Por: Banda, García Contto, Sialer y Saravia

Si nos acostumbramos a entender todo de la misma manera, nada nos va a parecer diferente. Por eso en este artículo quisimos traer miradas diferentes para entender las implicancias del último debate. Desde la antropología, la política y la semiótica. Lo que leas acá no estará en ninguna editorial ni en el prime time. Pero créeme, te va a ayudar más a entender lo que pasa.

La foto de la encuesta de anoche de Ipsos, que es predebate, muestra básicamente lo mismo que se mostraba la semana pasada. Y la ante pasada. Un Castillo pasando apenas el 40%. Una Fujimori escalando bastante lento. Lima opuesta al interior. Los planos de interpretación en este momento nos llevan a tratar de sacarle el jugo a las cifras, aunque éstas nos digan muy poco más de lo que ya sabemos. Por eso, planteamos un diálogo virtual a partir del debate con 3 profesionales que desde sus disciplinas nos ayudarán a darle un poco de vueltas al actual panorama.

Gabriela Sialer, Gonzalo Banda y Jose García Contto, desde la antropología, la política y la semiótica nos dan luces interesantes sobre cómo se dio el debate y lo que podemos esperar a partir de ello.

El sábado a la una, mejor dicho a la una y media de la tarde, muchos nos pegamos con este primer debate y hubo tantas interpretaciones como cuentas de tuiter existen. Reconozco mi incapacidad para saber quién ganó, sobre todo porque no hay un método que nos guíe en esta tarea. Pero encontramos una frase de Matheus Calderón que nos llamó la atención:

“Corruptos como la «gallina que come huevo». Corrupción como «barrer las escaleras». «Votar por el pueblo, no por su verdugo». «La gran corrupción es constitucional». El manejo del lenguaje (a la vez coloquial y político) de Pedro Castillo es tremendamente superior al de Keiko.” 

Y nos planteamos la pregunta de si estábamos en capacidad de lograr descifrar la apuesta que cada candidato hacía y sobre ello le consultamos al panel. Sobre el debate en sí mismo, hay que señalar que estamos ante un factor pérdida que García Contto señala muy bien, que tiende a igualar a los candidatos: 

“una importante parte del “encuentro” en Chota se perdió en la transmisión televisiva, el “sabor de mitin”, la sensación de “acto público”. Creo que son pocas las tomas abiertas o planos panorámicos de la audiencia en la plaza mayor de Chota. Por tanto, pasamos a lo que “se nos deja ver” en la transmisión. No aparece alguno de los personajes como más fuerte o débil, visual o gestualmente, tampoco en su despliegue verbal”

Pero en el desarrollo mismo del debate, aparentemente la correlación de fuerzas estuvo pareja. Opino de manera similar, en un debate de plaza abierta se miden gestos incluso más que mensajes, y en ese sentido, Banda señala que:

“En lo simbólico, que es lo cuenta en esta reyerta callejera a la que se desafiaron en Chota. Castillo se mostró calmado y hasta diría contenido, no mostró ningún ademán autoritario, confiado de su respaldo popular, tuvo momentos notables de confrontación buenos. A Keiko es muy justo reconocerle el temple de haberse parado en una plaza opositora, quizá le jugó mal el tuve que venir “hasta aquí” y visiblemente su actitud fue más fuerte y confrontacional”.

Sialer va en ese mismo sentido: 

“Fuera del discurso, el acto de Keiko de salir de su zona de confort directamente a “territorio enemigo” en el primero de los debates con su competidor y “no correrse” fue en justa medida, rescatable considerando que este acto elemental de diálogo tuvo una valla muy baja en primera vuelta. El problema es que repetir al menos 4 veces la frase “He venido hasta aquí” se interpretó más como un meme y un innecesario ejercicio de ego, sin empatía, sin un deseo de aproximación genuinamente deseado.”

En esa confrontación de fuerzas, es claro que no hay un ganador por unanimidad, pues cada quien tendrá su evaluación en función de cada variable que considere relevante. Por eso sería injusto declarar a algún ganador como avasallante. Porque, como pocos han notado, García Contto señala que buscar un ganador “se vuelve absurdo cuando tienes candidatos hablando a sectores sociales opuestos en la escala económica, y para quienes el “ganador” va a ser radicalmente diferente, según su percepción y lectura”

Un elemento que Banda destaca y que pareció un eje de contención de Castillo contra Fujimori es la condición de localía. En los moderadores y en el mismo candidato hubo muchos gestos de agradecimiento a Fuerza Popular por llegar a su casa, recibiendo como respuesta el ya famoso “tuve que venir hasta acá”

“Creo que Castillo ha conseguido que se lo identifique como el candidato del campo que recibe a la candidata de la ciudad. Al candidato de las regiones que recibe a la candidata de Lima.  Keiko ha conseguido asegurar que se le identifique como una candidata que no huye de los retos, que no arruga. Es claro que ella ha dado un giro de timón para acercarse a los sectores más populosos.”

Ese coraje de Keiko ha sido reconocido también por propios y extraños. ¿A nivel de arrastre popular va a significar algo? Considero que se balanceó con la torpeza de llegar tarde. Pero un elemento percibido por Sialer en su análisis lo hace muy interesante. Cómo se presentó cada candidato y qué nos quieren transmitir con ello:

“Keiko ha incorporado la camiseta de la Selección Peruana de Fútbol, con su poderosa polisemia: el concepto de “ponerse la camiseta”: compromiso, entrega, darlo todo por el Perú. Lo mismo hizo Castillo, con una casaca blanca con el logo de, ¡oh sorpresa!, Marca Perú. 

Con esto, algunas hipótesis: el candidato no fue consciente de todo el background marketero de Marca Perú dentro del concepto global de marca país y partió de la internalización popular que ya tiene el concepto para el colectivo, relacionado al orgullo y la esperanza nacional; es una jugada maestra sutil para subrayar que está a favor de la economía internacional y las alianzas empresariales, tema que aún le falta muchísimo por aclarar y desarrollar; y otro eje es que Chávez también se ponía la casaca deportiva olímpica oficial de Venezuela. A estas alturas debería tener símbolos mucho más claros y de menos libre interpretación, pero creo que esto es parte de la zona gris en que se encuentra en cuanto a qué cede y qué mantiene de su discurso original.”

