Legitimidad

[PIE DERECHO] Sí hay un conflicto de interés en el hecho de que los congresistas actuales aprueben una reforma constitucional que permita la reelección congresal inmediata y eso los beneficie a ellos, como me señala Carlos Anderson, quien votó en contra por esa razón, pero en este tema, el bien superior supera cualquier atingencia formal menor.

La bicameralidad es superior a la unicameralidad. Bien diseñada -esperemos que lo haga en adelante el Congreso, tiene tiempo para ello- es un salto de calidad institucional política y ya lo apreciaremos en el futuro. Pero requiere reformas consecutivas: la realización de las primarias, la renovación por tercios o mitades, la puesta en marcha de un diseño institucional representativo distinto al distrito nacional, etcétera. Si no se hace ello, como bien ha dicho el constitucionalista Luciano López, solo se estaría reproduciendo la mediocridad.

De paso, nos parece una gran noticia que el Congreso vigente empiece a emprender reformas en lugar de dedicarse al oficio ruin de destruir la institucionalidad democrática del país (esperemos que no insista con su intento de descabezar la Junta Nacional de Justicia) o a dar muestras impunes de inmoralidad (niños, mochasueldos, viajeros irresponsables, etc.).

Si completara la reforma política y desplegase al menos una más -sugiero la de la regionalización- y reactivara la función fiscalizadora puesta de manifiesto esta semana con la justificada censura al ministro del Interior, Vicente Romero, ya habríase producido un upgrade congresal significativo.

El Congreso es una entidad desprestigiada acá y en las democracias de todo el planeta. Como alguna vez me dijo el excongresista Daniel Abugattás, “al día siguiente de haber juramentado, ya la gente me mentaba la madre en la calle”. Eso es inevitable, en gran medida, pero al menos se puede lograr tasas de legitimidad si se abocase a tareas que le importen a la ciudadanía.

No lo veremos ahora, nos queda claro. Este es un Parlamento infiltrado por las mafias delictivas, políticas y empresariales, y más que deberse al pueblo, la mayoría de congresistas se debe a ellas. Pero, quizás sin ser plenamente conscientes de lo que han hecho, con la aprobación de la bicameralidad y la reelección, han dado un paso virtuoso para la mejora institucional de la democracia peruana. Y eso hay que aplaudirlo.

La del estribo: si hay una persona que merece mi admiración es Mario Vargas Llosa. Por su brillantez intelectual, su entereza moral, su impresionante capacidad de trabajo y sinfín de otras virtudes que sería larguísimo enumerar. Como lector de todos sus libros, solo queda lamentar que haya decidido renunciar, por razones atendibles, a la escritura de novelas, pero se despide con una pieza magistral, Le dedico mi silencio, donde, a propósito del vals criollo, nos da una lección de peruanidad. Hay que respetar esa decisión. Quiero recomendar dos reportajes. Uno es el último capítulo -se supone- de la serie Una vida en palabras, una conversación entre nuestro novelista y su hijo, Álvaro, donde hablan de la última novela. El otro es un viaje que realiza con sus tres hijos (Álvaro, Morgana y Gonzalo) a Puerto Eten, lugar clave para entender la vida del protagonista de la novela mencionada. Documentales imperdibles. Ambos en Youtube.

Tags:

Bicameralidad, Institucionalidad, Legitimidad, Reelección congresal

[PIE DERECHO] Un Congreso con 7% de aprobación, es decir, absolutamente sin legitimidad representativa, pretende, al amparo de la circunstancialidad de contar con los votos para hacerlo, aprobar una andanada de despropósitos en los plenos que efectuará desde hoy hasta el viernes.

Desde la probable destitución arbitraria de los integrantes de la Junta Nacional de Justicia, pasando por la eliminación de las PASO, el debilitamiento de la colaboración eficaz, de la extinción de dominio, la creación de una comisión para “reformar” el sistema interamericano de derechos humanos, la suspensión del financiamiento del Perú a la OEA, el bachillerato automático hasta el 2024, hasta brindarle una segunda oportunidad a universidades no licenciadas.

Una lista de insensateces que solo se explican por el regocijo del poder que siente la coalición derechista del Congreso, en algunos casos con el apoyo de la bancada de Perú Libre, que no solo dañará aún más el nivel de descrédito que adolece el Legislativo, sino que ejercerá un impacto tremendo en las posibilidades electorales de, justamente, la derecha en general (aún la no congresal), dada la identificación popular de que nos gobierna una alianza derechista entre el Ejecutivo y el Congreso, dos poderes del Estado con un inmenso rechazo ciudadano.

El Congreso se esmera en construir el escenario político propicio para que sea la izquierda, que debería pagar las consecuencias de su inefable apoyo al desgraciado gobierno de Pedro Castillo, y que hoy, gracias a cosas como las que citamos en esta columna, aprovechan las circunstancia para presentarse como virginal alternativa política.

No hay conciencia, al parecer, en el Parlamento, del inmenso bolsón antiestablishment que se está larvando y que amenaza con hacer volar por los aires el statu quo, y la relativa normalidad política, económica y social que hemos vivido los últimos 25 años. Es un Congreso cuasi inimputable que le hace mucho daño al país y, sobre todo, a las perspectivas futuras de la república democrática.

Tags:

Congreso, Decisiones Polémicas, Democracia, Legitimidad, Sistema Electoral
x