supone una mejora, aunque sea a largo plazo. Pero la patria, aparte de una idea, es también una realidad. Está en cada una de las personas que la habitan, en sus valles y sus cerros, en el mar que la besa, en sus ríos turbulentos, en el barrio en que crecimos, en sus “bosques de pinos, / fortalezas, / una ciudad deshecha, / gris, monstruosa, / varias figuras de su historia”, como decía el poeta mexicano José Emilio Pacheco en su famoso poema “Alta traición”.

En el Día de la Madre quiero compartir esta breve reflexión no solo para rendirles homenaje a todas las madres peruanas y del mundo, sino también para subrayar lo importante que es pensar en términos de nuestro futuro, más allá de los lugares comunes que suelen decirse en esta fecha. Pensar en la madre es pensar en su bienestar, con agradecimiento; es pensar en que a ninguna madre le falte el cariño de sus hijos y que estos a la vez se vean siempre amparados por su ternura incondicional.

Pero nada de esto es posible si falta el alimento, el calzado, el mínimo cuidado de nuestra salud. Nada hiere más a una madre que la situación de abandono de sus hijos. Y nada debería herir más a un ser humano que ver a una mujer golpeada, maltratada, violentada, olvidando que en ella podríamos tener a nuestra propia madre, hermana o hija.

La estadounidense Anna Jarvis empezó en 1905 una ardua campaña por designar un día del año en homenaje a nuestras progenitoras. Y finalmente lo logró, instaurándose en la mayoría de países el segundo domingo de mayo para celebrar tal fecha. Las que somos madres sabemos lo que esto significa. Es un día de gozo si tenemos a nuestros hijos cerca y de nostalgia y orgullo si están lejos. Pero de ninguna manera es un día indiferente.

Cuidemos a nuestras madres y cuidamos a nuestra madre, el Perú. Todos sus hijos merecen atención, especialmente los más olvidados. Hagamos de nuestra patria una madre digna, plena, empezando por nuestra progenitora en la familia. Y que ese amor se extienda a todos los peruanos y peruanas, hijos como somos de la misma madre.

“Entre ti y el horizonte / mi palabra está primitiva como la lluvia o como los himnos / Porque ante ti, madre, callan las rosas y la canción”.

 

En medio del bullicio electoral, hay un hecho político que está pasando relativamente inadvertido, y es la excelente gestión administrativa que está desplegando el presidente Sagasti en las tres materias que se comprometió a respetar: lucha contra la pandemia, salida de la crisis económica y neutralidad electoral.

Acaba de anunciarse la firma de un contrato para la llegada segura hasta fin de año de 60 millones de dosis de vacunas, cantidad suficiente para inmunizar a todo el país, de sobra. Y Sagasti recibió el gobierno con nada entre manos. La gestión lamentable de Vizcarra, Gustavo Zevallos y Víctor Zamora -prejuiciada ideológicamente o con intereses subalternos-, se la pasó entretenida enmaniobras políticas para mantener alta la popularidad gubernativa y no movieron un dedo para proveer al país del único medio seguro que existe para controlar la pandemia, como es la vacuna.

En ese sentido, hay que reconocer el trabajo valioso del Presidente, de la premier Violeta Bermúdez y de modo particular del canciller Allan Wagner, quien se ha puesto al hombro la tarea de gestionar los contactos y contratos con los laboratorios. Y en términos de vacunación la labor del ministro de Salud, Oscar Ugarte, complementada por la superlativa eficacia de Fiorella Mollineli en EsSalud, han garantizado un proceso ordenado y transparente.

Llama la atención por ello la estupidez soberana de algunos congresistas que pretenden censurar al gobierno si es que éste acude al Tribunal Constitucional por la ley que permite el retiro de fondos de las AFP. Personalmente, creo que el Gobierno debiera permitirle a la clase media recuperar algo de holgura presente, aun a costa de su jubilación futura, porque la emergencia la amerita, pero si decidiese otra cosa, lo entendería como un acto soberano del Ejecutivo.

Tirarse abajo en estos momentos al gobierno, supondría un acto de irresponsabilidad extrema. Sería ahondar la crisis política, atizando la hoguera de la cual se alimentan candidatos radicales como Pedro Castillo, cuya disrupción ha sido posible justamente por la simultaneidad de crisis que hemos soportado.