Sobre la orientación del discurso García Contto hace un análisis de cómo será percibido el mismo por los diferentes NSE:

“Para el NSE A y B, Castillo es inconsistente, inorgánico, incoherente, no deslinda de Cerrón, su discurso es desordenado y poco comprensible. No ven propuestas concretas y solo retórica y dichos populacheros. Para D y E, Castillo les habla “como ellos” con expresiones claras y metáforas cotidianas que son comprensibles sobre cómo eliminar la corrupción (barrer la escalera de arriba abajo), o figuras de cercanía sobre “ser como ellos” (sus hijos y la educación estatal). Eso sumando a sus discursos previos de nacionalismos.” Esa empatía consideramos que puede ser crucial en esta campaña.

Finalmente, ¿qué implicancias tendrá el debate? Sialer considera que se ha tratado más de una pelea de egos y que no se ha logrado exponer o mostrar nada que sea relevante. Banda considera que sí se ha logrado obtener un buen termómetro: “Castillo si bien tuvo momentos buenos en el ataque, ante Keiko es muy sencillo ganar en el ataque, se enredó en lo programático, y muy pocos reflejos políticos para responder por su flanco más débil que es Cerrón. Keiko ha comenzado a pronunciar la palabra cambio, pero se enfrenta a la montaña más dura que es su antivoto, a ella cada punto le cuesta muchísimo, al revés que a Castillo.”

Por su parte García Contto nos devuelve a la pregunta inicial, de cómo medir a cada candidato en el debate y estresando las diferencias señala:

“Castillo no podrá crecer en el sector AB, el tema es más que ideológico o sobre “el modelo”, es también de lenguajes (socioculturales), que “no se le entiende”. El misterio es el sector C, particularmente el urbano. ¿Qué lenguajes y prácticas rigen en estos espacios? ¿En qué medida las acciones y discurso de Castillo son entendidos (o no) ahí? Por su parte, sospecho que Fujimori seguirá fortaleciéndose en sector A, y creciendo en el B.  Pero dudo que eso ocurra en los sectores D y E. Más allá de la multiplicación de sus promesas populistas, Fujimori no logra adquirir esa “aura popular”, una suma de gestualidades y modales que se traducen como “ser parte de”. Por supuesto, me pregunto si eso es algo que “se puede adquirir”, o se tiene que “sufrir”, o si algún gobernante lo tuvo realmente o fue ficción.”

Ideas relevantes, novedosas, que aportan un punto de vista diferente al análisis de una campaña que nos reta y nos va a retar por mucho tiempo como decodificadores de la opinión pública. Hay que abrir más la ventana para iluminar más la casa.

 

Toda estrategia económica se aplica dentro de un marco institucional determinado. No se hace en un vacío. Esto nos lleva a definir qué son las instituciones, porque sin ellas funcionando de manera adecuada, ningún modelo económico tendrá éxito.

Las instituciones tienen dos acepciones en economía: en primer lugar, son organizaciones, como el Congreso, las universidades, la Policía Nacional, un club de futbol, etc. En segundo lugar, son las reglas de juego, algunas formales como la Constitución Política y otras informales que responden más a costumbres y hábitos de la población. Tanto las primeras como las segundas determinan cómo funcionan las economías, pues todas las sociedades funcionan con reglas, algunas no escritas.

La corrupción puede considerarse una institución, pues se trata de una mala costumbre en nuestro país, un mal hábito, que está extendido en amplios segmentos poblacionales. Las reglas tributarias también son una institución. En el primer caso se trata de una institución informal, mientras en el segundo, formal. El punto es que dentro del marco institucional que cada sociedad tiene, funciona una economía. Por eso es que cualquier reforma que se quiera hacer en el campo económico debe ser antecedida por una mejora institucional.

¿Cómo podría fluir la inversión privada, tan importante para reactivar la economía, si no evitamos que en el camino funcionarios corruptos encarezcan el proceso buscando intereses personales a cambio de una coima? ¿O es que no se puede hacer nada y que debemos caer en la corrupción para poder funcionar? ¿Cómo aumentamos la inversión pública si los Gobiernos Locales, Regionales y Central no tienen capacidad de gestión? ¿Cómo sostenemos un país en el que la formalidad solo funciona para 30% de los trabajadores y la mitad de las empresas? ¿Cómo podemos avanzar en un país en el que nadie cree en nadie y reina la intolerancia y desconfianza?

Note, estimado lector, que se trata de factores que en apariencia no están relacionados con la economía. Sin embargo, lo están y mucho. Imagine usted, cuánto tiene que invertir una empresa en seguridad, cuántos días pierde en trámites con el gobierno, las dificultades que enfrenta cuando pretende que el poder judicial le resuelva un problema. Los funcionarios públicos parecen no seguir las reglas establecidas, sino que la mayoría favorece a unos sobre otros.

Por eso no sorprende que los países más competitivos del mundo sean aquellos con mejores instituciones y como consecuencia de ellos, resultados económicos positivos y mayor calidad de vida. La clave está en encontrar cómo cambiar las instituciones y aunque todos creen tener la receta perfecta para mejorar el marco institucional, hay una verdad universal: no sabemos cómo hacerlo.

Mientras no tengamos mejores instituciones, mientras no cambiemos las personas, resulta muy difícil que seamos un país competitivo, capaz de brindar a sus ciudadanos servicios básicos de calidad. Por eso es que las cosas no funcionan en nuestro país. El debate institucional está más allá de la izquierda y la derecha y es anterior a ellas. Miremos el mundo y veamos por qué algunos países funcionan mejor que otros. Por ahí debería estar la agenda del nuevo gobierno.

