El Código Penal Peruano dice que hay estafa cuando alguien saca provecho ilegal de un bien ajeno, a través de un fraude al dueño para que éste acceda a entregar  voluntariamente lo que le pertenece.

 

Eso es lo que pusieron en marcha Fujimori y 8 AFP en 1992. Y lo que constitucionalizaron* con el decreto ley 25897 (norma de dictadura), en pleno autogolpe y sin congreso. El solo texto de la norma invita a sospechas: escueto, sin justificación alguna pese a que se trata de un tema de alta relevancia. Más parece un reglamento dirigido a asegurar las utilidades e intereses de las partes.

 

Pero aun legalizada, la mecánica de la estafa está ahí, a vista del quien se detenga a mirar. Nos obligaron a incorporarnos a una AFP con varias tretas adicionales al decreto ley 25897, que habla de afiliación voluntaria. Divulgaron la absurda idea de que el Estado no era capaz de administrar las jubilaciones, y se presentaron como eficientes y bienintencionados. Luego petardearon a la ONP (sistema público) con un tope de 600 soles (hoy 893) para sus pensiones jubilatorias. Así, el esquema no tiene nada de voluntario para los millones de trabajadores formales que están legalmente obligados a afiliarse a uno de los dos sistemas (público y privado), y aspiran, razonablemente, a un retiro laboral con ingresos más elevados. La opacidad informativa de entonces, y los prejuicios contra lo estatal, nos hicieron presa fácil de empresarios carroñeros, quienes hoy administran los aportes jubilatorios de tres millones de peruanos con sueldos superiores al promedio, obligados a entregar, mensualmente, un porcentaje de sus ingresos a una entidad privada de origen inconstitucional, además de ventajista e ineficiente.

 

El fraude es conceptualmente escurridizo y se protege con los mismos vacíos legales que aprovecha. Pero en este caso, la estafa legalizada es bastante visible, porque los perpetradores se inventaron un problema, copiaron una solución privada ineficiente que los hacía millonarios sin el menor riesgo, la constitucionalizaron con un decreto ley dictatorial y la hicieron obligatoria con normativa complementaria. La forma institucional que le dieron al esquema expresa el ánimo que lo inspira, y es una innegable violación a la constitución. Pudieron mantener un sistema estatal que centralice los descuentos y tercerice la administración de los fondos, de tal forma que los jubilados estuvieran protegidos y no sujetos a la voracidad acumulativa de los privados, pero eso era inseguro para el saqueo (por decreto) a perpetrar, pues cualquier nuevo gobierno podría ser fácilmente presionado por los aportantes, y cambiar de proveedores o de sistema. Así que hicieron que cada trabajador – aislado y desvinculado del Estado – contrate con la misma entidad privada, para que el modelo no corra peligros políticos. Y dado que entregarle el servicio a una sola firma hubiera sido demasiado escandaloso, se inventaron un oligopolio de ocho oferentes, que se ha terminado fusionando (con un par de nuevas firmas entrantes y alguna saliente) en cuatro. En la práctica es casi un monopolio a cuatro dueños, pues todas las AFP cobran casi lo mismo y generan – a los fondos – rentabilidades anuales bastante parecidas. La constitución vigente prohíbe las posiciones de dominio, y esto llega mucho más lejos, porque es un oligopolio totalmente protegido (sin posibilidad de pérdida), que esconde una situación cercana al monopolio.

 

Hay que decir que aquí las responsabilidades no son sólo de Fujimori y sus ministros firmantes: todos los congresos, salvo el actual, así como todos los presidentes y sus titulares de economía – desde entonces hasta hoy – han sido cómplices silenciosos de esta infamia, cuando han debido denunciarla e intentar solucionarla de emergencia. Los dos últimos gobiernos incluso hacen de bufete voluntario de las AFP, planteando acciones de inconstitucionalidad contra leyes con las que el congreso pretende hacer mínima justicia, dado que el ejecutivo no tienen ningún interés en empujar las cosas hacia el lugar que les corresponde.

 

Los argumentos de los voceros de las AFP (periodistas y economistas conservadores, autoridades públicas, políticos y ex-funcionarios del MEF ahora ejecutivos suyos) son falsos, y sublevantes cuando se mezclan con lugares comunes manipuladores. No hay espacio aquí para analizar la frecuente publicidad engañosa a la que apelan.

 

Un mito populista, que siguen alimentando desde 1992, es el que asegura que el Estado no está en capacidad de mejorar la gestión previsional privada. Es indiscutible que el Estado podría ofrecer un servicio superior a los pensionistas de las AFP: no cobra, no tiene interés legal contrario a los jubilados, tiene mayor capacidad de cobertura por legitimidad y herramientas legales, está más obligado a la transparencia y, por su naturaleza pública, tiene un mayor número de modelos pasibles de implementar con fines de favorecer a los pensionistas. No hay complejidad desbordante en administrar e invertir fondos, mucho menos para una entidad de gobierno especializada. Y, además, las AFP están muy lejos de ser una inversión eficiente. En principio, la posibilidad de poder usar esos dineros los haría mucho más rentables. Estamos en una revolución tecnológica que ofrece cada vez más opciones de inversión financiera y nichos comerciales, por lo que disponer del capital ahorrado permitiría muchos movimientos estratégicos en el tiempo, que terminarían redundando en una mucha mayor rentabilidad del dinero. También son opciones más eficientes la bolsa de valores (inestable en el corto plazo, pero segura frente a la paciencia del largo plazo), los fondos mutuos (algo menos rentables pero utilizables en cualquier momento) o la compra conjunta de una propiedad inmueble (ahora que están bajando).