Ojalá las mayorías congresales no hagan eco de esta barbaridad y más bien reconozcan que el país está siendo bien conducido, a pesar de la emergencia bajo la cual llegó al manejo del Estado Francisco Sagasti, en medio de inestabilidad política y convulsión social.

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Allan Wagner, Francisco Sagasti, vacunas

Cuando trabajé en Karlsruhe (estado de Baden-Wurtemberg, Alemania) de 2008 a 2013 en el servicio telefónico multilingüe al cliente para unos productos (máquinas de diagnosis de automóviles) de la empresa Siemens, durante más de tres años —desde octubre de 2008 a febrero de 2012— tuve como compañero de trabajo a Odfried Hepp, un alemán ligeramente subido de peso, simpático, correcto, tranquilo y muy responsable que se encargaba de los clientes de habla alemana y francesa. Lo que yo ignoraba al principio era que quien realizaba sus labores a pocos metros de donde yo estaba sentado había sido el terrorista alemán más buscado por la Interpol entre 1983 y 1985 hasta su captura en París en este último año.

Nacido en 1958 en Achern, una localidad de la Selva Negra (suroeste de Alemania), Odfried se unió en su juventud al grupo paramilitar del neonazi Karl-Heinz Hoffmann y estuvo en el Líbano para ser entrenado en tácticas de guerrilla por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). En 1982 fundó junto con el neonazi Walter Kexel la célula terorrista Hepp-Kexel, a la cual se le atribuyen cinco asaltos a bancos y por lo menos once atentados con bombas a objetivos estadounidenses en suelo alemán entre octubre y diciembre de 1982, en los cuales, además de haber daños materiales, resultaron heridos soldados norteamericanos. Cuando la célula fue desactivada por la policía a inicios de 1983 con la captura de Kexel y otros cuatro miembros más, Odfried huyó a través de Berlín hacia la entonces República Democrática Alemana, siendo reclutado por el Ministerio para la Seguridad del Estado —más conocido como la Stasi, órgano de inteligencia del gobierno comunista—, cuyos representantes lo enviarían a Damasco para labores de espionaje en calidad de doble agente. En Medio Oriente tomaría contacto con el Frente para la Liberación de Palestina (no confundir con la OLP), se trasladaría a Túnez y después a Marsella (Francia) donde fungiría de contacto a fin de conseguir armas para los terroristas palestinos.

Odfried fue capturado en París en abril de 1985, cuando intentaba conseguir un nuevo pasaporte falso, y entre Francia y Alemania pasaría más de ocho años en prisión hasta su liberación en diciembre de 1993, obtenida gracias a su colaboración con la policía para detener a otros antiguos camaradas que habían estado activos en el ámbito del extremismo terrorista de derecha.

En el año 2000 Odfried terminaría graduándose en Ciencias Aplicadas de Lengua y Cultura en la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (en su sede en Germersheim, a 17 km de donde yo vivo actualmete) y se reintegraría al mercado laboral.

¿Una excepción? De ninguna manera. Pues el objetivo del Estado alemán nunca ha sido la eliminación de los ex-terroristas o la anulación de sus derechos, sino su reintegración en la sociedad. Tras cumplir su condena, tanto ex-terroristas de derecha como de izquierda que participaron en atentados incluso con víctimas mortales, se han reintegrado a la sociedad, trabajando en diversos oficios como maestros de escuela, escritores, documentalistas, traductores, transportistas, gastrónomos, etc. Algunos de ellos incluso han recibido una nueva identidad para que no se les vincule con su pasado.

Ser abogado de terroristas tampoco constituye en Alemania un motivo de deshonra, pues el derecho a una defensa legal le corresponde a todo aquel que sea acusado en un proceso judicial, independientemente de cuáles hayan sido sus delitos. En los 70 el abogado Otto Georg Schily (1932- ) defendió legalmente a terroristas de izquierda, miembros de la Fracción del Ejército Rojo, lo cual no fue obstáculo para que llegara a ser Ministro del Interior de Alemania de 1998 a 2005 durante el gobierno del canciller Gerhard Schröder.