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Carlos Parodi, Economista, Instituciones, Sudaca

A la posibilidad de tener algún accidente o desarrollar una enfermedad ocupacional, ahora se ha sumado el riesgo de contagiarse de COVID-19 en el centro de labores, por lo que los empleadores requieren implementar nuevas medidas de prevención y cuidado para los trabajadores

La obligación que tienen las empresas de garantizar ambientes de trabajo seguros y saludables ha enfrentado cambios radicales con la pandemia. En términos de riesgos biológicos, psicológicos y ergonómicos, las obligaciones de los empleadores se han vuelto más complejas, particularmente, entre los empleos considerados como de primera línea.

Desde que surgió la crisis, según datos del informe “Anticiparse a la crisis, prepararse y responder. Invertir hoy en sistemas resilientes de SST” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), siete mil trabajadores sanitarios han fallecido y 136 millones de trabajadores de los servicios sanitarios y de asistencia social corren el riesgo de contraer el COVID-19 en sus trabajos.

En Perú, a pesar de la implementación del trabajo remoto, el 2020 fue el segundo año con mayor porcentaje de reportes de accidentes laborales desde el 2012, según fuentes de la dirección de Seguridad y Salud en el Trabajo del Ministerio de Trabajo.

Medidas por implementar

Para Angel Armijo, gerente de Riesgos Laborales y Colectivos de Pacífico Seguros, las organizaciones deben buscar mejorar constantemente sus protocolos de seguridad y salud, teniendo en cuenta que al menos un 27% de los trabajadores en nuestro país realizan labores de alto riesgo y deberían estar protegidos con un seguro para accidentes y enfermedades ocupacionales.

Entre las recomendaciones que considera importante implementar en el centro de trabajo destaca el fortalecimiento de los comités de seguridad, que deben participar en los procesos, aprobar políticas y monitorear sus cumplimientos. Además, sugiere:

Diagnosticar factores de riesgo. Una de las tareas del comité es la de diagnosticar aquellos factores que ponen en riesgo la salud de los colaboradores. Para ello, también se pueden realizar auditorías internas para tener información más precisa.

Ser inclusivo. Cada colaborador tiene características y necesidades distintas que deben ser consideradas para poder construir una política integral. Además, se deben establecer medidas específicas que protejan a ciertos grupos, como personas con discapacidades o madres de familia.

Implementar talleres y cursos virtuales. Es vital que los colaboradores sean capacitados según los lineamientos de seguridad de la empresa. Esto no se limita solo a disminuir distintos tipos de riesgos sino a generar una cultura de prevención.

Monitorear la salud. Es crucial evaluar los resultados de las políticas con una evaluación inicial de la salud de los colaboradores y un monitoreo constante.

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Salud ocupacional, seguridad, Trabajo

La economía peruana está mucho menos dolarizada que años atrás [bajó del 70% en 2004 al 24% en 2021]. Se podría pensar que entonces los vaivenes del dólar no nos afectan en lo cotidiano. ¿Es cierto o qué mostraría lo contrario?

El pan y el pollo, por ejemplo. El pollo come maíz y el maíz no se hace en el Perú, porque no tenemos un buen clima para producirlo. Nosotros vivimos del pollo, es el alimento del peruano. Cada vez que sube el tipo de cambio, sube el precio del maíz y nosotros pagamos más por el pollo. Igual sucede con el trigo, nosotros no tenemos clima para hacer trigo, lo tiene Argentina, lo tiene Brasil. Cada vez que el tipo de cambio sube, sube el precio del pan, porque sube la importación del trigo. No es tan bueno que suba el precio del pan porque a los ciudadanos nos golpea el bolsillo. Además, con estos mismos dólares, se paga el petróleo, el aceite, la ropa o la soya que también la importan. Entonces, tienes que usar más soles para comprar los mismos dólares. ¿Se genera inflación? Sí. ¿Y eso es malo? Sí. Porque nos cuesta más a todos los ciudadanos de a pie.

La gente, al buscar aferrarse a una moneda más segura y salir a comprar dólares,  genera que haya menos dólares en el mercado también. Entonces, colaboran con el alza del dólar… 

Es un círculo vicioso o virtuoso, pero generas una espiral. Tú compras tus dólares y en la tarde ves a alguien: «Oye, ¿sabes que compre dólares?». «¿Por qué compraste dólares?». «No, mira, por si acaso». Esa persona se queda pensando toda la noche y al día siguiente dice: «¿Sabes qué?, voy a comprar dólares». Se genera esa bola de nieve, en que la gente empieza a pasarse la voz, y a mí me ha pasado los últimos cinco días, ha sido el triple de llamadas de personas que preguntan sobre el tipo de cambio en los dos últimos meses. Además ahora es virtual, tú entras a una página web y cambias al toque. ¿Por qué la gente actúa así? Porque las personas que tienen 50 años a más lo vivieron con Alan García 1. Hay un recuerdo detrás de tu cerebro que te dice «alerta, alerta», que grita «¿te olvidaste?». 

¿Crees que sean conscientes de que sí se genera un alza en productos básicos?

No son conscientes, porque además en este momento tú no estás tomando una decisión 100% racional, estás tomando una decisión un poco emocional. Y en ese punto emocional, eres tú contra el mundo, «yo voy a cambiar mis dólares, pensar en los demás no me importa, yo por lo menos quiero tener dólares». Quizás un poco tomada por la angustia, todos los días sube el cambio: «pucha, debí cambiar ayer que estaba en 3.67, ahora está en 3.68». No es nada la diferencia, pero no importa, tú ya estás [pensando]: «Ha subido, no compré, se me pasó». Te genera esta ansiedad hasta que compras.

Usualmente esto pasa en la bolsa [de valores] también. Yo he comprado, y suele haber una etapa en la cual sube muy rápido, que es lo que pasó la semana pasada. El dólar llegó a 3,85, y ahora ya regresó a 3,79. Creo que hay un poco de esta bola nieve y que el Banco Central [de Reserva] ha contenido muy bien, ha estado vendiendo dólares tres veces más diariamente, que lo que ha vendido en los últimos meses, en enero, febrero por decir. 

¿La experiencia de gobiernos anteriores en personas que están en sus 50 años o 60 qué rol juega en este círculo vicioso?

