Líder

El camino del líder no es sencillo. Es necesario que este se adapte y sea consciente de los procesos que lleva adelante para guiar a su equipo. Expertos de Forbes explican que las mentalidades y los comportamientos que los líderes deben aprender y desaprender para satisfacer las necesidades de sus organizaciones está en constante movimiento.

Muchas veces sucede que al asumir una posición de liderazgo, la persona asume que ha logrado lo necesario para mantenerse en esa posición y olvida que su trabajo personal debe ser constante. Daniel Godri, conferencista y escritor especializado en venta y liderazgo explica algunos errores comunes que pueden destruir la carrera de un líder:

No comunicarse bien: El líder debe ser capaz de comunicar las cosas buenas y malas, sin ser demasiado emocional o agresivo, para no causar temor en sus trabajadores. El líder es responsable de cerrar la brecha entre los trabajadores y los responsables de la empresa y, por lo tanto, necesitan adaptar su forma de comunicarse.

Ser desmotivado: La motivación es esencial para el liderazgo, pues asegura que los trabajadores se sientan seguros y comprometidos a dar lo mejor para la empresa. Los integrantes de un equipo absorben gran parte de la figura de su jefe, por lo que incluso en tiempos de crisis, el líder debe asumir una postura mental para motivar a sus trabajadores.

Hablar mucho y escuchar poco: Es necesario que el líder esté atento a las críticas y necesidades de su equipo. Saber escuchar mejora las relaciones y humaniza. Un líder que es capaz de escuchar lo que sus trabajadores dicen, aunque sea algo negativo, sin tomarlo como personal, genera confianza y los motiva.

Ser manipulador: El líder debe tener presente la diferencia entre la influencia y la manipulación. Muchos líderes manipulan a sus trabajadores e incluso a veces utilizan el abuso verbal o las amenazas para conseguir lo que desean. El líder debe influir en los empleados para buscar lo que es bueno para la empresa, pero no obligarlos.

Ser arrogante: Las personas arrogantes no respetan y disuaden a los demás. Estas personas suelen ser frías y abusan de su autoridad. Un líder humilde puede movilizar a su equipo para lograr el objetivo propuesto. Es necesario que adopte una postura próxima a sus trabajadores. Para controlar no es necesario faltar el respeto, menospreciar o verse más grande y mejor. La arrogancia destruye las relaciones y los negocios.

Desequilibrio emocional: Es claro que un líder tiene muchas preocupaciones, y ocupaciones, por lo que requiere ser flexible para tener diversos enfoques en frente a cualquier situación dentro y fuera de la empresa. Por lo tanto, también tiene que estar emocionalmente preparado para todo esto. Líderes demasiado emocionales o fríos, a menudo, destruyen sus equipos.

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Líder, Liderazgo, reputación

A raíz de la pandemia, se ha discutido cada vez más sobre las habilidades de un líder para hacerle frente a cualquier situación inesperada que ponga en jaque a la organización. La consultora Deloitte considera que los líderes tienen al menos tres marcos temporales para actuar y que pueden aplicarse a cualquier otra crisis: responder, recuperarse y prosperar.

En función a estos escenarios debe determinarse si lo que se necesita es gestionar la continuidad (responder), evaluar la experiencia que se tuvo en la fase de respuesta (recuperarse) o prepararse para la nueva realidad (prosperar). Anticipar los modelos de negocio que podrían surgir, por ejemplo, tiene que ver con la cualidad de tener una visión a largo plazo.

“La rapidez es importante: un líder resiliente debe tomar medidas decisivas en el corto plazo. Es fundamental tomar la iniciativa siendo transparentes sobre la realidad actual y, a la vez, dibujar un escenario futuro convincente que inspire y motive a los trabajadores a perseverar”, precisan. Además, se debe ser empático, sin dejar en ningún momento de ser racional.

De igual manera, Gabriel Regalado, CEO de Mercer Perú, precisó en un webinar organizado por el PAD-Escuela de Dirección, que los líderes deben partir de identificar si lo que corresponde es responder a la crisis, regresar al trabajo o elaborar un plan de acción.

