La encuesta de CPI corrobora el sentir general que se había expresado en la medición previa de Datum. Al gobierno le está yendo mal y no ocurre ello por la tozuda oposición o la “prensa obstruccionista”, como la ha calificado el Premier Bellido, sino por los groseros errores políticos cometidos por el presidente Castillo, los cuales parece empeñado en profundizar.
Un 47.7% desaprueba al gobierno y un 40% lo aprueba. Esta disparidad negativa no se ha visto antes en el arranque de ningún gobierno de los últimos cuarenta años (desde el retorno a la democracia luego de la dictadura militar).
A Bellido le va aún peor. Solo 21.1% aprueba su designación frente a un 62.4% que lo desaprueba. Se pregunta, además, por siete ministros: solo Pedro Francke (Economía y Finanzas) y Hernando Cevallos (Salud) tienen más aprobación que desaprobación. Salen jalados Dina Boluarte (Midis), Ciro Gálvez (Cultura), Héctor Béjar (Relaciones Exteriores), Walter Ayala (Defensa) e Iber Maraví (Trabajo).
Por supuesto, la sombra de Vladimir Cerrón pende como un inmenso pasivo en el régimen. Un 58.1% considera que las decisiones del Presidente dependen del exgobernador regional y solo un 32.2% cree que Castillo decide con autonomía (me parece que acá hay un error de percepción: gobiernan de la mano, son interactivos, socios políticos, siameses, propulsores del “casticerronismo”). Pero la percepción popular es contundente: un 85.8% no está de acuerdo con la intervención de Cerrón en asuntos de gobierno.
La opción de Castillo por un formato de confrontación política y copamiento partidario del Estado le ha hecho mucho daño. Y no ha logrado compensarlo acudiendo a la moderación económica que representa el titular del MEF. Esa mixtura economía moderada/radicalismo político, solo parece indicar una estrategia dosificada de imposición del modelo radical que desembocaría en la Asamblea Constituyente, frente a lo cual, la presencia de Francke solo cumpliría un cometido temporal hasta que el gobierno se asiente y pueda desplegar su vena extrema a plenitud.
Por eso el 45.4% de la ciudadanía tiene poca confianza en el gobierno de Castillo y el 25.9% ninguna confianza (inclusive en la sierra centro-sur -su presunto bastión político-, el 43.9% tiene poca confianza y el 12% ninguna confianza).
Queda claro que Castillo corrige rápidamente los dislates políticos cometidos o pronto veremos un desmadre de tal envergadura que la posibilidad de recorte del mandato crecerá con apoyo popular (ya se ha visto en reciente informe de IDL-Reporteros y en otros, que ni siquiera la bancada oficialista parece sólida y se podría quebrar).