Juega en la parte más emocional y más temerosa de la experiencia pasada. Es el ´cuco´ que no quieres volver a ver y que te está tocando la puerta. Entonces, esas personas son las que cambiaron dólares en noviembre o en diciembre y que ahora les están diciendo a sus hijos: «Oye, hijito, yo tendría dólares, me acuerdo y te puedo recomendar eso». Entonces, empiezan a generar esa ansiedad. Sin duda, yo creo que esas personas, la mayor parte, no tienen soles hoy día y tampoco han tenido más de la mitad de su plata en soles en los últimos 20 años, porque siempre tuvo ese miedo de que algo malo puede pasar. La confianza se demora en generar. Los más jóvenes nacieron en un entorno en que el dólar no se movía tanto como hace años. Entonces, en su experiencia el sol es una moneda normal y fuerte, donde no hay inflación o hay poca. Te puedo generar angustia contándote historias, pero no las has vivido. 

Hablamos del primer gobierno de Alan García, ¿no?

Con Alan García literalmente ibas a tomar café [por la mañana] y en la tarde te costaba 50% más. Entonces, si tenías dólares, no importaba, tú cambiabas tus dólares y podías comprar dos cafés en la tarde, ya no uno. Porque se generó esta inflación tan grande en precios locales… He trabajado para una compañía de seguros y me contaron que iban con bolsas a Ocoña a cambiar dólares. Ya no contaban los billetes, los pesaban. La historia es que si tienes tus dólares te va a ir bien, no importa lo que pase con el sol.

Imagínate que Castillo o Keiko digan: «Vamos a hacer un gobierno donde vamos a tener cierta línea macro». Todos sabemos que están mal muchas cosas, pero imagínate que le den paz al mercado. El tipo de cambio debería regresar a 3,30, por donde está el precio del cobre. De 3,30 a 3,80, yo creo que es puro nerviosismo, puro miedo, pura angustia, pura sensación de que hacia adelante pueda estar peor de lo que estoy ahora y la economía lo va a reflejar. Entonces, me voy a la moneda fuerte, el dólar se ha denominado como la moneda reserva. Cada 100, 150 años, hay una moneda reserva en el mundo, hoy es el dólar. Probablemente en 50 años sea la moneda china, pero estamos todavía en el periodo del dólar.

¿En qué características del primer gobierno de Alan García encuentras similitud con lo que pudiera pasar con Pedro Castillo?

La primera es que en el primer gobierno de Alan, él tenía como que esta idea regional, que no solo era de él, sino pasaba en toda América Latina, de cerrar la economía, es decir: «Señores no vamos a permitir que se importen productos, los vamos a hacer acá. De esa manera yo voy a generar fábricas, voy a generar empleo». Cerró la economía. Pero hoy día vas a tener un impuesto de entrada de 300%, si tu celular te costaba S/300, mañana te costaba 1000. ¿Pero qué pasaba? En verdad no podías hacer el celular porque no tenías ni las fábricas ni la gente, ni los ingenieros, ni la tecnología.

Dos: el tema de nacionalizar las empresas, que no nos ha funcionado a los países chicos y no muy desarrollados, porque terminas utilizando para la empresa del Estado a todos tus partidarios, así sepan o no sepan manejar la empresa, no importa, los metes ahí. Luego, vendría la reducción de libertades en general también. Alan García trató de estatizar la banca. 

De los resultados de la primera vuelta y las primeras encuestas, ¿qué impactos adviertes en nuestras decisiones económicas?

Tengo el temor ahora mismo de que estas dos semanas han hecho que las personas se asusten. Las personas y las empresas. Han dicho: «Uy, no compro, no invierto. Tenía que hacer esta operación, ¿sabes qué? No, no lo compro». El que quería comprar un terreno para hacer un edificio de viviendas, tampoco lo va a hacer. Se ha parado de golpe la inversión. Como en la pandemia, «nadie sale a la calle», más o menos de golpe. Entonces creo que vamos a sentir el efecto en los siguientes dos meses. Económicamente el país se va a frenar pero rapidísimo. ¿Y qué tiene que hacer el gobierno? Tratar de que las obras sigan avanzando. Carreteras, pistas, lo que sea. Pero el privado se ha asustado, ha dicho: «¿Sabes qué? No sé si invertir mi plata». No se contrata a nadie, no se paga nada, se aguantan a ver qué pasa. Y ese miedo afecta la inversión, afecta el consumo, afecta un montón de cosas. Eso no lo recuperas tan rápido. 

Y conforme se acerque el día de la elección, ¿qué prevés que suceda con el tipo de cambio?

Creo que el dólar no va a seguir subiendo como lo ha estado haciendo porque se van a pegar los dos candidatos. Ninguna elección, creo yo, de dos participantes termina siendo 70-30, 60-40. Si tú ves todas las elecciones en Chile, en Ecuador, en Alemania, siempre terminan siendo medio pegadas, porque se polariza, forman bandos. Entonces yo creo que a medida de que se empiecen a pegar, el tipo de cambio va a empezar a relajarse un poco, a estar menos tenso. Si mantenemos esa diferencia, que creo yo que es muy poco probable, el tipo de cambio va a reflejar eso. 

¿Y ya con el resultado de la segunda vuelta?

En caso que gane Pedro Castillo y si es que no hace una hoja de ruta, el tipo de cambio va a seguir subiendo para el 28 de julio. ¿Por qué hasta el 28 de julio? Porque el 29 él va a empezar a decir y hacer cosas. Pero como tienes tiempo antes de que asuma, tú vas a comprar dólares antes, y ahí el Banco Central va a vender [dólares]. El Banco Central tiene muchas reservas, muchas, muchas, muchas. Puede vender todos los dólares que están en soles en el banco. Pero la idea es que no te quedes sin dólares, porque necesitas esa plata como reserva, para comprar productos, etc. Entonces va a ser una devaluación lenta [del sol], pero se va a dar. Vamos a perder reservas, tenemos una línea de 11 mil millones con el Fondo Monetario [Internacional], y la van a jalar (utilizar). 

¿Habrá un punto de quiebre o momento decisivo?