 

Es cierto que desde el 2016 (recién) se puede retirar todo el dinero acumulado a los 65 años (y no verlo por partes en pensiones mensuales muchas veces miserables), o a partir de los 55 años en situaciones de largo desempleo. Y que también se puede sacar el 25% para adquirir una vivienda. Pero aun con esta reforma – que fue conseguida ante la agresiva y sonora oposición de las muy poderosas APF – la ineficiencia que genera el secuestro no desaparece. Y tampoco es que sea alta su pensión jubilatoria promedio: es aproximadamente 1100 soles. Según la misma Asociación de AFP, al 2018, el 35% de sus pensionistas superaba esta cifra, y el resto estaba por debajo. El 43% recibía menos de 750 soles, y el 6% menos de 450 soles. No pueden decir que no sabían que esto sucedería en una realidad de subempleo como la nuestra. Sumado a ello, los pensionistas han estado sujetos a una gravísima desinformación sobre la situación de sus montos (no sabían ni cuánto tenían) hasta por lo menos el 2010. ¿Y cuánto se llevan las AFP por obligarnos a contratarlos como administradores de nuestras futuras jubilaciones? Según la Superintendencia de Mercado de Valores, en el 2019 ganaron 501 millones de soles, y en el 2020 bajaron a 414. Sin riesgo ni inversión significativa. Año tras año y sin contar lo que ya ganaron.

 

Una estrategia retórica habitual, que han usado mucho los dos últimos ministros de economía para impedir los retiros de las AFP aprobados por el congreso, es decir que las administradores de fondos son parte del sistema nacional de pensiones, y que éste debe ser resguardado por responsabilidad con los futuros jubilados y el país. Es una afirmación deliberadamente superficial y demagógica, que obvia el tipo de vinculación de las AFP con el sistema pensionario. El decreto ley dictatorial y traidor que da origen a las AFP dice que el objeto legal de éstas es contribuir al desarrollo y fortalecimiento del área de pensiones (administrando fondos) en el sistema jubilatorio. Es decir, brindan un servicio, y no se ocupan de nada que esté fuera de su carísima labor técnica. Es claro que son un fusible del sistema, pero están amparadas por una norma inconstitucional que les permite – además de abusar – obligar como si fueran responsables, y ser defendidas bajo esa consideración.

 

Y como no tienen que responder por el sistema nacional de pensiones, no se hacen ningún problema con solo cubrir – según el BID del 2018 – al 20% de los trabajadores del país. Culpan a la informalidad, como si hubieran contratado con un Estado cuyo país era totalmente formal y protegía el empleo. De hecho, alguna vez el mismo Julio Velarde sugirió que podrían encargarse de dar una pensión universal a todos los peruanos, lo que correspondería si quisieran honrar el oligopolio. Obviamente lo rechazaron, incluso cuando esto les podría haber dado mayor margen de inversión sobre nuestros fondos. Dijeron que esa responsabilidad es del Estado. Y no se equivocan, según la oscura ley que los cobija. Así que Tony Alva y Waldo Mendoza no defienden al sistema nacional de pensiones, sino a las administradoras privadas que le dan un servicio, en un esquema de fraude constitucionalizado. Si de verdad algún gobierno quisiera proteger el sistema jubilatorio peruano, buscaría, desde su opinión y liderazgo, aliarse con el congreso para que ese dinero entre de emergencia al BCR – cortando de inmediato el secuestro legalizado – y así se pueda discutir, en plazo perentorio, si las AFP son necesarias y en qué condiciones, y cuál sería el destino óptimo de esos fondos. Soluciones institucionales hay, si se tiene voluntad política.

 

Y esto abre la pregunta de cuáles son las salidas progresistas al embrollo. Si algún ejecutivo quiere aprovechar lo acumulado en estas décadas por los afiliados a las AFP, para empezar a construir nuestro primer sistema jubilatorio público, universal y solidario (que toma tiempo pero sería lo ideal), debe encontrar esquemas en los que el futuro jubilado reciba más renta, para que desde ese excedente acepte sacrificar una parte para un fondo común. Obligarlo a compartir su dinero y recibir menos pensión que la que hoy espera,  sería seguir en el abuso granuja, esta vez con una expropiación. Si el gobierno reformista no lograr hacer aquello, pero no quiere arriesgar el futuro pensional de los actuales afiliados a las AFP, debe manejar sus fondos previsionales desde el Estado, en las  condiciones que hoy están vigentes, y con mayores flexibilidades para retiros durante el tiempo laboral. Y el último camino es simplemente devolver los dineros de propiedad privada. Mientras tanto, el presupuesto peruano está en perfecta capacidad de jubilar con – por lo menos – 500 soles mensuales a todos los peruanos mayores de 65 años que no tengan afiliación a sistema alguno, o que reciban menos de esa cifra en alguno de los dos sistemas posibles. Sería histórico y oportuno en el bicentenario, y sobre todo muy desarrollante en términos económicos.