Llamar terroristas a quienes son de izquierda, pretender vincular a los defensores de derechos humanos con grupos terroristas, considerar terrorista a quien tuvo encuentros casuales con personas que sí estuvieron vinculadas a grupos terroristas, señalar como apología del terrorismo las denuncias hechas contra quienes violaron derechos humanos en la lucha contra Sendero Luminoso y el MRTA, en fin, la infame práctica del terruqueo asume éstas y otras formas en su intento de descalificar a quienes no comulgan con las propias ideas. Detrás se esconde también una de las peores taras de la sociedad peruana: la discriminación de sectores enteros de peruanos y el recorte de sus derechos fundamentales.

Porque en el Perú nunca ha habido políticas para la reinserción social de quienes alguna vez militaron en grupos políticos que practicaron el terrorismo. O de quienes sólo colaboraron o simpatizaron con ellos. En el fondo se cree que la eliminación del terrorismo pasa por la eliminación de los terroristas, seres humanos de carne y hueso. Y como su eliminación física ya no es posible, se pretende eliminarlos como ciudadanos y dejarlos sin derechos.

Ciertamente, quienes planearon y ejecutaron acciones criminales deben ser juzgados y sentenciados, como se ha hecho con Abimael Guzmán, con Víctor Polay, y con varios militantes de Sendero Luminoso y del MRTA. Pero la pena debe consistir en la privación de la libertad y no en la anulación de los derechos inalienables que les corresponden por su condición humana.

El 25 de agosto de 2017 Mávila Huertas, conductora de Canal N, le hizo la siguiente pregunta al renombrado periodista César Hildebrandt: «Hace muchos años recuerdo mucho y claramente, cuando el cáncer era una enfermedad incurable, que me dijiste: “el terrorismo en el Perú es como un cáncer”. Claro, hoy el cáncer si se detecta a tiempo y se recibe los tratamientos adecuados quizá ya no sea una un enfermedad incurable. Pero en ese momento me dijiste: “Si las distancias sociales continúan en el Perú como está, siempre habrá caldo de cultivo para el terrorismo”. Si la estrategia hoy es pelear con ideas, teniendo en cuenta cómo están nuestros partidos, es decir, quienes entrarían a discutir ideas con el MOVADEF y con estas otras plataformas, ¿tú estarías de acuerdo en permitirles participación política, así como están las cosas hoy?»

Ésta fue la respuesta deHildebrandt: «Es que la otra vía es que el caldero empiece a hervir y no tenga desahogos ni salidas. Si ellos quieren convertirse en partido político, renunciando a la lucha armada… ¡hombre! ¿no ha pasado en Colombia? ¿no está pasando en España con ETA? ¿no pasó en el Reino Unido con Sinn Féin, con los que fueron los terroristas más perversos de Dublín? ¿Quiénes somos nosotros para decir: no, es que el Perú es especial, aquí nadie retrocede y aquí, en fin, los rencores son invictos y el pasado manda? ¡No, pues! […] Tendrían eso sí, por supuesto, que renunciar a la política de la lucha armada, de la violencia y del terrorismo. Pero si quieren convertirse en partido político, ¡bienvenidos, puente de plata! Hay que ser muy torpe para decirle “¡no!” al adversario que quiere transformarse y quiere tener una vía pacífica de presencia, de protagonismo».

En el Perú se logró reprimir el terrorismo mediante la captura de sus líderes y la derrota de sus seguidores mediante el uso de la fuerza. Lo que nunca se hizo fue ofrecerles la posibilidad de una reintegración en la sociedad a quienes habían militado en las filas de Sendero Luminoso y del MRTA. Por otro lado, la gran mayoría de las violaciones de derechos humanos efectuadas por las fuerzas armadas y avaladas por los gobiernos de Fernando Belaúnde Terry, Alan García y Alberto Fujimori —aquello que podríamos denominar “terrorismo de Estado”— han quedado impunes. Y mientras que tener vinculaciones con personas que apoyaron ese terrorismo de Estado no es mal visto en la sociedad peruana, la vinculación —por más remota que sea— con personas que participaron del terrorismo de izquierda es utilizada para desacreditar incluso a quienes ahora respetan las vías democráticas.

Mientras no se hagan realidad en el Perú políticas de inclusión que abarquen a todos los peruanos sin excepción —incluyendo a quienes alguna vez optaron erróneamente por el camino de la violencia—, seguirá habiendo miedo y rabia en el ambiente, y no podrán cicatrizar las heridas que ha dejado una historia de confrontaciones, divisiones y discriminación.

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