El día que nombre al Banco Central y al Ministro de Economía será la segunda parte importante. Cuando tengan que cambiar a todos los miembros del Banco Central, ese día va a ser como la fecha clave donde las personas van a decir «ok, tengo miedo» o «ya no tengo tanto miedo como antes». En los casos en que es injustificado, en que [Castillo] nombre un banquero central o un Ministro de economía que la gente diga «mira, a este tipo le gusta la estabilidad más que otra cosa”, entonces el tipo de cambio se va a empezar de nuevo a apreciar. 

Si él no le quita la ansiedad, el 4 está a la vuelta de la esquina. De 3,85 a 4 ya no es tanto. Entonces, sin duda, si [Castillo] no quita esta sensación de angustia, porque dice: «No, yo voy a seguir con mi plan, que es una locura, pero no importa», antes del 28 de julio estamos en 4, te lo firmo sin duda. Y 4,50 a fin de año también, esa es mi percepción. El otro caso es al revés: si hay estabilidad, ya sea porque Keiko nombra gente de confianza, o Castillo nombre gente de confianza; el tipo de cambio se iría a 3,60, 3,50, 3,40, y ahí te conviene tener soles.

«No hay nada más cobarde que un dólar», dice la conocida frase, ¿quiénes son los que reflejan más su ansiedad o miedo?

La persona natural de a pie, la que tiene sus poquitos ahorros y que se muere de miedo de que lo poquito valga menos de aquí hacia adelante. Todas las empresas también y los grandes. Pero yo diría, el que más temor tiene es el que ha ahorrado durante mucho tiempo. S/50,000, por ejemplo, y de repente dice: «Pucha, con esos S/50,000 pude haber comprado 15 mil dólares, y ahora puedo comprar S/12,000, luego S/10,000. Pero el carro que quería sigue costando en dólares, ya no puedo comprar el carro». En ese momento te das cuenta que, efectivamente, tus soles valen menos. Y [sucede que] el carro lo quería comprar para hacer taxi, para utilizarlo como fuente de trabajo. En ese momento, esa persona dice «mejor voy comprando dólares, porque ese taxi va a seguir en dólares». Yo creo que ese es el que sufre más.

Claro, lo sufre, lo pierde.

Y no lo recupera.

¿Pero quienes tienen más poder de mover el tipo de cambio son las empresas grandes? ¿O entre los chiquitos pueden tener igual impacto?

Yo creo que los millones de chiquitos pueden mucho más que las empresas grandes, porque con las empresas grandes, finalmente el Banco Central dice: «¿Cuánto quieres comprar?». «Quiero comprar 200 millones». El Banco Central se lo da. Entonces, cuando viene un millón de chiquitos todos los días, son 200, 200, 300, es mucho más potente. 

Pocos días antes de la primera vuelta fui al Jirón Ocoña y la lectura de los cambistas era que los vaivenes del dólar eran reflejo de las encuestas. “A veces vienen como palomas a comprar, otras a deshacerse de los dólares”, “Mucho psicosocial”, era su lectura final y repetitiva.

Y eso es un negocio bien peruano. Tú vas a Chile, por ejemplo, y hay algunas casas de cambio. Vas a Colombia igual, casi no hay. Porque en esos países no se dolarizó la economía, por decir. Pero es un muy buen negocio ser cambista.

 

Foto de portada: Gestión.

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Alan García, Dólar, Elecciones 2021, Fuerza Popular, Keiko Fujimori, Pedro Castillo, Perú Libre, Tipo de cambio

Fue un triunfo ajustado el que obtuvo Keiko Fujimori en el debate de ayer sábado en Chota. En el intercambio formal, estuvieron casi a la par, Castillo no es tonto y sabe desenvolverse. Pero no fue en ese terreno que se logró la victoria.

Hay que ver el debate en sentido estratégico, como parte de las respectivas campañas electorales. Y en esa medida, de arranque, que Keiko le haya arranchado el debate a punta de presionarlo y que además haya estado dispuesta ir a jugar de visitante le juega a su favor en el imaginario popular (en la provincia de Chota Perú Libre sacó el 66.48% de los votos en la primera vuelta). La candidata de Fuerza Popular está perdiendo y tiene mucho más que ganar que Castillo, quien anda arriba en las encuestas.

Pero el triunfo efectivo pasa por las narrativas empleadas durante el debate. Keiko Fujimori, como ya adelantamos en un informe en Sudaca (https://n9.cl/843gm) pasa del anticomunismo inicial al despliegue de estrategias antiestablishment, populistas, dirigidas a conquistar los sectores D y E. Así, su planteamiento del canon directo a las poblaciones, la reactivación de los recordados programas sociales de los 90 (Pronaa, Foncodes, Pronamachas, Caminos Rurales), la duplicación de ingresos de Pensión 65, etc., apuntan directamente a ese bolsón.

Frente a ello, Castillo luce paralizado. Ni siquiera aprovechó el debate para arremeter en los flancos débiles de su rival, como son el recuerdo del autoritarismo corrupto de los 90 y la virulencia irracional de la bancada fujimorista de los últimos cinco años. Castillo tiene que alimentar al antivoto fujimorista y antikeikista, pero no lo hizo. Al parecer, juega instintivamente esta segunda vuelta y no tiene una estrategia diseñada.

No tendrá poca incidencia este debate. Solo en señal abierta superó los dos millones de telespectadores, a ello hay que sumarle los canales de cable, las radios nacionales, las radios regionales (poderosa sumatoria de audiencias) y los portales digitales que se sumaron a la transmisión. Debe haber habido cuatro millones de peruanos escuchando en vivo el debate de Chota. De a pocos, Keiko parece írsele acercando a Castillo.

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Chota, Debate, Keiko Fujimori, Pedro Castillo

Realmente es increíble lo que sucede ahora en el Perú. Al observar desde la lejanía una se da cuenta de que carecemos de muchos valores esenciales, y uno de ellos es la dignidad. Tal vez no tengamos memoria en recordar todas las nefastas acciones que vivimos en la década del 90, todo lo que sufrimos los peruanos bajo una dictadura en que la corrupción afloró, como la pus, de mil maneras. Hoy en día tenemos un escenario complejo, con dos opciones electorales, y lo que un grupo importante de peruanos hace es irse por lo malo conocido, ¿por qué?…. Por el egoísmo que los circunda y sin duda por miedo a lo desconocido.