 

* Constitucionalizar significa, aquí, legalizar con una norma que la constitución del 93 no coloca en el dominio de la acción de inconstitucionalidad, lo que la deja prácticamente fuera del control del TC. Tratándose de una norma previsional, es muy posible alegar que sus únicos caminos de derogación sean los establecidos en el artículo 200 de la carta magna, relativos a una reforma constitucional.

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AFP, Constitución del 93, Ley

Todos los días, de lunes a viernes, Alexandra Ames, David Rivera y Paolo Benza discuten los temas más importantes del día por Debate. En nuestro episodio número 128: ¿Ya está en Palacio la candidata naranja o hay tiempo para que el antifujimorismo reaccione? ¿Qué acepta el votante de Fujimori sobre su ‘cariño’ por nuestra democracia?

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Elecciones 2021, Gobierno, Keiko Fujimori

Ese conjunto de creencias o comportamientos que se atribuyen a hombres o a mujeres es lo que se denominan estereotipos de género y, si bien no todos estos rasgos son necesariamente negativos, terminan siendo perjudiciales porque entorpecen la habilidad de las personas para alcanzar su potencial, limitando sus oportunidades.

Así lo demuestra un estudio realizado con datos de 75 países por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sobre estereotipos respecto al liderazgo femenino. Casi la mitad de la población del mundo todavía cree que los hombres son mejores líderes políticos y empresariales que las mujeres.

En Perú, las características emocionales asociadas a cada género también son causa de discriminación. En el 2019, de acuerdo a un informe cualitativo de la Defensoría del Pueblo sobre las Barreras a la Igualdad en la Economía Formal e Informal, se encontró que los participantes representaban a los hombres trabajadores como de “carácter fuerte” con capacidad de mando.

En cambio, las mujeres trabajadoras eran caracterizadas como sensibles emocionalmente y como “luchadoras”, lo que implica habitar un espacio de conflicto. Incluso las mujeres entrevistadas consideraban ser “guerreras” y aseguraban que tenían que esforzarse más en el trabajo que sus pares varones.

Formas de alcanzar la igualdad

Hablar de estos prejuicios abiertamente en el trabajo es una de las formas de combatirlos, según las recomendaciones de la firma Berkshire Associates, en un artículo para el portal Equipos y Talento. “Ser conscientes del efecto que pueden tener estos prejuicios sobre la toma de decisiones en la organización y hablar de cómo pueden llegar a impedir que se avance en la consecución de los objetivos de la empresa”, indican.

Además de este punto, durante el periodo de la pandemia, se han producido cambios importantes como el trabajo remoto y la mezcla del ambiente laboral con el personal, donde las mujeres se han visto más perjudicadas al momento de distribuir las tareas domésticas.

Teniendo en cuenta ello, Aequales propuso en su informe “Gestionar la crisis del COVID19 con enfoque de género” que se implementen las siguientes políticas: i) Reconocer el trabajo del cuidado no remunerado y aportar a su reducción, ii) Informarse sobre los retos que enfrentan en este contexto los equipos, especialmente las mujeres, iii) Adaptar la forma de medir el desempeño, iv) Fortalecer las políticas, programas y proyectos que apuntan a la equidad de género, v) Aumentar la participación de las mujeres en espacios de decisión.

Dentro de estas medidas se contempla, por ejemplo, extender las licencias de maternidad y paternidad remuneradas, priorizar el trabajo remoto para las madres y padres con niños menores de un año. En cuanto a la participación en espacios de decisión, se recomienda continuar implementando metas y cuotas de género.

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estereotipos, género, Trabajo

 

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Keiko Fujimori, Pedro Castillo, Segunda vuelta

Economista Jorge González Izquierdo exhortó a las familias peruanas a no mover sus ahorros de soles a dólares por un alza abrupta del dólar, dado que los ahorros son decisiones de largo plazo

La creciente incertidumbre provocada por las próximas elecciones de junio, así como la constante variación del dólar en los últimos meses ha generado dudas en más de un peruano sobre sus ingresos, ahorros o inversiones.

Jorge Jenkins, Product Owner de Cocos y Lucas del BCP, señaló que “debido a la pandemia mundial que venimos atravesando, existe cierta incertidumbre respecto a la economía y la dinamización de los diversos mercados. Sin embargo, es importante mirar de una manera integral, mantener la calma y ser cautos con las decisiones que tomemos con nuestro dinero”.

El experto recomienda ahorrar una parte de nuestros ingresos en soles y otra en dólares para contrarrestar las constantes variaciones del tipo de cambio que suele afrontar nuestro país. “Si cada mes planificamos y comenzamos a disponer cierto monto de nuestro dinero en dólares, cuando afrontemos dichas subidas, no estaremos tan preocupados”, indica.

Ahorros previos

El economista Jorge González Izquierdo exhortó a las familias peruanas a no mover sus ahorros de soles a dólares por una alza abrupta del dólar, dado que los ahorros son decisiones de largo plazo.

“Uno debe ahorrar en la moneda que va a gastar en el futuro. Si un trabajador planea pasar su vejez en Perú entonces debe ahorrar en soles pero si piensa viajar al extranjero o mandar a su hijo a estudiar fuera del país, entonces si es recomendable ahorrar la mitad en soles y las mitad en dólares”, manifestó.