“Es crucial que elabores un plan de acción como respuesta a la crisis. (…) Asegura una buena preparación de tu equipo de trabajo para enfrentar limitaciones en la cadena de suministro y demanda. Es importante que priorices actividades comerciales y operativas que sean críticas para la compañía”, indicó.

Líderes empáticos y resilientes

Si bien al inicio se requiere de un líder muy empático y comunicativo, Regalado también hace énfasis en las competencias de resiliencia que debería tener. Por ejemplo, la estabilidad emocional para ser tolerante a la frustración, mantener la calma y enfocarse en los resultados esperados con optimismo en el equipo de trabajo.

“Todo líder debe reconocer que no tiene la respuesta para todo, y sumar una actitud de apertura para probar nuevos enfoques. En estas circunstancias, un líder escucha a su equipo para “equivocarse rápido y barato”, y así capitalizar aprendizajes”, agrega. También aconseja comunicar adecuadamente el propósito y conocer las preocupaciones de los colaboradores.

Dentro de las claves que el portal Entrepreneur ofrece la liderar en tiempos de crisis también se destaca la importancia de establecer reglas claras y planes de acción individuales con situaciones ideales y reales, que ayuden a tomar decisiones en cada nivel de la organización.

“En lugar de culpar a terceros por el difícil contexto que enfrenta, (el líder) debe asumir su responsabilidad en el diagnóstico y desarrollo de las habilidades de sus equipos, que sí controla e influencia. Su valor como líder se adquiere por lo que dice, por lo que hace, pero fundamentalmente por lo que les pide que hagan”, advierte Jack Zilberman, decano de la Facultad de Negocios en la UPC en una columna para América Economía.

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Crísis, Líder, Liderazgo

Cuando se requiere cubrir una posición de liderazgo en una empresa se barajan diferentes opciones de acuerdo a lo que la organización requiera en ese momento. Si lo que se necesita es dar confianza y tener a alguien de experiencia, el atributo de la edad puede llegar a tener un mayor peso en la ecuación. Sin embargo, un líder joven también tiene sus atributos.

En un análisis publicado en la revista Harvard Business Review, hecho por los consultores en liderazgo Jack Zenger y Joseph Folkman, entre gerentes de un máximo de 30 años, el 44% se encontraba en el cuartil superior de eficacia general de liderazgo y entre los líderes de 45 años a más, solo el 20% estaba en el cuartil superior.

De estas observaciones determinaron que los líderes jóvenes abrazan los cambios, saben entusiasmar a los demás en el cumplimiento de los objetivos, aceptan y solicitan retroalimentación con más frecuencia, además de que harán todo lo posible por lograr los objetivos pues tienen una alta necesidad de logros.

¿Y qué beneficios trae tener un líder de 40 años o más? Según el nivel de preparación que tengan y sus preferencias, un líder de más de 40 años podría tener un perfil más de gestor y de visionario, de acuerdo a una investigación de la consultora Verne Future Mindset que clasifica a los líderes en función a sus aptitudes, de la siguiente manera:

Líder visionario (40-60 años). Es el que marca el rumbo de la organización en la incertidumbre, tomando decisiones en función al análisis de datos y siendo firme, en base a su experiencia.

Líder gestor (30-50 años). Es quien traslada la mentalidad futurista de los responsables a los mandos medios. Debe ser capaz de inspirar a los grupos y confrontar estructuras heredadas.

Líder flexible (28-40 años). Es quien comprende la estrategia y la traslada al nivel operativo. Siempre busca la mejora de los procesos a través de las nuevas herramientas digitales.

Líder digital (28-35 años). Es joven, tecnológico y siente lo digital como parte de sí mismo. Guía a equipos jóvenes trasladando la cultura de manera rápida.

Líder ágil (25-35 años). Está convencido de que su propuesta de valor sumado al poder de la tecnología le permitirá la escalabilidad que necesita para hacer crecer su ‘startup’.

En cambio, Antonio Núñez, senior partner de Parangon Partners y fundador de la Asociación de Alumni de la Harvard Kennedy School, considera que es poco útil juzgar a los líderes por su edad. «Nos encontramos con líderes senior que están en un momento de madurez profesional muy importante, pero también líderes jóvenes que pueden aportar mucho en un momento de transformación digital», explica.