Nuestra nación se une siempre en los partidos de fútbol, cuando juega nuestra selección, pero luego volvemos a caer en ese sentimiento individualista, racista y clasista que caracteriza en gran parte a los sectores dominantes. Lamentablemente, también cunde a veces entre los más populares. He vivido los últimos años en el Perú, y sé que hay gente con mucho potencial. Hay mucho talento y mucha gente óptima y trabajadora. En contraste, he visto también gente que por contactos y “vara” ocupa sitios que les quedan grandes. Por eso apoyo al profesor Pedro Castillo. Creo que la puntualidad, la humildad, y la experiencia de haber trabajado toda la vida lo han preparado mucho mejor para enfrentar a un Perú que cada día sufre más las consecuencias de gobiernos corruptos y mafiosos.

Creo que si realmente queremos un cambio y anhelamos ser mejor país no podemos apoyar ni el robo, ni el crimen y mucho menos a una candidata que ha sido procesada y que todavía lo sigue estando, y que solo busca la impunidad…. Por favor, lo que necesita el Perú es trabajo, inclusión y una economía que trascienda a los más abandonados, sobre todo ahora en esta crisis de dimensiones bíblicas que significa la pandemia, en que los peruanos están muriendo por decenas de miles.

¿Que el Perú se convertirá en Venezuela? Lo dudo mucho. Ya ha asegurado el candidato Castillo que implementará cambios dentro de las normas constitucionales, trabajando a fondo con el nuevo congreso. ¿Que habrá golpe militar si va muy lejos, como predice el Marqués de Vargas Llosa? Pues también hay sectores dentro de nuestras Fuerzas Armadas y Policiales que están por el cambio siempre que se respeten las normas vigentes, lo cual incluye renegociar los contratos con las grandes corporaciones internacionales y utilizar esas ganancias para mejorar los sectores de salud y educación, sobre todo. ¿Que Castillo es “resentido y reaccionario” porque no apoya de plano las agendas por la igualdad de género y de los grupos LGTBIQ? Eso estará por verse, pues esa igualdad debe pasar primero por el empoderamiento social y económico de esos sectores junto con el del resto de peruanos. Y de hecho tiene congresistas que lucharán por esas justas causas. Keiko, por otro lado, fue consistente en bloquear desde su bancada congresal muchas normas en favor de esos grupos a lo largo de los últimos años.

Es un riesgo, sin duda, apostar por esta opción. Pero el riesgo es mejor que la podredumbre, las esterilizaciones, los asesinatos y la escandalosa corrupción que ya le conocemos al clan Fujimori (porque el papá de Keiko sin duda gobernará tras bambalinas, con toda la corte de los 90 que ya la candidata exhibió como su equipo de gobierno).

Recuperemos la dignidad, hermanos peruanos. Nuestro país es muy grande, muy rico en historia y recursos. No dejemos que los saqueadores de siempre, como ocurre desde casi quinientos años, lo sigan depredando.

 

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Elecciones 2021, Pedro Castillo

Por Alessandro Azurín y Alba Ñaupas

 

El pasado 24 de abril los 16 congresistas electos de la nueva bancada de Acción Popular (AP) por fin se conocieron. La cita fue convocada por el reciente candidato presidencial del partido, Yonhy Lescano, en el local principal de la agrupación. Consultado por los pormenores de la reunión, el virtual parlamentario Juan Carlos Mori asegura que se trató solamente de “una reunión de agradecimiento y felicitación de parte de Lescano hacia nosotros, los electos. No conversamos ninguna postura partidaria. Eso es aún un tema pendiente”.

 

Otro de los asistentes, Ilich López, virtual congresista por Junín, resume la conversación de esa reunión en una sola palabra: unión. “Básicamente lo que hemos quedado es que la bancada va a actuar en unidad, en base a los principios partidarios y vamos a ser una bancada sólida. Conversaremos con todos los líderes de Acción Popular para poder contribuir con la unidad dentro del partido y que esa unidad se vea reflejada en nuestras decisiones”, explica a este medio.

Pero a la reunión del 24 de abril no acudieron todos. Y aunque Ilich López dice que las ausencias se debieron a presuntos contagios de Covid 19, Sudaca pudo conocer que en el partido de la lampa ya empiezan a manifestarse algunos desencuentros.

Uno de los grandes ausentes fue nada más y nada menos que el candidato congresal más votado del partido: José Arriola, el N°1 de Lima que en las elecciones internas de AP corrió al lado de Edmundo del Águila. Las razones por las que no asistió, según otros testimonios, no se deberían a su estado de salud, sino, precisamente, a las diferencias que hay dentro del partido.

Mesías Guevara, presidente de AP, desliza esa posibilidad. “No habrá estado Arriola porque parece que hubo un tema de los congresistas provincianos versus los de Lima”, dice. La discrepancia giraría en torno a la visión del país que tienen ambos bandos, aunque los capitalinos estén en desventaja: apenas lograron dos curules. Guevara adelanta que el Comité Político los convocará para coordinar y limar posibles asperezas. Al parecer, la bancada -aún- no estaría del todo unida.

Ricardo Torres, militante desde hace 15 años y miembro de la Comisión de Plan de Gobierno de AP, explica que Arriola -quien llegó a ser el N° 1 dentro de la lista de candidatos al Congreso gracias a la maquinaria que movió en su favor el actual alcalde de Ate, Edde Cuellar- es parte “de una facción no deseada” por haber “sido promovido por un alcalde invitado”, “un defecto del último sistema de votación interno de AP” y producto del arrastre de Yohny Lescano como candidato presidencial.

Como contó este medio antes de las elecciones congresales, Arriola es casi un desconocido dentro de AP. “[Los militantes] le van a sacar en cara cómo llegó al partido”, pronostica Torres. “Como él, tenemos algunos problemitas con otros militantes que han llegado a ser electos […] van a suscitarse ciertos reclamos de la misma militancia que le van a decir ‘qué haces tú acá si tú tienes tal o cual problema judicial’ o que tienen intereses contrarios al partido” añade.