Además indicó que esta recomendación incluye los montos de la Compensación por Tiempo de Servicio (CTS) y los fondos en la AFP. “Nadie tiene una bola de cristal para anticipar los movimientos del tipo de cambio; si uno se va a quedar en Perú entonces hay que ahorrar en soles”, apuntó.

En caso estés decidido a cambiar parte de tu dinero a dólares, recuerda que la opción más segura es hacerlo por diversas plataformas online de cambio de moneda. Revisa a fondo las plataformas digitales destinadas a ello. Verifica el precio de compra y venta, que esté avalado por la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) y que ofrezca la confianza necesaria para realizar el cambio.

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Ahorros, Dólares, soles

[SÁTIRA]

Lima, 20 de abril

La mañana del diluvio encontró a Clara Elvira Ospina con un libro debajo del brazo. Sus problemas para dormir se habían agravado tras la primera vuelta y había recurrido a todo: melatonina de 10 miligramos, Clonazepam y medio, Wawasana relax. Nada funcionaba. Hasta que encontró una salida: un párrafo de Diego Trelles al acostarse. A la cuarta o quinta línea sentía un leve mareo. 

A la sétima línea empezaba a soñar. 

Soñó que estaba de nuevo en la Plaza Bolívar de Chiquinquirá -su cielo gris, sus techos de doble agua-, parada junto al gentío esperando al Papamóvil. De nuevo tenía 14 años. De nuevo era 1986. El Papa no llegaba aún y en el estrado ya estaba esperándolo Belisario Betancur.

Algún día entrevistaré presidentes, pensó en su sueño. 

El despertador sonó, 5:43 am. Dejó caer el libro somnífero que tenía debajo del brazo y prendió el televisor como todas las mañanas. ¿Por qué aparecía El Rey León? ¿Qué hacía el papá de Zazú leyendo titulares? Se corrigió: era América Noticias y otra vez la cara aburrida de Federico Salazar, otra vez la sonrisa monótona de Verónica Linares. Diez años mirando el mismo canal. 

Qué espanto.

Se preparó para salir: la ducha, los periódicos, empanadas fritas de desayuno. A las 8 tenía una cita con Keiko Fujimori en el local de Santa Beatriz. Una reunión con la líder de una presunta organización criminal, recordó.

Era mejor no llevar billetera.

Clara Elvira llegó a tiempo, como siempre. Mientras esperaba la reunión con Keiko miró los cuadros con las viejas glorias del canal: Timoteo lavándose su único diente, Nicolás Lúcar entrevistando a Fujimori y Montesinos en el SIN, Nicolás Lúcar intentando bajarse a Valentín Paniagua, Nicolás Lúcar casándose con la hija del dueño del canal, Rosa María Palacios criticando a Ollanta Humala el 2006, Rosa María Palacios criticando a Ollanta Humala el 2011, Rosa María Palacios diciendo que quizá Keiko no era tan tan tan buena opción para la democracia como ella creía. Rosa María Palacios yéndose entre lágrimas del set para abrir su propio canal de Youtube.

¿A ella también le pasaría lo mismo?

-Hola Clarita -era la voz somnolienta de Jaime de Althaus.

-Cómo está, Jaime.

-Ahora soy jefe de prensa de Keiko -le dijo de Althaus, radiante.

-Ah pues me alegro.

-Ahorita llega ella. Yo le he dicho que este 10% de diferencia lo vamos a superar rapidito, con ayuda de ustedes.

-¿Quiénes ustedes?

-Ustedes pues: América, Canal N…

-No creo, Jaime.

-…El Comercio, Perú21, Correo, hasta Depor. Hay que parar al comunismo, Clarita, y Keiko es de la casa.

-Esa no es nuestra labor.

-¿Y mandar a tus reporteros a grabar a Castillo hablándole a su vaca sí es tu labor? ¿Humanizar a un comunista sí es tu labor?

-Se llama informar, Jaime, y fijese que sí, esa es mi labor. Y hubiese sido la suya en La Hora N si hubiese intentado trabajar en lugar de…

-Buenos días, Clara Elvira -la voz de Keiko era melosa y falsa, como ella.

-Hola Keiko. ¿Pasamos?

-Claro. Jaime, querido, cuida mi cartera.

-Lo que diga, su Majestad -susurró Jaime bajando la cabeza.

-Te pedí esta cita -empezó Keiko- porque en el Directorio están preocupados por el ascenso de Castillo. Y creo que si trabajamos juntos podemos revertirlo.

-¿Y por qué haría yo eso? -preguntó Clara Elvira.

-Porque es tu trabajo.

-No lo es.

-No te engañes, Clara Elvira. ¿Ves estas ojeras de tanto llorar? Es por tu encuesta del domingo. No voy a perder otra vez, créeme.

-Mire señora Keiko, ni América ni Canal N van a tomar partido por ningún candidato.

-Ya veremos.

-Y vamos a cubrir las actividades de los dos candidatos por igual. 

-Mira cómo me río: ja ja.

-Tengo el respaldo del Directorio.

-Te equivocas, Clara Elvira. El respaldo del Directorio lo tengo yo.

-Veremos pues.

-Tienes suerte que no estamos en los 90, Clara Elvira -le dijo Keiko, amenazante-. A lo más te botarán, pero en 1997 ya estarías en una maletera camino al Pentagonito.