Para Esther Carrera, senior director en PageGroup, un buen líder es una persona orientada tanto a personas como a resultados, con un alto sentido ético, capaz de transmitir entusiasmo y mover a toda la organización en la misma dirección. “Un buen líder tiene la capacidad de hacer que las cosas sucedan, pasando de la estrategia a la acción y está 100% orientado a la innovación y al emprendimiento”, agrega.

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40 años, Jefatura, Líder

El desarrollo de habilidades blandas es vital para todo buen líder. Además, debe saber motivar a sus colaboradores, ser empáticos y tener un alto nivel de consciencia.

Es sabido que los trabajadores no renuncian a la compañía, sino a un jefe tóxico. Ya sea por su falta de liderazgo o empatía con el equipo que dirige. José Antonio la Rosa, cofundador de Supera World, explica -además- que un líder del 2021 debe ser aquel que desarrolle habilidades como: Buscar el bien mayor con alto nivel de conciencia; alta capacidad de análisis de la realidad; y, tener un pensamiento estratégico claro. Esas son tres características claves, en un contexto tan complicado como el que vivimos en la actualidad.

“Existe un gran número de jefes de empresas que miran solo su propio bien y el de su círculo inmediato o el de sus empleados, pero el líder consciente cuida el bien de todos sus Stakeholders: clientes, vecinos, comunidad, Sunat, la sociedad completa, para que el éxito sea compartido y sostenible” sostuvo.

Por su parte, Alejandra Osorio, gerente de Training & Consulting de Adecco, recuerda que, en un mercado laboral cada vez más enfocado en el desarrollo y bienestar de la persona, las habilidades blandas cobran una especial importancia dentro de la formación de líderes profesionales. Por ello, liderar con el ejemplo es fundamental. No se le puede exigir una conducta adecuada a los colaboradores si quien los maneja no la tiene en su actuar diario.

¿Cuáles es el perfil de un buen líder en estos tiempos?

Debe motivar a sus empleados. Un buen líder es capaz de incentivar a sus trabajadores a mejorar su desempeño y a crecer tanto personal como profesionalmente. Para conseguirlo, es importante que tenga llegada con sus colaboradores y pueda haber un feedback constante. “Es imprescindible que le pueda decir a su equipo qué está haciendo bien y qué está haciendo mal”, explica.

Saber delegar. El peso de la empresa u organización no puede caer sobre los hombros de una sola persona, por eso es importante saber delegar funciones. En este punto es importante mencionar que es fundamental hacer seguimiento a las labores, de modo que el jefe está al tanto del proceso y evitar sorpresas a última hora.

Inteligencia emocional: La empatía es una de las habilidades blandas por excelencia de un líder, quien no debe olvidar que cada empleado tiene una vida personal de la cual no es posible desconectarse del todo cuando se está en el trabajo. Un buen líder tiene en cuenta que, en ocasiones, hay situaciones que pueden afectar a un colaborador y por tanto influir en su desempeño.

Desarrollar equipos: El líder debe saber en qué son buenos sus colaboradores, cuáles son sus competencias, y en qué aspectos necesitan un impulso. Además de saber en qué están en el ámbito personal”, señaló la ejecutiva de Adecco.

¿Se pueden adquirir estas habilidades? De acuerdo con Osorio, si bien para quienes tienen estas capacidades de forma innata se hace más fácil, es posible desarrollar y aprender cada una de ellas. “Actividades como el coaching, mentoring, talleres vivenciales, lecturas y capacitaciones inhouse son herramientas excelentes para trabajar la obtención de dichas habilidades”, enfatizó.

Por su parte, el gerente de Gestión y Desarrollo Humano del Grupo Crosland, Giancarlo Ameghino, señaló que un buen líder llega a formar y consolidar equipos altamente productivos y felices asumiendo el rol de coach o mentor con el objeto de facilitar el proceso de cambio y apoyar el crecimiento profesional de sus colaboradores.

“Un buen líder, antes que estar obsesionado por los resultados, se preocupa porque los integrantes de su equipo se sientan bien, estén motivados, desarrollen lo que están haciendo con pasión, y se animen a investigar y aprender por iniciativa propia. Crea y fomenta relaciones de confianza y de respeto recíproco entre los integrantes de su equipo”, señaló.

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