 

Para Franco Salinas, vocero de la actual bancada de Acción Popular, la ausencia de Arriola se debió al abandono en que dejó Lescano a algunos grupos de candidatos en la reciente campaña congresal. “Apartaron a muchos correligionarios de regiones, autoridades, los mismos candidatos al Congreso se quejaban. Pregúntale, por ejemplo, al señor Arriola de Ate. Lescano lo vio una vez en la campaña y nunca más supo de él. Hubo un alejamiento sectorizado”, afirma.

Hay otros congresistas electos que no están alineados con el ala “lescanista”. Una de ellas es Maricarmen Alva, quien sí asistió a la reunión del excandidato presidencial, pero que no destaca precisamente por ser la más cercana al político puneño. La congresista electa por Lima es, en realidad, próxima a otro personaje del partido: Alfredo Barnechea, quien ha tenido más de una diferencia con Lescano. Alva incluso formó parte de la plancha presidencial de Barnechea en las internas de AP hasta que la lista fue retirada.

La virtual congresista por Lima ha mostrado abiertamente sus discrepancias con el pensamiento de Lescano. Por ejemplo, para la abogada, el gobierno de Merino fue constitucional, apreciación que no comparte el excandidato presidencial. “Cada vez que ella ha intervenido ha tratado de alinearse a las propuestas de Lescano, pero no lo hacía con agrado porque ella viene de otra facción del partido. Por eso no te puedo decir que será una bancada disciplinada que votará en bloque. No va a ser así”, afirma Ricardo Torres.

Apuntalan esta versión los antecedentes. Hay personajes con curul para los próximos cinco años que no han demostrado mucha unidad entre sus correligionarios. Jorge “Coco” Ancachi, por ejemplo, virtual congresista por Puno -la tierra de Lescano- tiene un precedente que demuestra que no trabaja de la mano de sus correligionarios. Durante la campaña fue protagonista de una pugna con otro candidato por Puno de AP.

Cuando medios locales revelaron las denuncias que la Fiscalía Anticorrupción realizó en su contra por peculado en el gobierno regional, Ancachi acusó al N°3, Elmer Quispe, de ser el responsable de la información. “Coco” no se quedó ahí y le increpó por, supuestamente, abandonar a su hija en un orfanato.

 

Entre Fujimori y Castillo

Hasta ahora los pronunciamientos del partido de la lampa sobre qué candidatura apoyarán en segunda vuelta han sido dispersos. Entre Lescano, Diez Canseco y demás, cada uno ha apuntado a diferentes direcciones. Sin embargo, a partir de la segunda mitad de mayo, la opinión de los principales líderes y de los militantes accionpopulistas tendría que unirse en un solo discurso.

En el plenario convocado para el 15 de mayo, AP debatirá con el objetivo de definir su posición política para la segunda vuelta. Las voces y los votos serán de todos los alcaldes, congresistas, exdirigentes y el comité político nacional. ¿Se impondrá el llamado al voto en blanco de Lescano? ¿Optarán, como Diez Canseco, por apoyar al fujimorismo? ¿Será un voto de conciencia como plantea Mesías Guevara? Todo vale.

Los nuevos congresistas electos también estarán presentes, según Guevara. Si bien no podrán votar, participarán del debate. Un hecho no menor, considerando el rol de mediadores que planean llevar al Congreso. Los lineamientos saldrán de lo que se acuerde en el plenario.

El debate de ese día pinta para largo. Escoger entre Castillo o Fujimori es un dilema en la interna accionpopulista. “Ante la actual circunstancia nos vemos impedidos ideológicamente de apoyar a cualquiera de las dos opciones que han quedado como resultado de la segunda vuelta. No podemos apoyar al partido de la señora Fujimori porque su ideología está orientada a la extrema derecha y tampoco podemos apoyar al señor Castillo porque su propuesta es de izquierda extrema y, en muchos casos, antidemocrática”, expresa Ricardo Torres.

congresistas AP

A pesar de esto, grupos como el Comité Ejecutivo Regional de AP de Cusco, mediante un comunicado, ya adelantaron la opinión que expondrán en el plenario. Ellos piden a los dos candidatos que “hagan planteamientos que garanticen la mayor unidad y gobernabilidad del país”. La traducción, según Armando Villanueva, miembro de este comité, es que Castillo y Fujimori tienen que acercarse al centro, donde AP dice estar.

Para el ex parlamentario, que algunos hayan adelantado su apoyo a uno u otro candidato antes del plenario “no ha sido pertinente y no responde al principio democrático del partido”. Villanueva espera que el partido recoja la propuesta cusqueña y así Acción Popular elija a su “mal menor”.

Sin importar quién termine ocupando el sillón presidencial, hay voces al interior del partido que apuntan a que la próxima bancada, la tercera más numerosa, sea oposición, una constructiva que busque resarcir la imagen del partido.

“Ningún partido tiene suficientes parlamentarios para decidir solos. Vamos a tener una posición muy importante para definir temas en esta concertación parlamentaria que tiene que haber”, asegura el actual congresista Franco Salinas. “Otras bancadas ya están predestinadas a apoyar un gobierno de Pedro Castillo y otras definidas hacia Keiko Fujimori. Acción Popular debe ser el punto de equilibrio, actuar con responsabilidad y en función a los intereses nacionales”, añade Mesías Guevara.

La autocrítica también está presente en algunos militantes. Franco Salinas, actual vocero de la bancada que abandonará el Congreso el próximo 28 de julio, ha aconsejado a los nuevos legisladores de AP no repetir sus errores. “Yo mismo les he recomendado que muestren un liderazgo claro de alguien que pueda ir a la Mesa Directiva. Eso no ha pasado en esta bancada. Manuel Merino debió liderarla, pero no lo hizo. Cosa que lamento [porque] es mi amigo”, afirma.