-¡Usted no va a venir a amenazarme! ¡Váyase de acá, jueputa!

-En una maletera, en una maletera -cantaba Keiko mientras salía de la reunión. 

En la puerta ya estaba Jaime de Althaus de rodillas, colocándole una alfombra roja.

*

A la hora del almuerzo Clara Elvira no tenía hambre. Sabía que su cabeza estaba a punto de rodar. Quizá el sueño de esa mañana -la Plaza Bolívar, pasar julio en Chiquinquirá- era premonitorio.

Llevaba una década en el Perú y todavía le parecían graciosas las pequeñas diferencias. En temas de violencia Perú era una Colombia en pañales: todo más pacífico, más pequeño, más aburrido. Pero en otros asuntos Perú era una Colombia al revés. Allá los bogotanos desprecian a los costeños, la gente de tierra caliente: brutos por el mar, alegres, inútiles. Acá los limeños desprecian a los andinos, la gente de tierra fría: brutos por la altura, tristes, inútiles. 

Clara Elvira no tenía con quién hablar sobre Colombia. Una vez se enteró que Jaime de Althaus había estado dos semanas en Cartagena e intentó conversar con él.

-El Perú es un país cada vez más dividido, Jaime. Esto parece Los Años del Tropel.

-Que qué.

-El libro de Alfredo Molano.

-Que quién.

-Nada.

Una llamada interrumpió sus recuerdos.

-Diga.

-Clara Elvira, te habla Chicho Mohme, defensor de la libertad de expresión.

Mohme le dijo con voz furiosa lo que temía: te van a botar, Clara Elvira. Había tenido un Google Meet con el presidente del directorio del Grupo El Comercio -un Miró Quesada seguido de un apellido extranjero o compuesto, da lo mismo-, y le dijo que todo el Directorio -es decir, su familia- le había perdido la confianza y debía salir del puesto.

-Yo me enfurecí, Clara Elvira -dijo Mohme-. “¿Cuál es la razón?”, le pregunté. “¡Llevamos felicitándola en los últimos tres directorios!” le grité levantando mis bracitos. “¡Díganme por qué!”. “La relación se desgastó”, fue lo que me dijeron.

Clara Elvira quedó en silencio.

-No creo que se pueda hacer mucho -dijo Mohme, resignado-. Yo que tú voy juntando mis millas.

-Gracias por todo, Gustavo.

-Yo te voy a defender hasta el último minuto, Clara Elvira.

-Muchas gracias.

-Los Mohme siempre al lado de los trabajadores.

-Ya entendí, Gustavo.

-Despidos arbitrarios nunca más.

-Ay qué pereza -dijo Clara Elvira, y colgó.

En la noche, al dejar el canal, Clara Elvira miró una vez más ese edificio horrible y cuadrado que no vería por mucho tiempo más. Chicho Mohme ya le había dicho que el viernes 23 tendrían una reunión de directorio con un único punto de agenda: sacarla por no haberse arrodillado ante Keiko. 

Clara Elvira estaba triste, melancólica. No volvería más a esta esquina. La ridícula idea de no volver a verte, pensó.

Se sintió Marie Curie. 

*

23 de abril

El día en que la iban a botar, Clara Elvira se levantó a las 6:30 de la mañana para esperar el carro en que llegaba Chicho Mohme. Había soñado que atravesaba los cuatro árboles de la avenida Arequipa donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicada de la voz de Federico Salazar. «Era una terruca», me dijo Milagros Leiva, su enemiga, evocando 17 días después los pormenores de aquel viernes ingrato. «El año anterior se la pasó defendiendo a Vizcarra y cuando yo tenía mi programa no me dejó presentar las pruebas que tumbarían al gobierno de Ollanta Humala. Y me han contado además que de joven estuvo en las FARC y que su alias era Mona Jojoy», me dijo Leiva. Tenía una reputación muy bien ganada de falseadora de la realidad y vendedora de chismes ajenos, siempre que se los contaran en ayunas, pero no había advertido ningún augurio aciago contra Ospina en los chismes que le daban sus supuestas fuentes en las tardes que precedieron a su despido.

Pero Clara Elvira sí reconoció el presagio. Había dormido poco y mal, sin quitarse la ropa, y despertó con dolor de cabeza. Más aún: las muchas personas que encontró desde que salió de su casa a las 7:05 hasta que fue destazada como un cerdo por sus propios jefes la recordaban un poco soñolienta y de mal humor, y a todos les comentó de un modo casual que era un día de mierda.

Chicho Mohme la llevó al canal en su auto como última deferencia. Hice todo lo que pude, Clara Elvira, pero no me dejaron cambiar la reunión. No te preocupes, Gustavo, yo entiendo todo. Te prometo Clara Elvira que seguiré luchando por la democracia en nuestro país, gracias Gustavo, que la libertad de prensa en el Perú jamás será subyugada por un grupo de poderosos quienes, ya entendí Gustavo, que los Mohme siempre hemos estado del lado de los oprimidos, ay mi madre Gustavo, que el periodismo es un oficio noble contrario a intereses subrepticios que, qué pereza Gustavo mejor me bajo.