Guevara, también gobernador regional de Cajamarca, advierte a la nueva bancada de su partido que, en un Congreso extremadamente fraccionado, discrepar y alejarse de la agrupación podría ser una mala jugada. “Casi todos son congresistas nuevos […] y tienen que aprender. Si algún congresista electo quiere tomar distancia de la bancada, la perjudica, pero a sí mismo también: no podrá integrar comisiones o ser miembro del Consejo Directivo, vocero, integrante. Al final todos están obligados a reunirse”, afirma.

Sudaca intentó comunicarse con los congresistas electos por Lima: José Arriola y Maricarmen Alva. Sin embargo, el primero se limitó a dejarnos en visto y la segunda se comprometió a devolvernos la llamada. Seguimos esperando.

*Fotoportada: Leyla López

 

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Acción Popular, Congreso, Elecciones 2021

El audio perdido de López Aliaga, Hernando De Soto el mediador y Carlos Guerrero en otra dimensión. Esto y más en el nuevo episodio de NOT Noticias, información hecha en casa.

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Ilustración y diseño: Adriana Galbani

 

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Corría la segunda mitad del año 2011, Ollanta Humala recién había asumido la Presidencia de la República y el flamante canciller, Rafael Roncagliolo, me convocó a su despacho en Torre Tagle. El ministro de exteriores lucía inquieto, tenía dos metas que, sobre la mesa, parecían irreconciliables: de una parte, buscaba defender la posición peruana en el litigio contra Chile ante La Haya, para lo cual requería de una vocería de prensa, esto es periodistas y analistas que, fuera del sector exteriores, difundiesen homogéneamente la postura oficial peruana. De la otra, que el proceso no se descarrile y que la larga historia de exabruptos nacionalistas de ambos lados no terminase con alguno de los dos países pateando el tablero para quedarnos sin fallo, sin mar y con todas las especies marinas que pudiesen navegar bajo el extremo sur de nuestro litoral chapoteando en la arena. 

La segunda vía, que estaba intrínsecamente vinculada con la primera, abría además la posibilidad de desarrollar aspectos de la relación bilateral en las que ya hacía algún tiempo yo me encontraba particularmente interesado. Es este tema de la reconciliación binacional, asunto en el que, valgan verdades, no me han hecho mucho caso, o tal vez sí, pero sin alcanzar a convertirlo en política de estado, que es lo que considero prudente y necesario. En todo caso, esta es materia para otra discusión.  

Para organizar la vocería de prensa, Rafo Roncagliolo trabajó de la mano con estupendos diplomáticos, como los embajadores Gustavo Meza Cuadra y Claudio de la Puente, pero requería también de los servicios de un viejo zorro de la prensa, de alguien capaz de lograr que los convocados consensuemos. Vaya si no aprendí en Torre Tagle el valor de las relaciones humanas en el éxito o fracaso de las políticas de los estados, en el estallido de las guerras y el advenimiento de largos periodos de paz. Ese hombre fue Santiago Pedraglio, y desde entonces se dio el peruanísimo milagro (porque en el Perú rara vez ocurre) de que nuestro país contó con dos docenas de voceros de las más diversas procedencias políticas, ideológicas, profesionales, y que todos insistíamos, en cuanto medio de prensa visitamos, en que la declaración de Santiago de 1952 no constituía un tratado de límites y que, por consiguiente, correspondía al prestigioso jurado holandés establecer la línea equidistante entre los mares del Perú y Chile en nuestra frontera marítima sur. Supimos también que el Tratado de Libre Pesca de 1954, a pesar de no ser limítrofe, se nos presentaba más complicado pues mencionaba en alguna parte que el paralelo geográfico era la frontera marítima, aunque no decía que tan hacia el fondo del mar se extendía ese paralelo y por eso la corte lo fijó en 80 millas, obteniendo el Perú un ganancial de 120 millas respecto del estatus quo vigente hasta ese momento que era hasta las 200 millas náuticas. 

Los dos milagros

Alguna vez, entrevistado por Augusto Álvarez Rodrich, señalé que el mejor fallo sería el fallo acatado. Es que, más allá del voluntarismo victorioso de ambas partes, el verdadero triunfo cívico e integracionista solo se lograría el día en que las marinas del Perú y Chile tracen la nueva frontera establecida por la CIJ, en el marco del derecho internacional, y superando de este modo, la sempiterna desconfianza mutua, que hasta el día de hoy habita en algunos sectores de nuestras sociedades. Y ese milagro se produjo apenas dos meses después de conocida la sentencia, en marzo de 2014. 

Pero el otro milagro, que se dividió en varios pequeños, fue la eclosión integracionista de la sociedad civil para generar un efecto cojín frente al fallo por venir. Recuerdo la pareja de cantantes binacional, Dámaris y Américo, y su canción a la integración; las ediciones de El Comercio-El Mercurio y La República-La Tercera que compartieron días previos a la sentencia las versiones del otro país en sus páginas centrales, pues conocerse es el primer paso para desterrar la desconfianza. Ciertamente, muchas de estas medidas fueron la continuación de las dos vías iniciadas por Rafo Roncagliolo, en los tiempos de su sucesora, la primera canciller mujer del Perú, Sra. Eda Rivas, también de destacada labor. Días antes del fallo, tres decenas de historiadores binacionales publicaron Las Historias que Nos Unen, compilación que tuvo por finalidad mostrar a nuestros pueblos que no solo nos une –o separa- una guerra fratricida. 

Mucho trecho queda por recorrer. A  poco de anunciarse el fallo, un problema de espionaje nos obligó a retroceder abruptamente mucho de lo avanzado durante el periodo de las dos vías del canciller. Pero la semilla estaba sembrada, recuerdo que tiempo después me avisaron que, tras el lío de los espías, ya los embajadores habían retornada cada cual a su embajada sin que nos enteremos el común de los mortales. El litigio les había enseñado a los diplomáticos de ambos países a trabajar en silencio en un nivel de coordinación y de confianza que hoy es la base para pasos futuros que son indispensables para mirar el porvenir como una esperanza compartida. En esa mirada, Rafael Roncagliolo fue sin duda un estadista que señaló un camino de integración para el siglo XXI. Ojalá sepamos transitarlo. 

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