*

En la tarde, Chicho Mohme entró por fin a la reunión de Directorio. En otras ocasiones hubiese paseado orondo por el auditorio, hubiese sacado pecho y gritado que los Mohme siempre habían defendido la democracia mientras los Miró Quesada se arrodillaban ante el poder. Hubiese puesto una banderita peruana y cantado el himno nacional antes de iniciar la reunión. 

Pero debido a la pandemia solo tuvo que hacer un click en Google Meet. 

-Bienvenidos señores -dijo un Miró Quesada o un García Miró o un Miró Quesada García Miró-. Solo hay un punto de agenda y es la remoción de Clara Elvira Ospina por haberle faltado el respeto a nuestra Keiko. Si alguno de los dos Mohme presentes se va a oponer, apúrese que a las seis tenemos que peinarnos la cola.

Chicho Mohme tomó aire. Miró en su pantalla a Gabriel, a Emilio, a María Luisa. Los maldijo. Este era su momento. Los veinte años de democracia en el país estaban en sus manos.

-Esto que van a hacer ustedes es un atropello contra la democracia y contra la libertad de prensa. Ustedes, los Miró Quesada, siempre se han guiado solo por sus intereses, jamás por los del país. Ustedes, los Miró Quesada, son un grupo de privilegiados que…

-Ay, Chicho, cállate -dijo un Miró Quesada estándar-. Qué hablas tú de privilegios si el otro miembro del Directorio es tu hijo que encima se llama como tú y nadie sabe qué talento tiene.

-Ustedes, al botar a Clara Elvira de esta forma, le están diciendo a los trabajadores del país que sus derechos no…

-Ay, Chicho, cállate -dijo un García Miró estándar, la colita cartilaginosa moviéndose en la pantalla-. El año pasado tú botaste a 50 trabajadores por mail después de recibir los 10 millones de Reactiva y no te dijimos nada. Más bien te felicitamos y te dijimos “bienvenido al neoliberalismo, Don Cangrejo”.

-Si ustedes cometen este atropello -siguió Chicho Mohme, el dedito en el aire, la voz de paladín de la democracia-, yo mañana mismo hago una columna contando todos los pormenores de esta vendetta.

-Ay, Chicho, ya cállate -dijo un Miró Quesada que también era García Miró y que hacía generaciones no renovaba su banco genético-. Lo único que escribes rápido son los correos de despido. Con lo lenteja que eres seguro vas a publicar la columna de acá a tres semanas y para entonces Keiko ya estará primera en CPI.

Chicho Mohme no se amedrentó. Siguió con el dedito en alto: la democracia, los derechos humanos , la libertad de prensa. El país, sus ciudadanos, mi apellido. Los Miró Quesada García Miró pusieron sus computadores en mute y jugaron sudoku todo el resto de la reunión. Cuando Mohme se quedó sin aire procedieron a lo inevitable: los que estén de acuerdo con la deportación de Clara Elvira Ospina sírvanse levantar la mano.

Era el fin.

Clara Elvira ya sabía de su inevitable final. En ese momento estaba en un Zoom despidiéndose de sus trabajadores. No quiso lágrimas, no quiso penas. Se cantó a sí misma Florecita Rockera, tú te lo buscaste, y les mandó un abrazo virtual. Adiós muchachos, compañeros de mi vida.

Luego le mandó un mensaje a Marco Sifuentes, con la misma pregunta que le hacen todos los periodistas del Perú cuando los botan de su medio.

-Hola Marco. Una preguntica: ¿qué marca de micro usas para tu programa? A ver si me abro mi propio canal de Youtube. Como Rosa María. Como Augusto. Como Josefina.

Como todos.

Imágenes : La República

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Canal 4, Clara Ospina, Grupo El Comercio

Pedro Castillo dijo en un mitin en Moyobamba: “Si la bancada de Perú Libre resulta con torpezas en el Parlamento pido al pueblo peruano ayuda para sacarla a patadas”. ¿Qué opina del mensaje que le envía su candidato presidencial?

Seguramente se ha referido a que la bancada de Perú Libre tiene que ser consecuente con los principios que él enarbola, obviamente. El conductor del programa es Pedro Castillo. Esperamos no tener gente que vaya a torcerse, ningún tránsfuga que se pueda presentar en el camino. Estoy de acuerdo en que debemos estar unidos.

¿La bancada completa se ha reunido luego de los resultados del 11 de abril? 

Todavía no hemos tenido ninguna reunión. Es necesario que nos den las credenciales primero porque eso nos da legitimidad congresal. Hasta la fecha eso no se ha producido. Yo soy partidario de que, a partir de ese momento, los congresistas electos nos juntemos para afinar proyectos. Hay que colaborar para no perder tiempo. Revisaremos el reglamento del Congreso porque es una trampa para acelerar todos los proyectos de ley que requiere el Perú. No podemos seguir teniendo una democracia de cartón.

¿Se esperaban el pase de Castillo a segunda vuelta? 

En realidad, esperábamos ganar en primera vuelta. No tuvimos personeros. Eso puede habernos quitado algunos votos en mesa. Sin embargo, aceptamos la segunda ronda con el entusiasmo de siempre. Esperamos que el Perú ratifique su apoyo a Pedro Castillo en las urnas.

¿Qué propuestas plantea impulsar la bancada y usted personalmente? 

Nosotros apostamos por implementar el referéndum, la asamblea constituyente y la nueva Constitución desde el primer día. Un país como el nuestro con diferentes tipos de realidades lo necesita. Tenemos que ser un Estado federado porque el centralismo es lo más pernicioso que tiene el Perú.

El referéndum, la Asamblea Constituyente y el cambio de Constitución son las primeras banderas que impulsarán desde el Congreso, ¿y luego qué?

Sí. Eso no se contrapone a temas fundamentales como tener una posición sobre la pandemia. Hay que tomar una decisión inmediata porque eso no puede esperar. El Perú necesita que su nuevo presidente impulse una verdadera vacunación masiva, gratuita y voluntaria. Castillo ya ha hablado de la vacuna rusa Sputnik V. Es una de las más eficaces que podemos tener los peruanos. Cuando llegue al poder, el Congreso tendrá que apoyarlo decididamente para que viaje al extranjero a traer las vacunas.

Sin dudas, necesitamos mejorar la respuesta contra la pandemia, pero podrían haber desacuerdos en las formas. Por ejemplo, ¿es bueno enfocarse en una sola vacuna del mercado, como la rusa?

Por supuesto que podemos combinar las vacunas. Ya ve usted como hubo discrepancia con Sinopharm. El pueblo peruano tiene la opción de inocularse con la vacuna que sea conveniente, pero tampoco podemos esperar un día más para que la gente salga a trabajar vacunada debidamente. El Estado debe vacunar de forma gratuita. No queremos que el pueblo gaste un sol.

¿Existen discrepancias entre los miembros de la bancada?

Por ahora no tengo ningún viso de que algún parlamentario de la bancada de Pedro Castillo pueda diferir. Acá tenemos opiniones coherentes y unánimes para tener como punto de partida lo que ya le mencioné.

Pero ha ocurrido un incidente que revelaría una división entre las bases magisteriales de Castillo y ciertos congresistas de Perú Libre. Guillermo Bermejo, electo por Lima, fue expulsado de un local partidario en Huánuco por los propios simpatizantes de esa región.

No conozco ese caso concreto más allá de la noticia que me da. Espero se solucione. No debe haber intromisión entre los candidatos por cada región. Hay que llamarle la atención al señor Bermejo para que evite entrometerse en la jurisdicción donde otros congresistas han sido electos.

¿Pero sí hay personajes más cercanos a uno u otro, entre Cerrón y Castillo?

Podría ser que haya gente que esté muy cerca a uno u otro, pero ambos están en la misma plataforma partidaria. No creo que haya discrepancias en particular. Eso sería suicida porque perturbaría el desarrollo del programa político que enarbolamos nosotros. Tengo fe en que eso no se va a producir.

Sin embargo, Castillo ya ha deslindado de Cerrón diciendo que solo él puede responder por un eventual gobierno suyo. ¿Dentro del partido existe un bando ‘cerronista’ y uno ‘castillista’?

Yo no veo eso. Vladimir Cerrón es inteligente. Él sabe que el presidente será Pedro Castillo. No creo que haya diferencias sustanciales que puedan dividirlos. Ambos coinciden en la necesidad fundamental de hacer un Estado social e inclusivo con una nueva constitución. Eso es lo principal. Las otras pequeñas diferencias de opiniones no son trascendentes. Eso no quiere decir que las sugerencias de Cerrón y del equipo técnico que tenga el presidente Pedro Castillo se ignoren. Ese supuesto viene de la derecha, no dentro de Perú Libre.

El Congreso donde usted estará será fragmentado, sin mayorías. Para promover sus propuestas deberán buscar consensos y alianzas, aparte la que podrían tener con Juntos Por El Perú. ¿En ese camino podrían ceder en algunos puntos para tender puentes con otros partidos?

Ya veremos en el terreno. Por ejemplo, algunos congresistas creen solo en reformas constitucionales, pero no en una nueva Constitución. Al llegar al Congreso tendremos que conversar. Yo soy una persona sumamente dialogante, por algo he sido juez. Es la oportunidad para que la gente inteligente tome decisiones. Aquí está en juego el futuro del Perú. Debemos conversar para hacer una Constitución que dure en el futuro y sea un ejemplo en el mundo.

Entonces, usted no se siente aludido cuando sus opositores dicen que son radicales.

La gente pide cosas radicales desde las calles. Pedro Castillo es el catalizador para dar soluciones pacíficas a los grandes problemas que sufre el país. Vaya usted a uno de nuestros mítines y se dará cuenta que no asiste ningún blanco de Lima porque ellos nunca han pisado el suelo de los pobres del Perú. Su esquema mental es otro. Esas visiones de la derecha no corresponden a la realidad del país. Los pobres ven la oportunidad de gobernar con un hombre que se identifica con ellos. Nada más. Acá no hay sorpresas. La derecha ha fracasado con un liberalismo desfasado, mercantilista, que desdice el sistema democrático.

Fuerza Popular es parte de esa derecha que usted ataca. ¿También dialogará con ellos a pesar de sus diferencias?

Sí, habrá que ver cómo se comportan. En algunos puntos, como la pandemia, no deberían haber diferencias entre las bancadas. Es una tarea nacional, el pueblo nos requiere coincidir sobre algunos temas.

¿Y en el caso hipotético de que el fujimorismo llegue a la presidencia? ¿Serían una oposición marcada?

Cualquiera de los dos candidatos podría ganar, así es la democracia. Pero negamos tal hipótesis. En todo el Perú se dice que Castillo debe ser el lógico ganador.

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Congreso, Pedro Castillo, Perú Libre, Vladimir Cerrón

La última encuesta de CPI arroja 34.2% para Castillo y 32% para Keiko Fujimori. En los hechos, ya podemos hablar de un empate técnico. Esta medición confirma la tendencia que ya han mostrado Datum. Ipsos e IEP, con Castillo estacionado o ya cayendo (este es el dato político más significativo) y con Keiko subiendo sostenidamente.

El mayor desplome de Castillo ocurre en la costa y sierra norte, donde cae de 40.2% a 28%, y en el interior rural, donde se desploma de 61.5% a 43.6%. En el caso de Keiko, su mayor ascenso ocurre en el interior, que pasa de 17.9% a 28%, en costa y sierra norte, donde pasa de 23.2 a 36.7%, en la costa sur, que sube de 11.9 a 23.7%, en el oriente que crece de 22.2 a 38.6% y en el interior rural que se dispara de 13.8 a 23% (casi el doble).

Ello no es gratuito. Es resultado de una estrategia afinada de Keiko y de una falta de estrategia por parte de Castillo, quien parece seguir convencido de que el “modelo Frepap” -que le permitió pasar a la segunda vuelta- le alcanzará para ganar las elecciones.

Y seguramente pensará que la activación de todos los colectivos antifujimoristas -que será el principal aporte de Verónika Mendoza a su campaña- le alcanzará para crecer, sin percatarse que ya no basta con la puesta en marcha de antivotos sino que la campaña ya entró en otra dinámica.

Se equivoca Castillo de cabo a rabo. El problema para él es que está atado de manos. No puede moderarse porque esencialmente él y Cerrón son radicales y la impostura saltaría a la vista: adscribe una proclama convocada, entre otras entidades, por la Conferencia Episcopal, y al día siguiente lanza una estrategia de reforma constitucional abiertamente inconstitucional y autoritaria.

Se niega a debatir y mostrar equipos técnicos y no ceja en ello, mostrándonos el mismo talante del Castillo de la huelga magisterial del 2017, intransigente, caprichoso y beligerante. Como ocurrió en Ecuador, la derecha va a ganar gracias a los errores de la izquierda.

Castillo no es un buen candidato. Tuvo la fortuna de que la rueda de disruptivos sucesivos que hubo (Forsyth, Lescano, López Aliaga), le tocará justo a él en el momento mismo de la primera vuelta, pero en esta segunda ronda definitoria está mostrando groseramente sus limitaciones.

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Encuesta, Keiko Fujimori, Pedro Castillo

Tienes solo 8 segundos para captar la atención de este público antes de cambiar de contenido

 

Los centennials son esa generación que el mundo está tratando de entender. Son nativos digitales comprometidos con luchas sociales y ambientales con diferentes hábitos de consumo a su generación predecesora, los millennials. Gran parte de ellos, además, ya cuentan con cierto poder adquisitivo, dado que se han iniciado en el mercado laboral. Esto los convierte en un público importante al cual llegar con nuestras marcas o negocios.

Un estudio de PowerReviews reveló que los centennials son cuidadosos a la hora de tomar sus decisiones de compra. Lejos de actuar por impulso, estos toman su tiempo investigando precios, leyendo reseñas de productos y comparando diferentes marcas. Además esta generación está preocupada por la calidad de los productos que adquiere. Cerca del 75% de los jóvenes entrevistados valoraban la calidad por encima del precio.

Comunicación efectiva para centennials

Estos jóvenes determinan la calidad de los productos mediante las reseñas online. El 95% de los centennials buscan y leen reseñas para decidirse por un producto, y casi la mitad no lo comprarían si no hay opiniones suficientes. Además, el 60% lee al menos cuatro reseñas online antes de decidirse a comprar, y más del doble confían antes en estas opiniones que en las recomendaciones de sus amigos en las redes sociales.

Según el estudio de PowerReviews, para establecer una relación con esta generación no es suficiente con contar con un único punto de contacto. El e-commerce debe funcionar de forma coordinada con la tienda física de modo que se cree una experiencia unificada. Las marcas deben dar la bienvenida a los usuarios e involucrarnos en todas las fases del proceso de compra.

Conectar con la nueva generación

  • Usa las redes de tu público: Esta generación ya no frecuenta redes como Facebook, sino Instagram y TikTok. Para que tu comunicación sea efectiva, debes hacerlo por los canales correctos.

 

  • Sé rápido: Los centennials están acostumbrados a obtener recompensas instantáneas. Su atención dura solo 8 segundos antes de pasar a otro contenido. Ofréceles lo que buscan sin que tengan que pasar por complicaciones innecesarias.

 

  • Sé sostenible. El derroche y el consumismo excesivo no son parte de esta generación. Tu marca deberá demostrar que se preocupa por las cuestiones sociales.

 

  • Comunícate. Los centennials desean conversar directamente con las marcas. Más de un tercio de ellos no comprarían un producto si no pueden hacer preguntas. Para ganarte su lealtad, brinda atención individual y personalizada.

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